Pocos días quedaban del otoño y las temperaturas frías no tuvieron ni un poco de piedad con la corrompible estabilidad en la salud de Wheein, haciéndola de a poco presa de un resfriado. No era de gravedad, finalmente no era más que un resfriado común, pero eso no lo hacia menos molesto, las jaquecas constantes y la nariz escurriendo tenían bastante irritable a la chica de baja estatura.

Gracias a la oferta de trabajo por parte de una docente de la facultad de artes, Wheein tomó la decisión de dejar el esforzado trabajo que tenía en la panadería de la familia Lee para dar talleres de arte a los recién ingresados a la carrera. La tarde en que dejó su carta de renuncia en el estante en la cocina de la panadería la dueña del lugar no pudo evitar dejar escapar lagrimas de tristeza, lamentando profundamente el tener que despedirse de su empleada favorita por lo que esa misma noche después de cerrar, preparó una especial y abundante cena, llamando a Wheein de regreso a la tienda para una cena de despedida invitándole a pasar a su casa tras la tradicional panadería.

Junto a su hija mayor le comentaron lo mucho que sentiría su ausencia, que las tardes serían mucho menos divertidas y brillantes sin ella, además de recordarle que ella siempre sería una parte importante de la familia Lee, recordándole que podía venir a visitarlas cuando quisiera.

En medio de sus clases, como ya se le había hecho mala costumbre Hye Jin recibió un texto en su teléfono emitido por su amiga problemática, pidiendo que se pasara en cuanto le fuera posible por el bar de SeungHo. Con temor de que fuera a por que la chica hubiera creado algún nuevo desastre, en el horario del almuerzo montó su vehículo y recorrió el camino hasta Hong Dae.

Para su alivio, al llegar al lugar se dio cuenta de que no era nada tan alarmante; el pobre de SeungHo estaba sufriendo de un lumbago que le imposibilitaba el trabajar y necesitaban de su ayuda para cambiar la ornamentación del local. Su ropa no le acompañaba mucho a la labor, pero lo haría de todos modos, solo esperaba que los tacones altos, la falda y su blusa no se arruinaran mucho en el proceso.

En la tarea de colgar cables de luces desde una parrilla de madera en el techo del lugar, Byul cargó una escalera plateada de metal y la desplegó en el centro de las mesas, luego de asegurarla la trepó con un rollo del cableado contándole desde su hombro.

La ropa de Byul estaba llena te polvo, desde sus jeans ajustados a sus delgadas piernas, pasando por la holgada camiseta negra que usaba dentro del pantalón hasta la gorra que usaba hacia atrás para esconder su cabello, parecía haber estado trabajando duro toda la mañana, se veía sudada y con un evidente cansancio que le llevaba a frustrarse con rapidez.

Después de escuchar a Byul-yi lanzar varias maldiciones al aire, Hye Jin se acercó a socorrerla.

Hye Jin: Baja de ahí, antes de que te lastimes. −Le pidió al pie de la escalera. –

Moonbyul: No, está bien… yo puedo hacerlo. −Respondió mirando con molestia el cable anudado en su mano. –

Por más que intentaba colgarlo y atarlo al cable parecía tener algo en su contra, pues no lograba engancharse en los soportes de la estructura terminando por caer irremediablemente. La morena no podía contener su risa al ver que por encima vez el trozo de cable y su conector le caían a Byul justo en la cabeza.

Hye Jin: ¿Cuánto tiempo quieres quedarte allí arriba?

Moonbyul: ¿Quieres cambiar de lugar?

Hye Jin: Podemos hacer eso o podrías seguir intentándolo, pero tengo clases en dos horas, así que no estaré aquí para ayudarte.

Con renuencia la cantante bajó peldaño a peldaño por la estructura de metal para darle paso a la morena de lunar en la mejilla. Hye Jin con toda confianza subió por la escalera mientras que Byul-yi afirmaba con ambos brazos la escalera tras ella. Casi por instinto Byul miró hacia arriba por la escalera, su mirada fue a dar justo con los muslos descubiertos de la morena que se asomaban desde su falda, cuanto Hye Jin más se estiraba, dejando ver aun más arriba.

La saliva acumulándose en la boca de Byul le se atoró en la garganta haciéndola toser cuando llegó a ver su ropa interior. El escucharla ahogándose causó que la menor corroborara el estado de su amiga viendo como las mejillas de esta estaban enrojecidas, conjeturando lo que esta hacia antes de ahogarse.

Hye Jin: ¿Estabas espiando bajo mi falda? −Preguntó en una indignada sonrisa. –

Moonbyul: ¿Yo? −Replicó recuperándose mientras se apuntaba a sí misma. –

La mirada de Byul-yi la dejaba en evidencia.

Hye Jin: Eres una ertida. −Acusó riendo. –

Moonbyul: Bueno, un poco. −Admitió. –

Hye Jin: ¿Y lo reconoces?

Moonbyul: No me ando con rodeos. Las cosas como son.

Hye Jin: Ok, ahora ayúdame a bajar.

Moonbyul: ¿Ya terminaste?

Hye Jin: No fue tan difícil… −Resolvió pavoneándose. –

La delgada chica de brazos fuertes le ayudó a bajar sin poder evitar que la menor pisara en falso en el último escalón. Sagaz, Byul-yi atajó el cuerpo de la morena amortiguando su peso la abrazó por la espalda, Hye Jin giró de inmediato para ver el sucio rostro de la chica que aun la sostenía.

Moonbyul: Parece que la señorita perfecta comete errores.

La morena contuvo la respiración dos segundos.

Hye Jin: Si Wheein no existiera si te consideraría, señorita crea problemas.

El nombre de Wheein resonó en la mente de Byul como campanario de iglesia, haciéndole perder la sintonía del momento.

Moonbyul: Dijiste su nombre…

Hye Jin: ¿De quién?

Moonbyul: Wheein.

Hye Jin: Ah sí… −Dijo distanciándose. –

Moonbyul: Es la primera vez que te escucho llamarla por su nombre.

Hye Jin: ¿En serio?

Moonbyul: Si, siempre hablas de ella… pero no habías dicho su nombre hasta ahora.

Hye Jin: Jung Wheein, es el nombre de mi novia. La razón de mi sonrisa cada mañana.

Moonbyul: ¿Tienes que ser tan cursi?

Hye Jin: Si fuera tu novia también serías así…

La expresión la pálida joven de pronto ensombreció.

Moonbyul: Si es así de especial… ¿Porqué no la traes aquí y lo veo por mi misma? Puedes invitarla esta noche. Así ven tu y ella lo hermoso que va a quedar este lugar cuando lo termine.

Hye Jin: ¿Vas a trabajar incluso esta noche? −Preguntó consternada. −

Moonbyul: ¿Qué tan débil crees que soy?

Hye Jin: No lo sé… −Titubeó. – Tu estarás cansada, ella esta empezando una gripe y tengo la sensación de que si sigues trabajando terminarás enferma también…

Moonbyul: Vamos… si no todo este trabajo no tendrá sentido para mí, vengan esta noche y cantaré para ustedes. −Insistió. –

Hye Jin: Muy bien, la traeré… hace mucho que quiere venir a sentarse un momento y solo ver el show, la ayudará a distraerse un poco… Por ahora terminemos con los cables, no me queda mucho tiempo hasta tener que volver a la Universidad.

La joven estudiante de cine sostuvo su mirada escrutando el rostro de la mayor, que enrollaba el cable sobrante para ir a colgarlo en otra esquina.

Moonbyul: ¿Qué pasa? ¿Por qué me ves así?

Hye Jin: Cuando te veo, siento que he visto tu cara en otro lugar antes. Pero no logro recordar donde.

Moonbyul: Quizás nos vimos en algún lugar fuera de Corea.

Hye Jin: No… no lo sé… voy a intentar recordar.

La menor siguió haciendo conversación mientras que Byul solo le respondía vagamente, su cabeza solo pensaba que hoy vería a Wheein otra vez a los ojos.

Ya eran pasadas las cuatro de la tarde y el indeciso cielo soltaba lluvia de forma intermitente, a ratos caía el agua de forma copiosa y después de unos minutos cesaba, el cielo tenía un color gris oscuro y el viento corría con fuerza, del sol que había habido durante la mañana ya no quedaba ni un atisbo.

Al llegar a casa Hye Jin se sorprendió de ver a su novia muy animada, parecía que el resfriado no estaba ahí viéndola moverse de un lado para otro, pero en el fondo sabía que la inquieta artista visual odiaba caer en cama, asique se mentía a si misma para no sentir que sus defensas caían.

La menor sacó un grueso abrigo de su armario, junto a una bufanda que le parecía la más abrigadora entre las pocas que tenía. Tomó a Wheein por los hombros y la metió dentro de su habitación, la dejó quieta por un momento y mirándola a los ojos le ordenó no moverse.

Cubriendo el polerón que traía Wheein, la morena la vistió con el abrigó y lo abotonó, para tomar estirada la bufanda y enrollarla en su cuello.

Wheein: ¿Y esto?

Hye Jin: Vamos a salir en una hora más… −Le avisó. –

Wheein: ¿Sí? −Preguntó emocionada sentándose en la cama. − ¿Dónde vamos?

Hye Jin: Al bar de SeungHo… ¿No querías ir a saludarlo hace un par de días?

Wheein: Si. −Asintió con energía descubriéndose la boca de la bufanda. –

Hye Jin: Vamos a ir, pero hace mucho frio afuera y me estoy arrepintiendo.

Arrastrando los pies Wheein se acercó a la morena que ordenaba unas piezas de ropa en el armario. Agarrada del brazo de la menor comenzó a frotar la punta de su cabeza al hombro de Hye Jin mientras agudizaba su voz.

Hye Jin: ¿Qué quieres lograr?

Wheein: Tengo muchas ganas de salir… vamos a ir. ¿Sí?

Hye Jin: Ya le dije antes a una persona que estaríamos ahí, así que supongo que no puedo retractarme… por otro lado te vez bastante bien. −Concluyó la menor besando la frente de Wheein. –

La mayor celebró con una gran sonrisa el poder salir de casa después de pasar varios días estudiando dentro de una rutina que iba desde su casa hasta la facultad cada día, no había pasado mucho desde que había dejado la panadería y ya la extrañaba, su adicción a estar siempre en movimiento le pasaba la cuenta. Con una sonrisa en los labios Hye Jin la vio celebrando mientras le contaba a Ggomo que lo dejarían solo una vez más, a la independencia de su mascota ya no le preocupaba.

Hye Jin: No quiero que empeore tu gripe, así que no te quitarás ese abrigo hasta que volvamos a casa. −Propugnó. –

Wheein: Acepto el trato. −Respondió acercándose a Hye Jin. – ¿Estás segura de que no quieres que me lo quite antes? −Preguntó mientras levantaba cómicamente una de sus cejas y desabotonaba el primer botón. –

Hye Jin: Si me contagias y enfermo también, no habrá nadie para cuidarte… por lo tanto no caeré en tus juegos Wheein-ah.

Wheein: Que aburrido… −Protestó volviendo a abrochar el botón. –

Después de meter medio botiquín de primeros auxilios lleno de tabletas para distintos dolores producidos por la gripe, Hye Jin escoltó a Wheein hasta su auto. Condujo con cuidado hasta el bar de SeungHo, gotas golpeaban el parabrisas mientras cantaba a dueto con Wheein las canciones que iban apareciendo en la radio, la morena adoraba la voz de Wheein y para ella siempre era un deleite verla cantando siempre le sugería dejar los oleos de lado para cambiarlos por un micrófono, pero la mayor respondía que no tenía la confianza para para pararse sobre un gran escenario.

Cuando llegaron la entrada estaba repleta de autos, por ende, Hye Jin tuvo que ingeniárselas para aparcar en una calle cercana a local, para la desdichada suerte de la pareja el cielo aun en Hongdae se había retorcido en nubes cargadas de lluvia y las gotas no habían dejado de caer.

Cuando Wheein entró por la entrada principal miraba sus zapatillas corroborando que no se hubieran mojado, a pesar de que Hye Jin le pidió que se pusiera botas para evitar mojarse, esta se reusó y ahora mostraba preocupación al notar que ella tenía razón. La gruesa voz de Hye Jin activó su atención.

Hye Jin: ¿Dónde estará? −Profirió haciendo que Wheein levantara la cabeza. –

Wheein: ¿Buscas a alguien?

Hye Jin: Si… a mi amiga, la chica que conseguí que ayudara a SeungHo. ¿Recuerdas?

Wheein: Claro… ella. Tomemos una mesa mientras aparece.

Hye Jin saludó a SeungHo en la barra y le indicó que se sentarían en la mesa del centro del lugar, justo frente al escenario. La chica del lunar en la mejilla le preguntó a su amigo por su asistente, y el se quejó acusando a la joven de vanidosa comentándoles que se había ido a cambiar de ropa hace un tiempo y que aun no volvía.

Bastante tiempo pasó, la pareja pidió algo de comida y en medio de su cena Wheein se levantó un momento para ir al baño. Regresando a la mesa sintió en sonido de una guitarra tocando una canción que no escuchaba desde que estaba en la escuela, “More tan words.” Los acordes hicieron que su pie se erizara, al mirarse al espejo vio sus mejillas enrojecidas, la cabeza parecía estallarle y sentía mucho calor. Se quitó la bufanda para ventilarse un poco, sus manos estaban heladas pero su rostro se sentía cálido, solo esperaba no alarmar demasiado a Hye Jin.

Cuando volvió a su mesa sintió como el piano dejaba de sonar paulatinamente, se sentó a la mesa y vio a su novia turnando su mirada entre ella y el escenario.

Fue entonces el momento en que Wheein pudo ver a la chica de cabello oscuro y vestida completamente de blanco, que estaba sentada frente al piano del escenario bajar de la tarima para acercase hacia ella. De pronto sintió como si su alma callera al piso para luego volver vertiginosamente a su pecho.

Hye Jin: Ella es la amiga de la que te hablé, Moon Byul-yi. Ella canta aquí y hace muy poco volvió del extranjero, canta muy bien y tiene un inglés excelente. Byul, ella es mi novia Jung Wheein.

Llegando a unos pasos de ellas la mayor logró escuchar las ultimas palabras de la morena.

Moonbyul: Jung Wheein… Es un placer. –Dijo estirando su mano para estrechar la de ella. –

La mirada de Wheein se estremeció al escuchar nuevamente y después de tanto tiempo su nombre viniendo de la boca de aquella persona. Recordando que su novia desconocía por completo su historia con ella decidió fingir no conocerla para no arruinar la noche de Hye Jin en un lugar que era especial para ambas.

Wheein: Aquí en Corea no saludamos de esa forma. –Profirió con sobriedad haciendo de mala gana una pequeña reverencia. −

Moonbyul: Ya veo… −Dijo retirando la mano ofrecida con torpeza. −

La morena levantó una ceja al notar la descortesía mesclada con antipatía que su novia acababa de mostrar a su nueva amiga.

Hye Jin: ¿Por qué no nos cantas una canción? Una romántica, podría ser algo en inglés.

Moonbyul: La quieres interpretada en piano o en guitarra. –Preguntó fanfarroneando. –

Hye Jin: Sorpréndenos.

Moonbyul: Claro que si… −Aseguró con una sonrisa torcida. –

La cantante se subió sobre el escenario y acomodó el micrófono.

Moonbyul: 1, 2, 3…−Contó probando el audio. − Quiero cantar una canción especial esta noche, dedicada a esos amores que arden antes de llegar a ser… Desde el fondo de mi corazón en esta noche, para una persona especial.

Golpeando las teclas del piano, Byul cantó una versión acústica de “Teenage Dream” (sueño adolescente) de Katty Perry, sin dejar de mirar en ningún momento la mesa de Wheein. Mientras que Hye Jin ingenuamente disfrutaba la canción, los músculos de su pareja se tensaban al ver la intensa mirada de Byul hacia ella.

Escuchar su voz de nuevo, después de tanto tiempo, ver esa mirada otra vez sobre la de ella. Su desasosiego se incrementaba tras cada segundo y todos los recuerdos volvían a ella lentamente, los malos… los buenos. De cierta forma Byul estaba cumpliendo su objetivo esa noche si quería remover las cosas que habían pasado, pues lo había logrado.

Terminada la canción, Wheein dijo a su novia que se comenzaba a sentir muy mal y que quería que se fueran de inmediato de ese lugar, al tocar la frente de la mayor y sentir su fiebre, Hye Jin no dudó en sacarla del local. Cuando se acercaron a la salida Hye Jin notó que afortunadamente había terminado de llover pero que el asfalto estaba lleno de charcos.

Hye Jin: Espera aquí, traeré el auto, está lleno de agua y tus zapatillas son de tela. No quiero que tu resfriado empeore.

Wheein: Amor, está bien, no voy a morir…−Afirmó sonriéndole con dulzura. − pero necesito que estemos en casa ahora. −Aseveró. −

Hye Jin: Solo serán dos minutos. –Dijo besando la mejilla de su pareja. −

Corriendo tras ellas Byul apareció en cuanto Hye Jin dejó el lugar para traer el auto hasta la salida.

Moonbyul: ¿Puedes dejar de correr?

Los delgados dedos de Byul atraparon con firmeza la muñeca de Wheein deteniendo su marcha.

Moonbyul: Es un poco loco verte sonreír así otra vez, pero supongo que no tanto. −Sonrió con cinismo. − Después de todo escuché que ella te hace sentir fantástico. ¿No? ¿Qué te convenció de ella? ¿Te dijo que te amaba o algo así?

Wheein: Tienes que ser demasiado descarada como para ponerte celosa en este momento. −Dijo zafándose de su agarre con brusquedad. −

Moonbyul: Claro, sobre todo porque fui yo la tonta que te dejo ir.

Indignada por ver en Moonbyul algo que para ella era un falso arrepentimiento volvió a arrugar el gesto.

Wheein: ¿No crees que te equivocaste canción? Yo hubiera elegido “The one that got away” (El que se fue) −Sugirió haciendo referencia a la letra de la canción. – Pero ¿Sabes? Ni en otra vida, ni naciendo de nuevo, te daría otra oportunidad. –Declaró con amarga expresión. −

Moonbyul: Volví por ti, y esta vez no voy a huir, ni voy a rendirme. Ya dejé de ser la cobarde que era.

Wheein: Bien por ti. –Afirmó con falsa alegría. − Ahora desaparece de mi vida.

Moonbyul: ¿No estás escuchando verdad? –Preguntó tomando su brazo otra vez. −

Wheein: ¡Déjame! –Exclamó soltándose. − ¡No te atrevas a volver a buscarme! ¿Cómo fuiste capaz de volver como si nada después de todo lo que tuve que pasar por tu culpa? No tienes ni la mínima idea del daño que me hiciste.

Los ojos de Wheein fervientes en cólera no alcanzaban a expresar la explosión de emociones que sentía dentro y un nudo en la garganta hacía temblar su tono de voz.

Moonbyul: No. No la tengo, pero volví para remediarlo. Volví porque no has dejado de estar presente en mi cabeza ni un minuto después de la última vez que te vi y si es así, es porque no podría dejar a la única persona que he amado de verdad y que sigo amando.

Wheein: La última vez que me viste… ¿Cuándo? –Expresó con sínico tono de voz. − ¿Te refieres a la vez que te encontré acostándote con YooA? ¿O habrá sido después? A claro, ahora recuerdo… ¡Nunca hubo un después! Porque nunca fuiste capaz de volver a darme la cara, saliste huyendo en un avión a kilómetros de aquí…Es tarde para remediar algo Byul-yi… ¿Por qué ahora? Ahora que no puedes tenerme repentinamente me quieres, ahora que estoy feliz con otra persona vienes y me dice que me amas. Ahora que finalmente te superé, me vienes a decir que me has extrañado todo este tiempo.

En un brusco movimiento la mayor acortó la distancia entre ellas asechando la mirada de Wheein.

Moonbyul: Dime que no sentiste nada cuando volviste a verme. Dime que no se afectó ni una fibra de ti al escucharme cantar, si lo haces te dejaré tranquila.

La joven de baja estatura titubeo siendo devorada por su propio silencio, fue de esto de lo que la mayor tomó provecho para acercarse aún más casi rosando sus labios en la mejilla de la más baja.

Moonbyul: Puedes fingir todo el odio que quieras, y quizás hasta incluso convencerte de él… pero no hay nadie que te conozca como yo lo hago… Jung Wheein.