Una mujer rubia medio alta,  aparcó su coche junto a otros dos. Ella frunció el ceño, pero luego se limitó a sacudir la cabeza,  y suspiro profundamente.

¿Desde cuándo Taeyeon tiene un BMV?, ella se preguntó.

Bajó de su coche y camino hacia la casa, mirando a su alrededor.

No había nadie en la casa. Ella frunció el ceño nuevamente.

¿Y ahora dónde se metió esa chica? Pensó para sí misma, mientras lanzaba su bolso en el sofá y caminaba hacia la cocina.

No había nadie allí tampoco. Ella fue a la sala de estar de nuevo, pensando en que tal vez podría tomar una buena ducha antes de la cena, e hizo su camino hacia las escaleras.

Y entonces lo vio.

Ella se inclinó y lo recogió, sacudiendo la cabeza. Lo juro, yo no sé de dónde consigue estas cosas. ¿Piedad señor? Pensó para sí misma, haciendo su camino hacia arriba.

Jessica acarició su rostro contra el cuello de la chica, abrazándola más de cerca, y dejó escapar un suspiro.

Ambas  estaban desnudas, descansando, las sabanas cubrían sus cuerpos desde la cintura para abajo. Ya estaba oscuro allá afuera, y se habían pasado todo el día entero  descansando allí. Ok, tal vez más que solo descansando allí…

“¡Oh, olvide algo!” Tiffany exclamó “Oppa quería que te diera las gracias por el ¿empujón?... ¿y que él no te asesinará?” repitió las palabras de su hermano. Y cuando la rubia solo se rió de eso, ella frunció el ceño “¿Me perdí de algo?”

“Oh, sí” ella le respondió sin dejar de sonreír.

Pero cuando Tiffany siguió mirándola con una expresión interrogante en su rostro bonito, le beso la punta de la nariz, subiéndose encima de ella otra vez.

“No te preocupes, voy a explicártelo más adelante”, ella dijo, ahora besándole el cuello “tengo mejores cosas que hacer en este momento”, agregó.

“¿Ah, sí?” preguntó Tiffany, riendo felizmente  ante las suaves caricias de la rubia.

“Sí”, Jessica respondió, antes de aplastar su boca con la de ella, reuniéndose en un profundo y apasionado beso.

Pero de repente la puerta se abrió de golpe, sorprendiendo a ambas chicas, y rápidamente agarraron las sabanas para cubrirse.

Una mujer rubia, medio alta  entró  en la habitación, sujetando los viejos pantalones vaqueros de Jessica en una mano, y la otra mano en la cadera. Sus oscuros ojos castaños mirando a los pantalones vaqueros y frunciendo el ceño.

“Cariño, ¿podrías explicarme porque en la tierra sigues usando esta cosa? Es que es tan…” ella levantó la mirada y luego sus ojos se abrieron en grande “¡Sooyeon!” ella exclamó.

“¡¿Podrías tocar?!” la rubia más joven le preguntó, sentándose en la cama e intentando cubrir a la chica desnuda cerca de ella con su propio cuerpo.

Tiiffany solo hundió su cara en la espalda de la rubia, furiosamente sonrojada e increíblemente avergonzada.

La rubia mayor bajó la mirada sobre ellas, ahora con ambas manos en sus caderas.

“Sooyeon, bebe, entiendo que eres joven y quieras tener diversión” ella empezó “Realmente, lo entiendo. Pero ¿Podrías dejar de usar mi casa como un hotel? Yo realmente no quiero tener un desfile de chicas desnudas que van y vienen por aquí, y los vecinos quejándose de los ruidos fuertes….”

“¡Mom!” Jessica exclamó, ahora sonrojándose, tan avergonzada como la muchacha que estaba oculta detrás de ella.

“¡Oh, por favor!” la otra mujer exclamó, rodando los ojos castaños oscuros “No soy estúpida, cariño. Y yo soy tu madre, ¿recuerdas? Así que no me digas que ustedes dos estaban jugando al doctor aquí…”

“¡Mamá, Por favor!” Jessica gritó

“Está bien, como he dicho, eres joven, así que…” ella se detuvo y miró a la chica de cabello castaño escondiéndose detrás de su hija “Puedes dejar de esconderte allí, cariño. Yo no te morderé” y cuando Tiffany echó un vistazo desde su posición, la rubia mayor le sonrió cálidamente “Tendrás que disculparme por entrar así. Pero  creí que normalmente mi hija   era  más  cuidadosa con sus conquistas…”

“¡Mamá!” gritó Jessica.