“Si escucho algo te juro q-“, presiono mis labios en los suyos, silenciándolo.

Yuto…

Seguía insistiendo e insistiendo desde esta mañana…

~

“Estoy esperándote en tu departamento”

Ambos aún en la cama, siento los brazos de Yuto alrededor de mi cuerpo tensarse. Cuando encendí mi teléfono estaba repleto de mensajes y llamadas de él, los borre pero este mensaje capto mi atención pues era de esta mañana. Lo leí varias veces.

¿Cómo descubrió dónde vivía?

Kay…

Yuto quita el celular de mis manos y me abraza fuerte.

“No vayas”, me pide en voz baja.

Pero… no puedo aplazar esto más. Tengo que terminar con todo esto de una buena vez y que Kay firme los papeles de divorcio.

“Tengo que ir… tengo que ter-“.

Yuto me besa, un beso apasionado, posesivo. Mi cuerpo comienza a responder y con todas mis fuerzas lo alejo a regañadientes.

Mi respiración entrecortada.

“Yuto…”, apenas logro decir. “…tengo que ir”

Sus ojos hambrientos y obscuros.

Suspira y besa mi frente, resignado.

~

“Estaré bien, confía en mí… también soy fuerte”, digo con una sonrisa forzada. Él resignado rodea mi cintura con su mano y presiona sus labios en los míos en un beso fugaz.

“Estaré esperando”, asiento. Yuto había estado insistiendo en que quería estar conmigo cuando enfrentara a Kay, pero no se lo permití.

Esto es algo entre Kay y yo.

Debo ser fuerte.

Me armo de valor y abro la puerta, nerviosa y ahí al fondo está Kay mirando a través de aquellos enormes ventanales.

Cierro la puerta detrás de mí.

“Kay”, lo llamo con voz firme.

Kay no vería a la débil Gaya. No esta vez.

“Bonita vista”, dice sin siquiera mirarme.

Me acerco hacia él, decidida, podía ver que aun traía el traje de ayer, llego a un lado suyo y estoy a punto de hablar, pero él es quien comienza.

“¿Dónde estuviste ayer?”, pregunta con voz dura, tratando de controlarse. Lo miro indignada.

“Estuve buscándote, llamándote, enviándote mensajes. No respondiste, no tuve otra opción, así que vine aquí”, dice molesto.

Presiono mis labios en una dura línea ¿me está reclamando cuando él estuvo con otra mujer?

“Ya deberías saberlo, Kay. Además lo que haga o no ya no te incumbe”, su mirada se encuentra con la mía, dura e intensa, está por decir algo pero en vez de eso su mano toma mi cuello presionándolo, lastimándome. Me jala hacia él mi rostro quedando a escasos centímetros del suyo.

“Cuida tus palabras, Gaya. Aún eres mi esposa”

Lo miro con odio.

Al fin el verdadero Kay… mostrándose.

“Suéltame”, le ordeno.

Kay suelta una carcajada.

“¡Mírate! Te has convertido en una zorra que cree tener agallas”

Tomo todas mis fuerzas y estoy a punto de estampar mi puño en su cara, pero él es más rápido y me detiene con una sonrisa burlona, pero esa sonrisa se desvanece al obervar mi mano donde estaba el anillo de bodas.

“Tú…”, dice en voz baja, acusadora, me jala fuerte hasta estamparme en la cama, Kay quedando encima de mí tomando mis muñecas, dejándome inmóvil.

“Fuiste con él… ¿no es así?”, no respondo.

Lo miro con una sonrisa burlona, confirmando sus sospechas. Ahora me toca a mí burlarme de él.

“No controlas mi vida ahora Kay”

¡SLAP!

Una cachetada.

“Lo hago, Gaya. Aún estamos casados, así que puedo hacerlo. Aun siendo una cualquiera, tú... sigues siendo mía”

El hombre encima de mí ahora es un total desconocido. Kay, el hombre que yo alguna vez ame perdidamente… se había ido.

No permitiría que sus palabras me lastimaran.

“Prefiero ser una cualquiera que tu esposa”, escupo.

Su rostro se crispa y está a punto de pegarme nuevamente pero algo lo detiene quitándolo de mí.

Me levanto enseguida.

¡Yuto!

Yuto estampa su puño en la cara de Kay con tanta fuerza haciéndolo caer.

Queda encima de Kay dejándolo inmóvil y golpeándolo una y otra vez.

El pánico se apodera de mí y corro hacia él para separarlos y enseguida varias personas entran a la habitación. Amigos de Yuto y hombres de seguridad. Sus amigos toman de ambos brazos a Yuto poniéndolo de pie y los de seguridad toman a Kay.

“Sáquenlo y prohíban su entrada”, ordena uno de ellos.

“¿Estás bien?”, uno de los amigos deYuto se acerca a mí preocupado. Si no mal recuerdo su nombre es Yuya. Asiento. Él me dedica una sonrisa cálida.

“¡Vaya! Que gran espectáculo eh, Yutti”, se burla Daiki. Pero Yuto está en silencio. Su respiración acelerada.

La mirada de Yuto y la mía se encuentran, mis ojos reflejados en los suyos, preocupación, confusión y ansiedad.

“Vamos, dejémoslo solos”, ordena Yuri al vernos y los tres salen de la habitación.

Nos quedamos en silencio, mirándonos el uno al otro. Dije que sería fuerte pero… sentía miedo, confusión, me sentía insegura.

Nunca creí que Kay reaccionaría así. Nunca.

Yuto fue acortando la distancia entre los dos hasta llegar a mí, sus brazos cálidamente rodeando mi cuerpo.

Estos brazos.

Su calidez.

Su aroma. Mmm estuvo fumando, pero aun así es dulce, una combinación perfecta que me tranquiliza.

Sus dedos rozan cuidadosamente mi mejilla, supongo que aún roja. Cierro mis ojos dejando derramar un par de lágrimas.

Nuestros labios se encuentran en un beso suave y gentil.

Yuto me abraza fuerte besando mi pelo, mi frente. Sonrío débilmente.

“Gracias”, susurro…

 ~Kay~

Dejo los papeles en mi escritorio. No puedo concentrarme en estos últimos malditos días. Mi esposa… había desaparecido y por mucho que debería estar feliz, no lo estaba, estando con ese maldito…

Yo…

Conocí a Gaya gracias a un amigo que había estado trabajando con ella, mi amigo es fotógrafo. Nos presentó, y conforme la iba conociendo más y más me iba interesando y atrayendo. Termine yendo a varias de sus sesiones fotográficas. Su gran belleza y forma de ser, me cautivaron, las cosas comenzaron a cambiar para mí y fue cuando me di cuenta que ella era la mujer con quien quería pasar el resto de mi vida.

No existía nadie más que ella. Me enamoré de ella.

Pero todo fue cambiando…

Empecé a satisfacer mi ego con varias mujeres, aun teniendo a Gaya.

Creí que nuestra separación era para bien mío y de mi empresa. Me deje llevar por las palabras de mi padre. Pero… no podía dejar de pensar en ella. Ella había sido la primera mujer con la que en verdad quería que todo funcionara.

Cuando la encontré en aquella cafetería, la necesité, la quise en mis brazos de nuevo, besarla, tenerla conmigo… aun teniendo a Naoko. Fue cuando me di cuenta que aún traía el anillo, tuve esperanza.

Si.

Soy egoísta.

Y lo arruiné aquella noche que Gaya se dio cuenta de todo. Entré en pánico, no supe que hacer, pero quise mantener mi porte frente a ella.

Nunca fui rudo o agresivo con Gaya, pero al no encontrarla después de que ella saliera corriendo y al día siguiente darme cuenta que no traía más el anillo de bodas… no pude controlarme.

¿Qué descubrí? Que Gaya había estado con ese bastardo.

Jaja.

No dejaré que él la tenga así tan fácil.

Acaso ¿él no sabe quién soy?

Mi padre está comprando varias líneas de hoteles y yo tengo el poder de hacer lo que me plazca con esos hoteles.

¿Cree que puede arrebatarme lo que es mío?

Gaya es mi esposa. Aún estamos legalmente unidos hasta que yo firme los papeles de divorcio.

Pero es no pasará, oh no, no, no, no.

Los encontraré y vamos a vivir nuestro matrimonio como lo tenía pensado, si tengo que esperar toda la vida y convencerla de que realmente la amo. Lo haré. Mi objetivo es encontrarlos primero. Y después deshacerme de ese hijo de puta para siempre.

¿Es momento de jugar sucio?

Bien.

Comencemos entonces.