Welcome to Hell
HeartlessAlgunas personas caminan bajo la lluvia, otras simplemente se mojan.
Un tímido escalofrío trepó por mi espalda, suscitándome a envolver mi cuerpo entre las sábanas hasta el punto de sentirlas como una segunda piel. Podía escuchar el impacto que producían las gotas al caer contra el cristal de la ventana que había en el techo. Producían un ritmo sedante, era como si me inyectasen endorfina lentamente, calmando cada una de las partes de mi cuerpo.
No quería levantarme, la verdad es que no tenía ningún motivo para hacerlo. Podía quedarme todo el día en la cama si me apetecía, pero había un motivo desconocido que me inquietaba. Era una de esas situaciones en que sientes que va a pasar algo, pero que no sabes qué es, entonces te pones a pensar y a pensar, hasta que tu cerebro se sobrecalienta y termina explotando. No literalmente, eso es obvio.
Odiaba eso, lo odiaba con todo lo que se pudiese odiar. Me impedía estar tranquila y disfrutar del día, y más si era por algo que no tenía la más mínima idea de lo que era. A eso le llamo, un estado de paranoia máximo.
Pero como en casi todo, había soluciones, o al menos soluciones provisionales e improvisadas. Así que lo mejor que pude optar a hacer fue volver a dormir. Y la verdad es que no me costaría, la calidez que irradiaban las sábanas me hacía sentir perfectamente, la melodía natural de la lluvia, el saber que no tenía que hacer nada…
“Stephanie, baja a desayunar.” Y como no mi padre, ugh.
“¡Ya voy!” Le grité, hundiendo mi cabeza en la suave almohada. La cantidad de sueño que tenía era equivalente a las horas que estuve con los ojos abiertos de par en par durante toda la noche por culpa del gato del vecino. Juro que un día lo tiro del balcón.
“¡Stephanie!” Me levanté de golpe, dándome cuenta de cómo mis alrededores empezaban a dar vueltas. Vale, quizás no debería haberme levantado tan bruscamente…
Posé mis pies encima del frío suelo, retirándolos al notar el enorme cambio de temperatura. Buscando mis zapatillas y un jersey, salí de mi habitación, siguiendo el olor del desayuno.
“Ya era hora, pensaba que tendría que arrancarte de la cama.”
“Buenos días a ti también, Papá.” Respondí, mirándomelo con el ceño fruncido. Pero él se limitó a sonreír, como siempre hacía.
“¿Cómo fue la entrevista?” Mantuve mi expresión de indiferencia, aunque dentro de mi cabeza me reía diabólicamente ante mi genialidad.
“Muy bien, creo que les gusté.” Le sonreí. “Pero habían muy buenas candidatas, dudo que me cojan.” Eso seguro.
“¿A si? Vaya...” Tuve que concentrarme para no empezar a reír. “Bueno, tampoco sabes si te elegirán o no. Además, conozco a su padre, quizás con eso ganes puntos.” Ni con eso.
“Puede ser, nunca se sabe…” O sí...
~I got a boy meotjin! I got a boy chakhan! I got a boy handsome boy nae mam da kajyeogan
I got a boy meotjin! I got a boy chakhan! I got a boy awesome boy wahnjeon banhaenna bwah~
Pero que— ¿Número oculto?
“¿Piensas responder o…?”
“¿Eh? Oh, sí, sí.” Me aclaré la garganta. “Si, ¿diga?”
“¿Tiffany-shi?” Oh no, esa voz… Mierda, mierda, mierda. Esto no puede estar pasando.
“No, se debe haber equivocado de número. Adiós.” Colgué, encontrándome con la confusa mirada de mi padre. “Uhm, se habían confundido de persona…” Solté una risita nerviosa, rascándome la nuca.
~I got a boy meotjin! I got a boy chakhan! I got a boy handsome boy nae mam da kajyeogan
I got a boy meotjin! I got a boy chakhan! I got a boy awesome boy wahnjeon banhaenna bwah~
Sus ojos se posaron en mi móvil. “¿Estás segura de que se han confundido de persona?” Tierra trágame.
“Uh…” Sabía que no había otra solución, si mi padre no hubiese estado aquí podría haber ignorado las llamadas, pero por desgracia no era así…
“Responde.” Señaló con un ligero movimiento de cabeza el parpadeante teléfono.
Asentí, volviéndomelo a poner en la oreja. “¿Si?”
“¿Me acabas de colgar?” Reí incómodamente, notando la intensa mirada de mi padre en mí.
“¿Eh? No, no, erm… Pensaba que eran los de la compañía telefónica, llevan días llamando.” Bien Tiffany, muy sutil.
“Oh, bueno entonces. Soy Seohyun, la secretaria de Kim Taeyeon, ¿me recuerdas, no?” Cómo me voy a olvidar…
“Por supuesto. ¿Entonces… a qué se debe tu llamada?” Por favor, ten piedad.
“Oh, solo quería comunicarle que a la señorita Kim le ha encantado, así que si todo va bien, mañana podrías empezar a trabajar.”
“¡¿Que me ha—“ Creo que necesito un descanso.
“¡Stephanie!”
Parpadeo. Parpadeo. Parpadeo.
Menuda pesadilla.
“Hey, estás despierta.”
“Papá, te juro que he tenido una pesadilla muy desagradable.” Con solo oír su voz me podía sentir a mi misma temblar…
“¿Has soñado algo al desmayarte?”
“Ugh, sí. Espera, ¿desmaya—”
“Sabes que cuando te recuperes empezaras a trabajar, ¿no?” Tra— ¿Trabajar? Eso quiere decir que…
“Oh no, esto no puede estar pasando.” Me levanté de la cama. “Es otra pesadilla sí, debe ser eso.”
“Hable con Juhyun, y terminamos de acordar todo, porque si fuese por ti vamos listos.” De verdad que lo quiero mucho, pero a veces lo mataría.
“¿Cuándo empiezo?” Por favor, que no sea mañana, que no sea mañana…
“Mañana.” Mierda.
“Oh, fantástico.” Sonreí lo más falsamente posible, entrando inmediatamente al baño. “¿Qué he hec
Comments