El Favor.
“El fin de semana más largo de mi vida”
Capitulo 1: El favor.
Una chica rubia, ojos castaños, joven, delgada, vestida con pantalones vaqueros holgados, una camiseta negra, y una gorra, que por todo los medios gritaban rebelde, escupió el café que acababa de beber en la cara de quien está sentado frente a ella.
“Genial”, dijo “Realmente genial. Gracias por el baño de café, realmente lo necesitaba”
Era medio alto, tan delgado como su amiga, tez pálida. Tenía unos penetrantes ojos color café, cabello castaño, y vestía una camisa informal y jeans oscuros.
Y actualmente estaba limpiándose el café de la cara con una servilleta.
“¡Te lo merecías!” – exclamó ella devolviéndole la mirada “¡¿Estás loco?!”
“No, estoy desesperado”, él le respondió, luciendo bastante relajado “Hay una gran diferencia”
“¿Por qué yo?” – preguntó ella
“¡Por qué eres mi mejor amiga!” exclamó, ahora poniéndose un poco exasperado sobre el comportamiento de su amiga “Y los amigos se ayudan unos a otros, ¿no es así?”
“Si, si, pero ¿Por qué YO?”- preguntó de nuevo, ahora apuntandose a sí misma con las dos manos. Los ojos color castaños muy abiertos.
“Bueno, tu eres una chica, ¿no?”, él bromeó
Por supuesto que sabía que era una chica, una muy hermosa, aunque en realidad no se deja ver como una chica muy seguido.
La había conocido durante casi tres años, y estaba seguro que podía contar con los dedos de su mano las veces que la había visto llevando una falda.
Ok, tal vez él casi nunca la había visto llevando una falda en realidad, pero aun así. Ella era todo, menos una pequeña dulce señorita en falda y tacones altos. Sin duda las apariencias engañan.
Se había sorprendido bastante cuando le había conocido por primera vez, la rubia era una chica que vestía raro, con ropa holgada, jeans rasgados , gorras, era increíblemente…. Una chica con un mal genio, reservada, dormilona, y algunas veces demasiado directa.
Habían compartido un par de clases en la escuela secundaria, y se reunían de vez en cuando en la biblioteca con un grupo de otros estudiantes para tratar de “entender su tarea”, y siempre llegaba tarde. Y él estaba completamente convencido que su compañero era un rebelde. Luego que el empezó a asistir al taller de teatro es donde más la veía como un chico.
Pero luego cuando fue los campos de futbol para visitar a su enamorada en ese momento, una porrista pelirroja que realmente no recordaba su nombre, es entonces cuando se había enterado.
Allí, en los campos, justo al lado de su enamorada, estaba aquel rubio rebelde, y así fue como se entero.
Por supuesto, ella se había reído a más no poder cuando él le había contado sobre eso. O, más cuando él se acerco a ella y le pregunto algo así como “¿Eres una chica? Con la mirada más incrédula en su rostro.
Así que, si, la rubia se había reído en su cara. No había duda que era una chica con esos shorts y esa camiseta pegada que usaba para jugar futbol. Sin duda fue una gran sorpresa. El siempre la veía vestido de chico en las clases de teatro donde coincidían y por primera vez la vio tal como era
Esa misma rubia ahora estaba sentada frente a él, tres años más tarde, y ambos estaban tomando café. Y ella lo
Comments