Cap. 14: Gato cazado.

MI GATITA

Todo pasó tan rápido, en una fracción de segundo taeyeon tuvo que lanzarse inmediatamente sobre su novia para detenerla, rodeándole la cintura desde atrás, evitando de este modo que golpeara el rostro de Yuri.

— ¡Maldita, maldita, maldita, maldita! ¡MALDITA! —Rugía con furia, mirando con ira a kwon, enseñando los dientes y tratando de librarse del agarre de cierta rubia — ¡¿Por qué, por qué, por qué?! ¡¿Qué hice para que me ocultaras todo esto?!

La aludida la miraba más que asustada, sentada sobre el piso observaba completamente aterrada el brillo rojizo que había aparecido en las pupilas de Tiffany, mientras ésta nada más pataleaba y encajaba las uñas en los brazos de taeyeon para que la soltara. Más la Kim, no tuvo de otra más que deslizar rápidamente los brazos desde su cintura hasta atraparla por los brazos, sacando fuerzas de donde no tenía para mantenerla a raya.

Todos somos pacíficos, hasta que alguien colma nuestra paciencia.

—Tiff-chan… por favor… escúchame. No quise que te enteraras de esta manera… yo…—Trató de disculparse, pero un bramido de la neko mató sus palabras.

— ¡No quiero escuchar tus disculpas, sólo…!—Cielos ¿Qué come para estar así de fuerte? En un movimiento brusco se libró de los brazos de su compañera, cayendo inevitablemente de rodillas frente a Yuri, apretando los puños sobre el suelo tratando de contener las lágrimas — ¿C-Cómo…? ¿Q-qué más sabes de mí…?

Definitivamente, esa triste mirada la hacía sentir demasiado culpable.

Yuri hizo esfuerzos por levantarse del piso, tratando de ignorar los ojos asesinos con los que su amiga le miraba. Taeyeon, por su parte, persuadió a su novia para que se levantara al notar que la rubia todavía tenía cosas que decir, sentándola en uno de los sillones con suma delicadeza, como si el simple tacto pudiera romper su frágil figura.

La situación ya era bastante extraña para ella, por primera vez en su vida taeyeon era la única que parecía estar tranquila ante un problema, y del lado de las que se ponía histérica hasta el punto de lanzar groserías a los cuatro vientos. Esto tal vez porque Tiffany necesitaba de alguien que la detuviera para no abalanzarse sobre Yuri, quien muerta de miedo levantó la silla en la que estaba sentada hace rato, y se sentó.

Le dirigió una mirada preocupada a su neko, sentándose a su lado luego de ver como la rubia tragaba saliva, haciéndoles ver que aún había más cosas que necesitaba explicar. Y ciertamente ninguna de las dos sabía si Tiffany soportaría más de lo que ya estaba soportando.

Pero necesitaba saberlo… debía saberlo.

—Más vale que por tu bien no nos ocultes nada, Masuda—taeyeon le dirigió una mirada asesina, advirtiéndole del peligro por el que corre —Me encargaré de que no te maten antes de que termines, pero acaba con esto de una buena vez.

—Lo siento…—Se disculpó con la Hatsune, que a duras penas evitaba verla desde su lugar —Debe de ser muy difícil para ti…

Tiffany suspiró negando con cabeza, más por ignorarla que por decirle que no tenía la culpa de nada.

—Por favor… sólo dime todo lo que sepas…

La aludida inhaló aire hondamente, dándose fuerzas y buscando las palabras adecuadas para no recibir una paliza que la mandaría directo al hospital. Todo esto era completamente difícil para las tres, Tiffany más que nadie, y ella como la encargada de cuidar a la peli-ROJA con su vida hubiera preferido que este día se tardara un poco más en llegar. Pero bueno, tampoco es como si nunca fuera a hacerlo… nada más no se sentía preparada para volver a hablar abiertamente sobre su pasado junto a Gumi Megpoid.

O en otras palabras: La media hermana de Tiffany.

Cerró los ojos tratando a duras penas de concentrarse, buscando la forma adecuada para abrir en el tema, y en cierta forma la mirada que su amiga peli-rosa le dedicaba le ponía de los nervios. Se cruzó de brazos, pegando la espalda contra el respaldo de la silla, obteniendo una pose de sabiduría con ello.

Ya está, ahora habrá que seguir con esto.

—Cuando… conocí a Gumi… ella ya se había escapado de los laboratorios donde se llevaba a cabo el Proyecto Cat Food—comenzó aparentando tranquilidad, ganándose una mirada confundida por parte de sus amigas, no entiendo a qué se refería —Claro… no sabes qué es ¿cierto? Lo olvidé. Gracias a él han estado experimentando con los de tu raza desde los años 60… pero no me dijo que quieren… porque ni ella lo sabe.

A la neko casi se le cae la boca al piso tras acordarse de algo de su pasado; cuando a ella también la tenían recluida en un laboratorio para hacerle experimentos… En todo caso… será… ¿Será posible que estuvieran hablando del mismo proyecto y que estuvieron recluidas en el mismo lugar? No, descartó la idea al instante, pues en el lugar donde la encerraron a ella no había ningún otro gato, o al menos nunca llegó a ver alguno encerrado en alguna otra jaula de las instalaciones.

Yuri se rascó la nuca, prosiguiendo con su historia.

—Bueno… tú naciste ahí de hecho, pero días después de darte a luz tu padre se escapó junto contigo del laboratorio, dejando a tu madre atrás con Gumi, que es unos nueve años mayor que tú, y ya había nacido de otra mujer que fue ex novia de tu papá—carraspeó para aclarase la garganta, tratando de ignorar la mirada de asombro que cierta neko le dedicaba —Ni idea de que sucedió con él, pero Gumi me contó que tiempo después de eso tu madre enfermó gravemente y murió. A todo esto ¿Puedo ir por el té? ¡La casa se va a incendiar si sigue ahí!

—Ni lo pienses, ya empezaste y ya no te paras hasta que termines—regañó taeyeon, quien ese instante sintió como su novia apretaba su mano con más fuerza, haciendo grandes esfuerzos por no abalanzarse sobre la rubia en ese instante.

Todo esto era… todo esto era… era… ¿Por qué no se lo dijo desde un principio? ¡Maldita pelinegra manipuladora! A la neko le costaba difícil el creer que le ocultó esa importante información por su bien. Pero ¿Cuál bien? A su punto de vista hubiera sido más fácil todo si se lo hubiera contado desde un principio ¡Maldición! Ahora hasta se sentía mareada por tratar de analizar la información recibida.

Maldita mentirosa…

Sentía la sensación de que su corazón se había detenido por un instante, como su respiración se volvía pesada y de un momento a otro le costaba mucho apartar la vista de la mayor… Nunca… nunca nadie le habló sobre su familia, nadie tenía la información para hacerlo y ahora que por fin se enteraba de algo tan grande… no sabía cómo poder manejarlo. Ahora sabe que no sólo existe una hermana, sino también que lo hicieron un padre y una madre, que al parecer sacrificaron todo por poder ponerla a salvo de una vida tan miserable como la de ellos…

Taeyeon, un poco titubeante, apretó su mano como ella lo estaba haciendo. Si bien la historia no tenía nada que ver con ella, el recuerdo de sus padres que eran tan buenos como los de Tiffany, se le vino a la mente. Ellas ya no son tan diferentes como pensó que lo eran.

Yuri ladeó la cabeza mirándolas pacientemente, también paseó las pupilas por la habitación, pues también se encontraba nerviosa; Tiffany reaccionó de una manera que no esperaba.

Y viendo que ni los policías podrían recatarla del apuro, prosiguió con su historia.

—B-bueno… Gumi también huyó años más tarde… solamente para… buscarte— ¡BAM! La mugre tetera explotó en la cocina ¡Diablos! Y eso que era de miel…—Cuando la conocí me encontraba de viaje por… Sur Corea me parece… Y… mientras me encontraba de camino a visitar a un tío de por ahí… la vi.

Extrañamente, la rubia de alguno forma pudo ser capaz de notar como su amiga trataba de reprimir unas cuantas lágrimas. Frunció el ceño ¿Qué habrá sucedido con ella y Gumi en el pasado? La pelinegra se frotó disimuladamente los ojos, como si le picaran.

—L-la estaban persiguiendo un grupo de diez hombres y entonces me pregunté ¿Qué hacían persiguiendo a una joven tan bella como ella? Yo… lo siento pero no podía permitir que lo hicieran, por lo que los seguí por el mercado hasta entrar en una bodega donde la gente no veía nada.

"— ¡EH, que no se escape!"

Masuda fijó su vista en la peli-roja, que dé la impresión no se movía ni un poquito de su lugar, con la clara angustia apretando su estómago. Estaba demasiado consternada con todos los sucesos recientes.

—Recuerdo que… en ese entonces… su cabello largo y verde le llegaba un poco más arriba de la cintura—Hizo una pausa para ponerse a recordar mejor su apariencia en aquellos tiempos, pues duraba mucho sin verla ni saber nada de ella —Pero bueno, tenía una cola y orejas tan blancas como las tuyas que sobresalían de todo eso ¿Crees que me fijaría en lo otro? Vaya que estaba impresionada. Y muy por encima de su apariencia débil y desnutrida no me creía lo que hizo: Los hombres se le lanzaron encima antes de que pudiera ir a ayudarla, pero para mi sorpresa ¡Ella solita pudo con todos esos imbéciles! Ni siquiera le tocaron un pelo, en cierta forma me recordaba a esas ridículas películas de ninjas norteamericanas. Según yo, varios terminaron corriendo y pasándome a un lado sin siquiera voltearme a ver, mientras que otros ¡Ni siquiera tuvieron la fuerza para levantarse! Tiff-chan… con todo respeto… admiro como no te imaginas a tu hermana.

Se notaba un cierto toque nostálgico en cada palabra que salía de su boca, lo que daba la impresión de que no estaba mintiéndoles, porque ninguna de las dos se creía esa historia que parecía ser sacada de un comic de súper héroes. Bueno, Yuri no tenía razones para echarles mentiras, menos a la Hwang, pero todo eso que contaba sonada tan bizarro para cualquier persona con al menos una sola pizca de sentido común. Pero con todos esos puros sentimientos con los que relataba el suceso, y hasta el rayito de emoción muy parecido al de un niño pequeño viendo su programa favorito, tampoco se aseguraba que estaba mintiendo.

Estaba diciendo la verdad, quieran o no.

Trató de mantenerse tranquila, pues ya de un momento para otro la invadió la necesidad de ir y buscar al único familiar que le quedaba, pero no podía hacer. No podía porque necesitaba quedarse a escuchar toda la historia, necesitaba oír más sobre todo esto, y hasta puede que la ayude a saber cosas sobre sí misma.

Taeyeon le acarició la espalda, y como estaba tan concentrada en la pelinegra, dio un respingo en su lugar mientras la volteaba a ver con claro nerviosismo, pero se controló a los pocos segundos.

"—No te…. ¿No te asusta mi apariencia de fenómeno?

—No creo que seas un fenómeno. Eres hermosa."

Mugres recuerdos…

Yuri suspiró con pesadez, tratando de concentrarse en lo que estaba haciendo.

—Al final… la única que quedo en pie fue ella, pero se le veía bastante enferma. Sin que pudiera evitarlo se desplomó en el suelo al poco rato, yo nada más pude correr hasta su dirección para ayudarla con mis pocos conocimientos de medicina. La llevé a casa de mi tío, y a los pocos días despertó, pero cuando llegué a verla sus orejas ya no estaban. Quise ayudarla, ofrecerle quedarse con nosotros todo el tiempo que necesitara, pero se negó y me explicó que lo único que quería era encontrar a la única familiar viva que tenía: A su hermana… a ti…

Su respiración se detuvo en ese instante. ¿Habrá más? ¿No ha terminado? ¿¡Por qué se levantaba de su lugar como si esa fuera toda la explicación de los hechos!? Exacto, kwon ya no tenía más cosas para contarles, al menos no cosas que ellas necesitaran saber, pues lo demás eran cosas puramente personales para ella y sólo para ella. Desde cuando se ofreció a ayudarla a su búsqueda, hasta todo lo que pasó en esos seis meses antes de la desaparición de Gumi Megpoid de la faz de la tierra.

Prefería no decir nada de eso al respecto, pues seguramente Tiffany nuevamente se lanzará sobre ella hecha una fiera, para luego finalmente irse a la patética búsqueda sin resultados de su media hermana. Y eso por supuesto, no era que deseara. Yuri prometió que la cuidaría con su vida, y con esos maniacos de proyecto Cat Food rondando por a saber dónde la nerviosa Hatsune estaba en un claro peligro andando en las calles, puesto que aún era el blanco de esos locos… tenía que tenerla lo más posible dentro de la casa quisiera o no.

La pelinegra se levantó de su asiento, eludiendo las desconcertadas miradas de ambas gatas, que no estaban muy satisfechas del todo.

— ¡Eh, tú, no has terminado! —taeyeon se levantó colérica de su asiento, con una fuerte grosería retenida en sus labios ¿A dónde se creía que iba esta rubia idiota? —Siéntate.

— ¿Ves que tenga algo más que decir? —Bufó apática la aludida, estrechando los ojos peligrosamente —No tengo más, eso es todo.

—Mientes—Maldita frígida terca… quiere empezar una pelea, eso parece.

Diablos, diablos, diablos. Otra lucha de titanes a la vuelta de la esquina, y cierta ertida ya no parecía acobardarse, sino más bien todo lo contrario a eso, para la mala suerte de Tiffany. Pero ¿Qué rayos? ¡La única con razones de sobra para estar molesta era ella! De ninguna manera dejaría que ertida-san se escapara así como así, claramente les estaba escondiendo algo.

Se giró a verla con una mirada amenazante, claramente afirmando las palabras de su novia.

— ¿Esa fue la única vez que la viste, Yuri? —preguntó arisca, lanzándole una fea amenaza de asesinato con la sola mirada.

—Información clasificada—Se apresuró a contestar con un tono evasivo, como todo lo que ha dicho —Tampoco me preguntes donde diablos está, porque no tengo la menor idea de su paradero. Seguramente la mataron los de la estupidez esa, es a lo que se dedican, no lo sé.

¡Está vez cruzaste la línea, ertida!

Tiffany se levantó furiosa de su asiento, con un brillo rojizo que no solamente le hizo tragar saliva a la pelinegra, sino también a Luka que ya no veía como volver a retenerla una vez más. Yuri se dignó a verla un poco asustada, maldiciéndose a sí misma por haber soltado semejante estupidez frente a una neko que de por sí ya estaba enojadísima desde un principio, tanto que sentía como si sus orejas se erizaran más y más conforme respiraba, casi echando humo de sus fosas nasales.

Definitivamente, esto es peor que un Kim enojado ¡Un Kittye enojado es peor todavía!

La neko le fulminó con la mirada unos breves y aterrorizantes segundos, donde ninguna de las tres parecía querer moverse o decir algo, pero finalmente sólo bufó comenzando a encaminarse hasta la salida.

— ¿A dónde vas, gata estúpida? —La peli-rosa la tomó por un brazo apenas haber pasado junto a ella, y para su sorpresa su minina se deshizo de su agarre con un brusco movimiento de su brazo.

— ¿No es obvio? Yo… yo tengo que… ¡Tengo que encontrarla! —Chilló desesperada, ahora en lugar de ser unos ojos furiosos los que le miraban parecían ser ya unos tristes —Es la única familia que tengo… Y de ninguna manera una idiota como tu amiga me va a detener ¡Iré por ella! Y lo haré estés de mi lado o no.

Ay no…. Ay no, ay no. Resultaba extraño pero a la Kim no le dio ninguna buena corazonada con todo esto, era como un presentimiento de que algo malo estaba por suceder el día de hoy. Pero simplemente lo ignoró por pensarse mejor la respuesta que estaba por darle, porque claramente le estaba dando a elegir un lado. ¿Estaba de su lado o del de la rubia ertida? La Hwang tiene razón en algunas cosas, pero obviamente su manera de reaccionar no es la apropiada, aunque tampoco es como si Masuda tuviera la razón.

Esa idiota no debió de ocultarles todo esto para empezar, pero alegaba que era por protegerla pero ¿Protegerla de qué? Para empezar, taeyeon no había puesto mucha atención en algunas de sus explicaciones, estaba demasiado concentrada en Tiffany como para ponerle atención como Dios manda.

Yuri también llegó a detenerla, tomándola por el hombro suavemente.

— ¡No me toques! — Gritó girándose a verla mientras le enseñaba los dientes amenazadoramente —No trates de detenerme, idiota ¡Voy a buscarla quieras o no!

—Lo hagas o no de todas formas no vas a encontrarla, Miku-chan—repuso la otra girándose a ver a su amiga peli-rosa —taeyeon, por favor, hazla entrar en razón, cabeza de fresa.

Ahí vamos… ¿Qué hacer? ¿Qué lado elegir?

Taeyeon contuvo la respiración un momento, adoptando una pose extrañamente relajada para tratarse de alguien tan brava como ella. Las orejas desaparición de su lugar, y antes de tiempo ya había elegido un lado que apoyar en esta tonta pelea.

Todo sea por su Tiffany… por su gata estúpida, todo sea para que nada le pase, porque de ser así se moriría.

— ¿taeyeon? —insistió Tiffany, ansiosa por un respuesta por parte de su novia.

—Perdóname pero… esta depravada tiene razón— ¡¿Ha?! —De ser todo esto cierto… estás en peligro ¿No lo entiendes? —Cierta kwon asintió silenciosamente con la cabeza.

— ¡Al diablo con esas estupideces! —Su novia trató de tomarla por el rostro para tranquilizarla, pero se lo impidió con un fuerte manotazo — ¡Tú tampoco me toques, traidora!

Su propia novia la estaba traicionando ¡Esto es inaudito!

—Tiff-chan…—Yuri se le volvió a acercar aun sabiendo el peligro, tratando de retenerla de un brazo —Mira, le prometí a Gumi que te cuidaría con mi vida, incluso si tenía que obligarte a quedarte a salvo. Así que o entiendes por las buenas, o le pediré a Fresita que te encierre bajo llave.

Oh, volviste a cruzar la línea kwon Yuri ¡Volviste a cruzar la mugre línea! Idiota…

Una furiosa neko se volvió hasta ella con un gruñido, procediendo a levantar un puño amenazadoramente hacía su ertida persona. Entonces, para la mal sana diversión de la Kim, Tiffany le estampó el puño con fuerza en el rostro ¡Aun cuando ésta le dijo que en la cara no! ¿Qué afán tienen por desfigurar a la perfección? Sin más cayó de bruces contra el suelo luego de sentir el impacto, sintiendo su mejilla palpitar rítmicamente como cuando bailas la Macarena.

— ¡No me digas que hacer-nya! —Y sin más salió corriendo de la casa dramáticamente como en las novelas, ignorando a toda costa como su novia miraba divertida el dolor ajeno de su amiga.

Un portazo resonó por la casa, dando a entender que la neko ya se había ido. Por su parte, Yuri se levantaba a duras penas del piso, sosteniéndose sobre sus manos, a la par que sentía como si su mejilla estuviera gritando "¡AZÚCAR!" Estúpida neko…

— ¡Maldita! Esto me dejará un moretón en la mañana. Nada más cuando regrese le meteré la gatiza de su vida—Levantó un puño amenazadoramente apenas haberse levantado —Está igual de amargada que tú, Fresita ¡¿Y de qué tanto te ríes?!

Taeyeon solamente se dignó a negar divertida con la cabeza, tratando de reprimir una risa muy mal disimulada ¡¿Esto le parecía gracioso a la idiota!? La pelinegra la miró con rabia durante unos segundos, acariciándose la mejilla de mala gana para ver si se le bajaba el dolor con eso.

—JAJA, mira como me estoy riendo, no aguanto la risa ¡Me muero de lo divertido que es! ¡JAJA! —rio con sarcasmo esa idiota.

Así se mantuvo un rato, por lo menos hasta que notó algo realmente curioso e inusual al menos en los años que llevaba conociendo a esa cara de fresa…: Se estaba riendo… taeyeon Kim se estaba riendo, el bloque de hielo Kim reía como una persona normal ¡Oh Dios mío, es el fin del mundo! Jesucristo el robot del futuro vendrá a por nosotros….

La rubia siguió riendo hasta que le dolió el estómago, y ciertamente llevaba bastantes años sin reír, al menos no hasta sentir que te duele el mugre estómago. Se limpió las lágrimas de los ojos tras terminar de burlarse, pero cuando notó como Yuri la miraba simplemente arrugó el entrecejo en un gesto de desagrado.

— ¿Qué tanto me ves, idiota? —Cuestionó molesta ante la expresión de su amiga, quien no le quitaba los ojos de encima —Mira, sea lo que sea no tengo tiempo para esto, me voy a buscar a Tiffany.

—Te… te estabas riendo—Soltó de sopetón, como si lo que oyó fuera lo más impresionante del mundo —Te reías…

Kim la observó como si estuviera viendo a un gnomo bebiendo cerveza junto a un dragón con polvo de hada; Yuri se ha vuelto loca.

—Oh, que genial, seguramente el golpe te afectó la cabeza ¿verdad? —Dijo con un claro deje de fastidio en su voz —Por si no te has dado cuenta parece que va a llover… y detesta la lluvia.

— ¿Desde cuándo te preocupas tanto por ella, taeyeon?

¿Qué?

La Kim deseó abrir la boca para replicar algo al respecto, pero…: Se quedó callada, analizando lo que su amiga dijo. ¡Era cierto! ¿Desde cuándo se preocupaba tanto por una persona? Resultaba anormal hasta para ella misma, ya que en tiempos anteriores le hubiera valido puerro todo esto, pero ahora las cosas habían cambiado.

Con decir que una horrible angustia la atormentaba en ese instante. Jamás se había sentido así, nunca en la vida sintió el miedo que estaba experimentando como ahora; ¿Qué tal si Tiffany ya no volvía? ¿Qué tal si ya no la volvía a ver jamás? ¡De ninguna manera! Ella, de ser así, no sabría que hacer… porque esa neko-fastidiosa-invade-espacio personal se había convertido hasta en el aire que respiraba ¿Cómo puedes vivir sin eso?

No puedes, así de simple.

Yuri continuaba mirándola con asombro, preguntándose a donde se había ido la Fresita que conoció hace un par de años.

—Has… has cambiado.

Cambiar. Esa era la respuesta ¿Por fin pudo cambiar como se lo propuso sin darse cuenta de ello? No del todo pero… al menos un poco.

Taeyeon suspiró, no se sentía del todo bien como para sentarse y ponerse hablar con ella sobre eso. Iba a llover y no quería que su neko se resfriara andando por la calle con este feo clima. Movió la cabeza negativamente, pasando de largo a la rubia para apresurarse a tomar su chaqueta del sofá, para finalmente ponérsela encima para salir.

—Idio-no…—Se corrigió a si misma a media palabra, llevándose las manos a la cara comenzando a frotársela con cansancio —Yuri… Los cambios llegan cuando son necesarios… y créeme que yo necesitaba uno de urgencia.

Sin más tiempo para perder le dirigió una mirada inexpresiva a su amiga, quien la observaba con inmenso asombró desde su lugar y siguió el camino que Tiffany había tomado hace tan sólo unos minutos.

—Bien hecho, Tiff-chan ¡Domaste a la bestia!

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El frío viento ya comenzaba a calarle hasta los huesos, las grises nubes ya se extendían por todo el ancho del cielo y quizá para su alivio había poca gente que transitaba el parque en compañía de sus perros durante aquella mañana de lunes, pues lo que más necesitaba era estar sola para poder pensar. Pensar en que rayos hacer ya…

Tiffany no paraba de preguntarse una y otra vez los motivos que debió de haber tenido Yuri para ocultarle tal importante información, cuestionando todas las excusas que tenía para hacerlo. Por un momento quiso justificar sus acciones, pero cuando más lo intentaba una ligera pizca de odio hacia su amiga se prendía en su interior. No quería odiarla, muy a pesar de todas las atrocidades de su pasado nunca pudo llegar a odiar a nadie por más razones sobradas que tuviera, no era lo suyo, ella misma nunca se permitiría albergar un sentimiento tan malo como lo era el odio. Quizás un poco de resentimiento, pero nada más.

Además ¿Eran verdad todas esas cosas descabelladas que le contaba? No sé ustedes, pero a pesar de todo Tiffany estaba insegura por lo que debería ponerse a pensar, agregando que se negó a contarle todo lo demás después. Mencionó que tenía una media hermana, cosas que ni ella misma sabía sobre su propio pasado y una raza de la cual casi nadie se ha enterado de que existe. Entonces, simplemente ¿Cómo se iba a creer algo como eso? Ciertamente parecía sacado de una película de ciencia ficción como para poder creérselo.

Pasaron una o dos horas desde que se escapó, y con Yuri en la casa no sentía el mínimo deseo de regresar por unos cuantos días. Con aires depresivos se dejó caer bajo un árbol de sakura, abrazándose las rodillas para poder esconder el rostro entre estas, queriendo desahogarse a gusto al menos de aquí a ver si decidía regresarse o no.

No paso tiempo para que empezara a escuchar unas pisadas en el pasto avanzando hasta su dirección, y para su gran alivio no le costó demasiado deducir de quien se trataba esta vez.

—Tiffany… Nunca más vuelvas a irte de esa manera ¿me oyes? —taeyeon, y se le oía preocupada y cansada, como si estuviera buscándola desde que se fue.

La neko levantó su mirada lentamente, nada más para volverla a esconder entre sus rodillas al poco rato.

—Tae-nya… por favor—murmuró con un tono entrecortado, como si fuera a romper a llorar de un momento a otro, pero que también hacía esfuerzos para que no se notara —Q-quédate conmigo… no quiero regresar. Ni siquiera puedo verle la cara… de verdad que no puedo…

La petición le pilló de sorpresa, por lo que al principio no pudo reaccionar adecuadamente, nada más se quedó mirándola un poco desconcertada. Se veía tan frágil… tan mal. Y taeyeon, por más que le costara antes admitirlo… jamás pudo soportar verla así, se le rompía el corazón siempre que pasaba. También, de alguna bizarra forma que ni ella es capaz de entender, llegaba a comprender el cómo se sentía.

Finalmente se sentó sobre el pasto frente a ella, cruzando las piernas mientras la observaba con pesar.

Odiaba verla así…

Durante un largo lapso de tiempo permanecieron en completo silencio, sin querer hablar. Poco a poco Tiffany dejó de esconderse tras sus rodillas, prosiguiendo a encarar a su novia.

—Tú… ¿Tú conociste a tus padres, taeyeon…?—Otra pregunta que le llegaba de sorpresa ¿Qué piensa obtener con todo eso? —Yo… yo no conocía a los míos… SeoHyun fue lo más cercano a una madre que yo tuve… ¿Tanto le costaba contármelo desde un principio…?—bufó apática ante esto, una risilla sarcástica y forzada llegó a los oídos de la rubia —No la entiendo…

La Kim se abstuvo de contestar durante unos momentos, meditando que contestar para que no echarlo a perder, porque lo crean o no ya tuvo una plática así con cierta hermana suya en el pasado. Sólo que esa vez la mala aquí no fue otra que ella misma, que en un ataque de rabia soltó sin ninguna delicadeza la reveladora noticia de que era adoptada. Y por eso sentía miedo de volver a regarla ahora con Tiffany si no sabía que decir.

Y ahora que la veía ahí, tan débil y derrumbada ante la adversidad, taeyeon no pudo evitar compararla consigo misma el día que quedó huérfana. Aquellas lágrimas, aquel dolor en su pecho cada que respiraba, el sentimiento de soledad.

Todo eso era igual a lo que sintió ella ese día.

—E-eres muy fuerte… ¿Lo sabes, t-taeyeon? — ¿Hum? La dulce voz de la peli-roja la sacó de sus pensamientos —P-perdiste a tus padres y aun así… vives tu vida como si nada…

La aludida se tensó un poco ante la mención de sus progenitores ¿Quién se lo dijo? Ah, Soo seguramente. Resopló como si nada, viendo al lindo pájaro azul que cubría a sus polluelos del frío con sus bellas alas en un nido sobre aquel árbol.

"—Por favor… hija… no trates de hacerte la fuerte siempre… te vas a hacer daño a ti misma al pasar el tiempo…."

Hacerse la fuerte… su papá le dijo que no lo hiciera pero ¿Cómo? Y no, de hecho taeyeon nunca ha sido una persona fuerte. Una cosa era ponerse una coraza de indiferencia ante las adversidades, pero por dentro era una persona demasiado débil, pero que sólo buscaba protegerse de aquellos que le quisieran hacer daño.

—La vida sigue —Se encogió de hombros —Lamentarme todo el tiempo no traería a mis padres de vuelta ¿o sí? Hay cosas que debemos superar.

Tiffany la miró bien atenta ¿Superarlo? Ella… ella no era tan fuerte como ella… le costaría mucho hacerlo.

— ¿Qué la llevó a mentirme de esa manera? — preguntó una vez más, con el labio inferior temblándole levemente. La rubia nada más pudo desviar su mirada antes de contestarle.

—Seguramente lo hizo para protegerte…—respondió resoplando tras esto, lo cierto es que muy dentro de sí tampoco entendía las mugres razones de su amiga.

— ¿Protegerme? ¿¡Protegerme de qué!? ¿Q-qué daño me hace saber la verdad… eh?

Aquella cercanía a la que ahora se encontraban logró ponerla de los nervios, casi rozando sus narices, además agregando que su compañera empezaba a dejar que muy a pesar de todo la rabia volvía consumirla en verdad le molestó hasta cierto punto. Pero toda esa creciente ira que tanto la identificaba se fue apagando de poco a poco conforme pudo notar a la perfección algo que le estrujó el corazón de un momento a otro:

Tiffany estaba llorando, unas gruesas lágrimas resbalaban desde sus ojos hasta su barbilla en esos instantes.

Ciertamente es que taeyeon no llegó a verla llorar más que una vez, pero ahora incluso hasta ella lo sentía mucho peor que antes. El delgado cuerpo de su neko temblaba con nerviosismo, haciendo un esfuerzo descomunal para no ponerse a sollozar ¡Diablos, tenía que ser fuerte! ¿Cómo pensaba encontrar a Gumi siendo una gatita tan débil como lo estaba siendo ahora mismo? ¡¿Con magia de sirena?! ¡Esa cosa ni existe!

Para la sorpresa de taeyeon, su gata estúpida se aferró a su ropa con fuerza, arrugándola con ambas manos.

—No lo comprendo… ¿Por qué? —Comenzó a llorar contra su pecho — ¿Por qué no me lo dijo? ¿A-acaso se puso a pensar en todo lo que sufrí por dieciséis años? ¡NO! Ella… ella no sabe lo que se siente creer que... estás sola en este mundo… pensar que… nadie te quiere…

Un nudo se formó en la garganta de la peli-rosa al oír esa oración ¿Por qué decía eso? Ella… sabe que… sabe que… No pudo soportarlo por más tiempo, de ninguna manera se iba a quedar viendo cómo se derrumbaba frente a ella sin hacer nada al respecto; haciendo lo primero que su corazón le gritó que hiciera, la rubia la atrajo a un fuerte abrazo en su regazo, flexionando las rodillas para que pudiera desahogarse a gusto. Rodeó con fuerza su cuerpo, en un abrazo protector como sólo ella podía dárselo.

Claro, no era la primera vez que la dejaba llorar usándola a ella como pañuelo, pero cualquier cosa por ella.

Al principio la Hwang se mostró sorprendida ante la repentina muestra de cariño, y más cuando ésta misma se atrevió a susurrarle al oído las palabras que quizá quería oír más que todas las que otras personas le dirían a lo largo de su vida:

—Yo sí te quiero…

Eso era lo que más necesitaba…

—Yo también… yo también… tae… taeyeon…—La peli-roja sollozó con fuerza, aferrándose a su pareja como si su vida dependiera de ello —taeyeon… por favor… ahora yo quiero encontrarla… debo hacerlo… s-siento que algo va mal… por favor… por favor…

La Kim deposito cálidos besos en su mejilla, acariciándole el cuero cabelludo con suma delicadeza. Sintió como las miradas curiosas de unas cuantas personas se posaron sobre ambas ¿Qué tanto veían? ¡Métanse en sus asuntos! En fin… no le quedo de otra más que ignorarlos a pesar de que no se sentía cómoda, pues las muy malditas parecían empezar a murmurar cosas referentes a las dos.

Pero bueno…

Cumpliendo a gritos lo que su corazón gritaba con tanta necesidad, la rubia levantó el rostro de su novia y le dio un reconfortante beso.

Los labios de taeyeon eran cálidos, y aunque sintiera algo de incomodidad por la posición en la que la había colocado, siempre estaba dispuesta a disfrutar de esos reconfortantes besos que pocas veces estaba dispuesta a darle. Y claro, necesitaba uno con urgencia. Por impulso Tiffany le mordió el labio, con cuidado de no apretar para no lastimarla, y sin más le dio más intensidad al contacto. Del pecho de taeyeon desplazó sus manos hasta sus hombros, arrastrándolas hasta su cuello para finalmente posarlas sobre sus mejillas, no queriendo romper aquel mágico momento.

Hubiera sido algo romántico y épico que en ese mismo momento la lluvia hiciera acto de presencia. Pero no muy conveniente porque sinceramente no tenía ganas de mojarse.

Aquellas miradas que de vez en cuando les dirigían las demás personas no les importaban, las ignoraban mejor dicho. Taeyeon la tomó por las caderas posesivamente, y su novia se apoyó sobre sus rodillas quedando unos centímetros más alta que ella. El beso, bueno, era de esos que de lo que apasionados que resultaban ser sin quererlo realmente, pero que tal y como lo necesitaba, la hizo olvidarse por completo de todas sus penas que surcaban cruelmente por su cabeza.

Cuando sintió que en verdad se estaban pasando, la rubia rompió el beso un poco titubeante. Rozó con su lengua la comisura de los labios de esa neko, y con una sonrisa de medio lado se dedicó a observar el tierno sonrojo que se esparcía por el rostro de la Hwang hasta la punta de las orejas.

Tiffany infló un poco los cachetes ¿Por qué lo bueno se acaba tarde o temprano?

Sin embargo, todavía tenía rastros de lágrimas sobre sus bellas mejillas, por lo que con su gran sonrisa le limpió éstas con cuidado, usando sus pulgares.

—Podrías… ¿Podrías besarme otra vez? —Preguntó tímidamente, con una mirada suplicante realmente encantadora —C-creo que lo necesito…

Claro ¿Por qué no? El beso fue diferente al de antes, pero cariñoso y con ese roce de sus labios se conformaba. Sí era con taeyeon estaba bien.

—Tranquila, las cosas se van a solucionar.

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Los días habían pasado desde entonces, pero no por eso Tiffany estaba más tranquila, más bien todo lo contrario. Estaba hecha un manojo de nervios desde entonces y muy apenas si podía ver a Yuri a la cara, por lo que esta última, refunfuñando como una anciana a regañadientes, se comprometió a buscar a Gumi arrastrando nuevamente a la pobre de Miki en ello. Pobrecita. Así que, no prometiendo encontrarla claro, salió de Sapporo hoy en la mañana.

Eso pareció tranquilizarla un poco pero no lo suficiente.

Temiendo que la neko decidiera escaparse durante la noche a buscar por sus propios medios a su hermana, taeyeon decidió que lo mejor sería darle ayuda ella también. Por esa razón es que hoy la llevaba consigo a la universidad, y la peli-roja parecía estar extrañamente contenta por entrar una vez más al lugar donde su novia estudia.

— ¡Hola! Buenos días ¡Hola, yo soy Tiffany! —Saluda alegremente a todo estudiante que cruzase su camino ¿¡Pero qué diablos hacía!? — ¡Hola! ¿Cómo estás? ¡Hola, mi nombre es Tiffany!

Oh no ¡Oh no! La vena peligrosa de taeyeon estaba en su punto culminante, si no hacemos algo pronto el fin del mundo caerá antes de lo esperado ¡Maldita estreñida!

—Ah ¡Neru, Neru, hola! —La chica la observó levantando lentamente la mirada de su celular, iba a decir algo pero la Kim estalló antes.

— ¿¡Podrías dejar de saludar a todos los perdedores que se te cruce enfrente!?

Cri, cri, cri…

La aludida se quedó observándola con el ceño fruncido con una pregunta en su mente: ¿Las venas pueden explotar? Y no sólo ella, sino también todos los estudiantes que pasaban por el pasillo en ese momento.

—Eres una amargada, por eso nadie te quiere.

— Te voy a…—Estaba a poco de estrangularla ¡Poco! Pero Neru le interrumpió acercándose hasta donde ellas.

—k-Kim… ella sólo…

—Largo de aquí, Akita ¿No tienes saldo para gastar? —La rubia la miró, no pues mejor aquí corrió que aquí quedo ¿verdad? Antes de que pudiera decirle algo más, Neru se fue corriendo tras Haku que extrañamente llegaba temprano a clases.

Apenas despareció al dar vuelta en un pasillo, la neko suspiró; su novia no tiene remedio. Taeyeon se giró a ella más que irritada, no antes sin gritarle a todos que se fueran a meter sus narices en otro parte. Por metiches. Sin más miró su reloj de muñeca un poco apurada.

—Escucha, gata estúpida—Genial, ya se enojó —Tengo clases, o sea que no podré acompañarte a la biblioteca dentro de unas horas—La peli-rojo resopló fastidiada ¿Hablaba en serio?

—Me lo prometiste…—respondió desanimaba, formando en un claro gesto de decepción en su tierna carita.

Sí cierto, un día que Tiffany había amenazado otra vez con irse en su búsqueda, la Kim prometió que hoy la llevaría a la biblioteca de la universidad a investigar sobre su hermana, pues tenían registros de todo tipo de periódicos y de todas fechas en ese lugar. Simplemente no se podía creer que una muchacha con orejas de gato pasara desapercibida durante toda su vida. Claro, obviamente no toma en cuenta que cierta neko de cabellos turquesa sí pasó desapercibida ¡Era como invisible para los medios!

Puedes ir y pararte frente a ellos y estos sólo dirán: "Oh, miren, esa señora pesa como trecientos kilos. Ignoremos por completo a la noticia del año y vayamos a por eso" O sea ¿Qué onda?

Caminó por los pasillos de la universidad buscando la mentada biblioteca, tratando de seguir las confusas indicaciones que su ya no tan frígida pareja le había dado antes de irse a su clase de teoría impartida por la espeluznante profesora Sukone Tei. Apenas entró el aburrimiento la golpeó como una ola ¿Qué venía hacer en una biblioteca? ¡Ni siquiera le gustaba leer! Pero bueno, no tenía de otra, porque si quería encontrar a Gumi al menos iba a hacer el intento por encontrar algo antes de que taeyeon llegue.

Nada. Ni una noticia, algo referente a los Kittyes. Nada, ningún indicio de su paradero por lo menos.

Al parecer, tal y como Yuri lo dijo, la humanidad no sabía nada sobre ellos, porque los tenían bien ocultos.

— ¡Nyaaaaa! ¿Para esto forcé mis neuronas, para nada? —La Hwang se quejó a los cuatro vientos, echando la cabeza hacia atrás sobre el respaldo de la silla mientras se cubría la cara con un libro abierto —Maldita tae-nya, me has mentido otra vez.

Maldijo entre dientes, se masajeo la cabeza y definitivamente no encontraba nada que pudiera ayudar en su investigación. Por Dios ¿Enserio nadie toma en cuenta a personas con orejas de gato? ¿Qué sigue? ¿Elefantes voladores que pasen desapercibidos? Es lo único que les falta a los desgraciados ¡Lo único! Un reptiliano puede estar hablando contigo en estos momentos y sólo te preocuparías por irte a comer papas fritas al mercado.

Estúpidos humanos.

Taeyeon le compró un celular hace poco, aunque tratara de esconderlo estaba muy preocupada por ella por culpa de estos sucesos, así que dio por hecho que necesitaban tener una manera para comunicarse si se llegaran a separar. Con decir que tuvo con renunciar al trabajo que Iroha le consiguió.

Tecleó unas cuantas letras sobre su móvil y le envió un mensaje a la peli-rosa.

"No encontré ni un puerro de nada, ya me harté. Estoy aburrida, voy a ver qué hago, te busco después.

Te quiero."

Una discreta sonrisa se formó en sus labios mientras veía el móvil fijamente. Al fin podía decirle que la quería sin tener miedo de nada, bueno, pocas eran las veces que la Kim se los contestaba, pero el rubor sobre sus mejillas le daba la respuesta que deseaba. Así le gustaba, con sus pocas pero sinceras muestras de afecto, y hay que decir que esa estreñida hacía todo lo posible por mostrarse afectiva con ella, aunque los primeros días le costaba hacerlo sin sonrojarse. Lo sigue haciendo, pero ya no le cuesta tanto como antes.

Se levantó de su lugar tras guardar el aparato en su bolsillo, buscando al encargado con la mirada.

—Eerr… gra-gracias por dejarme pasar pero… creo que me retiró…—Ted se le hizo un gesto fastidiado con la mano para que se fuera, tecleando algo en la computadora sin prestarle atención realmente.

Ya algo abrumada por su actitud salió de la biblioteca. Quizá pasear por la universidad le ayudaría a distraerse de todos los problemas que le invadían, o simplemente se relajaría un rato. Mmhhh, o tomar algo de aire fresco en la azotea estaría bien, le gustaba ver el paisaje desde ahí, aunque la única vez que fue no pudo disfrutarlo por culpa de taeyeon, así que esta es una buena oportunidad.

Caminó por unos cuantos pasillos tarareando una alegre canción, hasta que al doblar la esquina chocó con un cuerpo masculino ¿¡Por qué no se fijaban por donde van!? ¿No saben que eso causa muchos accidentes? Tiffany levantó la mirada ligeramente molesta, observando al chico de cabellos dorados que le observaba en esos momentos.

— ¡Ah, y-yo… lo siento, no me fijé por donde iba! —Se disculpó rápidamente, ciertamente la altura de este chico la asustaba ¡¿Por qué todos estaban más altos que ella?!

—N-no… e-está b-bien… está bien… —Ahora la neko lo miraba con más atención ¡Era el mugre chico que estaba vigilando su casa! ¿Aquí estudiaba?

Pero… examinándolo bien… su cara se le hacía extrañamente conocida, de haberla visto antes en alguna parte. El chico parecía un manojo de nervios todo el tiempo, como para que de por sí se pusiera aun peor ante la presencia de la Hwang.

—Ah... este… este… ¿Qué? ¿¡Qué dijiste, mami!? ¡Ah, sí, voy para allá! L-lo siento tengo que irme… mi mami me llama… olvidé que iba a decirle algo…—Y forzando una sonrisa mientras se disculpaba salió en busca de su madre imaginaria. Pobrecito, está como una cabra.

Eso fue… raro. Pero bueno, tenía muchas cosas más importantes en que pensar.

Siguió buscando las escaleras que conducían a la azotea sin prestarle mucha atención a lo sucedido a unos minutos, Dios, sólo quería un poco de aire fresco y ya. Subió las escaleras y al llegar a la puerta metálica, para su sorpresa la puerta estaba medio abierta, dándole la advertencia que alguien ya estaba ahí antes de que ella llegara.

Oh, demonios, pero no quería regresar a la aburrida biblioteca así que solamente se pasó, al final de cuentas sólo tomaría un poco de aire.

Lo que sí no se esperaba era encontrarse con su amiga Yukari ahí arriba, y menos con un semblante tan cambiado si lo comparaba con la peli-morado ertida que conocía. ¿Los ertidos tienen sentimientos? ¿Pueden ser capaces de sentirse tristes? Porque se veía demasiado infeliz ahora mismo, sentada en el suelo y con la espalda recargada en la reja, comiendo un bento lentamente.

Anteayer no estaba así, seguramente algo debió de haber pasado, pero no sabía. Por lo que caminó hasta ella con cuidado, parecía que estuviera delicada.

— ¿Y-Yukari-chan? —llamó con mucha cuidado, encorvándose un poco para verla más de cerca.

Yuzuki pareció tensarse en su lugar al llamado de su nombre, sin embargo, de poco a poco levantó sus ojos rojizos, tal vez por estar llorando, para ver a la peli-roja.

— ¿E-estás bien? Te… te noto triste,

Abrió la boca para contestarle, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta a medio camino; ¿Debería contarle sus penas? Era una tentadora idea, pero a lo mejor no la correcta. ¿Decirle o no decirle? He ahí la cuestión.

—Sí… estoy bien, gracias por preocuparte de todas formas, Tiffa-chan—Le dedicó una sonrisa forzada, pero eso no la convenció del todo —Ya no te preocupes, estoy bien… bueno… realmente no—Wuju, será la primera opción en todo caso.

Desde el principio supo que no estaba bien, Yukari no se porta así usualmente, y para que lo hiciera algo realmente malo pasó. Yukari borró su sonrisa de un instante a otro, clavando la mirada sobre el bento desabrido que comía, pues ella no sabe cocinar.

—Yukari-chan, no veo a tu novia ¿Dónde está Soo? —Oh oh, un mal momento para una mala pregunta. La aludida apretó los palillos entre sus manos — ¡Ah, eh, perdón! ¿Dije algo malo?

—Ella… ya no… ya no es mi novia.

¡¿Qué?! ¡¿Pero por queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?!

—Nee, Tiff-chan ¿crees que he sido una buena novia?

Ay… preguntas incomodas en Yahoo Respuestas volumen uno. ¿Yuzuki Yukari una buena novia? Pfff ¡Por favor! Hasta la patata Kawaii que es un simple patata haría más feliz a su, bueno, ahora ex novia. O al menos la lastimaría menos, porque Yukari parece no darse cuenta que su forma de ser más allá de enfadarla terminaba por lastimarla sin saberlo, por lo que no le sorprendía que por fin haya puesto un "Hasta aquí, me tienes harta coneja degenerada"

Pero bueno, que ella no era tan mala, pensó todo eso pero no pudo atreverse a decírselo de frente.

—Yukari-chan, creo que tú ya sabes la respuesta—dijo la neko un poco incomoda, tras recargar su espalda contra la reja comenzó a balancear el pie hacia delante.

La aludida dejó caer los palillos sobre su bento, tapándose la cara con ambas manos dejando que un quejido saliera de su garganta.

— ¡Tienes razón, soy un desastre, ni siquiera debí pedirle que fuera mi novia en primer lugar!

—Yu-Yukari-chan—Trató de interrumpirla, pero la peli-morado siguió parloteando.

—Pero no, soy una terca a la que gustó al principio nada más porque era un reto ¡Seguramente por eso también CUL me dejó!

—Yukari…

—Soy una mala persona, una pésima persona ¡Perdí lo que más me importa por culpa de eso!

— ¡Yukari! —Gritó al fin, mandándola a callar con eso y provocando que una parvada de pájaros saliera espantada del lugar —Cielos, no seas tan melodramática y cálmate ¿Quieres contarme que pasó, por favor?

Yuzuki se quedó callada sin quitarle la mirada de encima ¿Contarle? ¿En serio? ¿Para qué? ¿Para qué se enfadara con ella? Aunque muy en el fondo necesitaba desahogarse con alguien, leeteuk muchas veces no resultaba ser muy bueno dando consuelo, y de alguna forma no tenía ganas de contárselo a sus amigos Yuma, Iroha y Neru. Ya ellos se darían cuenta después.

Suspiró, sí necesitaba al menos sacar ese dolor de su pecho con una charla, necesitaba que alguien le escuche.

—B-bueno… es que las cosas empezaron desde que Rin llegó…—comenzó a explicar un poco titubeante —Yo… la sentía como una amenaza para mí aunque Soo me haya dicho mil veces que no, pero discutimos mucho desde entonces… tanto que tuve que irme a dormir al sofá estos últimos días. Ayer tuvimos una discusión… recuerdo que me dijo que si no confiaba en ella podía irme largando o quedarme y tratar de hacer que la relación funcione mejor…

Tiffany rodó los ojos, ya sabía que había pasado. Seguramente la idiota de Yuzuki se largó porque estaba cegada por la ira, y ahora se está arrepintiendo de lo que hizo.

Estúpida, justo como taeyeon.

Iba a regañarla por sus idioteces, pero una voz que venía desde las escaleras le detuvo.

—Ara, ara~ ¿Qué tenemos aquí? Meses sin verte, Tiff-chan—Esa voz… No puede ser cierto… ¡No!

Un horrible sentimiento de miedo la hizo sentir como si su estómago fuera aplastado con ligas súper apretadas, su piel se había vuelto tan blanca como un fantasma y por un segundo creyó que el corazón dejaba de latirle. Ante la mirada desconcertada de su amiga, esa que ahora se estaba preguntando que rayos sucedía, deseó que la tierra se abriera para que la tragara por los pies, unos que ahora temblaban fuertemente del susto.

"¿¡Los estudiantes de intercambio!?" Pensó cierta amante de los conejos al ver a dos figuras que se aproximaban entrando por la puerta.

La chica peli-roja entró con una sonrisa maliciosa junto a su compañero de cabellos amarillos, y aun si ambos se cambiaron el nombre y camuflaron al venir, Tiffany al menos sabía quién era la chica.

—K-Kiku…—Susurró aterrorizada, esa peli-roja adoraba los golpes cuando la tomó por la fuerza — ¿Q-q-q-qué haces aquí?

Ahora sí no entendía que rayos pasaba ¿Qué jodidos sucedía? La joven de cabellos morados se levantó del suelo, parándose junto a Tiffany.

—Saben, es de mala educación interrumpir una charla ¿Qué quieren? —preguntó con rudeza, estos par de chicos nunca le dieron buena espina.

Teto, o mejor dicho Kiku sólo bufó.

—Te portaste muy mal cuando te fuiste con… mhmm ¿Cómo se llama? ¡Ah, claro, Masuda! Pero no es del todo tú culpa, el idiota de Kaito te tuvo compasión y prácticamente te regaló a la primera persona que dijo estarte buscando ¿Verdad que sí, estúpido? —La peli-roja le dio un fuerte codazo en las costillas de su compañero rubio, quien dio un gemido de dolor al golpe —Aunque de no haber sido porque te encontró en el pasillo hace un rato, no hubiéramos podido venir a por ti, la idiota de esa Kim se te pega como un chicle.

Kaito Shion y Kiku Juon… los traficantes que la tuvieron en su poder hace unos meses ¿Por qué? Miku le dirigió una mirada suplicante a su amiga que ni entendía que pasaba, pidiéndole silenciosamente que la ayudara a salirse del apuro. Luego una de decepción al chico, que seguía con esa expresión de no querer realmente hacer esto.

— ¡Se supone que éramos amigos, Kaito! —le reprochó a chico con la voz temblorosa, este sólo la miraba con arrepentimiento, pidiéndole una disculpa.

—M-Tiff-chan… lo siento… ella me obligó… y-yo no quería, pero si no lo hacía iba a matarme.

—Y a mí también—coreó la peli-roja con malicia —La única diferencia es que yo sí quiero hacer esto.

Ay no… Kiku volvió a sonreír con malicia ante la mirada de la peli-roja, una que claramente preguntaba "¿De quién estás hablando?" Ella no lo entendía, se supone que la estaban vendiendo de todas formas y Kaito así lo hizo, ya no tenían más razones para volver a buscarla para llevársela una vez a un futuro incierto… uno donde unos ojos zafiros ya no volverían a mirarla nunca más.

Uno donde la separarían de taeyeon.

— ¿Recuerdas el laboratorio, Tiffany-chan? —No le iba a gustar lo que iba a escuchar, de verdad que no le iba a gustar ¿Cómo sabía eso?—Somos traficantes, pero nuestros padres nos heredaron su trabajo… y a la jefa. Lleva buscándote por un buen tiempo desde que te le escapaste, y venimos aquí a llevarte de regreso a casa~

No puedo ser… Un horrible mareo le confundió los sentidos durante un momento, llegando a creer que se desmayaría luego de descubrir de quien estaban hablando. Era una cruel broma ¿Verdad? Una broma muy cruel que no le gustaba para nada. La neko quiso reírse con nerviosismo ante la escena, pero ni eso pudo hacer al menos, el pánico estaba haciendo un buen trabajo al paralizarla en su lugar.

¿Por qué? ¿Por qué ahora que las cosas parecían ir viento en popa? Tiffany no quería creer que el mismísimo diablo reencarnado en mujer, aquella que le hizo la vida imposible durante tres años, fuera la jefa de estos dos idiotas durante todo este tiempo.

Yukari, habiendo más o menos analizado la peligrosa situación, se colocó protectoramente frente a su amiga, presintiendo que nada bueno estaba por suceder a continuación.

—Kaito…—Kiku usó un tono peligroso al decir su nombre, ordenándole algo sin decir que.

— ¡Yo no golpearé a ninguna mujer bajo ninguna circunstancia, Kiku! Jode a otro y hazlo tú—ordenó con firmeza, gruñendo groserías por lo bajo.

—Que marica eres—Lo insultó en un murmuro, girándose hasta el par de chicas que tenía en frente—Quítate de enfrente, esto no es de tu incumbencia.

—Y-Yukari-chan…—Pero la aludida no hizo caso, a pesar de que estaba rígida de lo nerviosa que se puso, apretó los labios y se quedó en su lugar, sin intenciones de moverse.

Luka la mataba si descubre que algo le pasó a Tiffany en su presencia.

Bien, ella se lo buscó.

Kiku, con una pasmosa rapidez y en un abrir y cerrar de ojos lanzó una fuerte patada a uno de los costados de la peli-morado, quien por un pelo alcanzó a cubrirse con un brazo, pero eso no redujo el punzante dolor de su pobre extremidad. ¡Dios, esta chica tenía fuerza! Eso dejará moretón mañana.

— ¡Yukari!

— ¡Atrápala antes de que la jefa llegue, Kaito!

Titubeó antes de obedecer, pero como no tenía opción, evadió la pelea para correr y atrapar a la neko inmovilizándola desde atrás en un abrazo, no sin antes disculparse con ella ante los quejidos de dolor y sonidos de puños golpeando contra el cuerpo, más ataques de Kiku que de Yuzuki, quien no podía hacer casi nada frente a ella.

Kiku tenía un entrenamiento que se acercaba a lo militar ¿Qué podía hacer?

En un tiro de suerte Yuzuki puedo acertar un puñetazo a la mejilla de su contrincante, con los gritos de cierta neko de fondo. Un gravísimo error si conoces que Kiku Juon es extremadamente violenta cuando algo no le gusta, y cabe que no le gusta que la golpeen.

Formando ahora en su rostro una mueca que daba miedo, se volvió a lanzar sobre ella más amenazante que hace un segundo. Con fuerza alcanzó a tomarla por los cabellos, prosiguiendo a estampar su rodilla contra su cara en un rápido movimiento. Yukari se tapó la nariz sangrante adolorida, y antes de que pudiera hacer algo recibió otra patada en el estómago que la dejó sin aliento, para finalmente ser derrumbada al piso en un dos por tres. Ahí con un dolor horrible por todo el cuerpo, Kiku siguió propinándole patadas hasta dejarla medio inconsciente.

—Kiku, no puedes tratar así a una de mis estudiantes ¿Qué pasa contigo?

Ya llegó.

Tiffany dejó de zarandearse una y otra vez para huir del agarre de Kaito tras escuchar esa voz, una voz detestable que le hizo la vida imposible durante tres años enteros. Esto era una fea pesadilla ¿Verdad? La pobre Yuzuki se retorcía de dolor en el suelo, escupiendo sangre y agarrándose el estómago con fuerza. Kiku paró todos sus ataques, girando lentamente la vista hasta la entrada al edificio.

—M-master-sama—murmuró y sin más le hizo una reverencia como un simple sirviente de la mujer —Perdone, ella se interpuso entre nosotros y No.25.

La neko frunció el ceño ante su viejo apodo muy al tipo rata de laboratorio, nunca le gustó.

A Kaito le solía dar miedo el comportamiento de la peli-roja con su jefa, se le figuraba como un perrito faldero y lame botas que tenía una escalofriante lealtad hacia ella. En verdad que le daba miedo. Y para su sorpresa, sintió el cuerpo de su prisionera comenzar a temblar con fuertes sacudidas, esto debe de tenerla muerta del terror como nunca antes, viendo tu peor pesadilla volviéndose realidad frente a tus ojos. Él nunca entró en los laboratorios, pero seguramente que los métodos de investigación que usaban debían de ser horribles para que estuviera temblando de esa manera.

Es este… ¿El fin? ¿Todo va a terminar así después de todo? ¿Este es el precio por saber la verdad?

—Pero no por eso la vas a tratar así, pudiste haberla matado, eso nos causará grandes problemas más adelante— Y sin nada más que añadir se dejó ver en la azotea —No pensé que te fuera a encontrar mientras trabajaba aquí como maestra, Tiffany-chan. ¿Cómo has estado? ¿Qué le has hecho a las orejas?

De verdad que esto no podía estar pasando…

Una mujer de largos cabellos plateados y ojos tan rojos como la sangre entró a escena, la cual muy pesar de la edad que tiene se veía muy joven, como por arte de alguna crema verdaderamente mágica. Vestía de una manera muy casual, y antes de hablar se metió una mano en el bolsillo del pantalón de mezclilla mientras le daba un sorbo a su jugo de pepino.

No era un ser humano, era el mismísimo demonio.

Sukone Tei.

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— ¡Maldición! ¿Pero dónde se metió esa gata estúpida? —Gritó cierta rubia en medio de la frustración, caminaba por toda la universidad con el celular en la oreja tratando de contactarla —Le dije que no se moviera de su lugar ¡Pero nunca me hace caso!

Echó un vistazo a la cafetería asomando la cabeza por la puerta, pero ni rastros de ella, la sala estaba completamente vacía pues los estudiantes brillaban por su ausencia. El sonido de marcado del celular seguía sonando en su oreja, pero la mugre Hatsune no se dignaba a contestarle ¿Por qué demora tanto?

-El número que usted marcó, está apagado o fuera de servicio. Por favor inténtelo más tarde-

¿Qué? ¿Apagado? Un detestable sentimiento de angustia le hizo un nudo en la garganta al instante. Algo no andaba bien, ese to sentido que tenemos todas las mujeres le advertía a gritos que aquí hay gato encerrado. Primero, su profesora de teoría no se presentó a dar clase y antes de que el profesor suplente de ésta, Bruno, llegara, taeyeon se escapó de clases para buscar a su gata estúpida.

Llevaba un buen rato buscándola por todo el edificio, hasta movió piedras y le preguntó a Ted para ver a donde jodidos se había metido, pero para su mala suerte éste no sabía nada de nada.

"Algo no va bien, dijiste que vendrías a buscarme… ¿Dónde te has metido, Tiffany?"

La rubia se pasó una mano por la frente, no podía estar tranquila hasta cerciorarse de que estaba bien. Incluso, de vez en cuando se palpaba la cabeza para ver si no le salían las orejas, pues no estaba segura de sí te pueden salir por estar preocupada o no, pero mejor prevenir que lamentar.

Sin tiempo que perder siguió con su caminata por el instituto, sin dejar ni un solo rincón, ni una sola esquina, ni una sola sala sin revisar. Fue entonces cuando se encontró con leeteuk; el chico mantenía una animada conversación con una chica de largos cabellos azules, presumiendo la caja que llevaba bajo el brazo.

Ya está, quizá él sepa a donde ha ido su neko.

—Entonces le dije: Ese no es mi perro ¡Es una berenjena! —La chica se echó a reír ante la broma. Qué asco… leeteuk ligando.

— ¡leeteuk!

— ¡Oh, taeyeon, buenos días! —Saludó sonriente el tarado ese —Discúlpame, creo que te entretuve más de lo necesario. Pero no, no he visto a la profesora Sukone en todo el día. Lo siento—Y sin más la chica se fue de la escena, más por miedo a taeyeon que por otra cosa.

A grandes zancadas llegó hasta el muchacho que le dirigió una mirada curiosa, preguntando porque tan enojada.

— ¿Tienes un momento, cabeza de berenjena? —preguntó apurada. Diablos, este debe ser el momento más incómodo en todo el día.

—Por supuesto ¿De qué se trata? — ¿Y este por qué tan feliz?

— ¿Has visto a Tiffany?

El semblante de joven de cabellos morados cambió por completo de un instante a otro, luciendo ahora un ceño fruncido bien marcado.

—No puede ser, Kim ¡ volviste a perder? —preguntó con fastidio el peli-morado, es que ¿Qué diablos sucedía con esta mujer? ¡No se le pierde la cabeza porque la tiene pegada al cuello! Definitivamente, cuando tenga hijos nunca los dejará con taeyeon Kim.

— ¡Por supuesto que no! — Respondió roja hasta las orejas —Sólo… sólo ¡Ahg, olvídalo! Sólo dime si la viste o no, idiota.

—Lamento decepcionarte pero no, no he visto a tu amiga ni la voy a ver ¡Porque la perdiste!

—Novia—Le corrigió mirando a ambas lados del pasillo para ver si Tiffany venía de alguno de los dos, pero nada. Por su parte, leeteuk se puso blanco como la cera ¿Había escuchado bien?

— ¿Q-q-qué has d-dicho? —preguntó temeroso por la respuesta

—Que Tiffany es mi novia ahora ¿Estás sordo o qué?

Oh no… ¡Oh no! B-bueno… una cosa para él era aceptar que ambas se gustaban y no podía hacer nada para evitarlo ¡Pero que estuvieran juntas y él ni enterado! Dios… el cielo se cae.

Cielos, sabía que leeteuk era un bueno para nada que pocas veces podía serle útil, pero no para tanto. Si él no la vio durante todo este tiempo ¿Quién la habrá visto? Esto no andaba bien, no andaba para nada bien. Los latidos de su corazón le estaban advirtiendo de algo, pero ella no sabía con certeza de que se trataba, solamente que posiblemente su gata estúpida podría estar en un peligro del que no está enterada aun.

—H-hey, ¿Q-qué no es esa Y-Yukari? —Dijo de repente el chico clavando la mirada en un punto tras su amiga, con sus ojos comenzando a abrirse como un par de platos —Por Dios ¿Qué carajos le pasó?

El claro tono de sorpresa en su voz la hizo girarse hasta el punto que él miraba con tanto interés. Aquel ceño fruncido que mantenía con tanto afán sobre su perfecto rostro se fue ablandando de poco a poco, convirtiéndose en una mueca de clara sorpresa ante lo que sus orbes observaban sin poder dejar de hacerlo. ¿Pero qué le había pasado a la pobre para que la llevaran así?

Yuma la llevaba cargando entre sus brazos, su expresión obviamente preocupada no dejaba de observar a la chica más liviana y pequeña que él, quien mostraba pruebas de haber sido magullada a golpes hace rato; Haku y Oliver le seguían desde atrás, un poco apurados tratando de imitar las grandes zancadas que el joven de cabellos rosados daba para moverse entre los amplios pasillos de la universidad.

Entonces hubo una iluminación en su mente, la cual le decía que llegó el momento de obtener la respuesta que estaba buscando.

— ¡Eh, taeyeon, espera! ¿A dónde vas? —Leeteuk le gritó al verla avanzar en dirección a la enfermería, sin moverse en ningún momento de su sitio —Maldita sea ¡No puedo acompañarte, tengo cosas que hacer, pero dime que pasó más tarde!

Quizá sí lo escuchó, o simplemente le puso atención a nada de nada, pues su concentración ahora estaba centrada en la novia de Soo.

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Rápidamente entraron en la oficina médica de la escuela se apresuró a dejar a su amiga sobre una de las camillas, maldiciendo entre dientes a la irresponsable enfermera, Lola, por no encontrarse donde debería estar cuando la necesitaban. La puerta volvió a abrirse tras de ellos, descubriendo a una Kim mirando con bastante desconcierto la escena.

—Vaya, Hielo-san—Soltó Haku sabiendo a leguas que ese apodo la irritaba, de hecho, por eso lo hacía —Decidiste aparecer en el momento más oportuno. Ah, claro, no te he devuelto los deberes, por eso debes de venir.

Taeyeon bufó e ignorándola caminó hasta el chico que seguía viendo que hacer para curar las heridas de su compañera, también evitando la clara mirada de asombro que le dirigía el muchacho inglés. Nunca, a pesar de ser compañeros de clase, había visto a taeyeon Kim tan cerca ¡Nunca!

— ¿Qué le ha pasado?

— ¡Ah, Jesús, María y José! —Yuma pegó un grito al escuchar la voz tras de sí ¡Ni siquiera notó su presencia! Maldita Kim, siempre le pega esos sustos en clase la muy maldita —Santo cielo ¿Qué quieres? ¡Yo no lo sé! Cuando me la encontré por las escaleras hace un rato así estaba. Por cierto, dijo que necesitaba hablar contigo.

La aludida arqueó una ceja ante la información ¿Hablar con ella? ¿Cómo para qué iba a querer hablar con ella? Cada vez las cosas se le hacían cada vez más extrañas.

—Oliver, mi querido hijo estúpido ¿Podrías servirnos para algo e ir y mover tu trasero para traer a su novia aquí? —Ordenó la peli-gris con un deje de fastidio, al perecer tenía resaca por beber mucho sake ayer y andaba bastante irritante —Ándale, ve y trae a otra perfecta estúpida.

Taeyeon no prestaba atención en lo que decían, tales como a Yuma contestando "Haku, Soo es soltera desde ayer" para finalmente añadir "No, Oliver, no. Es lesbiana, nunca te hará caso, acéptalo" y un montón de cosas que realmente no le interesaban. Yukari se veían tan mal, tan apaleada como si viniera de una pelea contra diez hombres. No pasaron ni un segundo cuando la ahora ex novia de su hermana abrió los ojos, extrañamente con una sonrisa boba en los labios, como cuando estás borracho.

Por su partes, estos tres chicos que seguramente ahora se estaban haciendo llamar sus salvadores, la encontraron hace tan sólo unos minutos tratando de bajar las escaleras a duras penas, hecha puré de conejo ertido para finalmente desplomarse frente a ellos en un abrir y cerrar de ojos. Sin dar una explicación, pedir ayuda, sólo que estaba buscando a taeyeon y ya.

—Toc, toc~

— ¿Ah?

La Kim le dirigió una mirada interrogante a su compañero de clase, quien sólo suspiró.

—Lleva así desde hace rato…

—Toc, toc~

—Sólo contéstale para que se calle—Otro suspiro — ¿Quién es?

—Lola~

Esta niña…

— ¿Lola qué?

— ¡Loladrones! ¡JAJA!

Su famoso tic del ojo izquierdo se instaló fugazmente, sus niveles de irritación volvían a estar altos. No te enojes… no te enojes desgraciada porque si no te va a volver a bajar la presión e irás directito con el doctor una vez más en el año. Tampoco la ahorques, no debes ahorcar a una retrasada mental, no es correcto.

Haku se pasó una mano por la cara.

—No preguntes porque tampoco sabemos que se trae. O le molieron el cerebro a golpes, si es que tenía, o de plano le está dando al faso. No sabemos, pero está como una cabra.

Idiota…

Pero ¿Quién diablos le haría esto a la ertida de Yukari? Bueno, conociéndola por tanto su forma de ser como lo que hace no solamente aquí en Sapporo, sino también allá en Osaka, debe de ser una persona con enemigos. Pero no le cabe en la cabeza que alguien la odie tanto como para hacerle algo así. Y en cierta forma las cosas se le antojaban bastante sospechosas: Primero la desaparición de Tiffany y ahora esto.

No sé ustedes, pero todo parece tan extraño.

La puerta fue abierta de un portazo, y tras ella una chica coreana entraba con una cara de completo horror en el rostro ¡¿Es que nadie aquí podía entrar como una persona normal?! ¡Todos están locos! ¡Locos les digo!

— ¡Yukari, perdóname, cuando te dije que ojalá te den no me refería a esto! —Gritó Soo lanzándose dramáticamente a abrazar a la peli-morado —Perdóname, perdóname… ayer estaba muy enojada… perdóname…

Oh no, un momento incómodo para todos. ¿Por qué mejor no se iban a un hotel? La mayoría aquí eran pobres y es de muy mala educación comer pan frente a los pobres. Pero claro, como esa Yuzuki no estaba en sus cinco sentidos no quitaba esa sonrisa idiota de su cara.

—Toc, toc~—Ahí vamos otra vez…

— ¡Suficiente, me largo de aquí! Ya no la soporto—Haku levantó los brazos y salió del lugar con sus amigos tras ella, ciertamente ya nadie la soportaba.

¿No podía tomarse las cosas en serio ni cuando andaba mareada?

—Y-Yukari… ¿E-estás bien? —preguntó Soo viendo el estado como de completa idiotez, sólo para dirigirle una mirada a la furiosa Tayeon que hacía un esfuerzo descomunal por no enojarse, pues temía que le volvieran a salir las mugres orejas —¿E-está bien?

—Toc, toc~

No, no lo está, la dejaron más idiota.

—Yukari…

—Toc, toc~

¡Se acabó, Luka no puede soportar esto ni un minuto más!

— ¡No hay nadie!

— ¡Ja, pues qué bueno que no vine!

Maldita depravada adicta a los pobres conejitos ¿Qué le pasó? Dijeron que esta perfecta idiota la estaba buscando a ella, y ciertamente estaba segurísima de que el posiblemente ataque que sufrió Yuzuki estaba claramente conectado con la reciente desaparición de Tiffany. Así, por lo menos, tenía cierta esperanza de que la peli-morado dejara de hacer sus estupideces y recuperara la lógica y la compostura para contarle bien que estaba pasando.

Y sí, algo estaba pasando, y de hecho no era algo que pudiéramos clasificar como una buena noticia.

Ah, diablos, taeyeon. Date cuenta tú solita que tienes razón y que no algo no va nada bien. Llama a la policía, al FBI o hasta el ejército ¡Pero haz algo!

Tras unos cuantos golpecitos y palmadas en las mejillas para que espabilara, Soo logró que la idiota de Yukari reaccionara. La joven pasó su mirada un poco confundida por toda la sala, también algo asustada de repente estar en un lugar al que no recordaba haber ido, pero si con los recuerdos de lo grave que fue aquello que presenció hace no mucho.

—Soo…—Llamó su hermana con un tono sombrío, la aluda de encogió de hombros.

—Ni me mires, sabrá Dios que está pasando por su cabeza—respondió algo fastidiada ¡Ella bien que venía a disculparse y la estúpida de su coneja no la pelaba ni con un pela papas! Y eso más que enfadarla la hacía sentir mal.

Yukari siguió paseando su mirada por la enfermería, al menos así hasta que la clavó en la peli-rosa. Velozmente gateó de un extremo de la cama a otro, y antes de que taeyeon pudiera hacer algo ésta ya se había apoyado sobre sus rodillas para estar más o menos a su altura y tomarla por el cuello de la ropa al borde de la histeria.

— ¡Yuzuki! ¿¡Qué diablos estás haciendo!?

— ¡taeyeon, llama al FBI! —Comenzó a zarandearla de atrás hacia delante repetidas veces— ¡A la policía, al servicio de investigación Secreto, a la guardia marina! ¡Al ejército, a los guerreros estelares! ¡O mejor aún! ¡A los Guerreros Z, pero tenemos que salvar a Tiffany!

Ya está, sus dudas de que lo de Yukari estaba conectado con lo de Tiffany se aclararon por fin. Pero ni siquiera entendía por qué su compañera estaba tan histérica, jamás en la vida la vio así, y parece que Soo tampoco porque su cara de completo desconcierto era la misma a la de ella.

"Tiffany… ¿Qué te ha pasado?"

Y como si esa ertida pudiera leer la mente, respondió a su preguntar tan histérica como hace un momento.

— ¡La profesora Sukone se la ha llevado, taeyeon! ¡La secuestró, se llevó a nuestra Tiffany-chan!

"No…"

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss