But I don’t know 내 맘속에 언제부터 니가 산 건지
 But I don’t know, When did you start living in my heart?

 

XIUMIN    -   FOR YOU  (EXO CBX)

 

 - Joy Punto de Vista -

 

- Me cago en diez... – dije desesperada.

 

- Joy, tía, tranquila, que algún día encontraremos el camino – comentó mi amiga Aria riéndose, ella iba de copiloto y yo perdida como un burro en un desierto conduciendo; mire por el retrovisor interior hacía el asiento trasero dónde vi a Yuri, con su pelo negro liso en la cara mientras dormía.

 

- Despierta a Yuri – solía ser la que mejor se ubicaba y era lo que necesitábamos en ese instante.

 

- Me da cosita – Aria miró a Yuri.

 

- Estamos perdidas en medio del puto bosque – Aria me miró asustada, ¿Tanto miedo doy cuando me estreso? Pero funcionó y obedeció.

 

- Yuri – dijo dulcemente mientras le acariciaba la pierna, pero no resultó muy efectivo - Yuri... Yuri – repitió de manera cada vez menos dulce – ... ¡YURI! – para finalmente acabar gritando.

 

- ¡YO NO HE SIDO! – se incorporó rápidamente mientras nosotras dos reímos –Ya os estáis riendo de mi, soy el puchinbol de esta familia.

 

- Guíanos, estamos muy perdidas – le pidió Aria – bueno, la líder está perdida.

 

- No se qué haríais sin mi – dijo mientras cogía el móvil.

 

Gracias a las indicaciones de Yuri conseguimos llegar al lugar donde se haría la reunión de la empresa por sus 25 años, no tenían otra excusa mejor para estropearme el fin de semana que hacer ese rollo. Yuri era camarera de uno de los locales de la empresa, aunque estaba trabajando en la creación de su propia productora pero para ello necesitaba dinero, y por lo que decía bastante, aunque estaba asociada con mas gente y Aria era importadora de productos españoles aquí en Corea, no le iba nada mal, por lo que ella no necesitaba trabajar en ninguna cafetería como nosotras y venia estrictamente como mi invitada, ya que yo aspiraba a ser gerente y tenia mas facilidades que otros trabajadores.

El lugar era maravilloso: arboles frondosos verdes, muy verdes, nunca había visto tanto verde junto, un lago enorme del que no alcanzábamos a ver el otro lado, con varias merenderas y bancos para sentarte a disfrutar de la tranquilidad, aun que sí de algo estaba segura era de que esa reunión no iba a ser para nada tranquila, también había una carpa enorme que parecía ser el restaurante y en la zona mas lejana desde la que nos encontrábamos se veía una enorme casa rural, que debería ser el hotel dónde nos íbamos a hospedar.

 

- Bien, llegamos – dije echando el freno de mano.

- ¡Yoohoo! – gritó Aria saliendo del coche y estirando su cuerpo, respiró profundamente – cómo me gusta el campo de verdad.

 

- Pues a mi no, el campo si, los bichitos no – se quejo Yuri examinando el lugar, o los “bichitos” que pudiera haber – ¡Oye! ¿Eso de ahí es el hotel? – me miró emocionada – me siento importante.

 

- Si, ese es el hotel – comenté – pero solo para los gerentes y gente de más arriba, tú te quedarás en aquellos bungalows de allí – señalé a lo lejos que se podían apreciar unas casitas de madera, un poco cutres a mi percepción – con tus compañeros de local – Yuri frunció el ceño.

 

- Como sois los de la nobleza, siempre queriendo separaros de la plebe – se quejó.

 

- Oye, yo he intentado que estuvieras con nosotras, pero no me han dejado – me defendí.

 

- ¿QUÉ YURI NO SE QUEDA CON NOSOTRAS? – preguntó Aria incrédula mirándome.

 

- No – respondió Yuri con cara de pena.

 

- Hala tía, yo no quiero que te vayas – dijo Aria como un bebe mientras se abrazaba a Yuri mientras yo abría el maletero para coger nuestras cosas, cada una se hizo cargo de lo suyo.

 

- Bueno...pues me voy... luego nos vemos –Yuri se despidió mientras se iba hacia su alojamiento.

 

- Jo tía – se quejo Aria – ¿No puedes hacer nada? ¿Nada de nada?

 

- Ya te he dicho que no – le di un pequeño golpe en el brazo en señal de que empezara a andar.

 

- Pues vaya jefa estás tu hecha... – refunfuñó mientras empezábamos a andar y seguía comentando como le gustaba el lugar.

 

Llegamos a la recepción del hotel que era increíblemente lujoso pero al mismo tiempo conservaba el ambiente rústico, el mostrador de la recepción era un tronco de árbol barnizado, cuanta pasta se habrán dejado en decoración pensé mientras miraba a Aria que estaba como yo, literalmente flipando con todo ese lujo rural. Una vez en el mostrador Aria empezó a dar toquecitos a la madera del mostrador y me miró.

 

- Esto es bueno ¿eh? – yo solo me reí y ella empezó a cotillear los panfletos que tenían – ¡Uy! tienen balneario, que divino este sitio. ¿Cuando volvemos? – la ignoré, seguramente no volveríamos; la chica de recepción llegó y Aria se puso a mi izquierda.

 

- ¿En que puedo ayudarlas? – nos habló la muchacha con una sonrisa de oreja a oreja.

 

- Hola, mi nombre es Oh Joy , venimos de parte de Bibigo.

 

- Si, espere un momento que busque su llave – Aria y yo asentimos, Aria me miró y me ofreció un caramelo que había cogido de una cesta que tenían encima del mostrador, lo acepte, lo desenvolví y me lo metí en la boca. Justo en ese momento escuché una voz a mi espalda y por poco me atraganto.

 

- Vaya, estas aquí – dijo Minseok, un compañero de trabajo que no aguantaba, tan calmado como siempre mientras se ponía a mi lado.

 

- Pues claro que estoy aquí, soy empleada como tu – le respondí en un tono desafiante, venia con dos chicos, uno de ellos un poco mas altos que él con el pelo negro muy bien vestido, el otro chico era rubio con cara de bebe, los dos me estaban mirando un poco sorprendidos con una sonrisa algo incómoda, me la sudaba en verdad, Aria me dio un codazo, supongo porque no le había parecido bien como le había contestado.

 

- Perdonad, es que, esta un poco agobiada por que nos hemos perdido un poquito en el camino... – hizo el gesto con la mano para remarcar el “poquito”.

 

- ¿Pero para que le cuentas nuestra vida? – le dije molesta, Aria me miro ofendida.

 

- Pues me estoy disculpando con los pobres muchachos. ¿Tú ves normal como les has contestado? – se defendió – mira que carita se le han quedado a los pobres – la miré incrédula de que le defendiera mientras que veía a los dos chicos que acompañaban a Minseok reírse.

 

- No te preocupes – habló el chico de pelo rubio – yo me llamo Baekhyun, él es Jongdae – señalo al chico moreno que estaba a su lado el cual saludó con la mano – y este es Minseok, encantados de conoceros – Minseok solo asintió con la cabeza sin apartar la vista de mi.

 

- Encantada, yo soy Aria y ella es Joy – vi como los dos chicos se sorprendían ante la presentación que hizo Aria.

 

- Hyung, ¿esta es la chica con la que estas peleando por el puesto? – preguntó el chico moreno llamado Jongdae, Minseok solo asintió con una sonrisa de lado apoyado en el mostrador, Aria me miro con el ceño fruncido confundida.

 

- Aquí tiene sus llaves – agradecí infinitamente a la recepcionista por salvarme de ese momento, cogí las llaves y me marché, dejando a Aria atrás, aunque la seguía escuchando.

 

- ¡JOY! – me llamó pero yo la ignoré – no ha cogido ni su maleta yo flipo, disculpadla chicos, nos vemos luego – escuché como se despedía de ellos, ¿Por qué siempre tenía que ser tan simpática con todo el mundo?

 

- Hasta luego – me giré para ver cómo se despedía el chico rubio, Baekhyun, Aria se giro y le dedicó una sonrisa y yo volví a concentrarme en observar el marcador del ascensor esperando que llegase rápido.

 

Entramos en el ascensor y marcamos la planta 1, leí la tarjeta que me habían dado junto a la llave mientras notaba la mirada de Aria sobre mí, pero hice como si no me diera cuenta.

Una vez en el pasillo nos dirigimos a la habitación 114, entramos y nos encontramos con que era enorme, tenia un saloncito con un sofá y una televisión, al fondo a la izquierda, había una terraza de madera, vi como Aria se entusiasmaba mientras se acercaba a inspeccionarla y a la derecha estaba la habitación con una enorme cama doble y el baño, enorme y hogareño también. Dejamos las cosas sin preocuparnos en deshacer el equipaje y nos dejamos caer ambas en la cama, agotadas por el largo viaje.

 

- ¿Me puedes explicar lo que ha pasado abajo? – me espetó Aria de repente mientras yo admiraba el techo blanco.

 

- No ha pasado nada – respondí seca.

 

- ¿Ah no? ¿Y esa bordería con el muchacho? – noté como se incorporaba en la cama – ¿y eso de competir por el puesto? ¿Qué quiere decir eso? – me frote la cara desesperada no me apetecía dar explicaciones – ¿Por que no nos habías contado nada?

 

- Solo te pido que no vuelvas a hablar con ellos.

 

- ¿Por qué? – me preguntó ofendida – hasta que no me justifiques el por qué, hablare con ellos si me da la gana – me levante de la cama – ¿dónde vas? No me has contestado a ninguna de las preguntas, pero a ni una.

 

- Vale haz lo que quieras – le dije sin hacerle caso. - No te pongas así conmigo.

- No es por ti – me defendí consciente de mi error.

 

- Pues no pagues conmigo tu mal humor por ver al muchacho este, que el pobre no te lo ha dicho con ninguna intención – la mire incrédula – es más, es que no te ha dicho nada – me miró fijamente – a ti lo que te pasa es que ese te hace tilín – hizo una pausa – y tolón, te hace tilín y tolón – me dijo de manera muy segura y eso me enfadó. ¿A qué venia eso? ¿Qué le pasaba por la cabeza? ¿Era tonta o qué? Cogí mis gafas de sol dispuesta a marcharme. – ¿Vas a huir? Te parecerá bonito.

- No me apetece hablar, me voy a tomar el aire – le contesté de mala gana. - Si mejor a ver si te despejas.

 

- Pues eso – cerré con un portazo, estaba muy molesta. ¿Por qué se ponía de su lado? No tenia sentido, se suponía que me tenía que apoyar a mi. Bufé exasperada mientras intentaba entender lo que acababa de pasar.

 

Cuando llegue al vestíbulo vi una pequeña tienda de conveniencia que parecía tener un poco de todo, entré y compré unas pipas y una coca-cola. Salí y observe el gran lago, respiré el aire puro, decidí acercarme mas al agua, me senté en el primer banco que encontré apoyando mi espalda en la mesa, abrí las pipas intentando concentrarme en comer.

Será estúpido “Vaya, estas aquí” ¿De que iba? Que no lo había dicho con ninguna intención decía Aria ¡mentira! siempre había algo detrás de ese tono calmado con el que hablaba ¡siempre! a mi no me podía engañar ¿Cómo podía estar sereno las 24 horas del día? Eso no podía ser real, me ponía de los nervios su falsedad continua. ¿Y quién coño eran los otros? seguro que eran sus amigos, le habían dejado traer a dos amiguitos y en cambio yo solo había podido traer a una amiga, estaba flipando, ¿cómo lo habría conseguido?

Respiré profundamente tratando de calmarme, eso no estaba yendo a ningún sitio. Me bebí la coca-cola mientras disfrutaba del agradable viento que movía mi melena relajándome. A lo mejor me había pasado con Aria, ella no sabía nada del asunto, pero aun así me molestaba que le defendiera. Con mas razón ¿no? ¿Sí no sabía nada no debería de ponerse de mi lado aunque yo le hable mal cuando el me habla normal? Noté como alguien se sentaba al lado mío.

 

- Holi – dijo Yuri moviendo la mano, detrás estaba Aria intentando sentarse – ¿qué ha pasado? – miré al cielo y suspiré, me giré y quedé sentada frente a Aria. Sí no sabían nada de lo que realmente pasaba era el momento de que se enterarán.

 

- Hace un par de semanas, llego el chico este... – comencé a explicarles.

 

- Minseok – me interrumpió Yuri, yo miré a Aria que se encogió de hombros haciéndose la inocente y sacándome la lengua.

 

- Si, ese – bebí lo que me quedaba de coca-cola – el caso es que le trasladaron a mi local, yo creía que ya tenia el puesto de gerente como os conté, pero se ve que no – las miré y pude ver como se miraban un segundo sin entender – me explicaron que el tío este era igu