4 meses y medio después

Corea del Sur

¿Qué es lo que una mujer desea en esta actualidad?

A ver, un novio guapo, presentable o un esposo muy simpático y que te complazca en todo, sí, en todo lo que una quiera. También, tener dinero lo suficiente para satisfacer hasta tus más ridículos gustos. Ser reconocida en tu país, aparecer en portadas de revistas ya sea por tu trabajo o por simplemente el hecho que hayan pagado para que aparezcas.

Sí, todo eso suena tan espectacular pero, lamentablemente, hay personas que a pesar de que tengan todo ello, no son felices porque simplemente, no lo desearon. Porque simplemente, no están compartiendo su vida con la persona que en verdad aman. Porque simplemente, el amor que se dice tener el uno por el otro, es una total farsa.

Sí, esa es la ‘hermosa’ vida de, la ahora, Tiffany de Horvejkul.

Tras aceptar ante la insistencia -ya última de su padre- terminó casándose con aquel heredero algo conocido en su país. Arruinó su juventud, puesto que se ató e interrumpió todas esas ganas que tenía por estudiar.

¡Eso nunca estuvo en el trato con su padre!

Pero, ¿Qué más podía hacer? Ya se había puesto la soga al cuello y sólo tuvo que hacer caso en lo que este le decía. Se inscribió a la Universidad, más no logró iniciar sus estudios, por más que quería no se lo permitieron debido a que la empresa de su padre empezó a tener fama, nuevamente, la comprometieron tanto allí que su esposo hablando por ella, la metió cómo ahora modelo de la alianza.

Dejó sus sueños por ser la modelo de su empresa.

¿Suena feo? ¿No lo suena?

Bueno, para ella, sí. Todos los días que se mató por trabajar, todos los días que discutió con tantas personas para recibir una verdadera paga se fue totalmente al caño, porque las palabras de su padre llegaron para atormentarle así como su actual esposo. Su vida, era un jodido desastre y se lo repetía diariamente.

— ¿Y para qué mierda tenía que venir hoy? — Se preguntó mientras se dirigía a la oficina de su esposo.

Fastidiada e irritada, fue que la vieron los empleados en el momento que las puertas del ascensor se abrieron. La bulla que había allí, cesó al ver cómo la señora Horvejkul se aproximaba a la oficina de su jefe; todos la saludaban más simplemente, eran ignorados por ella. Ya muchos allí y nuevos, le tenían un ‘odio’ por su forma de ser, y es que en muchas ocasiones, había llegado ahí no con el mejor humor y es que prefería demostrarse tal y cómo se sentía a que fingir ser una dulce chica que no existía.

Con ese humor de siempre, llegó al espacio del ‘cejón’ cómo lo había nombrado para ella; abrió la puerta sin más e ingresó pero no halló nadie ahí. Frunció su ceño, fastidiándose más si era posible por el hecho de no ver al tipo que la exigió presentarse ahí y a esas horas.

— Ahora, ¿En  dónde diablos está?

— ¿Busca al Señor Horvejkul?

Esa voz fina atrajo la atención de Hwang y por eso mismo es que volteó a ver para saber de quién se trataba, pero al notar a esa morena desconocida, no respondió al momento.

— Uh, el Señor Horvejkul está en una junta — Volvió a decir la simpática chica.

— ¿Quién eres? — Prefirió ignorar lo anteriormente dicho.

— Soy Kwon Yuri, la nueva secretaria del señor Horvejkul — La morena le brindó una sonrisa a Hwang, cuya no le devolvió.

— Mh… Nueva… — Murmuró observando tras esas gafas oscuras a la chica, cuya era en verdad muy agraciada, hermosa desde aquel punto y atractiva por ese tono particular de piel — ¿Sabes por qué la anterior se fue?

— Bueno, tengo entendido que la chica deseó retirarse por algunos problemas en su familia, creo…

— Bien… Ya me voy — Acomodó sus gafas y se aproximó a la chica para observarla desde esa cercanía, notando que esta se había colocado algo nerviosa, cosa que le provocó una carcajada — Avísale a mi esposo que vine y que me aburrí de esperarlo.

— U-Uh, cómo usted diga, señora Horvejkul.

— No me llames así — Fue seca al quejarse de ello, colocando a la morena más nerviosa y con algo de temor, en sí porque no quería provocarle algún fastidio a la esposa de su jefe. Tiffany al notar cómo la morena bajó su mirada, entendió que se había excedido un poco y no debía de desahogarse con esa chica apenas conocida — Disculpa, pero me desagrada que por ser esposa del… De Nich ya me llamen así.

— Pero, es por respeto.

— ¡Lo sé! — Exclamó algo irritada y la chica pegó un brinco ante ello; Hwang suspiró y sacudió un poco su cabeza — Llámame sólo señora Hwang o Tiffany, ¿De acuerdo?

— Es-Está bien, señora Hwang.

—Bueno, así está mejor, bonita — Sonrió un poco y palmeó el hombro a la alta — Ahora, recuerda, si mi esposo pregunta por mí, le dices que vine pero al no encontrarlo, me aburrí y regresé a la casa, no, no, que fui con TaeTae.

— ¿TaeTae?

— ¡Dile así! — Gritó y sin más, se retiró.

Le desagradaba estar en aquel lugar, hasta cuándo iba para coordinar sus sesiones fotográficas no toleraba mantenerse ahí y era necesario que su padre recurriera para pedirle que soportara todo y con tal por aquel trabajo.

Esa vida no era de su agrado, esa vida de mentiras le desagradaba y  esa misma, hacía que necesitara a esas personas que ya no las tiene a su lado.

“Eomma, Leo, ¿Ustedes están velando todo el tiempo por mí? Si es así… ¿Por qué algo bueno no me ha pasado hasta ahora?...”.

Pero, también pensó en aquella persona que perdió por su decisión mal tomada.

“¿Tú estás mejor sin mí, Jessie?”

EE.UU.

Casa de BoA

— ¡Felicitaciones! — Gritaron todos en la sala de aquella enorme casa de la mujer Jung. Entre los presentes, estaban las únicas que no la dejaban: Boa, Bomi, Luna, DaHae y Sunny. Claro, los más cercanos que tenía ahí en aquel país.

Aquel día se estaba celebrando el gran avance de Jessica, por fin la castaña podía andar sin sentir esa necesidad de estar en la silla de ruedas; por supuesto que se cansaba más fácil pero era por momento, si ella seguía con sus terapias estaría a punto de andar bien.

— Gracias, en serio, no me esperaba esto — Dijo Jessica, encontrándose por ahora sentada.

— Ni esto — Mencionó Luna entrando por un momento a la habitación más cercana, tardó un par de minutos antes de sacar a alguien de allí entre risas, causando impresión a las demás presentes, claro, a las que la conocían.

— ¡KRYSTAL! — Gritó Jessica, en específico, sintiendo que sus ojos se tornaban cristalinos al ver a su hermana menor luego de tantos meses.

— Jess — Esta corrió a su mayor, olvidándose por un momento del resto. Llegó a ella y la abrazó con fuerza, apretando sus ojos para retener sus lágrimas aunque le fue imposible aquello ya que al oír los sollozos de su hermana, también quebró en llanto.

— ¿Ella es su hermana? — Le preguntó Sunny a Bomi, quién era la que estaba a su lado.

— Exactamente.

Tras el conmovedor reencuentro de las hermanas Jung, Krystal decidió saludar ya más relajada a su tía y a su prima, ya que después de mucho tiempo también se reunía con ellas. Ella aún desconocía la relación de su hermana con Sunny, así que no evitó en ser algo celosa con su mayor al ver cómo la bajita le daba algunas caricias a Jessica, aunque suponía que estas tenían algo.

— ¿Y cómo llegast