Si estás pasando por un infierno, sigue adelante.

La misma chica que consiguió sacarme de quicio en menos de dos minutos se encontraba delante de mí, rodeada por un aura de superioridad que era impenetrable. No podía creer mi desdicha, ¿cuántas posibilidades había de que la enana que derramó su café encima de mí fuera mi superior?

Era consciente de mi mala suerte, pero esto era demasiado. ¿Había hecho algo mal para merecer esto?

Nunca antes había visto unos ojos con tanta maldad. Solo con verlos sabías que estaba planeando mil y una maneras de hacer tu vida una eterna tortura. Pero no podía evitar pensar en cuál era el motivo de todo eso. ¿Qué le pasó que la pudiera afectar tanto?

“Puede sentarse.” Tragué una gran cantidad de saliva, intentando humedecer mi seca garganta. No funcionó muy bien.

“S-sí.” Me acerqué a la silla que había delante de ella, y a medida que avanzaba, pensaba que era como un agujero negro. Aspiraba todas mis energías sin apenas hacer nada.

La silla hizo un leve chirrido al posarme encima y su rostro se giró en mi dirección. “Como supondrás, estás aquí porque decidí aceptarte para el puesto de trabajo.” Asentí, no encontrando mi voz para responder. “Digamos que tu actitud me pareció un tanto interesante.” Sus labios se curvaron en una sonrisa socarrona al decirlo.

“¿Mi a-actitud?” Frunció el ceño y al instante sabía que no podía sacar nada bueno de eso.

“Vaya, ¿fuiste tan valiente y ahora tartamudeas? Debo admitir que me has decepcionado bastante, Hweng.” Oh, dime que no acabas de decir mal mi apellido. “¿Acaso te doy miedo?” Miré sus ojos fijamente y ella hizo lo mismo, era como una competición para ver quién aguantaba más tiempo el contacto visual.

“No me da miedo y no es Hweng, es Hwang, con a.” Dije con confianza, aún sin apartar mi mirada de la suya. “La gente como usted me hace hervir la sangre.” Volvió a sonreír con picardía.

“No hace falta que te dirijas a mí de esa forma, ¿hay confianza, no?” Confianza mi culo. ”Solo quiero que sepas que este trabajo requiere mucha dedicación y que no es un horario fijo. Deberás acompañarme a reuniones, viajes, presentaciones y hablar con mis clientes, hacer todo lo posible para no perder el acuerdo. ¿Crees que podrás con todo?” ¿Me está retando?

“Por supuesto que sí.” Que empiece la diversión.

“¡Hweng!” Oh Dios, juro que cojo el teléfono y se lo tiro en la cara si me vuelve a llamar así.

“¿Si?”

“Mañana a las diez hay reunión, prepara los papeles y tráemelos a mi despacho en una hora.”

“Ahora mismo.” Sí sargento.

Hacía aproximadamente dos horas desde que habíamos terminado de hablar y acordar todo. Estaba dispuesta a aguantar, aunque no me hiciera gracia, para así demostrarle que podía hacer lo que me proponía.

Después de eso decidió enseñarme un poco los alrededores, hasta terminar en lo que sería mi lugar de trabajo, un cubículo justo al lado de su despacho. Estaba bien, era acogedor, lo único que fallaba era su actitud. Me desquiciaba.

“Psh.” Parpadeé, algo confusa. ¿Qué era eso?

“Pshh.” Me estoy volviendo loca, quizás deba pasarme por el psicólogo después.

“Eh, tú, la nueva.” Pero qu—

Giré mi cabeza, encontrándome con un par de ojos que me miraban como si se divirtieran.

“¿Yo?” Pregunté, señalándome a mí misma.

“Si, tú.” Soltó una risita. “¿Cómo te llamas?” Sus ojos se curvaron de una forma parecida a la mía al sonreír.

“Oh, uhm, Stephanie Hwang, pero prefiero que me llamen Tiffany.” ¿Quién era?

“Encantada, soy Soonkyu, pero al igual que tú, prefiero que me llamen Sunny.” Envolví su mano con la mía en un apretón amigable.

“¿Quién eres?” Al darme cuenta de lo descortés que sonó, me puse roja. “Perdón, no quería ser grosera, era solo curiosidad.”

“Hey, no te preocupes, te entendí perfectamente. Soy amiga de—“

“¡Yah Soonkyu, para de distraer a mis trabajadoras y trae tu culo a mi despacho!” Cerré los ojos ante el intenso tono de voz de Taeyeon.

Sunny me miró, y al instante nos echamos a reír. “Soy amiga de esa mini sargento y creo que será mejor que me vaya antes de que amenace mi integridad física.”

“Creo que sería lo mejor.” No me había fijado pero también parecía ser de la misma estatura que Taeyeon. Lo único es que Sunny parecía ser muchísimo más agradable. De eso no hay duda.

“Nos vemos Tiffany, un placer.” Dijo, despidiéndose de mí para entrar dentro del despacho.

“¡Lo mismo digo!” ¿Me habrá oído? Bueno da igual.

“Ahora vamos a imprimir esos papeles.” Quizás esto no está tan mal como creía.

“Hweng, tienes dos horas para ir a comer, cuando vuelvas me traes lo que te pedí antes.”

“Es Hwang…” Ya ni me esfuerzo en corregirla, sé que lo hace aposta.

Fui hacia el escritorio, recogiendo mis cosas y poniéndolas dentro del bolso. Eché un último vistazo a su despacho, viendo como estaba distraída con papeleo, y entré en el ascensor.

Decidí no coger el coche, ya que las probabilidades de que volviese a encontrar un sitio donde aparcar eran diminutas, y opté por ir a pie hasta el café más cercano. Un simple bocadillo bastaba.

“¡Hey, Tiffany!” Paré de andar y me giré, sonriendo al ver a Sunny caminar hacia mí.

“Hola Sunny, ¿dónde vas?” Le pregunté, volviendo a andar cuando la tenía ya al lado. Definitivamente bajita.

“Iba a comer, ¿y tú?” Me gustaba su forma de vestir. Era como femenina pero con un toque de masculinidad. Le favorecía.

“Igual.”

“Oh, entonces, ¿quieres ir a comer juntas?” Mmm, ¿y por qué no?

“Claro, pero la verdad es que no conozco ningún lugar de por aquí cerca al que ir…”

“¡No te preocupes por eso, déjamelo a mí!” Rompí a reír al verla tan emocionada.

“Todo tuyo, guíanos entonces.” Alzó su brazo, y aún riendo, me cogí de él, dejándome arrastrar por ella.

“¡Si señora!” Ya me empieza a caer bien.

“¿Así que hoy es tu primer día?” Asentí, demasiada ocupada absorbiendo los fideos como para responder apropiadamente. “¿Y qué tal está yendo?”

“Bueno, supongo que no tan mal como esperaba.” Levantó la mirada de su comida, mirándome con una expresión confusa.

“¿Por qué pensabas que iría mal?” Levanté una ceja. “Oh, ¿por Taeyeon?”

“Bingo.”

“Si… no eres la primera que lo cree.” ¿Por qué lo dice con ese tono?

“¿Puedo hacerte una pregunta, Sunny?” Dejé mis cubiertos encima del plato, apoyando mi barbilla encima de mis manos.

“Claro.”

“¿Cómo lo haces para aguantarla?” Sonrió por un momento, pero después su expresión cambió drásticamente.

“Taeyeon no ha sido así siempre.” ¿Qué quiere decir con eso?

“¿No era así?”

“Era todo lo contrario a lo que es ahora. Le gustaba hacer bromas, siempre estaba alegre, se preocupaba por los demás, era de lo más agradable…” ¿Estamos hablando de la misma persona?

“¿Por qué cambió?” Suspiró.

“No tengo que ser yo la que te lo cuente Tiffany, si ve que puede confiar en ti te lo dirá, solo intenta no juzgarla por su actitud, ha sufrido mucho…”

“¿No me puedes contar nada de nada?” La curiosidad me mataba.

“Solo puedo decirte que a partir de eso cambió radicalmente. Supongo que le hizo tanto daño, que se cerró completamente e intentó repeler todo eso que creía que podía sobrepasar esas barreras. Optó por protegerse, por no sentir.”

“Oh…”

“Yo no supe que hacer, había cambiado tanto que me costó reconocerla. Era una nueva Taeyeon.”

“¿Os conocéis desde hace mucho?” Asintió mirando a la nada.

“Nos conocemos desde que l