capitulo 2

YO ANTES DE TI ( Versión TaeNy)
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2

 

 

No soy tonta. Me gustaría dejarlo claro ya mismo. Pero es muy difícil no sentir carencias en el Departamento de Neuronas Cerebrales al crecer junto a una hermana pequeña a quien no solo adelantaron un curso para ponerla en mi clase, sino que encima avanzó al curso siguiente.

Todo lo que era razonable o inteligente lo hacía Michelle en primer lugar, a pesar de ser dieciocho meses más joven que yo. Todos los libros que yo leía ya los había leído ella primero, todas las noticias que yo mencionaba durante la cena ya las sabía ella. Es la única persona que conozco a quien de verdad le gusta hacer exámenes. A veces pienso que me visto como me visto porque lo único que Michelle no sabe hacer es vestirse bien. Es una de esas chicas de vaqueros con camiseta. Su idea de la elegancia consiste en plancharse los vaqueros.

Mi padre dice que soy un personaje porque tiendo a decir lo primero que se me viene a la cabeza. Dice que soy como mi tía Lily, a quien no llegué a conocer. Es un poco raro ser comparada sin cesar con alguien a quien no has conocido. Si bajo por las escaleras con botas de color púrpura, mi padre hace un gesto a mi madre y dice: «¿Te acuerdas de la tía Lily y sus botas de color púrpura?», y mi madre chasquea la lengua y comienza a reír como si le hubieran contado un chiste privado. Mi madre dice que soy todo un carácter, que es su forma educada de no comprender por qué me visto así.

Pero, sin contar con un breve periodo de mi adolescencia, jamás he querido asemejarme a Michelle, ni a las otras chicas del colegio; preferí la ropa de chico hasta los catorce años, y ahora tiendo a dejarme llevar por mis gustos, según mi estado de ánimo de cada día. No tiene sentido que intente parecer convencional. Soy baja, piel blanca y, según mi padre, tengo cara de elfo. Y no se refiere a la «belleza élfica». No soy fea, pero creo que nadie me va a llamar nunca guapa. No cuento con esa grácil cualidad. Sooyoung me dice que soy preciosa cuando quiere que me abra de piernas, pero ella es así de transparente. Nos conocemos desde hace casi siete años.

Tenía veintiséis años y no sabía quién era. Hasta que perdí el trabajo ni siquiera me lo había planteado. Suponía que probablemente me casaría con Sooyoung, que adoptariamos unos cuantos hijos, que viviría a unas calles del lugar donde siempre había vivido. Aparte de un gusto exótico en cuestiones de ropa y de ser un poco baja, no había gran cosa que me diferenciase de cualquier persona con quien me cruzaba por la calle. Probablemente, no me mirarías dos veces. Una muchacha del montón, que llevaba una vida corriente. En realidad, me iba bien así.

 

 

—A una entrevista tienes que ir trajeada —insistió mi madre—. La gente es demasiado informal estos días.

—Porque llevar un traje oscuro a rayas es esencial si voy a dar de comer a un vejestorio.

—No te hagas la listilla.

—No puedo comprarme un traje. ¿Y si no me dan el trabajo?

—Puedes llevar el mío, y te voy a planchar una bonita blusa azul, y por una vez no te recojas el pelo con esas —señaló con un gesto mi pelo, que estaba, como de costumbre, enroscado en dos nudos negros a cada lado de la cabeza— cosas de princesa Leia. Intenta parecer una persona normal.

Sabía que no era buena idea discutir con mi madre. Y noté que mi padre había recibido instrucciones para no hacer comentarios acerca de mi ropa cuando salí de casa, caminando con torpeza en esa falda demasiado ajustada.

—Adiós, cielo —dijo, con un temblor en las comisuras de la boca—. Buena suerte. Tienes un aspecto muy... profesional.

Lo bochornoso no es que yo vistiera un traje de mi madre o que ese corte hubiera dejado de estar de moda en los años ochenta, sino que me quedara un poco pequeño. Sentí que la cinturilla se me clavaba en el estómago y tiré de la chaqueta cruzada. Como mi padre solía decir de mi madre, hay más grasa en una horquilla.

Me senté en el corto trayecto de autobús, un poco mareada. No había ido antes a una entrevista de trabajo de verdad. Empecé en The Buttered Bun cuando Michelle apostó a que no lograría encontrar trabajo en un día. Entré y pregunté a Jimin si necesitaba que le echaran una mano. Era el primer día del café y Jimin pareció casi cegado por la gratitud.

Ahora, al pensar en ello, ni siquiera recuerdo haber hablado con él acerca de dinero. Jimin sugirió una paga semanal, yo estuve de acuerdo y una vez al año me decía que la había subido un poco, por lo general un poco más de lo que yo habría pedido.

En cualquier caso, ¿qué se preguntaba en las entrevistas? ¿Y si me pedían hacer algo práctico con la anciana, como darle de comer, bañarle o algo así? Kyuhyun había dicho que un cuidador se encargaba de ciertas «necesidades íntimas» (esa expresión me dio un escalofrío). Los deberes del cuidador auxiliar, dijo, eran «un tanto vagos en estos momentos». Me imaginé a mí misma limpiando las babas de la boca de la anciana, tal vez preguntando a voz en grito: «¿QUERÍA USTED UNA TAZA DE TÉ?».

Cuando comenzó la recuperación tras el derrame cerebral, el abuelo no era capaz de hacer nada por sí mismo. Mi madre se encargó de todo. «Tu madre es una santa», decía mi padre, lo cual yo venía a interpretar como que le limpiaba el culo sin salir corriendo de la casa entre alaridos. Yo estaba bastante segura de que nadie me había descrito así jamás. Yo le cortaba la comida al abuelo y le preparaba tazas de té, pero, en cuanto a lo demás, no estaba segura de si yo estaba hecha de la pasta que se requería.

Granta House estaba al otro lado del castillo de Stortfold, cerca de las murallas medievales, en ese largo tramo sin asfaltar en el que solo había cuatro casas y la tienda del National Trust, justo en medio de la zona turística. Había pasado ante esa casa millones de veces sin mirarla de verdad. Ahora, al andar ante el aparcamiento y el ferrocarril en miniatura, ambos vacíos y con ese aspecto lúgubre que solo una atracción estival puede tener en febrero, vi que era más grande de lo que me había imaginado, de ladrillo rojo con doble fachada, ese tipo de casas que vemos en los viejos ejemplares de Country Life en las salas de espera del médico.

Caminé por la larga entrada para coches, intentando no pensar en si alguien me estaría observando por la ventana. Recorrer una entrada tan larga te pone en desventaja; automáticamente te hace sentir inferior. Mientras meditaba si apartar o no el mechón de la frente, la puerta se abrió y me sobresalté.

Una mujer no mucho mayor que yo salió al porche. Vestía unos pantalones blancos y una chaqueta como de médico y llevaba un abrigo y una carpeta bajo el brazo. Al pasar junto a mí me sonrió con educación.

—Y muchas gracias por venir —dijo una voz desde dentro—. Estaremos en contacto. Ah. — Apareció la cara de una mujer, de mediana edad pero hermosa, con un corte de pelo caro. Llevaba un traje que daba la impresión de costar más que el salario mensual de mi padre.

—Usted debe de ser la señorita Hwang.

—Stephanie. —Extendí la mano, tal y como mi madre me había pedido que hiciera. En estos tiempos los jóvenes ya no ofrecían la mano, en eso mis padres coincidían. En sus tiempos ni se les habría ocurrido presentarse con un «Eh, ¿qué tal?» y mucho menos con un beso al aire. Esta mujer no tenía aspecto de ver con buenos ojos los besos al aire.

—Bueno. Sí. Entre. —Retiró la mano en cuanto le fue humanamente posible, pero sentí que su mirada se detenía en mí, como si ya estuviera evaluándome.

—¿Le gustaría pasar? Podríamos hablar en el recibidor. Me llamo Kim Tae Hee. —Parecía cansada, como si ese día ya hubiera pronunciado las mismas palabras demasiadas veces.

La seguí por una sala enorme con cristaleras que iban del suelo al techo. Unas tupidas cortinas caían con elegancia desde unas barras de caoba maciza y alfombras persas de decoración barroca cubrían los suelos. Olía a cera de abeja y a muebles antiguos. Había elegantes mesillas por todas partes, sobre cuyas superficies bruñidas reposaban cajas decorativas. Me pregunté por un momento dónde diablos dejarían los Kim sus tazas de té.

—Entonces, ha venido por el anuncio de la Oficina de Empleo, ¿verdad? Siéntese.

Mientras ella ojeaba los papeles de una carpeta, yo eché un vistazo disimulado por la sala. Había pensado que la casa sería un poco como una residencia, todo limpísimo y muy accesible. Pero esto era más bien como uno de esos hoteles tan lujosos que daban miedo, bañado en dinero heredado, con objetos muy cuidados y de apariencia cara. En un aparador había fotografías con marcos de plata, pero estaban demasiado lejos para distinguir las caras. Mientras la mujer repasaba las páginas, cambié de postura para intentar verlas mejor.

Y fue entonces cuando lo oí: el sonido inconfundible de costuras que se rasgan. Miré abajo y vi un desgarrón entre las dos piezas de tela que se unían a un lado de la pierna derecha, y cómo las hebras de tejido habían pasado a formar un flequillo antiestético. Noté cómo mi cara se ruborizaba.

—Entonces..., señorita Hwang..., ¿tiene alguna experiencia con tetrapléjicos?

Me volví para mirar a la señora Kim, retorciéndome para que la chaqueta cubriera la falda lo más posible.

—No.

—¿Tiene mucha experiencia como cuidadora?

—Hum... En realidad, nunca lo he hecho —dije, tras lo cual añadí, como si oyera la voz de Kyuhyun en mi oído—, pero estoy segura de que podría aprender.

—¿Sabe qué es un tetrapléjico?

Titubeé.

—¿Alguien... atrapado en una silla de ruedas?

—Supongo que es una forma de definirlo. Hay varios niveles, pero en este caso estamos hablando de la pérdida completa del uso de las piernas y un uso muy limitado de las manos y los brazos. ¿Eso le molestaría?

—Bueno, no tanto como a ella, obviamente. —Sonreí, pero la cara de la señora Kim no mostró expresión alguna—. Lo siento, no quería decir...

—¿Sabe conducir, señorita Hwang?

—Sí.

—¿Tiene el carné en regla?

Asentí.

Kim TaeHee marcó algo en la lista.

El desgarrón crecía. Lo imaginaba avanzando inexorablemente por el muslo. A este ritmo, cuan

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 17: Esta historia esta muy linda, pero este es el final?
jcamila #2
Chapter 17: Me encanta esta historia
gea_ly
#3
Chapter 17: cambia el final siiiii!
2597611 #4
Chapter 17: También la amo !!
Karen-14213
#5
Chapter 17: Como amo esta adaptación x2
ditaange
#6
Chapter 16: Ah! Como amo esta adaptación
ditaange
#7
Chapter 16: Ah! Como amo esta adaptación
Karen-14213
#8
Chapter 16: Debo admitir que por este fic estoy retrasando mis ganas de ver la historia original xD
Good Work!
taeny39
#9
Chapter 16: Yah SooYoung se va a llevar a Tiffany con ella. Y TaeYeon es un ángel.
Karen-14213
#10
Chapter 15: Hay... Taeyeon...te amo <3