Cap. 12: Dos gatos ¿son mejor que uno?

MI GATITA

"El viento horriblemente frío durante la noche llegaba a calarle en los huesos de una forma inimaginable, pero no podía detenerse a buscar algo con que calentarse, no porque si lo hacía ella y sus hombres lo asesinarían.

Una figura de apariencia humana se movía entre las copas de los árboles con rapidez en medio de la oscuridad, saltando de rama en rama como un animal a cuatro patas, pero cargando también lo que parecía ser un bulto entre sus brazos. Se detuvo durante un pequeño lapso de tiempo para poder girar la cabeza hacia atrás y escuchar con sus puntiagudas orejas felinas que efectivamente, seguían siguiéndolo ¿Por qué no lo podían dejar en paz y ya? El ser humano es cruel…

Sin más tiempo que perder nuevamente empezó con su escape, volviendo a saltar de en árbol en árbol para que sea difícil encontrarlo. Y hubiera escapado, de no haber sido porque algún tonto francotirador en alguna parte del oscuro bosque disparo hacía él. Un fuerte maullido de dolor resonó al sentir la bala atravesar dolorosamente su tobillo ¡Y justamente cuando estaba por llegar al puente que era su boleto a la libertad!

Calló de las ramas para llegar y dar fuertemente contra el pavimento del puente, pero no sin antes de hacerlo darse vuelta para asegurarse de caer de espaldas y proteger con su vida al bultito que llevaba trayendo desde hace como cinco horrorosas horas. Cinco horas que llevaba escapando de la muerte misma en persona.

Habría que decir que Yue sintió como si todo le diera vueltas al caer, empezando también a retorcerse por el dolor.

-Mi… hi… ¡Mi gatita!- Dios… ojala que se encuentre bien. Yue se sentó de sopetón en el suelo para ver el estado de su hija, ignorando por completo el horrible dolor de su tobillo sangrante.

Todo sea por los hijos…

La luz de la luna que se reflejaba ahí dejo por fin ver la apariencia del hombre; fornido, alto de cabellos aguamarina y con unos ojos como dorados, ese era Yue. Quizá a simple vista parecía ser una persona común y corriente como cualquier otra, pero el caso es que aquello que no resultaba "normal" para un ser humano como él eran las puntiagudas y peludas orejas que sobresalían de su cabellera, además de la larga cola felina que se movía con naturalidad tras él. Todo lo ya mencionado, color blanco, tan blanco como la misma nieve.

-Papá está bien, princesa, papá está bien, sólo es un pequeño rasguño- El peli-rojo dijo sonriéndole con cariño a la bebé entre sus brazos, meciéndola para que dejara de llorar –Seremos libres, te lo prometo-

-¡Bola de idiotas, les juro que si ese mal nacido se nos escapa les cortare la cabeza a cada uno de ustedes y las colgare en mi oficina como trofeos!- Esa voz, femenina, potente, pero tan llena de maldad. Ya sabía de quien era.

-J-jefa, le juro que le di. Lo atraparemos pronto, seguro que no irá muy lejos-

-Más te vale que lo que me dices sea cierto, Juon, o tu hija pagara las consecuencias-

-S-sí, señora-

Esas voces… cielos, debía de apresurarse. Yue se levantó del pavimento tratando de ignorar el dolor, alistándose para empezar a correr a otra vez. Pero claro, no sin antes esconder sus rasgos felinos para que se es hiciera más difícil reconocerlo cuando lo vean; echo las orejas para atrás, las cuales, increíblemente desaparecieron ahí como por arte de algún truco ¡No las escondió, las desapareció por completo! Lo mismo pasó con la cola, que al moverse unos segundos más también termino por esfumarse.

Bien, todo listo para partir.

Su herida ya no importaba, tenía que encontrar un lugar seguro para su bebé cueste lo que cueste. Corrió durante largos minutos más hasta que diviso una villa a la distancia, atravesando el bosque al que por lo regular las personas de allí tienen prohibida su entrada. Todo debido a que pensaban que el ejército hacía sus experimentos ahí.

Tenía de dos opciones en ese momento: O arriesgarse a entrar ahí, o seguir su camino de largo para buscar otro lugar más seguro. Y siendo sinceros su tobillo no le iba a permitir seguir escapando, era ahora o nada, o de lo contrario los asesinarían a ambos. Esa cruel mujer era lo que hacía, tenía a muchas personas como él encerradas y si osaban escaparse los cazaba para asesinarlos por su osadía. No había otra opción. Cojeando atravesó el poco tramo de bosque que le quedaba y se adentró en la villa, no muy grande pero tampoco era tan pequeña de hecho. De pronto un pensamiento llegó a su mente.

Él ya no iba a poder cuidar por más tiempo de su hija en estas condiciones.

Lo que tenía que hacer era hallar un lugar donde pueda estar a salvo mientras él guiaba a sus perseguidores lejos de ella.

Era una idea perfecta.

Pero ¿Dónde? Y más importante que eso ¿Quién cuidaría de ella?

Yue volteaba a ver a todas las casas mientras corría por el lugar, tratando de ver a alguien para dejar a su bebé con ella. Entonces la vio, apenas entrando en su casa a pesar de las altas horas de la noche que eran, pero en esa mujer pudo alcanzar a percibir calidez en su corazón, la persona perfecta que necesitaba para su pequeña. Yue tragó saliva tristemente mientras temblaba, al parecer la despedida que el tanto temía había llegado por fin. Sin más tiempo que perder antes de que lo encontraran, se acercó a la gran casa justo después de que la mujer castaña y ropas rojas entraron en ella. Con miedo cruzó las vallas marrones de madera y el jardín del hogar, subió los escalones rápidamente hasta finalmente quedar frente a una puerta de madera frente al peli-rojo.

Ya es hora.

Con sus manos temblorosas se colocó de cuclillas frente a la puerta, dejando con esto a su hija tiernamente en el pavimente ahí mismo. La iba extrañar, demasiado claro, pero son cosas que un padre tiene que sacrificar pasa salvar a su hija.

-Ya está, Tiffany-chan, ya está. Esta persona cuidará de ti como yo nunca pude hacerlo junto a tu madre- Empezó a decirle, en forma de despedida ¿Acaso un nudo estaba formándose en tu garganta? –Todo saldrá bien, lo juro-

¿Ustedes le han dicho a alguien que "todo estará bien" sabiendo que las cosas no podrían ser así? Bueno, Yue lo estaba haciendo en ese momento. Se quedó ahí afuera, observándola durante unos minutos más con una mirada llena de pura tristeza, acariciando sus cabellos color rojo con ternura.

Pero entonces ya no pudo contenerse más, varias lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas. Sacó a la niña de su manta y la cargó hasta levantarla a la altura de su rostro. La pequeña llevaba un mameluco con forma de gatito, con su gorrito de orejas puesto y hasta con cola y así.

-Iré a buscar a mamá y a tu hermana… ¿Está bien?- Luego sollozo un poco, para finalmente abrazar a la bebé con todo el cariño del mundo, fuerte, recargando la cabeza de ella sobre su hombro y acariciando su pequeña nuca con ternura, todavía sollozando –Papi te ama… Tiffany… te ama mucho, no lo olvides nunca, por favor no lo hagas…-

-¡Lo vi entrar a la villa, por aquí, rápido!-

-T-tengo que irme…- Murmuró apartándola volviéndola a poner a la altura de su rostro –Las traeré de vuelta, cuando regrese podremos ser la familia que nunca pudimos darte en esa prisión- Y beso su frente, nuevamente dejándola en su manta –Regresare… te lo prometo-

Así, con la promesa de regresar pronto, Yue se puso de pie tocando con mucha fuerza a la puerta varias veces para luego empezar a caminar hacia un futuro incierto.

Regreso a la calle apenas iluminada por las luces de los faroles públicos, respirando con agitades y el corazón a todo lo que podía llegar a darle. Hizo aparecer su cola y orejas ahí mismo, con el pensamiento de que eso atraería más a sus perseguidores.

-¡Ustedes, imbéciles, por aquí!- Gritó con toda la fuerza que su garganta le permitió, y sin más huyó de ahí hasta desaparecer al dar vuelta en la siguiente calle.

Mientras tanto, una mujer salía al exterior con una gran vena palpitante en su frente, y por si eso ya no fuera de plano muy amenazante, el envase vacío de sake que levantaba con furia podía ser de ayuda.

-¡Kaito Shion, me las vas a pagar!- Rugió amenazadoramente a ningún lugar en específico -¡Puedes tener diez años pero recuerda que tu padre me permitió reñirte si venias a molestarme, así que sal de donde quiera que estés!-

Pero nada, ni una respuesta del niño revoltoso que estaba buscando. Eso la molesto mucho más. Sin embargo, antes de que pudiera ponerse a gritarle de groserías al infante que ni estaba, algo la detuvo.

Un maullido de lo que parecía ser un cachorro de gato, seguido de un lloriqueo.

Meiko, como se llamaba ella, se congelo por completo en su lugar, temiendo lo peor. Bajo lentamente su mirada, solamente para taparse la boca, perpleja, con ambas manos y dejar caer el envase de sake que de pura suerte no se quebró al azotar contra el pavimento. ¿De verdad era un bebé lo que sus ojos observaban? ¿¡Qué padre irresponsable lo dejó ahí!? –Dios mío…-

La castaña ya estaba muy impactada, como para que todavía un grupo de hombres armados hasta los dientes pasara corriendo frente a su casa, gritando cosas referentes a atrapar a alguien y con trajes parecidos a los de los militares. De hecho la única diferencia que compartían con los trajes del ejército, era que estos eran de tonos grises, y en su chaleco anti-balas en su espalda, se podía leer perfectamente en letras grandes y rojas "CF PROJECT" Y una silueta roja de un felino bajo eso.

Meiko se puso pálida, ¿Qué hacer en situaciones así ahora? ¿Dejar a la niña ahí expuesta al peligro, o llevársela dentro? Como ella era una buena persona que no sería tan cruel para dejar a la pequeña ahí, esperando a que pesque un resfriado o esos hombres le hicieran algo, prefirió lo primero. También era extraño pero… sentía que tenían algo que ver con ella.

No tenía ni la menor idea de cuidar de un niño, la única experiencia que tenía procedía únicamente de cuidar de los hijos de sus hermanos cuando tenían que salir a algún lado por las noches. Entonces ¿Cómo es que una mujer que no tiene experiencia con los niños de ningún tipo, y que tampoco estaba interesa en tener hijos en la vida, lograría cuidar de esta "peculiar" niña? Difícil de creer la verdad, pero la respuesta puede sorprenderlos a todos. Igual, tener un hijo no podría ser tan malo, o también puede que su familia se arrepienta y venga por ella cuando se dé cuenta de su error.

¿Qué hacer? ¿¡Qué hacer!?

Al diablo todo… Luego de que su cerebro hiciera un clic, tomó a la niña rápidamente, ahí afuera no era seguro.

-¡Lo veo, lo veo, se coló por ese callejón!-

-A ver, linda ¿Y tú cómo te llamas?- Preguntó en un tono gentil a la pequeña levantándola a la altura de su rostro ya dentro de la casa, como si esperara que le contestara algo.

Para su buena suerte, sus padres se esforzaron mucho en vestirla como todo un gatito caricaturesco. Amarrado al cuello no tenía otra cosa más que una correa verde que tenía una placa dora, la cual ponía con letras mayúsculas y doradas "No. 25 MIKU HATSUNE" ¿En qué pensaban los señores? ¿Qué se les iba a perder o algo por el estilo? Además ¿A qué se referían con eso de 25? La idea le pareció una tontería… Pero por otro lado… tenía un nombre bonito; Miku. Sonrío ante esto.

-tiffany-chan ¿No quieres comer algo?- Meiko comenzó a caminar hacia la cocina con ella todavía en sus brazos, ya encontraría algo que pudiera comer –Espera, tu ropa está sucia, creo que mis sobrinos dejaron algo aquí cuando se fueron-

Oh, tontita Meiko, si lo que querías era ya no tener más sorpresas hoy, mejor no hubieras hecho eso.

Al retirar el gorrito gatuno de su cabeza, esta no sólo descubrió que el cabello de Miku era de un color como verdoso. Sino también, que bajo esas orejas falsas de felino ¡Había unas completamente reales! Pequeñas… blancas… pachoncitas. Eso ya era bastante impactante, como para que todavía descubriera que la cola que se suponía era falsa, empezaba a moverse con naturalidad.

¿Qué…?

Bajo la oscuridad, en la calle, se escucharon varios disparos seguidos de un maullido desgarrador. Algo cayó al suelo, como un costal de papas.

Y con eso, una promesa se rompió en mil pedazos, para nunca ser cumplida."

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-Sí, aja, sí. Sí, abuela, sí- Hablaba cierta coreana por el teléfono, resoplando y de vez en cuando girándose a ver desde a la cocina a sus amigos que andaban de perezosos en el sofá –Claro, ¿Cómo crees que olvidaré el arroz? ¡Es lo más importante! No puedo creer que tú también pienses que soy una idiota-

Las abuelitas de ahora…

-¿¡Qué!? ¡¿Cuál maldito virus de la idiotez?! Pues déjame decirte que en mi casa no lo erradicaron. ¡Ah, que caray! No tendré tus genes pero ¡Abuelita soy tu nieta!- Que… ¿Tipo de discusión era esa? -¡Ya, adiós, anciana!-

Los miembros de la familia Kim son raros en potencia.

Soo colgó el teléfono con cansancio y masajeándose las sienes como si la cabeza le fuera a explotar. Quería a su abuela, sí, pero por lo regular esta se la pasaba fastidiándola con eso de que era adoptaba justo como taeyeon lo hacía, de una manera menos cruel, claro, pero por lo regular se aliaba con la rubia porque esa era su nieta preferida. Una suerte que lleven como dos años sin verse, el aislamiento de su hermana de la sociedad por lo menos ayuda en algo.

Pero bueno, obtuvo la receta que quería para la cena de hoy, justo como deseaba.

Camino aspirando hondo hasta la sala, solamente para encontrarse con una imagen que la molesto mucho más: taeyeon, como siempre leyendo un libro, estaba sentada en unos de los sillones que tenía dos lugares para sentarse, junto a Yukari que se distraía acariciando a un conejo ¿Azul? que encontró en el bosque. Rin miraba con interés una de las revistas para las que posó, haciéndose halagos a sí misma sobre que esos jeans le quedaban muy bien. Pero ¿Qué rayos hacia usando lentes de sol dentro de la casa? ¡Y de noche! Len, finalmente, jugaba a los videojuegos como de costumbre.

¿Tiffany? No se preocupen, seguramente está arriba lamentando su suerte.

Una vena roja y palpitante apareció en su frente, entonces se giró hacía cierta Kim para llamarle.

-Oye, hermanita- Forzó una sonrisa, la aludida apartó la vista de su libro durante un momento, solamente para gruñir rodando los ojos y volver a clavar la vista en su libro –Sabes, conseguí la receta de onigiris de la abuela ¿No te apetece?-

-No, gracias, tampoco me interesa-

-Pero yo sí quiero- Respondió una Seulgi entusiasta, con una voz un poco seductora que Yukari notó, por lo que le dirigió una discreta mirada asesina.

-Le hable a ella, Rinny, no a ti, pero gracias de todos modos- Soo le dedicó una sonrisa agradecida, la peli-morado gruñó fastidiada para continuar acariciando a su conejo con la noche arruinada. Era muy celosa.

"Cálmate… Soo… son sólo una bola de jóvenes, puedes con todos… tú puedes"

O no… ¡Pero es que todo estaba tan bien ayer! Y luego taeyeon vuelve a salir con sus tonterías, por algo es que la rubia estaba arriba pensando cómo irse a vivir a España para alejarse de todo mundo. Prácticamente no la habían visto salir desde la mañana, sólo desayuno y ya no volvió a salir, por eso era que no estaba de holgazana como los otros cuatro. Sinceramente, nadie más que Len había visto esa escena en el bosque, y al contársela a las demás, las conclusiones de todas empezaron a bombardearlas a las dos como si estuvieran en la segunda Guerra Mundial.

Esto, como muchas veces, termino por causar un torbellino de emociones en la pobre de la neko que muy apenas si podía soportar todo eso. Y en lo que se trata de taeyeon, esta no volvió a dirigirles la palabra, por eso el ambiente tenso en la sala ahora mismo.

Pero ¿Quién era la verdadera culpable aquí?

La coreana ya no lo soporto ni un minuto más; frunció el ceño y chirrió los dientes, mordiéndose la lengua tratando de controlarse para no gritarle, aunque… no lo logró.

-Bien, taeyeon Kim, si no quieres mis onigiris supongo que quieres ir y comerte a Tiffany-chan a besos ¿Verdad?- Oh… golpe bajo –Anda, hazlo, todos aquí lo estamos esperando-

Rin apretó la revista entre sus dedos, sintiendo escalofríos al presentir la creciente ira que estaba encendiéndose en el cuerpo de su amiga, ira que estallara de un momento a otro. ¿Es qué nadie aquí podía cerrar el pico? ¡Son cosas que no les incumben! Pero, para la perplejidad de los demás, la peli-rosa sólo cerró con fuerza el libro levantándose del sofá, mucho más que ofendida.

-¡Bien, vete, cobarde! Al cabo que te pierdes de una deliciosa cena- Alegó inspeccionando la alacena en busca de los ingredientes, eso hasta que notó que el ingrediente indispensable hacía falta: El arroz -¡Maldición, maldigo a mi abue y sus profecías!-

La pequeña Rin miraba con preocupación la puerta por donde la peli-rosa había desaparecido, lo cierto era que nadie podía comprender como se sentía ella con todo esto. Por lo general todo giraba en torno a "Tiffany, Tiffany, Tiffany ¡Lastimaste a Tiffany, debes pagar!" Pero… y ella ¿Qué? ¿Es qué nadie consideraba sus sentimientos? ¿Nadie entendía que tampoco era nada fácil para ella? Quizá, sólo la rubia era capaz de ver ese sentimiento de culpabilidad y pesar que atormentaba a la peli-rosa en este preciso instante. A leguas se notaba que también quería a la peli-roja, su único problema era que no sabía cómo demostrárselo.

Suspiro, por primera vez quitándose los lentes de sol durante todo el día, puesto que además de querer ir a ver el estado de su amiga de la infancia, el sentir la mirada llena de celos que le dedicaba Yuzuki la ponía sumamente incomoda. Sabía que no debió venir, lo sabía, pero todo sea por recuperar a sus viejos amigos.

Rin se puso de pie, queriendo ir a ver a esa Kim, pero la coreana se lo impidió.

-¡Eh! ¿A dónde te crees que vas tú?- Preguntó con el ceño fruncido, ya con un delantal puesto y señalándola con una cuchara como una mamá enojada.

-Obvio, iré a tomar aire fresco. Una súper modelo como yo lo necesita – Estando preocupada o no, Seulgi no dejaba de ser esa muchacha egocéntrica que se hizo desde que se metió a trabajar.

-Ni siquiera lo pienses, yo necesito que me lleves a comprar los ingredientes ¡Ayúdenme en algo! Cuando me muera haber que hacen ustedes- Ay no, no hay tiempo para eso –Sólo mírense, se supone que la pasaríamos bien este fin de semana y ahora…-

-Soo-chan, te recuerdo que nadie aquí tenemos la culpa de eso ¿Por qué mejor no se lo pides a Len? Haz que sirva para algo además de cargar mi equipaje-

Len ni siquiera les ponía atención por andar concentrado en sus videojuegos, lo cual cabe decir que las molesto. Su hermana camino hasta el televisor y arranco el cable del enchufe con furia, arruinando una perfecta partida de GTA 4.

-¡No, tonta, muy apenas sí pude robar el banco!-

-Tu ayuda es necesaria aquí, shota-

-¡Prohíbo que me llames así!-

-¡Esto es agresión a una súper modelo!-

Agh, la coreana era fastidiosa pero tranquila la mayor parte del tiempo, pero esto es demasiado hasta para ella. Se encamino hasta el par de gemelos con una sonrisa torcida, tomó la cabeza de ambos y las golpeo entre ellas, sacando un quejido de ambos. Parecía su mamá.

-Yukari, haz algo, no puedo con estos idiotas- La peli-morado gruñó fastidiada ante la petición, en estos momentos no tenía ganas de ver a su novia –Ah ¿¡Tú también!?

¿Por qué, Dios? ¿Por qué?

A ser verdad, si no fuera por los malditos asuntos sin resolver que Tiffany y taeyeon traían desde hace mucho tiempo, estos problemas no habrían sucedido. Por lo que se trataba de taeyeon,la muy gallina había vuelto a callar sus verdaderos sentimientos por puro miedo a que aquello no fuera la decisión correcta. Y no, no era por culpa de la interrupción del rubio, fue por decisión propia haberlo callado otra vez. ¿Por qué más razón Tiffany se encerraría en el cuarto donde dormía durante todo el día siguiente?

Hay que decir que lo más incómodo, era que las dos tuvieron que dormir en la misma habitación, así que ya se imaginaran.

La cereza sobre el pastel, eran los inmensos celos de Yuzuki, que ya había decidido cortarle la cabeza a la rubia menor con un hacha y a su novia ignorarla en lo que restaba de la noche.

Len suspiro, mientras más rápido regresara, más rápido podría terminar sus juegos de vídeo.

-Ya, Soo, tranquila, yo te llevare- Por fin, un alma caritativa en esta casa.

-¡Okay! Mientras más pronto mejor, me muero de hambre- Celebró lanzando el delantal por algún lugar, yendo a buscar su bolso para salir.

Estas son las cosas que uno hace por poder jugar.

Rin suspiro para girarse hacia cierta novia de su amiga, que no le hacía el favor de retirar esa mirada asesina que le dedicaba cuando sus miradas se enfrentaron. Len movió sus pupilas de una a otra, luego de sentir escalofríos murmuro algo de ir al baño y se retiró del sitio. Aunque en todo esto había algo que no era fácil de digerir, eso era que Soo siendo tan liberal oponiéndose al primer indicio de opresión sobre ella, aún estuviera junto a esta celosa posesiva.

Es parte de la magia del amor.

¿Por qué taeyeon y Tiffany no podían estar de esa manera? Ya todos soñaban con verlas discutir como una pareja formal como esas dos, pero siempre reconciliándose para volver a caminar por el parque agarraditas de la mano todas las mañanas a sus respectivas escuelas. Quizá… en un futuro no muy lejano, se de esa oportunidad.

O un futuro demasiado cercano, que nadie en la casa sabía salvo la propia rubia.

Minutos después la coreana ya volvía a la sala lista con dinero para ir a buscar un lugar donde conseguir lo que necesitaba, tropezando a la vez que murmuraba cosas preguntando por qué el piso estaba tan resbaloso esta noche. La rubia quiso ir para darle un beso de despedida a su pareja, pero viendo el pésimo humor que se cargaba, decidió no hacerlo para evitarse discusiones innecesarias más tarde.

-Eh, Seulgi, préstame las llaves de tu monstruo feo ese-

-¡Se llama Frida! Y no es un ningún monstruo ¡Es mi Road Roller!- Rugió molesta sin siquiera voltearla a ver, apretando los puños cerrando los ojos con fuerza.

-Lo que sea, sólo dámelas y ya- Le respondió restándole importancia al asunto haciendo señas con la mano derecha, segundos más tarde unas llaves doradas volaron hacia su dirección, ella las atrapó con movimientos torpes, tanto que el objeto casi se le resbalaba de las manos para caer al piso.

-Cuidadito con que tú y Len le hagan algo, una modelo necesita un transporte extravagante para destacar entre la chusma- La humildad ante todo ¿O no, Seulgi?

Soo asintió lentamente con la cabeza mientras levantaba una ceja y torcía la boca al mismo tiempo, seguramente pensando que a esta niña cada día se le subían más los humos al cerebro con eso de su fama. Seulgi era una joven que todavía conservaba sus rasgos infantiles, pero no por significaba que era menos codiciosa.

Desde que era muy pequeña, la joven tenía muy metida en su mente la idea de ser modelo desde que recordaba, era su sueño, sólo que por culpa de sus bajos recursos en ese entonces las cosas estaban muy difíciles de hacerse. Len siempre le ayudo, estuvo a su lado cuando más le necesitaba, hasta ayudarla a encontrar a oportunidad perfecta para que su gemela asistiera a su primer trabajo en la industria del modelaje. Así fue como las cosas cambiaron. Una cosita llamada fama subió como endemoniada al joven cerebro de la adolescente, volviéndola una persona bastante egocéntrica desde entonces.

Más, a pesar de que no le agrada mucho la nueva forma de ser de su hermana y extrañaba a la chica humilde que era antes, Len estaba feliz con el trabajo de ser la "mula" de Seulgi, siempre y cuando permaneciera con ella estaba bien. Era a quien más amaba en este mundo, nada más se tenían el uno al otro.

-Mamá, ¿Ya nos vamos?- ¡Aich, estúpido Len! ¿Era estrictamente necesario llegar a picarle las costillas desde atrás a la coreana? Soo dio un brinquito en su lugar espantando a la pobre Seulgi, girándose hasta él le propino un golpe en esa cabeza rubia -¡Salvaje!-

-Es tu culpa, maldita mula de carga- Respondió molesta. Puede que taeyeon y ella no sean hermanas de sangre, pero tienen el mismo tic en el mismo ojo –Apúrate y vámonos, quiero comer, siento como si Chewbacca rugiera en mi estómago-

-Yo no soy el del problema, dile a tu novia asesina- Señaló a la nombrada con cierto recelo –Yuzuki, llevas esa conejo desde la tarde ¿Y qué no hay algo diferente en él?-

-Antes… era blanco- … Ok.

-L-Len y yo nos vamos yendo… cuiden que Tiffany no se escapé mientras no estamos- Avisó la única coreana ahí, preguntándose por la salud mental hasta de ella misma –Procuraremos no tardar demasiado-

-¡Iterashai!- Se despidió Seulgi sonriente, tirándose al sillón olvidando por completo a la Kim.

Tomando su abrigo para el frío con un rubio tras ella, ambos salieron al exterior, donde una gran aplanadora gigante de color amarillo yacía estacionada justo tras el auto donde su hermana vino. Habría que decirlo, Seulgi adora las cosas gigantes, y más si son gigantemente destructivas. Cuando tenían catorce años Len tuvo que cumplirle ese caprichito a su hermana, comprándole el monstruo a una constructora que estaba trabajando a unas cuadras de su casa.

"Por favor, Dios, que no se maten mientras no estoy…" Pensaron ambos al mismo tiempo, suspirando mientras salía una nubecita de su boca.

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-¡Buenas noches, chicas, sueñen conmigo!-

-¡Muérete, Seulgi!-

Taeyeon escuchó como todos se daban las buenas noches en el pasillo, preparándose ya para dormir en sus respectivas recamaras; Soo y Yukari dormían en el cuarto de Yoona, mientras que Seulgi y su hermano habían optado por dormir en el cuarto de la coreana que conservaba la antigua litera que usaban. Finalmente, para su desgracia, a la rubia le había tocado dormir en su antigua recamara, la cual habría decir no le traía muchos buenos recuerdos… y con Tiffany.

Optó por mejor ser ella quien durmiera en el suelo, colocando un viejo futón típico japonés, dejando a la neko dormir "tranquilamente" sobre su cama, que a pesar de los años sin ser usada por alguien, estaba justo como la dejo antes de mudarse a Sapporo.

"Maldita sea… ¿Por qué tú?" Tiffany…

¡Demonios! ¿Por qué rayos sentía pesar cuando accidentalmente pensaba en el día anterior? Oh, vaya, pero sí que tenía estar en serio, ya que ¿Quién no se molestaría cuando la dejas sin una respuesta a una pregunta importante? ¡Como ayer! No, claro que no taeyeon, por más que tratara de convencerse a sí misma que la interrupción del estúpido rubio arruino por completo cualquier manera de decirle sus sentimientos a Tiffany, sabía con toda claridad que simplemente se estaba mintiendo ella sola para que su culpa fuera menos.

Tiene que aceptarlo, y es que esta vez admitía que fue una orgullosa cobarde al no atreverse a aclarle sus sentimientos para que dejara de sufrir por cosas que no son ciertas, a decirle que la quería de la misma forma y que por primera vez en su vida quería tanto a alguien como para atreverse a pedirle ella misma que por favor correspondiera a sus sentimientos y aceptara ser algo mucho más allá que amigas que se besaban y tocaban… que se querían sin ser nada. ¿Por qué no se lo dijo? ¿Por qué tuvo que ir y cerrar su estúpida bocaza cuando la situación no ameritaba cerrarla, sino más bien todo lo contrario a eso?

Fue una completa idiota, lo aceptaba.

Giró en su lugar por casi media hora, dándole vueltas al asunto sin encontrarle una respuesta coherente como para justificar esa odiosa actitud que tuvo hacia Tiffany todo este tiempo. Jaló de sus cabellos, se tapaba la cara con las manos, gruñía silenciosamente para no despertarla, pero no, no existía una justificación para todos sus errores.

Incluso, por primera vez en todos estos años que se había portado así, odio por completo su forma de ser, se odio a sí misma por culpa suya.

"-Es amor-"Ojala no lo fuera, el amor era… era… ¡Bastante inentendible!

Pero… que le iba a hacer.

Amor: Te hace estragos la vida si así lo desea, te arruina tu visión del mundo que te rodea, te lastima si amas a la persona equivocada. Te hace hacer las cosas más estúpidas del mundo, te hace un completo idiota, te hace querer cambiar por alguien que al final de cuentas terminara lastimándote. ¿Qué tenía de bueno el amor? Sólo mírenlas, ahí, a las dos, completamente lastimadas por culpa suya.

Nuevamente, no había nada que pudiera hacerse. O sí lo había, pero Tiffany estaba cansada de demostrarle que le quiere sin ser correspondida, y taeyeon aún estaba debatiéndose entre al fin decirle que la quiere o no.

¿Por qué amar duele y es tan complicado? Aún si Tiffany estaba segura que esa rubia era la correcta, la que se merecía su amor incondicional para toda la vida, la dueña de su corazón, ya no quería volver a decirle sus sentimientos hasta que ella lo hiciera por al menos una sola vez… Sola una… para que todos sus miedos se esfumaran por completo. ¿Era mucho pedir?

Taeyeon giró lentamente hacia su lateral izquierdo para ver a su neko dormir en su cama; su largo cabello turquesa suelto, esparcido por su almohada, y su felina cola sobresaliendo de entre as cobijas, rozando levemente con la punta el suelo. Hace un rato la había visto traer ese mismo futón donde estaba acostada ahora para ocuparlo durante las noches, pero decidió ocuparlo ella y dejarla dormir ahí para que estuviera más cómoda.

Su actitud de ayer había sido interpretada por un rechazo por todos los demás, algo que no pretendía.

Tiffany estaba dolida otra vez ¿Cómo no estarlo? Ya se lo hizo muchas veces como para volver a perdonarla así como así.

"Tienes todo el derecho para estarlo… lo siento mucho…."

Cerró los ojos con cansancio, volviendo la cara al techo para intentar relajarse y dormir como su cuerpo le pedía a gritos que lo hiciera… pero no pudo. Esos pensamientos volvían a asaltarle la mente para, al parecer, seguir molestándola hasta que salga el sol. Como si su conciencia decidiera darle un merecido castigo por sus estupideces esta noche.

"¡Si tan sólo pudiera…!" Lo pensó para no gritarlo despertándola de esa manera. Frunció el ceño con furia llevándose los puños a la cara, para luego azotar su puño izquierdo contra el futón, tratando de reprimir su furia contra ella misma.

Está bien, desde hace tiempo ya sabía que esa neko despertaba muchas cosas dentro de ella desde su llegada, pero le costó tanto aceptarlo, conociéndola era algo meramente lógico para todos en esa casa. Taeyeon, siendo como es, hubiera preferido enterrar ese creciente sentimiento que se encendía dentro de ella a tan sólo apenas verla abrazando su cintura con cariño durante la mañana, pero ¿Cómo pretendía? Si de por sí eso la estaba torturando en este instante, enterrarlo a la larga le haría mucho más daño a las dos si seguía con este tonto jueguito.

Quiere a Tiffany ¿Es tan difícil de aceptarlo y ya, taeyeon? ¿Tu orgullo Kim no te lo permite? ¿O sólo le tienes miedo al amor? Su orgullo no deja que hable de amor.

"¡Maldición!"

Ya por fin hartándose de darle vueltas al asunto por casi dos horas, se quitó la cobija de encima sentándose ahí mismo, abrazándose las rodillas ocultando el rostro entre ellas, haciendo un esfuerzo por apartar esos pensamientos de su mente.

No es que fuera cobarde… su único problema era no entender nada por lo que estaba pasando.

El sonido de alguien revolviéndose en las cobijas llegó a sus oídos sobresaltándola un poco. La rubia apartó su cara de sus rodillas para girarse inmediatamente al ver el cuerpo de cierta neko sobre la cama ¿Será que…?

-Pensé que estabas durmiendo, gata estúpida- Ahí vamos de nuevo. La aludida dejo que un gruñido apagado saliera de su garganta, bajando sus orejas felinas para no escucharla del todo -Tiffany-

La aludida se estremeció al escuchar su nombre salir de esos rosados labios. Ciertamente odiaba que la llamara así cuando se enojaba con ella, pero también lo amaba, porque cuando lo hacía no era la gata estúpida, ni la idiota, era Tiffany, sólo Tiffany.

-Podría dormir si dejaras de hacer ruido, sabes que lo escucho todo- Respondía notoriamente esquivándola, entonces tomo las sabanas hasta taparse por completo –Por favor taeyeon, sé lo que estás pensando, déjalo ya… no tengo ganas de arreglarlo-

-¿Y exactamente en que estoy pensando según tú?-

-Basta…- "En serio…" –Sólo duérmete…-

-No tengo ganas- Contestó con decisión, la neko sintió que esos zafiros lograban mirarle hasta el alma. Eran tan penetrantes.

-E-está bien… sólo déjame dormir…- Dijo escuchando a la rubia comenzando a ponerse de pie, tragó saliva, lo que menos quería era verla.

-Mejor vamos a hablar-

-No, no tengo nada que hablar contigo- "Ya no más…"

Tiffany cerró los ojos con fuerza, sintiendo un montón de nervios al oír como esa idiota estaba avanzando hasta su cama con sumo cuidado. ¿Por qué simplemente no lo dejaba así? Ya bastante daño se estaban haciendo con insistir en el tema, ella más que nada, y con escuchar su dulce voz hablándole sentía que pronto caería en sus brazos otra vez, para al final de todo volver a ser echada hacia un lado… como siempre.

La quería, demasiado, pero ya no sabía si alcanzaría la felicidad con ella.

Sintió a taeyeon sentándose en la cama sin dejar de mirarla. ¿Por qué?

-No te he respondido a lo de ayer- Le dijo con una calma y gentileza muy impropias en ella, por lo que la peli-roja hizo un esfuerzo descomunal por no mirarla.

¿Era bipolar o qué onda?

-taeyeon, te dije que lo dejaras… tus acciones hablan mucho por ti- Volvió a dar otro de sus mayores esfuerzos para contestarle, lo único que quería era ya no salir lastimada ¿Era mucho pedir?

-Yo no he hecho nada, gata estúpida-

Ahora sí se enojó.

Con furia retiro las cobijas que le cubrían del frío solamente para sentarse en la cama y clavar su enfurecida mirada en ella.

-¡Exacto, idiota, a eso es lo que me refiero!- Bravo en un tono tan fuerte que con facilidad hubiera podido escucharse por toda la casa, la Kim parpadeó hasta observarla con sorpresa -¡Te lo dije, te lo confíe! Te dije que te quería como nunca había llegado a querer a otra persona ¡Y te callaste, como siempre! ¡No hiciste absolutamente nada!- La mirada de la neko era turbia, con un claro conflicto de emociones al que se estaba enfrentando ¿Pero por qué tendría que negarlo? Era verdad. Pero por cuarta vez quería arreglar las cosas.

-¡Escúchame por esta última vez!- Esta vez rugió Luka, encarándola.

-No, tú escúchame a mí y entiende que no soy capaz de darte otra oportunidad ¡Fueron demasiadas!- Bueno, en eso también tenía toda la razón –Por favor, taeyeon, no creo que quieras decepcionar a la misma persona otra vez…-

Se quedó callada, con la respuesta que quería darle muriendo poco a poco en su garganta. Otra vez le estaba diciendo la cruel y pura verdad.

-Ya déjame tranquila y duérmete - Finalizo con un tono hosco, volviendo a acostarse para taparse con las sabanas hasta las orejas –Es tarde, quiero dormir-

Cierto, ya no sabía que hacer ahora, más que observar perpleja a su neko bajo esas sabanas con la luz tenue de la luna iluminando la habitación, causando que esa culpabilidad empezara a volver a comérsela por dentro. Ya no sabía qué hacer, qué responder para decirle que también la quería, porque por más que lo deseara las malditas palabras no salían de su boca.

En ese momento taeyeon habría que escoger entre las dos opciones que esta situación le había brindado: Callarse y dejarla por fin tranquila, o luchar por hacerle ver lo que sentía. Su corazón comenzaba a doler y si quería que dejarla de hacerlo la segunda opción era la mejor en este caso.

Frunció el ceño clavando su vista en el suelo, pensando en todo lo que podía decirle para hacerle ver que esta vez sí hablaba en serio al decirle que la quiere. ¿Cuál era la respuesta? La Kim suspiro hondo, ya visualizando una respuesta en su cabeza. Estiró su brazo cerca de su rostro, tratando de retirar esa molesta barrera que le impedía ver sus ojos, unos que muchas veces la hacían perder el control de su corazón.

Aunque no pudo, Tiffany hacía su mayor esfuerzo por no mirarla.

Taeyeon suspiro cerrando los ojos y pellizcándose el tabique de la nariz para calmar sus nervios, nunca en su vida se ha atrevido a decir cosas como estas y si lo llegó a hacer no estaba acostumbrada del todo.

-Idi-no-Tiffany, nunca te dije que no fuera capaz de llegar a corresponderte- Comenzó, respirando con un poco de dificultad al principio –Mucho menos que no lo esté haciendo ahora-

Esas palabras, pocas, pero llenas de mucho significado hicieron que la aludida retirara un poco las sabanas de su cara, por lo menos lo suficiente para dejarla ver sus ojos que la miraban con desconfianza, pero tenía razones para mirarla de esa manera.

-¿Qué estas insinuando?- Cuestionó con una ceja levantada, aunque un poco esperanzada. La rubia se encogió de hombros.

-Cuando te dije que no sabía lo que sentía en ese momento era cierto, y todavía no estoy muy segura. Lo único que busco es que me comprendas, entiende que lo que siento no es algo que jamás llegue a pensar que despertarías en mi… es difícil pero ahí está- La mirada de la neko se tornó pensativa, mucho más que de costumbre, posiblemente analizando todo lo que su compañera le estaba diciendo.

-Debiste decirlo mucho antes, sí de verdad me quieres te toca a ti rogarme- Sentenció volviéndose a tapar hasta las orejas.

¿Qué diablos, rogarle, hablaba en serio? Piénsalo bien, taeyeon, porque la verdad todos aquí piensan que te lo tienes bien merecido.

-Ya sé que te lo estoy diciendo muy tarde ¿Pero no puedes comprenderme?...- Resopló cansada, nadie nunca en sum vida la había hecho decir cosas como estas tales como pedir disculpas también –Sabes que no soy buena expresando mis sentimientos-

-Eso no es excusa-

-Comprendo perfectamente por qué crees eso, pero tal vez si no me interrumpieras siempre que quiero decirte lo que siento no lo sería- taeyeon, mide tus palabras, porque la puedes hacer enojar más.

-Vaya, ahora resulta que yo tengo la culpa ¿No?- Pronunció en un tono bastante arisco, recuerda no hacer enojar a un gato nunca en la vida.

-No quise decir eso, sólo que si no trataras de evadir discusiones como esta, te podría decir que te he correspondido desde el principio…- Lo dijo, a fin lo dijo, le costó horrores pero al final de cuentas consiguió sacar aquello que su orgullo deseaba enterrar hasta lo más hondo de sí mismas.

Tiffany se sentó en la cama luego de retirarse las cobijas de encima, preparada para seguir escuchando lo que le estaba diciendo, pero con ese deje de molestia todavía en ella.

-Tú crees que diciéndome eso fácil te voy a perdonar ¿Verdad?- Contestó frunciendo el ceño –Pues no, hu, no seré tan idiota- La Kim suspiro resignada, pero al final de cuentas en eso también tenía razón –No otra vez…-

-Bien ¿Qué más quieres que te diga? ¿Qué te quiero?- La neko la miro desafiante, enfrentándose a esos zafiros sin quitarle un solo ojo de encima.

-Creo que eso sería un buen comienzo-

-Vaya, es tú día de suerte, gata estúpida. Parece que comenzaremos muy bien porque sí, me enamore por completo de una idiota como tú- … Lo dijo… de verdad lo dijo –Te quiero-

La neko permaneció en un absoluto silencio, preguntándose si de verdad esto estaba sucediendo, si de verdad esa idiota acaba de decir esas palabras que ella tanto había estado esperando por mucho tiempo. Estaba atónita, insegura, pero también temiendo por qué esto fuera tan sólo un sueño del que se despertaría al salir el sol durante la mañana, y que todo volviera a ser como antes, que volviera a tener a la misma taeyeon Kim de siempre ahí ignorándola y lastimándola como siempre.

Por el lado de la rubia, desvío su mirada hacia el frente procurando esconder ese creciente sonrojo que estaba quemándole la cara hasta la punta de las orejas. De hecho, puede que decir sus verdaderos sentimientos no resultara tan complicado como había pensado que era, es más, si los hubiera aclarado desde el principio hubieran podido evitarse muchos problemas innecesarios desde hace mucho. Su corazón le latía con fuerza, como si quisiera explotarle de un momento a otro. Es sorprendente para cualquiera decirlo pero…

Han domado a la bestia.

La Hwang parpadeó perpleja, pero en lugar de lanzarse a besarla como tanto le hubiera gustado hacerlo, simplemente alcanzó a darle la espalda, lo que su compañera interpretó como algún tipo de rechazo. Claro que taeyeon no sabía que esa neko solamente quería escuchar todos sus sentimientos.

-Perdóname, taeyeon, pero no te creo- Hay que decir una cosa, y esa es que Tiffany Hwang puede ser una buena actriz si se lo propone.

-Te estoy diciendo la verdad- Sí, sí, eso lo sabe, pero de que esa peli-rosa tenía más cosas que decirle seguro que las tenía –Te quiero como tú a mí ¿No era eso lo que querías, Tiffany? ¿No te satisface saber que te convertiste en el cetro de todo mi mundo?-

Oh por favor, sabemos que dijiste que no ibas a dejarte engañar tan fácil esta vez, pero te está diciendo la verdad, no puedes exigirle más a alguien como lo es taeyeon Kim, al menos no por ahora. Tiffany dibujo una sonrisa discreta y se acercó gateando hasta ella, sin quitarle la vista en todo momento. Le beso la mejilla, con cariño y ternura, lo que provoco que ese sofocante sonrojo en su cara se intensificara. Taeyeon la miró mucho más nerviosa que hace un momento.

-No sé si me estés diciendo la verdad, tonta- Le dijo con una discreta sonrisa en sus labios acompañando el brillo de sus ojos, entornándolos seductoramente –Tú y yo somos tan diferentes que…-

-Los opuestos se atraen…-

Sí, eso era bastante cierto de hecho. Todos saben que los polos opuestos de los imanes se atraen, mientras que los iguales siempre se iban a repeler, sin excepciones. Eso sin dudas significaba una sola cosa: Ellas eran como imanes, que se atraían a pesar de sus diferencias, que no podrían llegar a vivir la una sin la otra.

Obra del magnetismo; se querían, se deseaban, se necesitaban y nadie tenía el derecho de juzgarlo.

Las respiraciones de ambas se comenzaron a mezclar debido a la poca distancia que cierta peli-roja puso entre ambas, taeyeon lo único que pasó por su cabeza fue tragar saliva algo incomoda y nerviosa al mismo tiempo, la muy idiota de Tiffany se dedicaba a sonreírle orgullosa de ella misma.

-Así que soy el centro de tu mundo, taeyeon-nya- Diablos, ojala no se le suba a la cabeza.

-Deja de darte tantos aires, tonta, no es para tanto- Respondió con dificultad, volviendo a tragar saliva evitó a toda costa su mirada. Tiffany ronroneó en gesto seductor.

-Puede ser cierto, pero es suficiente para mí-

Ustedes ya pueden estar haciéndose una idea de lo que estaba a punto de suceder.

Todavía estaba escuchándose la discusión que un par de chicas mantenían en una habitación más allá, pero eso ya no les importaba en lo absoluto, este momento estaba hecho para encerrarse en una burbuja romántica para que nadie les interrumpiera. Tiffany emitió otro tentador ronroneo muy diferente a los habituales, moviendo su larga cola con naturalidad se inclinó hasta que sus bocas estaban a pocos centímetros de rosarse, taeyeon no tardo en plantarle un beso robándole la oportunidad.

Claro que lo sintieron extraño al principio, por lo regular sus besos no eran tan especiales como este podía llegar a serlo, más sin embargo estaba bien, este es el primer beso que se dan al por fin corresponderse la una a la otra. Taeyeon Kim será una estreñida, pero por alguna razón era toda una experta en el arte del besar, la neko lo estaba disfrutando mucho, tanto que se atrevía a jurar que practicaba a escondida con un cojín.

Pasando unos tortuosos segundos bastante cortos, el aire ya les estaba faltando, así que a duras penas medio rompieron el contacto para respirar, solamente para ser Tiffany quien lo re-empezará al poco tiempo. Tanto taeyeon como Tiffany deseaban llegar más lejos que la última vez, por lo que la fricción entre sus labios se estaba volviendo cada vez más demandante. Crean o no, a la peli-roja le encantaba alborotarle las hormonas a la más grande, lo digo porque sin romper ese delicioso beso en ningún momento volvió a sentarse a horcajadas sobre sus muslos, procurando rozar su piel contra la suya intencionalmente.

Taeyeon tuvo que estirar el cuello un poco más de la cuenta para no separarse, la neko estaba un poquito más alta que ella en esa posición. Continuando alborotándose as hormonas, Tiffany deslizó sutilmente sus manos hasta colocarlas sobre los hombros pegándose más al cuerpo de su compañera, quien al mismo tiempo puso las manos en sus caderas sujetándola con firmeza.

A partir de aquí, no iba a haber vuelta atrás.

Experimentando las variadas descargas eléctricas que azotaban contra su cuerpo en ese instante, en medio de la creciente excitación la peli-rosa se dedicó a distraer a la más pequeña con sus labios para poder acariciar su caliente piel sin que esta se diera cuenta. Y lo consiguió. El débil cuerpo de esa gatita se estremeció considerablemente cuando una mano ajena ya estaba deslizándose por su vientre, subiendo con una lentitud horrible sólo para buscar acariciar uno de sus puntos bastantes sensibles.

Tiffany encajó sus dedos en los hombros de la joven lastimándola un poco, con algo de miedo pero a la vez impaciencia por qué su pareja dejara de torturarla e hiciera lo que quisiera hacer de una vez por todas antes de que se arrepintiera. Bah, como si quisiera arrepentirse.

Los instintos de la neko tomaron total control sobre ella cuando al fin una cálida mano se deslizó bajo su sostén, haciéndola morderse inconscientemente un labio para no gritar despertando a las demás habitantes de la casa. Taeyeon le mordió el cuello y la peli-roja tuvo que apretar aún más fuerte sus hombros para amortiguar sus maullidos, sería vergonzoso para ella que todos en la vivienda escucharan sus "platicas" con la Kim.

-t-taeyeon… taeyeon por favor e-espera- Llamó a su nombre tartamudeando y cerrando los ojos con fuerza, vayan a saber que es muy difícil articular una sola palabra así. La aludida pareció no escucharla, pues seguía besando ansiosamente ese cuello dejando varias marcas rojizas en él –N-nos van a oír…-

-Ahora te importan lo que los otros piensen, ¿Tiffany?- Se separó de ella hasta conectar con sus hermosos ojos, encargándose de contemplar detenidamente el sonrojo que adornaba sus mejillas –Eso es extraño viniendo de ti hasta para mí-

Oooooh ¡Maldición! Usó un tono demasiado sensual para decir esa simple oración, decir que la pobre adolescente jadeo ante eso ya sería decir bastante.

Simplemente adorable.

-N-no me refiero a eso, boba- Corrigió apresurada ante su insinuación, también desviando la mirada a otro lugar para que la de su pareja no se le hiciera tan penetrante –Lo que hicimos la última vez es una cosa… ahora no sé si pueda controlarme porque…-

Ah, claro, taeyeon ya se estaba haciendo más o menos una idea de que quería darle a entender; tenía toda la razón, esa vez no se compara con hoy. Aquella vez no lo tenían planeado, no sabían que sucedería, y ahora estaban ellas dos solas en un cuarto que se encontraba a oscuras dándose unas excitantes caricias sobre una cama.

Será que… ¿Esa neko pensaba lo que ella, pensaba en llegar mucho más lejos que la última vez? Bueno, habrá que comprobarlo entonces.

Taeyeon no retiró esa prepotente sonrisa de su rostro, al contrario, pareció hacerse un poco más grande. Rodeó su cintura con ambos brazos para pegarla aún más contra su cuerpo si eso era posible, no queriendo escapar a su jadeante minina.

Tiffany, nada más alcanzó a echar la cabeza hacia atrás al experimentar unos dientes mordiéndole el cuello con ferocidad, ahora con una mano posicionada en la espalda de su cazadora mientras que con a otra se disponía a enredar sus dedos en la sedosa cabellera rubia, ya no haciendo ningún esfuerzo por ahogar los placenteros gemidos.

-Pensé que no querías que nos escucharan, idiota- Amaba burlarse de ella, de eso no hay duda.

-C-cállate, ahora es diferente- "Al diablo todo…"

Tiffany se atrevió a hacer un movimiento: Empujo a la más grande hasta acostarla sobre el colchón, aproximándose a sentarse sobre su vientre para que no se le escape. Taeyeon Kim ya era suya después de todo, y ella iba a disfrutar este momento al máximo.

La Kim la observó con una ceja levantada.

-Te siento bastante ansiosa. No habrás olvidado tomarte las pastillas para el celo ¿Verdad?-

Tiffany la miro avergonzada durante pocos segundos, y desviando la mirada se excusó.

-C-claro que no lo olvide… lo dices como si por eso estuviera así de…- Sus palabras murieron antes de ser pronunciadas ¿No hace mucho calor aquí? –R-recuerda que además de eso tengo mis hormonas, taeyeon-nya ¿C-cómo esperas que no m-me excite cuando me tocas así, eh?-

Eso era todo lo que necesitaba oír. Taeyeon alargó un brazo con el que le rodeo el cuello y la atrajo hacia ella para ayudarse y cambiar las posiciones en la cama, permitiéndose ocupar la posición dominante en esto. De esa forma, presionando su rodilla contra la entrepierna de su neko sacándole unos lindos gemidos, acercó su boca a su oreja solamente para susurrarle con todo provocador:

-Entonces estamos igual…-

Cruzó la línea…

Tiffany gimió contra su boca de la sorpresa ante los suaves pero demandantes labios que volvían a devorar los suyos sin piedad, cosa que la más grande aprovechó para colar su traviesa lengua entre su boca tiernamente entre abierta, hasta encontrarse con otra que aunque inexperta estaba igual o hasta más ansiosa que la suya.

Hacia bastante calor, y taeyeon ya estaba deseando ir mucho más allá de esos roces y besos apasionados que compartían ¡Quería comérsela! Forcejeando un poco contra ella, se apresuró a quitarle esa molesta blusa para dormir que por cierto no daba mucho a la imaginación, dejando a la visto unos no muy grandes aunque apetecibles pechos sólo porque a cierta peli-roja se le olvidó ponerse sostén hoy.

Tiffany tembló cuando su hambrienta cazadora beso su clavícula con claras intenciones de descender a otro lugar, dejando tras de sí un dulce camino rojizo mientras avanzaba

¿C-cuál era su plan? No pudo evitar preguntarse, sin embargo, ya estaba por descubrirlo.

-¡Aah, taeyeon~!-

Tiffany acudió a arrugar las sabanas bajo ella con violencia cuando la juguetona lengua de su rubia lamía con intensidad uno de sus erectos pezones, succionándolos y chupándolos a su antojo, causando que varios espasmos de placer recorrieran su espina dorsal, como corrientes eléctricas, una y otra vez. Para su mala suerte, o más o menos, su intimidad también ya estaba sufriendo las consecuencias de aquellas placenteras sensaciones, contrayéndose y palpitando pidiendo a gritos por una atención que todavía tardaría un poco más en llegar.

Pero que va, así el momento duraba más ¿O no?

Perdida por completo en el éxtasis del momento, la neko enterró de un momento a otro sus dedos en la cabellera rosada, pidiéndole con eso que ni se le ocurriera detenerse por nada del mundo. Y digamos que acepto gustosa; taeyeon cambió de pezón y con uno de sus pulgares se dispuso a darle estimulación al otro, disfrutando de los gemidos placenteros de su minina.

Jamás creyó que algún día estuviera demostrándole sus sentimientos a alguien de esta manera, mucho menos a alguien que resultaba ser no solamente de su mismo o, sino que sobre todo eso era una joven que extrañamente era medio felina, pero ahí estaba ella, sucumbiendo a sus más profundos deseos carnales, unos que ninguna persona había logrado despertar en ella, con aquella muchacha que la hizo perder la cabeza desde su llegada.

¡Qué mundo!

En un intento por aplacar aunque sea un poco el molesto e incómodo palpitar en su entrada, la peli-roja no de otra más que frotar dicha zona extremadamente sensible contra el muslo de taeyeon, también ya decidida a utilizar la cola para lo mismo que la uso aquel día en el estudio. Si saben de lo que hablo, claro.

-¿Qué te crees que es-estás haciendo, g-gata ertida…?- Exigió saber separándose con brusquedad de ella, arrugando ella esta vez las sabanas con las manos puestas a cada lado de a cara de Tiffany–No… te di permiso para que hicieras…-

Rayos, se veía adorable tratando de reprimir esos sonidos "indecorosos" como ella les llamaba, salir de su boca.

-No necesito de tu permiso- Ya sin nada de pudor, la Hatsune levanto parte de su cuerpo lo suficiente para alcanzar a morderle el lóbulo de la oreja. Mientras taeyeon jadeaba cerrando los ojos con fuerza ante esto, Tiffany sonrió satisfecha.

Al diablo, ya no importaba nada, sólo tenía que dejarse llevar ella igual.

Una vez más clavo sus dientes en el cuello de su minina, dejando una marca que la sellaba como suya, para que nadie diga lo contrario.

Los sentidos se nublaban por completo en el deseo, taeyeon con brusquedad la dejo de nuevo en su lugar para que le fuera más fácil seguir con lo que quería hacer: Devorándole la boca para que se distrajera en eso, deslizo ágilmente su mano bajo los shorts que su compañera acostumbraba usar para dormir, obteniendo con éxito un sonoro gemido al tocar sobre la tela una clara zona humada ahí abajo.

-Tiffany, mírame- Ordenó en un tono calmado, acariciando suavemente su mejilla con su mano libre hasta poder observar los ojos llorosos de la neko.

Sonrío, quizá debería comportarse más romántica en momentos como estos.

Depositó otro beso en su boca, que si se comparaba con los anteriores, este era mucho más suave que todos esos. Quería hacer una experiencia mucho mejor para ella, un momento como estos iba a quedar grabado en su memoria para todo lo que restaba de su vida, y mejor hacer que sea algo más hermoso para poder recordarlo con felicidad. Permitió que la más joven escondiera su rostro en la curvatura de su cuello, dejándola silenciar esos sonidos al momento que ella ya estaba acariciando esa zona por dejaba de la prenda, directamente.

Taeyeon tenía que soportar que la otra rasguñara su espalda, pero también que en uno de sus latigazos de excitación sobre su cuerpo acudiera a morderle un hombro con fuerza, casi sacándole sangre, pero que supo aguantar muy bien para nada más soltar un leve quejido de dolor.

De a poco a poco las prendas de las dos empiezan a salir sobrando en su momento, por lo que no tardaron en caer al piso de a una por una.

Tiffany quería participar, así que ella también toco esa parte intima de la rubia, quien tembló al principio pero ya habiéndose acostumbrado a la sensación gemía fuerte y profundo, moviendo sus caderas rítmicamente al compás de sus dedos, muy para su obvia sorpresa y excitación. Al final de cuentas a la Kim ya no le importaba que estuvieran tocándola de esa manera, era Tiffany quien lo hacía, ella iba a ser tanto la primera como la única a la que se lo permitía. No existiría nadie más con quien lo disfrute tanto, estaba convencida de eso.

Se besaban, se lamian, se rozaban, se querían y necesitaban la una a la otra.

La neko tomó la mano de la joven aún sobre ella hasta llevarla hasta su boca, donde con su lengua lamió en forma provocadora los dedos con los que la había estado tocando. Taeyeon jadeó complacida ante la escena, esa idiota.

-¿Ya te dije que siempre me has parecido linda?-

-¿Estas siendo cariñosa conmigo, de verdad eres taeyeon Kim?- Ah, claro, ya empezamos con las bromitas otra vez, la aludida no evitó que una risa brotara de su garganta. Esa neko nunca cambia –Será el fin del-¡Aaah~! ¡Nyaa~!- No pudo terminar su frase, un dedo intruso se estaba haciendo paso dentro de ella sin su consentimiento.

Al principio taeyeon procuro moverlo con suavidad para no lastimarla, moviéndolo en círculos lentamente con tanta maestría muy a pesar de que era la primera vez que hacía algo como esto. Sentía su deliciosa esencia, líquida y transparente, escurrir de ese punto que se concentraba en atacar un poco más abundante que antes, hasta las sabanas humedecidas por esa precisa razón. El débil y delgado cuerpo de la peli-roja temblaba sin control, chillando de placer y arrugando las pobres sabanas como le fuera posible, haciéndola tirones de aquí para allá cada que la Kim sacaba e introducía su dedo repetidas veces en su entrada.

Tiffany prácticamente gritaba por los espasmos continuaban en su cuerpo, tanto así que arqueaba la espalda al sentir cada uno de ellos, tampoco conseguía contener sus maullidos hasta el punto que toda la habitación se sumía en ellos. ¿Estarán escuchando los demás? Ni idea, pero no interesaba.

Ya estaba por terminarse, su cuerpo ya le estaba avisando que dentro de poco tiempo alcanzaría el o.

-taeyeon…- Llamó con ansia a su nombre justamente cuando salía de ella despacio. Le dirigió una mirada deseosa que la otra no supo interpretar muy bien, no por lo menos hasta que entrelazó sensualmente sus piernas con la suyas, haciéndola comprender –T-te dije que quería llegar más lejos…-

-¿Estas completamente segura?-

La peli-roja sólo asintió con la cabeza.

Lejos… oh claro que desde un principio sabía que se estaba refiriendo a eso. Pero, no estaba del todo segura si de verdad quisiera hacerlo. A lo que Tiffany era, si quería hacerlo, quería no sólo manosearse hasta llegar al final, quería unirse con la Kim, hacerse una, unir sus cuerpos. Aunque no sólo refiriéndose a eso, desde que la vio por primera vez hace varios meses, no solamente quería unirse con ella físicamente, también quería entrar en su corazón y alma, aun si le daba un poco de miedo.

Tragó saliva asimilando la petición de Tiffany, fue cuando esta última se sentó frente a ella para darle un dulce beso en los labios, incitándola a aceptar.

-Quiero que sea contigo- Ah, diablos, siempre sabe que decir.

Taeyeon con nerviosismo y un horrible sonrojo intensificándose en sus mejillas, tomó las piernas de la Hatsune posicionándolas en su cintura, aferrándola a ella, con una torpeza que por el simple hecho de venir de ella resultaba graciosa.

-M-me da miedo…- ¡Ooowww, y eso da ternura! Tiffany no pudo evitar reírse ante eso.

-Y yo que pensaba que la gatita asustada aquí era yo-

-C-cállate, es la primera vez que hago algo como esto…-

-¿Y piensas que yo lo hago a menudo?-

Bueno, esta vez tenía la razón.

Decidió ser ella quien le diera la fortaleza esta vez, besando su frente con cariño, para luego solamente juntar ambas frentes con una sonrisa pintada en su rostro. Un "déjate llevar" volaba por el aire. Al diablo todo.

Cuando sus entrepiernas apenas rozaron, Tiffany dejó escapar un chillido de gozó, pasando sus brazos por el cuello de la otra que nada más gruñía en lo que parecía ser por la misma razón. Sus os rozándose con lentitud al comenzar, pero conforme fueron necesitándose con más intensidad la velocidad aumentó, empezando a frotarse con vigor. Tuvieron que recurrir nuevamente a los besos para que sus exclamaciones no despertaran a los demás en la casa, procurando ocupar sus bocas en algo hasta llegar al o.

Y así sucedió, una corriente eléctrica les recorrió la espina dorsal cuando el final por fin llegó. Tiffany maulló con ganas en ese instante, y taeyeon emitió otro gruñido arrugando las sabanas con fuerza para no dejar salir esos sonidos indecorosos de su garganta.

Al final la neko se derrumbó sobre el pecho de su amada peli-rosa, con esa felina sonrisa que la más grande amaba y odiaba al mismo tiempo, esta última tratando de recordar como rayos se respiraba y con una cara que claramente decía "¿¡Qué acabo de hacer!?" En fin, que no les sorprenda, ya todos sabemos que ella siempre es así. Aunque muy a pesar de todo y que no supiera muy bien cómo es que había accedido a esto… taeyeon Kim de alguna forma también estaba contenta.

¿Por qué seguir torturándose con un pasado que en eso debería quedarse, un PASADO? Sin dudas era hora de decirles adiós a todos sus demonios.

Hora de abrirle paso a una felicidad que sin lugar a dudas, tal vez encontraría al lado de esa neko revoltosa.

La Hwang ronroneó contenta, rozando la nariz contra la curvatura de su cuello para luego esconder la cara en este, cerrando los ojos para disfrutar el momento.

-¿Te puedo decir un secreto, taeyeon-nya?- La aludida asintió con la cabeza en respuesta –No creo sobrevivir con ser sólo tú "amiga"-

Bien, algo aquí es chistoso, porque las amigas no hacen cosas como estas. La Kim suspiro profundamente, nada más para abrazar con más fuerza el débil cuerpo sobre ella.

-Que gracioso, yo tampoco-

¡Alabado sea el señor!

Tiffany se acomodó más en su lugar, empezando a ronronear contra su oído luego de que su compañera las cobijara con las revueltas cobijas de su antigua cama, ya sintiendo el frío calar en sus cuerpos desnudos. Hundió su cara en el pecho de la mayor, a pesar de que esta no se sintiera cómoda hasta pasados unos segundos que correspondió al abrazo con intenciones de quedarse dormida, así.

Por fin lo logró; Entrar en ese duro corazón de piedra. Ni con sus siete vidas creyó vivir lo suficiente para ver este día llegar.

-¿Ya dije que te quiero, taeyeon-nya?- Soltó tímidamente de la nada, besando la barbilla de la peli-rosa con ternura, ésta en contestación sólo hizo más firme su abrazo que claramente le dedicaba un "Sí, sí, yo también, ya duérmete"

Kim, ni quien los entienda.

Cerró los ojos, ya también con el sueño calándole a ella igual. Se hubiera dormido, de no ser porque pasados unos pocos minutos desde que cerró los parpados, algo suave comenzó a acariciarle las piernas. Primero pensó que se trataba de la rubia que se había quedado con ganas de más, pero descarto la idea; esto era peludo y largo, tanto que se atrevería a pensar que se trataba de su propia cola si no fuera porque esta estaba tras ella, se giró a comprobarlo de hecho.

¿Y si era una rata? No, no, la hubiera olfateado al instante ¿Entonces qué era?

A menos que… no… era imposible. Pero por si las dudas… La neko puso con cuidado de no despertarla una mano sobre su cabeza, acariciando su cabello en busca de algo sospechoso. Vaya que lo encontró: Dos bultos que no estaban ahí ¿Por fin el habrán salido los cuernos de demonio? Río ante su propia broma, pero tenía que estar seria y…

¡No puede ser! Esos bultos además de moverse cuando los toco, estaban tibios como sus orejas felinas… horror por doquier. Deslizó rápidamente su mano a un lado de su cara buscando su oreja, oreja que había sido remplazada por ese bulto suavecito y sospechoso. Presa del pánico metió la cabeza para confirmar su otra sospecha…

Desearía no haberlo hecho.

-taeyeon…- La aludida se removió en su lugar gruñendo enfadada porque la despertaron.

-Gata estúpida… por favor es tarde y tengo mucho sueño…- Dijo fastidiada, sin siquiera abrir los ojos.

-Lo sé… y créeme que no te molestaría a menos que fuera estrictamente necesario…-

-¿Qué es ahora?- Bueno, aquí vamos, la neko tragó saliva nerviosa -¿Qué?-

-P-prométeme que no te asustaras o te enfadaras conmigo cuando….-

-¡Dímelo ya!- Exigió irritada, conste que tú lo pediste, rubia estreñida.

-T-t-t-t-tienes cola y orejas de gato…-

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss