Cap.13: Ten cuidado, te pueden dar gato por liebre.

MI GATITA

Cuando algo tiene posibilidades de salir mal, saldrá mal. Todos lo saben, es la segunda ley de Murphy.

Pero ¡Tiffany no tenía ni idea de esto! ¿¡Por qué carajos siempre le arruinan el día!? ¡No son ni las cinco de la mañana y por supuesto que taeyeon ya empezaría a gritarle como endemoniada! Se supone que vivirían felices por siempre como en los cuentos de hadas que SeoHyun le contaba cuando era tan sólo una gatita bebé.

Como Romeo y Julieta… ¡No, esperen, o mejor que eso!: Como Romeo y Cenicienta… Sí, sonaba mucho mejor.

— ¿Quieres que te mande con Yuri, gata estúpida? — Preguntó la rubia mirándola con una sádica sonrisa.

Claro, no se creía esto, Tiffany ya debía ver venir que la muy idiota no le iba a creer ¡Pero era verdad! Ustedes las ven ¿No? Era mitad gato y su visión nocturna se lo confirmaba. Los borrachos y los gatos siempre dicen la verdad.

—Te estoy diciendo la verdad, taeyeon ¡Te crecieron orejas de gato! —Gritó Tiffany una vez más, para convencer a su nueva novia de que los rasgos felinos estaban presentes en su cuerpo —Serás testaruda, imbécil ¡Tócalas, están ahí!

La aludida volvió a negar rápidamente con la cabeza, ya sentada en la cama mucho más allá que sobre saltada.

—Deja las bromitas, Tiffany, no es nada gracioso.

— ¡Que no es broma, por Dios!

No, no, no y mil veces no. Taeyeon estaba en una etapa de negación ante la clara verdad, simplemente porque la simple idea de ponerse a pensar que se había convertido en un gato como ella era demasiado absurda. Para empezar ¿Cómo rayos habrían ido a parar esas mentadas orejas ahí? ¡Es ilógico, maldita sea! Cualquiera al igual que ella estaría completamente de acuerdo con su afirmación de que esto solamente era una tonta bromita por parte suya.

Se estaba vengando, era la única explicación para su inaceptable comportamiento.

—Puedes seguir creyendo que estoy jugando contigo y todo lo que quieras— aseveró Tiffany, con un semblante completamente serio apresurándose a señalar los bultos sobresalientes en su cabeza —Pero esas orejas seguirán ahí.

Ah… demonios. Por lo que más quieras, taeyeon Kim, no caigas en su jueguito ¡No te toques la cabeza si sabes lo que te conviene! Pero no podía soportarlo más, broma o no la curiosidad por saber que había en su cabeza le picaba por todas partes. Visiblemente mosqueada se apresuró a palparse el cabello mientras ese horrible tic comenzaba a temblar desenfrenado en su ojo, buscando algún bulto extraño idéntico al que la peli-roja le había indicado.

Y se quedó sin aliento…

Dos palpables bultos que no estaban antes no sólo podían verse sobresalir de su cabellera, sino que además de todo y quizá hasta peor para ella, era que esos grandes bultos desconocidos eran hasta palpables; peludos, tibios, que hasta le provocaban una extraña pero reconfortante sensación placentera al rozarlos con las puntas de sus dedos. ¡Esto no puede estar pasando!

—t-taeyeon, tranquila… cálmate—pronunció en un tono espantado, Kim se estaba enojando, se estaba enojando y cuando se enoja cualquiera imploraría la muerte —E-encontraremos una explicación después.

—La quiero ahora, Tiffany—Ay… usó su nombre ¡Usó su nombre! Las cosas se están poniendo feas. Tayeon apretó los dientes, no quería enojarse ahora a menos que fuera necesario, pero no podía evitarlo.

—B-b-bueno, no la tengo pero… ¿qué tal si cantamos una canción? —Río nerviosa —I-I feel p-pretty…~

—Tiff…

— ¡C-cuenta hasta diez! Mira, mira. Hagámoslo juntas ¿sí? A ver, yo empiezo… uno… dos…

—Lo estoy haciendo y no funciona~— ¡3312, tenemos un 3312! Tenía que encontrar una forma de tranquilizarla o su vida estaría en peligro.

— ¿Ya te dije que te adoro? —Tiffany parpadeo coquetamente, como en aquellas caricaturas americanas.

No fue una buena elección de palabras, o al menos eso pensó. Para su sorpresa taeyeon pareció comenzar a tranquilizarse, lanzando un largo y cansado suspiro prosiguiendo a frotarse la cara con irritación. La neko sonrió, esa estreñida sí tenía un corazón blando cuando sabes cómo llegar a él.

La joven de cabellos rubios la tomó por el rostro, recibiendo como contestación una mirada confundida de la aludida ¿La irá a besar? ¡Oh, Dios mío, estas son oportunidades únicas en la vida! Tiffany cerró los ojos lentamente, preparándose para ese deseado beso que pocas veces recibiría.

Pero lo único que la mayor hizo fue acercar sus labios a una de sus puntiagudas orejas para gritarle:

— ¡¿Qué jodidos me has hecho, maldita gata estúpida?! — Ya sabía que era solamente su imaginación ¿¡Pero por qué jugaba así con sus sentimientos!? Tiffany se alejó espantada de su agarre, con los tímpanos a punto de estallar.

— ¡Yo no te he hecho nada, idiota! —contestó firme sobándose las orejas, adolorida — ¡A lo mejor ni son orejas! Seguramente son tus cuernos de demonio ¡Y tienes serios problemas de ira!

— ¡Serás…!

Hwang se cubrió la cabeza con ambas manos, defendiéndose de cualquier golpe o algo parecido que la otra se atreviera a lanzar su compañera. La quería estrangular, seguramente ya estaba planeando como cometer gato-homicidio voluntario. Ay… el aura asesina de taeyeon era hasta palpable, por eso nadie sobrevive cuando la haces enfadar.

Pero, restándole importancia a eso, claramente podías ver que estaba bastante asustada, sólo que lo ocultaba con su carácter de a diario; de la nada un par de orejas felinas te salen en la cabeza, y ni siquiera sabes por qué carajos pasó o al menos tan siquiera tenga una explicación no tan coherente, pero al menos creíble para tranquilizarte al menos un poco. Pero no, no tenía nada, salieron nada más por salir y ya.

— ¡Tú me has hecho esto! —dijo a la furia aumentada mil veces apuntándole con uno de sus dedos. Tanto que fácilmente podía verse el aura roja que emanaba de ella.

Maldita amargada.

La boca de la peli-roja se fue abriendo poco a poco hasta convertirse en una mueca horrorizada, comenzando a palpar de una manera más frenética esas orejas. Oficialmente, este estaba en la lista de los peores días de toda su vida, derrocando por completo ese en que conoció a la rubia idiota de su hermana.

—taeyeon, ¡taeyeon, tranquilízate, seguro que hay una explicación lógica para esto! — Tiffany hacia intentos inútiles para que la más grande parara con lo que estaba haciendo, tratando de tomarla por las muñecas.

No le hizo ni caso, apenas quiso ayudarla se apresuró a apartarla rápidamente con un manotazo para evitar que la tocara. Estaba asustada, no todos los días tu novia mitad gato te dice que ahora tú también lo eres, así que de alguna manera era comprensible en cierto modo. No lo entendía, no comprendía que rayos le estaba sucediendo y mucho menos el por qué.

Necesitaba un espejo, necesitaba encender las luces.

Cuando intentó pararse de la cama tropezó al principio, pera tan rápido como sus pies le permitieron se encamino como Dios la trajo al mundo hasta el interruptor de la luz ¿No podía taparse al menos? Al llegar lo encendió velozmente, permitiéndole a cierta neko ver con mayor claridad todos sus nuevos rasgos felinos.

—Yo te lo dije, tae-nya, no digas que no te lo dije —agregó ahora con sarcasmo dejando de lado la preocupación, pero tampoco salida de su inmenso asombro ante el descubrimiento.

— ¡Tú cállate, todo esto es tu culpa! —Sep, no estaba molesta ¡ESTABA FURIOSA! Ah, bueno, eso es normal en ella.

Ahí, peludas y puntiagudas como las suyas propias, se encontraban un par de orejas rubias como su cabello, sólo que de un color un poco más oscuro que este.

—Mira, hasta tienes cola de gato ¿No es maravilloso-nya? — Más sarcasmo, pero la aludida no le tomó importancia porque sentía algo moverse tras suyo… no puede ser.

—Necesito un espejo—dijo tratando de aparentar calma, encaminándose al baño propio que tenía en busca del mencionado objeto que le daría sus respuestas.

—Bien, pero ya no quiero que me digas mentirosa— De alguna manera esto le comenzaba a parecer divertido.

Es una pesadilla, es una pesadilla, es una pesadilla….

Sin siquiera parpadear entró en el cuarto de baño asegurándose de prender la luz primero. Busco desesperada el espejo, cuando lo encontró no podía creer la imagen que le devolvía…

Un grito desgarrador se escuchó por toda la casa.

Tan rápido como aquello pasó, varios pasos apresurados y preocupados empezaron a escucharse con rumbo a su habitación.

—Respeto su privacidad tocando la puerta, pero reafirmo mi autoridad como Sooyoung ¡ENTRANDO DE TODOS MODOS! —No son ni las seis y ya empezaban con sus estupideces, y en cuestión de segundos la puerta fue literalmente derrumbada por tres habitantes no muy deseadas de la casa.

Tres chicas entraron atropelladamente en la habitación una tras una, poniéndose de pie sobre aquella pobre puerta que fue a dar de bruces hasta el suelo, haciendo diversidad de poses dignas de "Los ángeles de Charlie"

—Sigo pensando que esto no es una buena idea…—alegó Seulgi sin deshacer su pose de batalla, ocupando la posición derecha, con una pierna al aire como dando una patada y los puños en los costados, trataba de mantenerse en equilibrio.

—Opino lo mismo…—agregó Yukari que, con una pose parecida a la de Seulgi, también intentaba sostenerse sobre una pierna.

Otra vez el silencio, mas este era uno que no duraría demasiado.

Tiffany dio el grito más fuerte y asustado que haya dado en todas sus siete vidas, apresurándose a tomar las sabanas para darles un fuerte tirón desesperadamente para cubrirse sus vergüenzas a como dé lugar, tan roja como un brillante semáforo ¿¡Es qué no podían tocar a la maldita puerta!? ¡Para eso se hicieron! Por el lado de las intrusas, una incógnita ya estaba empezando a rondar por sus cabezas faltas de cerebro…

Procesando información… espere cinco minutos mientras la computadora analiza los datos….

Silencio… nos volvemos a encontrar.

— ¡Oh, cielos, oh cielos! —Seulgi comenzó a hiperventilar, sintiendo como la sangre subía a sus mejillas rápidamente hizo lo posible por sacar a sus amigas de sobre la puerta de inmediato. Las empujó con fuerza golpeando a su espalda varias veces, y como si su vida dependiera de ello arregló la puerta que emitió un fuerte golpe al ser cerrada.

— ¡Seulgi, idiota! ¡Le acabas de romper la nariz a tu hermano! — Ah, cierto, Len era el último en llegar, pero fue su culpa por ocuparse buscando un bate pensando que un ladrón entró en la casa. Pero, precisamente por eso cerró la puerta.

— ¡Al menos hubieran llamado a la puerta, esto no es normal! —rugió Tiffany avergonzada a niveles infinitos, tapándose la cara a toda costa para que nadie viera su cara tan roja como la lava de un volcán.

Todos aquí son un montón de raros.

Todas se preparaban para replicarle, pero el peligroso león enjaulado, mejor conocido como taeyeon Kim, salió del baño echando fuego por las fosas nasales; dando pasos que resonaban por el piso, y su cotidiana vena roja palpitándole en la fuerte como si fuera a explotar. Las puertas del infierno se abrieron… las puertas del infierno se abrieron ¡Lucifer las matará a las tres!

— ¡¿Qué estúpida forma es esta de entrar en mi cuarto, trío de descerebradas?!

Hasta la pobre Hwang tembló ante el bramido mega furioso de su novia, si de por sí ya estaba bastante enojada y perturbada por esos nuevos rasgos felinos en su cuerpo, estas tres sólo vinieron a mosquearla mucho más de lo que ya estaba. Su trabajo era ese, fastidiarla. Al menos Tiffany podía agradecer que la rubia tomara la iniciativa de tener la decencia para colocarse algo encima; esta cubría su cuerpo con su ropa para dormir, que ahora constaba de un pantalón rayado y una simple Jersey morada de futbol americano, del equipo de los Cuervos de Baltimore.

Tan siquiera, eso podría despistarlas un poco de que allí paso hace no mucho rato, pero no podíamos ir y dar crédito a eso. Con lo perturbados que todos estaban por diversas razones y personas, sabían interpretar todo con suma facilidad. Y hablando de ersiones, taeyeon agradecía internamente que Yuri haya rechazado el venir a este viaje, porque de ser así esta última no dejaría de molestarla hasta el día de su muerte. Ah, no, esperen ¡Ni siquiera le avisó del viaje!

Las tres intrusas se abstuvieron de preguntar, dándose todo lujo de detalle para examinar la comprometedora escena.

Ah… el cielo se cae.

Cierta joven de cabellos rosados se mordió la lengua para no gritar, porque él no recibir respuesta la comenzaba a irritar mucho más.

— ¡No, no, todo menos esto por favor! —Rompió el silencio Yukari, echándose a llorar dramáticamente sobre el pecho de su novia quien miraba perturbada a la nueva parejita — ¡Esa amargada se robó la inocencia de nuestra Tiffany-chan! ¡Y se supone que yo la iba a desflorar antes que nadie!

Una enorme vena palpitante apareció en la frente de la enojada neko, pero mejor se abstuvo de lanzarle una grosería.

—Creo que vomitare…—murmuró Seulgi la misma forma, desde afuera Len miraba la puerta como si la fuera a quemar con rayos laser.

— ¿Alguien podría decirme por favor qué bananas está pasando ahí dentro?

Seulgi suspiró cansada pasándose la mano por el rostro, el idiota de su hermano no iba a callarse hasta enterarse de las cosas.

—Len, lo que pasa es que Voldemort ya se dio cuenta de sus sentimientos por la señora Norris y le lanzó su Avada Kedabra ¿Contento? (1)

Nadie le entendió ni maíz, pero su gemelo si pareció haberlo hecho por simplemente gritar como niña.

— ¡No olvides tomarles una foto, esto es oro puro!

Y esto, es lo que obtienes por tener a un par de gemelos fanáticos de la saga Harry Potter en casa.

Taeyeon frunció todavía más el ceño, que la hacía lucir aún más amenazante acompañando su ya famoso tic en el ojo izquierdo. Tiffany solamente rodó los ojos, quería un poco de paz y tranquilidad con su amor que por fin le fue correspondido, pero tal parece que eso iba a tener que esperar un poco más.

No, de hecho a ninguna de las dos les molestaba el hecho de que ya se enterarán de su relación, hasta podría decirse que estaba bien porque de esa manera ya no se empeñarán en fastidiar a ninguna de las dos. Lo que sí fastidia son sus reacciones, y su manera de irrumpir en el cuarto, exagerando las cosas a maneras descomunales.

Pero fuera de eso… aun no parecían notar los nuevos rasgos felinos de la Kim, y eso estaba bien por el momento, al menos mientras buscaba una explicación a su nuevo problema.

Soo todavía se encontraba examinando la situación; perdida en sus pensamientos, miraba a ese par en lo que se notaba como un estado de completo shock, hasta el punto que no hacía caso a su novia que a estas alturas ya comenzaba a zarandearla de adelante hacia atrás mientras "lloraba" dramáticamente a mares, aferrándose al cuello de su vieja camiseta de EXO.

De pronto hubo una conexión en su cabeza, haciéndola reaccionar de manera un poco violenta e impropia en ella.

— ¡¿En qué diablos estaban pensando ustedes dos?! —Oh, sí, por alguna razón estaba bastante enojada. Hasta Len, que estaba afuera ajeno a todo, prefirió gritar que ya se iba y salir prácticamente huyendo del huracán que estaba a punto de arrasar.

Las Kim siendo o no miembro de sangre de esta familia, la chica de procedencia coreana había adoptado el durísimo carácter que se cargan cuando la situación lo amerita desde muy pequeña. Paseó su mirada por todas sus compañeras, mandándolas a callar al instante, solamente para poder retar a su hermana silenciosamente con la pura mirada.

—S-Soo-chan…—murmuró Tiffany insegura, mirándola con los ojos bien abiertos. No la conocía así.

La neko miró a Seulgi y Yukari, quienes ahora tenían una mirada horrorizada observando a su amiga rubia de arriba a abajo. Seguramente ya se dieron cuenta de ese detalle, pero no dicen nada porque no quieren dar más razones para que la rubia explote y su hermana vuelva a ponerse histérica. Pues este es de esos momentos tensos entre las dos, y como ya las conocían sabían muy bien que no convenía darles más razones con las que echarle más leña al fuego. Se han peleado ya varias veces hace sólo un par de años, y sus peleas solían ser muy fuertes; una vez, de hecho, Yukari tuvo que intervenir para que la coreana no le rompiera la cara de un puñetazo a su hermana testaruda.

Soo miró a Tiffany con dureza, como diciéndole "Estoy muy decepcionada de ti" Y ella lo supo interpretar muy bien, por lo que sólo atino a mirarse las piernas en gesto avergonzado.

—taeyeon… tú ya eres una adulta. Te das cuenta de que Tiffany es sólo una adolescente ¿no? —La aludida abrió la boca para responderle algo, pero la cerró al instante, comprendiendo el punto de esta conversación.

Fue tan idiota…

Quiso darse de cabezazos contra la dura pared en ese momento, se supone que… debió de ser la más responsable y prudente por ser la mayor en esta nueva relación —la cual hay que decir Tiffany adora poder decirle así— y simplemente se dejó llevar por las hormonas en esos momentos.

Sea una idiota fastidiosa o no, a veces su hermana adoptiva podía adoptar la personalidad del ser más sabio del universo por un lapso de tiempo, corto o largo según lo amerite la situación. Esa era otra de sus facetas. Quiso hasta disculparse, pero la voz espantada de cierta coreana deshizo ese pensamiento.

—P-p-por Dios, taeyeon ¿Q-q-qué te han hecho? — ¡Al fin se da cuenta! Parece que todos están ciegos aquí, o eso pensó la Hwang.

Efectivamente, algo tenía, o mejor dicho había algo que antes no tenía. Taeyeon ya lo había olvidado, y que se lo recordaran la hizo volver a rodearse de cólera otra vez.

—E-es una historia muy graciosa de contar—río Tiffany nerviosa ante la pregunta, rascándose la nuca ante las miradas indescifrables de sus amigas —B-bueno… de hecho ni siquiera sabemos cómo pasó… emmm…

— ¡Todo es culpa de esa maldita gata estúpida! —bramo la rubia con furia, apuntando a su neko con una vena palpitante en su frente ¡Esa es nuestra taeyeon!

—Olviden a la estreñida de taeyeon, a esa ni quien la quiera—aportó Yukari caminando lentamente hasta la cama donde la Hwang, quien se hizo automáticamente hacia atrás al sentirse amenazada —t-tiffany-chan… ¿Dónde están tus lindas orejas de gato?

— ¿De qué estás…?

Ay no…

Seulgi ya estaba a punto de desmayarse por las sorpresas vividas dentro de esta casa, definitivamente no vuelve a venir; Soo se llevó ambas manos a la boca para ahogar su típico gritito de niña espantada que amenazaba con salir d su garganta, y Yuzuki la miraba con una clara preocupación. Cierta Kim se sacó de onda por el comentario, por lo que se apresuró a girarse hasta su amante para ver de qué diablos estaba parloteando esta perfecta ertida.

Nuevamente, lo que observó la dejó sin aliento…

—Mujer maligna ¿Qué le hiciste, eh, Kim? —cuestionó la rubia más joven con algo de rudeza, acercándose hasta ella buscando alguna explicación.

—N-nada… —respondió impactada, mirando con los ojos desorbitados la escena.

—Entonces ¿qué hiciste con sus orejas, eh?

Tiffany las observó con una mirada indescifrable durante un momento, no entiendo porque tanto alboroto con ella de repente, cuando el verdadero problema aquí era su compañera de cabellos rosados. La Hwang por pura curiosidad se comenzó a palpar la cabeza, buscando algo sospechoso o algo raro…

Y bueno, algo no estaba en su lugar: Sus orejas… sus orejas… ¡Las mugres orejas no estaban! ¡¿Estaba soñando o era algún tipo de broma!? ¡Porque esto no era nada divertido!

—No están… ¡NO ESTÁN! — ¡Es el fin del mundo! La neko metió la cabeza entre las cobijas para confirmar otra cosa — ¿Y mi colita? ¿¡Dónde está mi colita!?

Esto era… esto era… ¿Una fea broma del destino al algo así? Porque no era nada gracioso, para nada, todo lo contrario.

Luka miró en completo estado de shock como Miku seguía palpándose la cabeza con desesperación, buscándolas muy a pesar de la clara evidencia de que ya no estaban: Rin solamente se sentó en la cama pensativa, pensando como rayos fue a parar a esta casa de locos; Yukari, si bien era una ertida y adoraba el hecho de tener una nueva "gatita" para acosar a espaldas de su novia, todavía no superaba el hecho de las orejas de su amiga, por lo que se encontraba tratando de retirarle las sabanas de encima con fuertes tirones para comprobar lo de la cola, a lo que Miku se defendía gruñendo y enseñándole los dientes.

Soo ahora parecía león enjaulado, comenzando a caminar por la habitación de aquí para allá, murmurando algunas cosas indescifrables con la mirada clavada en el suelo.

Y, cuando la Kim observó que las orejas felinas de su novia fueron remplazadas por unas humanas, como las que tenía antes ¡Explotó!

— ¡Devuélveme mis orejas, ex-gata estúpida! —bramó furiosa abalanzándose sobre la Hwang, quien inmediatamente se hizo hacia atrás tratando de esquivarla, pero taeyeon fue más rápida al tirarse sobre la cama y atraparla de las orejas.

— ¡t-t-taeyeon -nya, suéltame, me estás lastimando, meeeooow! —La peli-roja trataba de quitarse las níveas manos de su compañera de encima, pero la aludida aplicaba tanta fuerza que le era imposible.

— ¡Deténganse las dos!

El trío de idiotas maravilla se apresuró a detener la pelea; Seulgi apartó como pudo a Tiffany de esa desquiciada, Yukari también se tiró en la cama para tomar a taeyeon por los brazos alejándola de la neko, y Soo formó una barrera entre ambas.

—S-suéltame… degenerada… ertida…—Cierta Kim forcejeaba, moviendo los brazos y todo el cuerpo. Y he de decirles una cosa: Cuando Yukari te agarra, sea la forma que sea, no hay manera de que te sientas cómoda —Te voy… a partir tu ersa cara si no me sueltas… ¡Suéltame!

—No hasta que te tranquilices, Kim. Tiffany-chan no tiene la culpa ¿A qué no? —La neko se apresuró a negar rápidamente con la cabeza, con su tierno rostro formando una mueca de espanto — ¡Y cuidado donde me tocas con la cola! Porque te lo puedo regresar mucho peor.

Ahora sí taeyeon Kim se alteró mucho más. Dirigiéndole una mirada asesina empujó a su cuñada y se levantó del colchón, dispuesta a correrlas ante la mirada nerviosa de su novia.

— ¡Fuera de aquí! — rugió señalando la puerta con su dedo índice.

—P-pero taeyeon… solamente queremos ayudar…— contestó Seulgi, sentada en la cama mientras se cruzaba los brazos.

—Ya ayudaron bastante, ahora lárguense.

—Pero…

— ¡Lárguense!

Se quedaron mirando durante unos segundos que a la pobre Hwang se le antojaron como años. No puede ser, ella que pensaba que a partir de ahora podían acabarse los problemas, pues la rubia por fin le correspondió ¿Qué existe mejor que eso? Para ella nada… y ahora esto…

Finalmente, la única coreana ahí se levantó de la cama con aires indignados, optando por irse sin voltear a verla siquiera.

—Vámonos, niñas, no se junten con esta chusma—dijo saliendo por la puerta con su novia tras de ella. Seulgi se quedó, parada y observando a su amiga de cabellos rubios.

—Sí, Soo ¡Chusma, chusma! —Y ya sin más golpeó a taeyeon en el pecho saliendo corriendo como vil cobarde que era, escapando de la rabieta que se aproximaba.

Tiffany nada más se comenzaba a encoger en su lugar, observando como la Kim apretaba los puños y chirriaba los dientes, claramente conteniendo una ira que no quería dar a relucir. Iba a explotar pronto, así que mejor prepararse para lo que vendría.

Y, volviendo a los acontecimientos recientes ¿Qué diablos estaba sucediendo? A una de la nada le crecen orejas y a la otra le desaparecen. Eso, sin duda alguna, iba mucho más allá de lo misterioso; tiffany se atrevió a pensar que existían cosas en este mundo que simplemente no tenían explicación para ellas. Pero no la malinterpreten, tal vez estaba sorprendida por dejar de ser un gato de una hora para otra, pero ahora que lo pensaba mejor… no iba a extrañarlo ¡Para nada!

Durante muchos años esas estúpidas orejas y cola le causaron mucho sufrimiento: Como la muerte de SeoHyun, en primer lugar, y continuando con eso los malditos tres años en los que fue el conejillo de indias de una científica zafada. Ahora estaría mucho mejor, podría salir a la calle cuando lo quisiera sin taparse con el gorrito que taeyeon le había regalado ¡El mundo podía ser suyo!

Sonrió ante la idea, volviéndose a palpar la cabeza con felicidad. Por lo menos así fue, hasta que el sonido de la puerta cerrándose de golpe y ver a una taeyeon recargarse en esa misma puerta, con cansancio y confusión, le hizo pensar en ella inmediatamente.

Esa mujer… no estaba acostumbrada a todo esto, y si algo provocó que intercambiaran los rasgos… ahora se sentía culpable. La neko no tenía el derecho para hacerle eso…

Un poco nerviosa se sentó en la cama, cruzando las piernas sin ya preocuparse demasiado en cubrirse bien con las sábanas, pues ya no eran esas idiotas las que la observaban con sus ojos chismosos. Taeyeon solamente se frotaba la cara con cansancio, con la espalda pegada a la entrada de la habitación, con sus nuevas orejas echadas hacia atrás y la cola inmóvil, rozando con la punta el suelo.

—Taeyeon-nya…—Le llamó con miedo, quizá a que esta le gritara también — ¿P-puedo hacer algo para ayudarte…?

La Hwang cerró los ojos, temiendo por qué esta le levantara la voz diciéndole algo como "Sí, que te calles" o "Sólo lárgate también de aquí" Conociéndola era lo que haría, y más en situaciones como esta; ahuyentar a todos, y quedarse sola con sus problemas. Así era ella, desde que tenía quince años, sacando cuentas de que Soo le contó que ella tenía dieciséis cuando esa horrible tragedia sucedió.

No tener familia desde que eres un bebé debe ser triste, pero perderla por algo así… algo así de espantoso como esto… debía ser horrible y traumático.

Tiffany nunca tuvo a nadie más que a SeoHyun, y con tener al menos a ella no le interesaba el hecho de no tener familiares, porque ella hacía lo mejor que podía para desempeñar ese papel para la pequeña Hwang. Así que, sin mencionar a SeoHyun, nunca sufrió la pérdida de una familia conformada por tanto padre como madre. No cómo taeyeon, por su puesto, que experimentó lo peor en carne propia.

"—tae-chan… papá no se encontraba bien de la cabeza ¿Comprendes? Entonces… Dios se lo llevó para que mamá lo ayudara a curarse… por eso no estará con nosotros por un tiempo.

— ¿Crees que me voy a tragar toda esa mierda, Yoona?

—Tae-chan…

— ¡Tengo quince años, QUINCE AÑOS, imbécil! Papá estaba loco y se suicidó, punto ¡Deja de tratarme como una niña y dime las cosas como son!"

De verdad, no puede haber algo más triste que ser feliz y que esa felicidad te sea arrebatada en tan poco tiempo. Por eso, si necesitaba su tiempo a solas como muchas veces, tiffany lo iba a comprender porque tampoco quería obligarla a nada… aun si quisiera quedarse a tratar de ayudarla. Pero ahora que lo pensaba bien…

No sabía que decirle.

Pero, para su sorpresa y por primera vez, la joven de cabellos rosados le dio una respuesta que ella no esperaba.

—Sólo… sólo abrázame… idiota… Es lo único que me hace falta…—Muy a pesar de que trató de usar su clásico tono irritado al decir eso, muy en el fondo, y si escuchabas con atención, lo dijo con cierto tono de súplica —Ven antes de que cambie de opinión, tiffany…

Aquella respuesta de su parte le llegó de sorpresa, algo completamente increíble si tomamos en cuenta de que la persona que se lo dijo… no era otra que Kim taeyeon: El bloque de hielo Kim, como le dicen en la Universidad. Es más, ni siquiera ella misma sabía porque se le salió de repente decir lo que su cabeza pensaba, su estúpida cabeza… o su corazón mejor dicho.

Oh, claro; porque quiere cambiar. Por eso.

Justo antes de que se arrepintiera de su decisión, la rubia sintió unos cálidos y delgados brazos rodeándole la cintura y una cabeza dejándose caer sobre su pecho, atrayéndola hacia un cariñoso y bien necesitado abrazo. Taeyeon retiró las manos de su cara lentamente, dejando ver un claro sonrojo en sus mejillas, acompañando la ligera señal de sorpresa que reflejaban sus ojos.

—Está bien, taeyeon, vamos a estar bien. Prometo que encontraremos una explicación a todo esto—murmuró hundiendo más la cabeza en su pecho, reforzando el abrazo, como si no quisiera soltarla nunca —Te lo prometo.

—tiff…

Ya no existen más razones para contener como se sentía. Otro de los pasos para cambiar como tanto lo deseaba: Era este.

Cerró los ojos y le devolvió el abrazo como pudo, pero más fuerte, dejando que su barbilla reposara sobre esa cabellera pelirroja, tiffany siempre fue más bajita que ella.

Taeyeon Kim jamás llegó a experimentar una sensación tan cálida como esta: La de sentirse protegida, querida, que alguien se preocupe por tu bienestar a pesar de todo. No al menos… desde la muerte de sus padres y el "abandono" de su hermana mayor. Así fue durante años, en los cuales se encerró en su propio mundo, en su propio reino al que muy pocas personas tenían permitido adentrarse en sus murallas. Y después de todos estos años, por fin viene y llega una persona con la siente que su vida vuelve a tener sentido para ella, por quien podría cambiar ¡Esa por la que desea cambiar para hacerla feliz!

Para su perplejidad, leeteuk le pasó por la mente en esos momentos; ese muchacho de cabellos purpuras nunca llegó a despertar estos sentimientos en ella, no le llegaba ni a los talones a todas esas sensaciones que tiffany Hwang provocaba en ella. Claro, eso también puede deberse a otras cosas, como que nada más salió con él porque supo reconocer todo lo que estaba haciendo por ella para obtener su cariño.

Con decir que… ¡Le escribió y cantó canciones para ella y sólo para ella! La rubia se conmovió con eso, y muy a pesar de que la prima paterna de este, Yuzuki, le dijera que no aceptara a menos de en verdad sentir algo por él, no le hizo caso…

Quizá por eso la relación se fue muriendo con el tiempo, o siempre lo estuvo.

Y con tiffany… eran tan diferente…

Señoras y señores, me complace anunciar que este sentimiento es el amor.

—taeyeon…—rompió cierta ex-neko la tranquilidad que se había formado, con la voz haciendo ver su claro impacto.

— ¿Ahora qué, idiota? ¿Me creció una segunda cabeza? —preguntó con claro sarcasmo, pero también irritada ¡Y eso que ya estaba disfrutando del abrazo!

—N-no es eso… lo que sucedes es que… ya no tienes las orejas…

¡JOOOOODEEEEER!

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—Bien podría estar durmiendo a gusto en mi cama, con mi querido osito de peluche Cerezin a un lado. Pero noooooo, tengo que acompañar a esta maldita ertida en sus idioteces—Miki soltó alto, cruzada de brazos y con una clara molestia manifestándose —Vámonos de aquí, Yuri, no vamos a encontrar nada sobre ella allí dentro.

— ¡Shhhh! Guarda silencio ¿Quieres que nos descubran merodeando por aquí a las cuatro de la mañana? —gruñó la rubia, agachándose para iluminar el cerrojo de la puerta grande con su linterna.

—Sí eso significa que podré irme a dormir a mi casa; sí. Yuri, esto es allanamiento y si me meten a la cárcel por tu culpa juro que te mato—El tono de voz de la peli-verde era cada vez un poco más alto, algo irónico si tomamos en cuenta lo que acaba de decir.

—Entonces baja la voz o estarás en la cárcel antes de que puedas decirme ertida una vez más.

— ¡ertida! ¿Ves? No pasa nada, de todas formas siempre te lo digo, es tu segundo nombre, sino puede que hasta el primero.

—Miki Furukawa….

— ¿Qué?

Yuri kwon casi nunca se enoja, pero eso no significa que no sea una persona a la que no saques de sus casillas con las acciones correctas. Por ejemplo Miki, prácticamente su forma de diversión es estarla molestando con cualquier cosa, o al menos cuando algo le disgustaba así lo hacía, tanto así que Yuri pensaba que era su castigo por hacer ella lo mismo con cierta Fresita.

En fin…

Si la peli-verde estaba molestando en esos instantes, era por la simple razón de que su amiga y colega la había citado fuera de las instalaciones de la Universidad Yamaha, con la intención de meterse a investigar más sobre el perseguidor de Miku, de quien se enteró trabaja en este lugar. Ya sé, suena descabellado, pero fuentes confiables así se lo informaron. Más, muy a pesar de eso, la rubia no estaba segura de cuál era su apariencia, puesto que procura estarse escondiendo con camuflaje y hasta cambiarse el nombre… así que… a dejarle todo a la suerte.

Los pasillos estaban oscuros, y los que se supone vigilaban las instalaciones estaban muy cómodos durmiendo en sus puestos. Con una vigilancia así… ¿Cómo no dudar de que se puedan meter ladrones?

Ladrones como ellas.

Yuri inhaló hondo, y tratando de forzar una sonrisa "amigable" le apuntó a su amiga con la luz de la linterna.

—Cállate o te violo— Y sin más volvió a su labor de examinar el cerrojo de la puerta.

—Ja, no te atre…— Pero las palabras de la aludida murieron en su garganta. Estamos hablando de Yuri… Yuri la persona más ertida que existe. No pos, mejor aquí calló que aquí violaron —L-lo siento, no volverá a pasar.

La pelinegra sonrió con malicia.

—Buena Cereza con patas. Ahora pásame un pasador para abrir esta puerta—exigió extendiendo una mano hasta ella, como un mecánico pidiendo herramientas.

—B-bien, pero ten cuidado de no perderlo. Estas cosas salen caras—Miki le pasó dicho objeto con cierto recelo, sosteniendo con firmeza la linterna en su otra mano.

— ¿Caras? Vamos, no creo que seas tan tacaña—replicó tomando dicho objeto sin cuidado, procediendo a intentar forzar la cerradura con él —Agh, esto es difícil. Si Yuzuki y su cierra eléctrica estuvieran aquí estoy segura que no habría problema—dijo para sí misma en un susurro.

—Es que no lo sabes, tengo que comprarlos en mayoreo porque se pierden y por eso me salen caros. Compro diez y pierdo once ¿Tú crees?

Yuri solamente pudo rodar los ojos, había veces en que ni sabía cuándo empezaba a tener este tipo de pláticas con su amiga peli-verde ¡Y en estos momentos de seriedad! Pero bueno, aunque sea eso la ayudaba a tranquilizarse y disminuir los niveles de estrés que tenía por culpa de todo este asunto del proyecto neko. Y la personalidad de Miki… su forma de pensar y de reñirla cuando hacía algo que no estaba bien… de distraerla y hacerla una Yuri completamente diferente a la de ahora…

Le recordaba tanto a ella… Dos años sin verla, o hasta más… La extrañaba tanto.

¿Saben que es peor que enamorarte y no ser correspondido? Enamorarte, ser correspondido y que de la nada esa persona desaparezca del mapa sin dejar rastros, absolutamente ninguno. Mas, a pesar de que siempre Miki quiso convencerla de que se olvidara de ese "amor" que profesaba hacia ella de una buena vez; nunca pudo.

Tanto así que cuando esta chica le pidió que la ayudara, la pelinegra lo hizo, por dos años aún sí esta chica ya había desaparecido en eso entonces.

Lo que hace el amor…

El cerrojo de la puerta emitió un sonoro "clic" haciéndoles ver que sí, el truco del pasador funcionó y les cedió el paso.

— ¡Ya está, mugre Cereza con patas! —Saltó la pelinegra, entusiasmada —Ahora solamente tenemos que…

—Ustedes dos están conscientes de que esto es un delito penado por el estado ¿Verdad?

Oh Dios santo… ¡¿Por qué siempre suceden estas cosas cuando Yuri kwon anda cerca?! Pero bien le dijo que esto era muy mala idea, una idea pésima ¡Se lo dijo! Y ahora por su culpa se habían metido en problemas. Maldita Yuri, maldita su ersión y maldito el día que la conoció. Como la odiaba…

Ambas se congelaron en su lugar ante la voz femenina que resonó tras de ellas, Miki nada más alcanzó a girarse lentamente con una gran vena roja palpitando en su frente con claros pensamientos de asesinar a cierta pelinegra adicta a la miel, de una manera lenta y dolorosa. Fue así como se encontraron con dos chicos, chico y chica de hecho: Uno alto de cabellos amarillos, el cual les miraba con una clara mueca de angustia, mezclando el sentimiento de "Me están obligando a estar aquí" Por su parte, la otra joven era claramente más baja que él, de cabello rojo y en forma de taladros, quien les miraba con una mirada molesta.

¡¿Qué hacían aquí?! Y más importante ¡¿Por qué estaban despiertos y merodeando por los pasillos de la Universidad a estas horas y qué querían?! Claramente la vigilancia aquí era una basura, miren que dejar a unos estudiantes andar así… ¿Qué pasa con este mundo?

La pelinegra los reconoció al instante, eran esos chicos que había visto fuera de su casa hace unos días, aquellos que claramente la estaban vigilando por más que lo negaran, pero no dijo algo al respecto, o mejor dicho no pudo hacerlo. Esto porque a Miki, acordándose de una de esas leyendas sobre fantasmas que están rondando por la universidad hoy en día, se le ocurrió un plan para escaparse de esta.

Lo que la gente hace por salirse de líos.

— ¿Y bien? ¿Tienen algo que decir antes de que llamemos a los guardias? —Teto, como se llamaba la chica, volvió a insistir con su semblante serio nivel taeyeon Kim… y eso sí da mucho miedo ¡MUCHO!

—Por favor, señoritas, sólo váyanse, de verdad yo no quiero que metan a nadie en la cárcel…— Por primera vez habló el chico, con un tono de voz inseguro, el cual contrastaba con su figura varonil, fornida y alta.

— ¡Tú cállate, Kikaito! —Y así fue como el chico se ganó un buen golpe en la cabeza.

— ¡Teto-chan, ya no me pegues!

Y ante el chance que había surgido, Miki Furukawa puso en marcha el plan más absurdo que jamás haya dado en toda su cerezada vida.

—No puede ser… ¡¿Qué has hecho, estúpida?! —gritó exasperada, mirándola con un enojo que no era fingido del todo —Es más ¿¡Qué no has hecho!?

—Cereza andante… ¿Qué estás? —trató de replicar algo ante las miradas indescifrables de los muchachos, porque ciertamente no entendía nada de nada, pero su amiga le interrumpió tapándole la boca.

—O sea, nada más me detengo a platicar contigo ¡Y tu sola presencia ya molestó a una pareja de fantasmas! —Ahora sí, esto ya no tiene sentido —Creí que estábamos en paz con sus espíritus ¡Pero no, tienes que ser tan insoportable como para perturbar hasta en la muerte a una persona!

Okay… eso hirió sus sentimientos.

—S-señorita, c-con todo respeto me gustaría aclararle que mi amiga y yo no estamos…— Kikaito quiso decir algo, pasándole a su compañera peli-roja un brazo por los hombros preparándose para contener a la peligrosa "quimera" si era necesario.

—Esto es el colmo, Yuri— Sin más y ante la mirada desconcertada de su amiga rubia, junto las manos y se puso de rodillas frente a ellos de manera suplicante —Por favor, espíritus de aquellos que murieron en la explosión que mi amiga provocó en la cocina hace año y medio. Yo siempre les he guardado respeto, así que no nos atormenten más y déjennos ir tranquilas por favor.

Silencio, nos volvemos a encontrar mi antiguo rival.

¿Qué carajos estaba pasando por la mente de esa peli-verde? Los otros tres se quedaron mirando hacia ella con expresiones indescifrables, como si estuvieran viendo a un unicornio de tres cabezas que lanzaba fuego. Así hasta que cierta pelinegra puso una mano sobre su hombro.

— ¡Ahora corre, ertida! —Miki se puso de pie como alma que se la lleva el diablo, tomando a su compañera por la muñeca salió corriendo como un rayo de la escena.

Corrieron y corrieron por lo oscuros pasillos de la universidad YAMAHA, sin importarles que los otros dos chicos comenzaban a gritarse entre sí por la estupidez de haberlas dejado escapar. No es por nada pero ninguna de las dos quería ir a parar a la cárcel, eran muy jóvenes todavía para lo del jabón, aun si eran mujeres. A Masuda se le cayó su linterna en medio de la corrida, pero su compañera no le prestó importancia, con la suya era suficiente para alumbrar su camino.

Es oficial, se sentían como viles ladrones tratando de huir de la policía. Y unos ladrones mediocres, muy mediocres.

Siguieron huyendo hasta que se aseguraron de que ya no las iban a seguir, parándose frente a la cerrada puerta que daba al comedor del edificio, jadeantes tratando de recuperar el aliento perdido.

—Estás… loca… Furukawa… ¿En… qué estabas… pensando? —Yuri tuvo que apoyar las manos en sus rodillas, encorvándose un poco al momento que daba grandes bocanadas de aire. Nunca fue buena en deportes, eso hay que decirlo —Ahora… ¡Ahora venimos aquí para nada!

—Deberías agradecerme, idiota. Si no hubiera pensando en nada ahora estarías en una patrulla—repuso la otra con molestia, apuntándole amenazadoramente con su linterna.

—Pensé que Fresita no estaba con nosotras.

Que injusticia y pérdida de tiempo. Se supone que estaban aquí para comprobar sus sospechas y ver si podían hacer algo, pero al parecer eso tendrá que esperar un poco más, y ahora su deber rezar por que nada malo le pase a su querida amiga con orejas de gato en ese tiempo. Esos idiotas aparecieron de la nada, y ellas ni en cuenta de que estaban haciendo despiertos a estas altas horas de la noche. Creían haber burlado a mediocre vigilancia que en estos momentos debe seguir durmiendo ¡Pero no! Tenían que venir estos dos a arruinarle sus planes por completo.

Fue tan raro todo, daba la impresión de que ya sospechaban que se iban a aparecer por aquí y por eso estaban ahí para impedir que entraran en aquella puerta. Aquella importante puerta que la ayudaría a cumplir la promesa de proteger a tiffany Hwang de todo, pase lo que pase. Y si iba a la cárcel por allanamiento como se lo dijo su colega hace un rato, no importaba, porque estaría segura de que la peli-roja estaría a salvo pase lo que pase.

Pero al parecer el tonto destino, o una fuerza mayor que él, no quiere eso ¡MALDITO!

Frustrada porque sus planes se fueron al caño en sólo minutos se enderezó en su lugar, suspirando con cansancio y tomando la opción de regresarse a casa de taeyeon antes de que las vuelvan a encontrar. De todas formas, era muy tarde y a ella también le estaba carcomiendo el sueño al igual que a Miki.

-Shine bright like a diamond~-

— ¡Yuri, calla esa maldita cosa si no quieres que te lo meta por…!

— ¡Ya, ya, lo callo, lo siento!

Exacto, esto es uno de esos momentos cuando al maldito celular se le ocurre comenzar a sonar porque te llegó un mensaje. La aludida frunció el ceño y se apresuró a sacarlo del bolsillo de su pantalón, intrigada por quien carajos está tan idiota para mandarle un mensaje a estas horas de la noche ¡Y en medio de una importante misión! Mosqueada miró la pantalla de su celular, encontrándose con algo realmente interesante.

"Mensaje de: Soo"

Pero ¿Qué diablos?

La pelinegra se rascó la nuca con confusión, sin retirar la vista del aparato electrónico. ¿Qué era tan importante como para ser ella misma quien le enviara un mensaje? Esa coreana jamás lo haría en su vida, puesto que con el trauma que Yuri le dejó es lógico que ya no quiera saber nada sobre ella hasta el punto de odiarla. Así que sí, esto no tiene sentido.

Ante la mirada insisten de Miki, optó por abrir el mensaje con la intriga picándole hasta donde no.

"kwon, nada más quería decirte que tae-chan me mandó a informarte que por claras cosas sin sentido e impactantes, volverán a casa más temprano de lo que habían planeado.

No preguntes por qué te lo estoy diciendo yo, pero es que no quiere salir de su cuarto y Tiff-chan por el momento la está persuadiendo. Tampoco me contestes el mensaje, porque es el primero y el último que te envío. Gracias.

Con odio: Soo"

Oh, bueno eso era tan normal. Después de todo, lo que Yuri le hizo fue tan feo y tráumante para ella hasta el punto en el que no volvió a meterse en los baños de la universidad, con miedo de encontrarla de nuevo y volviera a hacerle lo mismo. Pobre de esa coreana… al final de cuentas no es bonito ser casi violada por alguien como esta pelinegra ertida, si Neru no hubiera llegado en ese momento quien sabe qué hubiera pasado.

En fin. Ya habría que volver a casa para arreglar el desastre que es antes de que la dueña llegue en la mañana, porque sinceramente no quería que se pusiera a gritar como loca.

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Taeyeon cada vez estaba más convencida que existen cosas en ese mundo que no tienen una maldita explicación, lo comprobó así por todos los sucesos extraños que estaban pasando a partir de hace sólo unas cuantas horas.

Si se encerró en su cuarto fue porque en efecto; tiffany le dijo que las orejas que tanto repudiaba ya no estaban, y una hora después volvían a aparecerle no solamente a ella, sino también a la neko; así estuvieron mucho rato, apareciendo y desapareciendo como se les diera la desgraciada gana. Ellas ni idea de que estaba pasando, tampoco si alguien o algo podrían darles las respuestas que tanto estaban buscando con mucha necesidad.

Con fastidio, tratando a duras penas de olvidarse del asunto por un rato, entró en su conocida casa con una neko tras de ella, la cual muy a pesar de todo no quitaba esa sonrisa de su rostro por culpa de la felicidad desbordante que llevaba, esto debido a que oficialmente podía referirse a la Kim como ¡SU NOVIA!

No hay nada mejor que eso ¡NADA!

—Sonríe, taeyeon-nya, seguro que es sólo cuestión de tiempo para que averigüemos que pasa—tiffany se aferró a su brazo sonriente, con un brillo de ilusión cruzando sus pupilas turquesa —Mejor vayamos a dar un paseo por el parque ¿sí? ¡A lo mejor y eso te anima un poco!

— ¿Te digo que estaría mucho mejor? —Preguntó con un deje de fastidio en su voz, la neko nada más asintió rápidamente con la cabeza —Que te tomaras esto con más seriedad.

—No seas así de amargada, lo que necesitas es distraerte.

—Lo único que tú quieres es salir porque ya no tienes esas orejas sobre tu cabeza, idiota—La rubia se deshizo de su agarre moviendo un poco el brazo con brusquedad, mirándola seria —No tiene nada que ver conmigo.

—Estreñida…

La Hwang solamente se dedicó a mirar con indignación como su compañera se apresuraba a poner las maletas en una esquina de la sala, completamente perdida en su mundo de amargues. Ya dijo que comprendía sus razones y todo, pero al menos quería un poco más de cariño por su parte.

Si Tiffany no tomaba la iniciativa nadie lo haría.

— ¡Tú, tae, ni se te ocurra subir esas escaleras! —Se apresuró a gritar al ver como la rubia se iba con intenciones de encerrarse en su cuarto.

—Gata estúpida… por favor, necesito pensar…—replicó irritada, deteniéndose a medio camino. Tiffany subió unos cuantos escalones hacia ella, con una mirada decidida.

— ¡Pensar mis polainas! ¡Piensa esto!

Y sin nada de delicadeza la jaló por el cuello de la ropa para plantar un beso en los labios. Como dije, si taeyeon no iba a tomar la iniciativa alguien tenía que hacerlo.

La Kim se puso roja hasta las orejas, hasta juraría que comenzaba que su cara ardía para empezar a echar humo como en los animes japoneses. ¡Cuando tiffany Hwang quiere algo, lo quiere ahora mismo! Igual, aunque por una milésima de segundo quiso evitar ese contacto, al final de cuentas fue débil y termino por dejarse llevar.

O eso quería.

— ¡tiffany-chan! ¡¿Qué haces besando a la Lisiada?! —Maldita Yuri… te odio, te odio, te odio.

Se separaron lentamente, irritadas. Ahí la estúpida de Yuri les miraba con picardía aunque ligeramente molesta recargada en el barandal de las escaleras.

—Yuri…—murmuró taeyeon en un tono peligroso —Vete a joder a otra parte.

—No quiero ¿Y por qué no me dijeron que irían a pasar el fin de semana en tu antigua casa? ¡Yo quería ir!

— ¿Por qué crees tú, ertida?

Oh, claro, si taeyeon no le dijo no fue porque se le haya olvidado, sino más bien lo hizo a propósito por no querer llevarla al viaje. Ya empezaba a temer por su sanidad física y mental, por lo que prefería aguantar a dos degeneradas antes que a tres ¡Y Yuri era la reina de los depravados!

Tiffany gruñó Mosqueda, apresurándose a bajar las escaleras mientras fulminaba a la pelinegra con la mirada.

—Tan bonito que pasamos este fin de semana sin ti… tan bonito…—Se decía más para sí que a ella mientras se dirigía a la sala, pues no quería herirle sus sentimientos.

Taeyeon le dirigió una mirada tediosa a su amiga, preparándose para la sarta de griteríos que lanzará para desahogar su disgusto porque no la llevaron.

—Hubiera entendido que no querían llevarme al menos si me lo hubieran dicho ¿Es qué no les enseñaron modales en sus casas? También vivo aquí y por educación debieron haberme invitado ¡Idiotas! — Sí, Sí, kwon, desahógate todo lo que quieras que al cavo que es tu culpa.

—En primer lugar nadie te dijo que te vinieras a vivir aquí, Yuri—repuso la Kim con enfado, pellizcándose el tabique de la nariz. Un día tantas tonterías la iban a matar.

— ¡Silencio! ¡Y que rayos! ¿¡Por qué tiffany ya no tiene orejas!?

¡Muere! Ya se dio cuenta.

La neko se quedó paralizada sobre el sillón, a medio camino para tomar el control remoto de la pantalla. Taeyeon desvió lentamente la mirada hacia ella, comprobando que se había quitado el mugre gorro de lana el cual acordaron nunca se quitaría frente a la pelinegra para disimular hasta que supieran como explicar las cosas. No por mucho tiempo. Como durante un mes… dos meses… doce años…

Y, para su mayor perplejidad, la pelinegra cambió su semblante enojado a uno completamente contradictorio, formando una sonrisa casi felina en sus labios.

—Así que esto me lo confirma todo—dijo alto y claro, colocando ambas manos en sus caderas pasando sus ojos también por su compañera rubia, quien tenía los ojos abiertos como platos ante su reacción —Pillas, ustedes no pierden el tiempo, luego dicen que la ertida aquí soy yo.

¡Muere y vuelve a morir otras cuatro mil veces con el Kame-hame-ha! ¿¡Cómo carajos se enteró de eso!? ¿¡Quién jodidos se lo dijo!? ¡¿O es tan ertida como para saber que has hecho eso sólo con mirarte?! ¿¡Los ertidos tienen poderes!? Tiffany nada más se encogió en el sillón al poder interpretar sus palabras, cubriéndose con ambas manos la cara ahora parecida a un bonito semáforo. Taeyeon, por su parte, se sonrojó también pero abriendo la boca y azotando las manos contra el barandal, encorvando su cuerpo para gritarle a su amiga como Dios manda.

— ¡Desgraciada! ¿D-de dónde sacas todas esas idioteces? Soo te lo dijo ¿¡Verdad!? — rugió enojadísima, con una vena palpitándole peligrosamente en la frente junto a su normal tic —Maldita chismosa ¿¡Qué más te dijo!?

Yuri la mandó a callar con una seña de mano.

—Párale a tu carro, Fresita, porque por si no te acuerdas no he hablado con ella en más de un año—Bueno, en esto tenía bastante razón…

—P-p-pero Yuri… entonces ¿Quién te dijo todo eso? —cuestionó la neko tímidamente, asomándose por el sillón de la sala más roja que de costumbre.

—A mí también me encantaría saber eso, kwon—coreó taeyeon peligrosamente, asesinándola en su imaginación.

Oh, que ingenuas eran estas par de tortolitas. ¿De verdad no se pusieron a pensar en el porqué de las orejas de tiffany durante todo este tiempo? ¿Jamás se lo preguntaron al menos? Bueno, tampoco es como si lo fueran a hacer, no puedes preguntarte cosas que no entiendes ni de las que no sabes nada, por lo que nada más se dignaron a clasificarlo como algo que a la naturaleza se le pasó por alto. Algún desperfecto por ahí, razón por la cual no existían otros como ella… o eso era otra cosa que ellas pensaban.

Bueno, hoy es el momento en el que tendría que decirles la verdad; el origen de la Hatsune, lo que en realidad era… todo, o casi, porque quería omitir unas cosas por quererla mantener a salvo. Justo como ella se lo pidió que lo hiciera. Hoy, todos descubriremos el secreto detrás de la cola y las orejas. Llegó un poco más pronto de lo que ella había deducido, pero tampoco es como si ella pudiera controlar la manera en la que su relación avanzaba.

La Kim se bajó de las escaleras, y la pelinegra aprovechó esto para caminar hasta ella, tomarla de la muñeca con intenciones de guiarla hasta la sala, donde pacientemente la sentó junto a la confundida tiffany que la mirada sin comprender nada.

Sin más empujó la mesita de café frente al sillón hacía otro lado, llevándola lejos para darse espacio para poder pararse frente a ellas a dar su más o menos planeada platica. ¿Qué tanto hacia y por qué parecía estar planeando las cosas? Eso se preguntó la joven de cabellos rosados.

—kwon…—llamó irritada, aunque un poco ansiosa por saber que se traía entre manos esta ertida.

—Espera, que esto no va a ser fácil para ninguna de las dos— dijo yendo a la cocina en busca del algún té para tranquilizarlas de ser necesario, pues esto que les iba a decir era en verdad fuerte.

—Tae-nya…—llamó la neko, de alguna forma temerosa —S-siento que esto no va a terminar bien…

La aludida se giró a verla con una preocupación que no le era muy fácil de disimular; ella también sentía eso. Era una corazonada, algo muy dentro de sí que le advertía a gritos que lo que escucharía no le gustaría, que no era algo que le hubiera gustado enterarse. Era loco, extraño, desquiciado, pero aunque ella no fuera una persona que creyera en las intuiciones… sabía que aquí había gato encerrado.

Sí, le costó horrores, pues como no estaba acostumbrada a mostrar sus sentimientos y darle cariños abiertamente a otras personas, con dificultad le pasó un brazo por los hombros a su neko, ciñéndola más a su cuerpo para darle cariño y protección si la llegara a necesitar en algún punto de esta hasta ahora rara conversación.

Quizá para ellas fue una eternidad, pero en cuestión de minutos Yuri ya regresaba de la cocina luego de haber dejado hirviendo una tetera en la estufa, con una silla que trajo del comedor bajo su brazo. Con cuidado la dejó frente a ellas, acomodándola de forma que pudiera darles la información cara a cara, algo irónico porque la silla les daba la espalda.

Llegó el momento, el momento de revelarles todo.

—Primero, me gustaría pedirles una disculpa a las dos, estas cosas no deben de tomarse a la ligera—La pelinegra se sentó en la silla con las piernas abiertas, de tal manera que pudiera recargar sus brazos y mentón sobre el respalda de esta mientras les miraba —Pero se me tenía prohibido mencionar algo de esto a menos que fuera estrictamente necesario. Antes ¿No les gustaría esperar al té? —ofreció con una sutil sonrisa muy impropia en ella, la cual al verla te hacía preguntarte si esta era la verdadera forma de ser de Yuri kwon y no la de ertida acosadora.

—No, gracias—contestó taeyeon sintiéndose rara, nunca en su vida le habló a la pelinegra de esa forma ¿Qué carajos?

—Bien… entonces supongo que a Fresita ya le salieron las orejas ¿no?

¡¿Qué?! ¡Muere otras cuatro mil veces con un Final Flash! ¡Sabía que esta maldita ertida escondía algo pero…!

— ¿Tú como sabes eso, eh, kwon? — Una Kim enojada es lo que todos quieren evitar, ella más que nadie. La rubia se levantó de su asiento, con sus niveles de furia volviendo a escalar a niveles aterradores.

—Tiff-chan, por favor tranquiliza a tu mascota o si no, no diré nada—ordenó aparentando tranquilidad, pero en el fondo se sentía amenazada.

La aludida obedeció un poco titubeante. Tomó a su pareja por uno de los brazos, jaló de ella hasta que con esfuerzo la sentó en su lugar.

—Gracias ¿Puedo continuar? —Tiffany asintió lentamente con la cabeza —Bien, si sé esas cosas es porque con sólo verlas puedo deducirlo.

La rubia tuvo que apretar los dientes y puños para no lanzarse sobre ella.

—Maldita… nos has estado ocultando algo ¿Verdad?

Kwon se relamió los labios, mirando sonriente como si quisiera hacerse la interesante ante la pregunta. Suspiró, y con desinterés comenzó a mirarse su manicura perfecta mientras continuaba parloteando.

—Punto para mi estúpida y querida Fresita— ¡Lo sabía! Tiffany parpadeó varias veces, perpleja ante sus palabras buscando el significado de estas mismas —El caso es que tiffany en realidad no es del todo un ser humano.

—E-extrañamente eso ya lo había deducido—Apenas la Hwang pudo articular una palabra durante toda la conversación, de verdad… esto se estaba poniendo raro.

Yuri le dedicó otra sonrisa, esta vez un poco burlona ante su respuesta.

—Querida Tiff-chan, es que no lo estás entendiendo todavía— No, no, no, no ¡Ya no quería escuchar nada! Pero no podía evitarlo. Taeyeon endureció la mirada preguntándole claramente con esta "¿De qué estás hablando?" —Lo que trato de decirte es que la raza a la que Tiff-chan pertenece existe desde hace miles de años, que los científicos denominan "Kytties", pero por la simple razón de que más que una raza que tiene un impacto en la humanidad, es confundido con un virus porque se puede "contagiar". Son unos idiotas, sinceramente. Hum, miren que tratar de esconder a la humanidad una raza que tuvo grandes proezas en el antiguo Egipto nada más porque no tiene lógica es de tarados ¿No creen? ¡Lo camuflan todo los desgraciados!

Les dirigió una mirada a ambas, entrecerrando los ojos sin quitar esa maldita sonrisa en su rostro. Pero estas no decían, la neko más que nadie, quien estaba completamente petrificada ante todo lo que sus oídos estaban escuchando con atención. ¿Qué estaba diciendo? ¿Qué era todo eso? ¿Eso quiere decir que existen otros como ella? ¡No entendía absolutamente nada! Preocupada ante la mirada ausente de su neko, la rubia volvió a ponerse furiosa, y unas felinas orejas volvían a aparecer en su cabeza en ese instante.

—Ah bueno, si sé que ya eres un gato también es porque el "virus" puede contagiarse por medio de la sangre o las relaciones uales. Que por cierto, me da lástima que Tiff-chan ya haya perdido sus orejas a tan corta edad; en la cultura de su raza esas lindas orejitas representan la inocencia y pureza de una persona y deben ser protegidas el mayor tiempo posible—Se encogió de hombros, restándole importancia al "problema" —Pero bueno, no se han ido, siguen ahí. Sólo que los gatos que las tienen de forma permanente se debe a que son vírgenes, y tú te dejaste corromper por esta pedófila; aparecen cuando te alteras o cuando tus hormonas se descontrolan. Y taeyeon, yo que tú me iba calmando porque te están volviendo a salir las condenadas.

¡¿Hu?!

La aludida se palpó la zona indicada rápidamente, comprobando que esos molestos bultos que detestaba volvieron a parecer en su cabeza.

¡JOOODEEEER!

Pero no, ahora hay una cosa más importante que esto ¡Y eso es asesinar a Yuri kwon!

— ¡GRANDÍSIMA CABRONA! —bramó saltando de su lugar rápidamente, quiso tomarla por la ropa pero su compañera fue más rápida al levantarse de la silla y alejarse unos pasos de ella — ¡¿QUÉ MIERDAS GANABAS TÚ CON NO CONTARMELO?! ¿¡Eh!? ¡¿Cuál es tu objetivo con todo esto?!

—Proteger a tiffany-chan ¿No es obvio? —respondió con decisión, con cada palabra que decía le daba la impresión de que las orejas y cola de su amiga se erizaban cada vez más mostrando lo peligrosa que podía llegar a ser.

— ¡¿Protegerla, dices?! —En un movimiento veloz, luego de analizar esas simples palabras, le dedicó una mirada envuelta en una profunda cólera a su neko, quien no parecía prestarles atención por estar perdida en su mundo.

—Fresita, no la mires así, ella no sabe absolutamente nada de lo que les acabó de decir—Yuri bordeó el sillón como si anduviera por su casa, mirándola con esa mugre sonrisa en su rostro —Como no creció en una familia con los de su raza, no existía alguien que la pudiera educar sobre todo esto. Ella nunca sería tan malvada como para no decirte, pero yo sí.

— ¡Maldita hija de…!

— ¿Por qué…?

Tiffany ya no sabía ni que pensar, todo esto era tan tremendamente desconcertante como ella, cabe incluso decir que se atrevía a compararlo con un fuerte golpe al estómago ¡Así de grueso estaba el asunto! En un único día de has enterado de que tu novia ahora es una neko como tú, que en realidad provienes de una raza antigua que contagia sus genes y por si fuera ya mucho ¡Que pueden existir más como tú! No tenía ni una sola palabra para describir todo el revoltijo de emociones que se agolpaban en ella en ese instante; por un lado estaba la felicidad de saber que no estaba sola en este mundo, una parte de ella la hacía sentir una grandísima furia en contra de la persona que le ocultó todo esto. Pero más que nada…

Se sentía traicionada.

¿Es que en estos tiempos no puedes confiar en casi nadie? Todos siempre van a ocultarte algo ¡Todos mienten! Todos le mienten… Le estuvo ocultando durante todo este tiempo, de ser así ¿Cuántas cosas más no le estará escondiendo? Yuri kwon ya no es la gran amiga que ella creyó que ella creía, pues los amigos no se ocultan cosas así de fuertes ¿o no? Ya ni sabía que creer.

Tiffany tuvo que apretar la mandíbula para no llorar, encorvando un poco su espalda apretando los puños sobre sus rodillas.

—tiffany…—pronunció taeyeon, volteándola a ver comprendiendo que la que más razones para estar enojada aquí era ella.

— ¿Por qué me ocultaste todo esto, Yuri? No lo comprendo…—Se le oía dolida, bastante.

La pelinegra volvió a bordear el sofá, con intenciones de hacerle entender a la neko sus razones; se apoyó en una de sus rodillas frente a ella, quien seguía tratando de contener un par de lágrimas llenas de coraje.

—Tiff-chan, no le pongas atención a la estúpida de tu novia, si hice esto fue por tu propio bien—dijo en un tono que por lo regular usamos para explicarle algo a los niños. La rubia le dirigió una mirada furiosa, cruzándose de brazos para no lanzársele encima una vez más.

— ¿C-cómo sabes todo eso? ¿Quién te lo dijo?

—Sí, idiota ¿Quién te lo dijo? —agregó cierta Kim. No ayudas mucho tarada…

Yuri torció un poco la boca ante la pregunta, después de todo, la persona que le dio esa información no era alguien agradable de quien acordarse en situaciones como estas: Tan frágiles. La neko lentamente alzó la vista con una sorpresa dibujada en su rostro, dando muy en claro que un pensamiento ya estaba formándose en su cabeza.

Será posible que…

—No es lo que están pensando ustedes dos, cabezotas—Se apresuró a corregir luego de deducir sus pensamientos —Yo no soy un gato como ustedes. Si sé todas estas cosas fue porque conocí a una Kitty antes que a ustedes, a la hermana de Tiff-chan.

El sonido del humo caliente saliendo de la tetera en la cocina fue lo único que se escuchó durante unos largos segundos. Oh no… no puede ser… dijo demasiado. Kwon se levantó del suelo sin aliento, se le salió otra cosa que tenía prohibida decir.

— ¿Qué fue lo que dijiste…?—taeyeon, más allá de estar enojada como hace un rato, estaba desconcertada ¿Qué tiffany tenía una qué?

— ¡Ci-cielos, el té ya está listo! Si me disculpan iré por él—trató de evadir el tema y correr a la cocina para salirse por la ventana, pero la voz de una neko cabreada hasta puntos culminantes la detuvo.

— ¿Hermana? —Oh no, las orejas ¡Le volvieron a crecer las orejas! Esto se va a poner feo, muy feo — ¿De qué nyantres estás hablando? ¡SeoHyun me dijo que yo no tengo una familia!

Sí, sí, eso dijo ella porque no cuando la encontró no tenía ni una idea de lo que era. Pero ¿Cómo lo iba a saber? Estaban muy bien escondidos y casi nadie sabe que existen al menos. Cuando la Hwang camino unos par de pasos para acortar distancia con la pelinegra, esta última tuvo que encogerse en su lugar de miedo; a diferencia de la rubia tiffany podía matarla si lo deseara, lo que ojala no este deseando ¡Por favor, no cometas isidio!

Ahora ¿Cómo te libras de este problemón que te pone en un serio peligro de muerte, con alguien que no sabe que puede matarte? ¡Di la verdad, idiota! Es lo más concreto y creo que esa pobre neko merece saber todo, sufrió mucho como para seguir haciéndolo por tu culpa, pelinegra desgraciada.

Miró a su amiga por un momento, pidiendo ayuda silenciosamente, pero esta nada más la miraba diciéndole "Ya dile la verdad, perfecta ertida ¡Dile, carajo!"

— ¡Gumi! — ¿Gumi? ¿Qué es eso? ¿Un código para ertidos? Yuri se cubrió la cabeza con ambos brazos como vil cobarde, temiendo por su integridad física ante la mirada desconcertada de ambas nekos. Pero no, no era ningún código, era un nombre, uno que al no haberlo pronunciado por tanto tiempo, le produjo la sensación de que su corazón se encogía dentro de su pecho—S-su nombre es Gumi Hwang, es tu media hermana y… hace un par de años… me pidió ayudarla a encontrarte…

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss