20.

Intoxication

Capítulo 20

“¿Exterminaste al bastardo?”.

Es la voz de Kay pero… se escucha lejos.

“Buen trabajo, te recompensaré”.

Trato de abrir mis ojos pero los siento pesados intento e intento y por fin tras varios intentos soy capaz de abrirlos, tardo en aclarar mi vista, mirando a mi alrededor me doy cuenta que estoy en una desconocida habitación casi a obscuras.

“Al fin despertaste, querida”, Kay está sentado a unos cuantos metros mirándome con una sonrisa malévola, mi cuerpo comienza a reaccionar instintivamente al peligro.

“Kay”, escupo su nombre con tanto veneno aunque por dentro estoy aterrorizada, él es alguien impredecible, no sé de lo que es capaz de hacer. Es muy inestable.

Kay me mira con una ceja alzada ante mi visible enojo y se hecha a reír.

“Oh linda, tendremos que trabajar con esa actitud tuya”, me amenaza.

“Déjame ir”, sé que es inútil pedirle eso pero voy a luchar, no voy a permitir que me separen de Yuto.

Yuto…

“¿Exterminaste al bastardo?”.

“Yuto”, digo su nombre sin aliento, como si me hubieran dado un gran golpe en el estómago al recordar lo que dijo a través del teléfono, busco en su mirada cualquier respuesta pero sólo su sonrisa se amplia más.

Él no pudo. No.

Los recuerdos antes de perder la conciencia me golpean, Yuto cayendo en mis brazos, su rostro roto de dolor por la bala.

“¿Qué hiciste?”, estoy en un estado de shock que ni siquiera puedo llorar ni gritar, es tal el impacto que me siento entumida, sin aire y con un gran dolor en el pecho que está esperando el momento para explotar.

“Esa basura no se interpondrá más en nuestro matrimonio, nena, a menos que regrese del infierno”, su voz es tan gentil que hasta me hace sentir escalofríos, es como si él no hubiera hecho nada malo, como si él fuera la víctima y sólo hizo lo que tenía que hacer.

Mi mirada se pierde en el suelo, no queriendo procesar sus palabras, de reojo veo que se levanta y se acerca hacia mí, la cama se sume cuando se sienta a un lado de mí pero no giro para encararlo, siento sus dedos tocar mi mejilla, pero en el estado que estoy no puedo esquivar su tacto.

“Eres mía, Gaya. Nadie, absolutamente nadie toca lo que es mío”, dice en voz baja, amenazante.

Estallo.

“Lo mataste”, soy capaz de sentir ahora y me arrepiento porque es como si me hubiera golpeado un auto, es un dolor insoportable que se concentra en mi pecho y garganta.

“Tú maldito ¡LO MATASTE!”, grito con todas mis fuerzas en llanto golpeando su pecho repetidamente hasta que soy premiada con un golpe en mi cara que solo ocasiona que llore más, pero el dolor no se compara con la cruel verdad; Yuto no está más en este mundo, que ya no podré verlo, sentirlo o besarlo.

“Tú.Me.Honrrarás.Zorra. Soy tu esposo, así que es mejor que actúes como tal y no como una ramera”, sus manos toman mi cabello y bruscamente me jalan para encararlo, “¿Quedó claro?”

Aun con lágrimas en mis ojos, con este dolor insoportable en mi pecho, no me daré por vencida.

“Sobre mi cadáver”, respondo con odio y rabia. Los labios de Kay se tuercen en una mueca burlona, su mano deja mi pelo para rodear mi cuello y presionar fuerte no permitiéndome respirar.

“Cuidado con lo que deseas, linda”, presiona aún más fuerte por varios segundos más hasta que me deja dándose la vuelta y salir de la habitación.

Jadeante lleno mis pulmones con aire nuevamente, para después romper en llanto, el dolor volviendo a mí con más intensidad, no queriendo aceptar que Yuto ya no está más conmigo.

Simplemente no puedo, no hace unas horas él me estaba abrazando y besando, llenos de regocijo y amor.

Sollozo fuerte y desgarrador, sin vergüenza, sin importarme que Kay pueda escucharme, quiero que él me escuche, que el mundo escuche el dolor por el que él me está haciendo pasar.

Llevo mis manos a mi cabeza que punza dolorosamente, mi cuerpo me duele pero ningún dolor físico se compara con mi destrozado corazón, con mi vacía y desgarrada alma.

El tiempo pasa, no sé en qué momento me dormí, pero me despierto al sentir un leve pinchazo en mi brazo, después unos fríos brazos alzarme del piso, sé que esta inconformidad es causada por Kay, pero no lucho, mi energía se drena poco a poco, cómo si mi cuerpo se negara a despertar obligándome a sucumbir a la obscuridad.

Entro en pánico pero lo único que me permite hacer mi cuerpo es dejar salir quejidos débiles de mi boca.

“Me hiciste el trabajo más fácil al dormirte, querida”, la voz de Kay se escucha lejos, surreal, pero sé que está a solo centímetros de mí.

¿Qué me hizo?

“Me gustas más así”, sus labios rozan mi mejilla provocándome escalofríos de disgusto, quiero apartarme pero mi cuerpo no responde, “indefensa, sumisa, totalmente a mi merced, como debería de ser todo el tiempo”, estoy llorando silenciosamente.

Él me ha drogado.

No seré capaz de luchar ni de ver a donde me llevará. La obscuridad está consumiéndome. Yo no quiero aceptarlo, de nuevo:

Kay ha ganado.

Dejo los cubiertos en la mesa, me ha tomado tiempo poder terminar mi comida pero estoy obligada a hacerlo, minutos después regresa Minako, nuestra ama de llaves, una señora en sus 50s que me ha tomado un cariño maternal y que aprecio de corazón ya que es mi única compañera y confidente en esta prisión en la que me tiene Kay desde hace más de un mes con desenas de guardias tanto en el exterior como en el interior para que no tenga la oportunidad de escapar.

En un principio me había rendido, había renunciado a mi libertad, a mi vida… a mi corazón. Qué caso tenía si Yuto… ugh ni siquiera puedo decirlo, es tan doloroso. Pero cada vez en que su rostro y su nombre entra en mi mente llevo instintivamente mis manos a mi vientre, mis ojos comienzan a picar por las lágrimas que impido que salgan y mi pecho da un pinchazo doloroso.

Yuto… te extraño.

“¿Estás bien, querida?”, la voz preocupada de Minako me saca de mi ensoñación, su mirada fija en mi vientre.

Sólo ella y la doctora saben de mi estado pero sé que no podré esconderlo de Kay por mucho tiempo. No puedo evitarlo, estoy aterrada, Kay es capaz de hacer cualquier cosa y cuando sepa que estoy embaraza de Yuto… no, ni siquiera puedo imaginar qué podrá hacerme… o hacerle a mi bebé.

Mi bebé…

Después de que Kay me drogara, desperté en una lujosa y enorme casa en Francia, Paris. Una doctora vino a revisarme por las heridas que infligieron los hombres de Kay al secuestrarme, él mismo estuvo presente cuando la doctora me reviso, nos afirmó que todo estaría bien que no tenía nada serio pero que quería asegurarse de que todo estuviera en orden internamente, así que tomo pruebas de mi sangre, para días después tener la visita de la doctora a solas cuando Kay no estaba y anunciarme lo de mi embarazo.

“Vine en cuanto tuve los resultados de sus análisis, señorita Gaya. Sé que no debería meterme en lo que no me importa pero seo y sé cuándo una mujer es maltratada física y mentalmente por su marido, ya que estuve en su lugar durante mucho tiempo y por las heridas en su cuerpo no creí conveniente anunciar las grandes noticias en frente de su esposo, quiero que usted sepa antes que nadie y sea usted quien decida si desea anunciar lo que estoy por decirle. Debe saber que de ahora en adelante tendrá que ser fuerte no sólo por usted pero por la hermosa vida que está en su vientre. Felicidades, señorita Gaya, usted está embarazada”.

Fue uno de los días más felices de mi vida, llena de regocijo y vida nuevamente, lloré y lloré hasta quedarme seca y sin voz. La doctora tenía razón, debo ser fuerte y no darme por vencida como venía ya haciéndolo, porque ahora ya no estaré sola, mi bebé depende de mí, el pedacito de Yuto está dentro de mí creciendo hermosamente y yo debo protegerlo sin importar qué.

Oh… cuando me dio las noticias también llore de tristeza, cuanto hubiera deseado haber compartido este momento con el hombre de mi vida, estoy segura que primero estaría en shock pero después sonreiría y reiría de alegría besándome y abrazándome. La doctora notó mi dolor también y me alentó, manifestó su preocupación y desaprobación en cuanto a Kay, me dijo que no es ingenua para no saber lo bastardo y peligroso que es Kay. Le agradecí por habérme dicho mi situación a mí primero, también le conté a grandes rasgos mi historia, sé que no debí haber confiado tan fácilmente en ella y contarle pero ella tiene esa aura que me dice que puedo confiar , y no me equivoque, incluso me ofreció ayuda para escapar, dije que lo pensaría, sé que sería muy peligroso, no tengo a nadie más que a los chicos y Hana… pero no los pondré en peligro y dudo que quieran verme después de yo ser la razón por la que Yuto... 

¿Mis padres? Ellos están cegadospor la fachada de Esposo Perfecto que ha creado Kay.

Debo pensar en algo, el tiempo corre y no voy a arriesgar a mi bebé, no dejaré que crezca en un ambiente lleno de violencia, obscuridad y peligro, haré lo que esté en mis manos para salir de aquí.

“Estoy bien, Mina”, sonrío débilmente, ella asiente y me da la ya de costumbre taza de té para relajarme ya que en ella viene disueltas mis vitaminas. Mina tiene todos mis medicamentos para mi embarazo, no puedo arriesgarme a tenerlos yo y que Kay los descubra.

Ya en mi habitación, un poco más relajada gracias al té y al baño de tina que Mina me preparó, miro mi cuerpo a través del enorme espejo, unos cuantos rasguños y moretones apenas se está desvaneciendo, estoy delgada incluso cuando estoy comiendo bien, cinco comidas al día más mis vitaminas, las bolsitas en mis ojos me anuncian que debo dormir más pero cada vez que lo hago sueño hermosamente con Yuto para después ser despertada con la escena de la noche en la que me fue arrebatado. Mis ojos se concentran en mi estómago, en ese pequeño bulto de casi dos meses de embarazo, acaricio mi vientre, el pequeño bulto apenas es visible, pero ahí está, esa pequeña vida que pronto estará conmigo, está ahí y eso me da consuelo y felicidad.

Apago la luz y me meto a la cama, Kay no llegará hasta altas horas de la madrugada, oliendo a vino, cigarro y perfume de mujer, realmente no me interesa si está con otras mujeres, al contrario siento alivio que no tenga que tocarme y me lo dejo claro diciéndome que él jamás tocará una zorra ya usada y sucia, quise reírme por su hipocresía pues es lo que siempre ha hecho, me obliga a dormir en la misma cama que él pero eso es todo, claro siempre lanza varias maldiciones e insultos hacia a mí y Yuto hasta que se queda dormido, incluso cuando llega muy borracho me bofetea hasta que Mina aparece y me lleva con ella a su habitación hasta que Kay se duerme o se calme. También es otro de los motivos por los cuales no duermo bien, pero en el día es más tranquilo, ya sea que salga a leer por un largo rato al jardín, o platicar con Mina, dormir siestas o a veces esconderme cuando por alguna u otra razón Kay vuelve a casa en el día para después volver a irse.

Así ha sido mi vida durante este mes…

“¡Gaya, linda. Abre la puerta!”.

Brinco en la cama por el repentino estruendo de los toques desesperados contra la puerta, la voz le pertenece a Mina, rápidamente con el corazón disparado voy a abrirle.

“Algo está pasando allá afuera, estaba durmiendo y escuche ruidos afuera, estuve a punto de verificar cuando comenzaron a escucharse golpes y maldiciones y vine aquí de inmediato”, Mina dice sin aliento llena de pánico volviéndose a la puerta y cerrándola con seguro.

Estoy por hablar cuando los estruendos, pasos y voces se escuchan más cerca… adentro de la casa. Trato de calmarme, estas emociones fuertes no son buenas para mi bebé. ¿Debería llamarle a Kay? No debería ser necesario, hay suficientes guardias adentro como afuera de la casa ¿cierto?

“Los guardaespaldas se harán cargo… sea lo que sea-“.

Alguien intenta abrir la puerta, cuando ve que tiene seguro comienza a forcejearla y después tratar de derrumbarla, Mina lleva su mano a su boca para ahogar sus gritos y yo respirando pesadamente y claustrofóbica miro mí alrededor buscando alguna salida desesperadamente.

“Mina, vam-“.

Derrumban la puerta y Mina grita, toma mi brazo fuerte y me pone detrás de ella, yo trato de respirar compasadamente, calmarme. Pero me es difícil lograrlo cuando un hombre vestido totalmente de negro, con tapabocas y gorra enfrente de nosotras tiene un arma apuntándonos. Sus ojos apenas son visibles con la luz de luna, y ahogo un grito cuando penetran en los míos intenso y brillantes.

“¿Qué es lo que quieren? El señor Kay no se encuentra en este momento, si tienen ‘asuntos’ con él les sugiero que vayan a buscarlo a su oficina, nosotras no hemos hecho nada y-“, Mina se calla cuando el hombre da un paso hacia enfrente volviendo su mirada hacia la ella.

Su silencio comienza a aterrarme,  y el miedo aumenta cuando silenciosamente dos hombres con apariencia intimidante y fuerte entran a la habitación, se acercan a Mina tomándola de los brazos llevándola fuera de la habitación, ella forcejea y grita, trato de ayudalar, pero el hombre alza amenzadoramente su arma, advirtiéndome que no haga nada con tan sólo un movimiento.

“¡NO! Por favor no le hagan nada a la chica, está embarazada, tengan compasión ¡por favor!”, sus gritos se van desvaneciendo hasta que todo queda en silencio nuevamente.

El hombre ha bajado el arma pero sus manos están temblando y su mirada está fija en mi vientre, instintivamente rodeo mi vientre con mis brazos tratando de hacer una barrera protectora.

Mis emociones son totalmente un lío, me siento vulnerable, con miedo y sin fuerzas, estar con Kay te hace así y lo odio por eso, lo único que me está dandon fuerzas en este momento es la pequeña vida en mi vientre.

Bajando mi mirada dejo salir libremente mis lágrimas, son tantas emociones que no soy capaz de controlarlas.

Unos brazos rodean mi tembloroso y frágil cuerpo, jadeo y mi cuerpo se pone alerta al instante, no por la acción sino por la calidez de aquellos familiares brazos, cuando mi cuerpo es presionado contra el del hombre, mi corazón se detiene y por segunda ocasión la sangre deja mi cuerpo, su aroma me abraza y me tranquiliza, es un aroma único que yo conozco bien.

Si no fuera por sus brazos, ya estuviera en el suelo pues mis piernas se sienten de gelatina.

No, es imposible…

Estoy sollozando, tratando de negar lo que mi cuerpo y corazón ya saben.

“Shhh, te sacaré de aquí, preciosa”, su voz es ronca, muy ronca pero gentil y tranquilizadora, lloro más fuerte cuando escucho y reconozco su voz, es tan surreal e increíble, mi cuerpo drenado se va apagando, dándole la bienvenida a la calidez de su cuerpo varonil, sintiéndome en casa me doy la libertad sucumbir a la oscuridad.

“Yuto…”.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
MariYamadaInoo
#1
Chapter 21: Kyaaaaa!! Que hermoso ♡♡♡
MariYamadaInoo
#2
Chapter 19: D: YUTTI!!!! NOOOO!! TwT deos, esta historia de verdad me ha atrapado, esperare ansiosa el siguiente capítulo :3
Creesh
#3
Chapter 18: Oh dios no! Como puede quedarse ahi? >///< *espera con ganas el siguiente*
Shute_dayo #4
Chapter 17: NOOOOO!!!! kay!!!, ya deja en paz a Gaya!!... que alguien le lance un zapatazo!!! y lo deje sin memoria
Smiling_Usagi
#5
Chapter 16: Noooo Kay vete! Nadie te quiere!
Que Yutti desaparezca ahora mismo con ella!! Dx
Shute_dayo #6
Chapter 16: ¡QUE NO SE VALLA!!!!.... NOOOOOOO!!!
asdasdasdas~
YUTTI!!!.. SECUESTRALA!!!
Smiling_Usagi
#7
Chapter 15: Que no vuelva, que no vuelva♪ Quédate con Yutti él te ama!
Este fic es tan lindo!!!
A seguir esperando la continuación :3
Shute_dayo #8
Chapter 15: *¬* asdasdasdasd~
ooohh~ gaya!!! no vuelvas con kay!!
°o°)9 quedate con yuto!!!
asdasdasdasdasd
CONTI!CONTI!CONTI!CONTI!!! *hace porras*
Shute_dayo #9
Chapter 14: kyaaaaasdasdasdasdasdas~
*-* fue tan... tan.... taaaannn... por un momento crei que pasaria algo mas :3
a esperar que el pu*to de Kay se de cuenta...
¬¬)9 pero nooo~ Yuto se va a quedar con eilyn
Shute_dayo #10
Chapter 13: kyaaaaaaaa!!!!!!
asdasdsdasdasdasd~~
AL FINNNN!!!! *///////////*
esto es tan eoshionanteeeee~