Ride of your life
“El fin de semana más largo de mi vida”Capitulo 12
“¡¡DIOS¡¡ ¡si no es el alcohol, es un maldito traje de baño!” Tiffany exclamó, levantando las manos al aire, y dándose vuelta.
“¿Huh?”, Era más o menos todo lo que Jessica logró decir.
“¡Oh, al diablo con eso!” La chica de cabello castaño gritó, antes de voltear a su alrededor y aplastar su boca con la de la rubia, besándola.
Tiffany la empujó contra el mostrador, amoldando su cuerpo al de la rubia, besándola salvajemente y Jessica solo pudo devolver el beso, completa y absolutamente sorprendida.
En algún lugar al fondo de su mente, ella registro el hecho de que no debería estar haciendo esto, pero no podía encontrar fuerza para detenerse o a Tiffany.
Un par de manos ahuecaron sus pechos, y ella dejo escapar un grito ahogado, y miró a la chica quien realmente estaba volviéndola loca de puro deseo.
“¿Qué estas haciéndome?” – ella preguntó sin aliento y con una sensación de mareo. Viendo en los ojos de Tiffany su propio deseo.
“Todavía nada”, ella respondió, mordiéndole el labio inferior a la rubia “Pero estoy a punto de darte el viaje de tu vida”, añadió, antes de aplastar su boca con la de la rubia. Las bocas se abrieron y las lenguas se encontraron. La mano de Tiffany yendo hacia el sur y frotando a la rubia través de la tela del traje de baño.
Jessica gimió profundamente en la boca de Tiffany cuando sintió su calor contra su muslo, sus manos yendo alrededor de la cintura de la chica de cabellos castaños, y acariciando la suave y cálida piel. Se rindió y se permitió perderse en su creciente deseo. Y en las manos que ahora estaban acariciando su pecho y presionando su clítoris.
Y cuando ella sintió la mano de la chica haciendo su traje de baño a un lado y deslizando dos dedos dentro de ella, sus propias manos fueron a sujetarse del borde del mostrador, para estabilizarse a sí misma, sus nudillos se estaban volviendo blancos y su respiración era cada vez más errática.
Ella cerró los ojos, la cabeza cayendo hacia atrás, y comenzó a gemir profundamente en voz alta, casi desesperada, cuando empezó a mover sus caderas contra esos dedos. Los dedos de Tiffany se retorcieron, sumergiendose profundamente, alcanzando el centro de Jessica.
Tiffany cayó de rodillas, con su boca ahora siguiendo el camino de sus dedos, y comenzó a lamer y chupar a la rubia, mientras Jessica sintió como si estuviera a punto de explotar en el más puro y caliente deseo.
“¡Oh, Dios!” Jessica respiró, mirando hacia abajo a la cabeza de color castaño entre sus piernas, aún sorprendida por los avances de la chica, pero completa y totalmente excitada, y desesperadamente necesitaba liberarse ahora.
La boca de Tiffany se mantuvo haciendo dulces y circulares pautas contra su clítoris en la más deliciosa tortura, los dejos empujando duro en su interior. con cada embestida de la mano de Tiffany, las caderas de Jessica se sacudian contra ella.
La castaña sintió l
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