Volveré por ti
My American GirlfriendA/N: Antes de que inicien con la lectura, aclararé quizás, una duda suya.
¿Por qué Sunny está en la portada?
Bueno, ella es una de los personajes importantes para que el drama se desarrolle totalmente. No diré más, jé. ¿?
Ahora sí, enjoy.
En aquel instante
Tiffany se había mantenido clavada en la entrada, viendo cómo su chica se desesperaba e intentaba ser detenida por su madre y la morena que la sujetaban de cada brazo. Krystal, quién estaba congelada al oír lo último, giró torpemente su rostro, cruzando su mirada con la de medias lunas.
Sin pensarlo, caminó firmemente hasta ella, empujándola sin brusquedad pero con la suficiente fuerza para hacer que retrocediera y que esté fuera, nuevamente de la habitación de su hermana mayor.
— ¿Qué mierda haces aquí? — Preguntó atacante la menor.
— Vine a ver a tu hermana… Supe que despertó.
— ¿Ya te has dado cuenta de su estado actual, no? — Retuvo cómo pudo, las lágrimas que de nuevo querían salir.
Tiffany agachó su mirada y asintió, mordiendo su labial para también, evitar llorar enfrente de la menor.
— Lárgate, no quiero que Jessica se ponga peor de lo que está.
— Pero — Elevó su mirada, negando inmediatamente y dando un paso hacia adelante — Yo no me iré, vine por ella. Quiero verla.
— La viste hace un momento y si quieres su bien, no te atrevas a ingresar. Suficiente con esta suposición — Hizo referencia al grito de su hermana.
Su vista fue ahora tras su mayor puesto que su padre y el médico, se acercaban con velocidad. Krystal los siguió con la mirada hasta que ingresaron, antes de ir tras ellos se aseguraría de que la pelinegra y aún novia de su hermana, se fuese de allí.
— Lárgate, Tiffany. No quiero hacerte un escándalo.
— Tú quedarás en ridículo.
— Puede ser pero me aseguraré de la que quede peor, seas tú.
— Krystal… Por favor, déjame verla.
—… Lárgate, por favor — Dijo y sin más, giró para encerrarse con los demás en la habitación, de dónde se escuchaba los gritos de Jessica.
— Jessie… — Murmuró, sintiendo sus piernas flaquear. No soportaba oír a su rubia desesperada y le aterraba totalmente la idea de que en serio, ella haya quedado paralítica — No me iré, no te dejaré.
Dentro la habitación
— ¿He quedado parapléjica? — Cuestionó Jessica, después de haberse calmado, manteniendo aun así, su respiración agitada.
— No podría decirte con seguridad — Pronunció tras haber suspirado — Podría decir que sí, que quizás tienes una lesión medular cómo también un adormecimiento tras el fuerte golpe que has tenido por la velocidad del hombre que te había atropellado.
— ¿Podemos descartar la duda de que mi hija está parapléjica? — Preguntó YunHo con firmeza, tomando la mano de Jessica, dándole unas caricias con su pulgar.
— Tendríamos que llevarla a otra área para los exámenes.
— ¿Puede ser ahora mismo? — Preguntó, esta vez, EunHye.
— No, el responsable de aquella área no se encuentra en este momento pero yo les estaré avisando o hasta él mismo puede venir para llevársela.
— Espero que sea lo más antes posible.
— Así será, con su permiso — Tras dar un movimiento de cabeza, se retiró, dejando a todos allí, nerviosos.
Jessica ya no deseaba mencionar algo, no quería ver a nadie y si escuchaba una palabra para ‘relajarla’ estallaría. Lo que menos quería en ese momento, es que alguien tratase de calmarla, cuándo lo más difícil de hacer era eso.
— Uh, Jess… — Murmuró Luna, aproximándose a su amiga más vio como ella negó.
— Por favor, salgan un rato de aquí.
— Pero, hija — Murmuró YunHo.
— No, por favor… — Dijo elevando su diestra, haciendo callar a su padre y ganándose la atención de los demás — Quiero estar sola, quiero… Quiero eso, sólo eso.
— Volveremos — Krystal fue la primera al salir bien dijo eso, esperando también echar a Tiffany por si la veía allí.
YunHo le siguió a su hija menor, siendo seguido por su esposa y finalmente, por Luna que antes de salir con totalidad, observó a Jessica. La morena le dedicó una sonrisa, no similar a la de la pelinegra pero una que podía alegrarle el día a la rubia, alegrarla cómo cuándo eran pequeñas.
Jessica se quebró ante ello y ahora con lágrimas, descendió su rostro para evitar mirarla. Sun Young entendió y se retiró de allí, cerrando la puerta, haciendo un poco de ruido con la atención de que Jessica se diese cuenta de que ya andaba sola.
La rubia elevó sus manos y con furia, cubrió su rostro soltando a su vez algunos quejidos no tan elevados. Se arañó un poco las mejillas mientras se sacudía, queriendo patalear, pero el hecho de no conseguirlo la enfurecía más. Liberó un grito y ya con puños, empezó a golpear sus piernas, cuyas aún no sentían nada.
Con más furia y fuerza, siguió golpeándose, moviéndose desesperada en la cama; olvidando por completo que estaba aún internada en aquel hospital.
— No hagas eso.
La inconfundible voz de su pelinegra hizo que se detuviera y con su rostro bañado en lá
Comments