Reconstruida

Tentación

Sobre las brillantes páginas de los libros que había pedido prestados a la biblioteca de su facultad se quedó dormida esa noche. Su despertador como cada lunes en la mañana le obligó a abrir los ojos, se determinó a llegar temprano a la clase de ese día con la motivación de que sería más corta. La clase de técnicas de representación solía empezar a las 8:30 y finalizar a las 11:30 de la mañana pero este día las clases de la mañana terminarían antes para la ceremonia formal y oficial de la apertura de la semana de aniversario.

 

Todos los años se resolvía en lo mismo, la apertura del aniversario siempre tenía las mismas dos versiones. La primera era nocturna, una fiesta enorme organizada por el comité de estudiantes de líderes estudiantiles de la facultad correspondiente, todos los años era con una temática diferente a la anterior y existía cierta competitividad entre los líderes de cada facultad en quien daba la mejor fiesta de aniversario, con bastante alcohol, música, luces y todo el escándalo que se pueda lograr; para luego siempre citada a un lunes por la mañana, dar pie a la apertura de la semana de aniversario organizada por el rector y el decano de su respectiva escuela.

 

Le ceremonia a diferencia de la fiesta de apertura, sin importar de la facultad que fuera siempre era igual, aburrida, lenta y monótona, con un guion muy similar. Se saludaba para empezar a los administrativos, al cuerpo docente, funcionarios y finalmente al estudiantado, desde ahí se hacía una larga observación de la historia de la Universidad sin dejar de mencionar cada una de sus facultades y posterior a eso se repasaba por sobre los últimos avances que había desarrollado la escuela en cuestión, con énfasis en sus aportaciones del último año.

 

Todos los estudiantes de la escuela que estuviera de aniversario tenía que participar obligatoriamente de esta ceremonia, mientras los estudiantes que pertenecieran a otra de las facultades podía o no asistir pero de todas formas se extendía la cordial invitación para los docentes y estudiantes de toda la Universidad. Terminada la ceremonia de apertura al aniversario se suspendían las clases para los estudiantes de la facultad en celebración. Esta ceremonia ocurría cinco veces al año, una por cada una de las escuelas y esta vez era el turno de la Facultad de Artes Audiovisuales.

 

En el receso de su primera clase, Wheein se sentía aliviada de poder salir antes de una clase que se le estaba haciendo particularmente difícil, pero al mismo tiempo insatisfecha porque no tendría con quien compartir ese tiempo libre, sus compañeros aprovecharían de correr a la biblioteca para acabar el trabajo que por suerte ella había terminado la noche anterior.

 

Terminada la sesión de la asignatura, se despidió de sus compañeros a la salida de su salón de clases y al bajar las escaleras del edificio se sentó en una de las bancas a su deriva. Desde el bolsillo de su jean sacó su teléfono para acceder a la famosa aplicación de mensajería instantánea, entre sus contactos buscó el de “Hwasa”, así le había guardado a Hye Jin en su agenda luego de que ella escogiera este nombre como su seudónimo para la clase de taller.

 

Wheein: ¿Dónde estás?

 

No pasaron más de cinco segundos antes de que Hye Jin respondiera a su mensaje.

 

Hwasa: Estoy corriendo por el costado del edificio de mi facultad. Tengo que llegar a tiempo a la ceremonia de apertura.

Wheein: No es una buena idea el correr mientras envías textos, vas a caerte y tendré que curarte otra vez.

Hwasa: Si vas a atenderme otra vez no me suena a una mala idea… ¿Quieres que me detenga para hablar contigo?

Wheein: No, lo que quiero es que faltes al acto y vengas a jugar conmigo.

Hwasa: Sabes que no puedo faltar, es obligatorio para los de mi carrera.

Wheein: ¿Faltarás por las buenas o por las malas?

Hwasa: Wheein-ah, me encantaría salir contigo pero no puedo.

Wheein: ¿Esa es tu última palabra?

Hwasa: . . .

Supongo que sí.

Wheein: Será por las malas entonces.

 

Sorprendida, Hye Jin leyó luego de ese último mensaje que su compañera de taller ya no se encontraba en línea. Con una expresión llena de intriga no pudo evitar dejar escapar en voz alta los pensamientos que nacían de pronto en su mente.

 

Hye Jin: ¿Qué habrá querido decir con eso?... Ella en serio está demente –Resolvió en una sonrisa.−…me encanta.

 

Sin más que pensar, continuó su camino hasta el patio central de la Universidad en donde se disponía el ambiente para dar comienzo al acto de inicio de la semana de aniversario de la facultad de artes audiovisuales. En su llegada se aseguró de pasar por el frente de la fila de sillas es donde se situaban a esa hora ya la mayoría de los profesores de su carrera. Hye Jin sin duda era una de las estudiantes más destacadas de su generación, tanto por su talento como también por su vocación y a su vez de mala forma por algunos profesores más ortodoxos al reconocerla como una chica contestataria y atrevida al momento de defender sus perspectivas que bajo la visión de ellos ella irregular y liberal.

 

Uno de los profesores con los que más solía discutir iba a abrir la ceremonia y desde el podio la vio llegar, al encontrarse con su mirada la joven hizo una cortés reverencia, su profesor torciendo la boca asintió de mala gana para devolverle el saludo.

 

La morena intentando ser discreta se coló lo más rápido que pudo en la penúltima hilera de sillas después de terminar de avanzar por el pasillo interminable que se formaba entre dos grandes grupos de asientos. Tomó la de un extremo y allí se sentó en silencio. Pronto uno de sus compañeros a un par de asientos más adelante que ella, le hizo llegar un folleto con la programación del acto, era una lista interminable de discursos, parecía que hasta el último de los funcionarios tenía algo que decir. La chica de mirada afilada cerró los ojos y soltó un suspiro, sería una larga y aburrida ceremonia, no era que esperaba algo demasiado emocionante pero de todas formas el solo mirar la programación le extenuaba.

 

Una mano de improvisto dio dos golpecitos sobre su hombro desde atrás, la joven cineasta volteo resultando anonadada al ver a Wheein sentada de piernas abiertas en la silla tras ella.

 

Hye Jin: ¿Quieres suicidarte? Porque solo alguien que quiera morir de aburrimiento vendría aquí.

Wheein: He venido hasta aquí para cometer secuestro.

 

Fue lo último que dijo Wheein antes de levantarse agachas de su silla y robar con su mano la de Hye Jin para tirarla con fuerza, la menor opuso resistencia a cargar su mano hacia abajo mediante el impulso.

 

Hye Jin: Te dije que tengo que estar aquí, ya todos los profesores me vieron llegar.

Wheein: Y yo te dije que sería por las malas. –Reiteró tirando aún más fuerte de la mano de la menor.−

 

La más joven sabía que no tenía sentido empezar a forcejear y se haría notorio para los demás asistentes en su cercanía, por lo que simplemente cedió siguiendo a la chica de baja estatura.

 

Hye Jin: ¿A dónde vamos? –Susurró mientras de escabullían.−

Wheein: ¡Ssshh! Tu solo sígueme y no hables.

 

Complaciendo a los caprichos de su mayor le siguió apegándose a cada árbol y pilar del área verde de la universidad como si fueran las protagonistas de un filme de suspenso o una comedia de agentes secretos. Wheein llevaba una mirada sería y sobre actuada con el ceño fruncido, mientras que Hye Jin intentando imitar su complexión a ratos dejaba escapar una sonrisa al pensar en lo divertida que era su nueva “amiga”. Al pasar la entrada principal de la institución Wheein volteó para mirar a su menor con agudeza.

 

Wheein: ¿No vas a escapar verdad?

Hye Jin: ¿Eso significa que ya puedo hablar?

Wheein: Solo para responder.

 

Hye Jin movió la cabeza en negación mientras aguantaba una corta carcajada y frente a eso la mayor le soltó la mano en seña de liberación.

 

Wheein: Sígueme.

 

La morena juntando la punta de su pulgar con la de su índice respondió con señal afirmativa a la orden de Wheein. Caminando rápido y aun en modo de espía la más baja caminó unos cuantos metros para detenerse frente a un almacén.

 

Wheein: Quédate aquí, en silencio, iré por provisiones. –Indicó con seriedad para mirar hacia ambos lados antes de entrar al local como si alguien estuviera tras ellas.−

 

Cual militar Hye Jin apoyó la punta del costado de su mano sobre el borde de su ceja para cuadrarse y seguirle el juego a la mayor.

Después de dar un par de vueltas fingiendo que su dedo medio y su índice eran el cañón de un arma, Wheein pagó en la caja los productos que seleccionó y Hye Jin reía afuera mirando a través de las mamparas de cristal de la tienda la mirada de la cajera que parecía juzgar a su mayor como si esta tuviera algún tipo de desequilibrio mental.

 

Embolsó su compra y la metió dentro de su mochila poniéndola en su espalda nuevamente, para volver a cruzar las puertas del almacén, esta vez hacia afuera. A su salida tomó la mano de su acompañante y avanzo camino en dirección a una parada de transporte público.

 

Wheein: Espero que hayas traído tu pase para el bus.

 

La morena algo incomoda revisó sus bolsillos con la mano que tenía libre mientras caminaban para finalmente encontrarlo en el bolsillo de atrás de su pantalón. Ella no estaba acostumbrada a traer consigo su pase de autobús, de hecho solo lo había sacado como precaución al ser uno de los protocolos de entrada en la admisión a la universidad, daban el plazo de una semana luego de articulada para registrarlo así que lo sacó para no quedarse sin el cómo identificación pero no porque realmente lo necesitara, ella tenía su propio automóvil y nunca tenía problemas para llenar el tanque. Desde que veía a Wheein ya había tomado el transporte público dos veces y para ella era bastante peculiar.

 

En cuanto subieron al bus Wheein le indicó a su menor que se sentara frente a ella, habiendo asientos disponibles solo en la fila de asientos individuales. Después de unos minutos de trayecto la menor rápidamente se dio cuenta que iban en dirección al sureste, dirección en la cual estaba el departamento de Wheein.

 

Hye Jin: ¿Iremos a almorzar a tu casa? –Preguntó pletórica de alegría volteándose sobre su asiento.−

Wheein: Ssshh… −Le silenció negándose a compartir tal información.−

Hye Jin: ¿Estás segura de que eres mayor que yo?

Wheein: ¡Sssshh! –Profirió nuevamente poniendo su índice sobre los labios de la menor.−

 

De inmediato la menor se volvió adelante sobre su asiento y dejó de hablar.

 

Wheein: Va ser una hora de camino así que quédate tranquila. Si quieres, puedo ir comentándote todo lo que veo como si fuera un recorrido turístico.

 

La morena asintió sin mirar hacia atrás y comenzó a pensar en todos los lugares que estaban a una hora de donde estaban intentando adivinar cuál sería su destino sorpresa, el corazón le saltaba como si la emoción que guardaba no le cupiera en el pecho de pronto había olvidado por completo sus temores por faltar al acto de su facultad.

 

La voz de Wheein haciendo chistes a sus espaldas sobre los lugares que recorrían y la gente que veía en ellos que enternecía y hacia sonreír, la mayor ingeniosamente fingía una voz en off en cada semáforo falseando alguna situación de interacción que observara donde estuvieran participando dos o más personas y creaba diálogos llenos de comedia, llego un semáforo en donde no había ninguna persona y terminó narrando el cortejo entre dos palomas, lo que hizo soltar carcajadas a la menor.

 

Para cuando llegaron Hye Jin ya había retomado su hablar, bajó del autobús por indicaciones de la estudiante de artes que le empujaba suavemente con sus manos a la altura de la cintura.

 

Wheein: Okay, ya estamos aquí el parque de Seongdong-gu, al borde del río Han.

Hye Jin: Creo que la última vez que vine aquí fue para un paseo escolar cuando tenía diez años.

Wheein: Wow… ha pasado tiempo. Yo la última vez que vine fue la semana pasada, tenía que sacar fotos para un proyecto. Me saque la mejor calificación entre mis compañeros por cierto.

Hye Jin: Entonces habrá que celebrarlo.

Wheein: Será para mí un honor. –Declaró haciendo una exagerada reverencia.−

Hye Jin: No te cansas de hacer chistes. ¿Cierto?

Wheein: No… la verdad ya está fuera de mi control ese tema. ¿Crees que es molesto?

Hye Jin: No, la verdad me gusta mucho. –Respondió dejando escapar una sonrisa.−

Wheein: ¿Te parece vamos a sentarnos por ahí sobre el pasto?

Hye Jin: Claro, vamos. –Dijo para tomar la iniciativa y robar con su mano la de su mayor.−

Wheein: No puedes vivir sin tener el control. ¿Cierto? –Preguntó intentando imitar la voz de la menor en su pasada pregunta.−

Hye Jin: Mmm… creo que no… pero tú estás cambiando eso.

Wheein: ¿Y eso te gusta?

Hye Jin: Al principio me dio un poco de miedo, pero ahora está bien, se siente bien.

Wheein: ¿Por qué tenías miedo?

Hye Jin: Voy a decírtelo después…

 

Ambas se sentaron sobre el corto y parejo césped del parque, por ser un día lunes en pleno medio día no había mucho público en el lugar, el sol estaba sobre sus cabezas pero el viento era fresco y hacia del calor algo más ligero.

 

La mayor abrió su mochila para acceder a la bolsa del almacén.

 

Wheein: Traje un almuerzo de cinco estrellas. Aquí hay triángulos de Kimbap con el mejor arroz coreano que se puede encontrar en el mini-market más cercano a la universidad.

Descubrió el arroz quitándole la cubierta de plástico que protegía su contenido y con mucho cuidado lo puso en las manos de la menor antes de sacar lo que restaba de su mochila.

 

Wheein: Y para que el almidón del arroz no nos quite la buena salud a dos jóvenes fuertes como nosotras, la mejor bebida. –Comentó al sacar un paquete de cinco botellitas de bebida pro-biótica infantil.−

Hye Jin: Wow…creo que esto también no lo veía desde que tenía diez. –Confesó tomando con una mano el grupo de botellas.−

 

Wheein: Puedes faltar a tu dieta hoy, come todo el arroz que quieras, no se lo diré a tu nutricionista.−Rió.−

 

La menor daba grandes mordidas a el arroz envuelto en alga que descansaba en el interior de su mano y sonreía a labios cerrados como una niña pequeña mientras sus ojos brillaban.

 

Wheein: ¿Ahora vas a decirme?

Hye Jin: ¿Qué cosa? –Preguntaba sin dejar de masticar.−

Wheein: No finjas. ¿Vas a contarme por qué tienes miedo?

Hye Jin: Está bien, me descubriste. Tenía miedo… el control es lo único que siempre me ha hecho sentir segura. Es lo único que tengo… eso y mi cámara.

Wheein: ¿No estarás exagerando?

Hye Jin: La verdad no lo creo… dígame usted señorita sabelotodo, ¿Cuál es el primer elemento en la vida de una persona que le da seguridad?

Wheein: ¿El amor?

Hye Jin: Intenta hacerlo más concreto, amor es un poco amplio… ¿Amor de quiénes? O ¿Desde quiénes?

Wheein: Tu familia. Es lo que primero te hace sentir segura, te levanta cuando te caes, te corrige cuando fallas y te cobija ante cualquier peligro o pena.

Hye Jin: Muy bien, pasas al próximo nivel… −Señaló en tono de programa de concurso mientras continuaba comiendo.− ¿Qué es una familia, sin abuelos, sin padres y sin hermanos?

Wheein: …Una extraña familia. –Conjeturó con pesar.−

Hye Jin: Bueno así es la mía. Extraña, es una buena definición ya que todos somos extraños entre nosotros.

Wheein: Pero, entonces eres hija única.

Hye Jin: Hija única. –Afirmó.−

Wheein: ¿Y qué pasó con tus padres y tus abuelos?

Hye Jin: Mis amados abuelos murieron cuando yo tenía cuatro años, mi abuelo materno murió en enero de ese año por causas naturales y mientras avanzaba ese año, la salud de mi abuela empezó a decaer cada vez más como si se estuviera consumiendo por la pena después de perder a mi abuelo. Ese año a principios de diciembre ella nos dejó. Mi padre es huérfano, fue adoptado por una pareja pero por razones que desconozco ellos se distanciaron de por padre después de que llegó a sus treinta años, nunca me han dicho porque y tampoco he intentado averiguar, ya sabes, todas las familias guardan sus secretos.

 

Y sobre mis padres… bueno, muchas veces he dudado si ellos querían ser padres desde un principio, ellos son algo especiales.

 

Wheein: ¿Tan mal han hecho las cosas?

Hye Jin: No sé si han hecho mal o bien, quizás es porque no han hecho mucho. Desde que tengo uso de razón ellos nunca han estado ahí, mis abuelos me cuidaron hasta los tres años y medio porque mi madre estaba cursando un magister y mi padre estaba dentro de un proyecto con una compañía del extranjero así que no podían velar por mí, a los cuatro años iba y venía desde la enorme casa que ellos habían comprado en Gangnam hasta la casa de mi abuela todos los días. Jamás tenían tiempo, ni para jugar conmigo, o comer juntos, bañarme, hacerme dormir, esas cosas que la mayoría de los padres hacen al crecer con sus hijos y cuando me veían siempre me regañaban por alguna torpeza, pero me daban todos los juguetes que pidiera, llenaban mi habitación de ellos, lo más caro y lo último en novedades, como si eso reemplazara en algo su ausencia. ¿De qué me servían tantos juguetes si solo me tenía a mí misma?

 

Pronto contrataron en la casona una ama de llaves, y varias otras jóvenes para encargarse del aseo y orden, mi ama de llaves se encargaba de ordenar a las niñas más jóvenes y de hacer mi comida, era una señora dulce pero no por eso menos estricta, tenía más de 45 cuando la contrataron, ella preparaba mi comida y me ayudaba en mis tareas, en una oportunidad la seguí hasta su casa y se vio obligada por mi baja edad a presentarme a su familia, no tenía mucho más de 10 años. Me invitó a cenar, fue uno de los días que más alegría y pena he sentido en mi vida. Cuando vi como sus hijos peleaban tirándose golpes entre ellos y diez minutos después verlos pasándose los platos de comida en la mesa y riendo juntos, ver como su padre les ponía trozos de carne en sus cucharas de arroz, me hizo conocer desde fuera lo que realmente era una familia, compartir, pelear, reír juntos, acompañarse, quererse, me dije a mi misma “Ah… así que esto es…”, por primera vez supe que era aquello que yo nunca había tenido.

 

Siempre que pedía comer juntos recibía un, “Ve a molestar a la señora Kang, Mamá está ocupada ahora”, papá llegaba tarde así que era extraño que lo viera. En mi pubertad me aburrí de la situación.

 

Wheein: ¿Qué fue lo que hiciste? –Preguntó con curiosidad inmersa en la narración.−

Hye Jin: Escapé de casa, la señora Kang se fue de vacaciones así que tome mis cosas y como no quería estar en esa fría casa yo sola me refugie el los únicos lugares donde me divertía, museos, cines y teatros, veía películas todos los días y como era siempre he sido de estatura pequeña sabía cómo y dónde esconderme en cada sitio. Vagué durante siete días y solo al quinto mis padres notaron mi ausencia, comenzaron a buscarme y como no me conocían para nada ni siquiera supieron dónde buscarme, no les fue nada fácil, los museos y teatro no suelen ser sitios donde los niños en general vayan por gusto así que solo me encontraron cuando se me acabó el dinero y llegué por mi cuenta de vuelta a casa.

 

Cuando me vieron, cualquiera pensaría que me regañarían por lo que me podría haber pasado, consternados de la preocupación, sin embargo no fue así. Sus reprimendas eran porque les había hecho perder su preciado tiempo de trabajo.

 

Cada una de aquellas ocasiones en las que me sentí sola, en desamparo y triste, sentía que me rompía un poco. Pero desde ahí entendí que solo me tenía a mí misma, yo elegí ver lo positivo de eso y me reconstruí. El tener el control de todo en mi propia vida nació cuando note que nadie más lo haría, mis padres nunca me dijeron cuando debía comer, cuando debía ir a dormir, cuando debía dejar de jugar o cuando estudiar, todo siempre lo hice yo. Se volvió un hábito, pero era un hábito que me tranquilizaba, me hace sentir poderosa y dueña de mi propio destino.

 

Cuando volvió a mirar a Wheein notó que sus ojos brillaban y aquello le conmovió.

 

Hye Jin: ¿Vas a llorar?

Wheein: Tss… ¿Llorar? ¿Yo? ¿Cómo crees eso? Es solo alergia por el pasto. –Excusó pasando su mano bajo su nariz.−

Hye Jin: Descuida, sé que es un poco lastimosa la historia, pero no me avergüenza…

Wheein: ¿Y por qué habría de avergonzarte? Yo también soy hija única, pero mis padres… no hay nada malo que pueda decir de ellos. Son los mejores y estoy agradecida de la familia en la que crecí, realmente me siento afortunada, nunca tuvimos grandes lujos, pero nos teníamos a nosotros por completo y con eso bastaba.

 

La mirada de la morena bajó un momento cuando una pequeña fibra de envidia se sintió dentro de ella, su languidez se quebró del todo cuando la mayor se acercó a ella para rodearla por detrás de la nuca con su brazo.

 

Wheein: ¡Vamos chica ruda! Levanta la vista.

 

El corazón de Hye Jin latió con fuerza al inesperado contacto y Wheein al notar el nerviosismo de su compañera sonrió y le rosó la mejilla con la punta de su nariz.

 

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Comments

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AndreaTaeNySic #1
Chapter 7: acabo de encontrar esta hermosura
viridaria #2
Chapter 42: Demonios, siempre quise leer una historia como esta ya ahora no se como puede terminar y que mi corazóncito... Espero con ansias el nuevo capitulo.
RadioMon
#3
Chapter 29: Muy buena historia, espero con ansias el próximo capítulo.
Sería interesante saber que ha pasado en la vida de Byul
RadioMon
#4
Chapter 21: HyunA está en tu historia!!! Justo cuando pensaba que no podía ser más genial
RadioMon
#5
Chapter 20: Wow, es vergonzoso admitir que tu historia ya me ha hecho llorar varias veces? Porque lo ha hecho. Sé que es una historia wheesa pero Byul es demasiado....ugh, cómo decirlo? Irresistible? Me ha encantado, sigue con el buen trabajo
zalberi
#6
Chapter 29: Espero que Hyejin y Wheein solucionen sus diferencias :( Es triste verlas en ese estado....
Sigue con el buen trabajo autor-nim!! <3
zalberi
#7
Chapter 24: Un capitulo semanal? Yeeeeey :):):)
zalberi
#8
Chapter 22: Por fin hay besoooo!!! Deseando leer como avanza la historia. Feliz año <3
zalberi
#9
Chapter 8: No me arrepiento de darle una oportunidad :) una pena que no tengas mas lectores. Animo!!
zalberi
#10
Se me hace raro encontrar fanfics en español jajaja. Le daremos una oportunidad ~~