Abstinencia a lo habitual
El lado ciego del amor (Adaptación Taeny)
Capítulo Dos
La lluvia caía como lágrimas contra el cristal, distorsionando la vista de la ciudad. Ella miraba a través de las vetas de agua al mundo que la rodeaba: la ciudad de Nueva York se extendía ante su mirada como una postal, una imagen perfecta de sí misma, perfecta, a pesar de ser vislumbrada a través de la mirada viciada de las circunstancias.
Se inclinó a su altura, apoyándose contra el marco de la pared, y se dedicó a observar desde la ventana. Las luces de afuera proyectaban las sombras del patrón de la lluvia en el piso de su habitación de hotel. Es curioso cómo el silencio puede parecer hermoso contrastado con la tumultuosa realidad de su existencia.
Se había mantenido demasiado tiempo en esa posición, era consciente de ello. Debería de cambiarse. Debía de estar lista para el evento de caridad donde la esperaban, pero por falta de motivación, y la tranquilidad del momento era demasiado tentador dejar de asistir.
En cambio, se quedó al lado de la ventana, mirando abajo al mundo con sus muchas historias, los taxis y señales de neón, las personas ocultas bajo los paraguas, y se sentía, como siempre, desconectada, se sentía, como siempre, apartada. Las preguntas que siempre quedaban en su mente presionando hacia adelante. Las preguntas que oscilaban en el aire en cada una de las entrevistas, que marcaron todas las respuestas daban un giro alrededor de su cabeza con una urgencia cada vez mayor: ¿Cuánto tiempo iba a mantener esto que estaba pasando? ¿Cuánto tiempo iba a pasar hasta que se venga abajo?
Suspiró, dejando con su aliento una mancha en el vidrio por un breve instante antes de desaparecer del todo. ¿Cuánto tiempo ciertamente?
Luego vino el inevitable golpe, seguido por el inevitable sonido de la apertura de la puerta detrás de ella. La luz inundó su visión, y rápidamente parpadeo, viendo como su punto de vista de la ciudad se convertía en un reflejo de la habitación. Se miró a sí misma por medio segundo, justo el tiempo suficiente para captar la visión de su decepción en los ojos de color avellana, antes de darse vuelta para hacer frente a su visitante.
Nickhun Horvejkul estaba en la puerta, su cuerpo bloqueaba la vista del luminoso pasillo detrás de él. Se veía como un modelo, vestido con el esmoquin negro que había elegido para él antes de haber dejado L.A. Ella sofocaba con una sonrisa su malestar. "Tiffany, en caso de que no te hayas dado cuenta, la habitación está completamente equipada con electricidad". Indicando con un gesto la luz.
Tiffany Hwang apoyaba su espalda contra la ventana. "Ja-ja." Soltó una amplia sonrisa a su mejor amigo antes de añadir: "Te ves muy bien".
"Supongo que soy bastante guapo", respondió, suavizando a un lado su pelo marrón con la mano. Sus ojos de café oscuro engañando su satisfacción por el cumplido. "De todos modos, me debes mucho por esto".
Tiffany sonrió, con el tipo de sonrisa que solo reservaba para ella y para él. Si sólo podría enamorarme de ti... y la idea la hizo sonreír. Se apartó de él y caminó hacia la cama donde su vestido la estaba esperando. Lo miro por un largo momento, como si ello significaba lo mismo que ponérselo. "¿Crees que realmente habría algo que perder si no asisto?"
"Um, por favor, no me digas que has cambiado de opinión. He sufrido una dramática transformación en tu nombre". Indicando con un gesto a su atuendo. "Yo estaba muy feliz en mis pantalones de siempre antes de que vengas y agites la invitación y esta corbata negra en mi cara."
"Podrías simplemente volver a quitártela," Tiffany respondió pacientemente.
"¿En serio?" Nickhun la miró con escepticismo. "¿O es una de esas cosas locas de mujeres que no entiendo? De igual modo, me dices que no quieres ir, así que iré a cambiarme y, a continuación, dos segundos más tarde llamaras a mi puerta usando tu vestimenta tachonada de diamantes y gritando que se va a hacer tarde y es todo culpa mía. "
Tiffany lo miro arqueando una ceja.
"Yo sé cómo las mujeres trabajan. En primer lugar, te confunden, entonces te seducen y, luego, abusan de ti. "
"Eso es muy profundo, Khun, pero no tengo ningún deseo de seducirte."
Nickhun entrecerró sus ojos. "¿Entonces, lo que quieres es confundirme y abusar de mí? Lo sabía. La conozco, Srta. Hwang, no crea que estoy intimidado por su estrellato en Hollywood. "Hizo una pausa por un momento. " ¿Así que... tengo que cambiarme?"
Tiffany fijo su mirada en el vestido. Esta noche, ella no sería más que otro rostro reconocible entre muchos, una estrella que brilla no más brillante que el resto. Pasaría la noche haciendo su pequeña conversación con la gente que debía pretender recordar de reuniones anteriores, sonreiría a extraños con amabilidad y admiración falsas, y luego eventualmente volvería a esta habitación de hotel vacía quedándose despierta y preguntándose cómo con tanta atención podía caer en tal abrumadora soledad.
"Vamos Khun, " dijo, "No", y suspiró. "Me dijiste que iría, así que voy".
"Y aquí tuve mis esperanzas. Voy a dejar que te prepares entonces. Voy a estar en mi habitación cuando hayas terminado. "
Comenzó a salir, pero Tiffany lo detuvo. Cuando se volvió hacia ella, esta le sonrió, "Estoy en deuda contigo", le dijo.
"Así que sobre eso de seducir..."
"Buen intento. Ahora salgamos de aquí o vamos a llegar tarde y todo será culpa tuya".
Su risa se hizo eco en la sala mientras iba cerrando la puerta.
~ * ~
Taeyeon permanecía despierta tratando desesperadamente de bloquear todos sus pensamientos golpeando furiosamente en su mente. Observaba el agrietado, y manchado techo por encima de su cama, escuchando los familiarizados sonidos a su alrededor: el calentador se quejaba en protesta por haber extendido demasiado su vida útil, el sonido de Sooyoung preparándose para ir a la cama, el fuera de contexto murmullo de sus circundantes vecinos.
A su lado, Baekhyun roncaba suavemente, el sonido era momentáneamente ahogado por la repentina afluencia de las sirenas de la policía que venían de afuera. Esperó hasta que se perdieran en la distancia, y luego se movió de su lado para quedar de cara a la ventana. Los fragmentos de luces que brillaban a través de las persianas proyectaban las sombras que se posaban en las paredes, y quedo observando por largo tiempo al modelo parecido a las barras de una prisión.
Taeyeon deseaba que Baekhyun se hubiese ido a su apartamento y la dejase dormir en paz. Podía sentir el calor de su pecho contra su espalda desnuda. Podía oír el suave ronquido contra su oreja. Cerró los ojos y trató de excluir su presencia, pero el esfuerzo dio en su lugar como resultado un inesperado flujo de lágrimas. Se limpió entonces la cara contra la almohada dejando atrás sus emociones. Todo lo sentía mal, roto, y no sabía por dónde empezar a ensamblar las cosas para permanecer juntos.
Pensó en los muchos intentos de arte que había desechado últimamente. Había puesto tanto de sí misma en cada trazo del lápiz; había tratado tan difícilmente de expresar su pasión a través de cada movimiento de su mano. Pero fallaba; una y otra vez, habiendo acabado con nada más que una fotografía en la mano que no transmitía nada más allá de su mera existencia. ¿Dónde estaba la pasión? ¿Dónde estaba el riesgo, cuando se estaba completamente vació?
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