CL
El miércoles había pasado sin ninguna novedad, solo había entrevistado a bastante gente como para saber a quien elegiría. Por suerte una ex compañera de universidad se había presentado a la entrevista a lo cual me había dado gusto. Joy era la candidata más apta para el puesto, una máster en economía, egresada de Stanford con honores de su clase, además de que había sido CEO de una prestigiosa empresa de tecnología en Sillicon Valey, el sueño de muchas personas, sin duda era la más apta, por el lado de mi asistente teníamos a la brillante Karina recién egresada de una maestría en Alta dirección la cual había salido del mismo talento de la empresa ya que tenía 4 años trabajando con nosotros y gracias a las becas que otorgaba Lee Corp había podido costear su maestría. La verdad era que mi tía era quien era por su manera de trabajar, sin duda no podía dejarla ir de nuevo, aún que sea como mentora, pero en un par de días me había logrado hacer de un equipo de mujeres empoderadas.

Después de tantas reuniones con mi nuevo equipo por fin iba a la oficina acompañada de Joy y Karina cuando me tope con la flamante Tiffany entrando a su  oficina cargada de papeles evitandole que pudiera abrir la puerta de la misma.

- Chicas me disculpan un momento, si gustan pueden ir a la oficina en un momento las alcanzo - dije acercándome a Tiffany para ayudarle a abrir la puerta para que pudiera pasar. -

- Me salvaste la vida CL - decía dejando todos los papeles que tenía en sus brazos mientras resoplaba un mechón de cabello que se le había escapado de su larga y negra cabellera. -

- Estas sola hoy? No viene Jessica aún? - dije buscándola, ya que su escritorio estaba vacío. -

- Huy al parecer creo que nadie te lo dijo verdad... Jessica renunció el día de ayer... Ya no va a venir nunca mas Chaerin, regreso a San Francisco ayer fue su último día, pensé que lo sabias... - decía un tanto sorprendida. -

- Espera... Que? A caso nadie pensaba avisarme? Cuando se fue o cuando sale? - en verdad no estaba comprendiendo nada.-

- Bueno CL, sabes que soy una chismosa pero esta vez me hizo jurar con sangre que no te diría nada mas, es mas ni siquiera se por que te dije que ya se iba, pero bueno igual de estos labios ya no saldrá nada así que disculpame pero tengo muchísimo trabajo tengo mucho que poner en orden ahora que esto queda completamente a mi cargo - dijo sentandose en su escritorio para encender su computadora.-

Estaba a punto de reclamar cuando una voz chillona y afeminada me sorprendió.

- A ti te estaba buscando pequeña desgraciada, como permitiste que el pequeño ángel se fuera de aquí solo por tus líos de faldas, ahora quien será la imagen - decía Julio el fotógrafo con su voz más chillona que nunca. -

- Numero 1 Julio cambia tu tono conmigo y numero 2 a que te refieres que paso con Rosé? - se supone que era mi empresa debía saber todo. -

- Como que no sabias que renunció, el día de ayer bajó hasta mi madriguera a despedirse, me dijo que se iría a París y que ya no iba a trabajar conmigo pero que esperaba que en un futuro lo hiciéramos, entonces supuse que tu tenias que ver... - decía rodando sus ojos. -

- Pará nada tuve que ver, pero que demonios esta pasando aquí, sabes que Julio estoy ocupada, no tengo tiempo para discutir temas sobre las modelos, eso es algo que miraré con recursos humanos ya que cada baja debe ser reportada con dirección y al parecer nadie pensaba decirme nada - estaba tan enojada que entonces la voz de mi tía me sacó del trance. -

- Si fuimos notificadas Chaerin de ambas bajas pero bueno eso no lo discutiremos aquí, vamos a tu oficina y hablemoslo con calma, por cierto Julio que gusto en verte, disculpa a mi sobrina es solo que las bajas siempre son importantes para nosotros, cada colaborador es sumamente valioso...

- Claro Gummy mas cuando se trata de sus novias - Julio estaba enojado conmigo logro mascullar algo en italiano a lo cual mi tía solo rio para salir de la oficina de Tiffany. -

Me acompañó hasta la oficina, seguido de eso le indico a Karina sobre su oficina y a Joy la guio hasta la suya, mientras tanto yo caminaba de un lado a otro jalandome el cabello como si eso las fuera hacer volver, lo sé Rosé lo sabía, pero lo de Jess no me lo esperaba. Ahí estaba tan enojada de un lado a otro cuando en eso escuche una alegata venir desde el pasillo, a lo cual salí de la oficina pues estaba tan molesta que no permitiría que el desorden llegara hasta mi.

Señora no puede pasar, es acceso restringido - decía alguien de seguridad. -

No toque a la señora amigo, la señora puede pasar a donde ella quiera, ella conoce a Lee CL solo viene a verla - decía alguien que al parecer era el guardaespaldas de la Señora Park Hyeon la abuela de Sandara. -

Iba a gritar yo también pero me quedé congelada al ver de quien se trataba, para que la abuela Park saliera de su casa a realizar una visita extraordinaria era como pedirle a la reina que fuera a una reunión imprevista.

- Abuela Park? - dije acercándome a ella. - déjenlos si? Vienen conmigo - le indique al guardia para que los dejara en paz. -

- CL a ti te estaba buscando, necesito hablar contigo, podrás regalarme unos minutos? - decía mientras se tomaba de mi brazo. -

- Claro para usted si quiere la vida entera - le sonrei para darle un beso en la mejilla con ternura, sin duda a la unica persona de los Park que apreciaba pues había sido real conmigo siempre. -

Ambas caminamos a mi oficina ella le indico al guardaespaldas que esperara afuera para entrar a la oficina, le ofrecí algo de beber a lo cual ella negó y tomó asiento en la sala que tenía en mi oficina para este tipo de visitas.

- Que sorpresa abuela Hyeon verla por aquí, a que se debe tan grata visita? - dije sonriendo. -

- Seré breve, vine aquí para hablar sobre mi nieta y sobre el gran error que está por cometer que solo tu puedes evitar - abrió su pequeño bolso para entregarme una invitación. -

Ahi estaba frente a mi una elegante invitación de bodas donde sobre salía el nombre de Sandara y Taeyang, realmente no entendía a que se refería con eso de que solo yo podía evitarlo, creo que las cosas entre ella y yo ya habían quedado bastante claras.

- Bueno abuela, entiendo su preocupación pero dígame que juego llevo yo en todo esto, creo que su nieta no siente nada por mi y lamento decirle que eso es mutuo.. - me encogi de hombros mientras me rascaba la nuca sin entender nada. -

- CL, ayer hablaba con mi sobrina y es más que obvio que te ama, está por cometer el error más grande y no puedo permitirlo, no quiero que se repita la historia de Kwang y de Yun, no quiero que mi nieta se case para vivir una desgracia y un rotundo fracaso, además a ustedes las une es maldito hilo rojo que jamás podrán cortar, vayan con quien vayan seguirán unidas, así que por favor salvala, ya lo hiciste una vez se que podrás hacerlo de nuevo - decía su abuela suplicante mientras me decía sus razones para que volviera con su nieta. -

- Hyeon quisiera decirle que si a todo, pero no sabe todo lo que pasamos, la cosa es tan diferente a hace un tiempo, su nieta y yo fuimos por caminos sumamente diferentes y ajenos a todo el mundo que en ese intento de volver nos perdimos sin poder encontrarnos, quisiera decirle que los del hilo rojo es cierto pero me temo que en la vida real eso no existe, quisiera que así fuera pero desgraciadamente no puedo hacer mas, de verdad ya no soy la misma chiquilla que solía perseguirla en la moto como si de un valiente corsel se tratase, de verdad perdóneme, entiendo su afán de salvar a su nieta pero esta vez me temo que no seré yo - me sentía como una completa grocera pero era toda la verdad, no había nadamas que yo pudiera hacer. -

- Te entiendo CL, pero por favor piénsalo, si existe algo de amor en tu corazón para mí nieta por favor consideralo, ninguna de las dos está destinada a ser infeliz el resto de su vida - se paro para tomar su pequeño bolso y dirigirse a la puerta. - como siempre fue un placer verte nieta, espero que algo toque tu corazón y pienses mejor las cosas, aun tienes tiempo eso es el sábado, solo espero que si te decides no sea muy tarde....

Asintió con su cabeza para salir, acaso me había llamado nieta y yo era como una especie de esperanza de la humanidad que debía de salvar a las personas cuando ni siquiera podía salvarme yo misma, ahí íbamos de nuevo otra vez la maraña de confusiones al ataque, a caso era una señal? Señal de que debía volver de donde jamás debí de haber salido, que quería Dios y la vida? Ni siquiera me sentía con fuerzas para preguntarmelo.