En el fondo sabías como me estaba rompiendo por dentro.

Tiffany POV

La verdad es que yo nunca había sido mucho de fiestas.  Era más de quedarme en casa, haciendo otro tipo de cosas. Pero claro, cuando tu jefe te pide que le acompañes a un evento donde asiste alguien muy importante, no te queda otra que ceder.

Y aquí estaba, sentada en un rincón de la sala con una copa de champán casi vacía en la mano, o casi llena si lo mirabas de forma más positiva. Pero hacía tiempo que había dejado de serlo, así que continuaría viéndola medio vacía, como mi vida.

 Estaba esperando a que el chico que rellenaba las copas pasase por aquí, pero era como si ocurriese una vez cada mil años. Bueno, esto ha resultado ser más aburrido de lo que esperaba.

Lo que más me molestaba era que cuando no tenía nada que ocupase mi mente, solo podía pensar en Taeyeon. En qué estaría haciendo en esos momentos, si estaría pensando también en mí, si haría justo lo contrario…

Suspiré, cerrando los ojos. Pensaba que era más fuerte y que podría superar esto fácilmente, pero resulta demasiado complicado.  

Me terminé lo que quedaba en un sorbo y me levanté. Si él no viene a llenarme la copa, tendré que buscarlo yo.

¿Cómo podía haber tantas personas? Si no había nada especial que ver…

“Oh, Tiffany. Por fin te encuentro.” Mierrrrrrda.

Sonreí lo mejor que pude y me giré hacia él. “Hola Dan, yo también te estaba buscando.” Si tú fueses el que rellena las copas, claro.

“Te presento al Señor Jung, el famoso diseñador del que te hablé.”

“Ah, sí, sí.” Le tomé la mano. “Un placer.” Al hacer la reverencia, noté que me mareaba un poco y cerré los ojos. Quizá no fue muy buena idea abusar tanto de la bebida, ugh.

“Tiffany fue de gran ayuda con el diseño de la casa Tellmond, además de otros proyectos igual de importantes.” Sonreí. “Contando que no ha tenido una formación especializada en eso, se le da muy bien.”

“Por favor Dan, qué exagerado eres.” Le di un ligero empujoncito, sonrojándome por sus numerosos halagos.

“Daniel tiene razón. Sin duda tienes un talento innato.”

“Es un honor viniendo de usted, Señor Jung.”

“No hacen falta formalidades, querida. Pronto formaremos parte de la misma empresa.” Abrí los ojos, mirando disimuladamente a Dan para saber si eso le pilló también por sorpresa. No había rasgos de asombro así que ya lo sabía.

“Me alegra mucho oír eso, espero que nuestra empresa le agrade.”

“No tengo dudas sobre eso.” Dijo con una sonrisa amable. “Si me permiten, voy a buscar a  mi mujer. Tiene tendencia a perderse en lugares con mucha gente.” Soltó una risita nerviosa y se desvaneció. Parece mentira que este hombre esté alrededor de los setenta.

“Bueno, por lo que veo ha salido bien.” Dan sonrió orgulloso.

“Así es. Tenemos un buen futuro por delante.” Suspiró, como si hubiese pensado en toda la faena que tendría que hacer. “Vamos a que nos dé un poco el aire.”

Asentí y miré alrededor. “Ohhhh, espera.” Dije, cuando el camarero pasó por delante. Se paró y me ofreció una copa. “Gracias.” Por fin.

Vacié la mitad en un sorbo y Dan me miró sorprendido. “Me gustaría que eso fuese como celebración pero me temo que es por otra cosa.”

“Quizás para olvidar.” Aunque solo sea por una noche.

“Hmm, ya veo.” Apoyó los brazos en la baranda, mirando las estrellas en el horizonte. “¿Sabes que es casi imposible olvidar a las personas que son verdaderamente importantes para nosotros, no? Y menos con alcohol.”

“Lo sé, pero el alcohol me lo hace más fácil. Sobre todo en los días que el dolor se hace inaguantable. ”

“Entonces deja que te ayude.” Posó su mano sobre la mía y no pude evitar sentirme culpable.

“Lo siento, de verdad. Pero no puedo empezar algo contigo si sigo teniendo sentimientos por Taeyeon.  Sería injusto para ti.” Sonreí patéticamente ante el déjà vu. Ahora entiendo lo que me dijo Taeyeon ese día. Pero aunque lo haya entendido no cambiará nada.

“Lo sé, pero no perdía nada por intentarlo.” Sonrió, pero sabía que solo lo hacía para tratar de esconder el dolor. Y lo sabía porque yo solía hacer exactamente lo mismo con ella. “Puedes probar de pedirle a Papá Noel que te la traiga como tu regalo de navidad.” Reí, mirando el cielo.

“O puedo pedirle a las estrellas.”

“Debes tener cuidado con cuál eliges. Piensa que hay algunas que hace tiempo que murieron.”

“Lo sé, pero a pesar de estar muertas siguen ofreciéndonos su hermosa luz, ¿verdad?” Me sonrió, moviendo la cabeza de lado a lado.

“¿Tú siempre sabes cómo responder, no?”

“No siempre, Dan, no siempre.”

Hay excepciones para todo.

Taeyeon POV

“Siéntate.”

“Siéntate, por favor.”

“Sién-ta-te.”

Un diminuto ladrido.

“No te daré el premio hasta que no te sientes.”

La mirada.

“Los ojitos ya no funcionan, pequeño.” Me miró y estuve a punto de tirar la toalla, pero finalmente se sentó.

“¡AHHHHHHH POR FIN!” Exclamé, tirando los brazos arriba. La galleta voló y antes de que pudiese aterrizar en mi rostro, la pequeña bolita de pelo saltó hacia mí, apoyó sus patas traseras en mi estómago, se impulsó y la atrapó exitosamente.

Supongo que solo pensó en como subir, porque el descenso lo terminó con su culo en mi cara. Lo gracioso es que no se movió de allí hasta que lo aparté yo.

“Menuda forma de darme las gracias.” Refunfuñé. “Espero que progresemos más rápido.” Me tumbé en el suelo y exhalé, tapándome los ojos con el antebrazo.

 ¿Será todo esto suficiente para que me perdones?

No pude evitar sonreír al notar su húmeda nariz en mi mejilla. Aparté mi brazo y lo miré. “¿Cómo te vamos a mantener tan blanco?” Es demasiado pronto para pensar en plural, pero no puedo evitarlo. Me haría muy feliz.

Aún tumbada, lo cogí y lo levanté. “Es raro referirme a ti cuando no tienes nombre, pero soy pésima para este tipo de cosas. Así que creo que voy a esperar a que nuestro objetivo se encariñe de ti, y lo haga por mí.” Ladeó la cabeza. “No me mires así, es por tu bien. Porque si fuese por mí te llamaría bolita o algo así.” Ladró. “Te lo dije.”

Lo bajé y lo puse encima de mi pecho, acariciándolo con suavidad. “No sé qué voy a hacer si no sale bien.” Era en lo único que pensaba. “Cavar un hoyo y enterrarme sería la primera opción.” Levantó la cabeza  y me miró como si me hubiese entendido.

“Bueno, puede que eso no, pero me haría mucho daño. Aunque dudo que nunca pueda sentir lo que sufrió ella.” La culpabilidad era demasiado intensa, y más cuando no tenía nada con que ocupar mi mente.

Lo único que puedo hacer es exprimir mi cerebro al máximo y buscar las palabras adecuadas con las que expresarme.

“Creo que necesitamos un poco de ayuda.” Saqué el móvil de mi bolsillo y llamé a la única persona que podía ayudarme en esto.

Era la encantadora de perros.

La mujer que susurraba a los cachorros.

“Soonkyu, necesito tu ayuda.”

Necesitábamos paciencia y mucha suerte.

“Cuando me llamaste no pensé que tendría que adiestrar a un cachorro.”

“La vida está llena de sorpresas eh?” Me miró levantando una ceja.

“Sí, como la fabulosa idea que has tenido para confesarte.”

“Tu tono sarcástico no me gusta.”

“Lo siento, me sale solo.” Se burló.

“¡Yah, tendrías que apoyarme en esto!”

“¿Por qué?” Cruzó los brazos.

“Porque uno.” Dije, levantando un dedo. “Eres mi mejor amiga.” Rodó los ojos. “Dos; tú también quieres que esté con Tiffany. Y no hay tres porque no necesitas más motivos para ayudarme.”

“Ya avisé a Tiffany en su tiempo. Le dije que le harías daño pero ella no me hizo caso, y al ver como cambiaba tu comportamiento  cuando ella estaba alrededor pensé que quizá saldría bien. Pero pasó lo que pasó y ahora estáis las dos mal y yo estoy en medio.” Suspiró, sentándose en el sofá.

“Tienes razón, siempre te meto en medio de todo y no es justo. Debería ser más independiente y aprender a valerme por mí misma, pero desde lo de Jieun me cuesta muchísimo.” Me senté a su lado.

“No me molesta que me metáis en medio porque si os puedo ayudar me vale, pero tenéis que arreglarlo como sea. Porque no puedo continuar viéndoos así.”

“¿Sigues hablando con ella no?”

“Claro, el problema está entre vosotras dos, no conmigo.” El problema está en mí.

“¿Te ha… preguntado por mí alguna vez?” Tragué.

“Tu nombre es tabú en nuestras conversaciones.”

“Oh… y-ya veo.” Si ni puede oír mi nombre como va a aceptarme…

“Pero es porque aún está dolida. No te desanimes por eso, ponte en sus zapatos…”

“Lo sé, es entendible.”

“En fin, hora de seguir con el pequeñín.” Dijo, cambiando de tema al ver como se había oscurecido mi rostro. “Hey, deja de pensar en eso. Va a salir bien, confía en mí.”

“¿Cómo estás tan segura?”

“Porque lo que veo en tus ojos es lo mismo que veía en los suyos cuando hablaba de ti.”

“Tengo miedo.”

“No pasa nada, te voy a ayudar en todo lo que pueda, ¿de acuerdo?”

“Gracias Soonkyu.” Le sonreí.

Tengo que arriesgarme, esto no puede quedar en un “Y si…”.

Tiffany POV

“Gracias por acompañarme Tiff, espero que te lo hayas pasado bien.” Me sonrió, sacando mi maleta de dentro del maletero de su coche.

“No ha sido nada y claro que me lo he pasado bien.” Le devolví la sonrisa, cogiendo la maleta por el mango extensible.

“Nos vemos después de las fiestas. Feliz Navidad Tiffany.”

“Feliz Navidad Dan.” Lo abracé y caminé hacia casa.

“Papá, ya estoy aquí~” Dejé las llaves encima de la mesa y la maleta en un rincón.

“Bienvenida Stephanie.” Sonreí al verlo salir de la consulta. Se acercó y me abrazó como si no nos hubiésemos visto en años. “¿Ha ido bien?”

“Sí, fue interesante.”

“Me alegro.”

“¿Todo bien por aquí? ¿Nada nuevo?”

“Oh, no, no, todo muy normal.” Levanté una ceja ante su nerviosa respuesta.

“No pareces muy seguro de eso.”

“¿Qué? Estoy muy seguro. Segurísimo.” Apartó los ojos de mí.

Moví la cabeza de lado a lado. “No sé qué ha pasado que no quieras contarme pero no tengo fuerzas para sonsacártelo. Me voy a dormir un poco.”

“De acuerdo, pero acuérdate que esta noche tenemos cena con la familia.”

“Lo sé, como cada Nochebuena.” Sonreí, lo besé en la mejilla y subí las escaleras, arrastrando la maleta conmigo.

Echaba de menos mi habitación, sobretodo mi cama. Me dejé caer encima y exhalé, extendiendo los brazos.

Observé todos los dibujos de ella. Estaban en todos sitios, mirase donde mirase, sus ojos me atravesaban el corazón. Y daba igual si eran dibujados, porque había conseguido copiar su intensidad a la perfección.

Suspiré, apartando la vista de ellos. Si lo que quería era olvidarme de Taeyeon, esta no era la manera más adecuada para hacerlo.

Me levanté y después de luchar conmigo misma, los fui despegando de las paredes, guardándolos en un cajón.

Aún no era lo suficientemente fuerte como para despedazarlos, pero todo se empezaba con pequeños pasos.

Tiempo es todo lo que necesitas, Tiffany.

Las comidas familiares tenían su lado bueno y su lado malo, como todas las cosas supongo.

La parte