Habitación de Tiffany

Esa misma noche.

Ni la menor, estando en su casa, se cambió de vestimenta puesto que la insistencia de su novia ocasionó eso, que las dos continuaran con esas batas. Tiffany había tomado asiento en el filo de su cama, teniendo a Jessica enfrente de ella con una postura bastante seria. Estaban en silencio desde que llegaron, ninguna mencionó nada en verdad, Jessica esperaba oír primero a su chica.

— La baja de hace rato… — Empezó a hablar la menor, acomodándose en dónde estaba sentada. Suspiró y acomodó un mechón de su cabello detrás de su oreja — Mh…

— ¿Qué ocasionó en ti, cómo para que reacciones de aquella manera? — Preguntó volteando lo suficiente para tomar aquella silla giratoria que estaba con el escritorio ajeno. Lo atrajo hacia sí y se sentó enfrente, de nuevo, de la pelinegra.

— Ella fue parte de mi familia, hace muchos años. Mi padre y su padre fueron socios, ambos realizaron un proyecto, cuyo en sus  inicios fue demasiado bueno, por eso mismo es que ella y yo, siempre estábamos juntas — Elevó sus piernas y las cruzó sobre su propia cama — Sin embargo, un día mi padre descubrió que algo andaba mal con la economía de la empresa.

— Un momento, ¿Esto qué tiene que ver?

— Escucha, por favor — Murmuró, tomando una de sus almohadas rosas. La apretó contra su pecho y se inclinó un poco hacia adelante — Reanudando, mi padre descubrió que su socio, el papá de TaeYeon había estado robando dinero de la empresa y además, había maniobrado para mal la mayoría de productos. Él, de manera inmediata, denunció al señor Kim y este, por todas las pruebas, perdió el caso así cómo todo lo que tenía — Se sujetó firmemente de aquel objeto y Jessica vió aquello, era la misma fuerza que ejerció en su mano hace rato — Yo no recuerdo eso pero se me fue contado ya años siguientes, sin embargo… Lo que si recuerdo, fue aquel trauma que TaeYeon y su padre ocasionaron en mí.

— ¿Qué fue, Stephanie? — Para ese momento, Jessica se había movilizado con el asiento, hacia su pelinegra, tomándola de la mano cómo pudo.

— Ellos… Su padre me secuestró, pero esto fue logrado gracias  a la colaboración de TaeYeon — Apenas mencionó eso, agachó su mirada y mordió su labio para retener sus lágrimas. Recordar aquello, le hacía mucho daño.

— Pero…

— Me secuestraron por más de una semana y durante todo eso, extorsionaban a mi papá. La familia Kim con lo conseguido, lograron escapar de Corea y no sé cómo diablos, pero, lo bueno… Es que después de tiempo, al ubicarlo, encerraron al señor Kim.

— Cariño… — Jessica atrajo la mano de su menor hacia su boca, depositando un beso en su dorso — Tengo una duda.

— Supongo qué preguntarás por lo que me pasó, durante ese tiempo de mi secuestro — Dijo y al parecer, le atinó ya que Jessica sólo descendió su mirada. Tenía curiosidad y quería quitarse esta, pero tampoco quería que su chica se sintiera mal al recordar más todo eso — Tranquila, te lo diré, para que me creas.

— ¡Te creo! — Exclamó, enderezándose en el asiento — ¿Cómo no creer eso? Claro que sí lo hago.

— Bien… Uh, lo que me sucedió fue… — Suspiró y apretó la mano de su chica, descendió su mirada y lamió su labial anteriormente mordido — El señor Kim, casi abusa de mí.

Aquello, verdaderamente sorprendió a la rubia, cuya abrió sus ojos con totalidad, mirándola sorprendida. Su mano libre, se empuñó y fue su turno de liberar su fuerza en eso.

— Me acariciaba en todo mi cuerpo, a pesar de que no estaba tan desarrollada por ser muy pequeña, él lo hacía. Pero, TaeYeon no me hacía nada de eso, ella más bien se dedicó a golpearme. A pesar de que se vea débil, pega fuerte — Trató de sonar con gracia pero al ver la seriedad de su mayor, suspiró y secó las pocas lágrimas que había derramado.

— Entonces, esa imbécil de mierda… ¿Te hizo todo eso? ¿Por una maldita cantidad de dinero?

— Por eso y porque su papá le mandaba, ella hay veces no quería pegarme pero… Simplemente, en ocasiones, se divertía al hacerlo… Al fin y al cabo, cómo ese hombre decía, su hija era una pequeña que sólo quería jugar a eso…

— ¿A golpearte? Já, qué maldito hijo de-.

— Pero, ya pasó todo eso. Asistí por un año y medio al psicólogo, lo superé y mucho más al conocerte, supe que en el mundo también existían personas buenas que lo único que quieren hacer, es protegerte — Ante ello, le fue inevitable no esbozar una pequeña sonrisa, avergonzando a la rubia puesto que aquello que decía, era por el comienzo de su amistad, la cual fue a finales de su nivel primario.

 — Steph… — Murmuró esbozando una sonrisa algo tonta, sintiendo lo siguiente que fue el cuerpo de su chica, sobre el suyo puesto que la había envuelto en un necesitado abrazo.

— Sabiendo esto, por favor, no hagas caso a TaeYeon. Ella es muy torpe, pero también tiene sus momentos en dónde puede ser la peor persona que puedas conocer.

— No te preocupes, ahora, sabiendo esto, seguiré protegiéndote y estando a tu lado, Steph — Cerró sus ojos y se afirmó a ella, siendo atraída luego a la cama para acostarse, aun estando abrazadas.