Cap. 8: Gato en celo.

MI GATITA

Llevaría más o menos como media hora ahí afuera gritando y empujando a su ex-novio para que la dejara entrar, ¡Pero el desgraciado no cedía!, ¡Malditos esteroides! No importaba cuanto quisiera entrar, o tan siquiera cuantas groserías en tres idiomas diferentes, japonés, inglés y español, lanzara en contra suya que hasta a una persona sin sentimientos podrían lastimar, leeteuk no pensaba moverse ni un solo centímetro de su posición. Protegería a la rubia, lo que había o quien estaba al subir las escaleras era un mismísimo gato endemoniado y lleno de lujuria que solo pensaba en tirarse a algo.

De hecho... la pobre almohada ha de estar siendo sometida en estos momentos... en fin...

—Entiende, tae, si entras ahí date por muerta—Le dijo nuevamente leeteuk al ver que los intentos por hacer entrar en razón a la rubia eran en vano. Los Kim eran unos testarudos, unos completos testarudos idiotas que por más razones que les des nunca van a entender — ¿Dime, quieres ser violada?

— ¡Si eso implica que me dejarás entrar a mi casa pues sí, sí quiero! — Contestó tratando de hacerlo a un lado.

—Si serás... estúpida.

Bueno... tae no sabía lo que decía, definitivamente no sabía lo que decía.

¿Pero cómo pretendía que estuviera cuerda después de la notición que le acaba de dar? Tiffany está en celo, obviamente eso le cayó como un balde de agua fría en la cabeza. Aunque de todas formas comprendía como se sentía, seguramente no todos los días tu ex-novio viene y te dice que una chica medio gato que vive contigo trae el celo, obviamente no lo crees, ¿Quién lo haría? ¡Es meramente imposible! A menos que en realidad Tiffany no fuera un ser humano mitad gato, sí no uno de esos seres que son capaces de tomar formas humanas, las posibilidades recaían en que el peli-morado le estaba tomando el pelo.

Esperen... ¿Y si la Hatsune fuera eso? No... Muy fantaseoso para ser cierto.

"Maldito karma..." Se dijo mentalmente apretando la mandíbula.

Aunque bueeenoooo, tae ya estaba enojada, y cuando tae se enoja ni una aplanadora podrá aplacar su ira.

Sólo es cuestión de tiempo para que...

— ¡TE DIJE QUE TE QUITARAS!

— ¡ESTA BIEN, YA ME QUITO PERO YA NO ME PATES!, ¡YO SI QUIERO TENER HIJOS!

Que novedad.

Tae se encaminó a la sala como si se tratara de un ogro enojado, con pasos fuertes que resonaban por el piso mientras resoplaba con una ira enorme mal contenida. A tan solo unos cuantos pasos de haber llegado lo primero que hizo fue arrojar su mochila y las bolsas que llevaba consigo por ningún lado, encaminándose directamente hacia las escaleras. Leeteuk, por su parte, entro lenta y dolorosamente al mismo lugar sosteniéndose en pie con ayuda de las paredes, pero con la diferencia que se cubría su hombría... nunca hagas enojar a un Kim.

—tae, espera, tan siquiera deja que te ayude con la bestia—Ofreció algo asustado después de que pudo recuperarse, si la peli-rosa estaba por hacer la mayor tontería de su vida mejor estar ahí para salvarla ¿o no?

Ella subió lo poco que le quedaba de escalones, sin tomarse la molestia siquiera para prepararse y estar lista de lo que le esperaba a cruzar la puerta de madera. O por lo menos, de los sonidos que escucharía por el pasillo a continuación. Y lo peor de todo es de "ese" tipo de sonidos, que harían perder la cordura a cualquiera, incluso a la mismísima taeyeon Kim.

En serio.

— ¡Meeeeeooooowwww~!—Ah... un momento... ¿Qué diablos fue eso? La rubia apenas si había tocado el pomo de la puerta cuando tal cosa llego a sus oídos.

Una enorme e inexplicable oleada de calor azotó por todo el cuerpo de taeyeon, dejándola petrificada frente a la puerta y sin saber a ciencia cierta si el abrirla resultaba ser la mejor opción. Pues, por más que lo negara y lo considerara una estúpida tontería, ya se estaba haciendo una idea completamente gráfica de lo que sucedía ahí dentro. Y no era muy tranquilizador que digamos, de hecho, era todo lo contrario, ya que el tan solo imaginarse las cosas con completo lujo de detalle la ponía mucho más intranquila de lo que ya estaba, ¡Ay, joder! ¡Todo esto es la maldita culpa de Yuri!

Auto-control taeyeon, debes tener control sobre ti misma para poder arreglar las cosas de una buena vez, ¿O es que acaso piensas quedarte ahí sin hacer nada? ¿No? ¡Entonces ponte seria y abre la maldita puerta, por Dios! Ni siquiera puedes ir y asegurar que de verdad está pasando lo que crees, quizá solamente este... jugando o... haciendo cosas que impliquen hacer ese tipo de sonidos, ¿No? Eso debía de ser porque si no era así ella...

— ¡Nya~!

Mi-er-da.

Taeyeon ahogó un agudo chillido lleno de pura frustración mientras estrellaba la frente contra la madera, era oficial, no tenía las agallas para abrir esa puerta, no sabía lo que le esperaba al abrirla. Lo peor de todo y hasta incluso lo peor del caso, es que sentía un horrible bochorno por todo el cuerpo, pero no se atrevía a admitir que era por andar escuchando los gemidos de la neko, no quería pensar que eso la excitaba. "Cállate, cállate, cállate... ¡Por Dios, Tiffany, ya cállate!" Era oficial, hasta a ella le daba miedo entrar a ese cuarto que a estas alturas, ya debe de estar MUY caliente.

El labio de taeyeon temblaba de forma leve, y tras tragar saliva sonoramente, abrió la puerta que sería la que conducía hacía su habitación.

Ya adentro todo se encontraba a oscuras, con las cortinas cerradas y para colmo sintió inmediatamente como una oleada desconocida de calor golpeaba contra su cuerpo. No veía absolutamente nada, más esos sonidos que salían de la boca de la peli-roja resonaban por esas cuatro paredes, por lo que se armó de valor para deslizar la mano por la pared hasta dar con el interruptor de la luz. Mejor no haberlo hecho, ciertamente.

— ¿t-Tiffany? —Preguntó incrédula y con los ojos bien abiertos, no creyéndose del todo lo que veía.

La neko yacía sobre la cama de tae con toda su ropa desarreglada, con el rostro completamente sonrojado, gimiendo mientras retorcía las pobres sabanas que había bajo de ella y prácticamente tocándose y acariciándose todo el cuerpo. Aunque una de las cosas que sobresalían por encima de... bueno, nada sobresalía de eso de hecho, pero un brillo muy poco habitual en ella y de un color rojizo podía notarse perfectamente en la mirada de Tiffany. Parecía no ser ella, ciertamente. Demonios… se veía tan... ¡No pienses en eso ahora, peli-rosa idiota!

Y taeyeon se quedó petrificada.

—Te dije que me esperaras, maldición— Escuchó como le reprendía leeteuk mientras llegaba —Espero que no hayas abierto la puerta porque... Yyyy ya la abriste...

— ¡Meeeeoooww~!—Volvió a gemir la peli-roja, haciendo que leeteuk se pusiera a la defensiva. Sabía lo que pasaría, y no era bonito.

—Oh no...Ya olfateó tu perfume... tae

Con otro gemino gutural, Tiffany se revolvió sobre las sabanas como si se tratara de un gato endemoniado, para luego colocarse a cuatro sobre la cama hundiendo con esto las uñas en el colchón. Parecía un terrible depredador, uno preparado para atacar a su indefensa presa que en este caso era tae. El peli-morado trató de hacer algo para detenerla, pero como su ex-novia no reaccionaba a nada, una neko en celo terminó por lanzarse sobre ella sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

Sintió como algo golpeaba contra ella y la tiraba al suelo, haciéndola recuperar la conciencia y que reaccionara inmediatamente a todo lo que estaba pasando. Rápidamente trató de quitarse a Tiffany de encima, en vano ya que ésta parecía ser mucho más fuerte de lo que ella era, pero ¿¡desdé cuando, maldita sea!?

— ¡Tiffany, detén esto, gata estúpida, tú no eres así! — Vociferó con la esperanza de que su neko fastidiosa-invade-espacio personal regresara a ser ella misma, pero al parecer nada daba resultado.

De pronto todo eso se salió aún más de su control, comenzando a sentir las bruscas y violentas caricias de la peli-roja por todo su cuerpo. Tiffany estaba fuera de sí misma, tanto hasta el punto en el que de manera desesperada empezó a tratar de arrancar las prendas de la peli-rosa con lo que fuera, ya sean garras o colmillos que tenía por dientes. Y otra cosa que también era importante, ¿¡Por qué leeteuk no hacía nada!? Sólo se quedaba para dote observando la escena, hasta se le caía la baba al mendigo.

Luego de eso y por si fuera apoco, Tiffany la sujetó de las muñecas con fuerza a ambos lados de la cara, dejándola sin escapatoria. Y para más sorpresa para la Kim, su atacante le arrebató un sofocante beso en los labios, haciéndola abrir los ojos de par en par y que ese calor sofocante que había en su cuerpo se intensificara. Una lengua intrusa y traviesa se coló entre sus labios entre abiertos, dándose todo el lujo de explorar toda su cavidad.

Pero, cuando sintió la rodilla de cierta joven presionar contra su entre pierna, estaba más que decidida a parar esta locura, pero no podría sola.

— ¡leeteuk, deja de observar como un voyerista y ven a ayudarme! — Le pidió, o prácticamente le ordenó a su ex-novio, aunque luego de eso sintió los afilados dientes de su captora clavarse en su cuello — ¡Rápido!

—Maldición, ¿y ahora qué hago? — Se preguntó volteando a ver a todos lados, pero después se le prendió el foco y corrió hasta las escaleras.

— ¡No me dejes aquí!

— ¡Tú espérame!

Maldito... hijo de... master. Vaya que dejarla ahí con uno de los problemas más grandes por el que ha pasado en serio que era muy cobarde de su parte, y no se la iba a perdonar. Sin embargo, luego de estar forcejeando contra la otra, fue cuando de verdad pudo quitársela de encima, por lo menos durante unos cuantos segundos.

La empujó con todas sus fuerzas dejándola aturdida en el acto, así pudo aprovechar la oportunidad y tratar de escaparse de ella, pero de todas maneras no le funcionó porque la neko se recuperó para luego tomarla por uno de sus tobillos comenzando a arrastrarla de vuelta. Diablos... esta boba sí que es fuerte cuando quiere, o a veces no. De pronto y como por arte de algún tipo de magia desconocida, Tiffany comenzó a tranquilizarse volviendo a ser ella misma, sin saber que estaba haciendo arriba ahora sentada sobre el vientre de cierta estreñida.

— ¿t-Tiffany...? — Preguntó con cuidado al verla más tranquila, jadeante y con el rostro envuelto en un furioso sonrojo.

—tae... —Trató de completar su frase, pero fue interrumpida por un sonido que parecía ser el de un objeto metálico pegar fuerte contra algo. Luego de eso cayó inconsciente a un lado de la peli-rosa.

— ¡Oh sí, justo en la cabeza, baby! — ¡Maldito seas leeteuk! Éste se encontraba mirando a la recién golpeada triunfante y con un sartén en mano —Yo te había dicho que quería una pelea limpia, eso te pasa por hacer trampa.

Definitivamente, este hombre no es más idiota porque su cabello no es más morado.

Pero, ¿pelea, qué pelea? En fin...

— ¡Maldito idiota! — Gritó de repente la Kim, ésta rápidamente recurrió a observar el estado de su gata estúpida — ¡Mira lo que hiciste, ya la mataste! — Ok... a veces exagera.

—No digas estupideces, tae, sólo la dejé inconsciente, pero por el golpe que le di calculo que estará dormida unas tres horas más —Explicó para calmarla. La aludida sólo se giró a verlo incrédula, aunque luego suspiró.

— ¿Qué le voy a decir a Yuri?

—tae... — Pronunció de repente ahora preocupado, viendo como la aludida se sentaba sobre el suelo agarrándose la cabeza observando la escena, parecía afectaba por lo que acaba de suceder ¿Quién no lo estaría? — tae, ¿te encuentras bien?-

— ¿Pero qué mosca le ha picado hoy? — Atinó a decir aturdida.

Así que se trata de eso. Leeteuk sólo atinó a suspirar.

—No digas que no te lo advertí, Luka, porque yo te dije que no era buen momento para verla, aunque por lo visto a ti encanta llevarme la contraria siempre ¿No?

—Ve al grano, idiota— Le insultó ya un poco recuperada, ignorando por completo el gesto que le hizo leeteuk para ayudar a que se levantara— Déjame, no me toques.

—No pensaba hacerlo— Es por demás con la Kim, era una maldita mal agradecida sin remedio, pero él ya estaba acostumbrado a eso por lo que no le molestó— Pero prefiero contarte después de deshacernos de la "carga" ¿Te parece? — Dijo refiriéndose a Tiffany.

Ya mejor no dijeron nada más, tae sólo asintió con la cabeza de acuerdo levantándose para luego tomar a la felina entre sus brazos. Leeteuk, por su parte, mejor bajó las escaleras con intenciones de volver a la cocina, un buen té era lo que la Kim necesitaba para calmar todos esos nervios.

Entro en su habitación como lo había hecho momentos atrás, caminó hasta la cama toda desarreglada y con cuidado la dejó recostada sobre ésta para que pudiera descansar como es debido. Algo sumamente raro, porque taeyeon no era cuidadosa con nada, y que de repente le preocupara el que Tiffany pudiera llegar a romperse si no tenía cuidado le asustaba. En serio que lo hacía. Con decir que por un momento estuvo tentada a acariciarle el cabello, pero de todas formas se tragó sus ganas y salió gruñendo tal cual ogro hasta la sala.

Apenas llegó dejó que un grito de pura frustración saliera de su garganta mientras daba una furiosa punta pie contra su pobre sofá.

—Hey, cálmate, necesitas controlar esa ira tuya— Trató de apaciguarla leeteuk, éste entraba a la sala con una charola entre sus manos cuando tae le lanzó su típica mirada de "Tú te callas"

—Sólo dime cuál es el problema— Más que pedirle parecía ser una orden, una que si no acatabas en cinco segundos terminarías castrado para tu desgracia.

Leeteuk volvió a suspirar con resignación, luego tomó lugar en el sofá dejando la charola en la mesita de noche que tenía enfrente

— ¿Pues qué más quieres que te diga, tae? Es más que obvio lo que Tiffany tiene, esa gatita entró en estado de reproducción, así que te has de imaginar que ahora sólo piensa en lo único en lo que Yuri piensa.

— ¿Bubis? — Adivinaba levantando una ceja y tomando lugar el sillón junto a él.

—Ah... ejem... algo así— Contestó dándole un sorbo a su té.

— ¿o?

—Exacto, esa idiota ahora sólo tendrá "problemas" que sólo podrán saciarse con el o, así que puedes apostar que lo único en que estará enfocada es en tirarse a cualquier cosa con patas y que se mueva.

—Justo como Yuri... —La piel de la peli-roja palideció, si todo eso tenía que encajar con los pensamientos de su amiga rubia estaba perdida. Aunque eso le hizo descubrir algo nuevo: Yuri kwon está en celo todo el año.

—Aja. También estuve investigando y me di cuenta de que hay varias cosas que no podrían encajar con esto del celo, considerando que podrías considerar a Tiffany "hembra" por así decirlo— leeteuk le dio otro sorbo a su bebida para pensar las cosas mejor, este tipo cuando quería podía ser todo un sabio —En fin, calculo que esto durara unas... le daré unas... dos o tres semanas, tomando en cuenta los factores de su peso y la época del año claro.

— ¿¡Dos o tres semanas!? — Gritó más que impresionada ella, ciertamente no sabía que esa tontería durara tanto tiempo —Pero de todas formas la tendré aquí hasta que se le pase.

Leeteuk se giró a verla como si hubiera dicho la peor grosería de todas, ¿Ella, cuidando de esa gata ertida? ¡Ni pensarlo! Sí era más que obvio que la rubia la tiene como objetivo entonces eso quería decir que estaba en un considerable peligro, definitivamente. Después de lo que acaba de suceder no la dejaría sola en la misma casa con ella, pues Tiffany en ese estado lo único en lo que se enfocaría es en hacerla suya, y él no era tan idiota como para dejar que eso pasara. Sin embargo, había cosas que para el peli-morado seguían sin encajar, pero bueno.

Eran cosas sin importancia. Ahora lo que de verdad le interesaba era proteger a Luka de una gata endemoniada y ertida.

Por otro lado, a la Kim ya no le interesaba el hecho de que este idiota sepa del secreto de Tiffany, seguramente esa boba le dejó entrar mientras no estaba y terminó por enterarse por cuenta propia.

Qué tontería.

—Ah no, yo no estoy de acuerdo con eso— Se opuso él inmediatamente— Lo mejor será que sea yo quien cuide de ella durante un tiempo, a diferencia tuya yo podría mantenerla a raya. No se me acercará, te lo juro—Ahora fue el turno de cierta estreñida de girarse a verlo de esa misma forma.

— ¿Eh? No, ella se quedará aquí —Replicó en forma amenazante, en cierta manera parecía como ese siseo que hacen las víboras antes de lanzar su mordida mortal.

—Pero tae... — Trató de responder preocupado, aunque fue interrumpido.

—Se queda aquí, dije— Qué remedio... sí es tan necia como siempre.

Leeteuk resopló fastidiado.

—Bien, pero sólo te aviso que el celo sumergirá a Miku en un estado de inconciencia. Te acosará hasta el cansancio tratando de poseerte, cuando sea y donde sea.

¿A ella? Otra estupidez añadida a su larga lista de bobadas. Aunque eso la ayudó a comprender las verdaderas intenciones de su ex-novio. Y eso la frustraba, y cuando algo la frustra se molesta, y cuando se molesta se enoja, y cuando se enoja se enfurece, y cuando se enfurece es el fin del universo.

Pero hay que tranquilizarse, la golpiza podría venir después, pero no ahora.

—En realidad, leeteuk, a ti lo que te preocupa es que me deje llevar y termine acostándome con ella, ¿verdad? —Le cuestionó sin rodeos sosteniéndole la mirada, el más grande sólo atinó a escupir el té que estaba bebiendo —Tú no entiendes...

— ¿Qué? ¡No es así! — Contestó notoriamente nervioso dejando la taza en la mesita — ¿Es que no puedes confiar en mí?

Tae resopló y fijó su vista al frente mientras se cruzaba de brazos y recargaba la espalda en el respaldo del sofá. ¿Leeteuk tenía amnesia o qué cosa? Él más que nadie debía de saber muy bien por qué ya no le tenía ni el más mínimo rastro de confianza en su persona, sí él lo provocó después de todo mejor dicho. Definitivamente, ese muchacho de veintitrés años podía llegar a ser muy hipócrita a veces.

—Oye… no es por nada pero mi más grande defecto es que tengo una maravillosa memoria, idiota— tae suspiró sin más, haciendo ademán de levantarse.

— ¿Cuantas veces más tengo que pedirte perdón?

Oh, todavía cree que con un simple lo siento ella se olvidará de lo que sucedió hace seis meses, lo cual fue la razón para que terminara con la relación, o tan siquiera contribuyo en ello. Pero, no hay por qué malinterpretar a tae ni nada por el estilo, no es que estuviera dolida o sentida con él por lo que hizo, lo había perdonado luego de ver lo que hizo inmediatamente, pero el caso es que era otra cosa por lo que no podría volver a confiar en él o verlo de la misma forma siquiera. Pero ya qué, de todas formas eran cosas sin importancia.

—Ninguna, todo está bien— Aclaró tomando la charola que el peli-morado había traído. Ni siquiera se tomó su té, qué pena —Ya regresa a tu casa, leeteuk, de todas maneras puedes irte tranquilo, estaré bien aún si tengo que encerrarla y amarrarla en el sótano.

—Pero tae...

—Sólo... ve-te—Cortó ruda ya entrando en la cocina.

Leeteuk se quedó observando con tristeza como su ex-novia le ignoraba, pensando en lo idiota que fue por haberla dejado ir de la manera en que lo había hecho, en serio que fue un idiota. "Todo fue mi culpa..." ¿Pero molestarse con ella? Tenía de sobradas razones como para tratarlo de esa manera tan fría y cortante, quería hacer como que no le importaba, aunque... no pudo.

Sinceramente y desde que se encontró cara a cara con la dichosa joven de las orejas y cola de gato, el peli-morado estaba mucho más depresivo de lo habitual, luego también hay que agregar el detalle de esos celos horribles que lo carcomían ¿Pero por qué de ella?, ¿de verdad había razones como para tener celos de ella? Y no sólo por alguien años más joven que los dos, si no también ¿de una chica medio gato? Pff, ¡Una completa locura, Madre Santa! Sip, eso debía de ser, porque tae no parecía ser de esas personas que aunque no veía por qué interponerse en ese tipo de relaciones de dos personas del mismo o, no le interesaba estar con otra chica.

No, no había por qué preocuparse por eso, ¿verdad?

—Sólo son imaginaciones mías...

________________________________________

Apenas se había despertado optó por bajar a la sala, buscando asesorarse de que no había hecho ninguna tontería. Miku se sentía mal; tenía unas nauseas feas y sobre todo tenía el cuerpo súper acalorado, así que buscar algo en la cocina para sentirse mejor estaría bien.

Quizá ya estaba en sus cinco sentidos, pero de todas formas no era capaz de recordar lo que había pasado después de la visita de leeteuk, aunque sus ropas desaliñadas podían darle alguna explicación. Qué demonios.

Y a pesar de que ya se había planteado esa idea, no estaba lista para encontrarse con cierta estreñida al apenas poner un pie en la sala.

— ¿tae.....? — Preguntó ida y parpadeando varias veces en el acto.

La Kim estaba sentada en el sofá, encorvada hacia delante con los codos apoyados en sus piernas y un semblante pensativo. Se veía genial así, pero no debía de pensar en eso. No ahora. Tae estaba enojada aunque no se notara por fuera, pero lo estaba.

—B-bueno... si la bronca no es conmigo... entonces... m-me retiro... —Dijo nerviosa tratando de evadirla, sin embargo, la voz de su compañera la detuvo.

—No, que si es contigo el problema, gata estúpida—Se dirigió a ella de manera seria pero como siempre súper enojada nivel demonio por dentro — ¿Por qué no me lo dijiste?

Ahí vamos con los problemas otra vez…

— ¿D-decirte qué cosa? — Sabía de qué hablaba, pero hacer el intento no le hacía daño— N-no sé de qué me hablas, tae-nya... ¿Es lo de leeteuk?

—Eso es después, yo estoy hablando de lo otro —Aclaró negando con la cabeza. La peli-roja aspiró aire hondamente mientras recargaba la espalda en el respaldo del mueble, aparentemente para tranquilizarse... qué bueno — ¿¡Por qué jodidos no me dijiste lo de tu celo!? —taeyeon Kim no tiene remedio.

Tiffany se quedó hecha piedra en su lugar y con la piel tan blanca como la nieve, ya sabía de qué hablaba pero no esperaba que se lo preguntara de una forma tan directa. Típico de CASI todos los Kim, Soo no cuenta porqué es adoptada, aunque pensándolo bien no conocía a su familia así que... ya para qué decirlo.

Oh, bueno, bueno. Mejor era dejar las cartas sobre la mesa de una vez, decirle la verdad con tranquilidad para evitar otra discusión. Hacerle saber el peligro que corría respirando tan sólo el mismo aire que ella, alejarla para que se pueda proteger antes de que sus instintos animales la dominen y termino haciendo algo que quiere-no quiere hacer.

— ¿¡Jaaa!? ¡¿Pero qué dices, boba?! —Ok, el plan de decir todo calmadamente no funcionó, ¡tachado de la lista! —Oh, claro, claro. Seguramente iba a llegar y decirte: "Hola, mi nombre es Tiffany Hwang, soy tu nuevo juguete ual porqué eres la mismísima virgen María según tu amiga y soy parte gato. Gusto en conocerte ¡Y, oh, casi lo olvido! Sufro de celo animal, así que ten cuidado porqué me tiro a toda escoba con falda que se ponga en frente" ¡Seguramente, idiota!

Bueeeeno, había que señalar que Tiffany tenía la razón esta vez, ¡Pero ese no era el punto!

—Si serás... gata estúpida— La insultó volteándola a ver desde el sillón enojada.

— ¿Es que no tienes algo mejor que decirme?

La neko apretó los puños a cada lado de su cuerpo, al momento de que apretaba la mandíbula y desviaba la mirada hacia un lateral. Ella tampoco estaba cómoda con la situación, se podía notar perfectamente desde la distancia a la que se encontraba de esa Hwang ¿Quién lo estaría? Sí en los adolescentes las hormonas ya hacían un montón de estragos espeluznantes en ellos, ser una adolecente mitad felina que para acabarla entra en celo como los animales debía ser mucho peor.

Ay, tae, sólo busca tu paz interior y trata de comprenderla para que puedan ambas encontrar una solución. Sí tú estuvieras en las mismas también buscarías lo mismo, ¿o no? Sólo esta vez, ¿qué te cuesta tan solo esta vez?

— ¿Que no tienes frío? —Habló de repente tras resoplar con resignación –Cámbiate.

—Mejor que no me dé calor, así los efectos secundarios no me afectan tanto— Se excusó encogiéndose de hombros desganada.

—Como quieras— taE se levantó de su asiento con intenciones de ir hasta donde la rubia, pero esta lo notó e inmediatamente dio unos pasos hacia atrás alejándose de ella— ¿Y ahora cuál es tu problema?

—No te me acerques... —Eso más que una orden parecía algún tipo de advertencia, como si estuviera consiente de lo peligrosa que podía llegar a ser —Ya sabes lo que me pasa, pero si consigo mantenerme lejos de ti por unos días las hormonas se me aplacan, es por tú bien.

— ¿Por mi bien? — tae soltó un bufido e ignorando por completo lo que la neko le dijo, ella fue para poder observar su estado más de cerca — ¿Desde cuándo te pasa esto?

— Desdé que llegué a los doce años— Respondió sin rodeos— Desde entonces me pasa... sin falta.

— ¿Y cómo lo controlas? — Ahí van más preguntas. Tiffany levanto la mirada que al instante conectó con la de tae. Ese rubor en sus mejillas comenzó a extenderse más y más antes de dar una respuesta, dando a entender que era algo íntimo o vergonzoso.

—Tú... ¿Tú te has masturbado alguna vez? — ¿¡Queee!? La aludida abrió los ojos de par en par más que shokeada, y antes de que pudiera preverlo se alejó de ella un par de metros.

— ¡Ni creas que te dejaré hacer eso en MI casa, gata ertida! — Vociferó señalándola con uno de sus dedos en expresión histérica.

— ¡Claro que no lo haré, maldita estreñida sin remedio! —Gritó ella también en respuesta —Solamente no te me acerques y ya, asunto arreglado ¿Quedamos?

Tae la miró indignada, seguramente ella iba a venir y darle ordenes de que tenía que o no hacer.

—Esta es mi casa y camino por donde se me da la gana— A veces tae no mide sus palabras, hay que decirlo también, y eso nos harta a todo mundo ¿O no?

— ¡Idiota, es que tú no lo comprendes! — Estalló ella también en gritos histéricos, no era de sorprenderse considerando el carácter de la peli-roja que molestaba a todo mundo. Tiffany resopló luego de fruncir el ceño enojada — ¿Acaso no comprendes que eres la principal causa de que me ponga así? Qué con tan sólo llegar a olerte me da un calor como no te imaginas. Con oler esa maldita fragancia a fresas que me resulta tan familiar, tan conocida, que me hace reconocer al instante que estás cerca... con tan sólo olerte... me excito... —Aclaró muy ruborizada prosiguiendo a cerrar los ojos con fuerza.

Otro silencio incomodo se presentó ahí después de eso, con una neko súper rojísima como tomate y con una Kim que ni tenía idea de que responder a eso, ¿debería? Y más importante que eso, ¿Por qué la hacía sentir tan mal y culpable esa cara afligida de la otra? No sabía cuándo había comenzó a interesarse por ella, a preocuparse por si estuviera bien o estuviera mal. Tampoco sabía cuándo fue que su relación con esa gata-estúpida-invade espacio personal se había transformado en algo más íntimo, más estrecho, desde cuando todas esas sensaciones que la aturdían aparecieron dentro de ella.

Tiffany todavía mantenía los ojos cerrados cuando sintió un par de manos tomarla por ambas mejillas y empezar a limpiar sus lágrimas. Estaba llorando, y lo más extraño del caso es que la peli-rosa se había dado cuenta y por eso las limpiaba...

¿Por qué?

—Se nota que tú siempre lloras por cualquier estupidez, gata estúpida— Le dijo con tranquilidad.

—...tae... —Musitó impactada, no se esperaba aquello, de verdad que no se lo esperaba.

La nombrada solo suspiro y rodo los ojos, a veces este tipo de momentos con Tiffany le parecían tan cursis, pero los consideraba por alguna razón necesarios para que las cosas pudieran quedar bien entre ellas.

—Siempre me sacas uno que otro susto ¿Es que no puedes ser una persona común y corriente? —Murmuró retirándole parte del flequillo azulado que tapaba sus ojos —Jamás dejas de sorprenderme— Para terminar dio otro largo suspiro mientras le daba unas palmadas en la cabeza, para reconfortarla seguramente.

Sin embargo, eso no la dejó tranquila, para nada. De hecho, la dejó mucho peor.

—Nee... tae-nya—Llamó insegura a la figura femenina que recogía varios libros de la mesita de noche, sabía que se enojará, mucho, pero tenía que decírselo.

— ¿Hmmm? —Exclamó dando a entender que la escuchaba.

—S-sé que me estás dando a entender que estarás bien... —Comenzó moviendo las manos nerviosa —P-pero de todas maneras... no confío en mi misma así que... Será mejor que me vaya con leeteuk por un tiempo... seguro que él sabrá cómo ayudarme... ¿Te parece?

El tic peligroso de la peli-roja apareció de manera repentina en su frente, ese comentario no le gusta para nada, incluso podría notarse perfectamente a varios kilómetros lejos de ella. Aunque, más allá de haberle molestado o incomodado tal cosa dicha antes, le enfureció por alguna extraña y bizarra razón. Ese simple hecho de imaginarse a Tiffany en casa de su ex-novio no le agradaba en lo absoluto, mucho menos considerando que es leeteuk quien "cuidara de ella".

Sí, está bien, ese peli-morado era un buen chico, por lo menos cuando se le daba la gana lo era. Y... que de repente la neko-invade-espacio personal se haya vuelto tan cercana a él como para llamarlo por su nombre se le hacía demasiado raro ¡No tenía sentido! ¡¿Por qué le fastidiaba eso?! ¡¿Por qué le ardía tanto la sangre de tan sólo imaginarse que entre esos dos podía pasar algo?!

No le gustaba sentirse así, porque de esa forma no se sentía como ella misma. No parecía ser ella misma.

Ahora más alterada que antes, tae se preparó para gritarle y lanzar groserías en su contra, sin saber cómo es que su orgullo volvía a flote.

— ¡Bien! ¡Lárgate con ese idiota cabeza berenjena! ¡Ni que me importara! — Gritó dando por terminada la conversación. Quería salir corriendo de ahí para no ver como la neko seguía al pie de la letra sus órdenes, pero lo más extraño del caso, es que en lugar de irse tal y como ella dijo, la tomó por la muñeca justo cuando quiso darse la vuelta e ir y encerrarse en su estudio —¿¡Qué diablos quieres!? ¡Te dije que te fueras!

—tae... —Oh no, la mirada del gato con botas no ¿Cómo es que ella precisamente lograba tumbar su orgullo? — No quiero que te enojes conmigo... sabes que lo hago por tu bien...

— ¿Por mi bien? — Cuestionó en tono hosco librándose bruscamente, pero para la suerte de la otra esta se cruzó de brazos, quizá para escuchar todo lo que tenía que decirle ¡Milagro del señor!

Tiffany tragó saliva nerviosamente, le era difícil decirlo pero era de las pocas veces que la peli-roja estaba dispuesta a escucharla.

—S-sí... Porque si te hiciera algo mientras estoy inconsciente... me moriría... Así que por eso compréndeme, porque si lo hago es porque me de verdad me preocupas... porque te q-quiero... —Le costó decir esa última oración, pero estaba convencida de que tae tenía que saberlo.

Oh, oh, y esa era una de esas situaciones surrealistas en las que quieres mandar todo al soberano puerro para luego mudarte al extranjero ¿Qué se supone que debería responder? ¿Era algún tipo de broma? No, no, no era ninguna broma, cuando Tiffany Hwang habla acerca de sus sentimientos todo lo que diga o dirá va en serio, por desgracia claro. Luego y para rematarla ya de plano, esa pequeña aunque linda confesión por parte suya, hizo que esa ira que sentía en ese momento se desvaneciera en un abrir y cerrar de ojos, seguido de esa sensación de tranquilidad pura.

¿¡Qué diablos!?

Tae sólo suspiró, maldita neko y su habilidad para convencer personas.

—Está bien, déjalo así, de todas formas creo que... tienes razón— ¡¿Qué?! ¡Santo Dios, tae le estaba dando la razón otra vez! ¡Debía de ser algún tipo de sueño o algo así! Y por eso, Tiffany no pudo evitar sonreír ampliamente, haciéndola sonrojar —No me mires así, sólo haz lo que quieras y ya.

¿Qué no la viera así? ¡Si el que le diera solamente la razón la ponía mucho más que contenta! No se lo pensó dos veces, antes de que la peli-roja pudiera prever todo movimiento que su compañera hiciera, la neko ya había saltado sobre ella y ¡La estaba abrazando, Tiffany la estaba abrazando! Y no como siempre lo hacía, abrazarla en la cama durante las noches era otra cosa muy diferente ya que literalmente era como su osito de peluche, por eso es que se le hacía tan... raro tenerla así.

Incluso y por ya no fuera demasiada tortura para la Kim, de repente un sentimiento de extrema necesidad y querer abrazarla de la misma forma se presentó en ella ¡Pero no podía ceder!, ¡No debía de hacerlo! Lo menos que quería era darle alas a esa joven de las orejas de gato, no quería... ilusionarla con cosas que no iban a ser nunca, o por lo menos eso lo pensaba así a pesar de que su corazón estaba diciendo otra cosa.

La Kim sintió una peluda cola rodearle la cintura, fue entonces cuando se apresuró a apartarla con un empujón, dejándola sacada de onda.

— ¿Qué pasa, cual es el problema? — Preguntó la neko parpadeando, su compañera sólo resopló encogiéndose de hombros — ¿tae-nya?

—Nada... sólo... voy a salir a correr— Contestó tratando de parecer fría, sin conseguirlo del todo.

Tiffany se sintió morir, seguramente hizo algo mal que molestara a la más grande ¡Joder! Sin saber que hacer o que más decirle, sólo se quedó parada en su lugar observando como la persona que quería se dirigía hasta la puerta.

Tampoco supo la razón, pero sus ojos se volvieron llorosos y una extrema necesidad de gritarle la invadió.

— ¡De verdad te quiero! —Y la puerta se cerró ¿La había escuchado? Ya ni siquiera le importaba...

Otra vez había tormenta, más no en la calle; esta vez era en su corazón. ¿Por qué simplemente tae no venía con un sombrilla pidiéndole disculpas?

—No sabes cuánto...

________________________________________

Durante esa tarde los cielos tornaban un color anaranjado, casi como rojizo que se esparcía hasta donde la vista ya no alcanzaba. Tae necesitaba distraerse, todos los sucesos que pasaron hace no mucho la dejaron con la cabeza dando vueltas sin parar, preguntándose también que era lo que de verdad era lo correcto.

¿Cuidar de ella o no cuidar? He ahí el dilema.

La noche había llegado a las ahora ya alumbradas por los faros calles de Sapporo, silenciosa por los lugares donde la Kim vivía. Aunque, algo sumamente extraño en esa noche como "cualquier otra" y ese algo era ¡Que tae se había quedado dormida sobre el sillón! Prácticamente al llegar de un cansado día corriendo, lo primero que hizo fue tumbarse sobre el sofá más que rendida. Ni cuenta se había dado.

Tras un rato por fin despertó.

— ¡Ahg, maldición, me he quedado dormida! —Gritó a los cuatro vientos sentándose sobre el sofá. Gimoteó, se frotó la cara, para al final dar otro largo grito de frustración— Ni siquiera he hecho la tarea... todo esto es culpa de esa gata estúpida.

Culpar a Tiffany ya se había hecho una costumbre, ¿qué importa?

A la Kim no le quedó más que optar por darse una ducha, ¿qué dónde estaba Miku? Ni idea, seguramente ya se habría ido con el idiota de leeteuk quizá, ya casi ni le importaba.

Se paró del sillón y encaminó su paso hasta las escaleras, a ella se le hacía más cómodo ducharse que darse un baño. Bostezaba mientras caminaba hasta el baño, sintiéndose también un poco incomoda sin la presencia de cierta neko fastidiosa en la casa. Todo parecía normal, sin nada que le perturbase, al menos no hasta que pasó cerca de su estudio.

—Aaah~— Otra vez no...

Taeyeon con una gran vena roja palpitando sobre su frente sólo se dio media vuelta directo a la puerta, fue cuando comenzó a escuchar esos gemidos y jadeos con más claridad, aunque a diferencia de los otros estos parecían estar envueltos en placer.

— ¡Maldita sea, gata ertida!, ¿¡Qué te crees que estás haciendo ahí adentro!? —Rugió furiosa golpeando varias veces a la puerta.

— ¡Cállate, idiota! ¡Me desconcentras! —Contestó la otra desde dentro.

— ¿¡Pero por qué en mi estudio!?

—Porque yo no tengo la culpa, me agarró de sorpresa mientras me paseaba por aquí, ¡Y no creerás que saldría así o me tiraría a la primera escoba andante que viera!

— ¡Pero no en MI ESTUDIO, mi preciado estudio! — Volvió a vociferar abochornada, la peli-rosa sólo atinó a golpear la frente contra la puerta.

—Mira, tae, si no te gusta que trate de arreglar las cosas por mí misma ¿Prefieres hacerlo tú? —Ahg, esta vez esa neko sí que no había medido bien sus palabras. Hasta tae se había sonrojado como nunca — ¡O-o-o-olvida eso!—Volvió a gritar después de darse cuenta de lo que había dicho— ¡Sólo mantente atrás de la línea que estoy trabajando!

Tae dejó que otro grito de frustración saliera de su boca, y por sí fuera poco da una fuerte patada a la puerta.

— ¡Y no hagas eso que me desconcentras!

Ya no le quedaba hacer nada más, esa estúpida neko no tenía remedio por más golpes que le proporcionara en ese globo de aire que tiene por cabeza. Resoplando de mala gana ella sólo se cruzó de brazos para después recargarse de esa misma manera en la pared, lo cual fue mala idea si no quería oír esos sonidos eróticos ¿O si quería? ¡No pienses en eso, Dios!

Los minutos comenzaron a pasar lenta y tortuosamente para ella, entre jadeos y gemidos que cada vez se oían más altos y claros.

—N-Mmhh~... Aahh~

Quiso obviamente sin resultados también ignorar todos esos sonidos, pero le fue imposible hacerlo. Se oían tan claros, tan fuertes, que incluso su propia mente le estaba jugando trampas, trampas sucias de cierta rubia ahí adentro...

— ¡Me lleva, ya sal de ahí! —Gritó fuerte recurriendo otra vez a las patadas y golpes contra la pobre puerta de madera. No quería decirlo ni mucho menos admitirlo, pero aun si no lo quisiera o lo deseara, esos gemidos comenzaban a calentarla... y mucho —Llevas por lo menos diez minutos ahí dentro, ¿cuánto más necesitas para que me dejes entrar y hacer mi tarea de la universidad?

—Te dije que no me interrumpas que me desconcentro. No es tan fácil como parece ¿Sabes?

— ¡Pero ya llevas por lo menos cinco! — Rugió dando otro golpe.

—Ni siquiera he terminado la primera. Y te diré una cosa, tae-nya; Tiffany Hwang no se masturba ¡Se hace el amor! —Maldita gata ertida...

Quiso no prestarle atención, hacer como si estuviera escuchando su disco favorito de Queen en el reproductor. "Sólo ignórala, tae... ignórala como siempre lo haces ¡Sólo ignórala!" Trató de darse ánimos mentalmente, sin embargo, eso de todas maneras no funcionaba.

—Nyaa...~

"Ignórala, ignórala, ignórala..."

—Aah... ah~

"Sólo ignórala, sólo ignórala, sé que tú puedes."

—tae...taeyeon...~

"... Mierda..."

Ya no lo soportó más, todos esos sonidos que provenían de ahí ya la habían excitado, y por si no fuera poco eso último pronunciado por esa neko-fastidiosa-invade espacio personal fue la gota que derramó el vaso. Ni siquiera supo cuál fue la razón que la impulsó a hacer tal cosa, pero tras buscar las llaves que no sólo habrían la puerta de la entrada, si no las de toda la casa, abrió esa puerta como si nada y entró a la habitación. Con la misma rapidez en que tae había abierto la puerta Tiffany ya se había alejado de esta muy sacada de onda, observando con la boca abierta y con la mano aún entre sus piernas como su compañera entraba y cerraba la puerta tras de ella con fuerza.

En completo silencio, Luka comenzó a devorarla con la mirada; observando el abochornado cuerpo de ésta, la ropa desarreglada, aunque lo que más le gustó de todo esto fue la mirada incrédula y completamente sonrojada que le dedicaba su neko. Meramente encantadora.

— ¿¡Y... y tú qué te crees que haces!? — Tartamudeó nerviosa, viendo como la peli-rosa se deshacía la coleta que todavía llevaba aún y caminaba peligrosamente hacia ella — ¡T-te dije que no te me acercaras!

—Tú me preguntaste que por qué mejor no entraba yo a hacer el trabajo. Pues es eso lo que hago.

Lo que sucedió a continuación fue tan rápido hasta para ella que no fue capaz de preverlo o evitarlo: taeyeon la había arrastrado por el cuarto hasta dejarla sin escapatoria, encerrada entre la fría pared y el cuerpo caliente de su compañera, dos temperaturas muy contradictorias ahí adentro. Trató de empujarla, de quitársela de encima, de alejarla, para luego rendirse finalmente ante esa idea de que esto lo estaba haciendo la peli-roja por cuenta propia ¡Y eso era muy excitante!

—t-taeyeon~ —Pronunció en forma de suspiro, estremeciéndose al sentir una rodilla ajena separando sus piernas y unos suaves labios en su cuello, algo que jamás había sentido. Se sentía bien, demasiado ciertamente, tae sí que sabía lo que hacía.

En un ataque de ansiedad, la peli-roja mordió esa misma zona que estaba besando y ejerció presión con su rodilla, provocando que la neko se estremeciera dejando escapar un par de jadeos involuntarios de su garganta, chocando contra su oído de una manera tan provocadora. En una de esas, tae deslizó lenta y tortuosamente una de sus manos por el plano y suave vientre de esa neko ertida, subiendo a una dirección que ella ya se imaginaba. Una pequeñísima parte de ella no se sentía cómoda, no se sentía preparada para hacer lo que estaba a punto de hacer con tae. Pero qué diablos, si técnicamente eso era una de las varias cosas que Tiffany había soñado desde que decidió que estaba enamorada de ella ¿Por qué arrepentirse hasta último momento?

De un momento a otro sintió las manos de su compañera acariciando sus senos, eran tan frías que la hicieron retorcerse un poco, de la impresión y placer al mismo tiempo. Seguido de un maullido, Tiffany pegó más la espalda en la pared también alzando el rostro para que tae disfrutara todo lo que quisiera de su blanco cuello. Inconscientemente, tal vez porque ahora se encontraba con los sentidos nublados, a la peli-roja se le ocurre hacerle un chupetón en esas partes que son muy difíciles de esconder; marcándola como de su propiedad.

Otro suspiro, jadeo, y gemido, todo porque esa frígida peli-rosa sabía usar bien sus manos. Mientras tae seguía con su labor de pellizcar y masajear con sus pulgares ambos pezones de la neko, ésta otra por su parte, apenas sí atinó a deslizar sus manos por la espalda de la otra hasta aferrarse con desesperación en sus prendas, arrugándolas como se le antojara. Luego, casi de la misma manera como la Kim lo había hecho hace un momento, Tiffany enterró sus colmillos en su cuello solamente para evitar que más gemidos involuntarios salieran de su garganta, le daba vergüenza que precisamente ella la oyera así.

—T-ten cuidado... gata estúpida... me duele... —Así que si la lastimó... Más Tiffany hizo caso omiso, por lo menos hasta que tae hizo que volviera a chocar su espalda contra la pared haciéndole algo de daño.

— ¡Ay!

—Te dije que me duele—Ok, ya, si no le gusta está bien, pero no tenía que mirarla como si la quisiera matar.

Sep., era vergonzoso para la gran taeyeon Kim decirlo; pero todos esos dulces gemidos que salían en forma de maullidos por parte de la neko le encantaban, haciéndola preguntarse cómo es que no había hecho esto alguna otra vez que tuvo la oportunidad y... ¿¡Por qué pensaba estas cosas!? De una manera un poco más brusca, tae renovó la presión que ejercía sobre el cuerpo de su compañera. Luego, de una manera demasiado repentina, a la peli-roja le entró una extrema necesidad por besar los labios de su compañera, con deseo, con pasión, literalmente quería comérsela, devorársela si eso podía ser posible. Por si ya no fuera toda muy confusa para ella, Tiffany se le había adelantado estrellando esos rosados labios contra los suyos, envolviéndolas en una atmosfera mucho más acalorada.

Lo que hace apenas un segundo fueron sus labios juntándose, ahora era un beso apasionado y ardiente, con sus lenguas revolcándose con ardor, deseando a la otra.

—N-nhe~ tae-taE-nya~... V-vas muy rápido... — Musitó entre cortada Tiffany, refiriéndose a la manera en que su compañera comenzaba a deslizar la palma de la mano desde sus piernas hasta cierta parte palpitante que clamaba por atención —E-espera...

La aludida la ignoró olímpicamente, o algo así, pues lo que ésta hizo fue callarla con otro beso apasionado que provocó que un latigazo de excitación azotara contra ella. Tae estaba excitada, ella había provocado esa excitación que pudo notar perfectamente. Y le encantaba, le gustaba mucho la idea de que la peli-roja se había puesto así por culpa de ella.

Esa misma mano fría que se encontraba pellizcando y acariciando sus senos, ahora se encontraba dándole atención a su o, acariciándolo, frotándolo de tal manera que sí de por sí ya estaba demasiado mojada, ahora lo estaba mucho más. Suspirando de placer, Tiffany levantó una mano que sujetó la cabeza de la peli-roja hundiendo sus dedos entre los cabellos de ésta otra. Sentía que estaban yendo demasiado lejos, pero de todos modos no quería que parara.

Varios largos sonidos eróticos salían de su boca, puesto que se encontraba mucho más sensible de lo normal, sin embargo, eso no tenía nada que ver con su celo animal. Pues tae la excitaba, y mucho.

Hubo un momento en el que Tiffany se decidió por aportar algo. En un movimiento ágil y rápido, con una de sus manos tomó la muñeca de su compañera, lentamente se acercó hasta su oído para pronunciar en un tono sensual:

— ¿Te has puesto así con tan solo oírme y tocarme, tae-nya? —Oooohhhhh eso es jugar sucio. La aludida dejó salir un suspiro por la impresión que recibió, y Tiffany aprovechó que estaba distraída para lamer y morder el lóbulo de su oreja —Si quieres... te puedo ayudar.

La rubia trató de deslizar su mano por la ropa interior de su compañera como ella, pero antes de esto tae se lo había impedido tomándola firmemente por las muñecas hasta estrellarlas contra la pared.

Tiffany levantó la mirada hasta conectar con la de otra, asustada, pensando que de verdad se había pasado y ahora debía de prepararse para recibir una muerte lenta y dolorosa. Pero no, lo que se encontró fue con otro rostro que es muy difícil de ver en la peli-roja. En los ojos de tae podía notarse la inseguridad, ese sentimiento de no estar segura o ni siquiera saber que hacer a continuación, indecisa de sí debía o no seguir con toda esta tontería.

La Hwang sonrió de medio lado, como disfrutaba verla así aunque fuera por sólo un corto momento. Movió su cola de un lado hacía otro durante unos segundos, viendo sus posibilidades para pasar este obstáculo que Luka le estaba poniendo en el camino

Ah, sí cierto. Taeyeon Kim por más lista que fuera, ni siquiera se había molestado en ponerse a pensar que su neko aún tenía una "mano" más que ella no iba a poder retener.

Ella alargó su blanca cola que se abrió paso entre los vientres de ambas, preparada para entrar desde arriba, en la ropa interior de su compañera. Tae dejó que un involuntario suspiro saliera de su boca al sentir como algo peludo comenzaba a acariciarle.

—Tiff... —Siseó peligrosamente, como ese sonido que hacen las serpientes antes de morder —Sácala...- —La neko sólo sonrió e ignorándola continúo con su trabajo —Que la saques... Sácala de ahí, maldita gata del demonio...

Obvio que no le hizo el más mínimo caso, la neko sólo sonrió y lamió provocadoramente el labio de la más grande, incitándola para que se dejara hacer. Para rematar, antes de que Tiffany pudiera volver a decir palabra alguna, tae ya había vuelto a estrellar su boca contra la suya hasta devorarla sin contemplación. Era justo lo que Miku quería, tae ya había caído en su pequeña pero elaborada trampa.

Dentro de ese pequeño estudio, en el que cierta peli-roja se la pasaba la mayor parte del día principalmente estudiando, dibujando o simplemente escondiéndose de ella, la temperatura pareciera elevarse a cada roce que ambas se daban. Mientras se frotaban mutuamente, acompañados de besos, mordidas, lametazos y gemidos escandalosos y apasionados, la neko sólo enterraba más sus dedos en la cabeza de la otra, no quería dejarla escapar.

Aunque, bueno, ya saben que todo eso que tanto nos gusta tiene que acabarse tarde o temprano.

—N-ne... tae-nya... ya estoy en mi limite... —Dijo sintiendo que el final ya venía —C-creo que... que...

Un montón de espasmos llegaron a su cuerpo, nublándole tanto la vista como los demás sentidos. De hecho, ambas habían llegado a ese tan deseado o, que para acabar se había demorado mucho o por lo menos así lo pensaba la estreñida. Tiffany ni siquiera había podido recuperarse cuando sintió otra mordida en lo que era su cuello... tae estaba furiosa... ¡Estaba furiosa, oh no! Le iba a ir como en feria...

El rostro de la neko se deformó en una mueca preocupada mientras se aferraba con desesperación a la espalda de la otra, pensando que todo esto por fin iba a llegar al final de una manera para nada bonita para su persona. Sep., lo más seguro es que tae le grite, le incrimine en cara que ella tuvo toda la culpa por haberla intuido a hacer tales actos impuros, por llegar como una serpiente parlante a seducirla para finalmente echarla de la casa. Pero... cuando se dignó a mirarla a los ojos...

Recibió un casto y suave beso como "castigo", uno de esos que muy difícilmente alguien como tae podría llegar a dar.

De esos con sentimientos... de cariño.

Tiffany parpadeó confundida ante la acción, ¿Estará soñando?

—tae...

—Te he dicho que no me gusta que me mires así, Tiffany— Wow... ese tono de... burla con calidez... ¿Está de verdad era SU estreñida? —Maldita gata ertida.

Hubo otro beso, más sonrisas, más abrazos. Como sí de alguna u otra manera ese arrebaton de ansiedad por parte de las dos hubiera hecho crecer su lazo hasta convertirse en...

— ¡Estúpida rosada, regreseeeee~!— Esa voz... La puerta de la entrada se abrió y cerró en unos segundos. Tae lentamente se separó de Tiff para mirar con horror la puerta del estudio, el rostro de Tiff se deformó en una mueca igual.

Ese día que tanto había temido desde hace mucho tiempo...

— ¡Mami Yuri ya vino por su querida Tiffany-chan~!

Había llegado...

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss