A veces seguir a tu corazón significa perder la cabeza.

Taeyeon POV

Encontraba fascinante que el simple hecho de dormir te pudiese hacer olvidar del dolor. Era una especie de sedante, que por desgracia se desvanecía cuando despertabas.

¿Qué pasaría si decidiese desprenderme de todas mis emociones?

No podría ser feliz, pero tampoco sufriría.

Si me hiciesen elegir entre una vida sin felicidad pero tampoco tristeza o una con ambas, tendría muy claro que escogería la primera.

Pero entonces… ¿Qué sentido tendría mi vida?

Nadie quiere sentir dolor.

Todo lo que hacemos es para llegar a la felicidad. Cada acción, cada decisión, cada palabra que decimos es para conseguir ser felices. Claro que a veces puede implicar la infelicidad de otros, pero no podemos evitar ser un poco egoístas.

Yo ya no sabía qué podría hacerme feliz. Bueno, sí que lo sabía, pero era algo casi imposible de conseguir.

Querría retroceder en el tiempo y volver a vivir todos esos momentos junto a ella, esos que me hacían feliz. E intentar enmendar mis errores, aunque no supiese que fue lo que hice mal. Pero entonces tendría la oportunidad de preguntarle y quizás, solo quizás, me dolería menos.

Estaba cansada de sentirme tan miserable, pero por más que intentara librarme de las memorias hirientes, siempre volvía al mismo sitio.

Era frustrante porque yo solo deseaba sentirme alegre, como cualquier otra persona en este maldito mundo.

Pero supongo que la vida quería joderme un poco más. Muy amable de su parte.

Noté como algo recorría mi rostro, dibujando un camino lentamente.

“..eon.”

Se paró encima de mis labios, acariciándolos tiernamente.

“…yeon.”

Fruncí mis cejas y sentí como las masajeaba, libreando la tensión en ellas.

“Taeyeon, despierta.” Apreté mis parpados y giré mi cuerpo, dándole la espalda a la voz.

No, no quería despertarme, no quería volver a estar triste…

“Ya hemos llegado.” Susurró, y por un momento consideré dejarme llevar por su dulzura, pero el miedo lo superó todo.

¿Qué había hecho yo para merecer tal castigo?

¿Acaso amar a alguien estaba mal?

“Vamos, despierta.” Zarandeó mi cuerpo con suavidad y finalmente abrí los ojos. Tal como pensé, mi corazón se estremeció de la angustia.

Me giré, encontrándome al instante con los ojos preocupados de Tiffany. El saber que le importaba a alguien me hacía sentir mejor, pero no era suficiente.

“Buenos días.” Sonrió y miró por la ventana. “Aunque ya casi es la hora de comer.” Su estómago rugió y no pude evitar dejar escapar una sonrisa.

“Ahora vamos a comer, no te preocupes.” Estiré mi cuerpo y me levanté del asiento.

“Ten, te los quité cuando vi que te habías dormido. Te podrían haber hecho daño.” Me dijo, devolviéndome los auriculares.

“Gracias.” Le sonreí sinceramente, no una de esas sonrisas falsas que pongo normalmente. Bajé nuestras maletas y salimos del avión.

“Supongo que piloté bien si fuiste capaz de dormirte tan rápido.”

“No seas tan confiado Jae. Pero sí, tienes razón.”

“Tengan una buena estancia.” Dijo la azafata, haciendo una reverencia y ofreciéndome una de sus bonitas sonrisas.

“Muchas gracias Yewon.” Le devolví el gesto y por el rabillo del ojo vi como Tiffany apretaba los dientes. Disimular no es lo tuyo, eh.

“Vamos, el coche nos espera.” Le dije a Tiffany, cogiéndola del brazo. Su mandíbula se relajó y se dejó llevar por mi agarre.

“¡Esto es increíble!” Cerré los ojos ante su potente voz. “Lo siento.” Dijo, cuando se dio cuenta de que había chillado demasiado.

“Un bonito paisaje, ¿verdad?” Estábamos en el balcón de lo que sería su habitación.

“Es hermoso.”

Era un pequeño hotel, pero estaba situado junto a la playa y se podía ver el horizonte perfectamente. Además estaba muy cerca de los terrenos de construcción, así que no tardaríamos mucho en llegar.

“Bueno, dejo que deshagas tu maleta y yo voy a hacer lo mismo. Nos vemos abajo en veinte minutos para comer.”

“Perfecto.” Me sonrió y se despidió moviendo la mano.

Cerré la puerta y moví la cabeza de lado a lado. ¿Cómo lo haces para estar siempre contenta? Ojalá pudiese aprender de ti.

Caminé hasta el final del pasadizo, abriendo la puerta que tenía en frente. Mi habitación era distinta a la suya, un poco más grande, pero ambas tenían las mismas vistas.

La luz del sol le otorgaba al océano un esplendor magnífico.

¿Aún te acuerdas de lo que me dijiste?

► 

“Me encanta ver a la gente feliz.” Estábamos a la orilla del mar, con ella sentada entre mis piernas, apoyando su cabeza en mi clavícula.

Unos niños estaban jugando con las olas, riendo mientras se mojaban entre ellos.

“A mí también, pero eso es algo normal.” Se encogió de hombros y continuó mirándolos.

“¿No crees que el océano alegra a la gente? El sonido del oleaje, su movimiento, el brillo que le da el sol. Es relajante, te hace olvidar de las preocupaciones.” Sonreí y besé la cima de su cabeza, apoyando después mi mandíbula en ella.

“Tienes toda la razón del mundo.” Jugué con sus dedos.

“Me gustaría construir un hotel en la playa de alguna isla pequeña. Pero que se camuflase en el paisaje natural, que no fuese a lo grande. Sería maravilloso ver a la gente contenta, jugando, riendo.” Escuché con una sonrisa como explicaba todo. Parecía ilusionada. “¿Verdad que sí?”

“Hmm podríamos probar de hacerlo.” Se giró de golpe, mirándome con los ojos abiertos de par en par.

“¿De verdad?” Admiré su rostro con tranquilidad. Era tan hermosa.

“Claro que sí, ya sabes que por ti haría lo que fuera.”Se mordió el labio inferior y después de observarme, lanzó sus brazos alrededor de mi cuello para abrazarme.

“Muchas gracias, aunque solo me lo hayas dicho para alegrarme significa mucho para mí.” Acaricié su pelo.

“Te prometo que lo voy a hacer, por ti.”

►

Estoy cumpliendo mi promesa Jieun-ah, aunque no estés aquí conmigo para verlo…

Considera esto como una disculpa por el error que cometí, ese que causó que me dejases…

Decidí sacar las cosas de mi maleta. No tardé mucho ya que me traje lo justo y necesario para los quince días que estaríamos aquí.

Miré el reloj.

02:27pm | 27 de octubre de 2014

Nos iríamos el… 10 de noviembre.

Mi corazón de estremeció. Sería el segundo año desde esa maldita fecha, que probablemente me perseguiría toda la vida.

Fue el día que me levanté sin ella a mi lado, el día que me encontré todo revuelto y sin rastro de sus cosas. Ni su ropa, ni sus pertenencias, ni sus libros.

Su esencia aún permanecía en la almohada, la misma que abracé durante horas mientras esperaba que volviese a casa.

Se había llevado absolutamente todo y me había dejado completamente sola.

Intenté llamarla pero tenía el móvil apagado y no pude hacer otra cosa que ahogarme en mis propias lágrimas, llamando su nombre con la esperanza de que todo fuese un sueño y me volviese a levantar con ella a mi lado.

No era un sueño, sino que era mi peor pesadilla.

Tiffany POV

“La comida estaba deliciosa.” Le dije con una sonrisa que pronto desapareció al ver su mirada perdida.

Llevaba así desde que se fue a su habitación para deshacer la maleta. Los cambios en su estado de ánimo eran tan repentinos que me desorientaban.

Eran más frecuentes cuando la dejaba sola, porque cuando estaba conmigo la distraía entablando una conversación.

“Taeyeon, ¿estás bien?”

“¿Huh?” Levantó la mirada del plato, mirándome confusa.

“Parecías distraída. ¿Sucede algo?” Me preocupas, Taeyeon-ah.

Negó con la cabeza. “No, no, solo me había distraído.” Miró mi plato. “¿Has terminado ya?”

Asentí. “Ya he llenado mi estómago rugidor.” Le di un par de palmaditas a mi barriga y ella sonrió. Justo lo que deseaba ver.

Nos levantamos y salimos del hotel, t