Una chispa de amabilidad puede originar una hoguera de amor.

Tiffany POV

El trayecto hasta mi casa fue silencioso. Supongo que ambas estábamos ocupadas con nuestros pensamientos, sobretodo Taeyeon. No me imagino el impacto que debió causarle la situación.

Me hubiese gustado hacer algo más, ser capaz de reconfortarla en momentos así. Pero por desgracia apenas la conocía y nunca había experimentado lo que ella.

Observé el perfil de su rostro, las luces de las calles lo iluminaban débilmente, pero a pesar de eso pude notar su inexpresividad. Sabía que estaba conteniendo todas sus emociones, cualquier persona habría sido capaz de verlo.

A nadie le gustaba mostrar su lado débil, por eso todos aparentamos ser fuertes. Aún así, a veces es imposible aguantarlo todo.

Paró justo delante de mi casa y sus manos apretaron con fuerza el volante, emblanqueciendo sus nudillos en el proceso. Fue entonces cuando supe que Taeyeon había llegado a su límite.

Podía ser todo lo fría que quisiese, hacer ver que no le importaba nada ni nadie, pero tenía sentimientos y eso la obligaba a sentir cosas que quizás no eran agradables.

Desabroché mi cinturón pero no me moví del sitio, no me podía ir así como así. La escuché suspirar y alcé la cabeza, viendo como apoyaba su frente en el volante.

Di un pequeño bote cuando la levantó repentinamente, causando que mi cabeza impactase con el techo del vehículo. “Ow.” Por qué tiene un coche tan bajo, ugh.

Noté como su mano empezó a masajear la zona afectada. “¿Estás bien?” Asentí débilmente, ya que su mano aún seguía en el mismo lugar. “Tiffany…”

Levanté la vista al oírla decir mi nombre de una manera tan frágil. “¿Qué sucede?” Me miró con ojos tristes.

“Lo que has hecho duran—“ Frenó en seco y negó con la cabeza, como si no estuviese de acuerdo con sus propias palabras

No sabía cuando había sucedido, ni por qué lo había hecho. Pero la estaba abrazando, o ella a mí, no lo sé, pero no se sentía tan mal como había imaginado. La verdad es que no está mal… nada mal.

“Siento que hayas tenido que pasar por todo esto, sé que no es fácil. Si necesitas a alguien con quien hablar recuerda que estoy aquí.” Murmuré en su cuello, notando como mi voz lo hacía vibrar.

“Gra-gracias.” Me separé de ella y escuché como se aclaraba la garganta, desviando sus ojos de mí. Se me escapó una ligera risita al contemplar su timidez.

“Nos vemos el lunes. Adiós Taeyeon.”

“Adiós Tiffany.” Intentó sonreír, pero el dolor y la tristeza aún habitaban en sus ojos. 

Salí de su coche y empecé a caminar hacia la puerta de mi casa. Justo antes de entrar me giré y pude ver como una de sus manos cruzaba su mejilla lentamente. Estaba… ¿llorando?

No me dio tiempo a confirmarlo ya que el motor de su coche rugió con fuerza y desapareció de mi vista.

Taeyeon POV

Mi pié se hundió en el acelerador mientras mis ojos se cegaban con lágrimas. No podía evitar el dolor que estrujaba mi corazón, era demasiado intenso y no estaba acostumbrada a dejar que me hirieran.

Mi respiración se cortó al darme cuenta de donde me estaba dirigiendo, de manera totalmente inconsciente, aún así continué hasta llegar.

Al salir del coche envolví mi cuerpo con la chaqueta, escondiendo gran parte de mi rostro en el cuello de ésta. Hacía frío y un poco de viento. Las hojas caídas se mecían de lado a lado del suelo y algunas de éstas crujían cuando las pisaba al caminar.

Me acerqué al puente y el distintivo sonido del agua fluir abrió paso dentro de mi mente, llegando hasta los recuerdos de ella, esos que había mantenido recluidos hasta ahora.

►Flashback◄

“¿Cómo nos ves de aquí diez años?” Giré mi cabeza hacia ella, sumergiéndome al instante en la calidez de sus ojos.

“¿De aquí diez años? Hmm…” Apoyé mi cabeza en su hombro mientras la abrazaba desde atrás. “Nos veo juntas, viviendo en una casa con un gran jardín y felizmente casadas.” Pude notar como su mejilla, la que estaba pegada a la mía se movía, probablemente porque había sonreído.

“Felizmente casadas eh…” Dijo con tono burlón, girándose hacia mí. Rodeó mi cuello con sus brazos y me acercó a ella. “Me gusta cómo suena eso.” Susurró lentamente. Noté como el bello de mi cuerpo se levantaba ante su tono de voz. “¿Y qué hay de hijos?” Se separó de mí para mirarme con ojos curiosos.

“Hijos, uh… ¿Quizás un poco más tarde?” Dije con precaución. No quería que pensase algo que no era, sino que era demasiado pronto para pensar en hijos. “Creo que deberíamos disfrutar un poco más de la vida de casadas. ¿No crees?”

Sonrió, satisfecha con mi respuesta y me dio un rápido beso. “Ven, quiero enseñarte algo.” Me cogió de la mano y yo simplemente me dejé llevar por ese gentil tacto.

Nos paramos justo al lado del río, encima del pequeño puente del parque. “Me gustaría presentarte a la persona más importante de mi vida.” Me dijo seriamente.

Sentí como si me atragantaran. “¿Q-que?” Miré a mi alrededor con confusión, buscando a ese alguien frenéticamente.

Sentí su risita y al instante nos encontrábamos apoyadas en un lado del puente, mirando directamente abajo. “¿Ves a esa chica tan bonita?” Señaló al reflejo de mí que había en el agua. “Esa es de la que te hablo.” Abrí la boca, pero no conseguí hacer salir ninguna palabra de ella.

Con ojos vidriosos me acerqué a ella y la besé, notando como secaba mis lágrimas con sus pulgares. “Gracias.” Fue todo lo que pude decir. Sabía que ella había entendido a lo que me refería y con eso me bastaba.

Ella era todo lo que necesitaba.

►

Ahora veía mi reflejo en la superficie del río y solo podía llorar, deseando que volviese y secase mis lágrimas como hacía antes.

¿De verdad era la persona más importante de tu vida?

¿Entonces por qué me abandonaste?

¿No fui lo suficiente buena para ti?

Por mucho daño que me hayas hecho aún te sigo necesitando.

El aspecto que tenían tus ojos cada vez que sonreías o la forma en que se abrían y cerraban, tus dulces palabras, tus suaves caricias, tus besos, simplemente tú. Te echo de menos.

La tristeza se ha convertido en mi casa y por mucho que intente salir, siempre volveré a ella.    

Todos dicen que algo es diferente, que he cambiado

Dicen, solías ser tan cariñosa, pero en algún momento, te volviste fría

Ellos no lo entienden, me dicen que solía ser alegre

Pero ahora mi mirada, mi expresión y el tono de mi voz

Todo se ha vuelto oscuro y aterrador.

Es debido al recuerdo que quiero matar, voy borrándolo de mi corazón

Porque un buen corazón es inútil

Es un producto defectuoso de este mundo

Es por eso que realmente quiero corromper el mío

Como dice el refrán “Los amantes se asemejan entre sí.”

Supongo que esta es mi manera de ser como tú.

No tenía un lugar donde ir. Me sentía inmensamente sola, pero supongo que todos tenemos a ese alguien que siempre está ahí para darnos la bienvenida con los brazos abiertos. Esa persona que sabe cuando mientes, o cuando tu sonrisa no es sincera. Te conocen tanto que incluso crees que sabe más de ti que tú misma.

Tres golpes suaves en la superficie de la puerta, simplemente porque el sonido del timbre te irrita, independientemente de la hora que sea. Te dije que te lo cambiaras, pero tú me dijiste que daba igual, que no había mucha gente que te visitase.

“¿Taeng?” Dijiste, totalmente confusa de verme en el portal de tu casa un viernes a la una de la madrugada.

Pero cuando vistes mis ojos rojos y los restos de mi maquillaje esparcidos por mi cara como una pintura abstracta, lo entendiste. Y no preguntaste nada, simplemente me abrazaste y me dejaste empapar tu hombro con más lágrimas.

Llorar era tan fácil como respirar.

Tú te encargabas de recoger cada trozo de mi roto corazón, y con delicadeza y paciencia, los intentabas unir de nuevo. Ambas sabíamos que nunca volvería a ser lo mismo, pero era lo único que podíamos hacer.

Sin ti no hubiese sido capaz de aguantar todo. Tú fuiste la que estuvo a mi lado cuando ella se fue, la que me sacaba de los bares a altas horas de la madrugada cuando mi cuerpo no podía absorber otra gota de alcohol, fuiste el pilar que me mantuvo derecha cuando creía que me derrumbaría.

“Déjalo ir, estoy aquí para lo que necesites.” Su mano dibujaba círculos en mi espalda y sentí como mis ojos de cerraban del cansancio. “Siempre.”

Gracias.

Abrí los ojos con dificultad, los parpados me pesaban del agotamiento. Apenas había podido dormir más de dos horas seguidas, ya que los recuerdos junto a ella no abandonaban mi cabeza. Eran como pesadillas, que me despertaban con una dolorosa sensación de ausencia y nostalgia.

Al parecer el haber ido hasta ese lugar que había sido tan especial para nosotras, provocó que perdiese mi capacidad de controlar mis memorias. Y ahora que la brecha se había vuelto a abrir, se me hacía imposible cerrarla.

Intenté sentarme, pero la cabeza me empezó a dar vueltas al instante, obligándome a quedarme tumbada. El techo de esa habitación tan familiar era una vista un tanto aburrida de contemplar, por eso giré mi rostro, encontrándome con una foto que recordaba demasiado bien.

Éramos tan jóvenes e inocentes, sonriendo alegremente porque aún no habíamos experimentado el dolor. No sabíamos que nos depararía el futuro, desconocíamos por completo lo