Nueve.

L U C I F E R R I S I N G

NUEVE

— Estás intentando sabotearme —gruñó Taeyeon dos horas más tarde mientras subían en el Boxster.

— ¿A qué te refieres? —Tiffany pestañeó inocentemente.

— Esa cena — Taeyeon sonrió, colocándose el cinturón, y girando la llave para arrancar el motor y hacerlo ronronear lleno de vida—. No puedo acordarme de la última vez que comí tanto. Cuando lleguemos al billar, me voy a inclinar para tirar, y me voy a caer redonda. Estoy llena.

— Entonces, ¿doy por supuesto que te han gustado mis "Enchiladas Dragón Escupe Fuego"?

— Me han encantado. Pero no se lo digas a Carmina. Se pondría terriblemente celosa. Dice que no como lo suficiente.

Tiffany frunció el ceño y golpeó a Taeyeon en el estómago y las costillas.

— Tiene razón. No eres más que músculos y huesos.

— Piel y huesos —corrigió Taeyeon.

— No en tu caso.

El Boxster las llevó al borde de la carretera, donde Taeyeon se detuvo momentáneamente antes de lanzarse hacia la noche. El sol se había llevado con su marcha lo peor del calor, pero la tierra aún estaba candente por sus atenciones, y Taeyeon agradeció llevar los brazos desnudos mientras el viento los acariciaba a toda velocidad.

— ¿Te importa si pongo algo de música? —preguntó Tiffany levantando la fina caja de discos compactos que había encontrado sobre el asiento del copiloto del Boxster. Tenía curiosidad por ver qué música era la que acompañaba a la mujer rubia.

— En absoluto.

Tiffany recorrió atentamente el contenido del estuche, tomando nota de la selección, que se inclinaba mayoritariamente hacia el jazz y el blues, con un par de artistas de rock clásico para compensar. Pero un disco la detuvo en seco.

— No puede ser—. Taeyeon levantó una inquisitiva ceja hacia ella—. ¿Los Bee Gees? —preguntó incrédula— ¿Me tomas el pelo?

La mujer rubia rió tristemente.

— Es una larga historia.

— Suéltala —ordenó Tiffany.

— De acuerdo... Hace unos cinco años me encontraba tirada en un diminuto pueblecito mexicano, esperando a un contacto que se retrasaba. Que se retrasaba muchísimo. Así que allí estaba yo... esperándole con nada más que una copia de bolsillo de "Cumbres Borrascosas" y un pequeño transistor que sólo captaba una emisora. "¡KRZY! ¡Todo música disco sin parar!" —entonó con una falsa voz de locutora —. Durante dos semanas lo único que hice fue leer a Bronte y escuchar "Staying Alive" y "Night Fever". Al final de la primera semana había memorizado el libro, y al final de la segunda cantaba al tiempo que la radio. Con entusiasmo. Desde entonces tengo debilidad por ellos—. "Claro que, la cosa era, o quedarme en mi habitación y cantar con la radio, o intentar pasar tiempo con las putas que eran las únicas personas que habrían hablado conmigo".

— ¿Has dicho que cantabas con la radio?—. Una sonrisa maliciosa fue creciendo en el rostro de Tiffany mientras deslizaba el disco en el reproductor y presionaba el botón— Eso tengo que oírlo.

Taeyeon tardó solo unos segundos en reconocer la canción antes de comenzar a cantar, un perfecto falsetto que se mezclaba con el de los hermanos Gibb. Tiffany rió encantada ante la revelación de este lado juguetón de su compañera e insistió en que el improvisado concierto continuase durante todo el camino hasta los billares.

El Boxster las llevó por un grupo de calles de aspecto sórdido, lejos del neón y el brillo que Tiffany asociaba con Taeyeon, hasta una indescriptible fila de bares que no tenían nombre. Tiffany miró alrededor dubitativamente, y después a su acompañante preguntando con la mirada.

Taeyeon rió tranquilamente mientras se deslizaba fuera del coche y lo rodeaba para abrir la puerta de Tiffany.

— No te preocupes. Estás a salvo conmigo —murmuró cerca del oído de la mujer pelirroja.

Un agradable escalofrío surcó su piel ante la íntima promesa en el tono de Taeyeon.

— No estoy preocupada por mí —aseguró a la mujer rubia—. Pero tu coche... eso es otra cosa—. Sus ojos no pudieron evitar escaparse hacia las miradas depredadoras de los hombres que permanecían en las esquinas en sombra. Aparcado con arrogancia frente a una zona prohibida, el Boxster era un símbolo insultante de una prosperidad que no había alcanzado esas calles.

Taeyeon eliminó la preocupación con un elegante gesto de su mano.

— Nah... Me conocen. Me crié aquí —añadió ignorando el asombro en la cara de Tiffany —. Ésta de aquí —señaló una puerta verde sin marcas, abriéndola para que su compañera pasara.

Mick Jagger pedía simpatía para el diablo cuando entraron en la sala.

Acostumbrada a la nutrida multitud que se apretaba en el pub yuppie al que solía ir, Tiffany esperaba que el lugar estuviera lleno de gente bulliciosa, feliz porque el fin de semana por fin había llegado. Lo que encontró en su lugar fue un establecimiento más o menos lleno donde la conversación era enmudecida por el rápido chasquido de las bolas golpeando unas con otras. No eran las únicas mujeres en el bar pero casi, así que Tiffany sintió las miradas vagabundas de los parroquianos. Sin embargo, Taeyeon parecía ajena a todos ellos mientras guiaba a Tiffany con seguridad a través del laberinto de mesas.

Un viejo apergaminado, cuya edad la reportera hubiera podido situar en cualquier punto entre los 70 años y la eternidad, las vio mientras se acercaban. "Por supuesto, alguien como Taeyeon es casi imposible que pase desapercibido", pensó Tiffany apreciativamente, echando una mirada más al perfil esculpido de la mujer a su lado. El tenue olor a cuero y el propio aroma especiado de la mujer se enroscaba en los bordes de los sentidos de Tiffany, y luchó contra la urgencia de encontrar un sitio, cualquier sitio, donde poder poner sus manos sobre Taeyeon.

— ¡Chiquilla! —cacareó el viejo con alegría— No pensaba que fueras a volver nunca.

— Nickie, ¿qué tal? —la voz de Taeyeon había cambiado su cadencia, bajando una octava y ahora tenía un matiz gutural.

— Acrk, ya conoces a esta gente, basura intentando llevarse lo que no les pertenece —movió la mano haciendo un gesto ligeramente obsceno y quitando importancia al comentario—. ¡Pero aquí sigo! —rió con ganas.

— ¿Te están extorsionando, Nickie? —preguntó Taeyeon, una luz risueña danzando en sus ojos.

— No hay nadie capaz de extorsionarme —objetó Nickie a gritos, después se echó a reír maliciosamente—. Excepto tú... y entonces tú no eras más que otra punk también. Esa preciosa cara tuya me engañó, eso es todo—. La pareja compartió unas risas y después los ojos de Nickie abandonaron la imponente forma de Taeyeon para fijarse intensamente sobre la mujer acurrucada cómodamente a su lado—: ¿Dónde están tus modales chiquilla? —Ante el asombro de Tiffany, el viejo alargó una mano imperiosa y, de repente, golpeó a Taeyeon en el brazo.

La traficante simplemente pareció divertida — ¿Sabes? Últimamente me hacen esa pregunta a menudo —dijo crípticamente—. Discúlpame. Nickie, esta es Stephanie Fitz.

— Hola — Tiffany sonrió.

Los ojos de Nickie se estrecharon hasta ser dos pequeñas rayitas mientras la valoraba, asintiendo para sí mismo—: Tú también eres muy guapa —admitió— ¿Tienes a ésta pillada?—indicó con el pulgar en dirección a Taeyeon.

— ¡Hey! —protestó Taeyeon.

— Lo intento — Tiffany se rió del ceño de Taeyeon —, pero es difícil — sonrió a Taeyeon, sintiendo una suave sacudida cuando sus ojos se encontraron por encima de la cabeza del viejo.

Nickie sacudió la cabeza con picardía —: Es muy resbaladiza. Vigílala —advirtió solemne.

— Sí, sí, claro; todo el mundo es un crítico —Taeyeon puso los ojos en blanco y deslizó un largo brazo cómodamente sobre los hombros de Tiffany —. No necesito que le des pistas sobre cómo manejarme, viejo. Bueno, ¿tienes una mesa para nosotras o yo misma tendré que echar a alguna de esta basura?

— Yo te consigo una mesa. No hace falta que tires a nadie más por la ventana —proclamó Nickie, saliendo apresuradamente de detrás del mostrador y dirigiéndose a las filas de mesas.

— ¡Eh, Nickie! —gritó un hombre vestido con unas sucias y gastadas ropas de trabajo— ¡Aquí queremos otra ronda!

El viejo murmuró algo ininteligible y giró bruscamente la cabeza hacia Taeyeon.

— Pónsela tú por mí, chiquilla. Todo sigue en el mismo sitio.

— ¿Tengo yo pinta de ser parte del personal de aquí? —contestó Taeyeon secamente mientras el viejo desaparecía arrastrando los pies.

— Lo suficientemente parecido —Tiffany dio un apretón a la mano apoyada en su hombro.

— Uh... lo siento —murmuró Taeyeon —, no estaba pensando cuando...

— Y yo no me estaba quejando—. Unos ojos miel acariciaron las líneas del rostro de Taeyeon, absorbiendo sus diminutos detalles, las manchitas profundas en sus ojos, el espesor de las pestañas parpadeando hacia ella; detalles que, hasta ahora, no se había permitido el lujo de experimentar de cerca.

Taeyeon abrió la boca para hablar, pero los clamorosos gritos de "Que alguien, maldita sea, nos ponga otra ronda", interrumpieron cualquier cosa que estuviera a punto de decir. Tiffany apretó los dientes, lo suficientemente molesta como para querer acercarse y golpear al dueño de tan ofensiva voz, pero Taeyeon simplemente sonrió como diciendo "...la próxima vez...", y se colocó detrás del bar con tranquila comodidad.

— ¡Hey, tráeme un tequila cuando vuelvas! —sonrió Tiffany con gesto travieso.

Taeyeon agitó la cabeza poniendo tres cervezas y deslizándolas con mano experta a lo largo de la barra.

— Eso está mucho mejor —los hombres gruñeron apreciativamente, observando la atractiva figura de Taeyeon.

— ¿Eres la nueva empleada de Nickie? —preguntó el más atrevido.

Taeyeon arqueó una sardónica ceja, escuchando su parloteo.

— Sí, ya era hora de que le diera un poquito de clase a este tugurio.

— Me encanta una mujer vestida de cuero.

— No te había visto nunca por aquí.

Una multitud comenzaba a formarse arrastrada por el grupo cada vez más estridente en el centro del bar. Consciente de la mirada café posada sobre ella desde el extremo de la barra, Taeyeon se movía con elegante precisión, estrujándose la memoria para recordar los ingredientes de las bebidas, según le iban llegando peticiones cada vez más exóticas. "No puedo cagarla ahora. Quedaría como una imbécil".

— Vamos nena, ponme algo frío en vaso largo.

— o en la Playa, cielo ¿puedes prepararlo?

— Un Pezón Cremoso estaría muy bien ahora mismo.

Otra mirada rápida al final de la barra... Tiffany le sonreía abiertamente, y Taeyeon le devolvió otra rápida sonrisa. "De acuerdo... quiere espectáculo ¿no es así?..". Una amplia sonrisa felina apareció en su rostro. Hubiera querido ponerse a gritar ante los atroces juegos de palabras dirigidos hacia ella, pero en su lugar, comenzó a preparar las bebidas añadiendo sus propias respuestas descaradas, quedándose sin piedad con los clientes. El bote de las propinas de Nickie comenzó a llenarse rápidamente.

— Hey, camarera... —La voz dulce de la visión de pelo color rojo que contemplaba el espectáculo, captó su atención— ¿Puedes atenderme?

Taeyeon recorrió despacio la longitud de la barra, una afectada sonrisa curvándose sobre su rostro. Apoyando un largo brazo en el borde del mostrador, cruzó los tobillos, proporcionando a los muchachos del bar una inspiradora visión.

— ¿Qué quieres tomar, preciosa? —dijo con lentitud.

— Me parece que había pedido un tequila —replicó Tiffany con picardía cruzando los brazos. Se había subido las mangas porque hacía calor en el bar, y Taeyeon pudo apreciar el fino delineado de los músculos en su antebrazo. Tuvo un breve flash de esos brazos "trabajando" en su cuerpo, los músculos juntándose, uniéndose mientras... "Uau... quieta ahí... ¿Demasiadas margaritas con la cena, Ángel?"...

— Así que ¿qué hay que hacer aquí para conseguir una copa decente? —decía Tiffany, ajena al espectáculo privado que estaba ofreciendo a la imaginación de Taeyeon.

Taeyeon regresó de mala gana de ese lugar al que se había escapado momentáneamente y sonrió de forma atrevida.

— Un tequila... marchando –sostuvo una botella en alto— ¿Quieres Cuervo Oro o la marca de la casa?

— Sólo quiero lo mejor —devolvió Tiffany con coquetería.

Una ceja se curvó hacia arriba divertida mientras Taeyeon respondía.

— Entonces has venido al sitio adecuado, querida —sirvió la bebida en un vaso desde lo alto y sacó de la nevera una lima que cortó limpiamente en cuatro trozos, y colocó todo frente a su cliente.

— Has olvidado la sal.

Taeyeon echó una mirada al borde desnudo del vaso, "Mierda...", y después otra vez a los ojos café que danzaban con regocijo.

— No, no la he olvidado —. Pensando deprisa, sostuvo dos dedos frente a Tiffany —: Abre la boca —ordenó suavemente, sintiendo cómo su corazón golpeaba acelerado en su caja.

La otra mujer obedeció en silencio, y Taeyeon deslizó sus dedos entre los labios de Tiffany, ahogando el gemido que brotó cuando todo su largo fue abrazado por el calor de la boca de su acompañante. Tiffany aprovechó plenamente la invasión, pasando su lengua por la sensible carne y únicamente soltando a su presa de mala gana, cuando Taeyeon tiró de ellos para liberarlos. Taeyeon pasó rápidamente los dígitos por la sal de las margaritas, y se los ofreció de nuevo—: ¿Preparada? —preguntó con voz ronca.

Tiffany solo pudo asentir mientras cogía la bebida. Sus labios se abrieron, dando la bienvenida al ofrecimiento de Taeyeon. La punzada de la sal cubrió el dulce sabor de la piel cuando los dedos de Taeyeon la abandonaron una vez más. Bebió el tequila de un trago, dejando el vaso en el mostrador con un golpe sordo. Le lloraron los ojos por la quemazón del alcohol, y sus sentidos, ya exquisitamente atormentados, ardieron aún más.

— Has olvidado la lima —bromeó Taeyeon delicadamente.

Los ojos de Tiffany parpadearon en dirección al pedazo que descansaba sobre la barra y se encogió de hombros.

— ¿Te acordarás la próxima vez? —susurró Taeyeon.

Sus ojos se encontraron durante un breve, sensual momento, y Tiffany sonrió temblorosa —: No sé si sobreviviría a una próxima vez —admitió.

— ¿Qué está pasando aquí? —Nickie volvió fanfarrón detrás de la barra del bar interrumpiendo su momento—. Me doy la vuelta un segundo y me montáis un numerito picante —Nickie movió la cabeza a modo de reproche, pero sus ojos sonreían—. Fuera de mi bar —echó a Taeyeon de su sitio detrás de la barra.

— Pero mira, Nick. Te he ganado algún dinero — Taeyeon hizo un gesto hacia el ahora rebosante bote de las propinas.

— Me has costado un montón de dinero —bufó Nickie—. Ahora, largo. Estáis en la mesa 6, en el rincón. Los tacos en la pared. Largo.

Taeyeon alargó el brazo alrededor de la forma diminuta de Nickie y cogió la botella de Cuervo y dos vasos del refrigerador—: Así no tendrás que preocuparte por nosotras —le aseguró.

— Te llevas mi mejor alcohol —fingió protestar, los brazos en jarras.

— Como si alguno de estos tipos fuera a notarlo — Taeyeon apuntó con lógica—, ponles una cerveza y diles que hablen conmigo si tienen algún problema —. Reuniéndose con Tiffany al otro lado de la barra, indicó con la cabeza hacia la parte de atrás —: Vamos, es aquí detrás.

— Y no quiero volver a ver esos numeritos ertidos en mi bar —les gritó mientras se acercaban despacio hacia la mesa.

Taeyeon acomodó su reserva en una mesa cercana mientras Tiffany se acercaba hacia la pared sopesando unos cuantos tacos antes de quedarse con uno. Taeyeon observó con sorpresa mal disimulada cómo su compañera se acercaba a la mesa y movía las bolas con mano experta, mirando a la mujer rubia con ojos expectantes.

— ¿Quieres abrir? —preguntó con voz aterciopelada.

Taeyeon tragó con dificultad ante la visión y el sonido de la mujer de pelo color rojizo, preguntándose por primera vez en qué demonios se había metido.

— Empieza tú —consiguió decir antes de acercarse a la pared y seleccionar un taco para ella.

Un ruido cortante de bolas golpeando entre sí atrajo su atención de la forma inclinada sobre la mesa, hacia el propio verde donde las bolas rebotaban unas con otras.

— Las tuyas son las rayadas —Tiffany comentó, antes de inclinarse para tirar otra vez. La bola blanca golpeó y desvió ligeramente la roja número dos, enviándola limpiamente al agujero lateral—. Oh, olvidé preguntar ¿quieres que marquemos los tantos? —preguntó inocentemente.

Las cejas de Taeyeon se dispararon hacia el cielo mientras contemplaba a su compañera de otra vez. Otro jugador que había estado contemplando a la pareja con ojos calculadores, rió suavemente.

— Parece que estás a punto de que te den una paliza.

Taeyeon frunció los labios —Eso parece ¿verdad?

 

 

 

— ¿Dónde aprendiste a jugar al billar así? —preguntó Tiffany horas después mientras se dejaban caer perezosamente en el porche en casa de Taeyeon.

La pareja había descubierto a lo largo de la noche, que estaban prácticamente igualadas en la mesa de billar. Cada vez que Tiffany tenía una mano espectacular  y pensaba que tenía a Taeyeon contra las cuerdas, su compañera aparecía por su parte con una mano increíble y equilibraba la balanza. Finalmente perdieron la cuenta de las partidas que habían jugado y simplemente se dedicaron a disfrutar de la competición. Su habilidad combinada había atraído la atención de varios de los mejores jugadores de la sala, pero todas las peticiones de jugar contra ellas, fueron rechazadas cortésmente. Ninguna de las mujeres estaba cansada cuando Nickie finalmente las echó en las primeras horas de la madrugada; así que cuando estuvieron de vuelta en la casa, Taeyeon las guió hacia el porche desde donde se podían ver las olas bañando la orilla.

— Iba a preguntarte lo mismo —replicó la mujer sombría.

Tiffany se encogió de hombros y rió dulcemente —: Mis padres tenían una mesa en el sótano.

— Ah... —La voz de Taeyeon resonó en la oscuridad. La mujer rubia estaba envuelta en sombras, sentada en la butaca más alejada de la piscina. Tiffany se había quitado los zapatos, subido los pantalones y tenía los pies metidos en el agua. La luz de la luna reflejaba el brillo rojizo de su pelo, creando un halo que, en su estado actual, Taeyeon no estaba totalmente convencida de que no fuera ilusorio.

— ¿Qué se supone que quiere decir eso? — Tiffany se inclinó hacia atrás para atisbar entre las sombras, solo pudiendo distinguir en la oscuridad un débil destello de los ojos oscuros de Taeyeon.

Una risa contralto serpenteó en la noche, mezclándose seductora con el suave murmullo de las olas.

— No te enfades. Es que hay tanta diferencia con donde yo aprendí. Eso es todo.

— Hablas como si fuéramos de planetas diferentes.

— Puede que lo seamos — Taeyeon suspiró.

La voz de Taeyeon tenía un tono triste que hizo que la percepción de Tiffany se pusiera en guardia. La noche entera había sido tan maravillosa que ya podían ir dándole si permitía que todo desapareciera en las dudas sin expresar de Taeyeon.

— Oh no, no vas a hacerlo —advirtió Tiffany, poniéndose de pie de un solo movimiento, y penetrando en el corazón de las sombras.

La mujer oscura tenía estiradas sus largas piernas, y Tiffany se acercó hasta el borde del asiento de Taeyeon con paso decidido, sus muslos rozando la butaca. Podía sentir la presión de las piernas de Taeyeon entre las suyas, y la mareante sensación hizo que olvidara momentáneamente su enfado. Una urgencia apremiante de conocer el poder de esos músculos definidos envolviendo su cintura, casi amenazó con imponerse sobre su propósito, pero consiguió refrenarse en la antesala de este purgatorio sensual.

— No vas a hacerlo —repitió enérgicamente, sintiendo cómo las manos que se habían acercado para rodearla, se paraban de golpe ante la determinación de su voz.

— Hacer ¿qué? —preguntó Taeyeon con voz ronca.

— Sacar otra vez esa mierda de "no soy buena para ti" —suspiró Tiffany —. Nos conocemos desde hace siete días y ya lo has hecho tres veces. Dos hoy. Y si sigues haciéndolo, voy a tener que... —su voz decayó, frustrada. Su mente estaba llena de todo lo que había averiguado sobre la mujer frente a ella, haciéndola consciente de que todavía había tantas cosas que no sabía, que no podía saber, a menos que Taeyeon decidiera contárselas. Y eso significaba dejarla entrar en su corazón.

Y Tiffany fue consciente con un estallido de dolorosa claridad de que realmente quería entrar, quería conocer a Kim Taeyeon, a la mierda el artículo o el libro. La mujer bromista y risueña que había entrevisto esta noche, solo la hacía ansiar más. Así como la tentadora caricia de su boca y sus manos la hacía desear sentir su completo abrazo. Pero el deseo tenía que ser mutuo, o si no, nunca funcionaría. Había muchas cosas que superar por ambas partes como para que pudiera suceder de otra manera—. O tendré que rendirme —terminó suave, tristemente.

Tiffany retrocedió un paso antes de que unas elegantes manos la hicieran detenerse.

— No —susurró Taeyeon. Largos dedos se enroscaron firmemente durante un momento interminable en la gruesa tela de los vaqueros de Tiffany antes de que una cabeza rubia se apoyara contra su estómago. —No te rindas.

No se trataba de una broma calculada ni de una proposición. Era una súplica simple y llana a Tiffany para que tuviera fe en algo que no podía ver. Así que la mujer pelirroja hizo la única cosa que podía hacer, la única cosa que su corazón soportaría. Respondió a esa llamada:

— No lo haré.

 

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Comments

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pilargutierrez #1
Actualiza pronto no nos dejes asi en suspenso actualiza por fabor
abi-21 #2
Chapter 20: Es una grandiosa historia!! Espero q actualices pronto :D
Lari_sone #3
Esperando actualizacion :(
taeny179 #4
Chapter 20: Me flipa la historia, de verdad, es genial como solo Tiff consigue abrirse camino hasta llegar a la real Taeyeon, incluso después de encontrarla cotilleando y haberse pegado mutuamente, aún así ambas vuelven a ser perfectas juntas. Gracias por esta última actualización porque no podía soportar estar mucho más tiempo con el anterior capítulo jajaja Espero que vuelvas pronto :3
BlackLotus77 #5
Chapter 19: ¡¡Vientos!!
Regresaste con todo. Así ni me acuerdo de que no actualizaras hace un shingo y dos montones. ;D
Jajajaja me sigue dando risa tu expresión "Por todos los coños del mundo". Jajajaja xD

¡Qué genial que Fany le haga frente con toda la actitud! lml
PD: Se me cayeron los chones, por el susto, cuando Tae encañona a Tiff.
pinkobssesion #6
La actualizacion para cuando??
Lari_sone #7
Chapter 15: Esperando actualizacion :'(
maria_baby09 #8
Chapter 15: Demasiado hermosa el capitulo ,espero y tae no le pasa nada cuando intente salir del bajo mundo
Skyth06
#9
Chapter 15: Muy bello el cap
gasori #10
Chapter 14: actualización estupenda *-*... te espero pronto :*