Una noche saliendo de un café cercano a la universidad de artes de Seúl junto a Hye Jin, ella se detuvo a hablar con un compañero de grado. Wheein se hizo a un lado para dejarlos conversar sobre un trabajo para una de las clases que cursaba la cineasta, en el intertanto alguien toca su hombro. Al dar la vuelta resultaba ser un conocido de su pasado, que malamente le traía desagradables recuerdos. Moon Chang Hee el tierno hermano menor de la chica que había dejado estragos en muchas de las dimensiones de su vida hace años atrás, le saludaba sonriente.

Chang Hee: ¡Wheein noona!

Wheein: Lo siento, ¿me conoces? −Fingió. –

Chang Hee: Seguro. −Sonrió. – Soy Moon Chang Hee, me caí sobre ti afuera de la escuela… ¿No lo recuerdas?

Wheein: Ah… claro. Hola… −Dijo con incomodidad. –

Chang Hee: ¿Estás viviendo aquí?

Wheein: La verdad yo… Tu hermana… ¿Que ha sido de tu hermana? −Consultó evasivamente. −

Chang Hee: Cuando salió de la escuela se fue de viaje a Inglaterra para estudiar música allá…

Improvistamente un grupo de chicos clamo por el nombre de Chang Hee a las afueras de una sala de computadores a unos metros de donde estaban.

Chang Hee: Oh cielos, no otra vez… Espérame aquí, vuelvo en un segundo. − Pidió. –

La joven del hoyuelo en la mejilla no tuvo oportunidad de responder cuando el chico salió corriendo del lugar hacia donde estaba el grupo que exigía por su presencia. Hye Jin le tomó del brazo indicándole que podían irse, por lo que sin dudarlo un segundo Wheein le siguió.

El día posterior a ese Hye Jin salió temprano en la mañana para enviar unos papeles por correspondencia, se dirigían a la ciudad de Cannes en Francia. Volviendo a casa prepararía el almuerzo para ella y su novia quien se arrancaba los cabellos de la cabeza haciendo un engorroso trabajo de investigación frente al computador. Cada tanto lanzaba algún grito de frustración al no encontrar algún antecedente histórico para darle forma a su investigación, para Wheein ya era un problema el tener que hacer ese tipo de trabajos que ella consideraba poco creativos y aburridos, tener que estar sentada por horas frente a un escritorio también le frustraba a no ser que estuviera dibujando o en la elaboración de alguna obra, que no era el caso.

Intentando mejorar el humor de la mayor luego de alimentarla y por supuesto sin olvidar de darle su postre, la morena ingenió una propuesta.

Hye Jin: Wheein-ah ~ −Le llamó echada en el sofá. –

La mirada aguda de concentración de Wheein no se despegaba de la pantalla.

Wheein: Ahora no… estoy a punto de encontrar algo.

Hye Jin: Wheein-ah~ −Repitió. −

Wheein: ¿Si te escucho ahora no me distraerás más hasta que acabe?

Hye Jin: Si… −Afirmó sin moverse del sofá. –

Wheein: ¿Qué es? −Giró la silla en donde estaba para mirar a Hye Jin expectante. –

Hye Jin: No salimos hace días… salgamos a bailar hoy.

Wheein: Bien… vamos.

Hye Jin: ¿En serio?

Wheein: Si. −Asintió con una sonrisa. –

Wheein volvió a girar la silla para mirar la pantalla del monitor de su computadora, mientras la menor se levantó del sillón para atacar a Wheein por la espalda con un beso en la mejilla

Wheein: Yaa~ Rompiste el acuerdo…

La morena masculló la risa y recogió de la cocina una manzana.

Hye Jin: Voy a ir a arreglarme. −Señaló luego de un sonoro mordisco a la fruta. –

Wheein: Son las cuatro de la tarde.

Hye Jin: Necesito tiempo. −Explicó. –

Rodando la mirada hacia arriba la mayor negó con la cabeza hacia los lados un par de veces para recobrar la atención en su trabajo. Después de dos horas de trabajar, Wheein bajó la tapa del monitor con satisfacción y estiró sus brazos para sentir sus músculos, caminó a lánguidos pasos hasta la habitación y se lanzó a la cama recostándose boca abajo para descansar un poco antes de salir. En cuanto Wheein se durmió Ggomo subió a la cama para recostarse a un lado de ella, la morena salió del baño viéndolo a ambos suspiró, esperaría hasta que se adentrara la noche para volver a despertarla.

Recostándose lentamente al lado de la mayor Hye Jin dejo caer pequeños besos en su cuello con el objetivo de despertarle. De apoco una sonrisa se empezaba a dibujar en el rostro de Wheein al sentir los labios y la respiración de la morena a un costado de su nuca.

Wheein: ¿Se supone que tengo que levantarme de la cama o quedarme en ella contigo?

Hye Jin: O podemos salir y volver a ella más tarde. −Sugirió. −

Girando su cuerpo sobre la cama Wheein quedo boca arriba para mirar más cómodamente a la menor.

Wheein: Eso suena bien… −Continuó sonriendo para buscar los labios de la morena con los de ella. –

Hye Jin: Si no te levantas ahora, no voy a querer salir. −Reclamó distanciándose. –

Wheein: Ok… Voy a lavarme la cara y a cambiarme de ropa, no tardo.

Hye Jin: Mientras tú estás en eso alimentaré a Ggomo, no quiero escuchar sus chillidos cuando volvamos.

Justo antes de desaparecer tras la puerta del baño la más baja sonrió mirando a su gato que seguía muy relajado sobre las colchas de su cama. El ajustado vestido rojo de la morena resaltaba su portentosa figura, mientras que Wheein salía con un atuendo mucho más sobrio, pero no por eso menos atractivo.

Con un blazer negro, sobre una camiseta negra y sus pantalones encintados justo por encima de su cadera, el contraste con su claro tono de piel y su cabello corto le entregaban una imagen que llamaba la atención.

Subieron al auto de Hye Jin y llegaron hasta Hongdae, a un club nocturno que la menor conocía desde hace un par de años. La pista de baile estaba repleta de público bailando mezclas musicales que eran preparadas por un DJ en lo alto del centro de la pista, las luces de colores fluctuaban a ritmo de las canciones y la energía parecía estar corriendo al 100% en cada rincón del lugar.

Wheein empezó a dar pasos saltados llenos de entusiasmo mientras entraban al lugar sintiendo la música, no perdieron tiempo en empezar a bailar juntas entre la gente, sin vergüenza ni timidez alguna bailaban pegada la una a la otra sincronizando sus movimientos, entre una que otra canción no faltaban los chistes o los pasos absurdos para relajarse un poco.

Pasaban unas horas y la pareja no se cansaba de saltar y bailar, pequeñas gotas de sudor se deslizaban por el cuello de Wheein, mientras que la morena jugaba con el cabello de la mayor sin dejar de acercársele, al notar que su pareja empezaba a cansarse Hye Jin le avisó a la más baja al oído que le traería una cerveza del bar a una esquina, para que no se moviera de ese lugar.

La morena se perdía de vista entre la gente bailando y Wheein bailaba en movimientos más flojos que antes para recargar un poco de su energía. En ese momento a lo lejos entre la masa notó una mirada posándose en ella, la persona desde quien venia esa mirada parecía alguien a quien solía conocer. El corazón se le cayó a los pies y sintió un golpe de frio recorriendo su medula, sus movimientos cesaron y era la única persona estática en el centro de ese desenfrenado y revoltoso lugar.

Las luces se encendían y apagaban con colores brillantes enredándose con la oscuridad, podía ver su rostro a la distancia de forma intermitente, rogaba desde el fondo de su ser que no fuera aquella persona, se ilusionaba con estar equivocada, su cabello era diferente, era oscuro y un poco más corto que en sus recuerdos, pero su estilo de vestir era el mismo, su piel era igual de blanca… por favor que no fuese ella, Wheein deseaba, se obligaba a calmarse al razonar las palabras que Chang Hee le había dicho. Ella estaba en otro país, era imposible.

Cuando su espíritu parecía salirse de su pecho, agitado de preocupación, el calor de la mano de Hye Jin entrelazando la de ella la trajo de vuelta al presente cuando su imaginario de pronto se perdía en una vorágine de imágenes que su memoria dejaba escapar, al fin todo cesó cuando volvió a conectar con los ojos de su fiel compañera.

Hye Jin: ¿Qué sucede? ¿Estás bien? –Preguntó algo acongojada al sentir la extraña angustia en el abrazo de su novia. –

Wheein: Nada, no pasa nada. –Respondió distanciándose de apoco. –

Hye Jin: ¿Entonces porque aún no has abierto los ojos?

Tanto pánico sentía que cerró los ojos lo suficientemente fuerte para tardar en abrirlos luego, tal como lo haría un niño asustado al ver una escena que lo horrífica, con la tranquilidad de que vería la sonrisa de su amada nuevamente abrió los ojos.

Wheein: Cerré los ojos porque lo único que quería sentir eran tus brazos.

Hye Jin: Entonces vuelve a cerrarlos. –Le pidió tomando entre las manos su rostro. –

Con un solo beso a Wheein se le esfumaron todos sus temores, era increíble la seguridad que podía darle Hye Jin siempre con un solo gesto, con una sola palabra, con un pequeño movimiento, ya era nuevamente su cable a tierra y convertía el caos en su interior en un terreno navegable para variar.

Wheein con una enorme ansia arrastró de la mano a Hye Jin fuera del antro, en un impulso al llegar a su auto la morena tiró de la mano de Wheein para hacerla frenar y terminó por acorralarla contra la puerta de pasajeros del vehículo. La oscura e intensa mirada de la menor le hizo aflorar nuevamente su particular hoyuelo con una vacilante sonrisa como si leyera la mente de su acompañante.

Wheein: ¿Qué otras intensiones podrías tener tú de noche, conmigo, y en un callejón?

Hye Jin: Ninguna buena, lo prometo. –Contestó para otra vez arrebatarle un beso. –

Las manos de Wheein se arrastraban por sobre la brillante pintura del Volvo, mientras los labios de Hye Jin sobre los de ella comenzaban a convertir su interior lentamente en un incendio. En un hábil movimiento la menor encontró a ojos cerrados la manilla de la puerta tras Wheein, luego de ello solo separó su boca de la de su novia para ordenarle que entrará al auto. Mientras Wheein entraba riendo entre dientes, la menor presionaba una palanca que llevaba el asiento del copiloto hasta quedar a escasos centímetros del tablero, en cuanto lo hizo abalanzó su cuerpo contra el de Wheein y sin ningún aviso volvió a robar su aliento.

Aunque las caricias y besos de la menor le obsesionaban hasta del punto de casi no alcanzar el refreno, se obligó a presionar las muñecas de Hye Jin a ambos costados de su propio cuello intentando retomar su respiración.

Wheein: ¿Por qué no vamos a otro lugar?

Acalorada en su antojo que se impulsaba al sentir los latidos acelerados en la blanca piel de Wheein, la menor se detuvo a mirarle a los ojos.

Hye Jin: Tu cuerpo es mi lugar favorito. Si estoy contigo, no me importa en donde esté.

Dicho esto, la menor arrastró sus uñas por debajo de los pliegues de la chaqueta de Wheein para despojarle de ella y continuar besándola casi con brusquedad, las manos de la mayor viajaron por la cintura de la morena hasta la mitad de su espalda encontrando el cierre de su vestido rojo, que bajó despacio descubriendo su hermosa espalda.

Dentro del club, Byul-yi estaba sentada en el suelo con las rodillas contra el pecho a la salida del baño de damas, su hermano después de estar un cuarto de hora buscándola la encontró y pudo descansar sobre su alivio.

Chang Hee: Ahí estás… ¿Cómo desapareces así? ¿Sabes cuanta gente hay en este lugar?

Su hermana mayor con la mirada perdida y con las cejas arqueadas de desazón y molestia no parecía hacerle mayor caso.

Chang Hee: ¿Qué te sucede ahora? ¿Viste un espectro o qué? Yaaa ~ Noonaa… me prometiste que la pasaría bien hoy. −Se quejó tironeando el brazo de la chica. − ¿Ves mi cara? No, no estoy disfrutando de esto.

Moonbyul: La vi. −Declaró con seca entonación. –

Chang Hee: ¿Ver? ¿A quién? ¿A quién viste? −Preguntó sentándose en el suelo a su lado. – Qué asco de piso, no entiendo por que me trajiste aquí −Murmuró. –

Moonbyul: A Wheein. Vi a Wheein.

Chang Hee: ¿Lo ves? Te dije que estaba aquí, no quisiste creerme cuando te dije que la vi hace días… Pensé que estarías más feliz.

Moonbyul: No estaba sola…

Chang Hee: Ah… bueno, no me sorprende, han pasado dos años y ella es una linda chica, además es muy dulce.

Moonbyul: No estas ayudando Chang Hee…

Chang Hee: ¿Bueno y qué quieres que haga? Tu eres la que te empecinaste en buscarla y reconquistarla en primer lugar, podrías simplemente haberla olvidado y empezar de cero.

La mayor empezó a dejar caer golpes a mano abierta sobre la cabeza del chico, que se quejaba de dolor a penas la mano de su hermana hacia contacto con él.

Moonbyul: ¿Y crees que no lo intenté? Mil veces traté, salí como con cien chicas, y ya después solo me enfoqué en estudiar entendí que no tenía caso. Pasaba el tiempo y ahí estaba todo el día en mi mente, la veía todo el tiempo, aunque no estuviera ahí, en la noche cerraba mis ojos y aun con mis ojos cerrados ahí la veía también, pensé que me iba a volver loca. La única vez que pensé que la iba olvidar fue con una chica que iba en una clase más avanzada que yo siendo menor que yo cuando estaba estudiando en Inglaterra y para mi suerte la chica no me prestaba atención.

Chang Hee: Bueno y entonces… ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a buscarla y a reconquistarla de todas formas? Quizás si tienes un poco de suerte y con quien la viste no es realmente su pareja.

Moonbyul: Si lo es…

Chang Hee: ¿Cómo estás tan segura?

Moonbyul: Porque conozco a su pareja.

Chang Hee: No entiendo…

Moonbyul: ¿Recuerdas la única amiga que te comenté tenía en este lugar?

Chan Hee: ¿¡Es ella!?… Cielos… realmente no, no tienes nada de suerte.

Moonbyul: Nunca ha sido muy justo para mi… ¿No crees? Pero nunca te acostumbras a esto.

Chang Hee: ¿Vas a robarle la novia? Por favor no hagas eso, entrometerse entre dos personas no está bien.

Moonbyul: ¿Qué tan mala imagen tienes de mi niño? −Le preguntó con indignación. –

Chang Hee: No estoy seguro…

Moonbyul: ¿Quieres que te golpee otra vez verdad?

El chico fingió sellarse los labios y dio a su hermana una mirada complaciente.

Moonbyul: Hablo en serio cuando digo que no quiero hacerle daño a Hye Jin, pero hay demasiado que tengo que decir y no me puedo callar ahora que la encontré. Así que voy a vivir el momento y solo sacaré todo lo que tengo dentro. Ya veremos que pasa después.

Chang Hee solo se limitó a mirarle con desaprobación. Sus labios se presionaban cada vez más fuerte intentando censurarse.

Moonbyul: Ya. ¿Qué? Adelante di lo que quieras decir.

Chang Hee: ¿No vas a castigarme?

Moonbyul: No. −Dijo entornando los ojos. –

Chang Hee: Es que eres muy imprudente… ¿Realmente no tienes una conciencia? No escuchas una vocecilla en tu mente diciéndote “No hagas eso.”, “Esto esta mal”.

Moonbyul: ¿Tu sí? Hermano si escuchas voces, creo que deberíamos ir al doctor. −Rio. −

Chan Hee: Ya no bromees, sabes de lo que estoy hablando.

Moonbyul: Si, lo sé y no… creo que no lo tengo. Y estoy agradecida, si la tuviera mi vida sería aburrida, como la tuya. −Acusó volviendo a reír. –

Chang Hee: Ay ya te dije que dejes de bromear estábamos hablando en serio.

La mayor comenzó a despeinar el cabello de su hermano si dejarlo poder hablar mientras se burlaba continuamente.