Cuatro.

L U C I F E R R I S I N G

CUATRO

El pulido metal del Boxster brillaba con reflejos platino a la luz de la luna y las luces de neón destellaban sobre su superficie. La noche no estaba llena de la humedad que invadía el aire durante las horas del día, y la gente parecía moverse más fácil y libremente bajo la mirada benevolente de la luna. La salida del Club se demoró interminablemente debido a todos aquellos que paraban a la pareja para saludar a Taeyeon. Todo el mundo, según le parecía a Tiffany, quería ser reconocido por Taeyeon, como si fuera una bendición para sus juergas nocturnas. De hecho, algunos de los clientes la saludaban con la reverencia debida a una gran sacerdotisa. Era la salvadora que les procuraba alivio a su mundana existencia con su club, sus drogas y su propia presencia mercurial.

— ¿De verdad conoces a toda esa gente?—preguntó Tiffany cuando por fin estuvieron dentro del coche y huyendo a toda velocidad de la nutrida multitud.

— Más o menos—contestó Taeyeon crípticamente.

Sujetándose el pelo con la mano y situándose de modo que miraba más hacia la conductora que al parabrisas, Tiffany se dedicó a estudiar el suave perfil de la mujer a su lado. Mientras que los rasgos del rostro de Taeyeon eran innegablemente clásicos, el profundo contraste entre los labios llenos y el fuerte corte de su mandíbula, impedía que sus rasgos se acomodaran en una belleza complaciente. Más bien, el rostro de Taeyeon era un desafío, tanto como ella misma. La mirada de la reportera se vio arrastrada hacia la longitud de un brazo fuerte y semi bronceado, para observar el juego de ágiles músculos en el antebrazo de Taeyeon, mientras cambiaba de marcha. Dedos elegantes agarraban el cambio, acariciando la piel ausentemente mientras conducía. Una nueva ola de excitación relampagueó a través del cuerpo de Tiffany, obligándola a cambiar de postura en el suave abrazo de su asiento.

El movimiento atrajo la vista de Taeyeon de la carretera hacia su pasajera, y Tiffany se dio cuenta de que la habían pillado mirando.

— ¿Estás bien?—preguntó Taeyeon.

— Sólo me preguntaba hacia dónde íbamos. Parece que nos dirigimos fuera de la ciudad.

— Tengo una casa en la playa. Pensé que allí sería un poquito más fácil hablar. Pero si hay algún otro sitio donde prefieras ir...

— No—le aseguró Tiffany. — Para nada—. Apartó la mirada de su acompañante e inhaló profundamente, saboreando el aire salado que invadió sus pulmones. “Vale... he elegido un momento estupendo para ponerme violenta y que me entre la timidez ¿verdad?” Pero a Taeyeon parecía no importarle su silencio. De hecho, parecía reconfortarla, sonriendo tranquilamente para sí mientras pilotaba el coche hábilmente a través de la oscuridad.

Un giro a la derecha por la que parecía una carretera desierta las llevó hasta lo alto de un camino sinuoso. La respiración de Tiffany se detuvo al contemplar por primera vez la que Taeyeon llamaba su casa de la playa.

— ¡Guau!... —susurró, abarcando con la mirada las elegantes y suaves líneas del edificio, que parecía como si hubiera surgido allí mismo, en el borde de la misma cima. Eran formas limpias y cristal, con la combinación justa de ángulos afilados y suaves curvas. Las paredes pintadas de blanco parecían latir con un brillo plateado a la luz de la luna.

— ¿Te gusta?—murmuró Taeyeon en su oído situándose detrás de ella.

— Es magnífica... pero me resulta familiar... en cierto modo—. Las líneas de la casa jugaron en su memoria, y Tiffany cerró los ojos brevemente intentando concentrarse antes de volver a abrirlos para recrearse en la casa.

La mujer rubia rió con disimulo ante el comentario.

— Te daré una pista. He leído “The Fountainhead” casi demasiadas veces.

— ¡Frank Lloyd Wright!— Tiffany chasqueó los dedos— ¿Él ha diseñado esto?—preguntó asombrada.

— Ya me hubiera gustado—rió Taeyeon —. No... pero el arquitecto que lo hizo se guió en parte de sus principios. ¿Te gustaría verla?

— En realidad... — Tiffany se dio cuenta de que aunque la casa era preciosa, no se podía comparar con la mujer a su lado—, me encantaría un paseo por la playa. ¿Me la enseñarías después?

— Podemos hacer eso—. Taeyeon sonrió ampliamente y señaló hacia su derecha— Aquí hay un sendero que lleva hasta la playa, pero quizá prefieras descalzarte. Los zapatos de Dolce & Gabbana no se llevan bien con la arena— bromeó quitándose sus propios zapatos y tirándolos en el porche mientras pasaban. Tiffany, rápidamente, hizo lo mismo, saboreando la suave sensación de los granos de arena entre los dedos.

— Dios, no había hecho esto desde hacía tanto— murmuró—, es tan agradable.

El rugido del océano era un contraste tranquilizador con el ruido del Club y por segunda vez aquella noche, a Tiffany le impresionó lo cómoda que parecía Taeyeon en silencio. Miró una vez más al lugar maravilloso que era el hogar de Taeyeon.

— Es una casa grandísima para una sola persona. ¿Vives sola?

Continuaron paseando en silencio un poco más hasta que Tiffany pensó que Taeyeon iba a dejar la pregunta sin contestar. Por fin, Taeyeon señaló con la cabeza hacia la casa y sonrió.

— Cuando decidí que quería construir una casa, entré en el estudio de la arquitecta sin tener ni idea de lo que quería. Bueno, eso no es del todo cierto— Taeyeon rió tristemente.

— Llevé una copia de bolsillo de “The Fountainhead” al estudio y le dije que quería algo que Howard Roark hubiera diseñado. Se rió de mí y me sentó delante de unos cuantos libros.

— Déjame adivinar... ¿Frank Lloyd Wright?

Taeyeon asintió.

— No tenía ni idea de que Howard Roark estaba basado en un hombre real. Pero cuando vi sus diseños, supe que quería algo así. Me enseñó que Wright creía que cada línea de un edificio debía tener una razón para existir, y me di cuenta de que eso era lo que más me gustaba de sus diseños. Sus edificios eran tan limpios, esa era la razón. Así que contraté a la arquitecta y le dije que la única limitación que tenía es que quería que la casa pareciese como que pertenecía a este lugar. Había tenido este terreno durante años antes de estar preparada para construir en él. Solía venir aquí para poder mirar hacia arriba y ver las constelaciones... para preguntarme cómo sería vivir en el cielo—sonrió ante su propio entusiasmo. — Este lugar es mi pobre intento de recrear esa sensación.

“No puede soportar la sensación de estar encerrada”. La idea centelleó a través de los tumultuosos pensamientos de Tiffany.

Continuando su paseo por la playa, las olas cosquilleaban en sus pies descalzos, y una sencilla calma se aposentó sobre las dos mujeres.

— Entonces supongo que eso significa que vives sola—aventuró Tiffany.

— En realidad, comparto este sitio con alguien—Taeyeon admitió. — De hecho, con tres ‘alguienes’.

Unas pálidas cejas se dispararon hasta alturas peligrosas mientras Tiffany luchaba por controlar su sorpresa. “Entonces, ¿qué demonios estaba haciendo conmigo en el Club?” Nada de lo que había averiguado ligaba a Taeyeon con nadie, ni románticamente, ni familiarmente, así  que la pequeña reportera estaba totalmente perdida.

El agudo silbido de Taeyeon perforó el aire tranquilo y en seguida dos criaturas saltarinas de cuatro patas surgieron de la oscuridad.

— Tiffany, te presento a Agamemnon y Clytemnestra—. La mujer rubia se arrodilló al borde de las olas para saludar a los perros que saltaban alegremente alrededor de su ama. —Venid aquí chicos. Saludad a nuestra invitada—. Los perros trotaron obedientemente hacia Tiffany, uno de ellos olisqueándola con suspicacia— Clytemnestra...— advirtió Taeyeon.

La perra echó una mirada triste a su dueña, después, imitando a su compañero, se sentó y ofreció una pata a una encantada Tiffany.

— Gracias—. La pequeña mujer aceptó la pata estrechándola con seriedad. Repitió el movimiento con Agamemnon que fue mucho más dócil durante todo el proceso, incluso acercando la nariz para que Tiffany se la rascara. Por su parte, Clytemnestra soltó un bufido y regresó junto a Taeyeon.

— Esta es un poquito snob—explicó Taeyeon, acariciando a la perra afectuosamente. — Pero una vez que te la has ganado, es tuya para siempre. Aggie sin embargo... bueno, él quiere a todo el mundo.

Agamemnon aparentemente había decidido que le gustaba la forma en que acariciaba esta pequeña humana porque estaba estirando la cabeza entusiásticamente hacia el regazo de Tiffany para que siguiera rascándosela.

— Son akitas, ¿verdad?—preguntó Tiffany frotando las orejas de Aggie.

— Exacto— Taeyeon sonrió burlonamente. — Ten cuidado no te vaya a tumbar. A veces es bastante torpe.

— De acuerdo... voy a preguntar. Has dicho que compartías la casa con tres ‘alguienes’. Aquí tenemos dos de tus ‘alguienes’ ¿Quiero saber dónde está el número tres? O ¿debería rehacer la frase y preguntar si vives con alguna otra persona?

La mujer rubia rió.

— Te refieres a gente... Oh...—Desdeñó la idea con un gesto de la mano— Nah, sólo los perros y yo. Hay uno más, Pete, pero casi siempre se queda en la casa.

— ¿Pete?— preguntó Tiffany — ¿Tienes dos akitas con nombres clásicos y un tercer perro que se llama Pete?

— Espera a verlo—. Rió y agitó la cabeza. — No creo que el pobre Pete pudiera llevar un nombre como el de Clytemnestra.

Decidiendo que su hermano ya había tenido suficiente diversión con la extraña, Clytemnestra apartó a Aggie de la mujer y trotó hacia la playa, Aggie pisándole rápidamente los talones. En la distancia, las dos mujeres podían oír débilmente el ladrido de los perros sobre las olas. Taeyeon sonrió a Tiffany mientras reanudaban su paseo, esta vez de vuelta hacia la casa.

— Así que vives con tres perros en una casa de ensueño, conduces un rápido deportivo y eres propietaria del nightclub de moda. Pareces de ese tipo de mujeres sobre las que mi madre me advertía— bromeó Tiffany.

— ¿Tu madre te aconsejaba sobre mujeres?—inquirió Taeyeon maliciosamente— Qué moderna.

— Estaba haciendo una pequeña transferencia creativa. Soy escritora, ya sabes.

— Ah... ya veo. Entonces en tu novela ¿Sería ésta la parte donde tú dices: “Gracias por las copas pero mañana tengo una reunión muy temprano. Por favor, ¿podrías llamarme a un taxi”?—.  Se detuvo y se giró hacia Tiffany, las luces de la casa creaban desde arriba un suave resplandor sobre su pelo rubio.

Sólo el puro esbozo del rostro de Taeyeon era visible a la luz de la luna, pero Tiffany sentía como si cada rasgo hubiera sido grabado a fuego en su memoria. Con mano insegura pasó sus dedos por la suave mejilla de la mujer rubia.

— No. Ésta es la parte donde te pido que me beses antes de que me dé algo.

Sintió los músculos de la mejilla de Taeyeon curvarse en una sonrisa mientras murmuraba:

— Pensaba que íbamos a ir más despacio.

Tiffany, en respuesta, sonrió abiertamente.

— Sin prisa pero sin pausa—replicó, haciéndose eco de las palabras de Taeyeon.

— En ese caso, creo que eso se podría arreglar—. Taeyeon se inclinó lentamente, acercando sus labios a los de Tiffany. Sus rostros se detuvieron a unos milímetros el uno del otro... Cada una sumergiéndose en el delicioso perfume de la otra... y Tiffany supo que, pasara lo que pasara entre ellas, el murmullo de las olas y la fría bruma del mar sobre su piel ya siempre evocarían este instante perfecto. Instintivamente los labios de Tiffany se abrieron para recibir el beso pero, en lugar de la suavidad de los labios de la mujer sombría, oyó un agudo ¡crack!, como un trueno, y un intenso dolor surgió en su costado izquierdo. Taeyeon la empujó hacia el suelo, tumbándose a su lado.

— ¿Qué...?

— ¡No te muevas!—. Oía a Taeyeon sisear en su oído a través de la bruma blanquecina que descendía sobre ella. — No estoy segura desde donde disparan pero ahora les será más difícil vernos—. La voz de Taeyeon era un profundo eco que parecía surgir de dentro de su propia cabeza, pero sus palabras no parecían tener mucho sentido para la mujer del pelo rojo.

— Eh... ¿Taeyeon?— fue como un susurro sibilante.

La debilidad de su voz debió advertir a Taeyeon de lo que estaba pasando porque sus ojos comenzaron a examinar el cuerpo de la pequeña mujer deteniéndose bruscamente cuando vio una mancha negra extendiéndose a través de la fina tela.

— Oh, Mierda... Stephanie, te han dado.

Lo último que Tiffany pensó antes de que su consciencia la liberase compasivamente del dolor fue: “No me ha besado”.

 


Ya, tienen cuatro capítulos para que vayan entusiasmándose con la historia... 
Nos leemos luego!! 
Un abrazo!
Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
pilargutierrez #1
Actualiza pronto no nos dejes asi en suspenso actualiza por fabor
abi-21 #2
Chapter 20: Es una grandiosa historia!! Espero q actualices pronto :D
Lari_sone #3
Esperando actualizacion :(
taeny179 #4
Chapter 20: Me flipa la historia, de verdad, es genial como solo Tiff consigue abrirse camino hasta llegar a la real Taeyeon, incluso después de encontrarla cotilleando y haberse pegado mutuamente, aún así ambas vuelven a ser perfectas juntas. Gracias por esta última actualización porque no podía soportar estar mucho más tiempo con el anterior capítulo jajaja Espero que vuelvas pronto :3
BlackLotus77 #5
Chapter 19: ¡¡Vientos!!
Regresaste con todo. Así ni me acuerdo de que no actualizaras hace un shingo y dos montones. ;D
Jajajaja me sigue dando risa tu expresión "Por todos los coños del mundo". Jajajaja xD

¡Qué genial que Fany le haga frente con toda la actitud! lml
PD: Se me cayeron los chones, por el susto, cuando Tae encañona a Tiff.
pinkobssesion #6
La actualizacion para cuando??
Lari_sone #7
Chapter 15: Esperando actualizacion :'(
maria_baby09 #8
Chapter 15: Demasiado hermosa el capitulo ,espero y tae no le pasa nada cuando intente salir del bajo mundo
Skyth06
#9
Chapter 15: Muy bello el cap
gasori #10
Chapter 14: actualización estupenda *-*... te espero pronto :*