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“El fin de semana más largo de mi vida”
Una hermosa y joven mujer con un suave y largo cabello castaño entro en la galería de arte, todo el mundo volteó a mirarla. Ella estaba vistiendo un largo vestido azul oscuro de seda que abrazaba sus curvas de la manera más perfecta, sensual, pero increíblemente elegante, colgando de un nudo de la parte posterior de su cuello y luego fluía por su cuerpo, y su perfecta espalda expuesta.
Su largo y suave cabello cayendo libremente y enmarcando sus facciones. Sus profundos ojos color chocolate enmarcados por las largas pestañas negras, las mejillas de color rosa suave y brillo labial en sus labios carnosos.
Ella sonreía amablemente a toda la gente a su alrededor, y luego dulcemente a un hombre alto que estaba haciendo su camino hacia ella.
Él estaba en los mediados de los cincuenta, y había sido un hombre muy guapo en su juventud, pero la creciente barriga que su ropa no podía ocultar eran una prueba de su vida acomodada, y su amor por la buena comida y el buen vino.
Llevaba un negro y caro smoking, su cabello castaño oscuro bien peinado, sus ojos color chocolate oscuro sonriendo orgullosamente a ella.
Ok, tienes que actuar y lucir toda dulce e inocente, tu conoces el trato, se dijo a si misma, mientras se dejaba abrazar por el hombre que ahora estaba a su lado.
“Tiffany, querida” le dijo “Estas preciosa esta noche, cariño”
“Gracias, Appa”, ella respondió, sonriendole dulcemente “Te ves muy guapo, también”
“¿Yo? ¡Oh, por favor! Exclamó “¡Yo soy solo un hombre viejo!”
Él la guió a un grupo de personas que ella inmediatamente reconoció como los socios de negocios de su padre, y se obligo a si misma a no gruñir, en cambio sonrió dulcemente a ellos.
“¡Miss Hwang!” un hombre joven de ojos grises, cabello corto de color rojo y una mirada coqueta, y bigote rojo se dirigió a ella “Es un honor volver a verla!” él le besó la mano “Tu padre me dijo que estas en la universidad ahora, ¿estudiando arte? ¿Es así?” el continuaba hablando “¡Que maravillosa y exquisita jovencita, eres!”
*imaginenselo con el cabello rojo*
Tiffany sonrió, y pacientemente lo escucho. ¿Vas a dejar que diga algo fosforo? ¿O quieres hacer toda la conversación por los dos? –ella preguntó mentalmente ¿Quieres pensar por mi también? ¡Dios, odio a los hombres! Son todos tan simples y… aburridos.
“Me sentiría honrado si me dejaras ser tu acompañante por toda la noche” él estaba diciendo. ¡On no!
Ella podría jurar que escucho una alarma encendiendose en su cabeza.
Pero sonrió cortésmente al hombre, y dijo: “Por supuesto, pero primero hay algunos parientes con los que tengo que ir a hablar, por lo que si usted por favor, me disculpa”
Y con eso, ella dejo al hombre parado allí. Se había forzado a si misma a no correr, y en vez de eso camino tranquilamente, lejos de ese molesto hombre. Pero una mano sobre su hombro la hizo detenerse. ¡Que no sea él, que no sea él! rogaba mentalmente cerrando los ojos.
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