La obra de Wheein pareció agradar a la compuesta maestra Seo, que si bien todos podían observar su gusto por la pintura de la estudiante de arte, ella volvió a mostrar su rígida eutimia.

Seo: Me parece un buen trabajo, cumple con el objetivo ya que es creativo y muestra bajo su argumento un fragmento de su personalidad, sin embargo me parece un poco plano, le falta algo más de esencia.

Wheein escuchó humildemente la observación de su profesora, sin embargo no esperaba la crítica no habían pasado ni dos segundos desde que la expresión de la académica se había ablandado mostrando su obvia emoción frente a la imagen, pero ahora decía que era “plana” y que le faltaba “esencia”, era lo más ambiguo e inconsistente que podría haber esperado oír. De todas formas asintió un par de veces y guardo silencio en señal de respeto, por otro lado si era el juicio de alguien con tanta experiencia algo debía tener de cierto. Hye Jin miraba un poco consternada al rostro de Wheein, viendo como ella enfrentaba los menoscabos de la docente hacia su trabajo, el trabajo que con tanto amor y dedicación le había observado hacer la clase anterior.

Uno a uno la profesora siguió observando y criticando cada uno de los trabajos de sus estudiantes, pero con ninguno de ellos había mostrado la conmovida expresión que había mostrado por unos segundos con la pintura de Wheein. Para avanzar un poco con el rendimiento del curso, Seo aclaró que esta era la primera tarea, realizada solo para explorar cuan creativos podían llegar a ser y que el nivel bajo era algo comprensible al considerar que para muchos éste era su primera aproximación a la pintura, pero que las tareas se irían complejizando. Terminada la evaluación pidió a todos que tomaran un nuevo lienzo y se sentaran sobre sus sillas dispuestos a crear algo nuevo para variar.

Tomando un lienzo para colocarlo sobre un trípode la profesora se acercó a uno de los mesones para elegir un pincel, eligió uno no muy delicado ni muy robusto y todo el curso se inclinó expectante a los movimientos de la mujer, dibujando con pintura sobre el lienzo marcó simples curvas y rectas que de alguna forma comenzaron a dibujar un bosquejo de rostro.

Seo: Su próxima tarea será hacer un retrato, de quien ustedes quieran, puede ser de un niño, un anciano, una mujer, un hombre, alguien que conozca o no, con la expresión que quieran, pero al igual que hoy deberán expresar que los inspiró. Como una segunda tarea, quiero que creen una firma, un nombre como autor, como artista, también tendrán que explicar por qué ha sido ese y no otro. La clase de hoy acaba aquí, pueden retirarse.

Notándose algo exhausta la profesora agrupo sus cosas las metió en su maletín y se retiró del aula, el curso completo quedo en ascuas al ver la repentina retirada de la maestra pero no emitieron mayor comentario al respecto. Hye Jin se cruzó el cordón del bolso que traía y cuando estaba a punto de bajar de su asiento Wheein le sujetó por la muñeca.

Wheein: Ven, acompáñame…

Hye Jin: ¿A dónde?

Wheein: Tú solo sígueme.

A tirones la mayor salió corriendo con Hye Jin sujeta firmemente temiendo que se le fuese a escapar nuevamente, bajó con ella las escaleras a toda velocidad y cruzó el campus corriendo con ella. Hye Jin por un minuto pensó que sufriría un infarto hace mucho tiempo que no corría así y al parecer Wheein si era una muy buena atleta, al pie de un apartado edificio en la zona antigua de las instancias de la universidad, la menor con la respiración agitada a más no poder comenzó a frenar su paso anclando el avance de Wheein.

Hye Jin: ¡Espera!...espera, no… no puedo correr más. ‒Dijo apoyando sus manos sobre sus rodillas para descansar. ‒

Wheein: Vamos, ya estamos cerca. ‒Señaló en intentó de darle fuerzas a su compañera. ‒

Hye Jin: ¿Cerca de dónde?

Wheein: Ya lo verás. ‒Le anticipó con suspicacia. ‒

A duro andar Hye Jin arrastró sus pasos para continuar siguiendo a su ágil compañera mientras que ella nuevamente sujetó el antebrazo de la menor. Entraron en el antiguo edificio y corrieron tres pisos escaleras arriba, a medio pasillo se encontraba una puerta de madera algo hinchada de humedad y con la manilla oxidada.

Wheein: Cierra los ojos. ‒Le ordenó.‒

Hye Jin: ¿Por qué?

Wheein: Sólo hazlo. ‒Insistió. ‒

Wheein soltó a la estudiante de cine, empuñó su mano para golpear estratégicamente la puerta en su parte de arriba, luego en un costado y finalmente con una suave patada en el centro de la puerta a ras de suelo, provocando que la puerta se abriera por sí sola. Hye Jin notó que la puerta estaba cerrada a presión, ese edificio se suponía sería remodelado, pero la rectoría llevaba años posponiendo su re construcción, tenia fugas de agua, las salas eran muy frías y húmedas en invierno y el verano el calor era imposible de soportar, asique los profesores rogaban por no tener clases en ese lugar, ya que ni ellos ni los estudiantes podían concentrarse en ese lugar.

Wheein entró al salón y estirando su brazo hacia dentro invitó a Hye Jin a pasar, luego de entrar la morena detenida en medio del aula observó que para su sorpresa el lugar se veía bastante limpio a diferencia del pasillo y los pisos inferiores, era una habitación de cuatro paredes, ni muy amplia ni tampoco pequeña, tenía un enorme armario a un costado, varias sillas apiladas al lado contrario, un gran mesón contra la pared, varios trípodes y tarros de pintura, en la pared contraria a la puerta una ventana que daba a uno de los pequeños jardines del campus.

Wheein: Bienvenida a “La sala de menesteres”

Hye Jin: ¿Cómo la de Harry Potter? ‒Preguntó con tono de burla.‒

Wheein: Si, un estudiante de último año de Artes le bautizó así, antes se llamaba “La cuna secreta del arte”, no he querido cambiarle el nombre, siento que el actual le queda muy bien.

Hye Jin: ¿Entonces más personas vienen aquí?

Wheein: El antiguo dueño a veces viene a buscar pintura, o a fumar un poco apoyado en la ventana cuando se siente nostálgico.

Hye Jin: Parece que el salón tiene toda una historia.

Wheein: Solo te la contaré si tú me dices porqué has estado huyendo de mi.

Hye Jin: ¿Yo huyendo de ti? ‒Cuestionó fingiendo sorpresa. ‒

La mayor sigilosamente comenzó a avanzar hacia ella mientras la veía retroceder a cada paso que daba.

Wheein: ¿Vas a decirme que no me has visto en los últimos días?

Hye Jin: Discúlpame, pero no sé de qué estás hablando. ‒Mintió mientras sentía que las palmas de sus manos tocaban la pared tras ella siendo acorralada por Wheein. ‒

Wheein: No te creo. ‒Acusó con tono intimidante. ‒

Hye Jin: ¿Y qué se supone que haga?, después de lo que pasó la noche del viernes.

Wheein: No lo sé, podrías ser más… cariñosa… ‒Sugirió al oído de la menor que empezaba a sonrojarse. ‒

Apoyando su frente en el hombro de Hye Jin de pronto la chica del hoyuelo comenzó a reir sin razón.

Wheein: Esta bien, ya… ya no puedo más con esto… ‒Confesó dentro de lo que sus carcajadas se lo permitían. ‒

Hye Jin: ¿Qué es lo gracioso?

Wheein: ¿En serio estabas nerviosa por lo que pasó esa noche?

Hye Jin: Si y me sigo sintiendo mal por ello. ‒ Refirió con angustiada expresión. ‒

Wheein: Despreocúpate, esa noche no pasó nada. Quiero decir, si es cierto que dormimos juntas, pero solo dormimos nada más.

Hye Jin: Pero tú me dijiste que…

Wheein asintió riendo mientras sus ojos aun se entrecerraban tratando de contenerse, mientras la menor resolvió que todo lo que ella le había dicho no había sido nada más que una treta, un engaño solo para su entretención y extrañamente era tan absurdo para ella que también le causaba gracia.

Hye Jin: ¿Quieres morir? ‒Cuestionó empujándole mientras avanzaba hacia ella sonriendo. ‒

Wheein: ¡¡Yaaã!! ¿¡Como te atreves a empujar a alguien mayor que tú!? ‒

Ambas comenzaron a empujarse la una a la otra hasta que Wheein sostuvo nuevamente a la morena contra el muro, mientras de a poco sus risas se detenían solo dejando una leve sonrisa en sus rostros.

Wheein vio que la piel del rostro de la menor brillaba tenía algo de sudor al haber corrido hasta ahí, al sentir su respiración y ver su sonrisa, no pudo pensar un segundo más en nada y simplemente le besó, la menor lentamente bajó los brazos que le eran presionados contra la pared para soltarse y abrazar a Wheein por la cintura. Al separarse Hye Jin acarició el cabello al costado del rostro de Wheein poniéndolo detrás de su oreja.

Hye Jin: Tú realmente estás loca.

Wheein: ¿Y eso te molesta? ‒Respondió sonriendo. ‒

Hye Jin: La verdad me gusta. ‒Declaró con sugerente sonrisa. ‒

Wheein: Bueno no hay rencores, es una mentira por otra.

Hye Jin: No lo entiendo…

Wheein: Claro, yo te metí diciéndote que esa noche hicimos cosas que no pasaron y tú al decir que no escapabas de mí.

Apartándose de Wheein la menor bajó la vista diluyendo su sonrisa.

Hye Jin: No puedes compararlo, no sabes lo avergonzada y confundida que me sentía.

Wheein: Oye, está bien, lo siento. Sé que no es escusa pero ese día tomaste unos tragos y luego no podías hacer algo más que balbucear, ni siquiera podías mantenerte de pie, si te llevé a mi casa es por qué no sabías indicarme donde quedaba la tuya.

Hye Jin: Oh cielos, debí haber sido una molestia… ‒Resolvió consternada. ‒

Wheein: No, de hecho fue divertido, pero ahora sé que debes estar lejos del licor.

Hye Jin: Fue estúpido de mi parte haber bebido.

Wheein: Entonces, ¿por qué lo hiciste?

Hye Jin: No lo sé, supongo que quería sorprenderte…

Wheein: Si lo hiciste… ‒Contestó sonriendo otra vez. ‒

Hye Jin: ¿Irías a una cita conmigo otra vez?

Wheein: Mientras no bebas de nuevo, claro que iría.

Hye Jin: No nada de alcohol esta vez, quizás algo más tranquilo como ir al cine, una cena.

Wheein: Me gusta la idea…

Hye Jin: Y ¿vas a decirme que hay sobre la historia de este lugar?

Wheein: Oh, cierto, este lugar es parte de una tradición de mi facultad. Cada 5 años esta sala cambia de dueño. Prepárate a escuchar la leyenda de la sala de artes invisible.

La primera vez que desde la rectoría se notificó que este edificio sería demolido y reconstruido hace 20 años atrás, las clases en el empezaron a ser cada vez menos, los profesores se quejaban de las condiciones de la infraestructura y pedían realizar sus clases en otros edificios del campus. En esos años Park Nam Hyuk un estudiante de Artes Visuales de primer año encontró esta sala, el se dio cuenta de un problema que tenemos muchos estudiantes de arte, nunca tenemos un lugar espacioso para hacer nuestros trabajos, siempre nos sacan de todos lados por qué ensuciamos, o hacemos mucho ruido, o acaparamos demasiado espacio. Es injusto porque los estudiantes de arquitectura tienen dinero para hacer sus enormes maquetas sin que les digan una palabra, la mayoría de los estudiantes de Artes no tenemos esa suerte así que Nam Hyuk decidió compartir esta sala con un par de compañeros, pero sólo él sabía cómo abrir la puerta, en su último año vio a un chico en su primer semestre cargando una compleja escultura de alambre, le ayudó a cargarla y decidió heredarla a ese chico, con la condición de ser el único que supiera abrirla, el en su último año la entregó al chico que le puso el nombre de “Sala de menesteres” por qué solo los que realmente la necesitaran la encontrarían, era un fanático de la ciencia ficción y la fantasía.

Hye Jin: Ahora entiendo por qué me dijiste que cerrara los ojos pero, ¿Cómo la encontraste tú.

Wheein: En el primer semestre tuve que pintar un paisaje de ciudad, como había llegado desde Jeonju hasta Seúl hacía poco tiempo, todo para mí era un paisaje de ciudad.

Alcanzando la mano de Hye Jin la mayor le llevó hasta la ventana indicándole un banquillo justo al centro del jardín que quedaba detrás del antiguo edificio.

Wheein: Yo estaba ahí pintando con acuarelas en ese banquillo el paisaje del jardín cuando Sumbae me llamó justo desde aquí. Gong Ki Bum, egresó el año pasado, el me enseñó como abrir la sala, diciéndome que era mi día de suerte, me contó la historia y me invitó un helado, me dijo que sería la primera mujer en ser la heredera de “La Sala de menesteres”.

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Hasta ahí el 6to capitulo, espero que les haya gustado <3