Aquel mismo día

18:53

— Luna, ¿Qué pasa? — Contestó Jessica, sentándose cómodamente en su cama.

— Quisiera hablar contigo, ¿Puedes salir por un momento?

La mayor mordió su labial, dudando si su morena amiga se había enterada de su oficial relación con Tiffany. No quería provocarle dolor alguno, tras su confesión del día de ayer.

— Bueno…

— Estoy en tu puerta.

—… ¿Por qué siempre haces eso?

— Te cuento si vienes.

— Espérame — Colgó la llamada y se levantó, dirigiéndose a su armario para buscar una chaqueta gruesa, por si Luna no gustaba pasar y deseaba salir a otra parte.

Ya la mayor enfrente de la puerta, suspiró y se puso seria, lo suficiente para enfrentar a aquella chica, que de seguro tendría una sonrisa para ella aunque, lo más probable por oírla, es que eso no sea posible.

— Hola — Saludó la rubia al abrirle, viendo lo no tan abrigada que estaba la chica — Joder, ¿Qué haces así? Ven — La tomó del brazo y tiró de ella, haciéndola entrar rápidamente. Se quitó la chaqueta y se la puso por sobre sus hombros.

— Gracias — Murmuró, sujetando bien la prenda para que no se le cayera puesto que no se la había colocado bien.

— Siéntate — Sujetó su mano y la llevó hasta el mueble, sentándose así con ella — Ahora, dime, ¿Por qué estás aquí y así?

— En verdad, bien salimos de la escuela, estuve andando y andando por todo Seúl. Ha cambiado mucho.

— ¿No llevaste un abrigo al colegio?

— Me lo robaron — Encogió sus hombros, quitándole interés pero, preocupando a la mayor.

— ¿Y estás bien? — Esta vez, la sujetó de los hombros para revisar breve y rápidamente a la morena, quedándose cerca de ella y por eso es que Luna, aprovechó y la envolvió en un fuerte abrazo, sorprendiendo a Jung.

— ¿Es cierto? — Preguntó en un susurro, sintiendo ese dolor en su garganta, cuyo hacía que sus palabras sonaran más agudas.

— ¿Qué?...

— Tu relación.

“Tiffany… ¿Se lo dijo?”.

— ¿Qu-Quién…?

— Sólo dímelo, por favor. ¿Es cierto?

—… Sí.

Luna apretó sus ojos y sujetó con fuerza a Jessica, reteniendo sus lágrimas y palabras por decirle, cómo las del día de ayer. En serio, había perdido y aunque no quisiera aceptarlo, era verdad y Jessica estaba bien con ello.

—… ¿Cuándo?

—… Ayer lo hicimos oficial.

Las dos se separaron con lentitud, más que todo por la voluntad de Luna. Esta descendió su vista y buscó con ella la mano de Jessica, en sí, buscó aquel anillo que Tiffany había mencionado en la mañana. Al hallarlo, tomó su diestra y la elevó, notando la forma de infinito que tenía.

Una punzada sintió en su corazón al ver eso, mordió su labial y elevó su rostro para mirar a su amiga, quién la observaba sumamente apenada por lo que en ese momento sentía. La entendía, claro que la entendía.

— Jessica… ¿Me harías un favor?

— El que tú quieras, Luna.

— Déjame darte un beso… El último.

— SunYoung… Yo…

Sin que Jessica le diese permiso, Luna se apoderó de sus labios, en un beso cómo aquel que le dio en esa fiesta. Uno dulce y lento que Jung no correspondió de inmediato, sí, lo hizo puesto que quería dejarle aquello cómo último gesto suyo a Park. La menor, llevó sus manos al cuello de la rubia, queriendo llevar ese beso a más cuándo un suave quejido de Jessica le hizo darse cuenta de lo que iba a hacer.

— Lo si-sie-…

— ¡OH MY GOD! — Chilló alguien desde arriba.

Ambas chicas sorprendidas, se separaron y miraron a la Jung menor, que chillaba y bajaba de manera apurada pero con una enorme sonrisa; sonrisa que era difícil de conseguir ya que, era igual que su hermana con los gestos o acciones.

— No me digan… ¡LUNA, LO CONSEGUISTE! — Volvió a gritar, con un suave tono de delfín.

— Aish, SooJung — Jessica intentó darle un manotazo a su hermana pero, la pelinegra al notar cierto objeto en el dedo de su Eonnie, tomó su mano velozmente.

— ¿Qué diablos es esto?... — Miró a la morena, quién al identificar a lo que se refería su amiga, negó  con su cabeza y ambas manos.

— No, te equivocas, yo-.

— ¡QUÉ LINDA ES SUNYOUNG!

— ¡YAH, SOOJUNG JUNG! — Gritó la mayor, poniéndose de pie.