Cap.6: El cascabel de un gato enamorado

MI GATITA

La peli-roja suspiró por quinta vez en el día, sentada en la acera frente a una tienda de mascotas. Tiffany miraba a la nada por así decirlo, hundida en sus pensamientos justamente fuera de ese lugar con una sola pregunta en su mente:

¿Y ahora... qué?

Anoche al irse de la casa de la rubia no había pensado en los problemas que se le presentarían al salir a la calle, se fue creyendo que todo estaría solucionado para ella, le bastaba con que se alejara de taeyeon y eso estaba bien, sin embargo la situación era de otra manera. Durante la lluvia de ayer, fue toda una suerte para ella haber encontrado una casa abandonada donde se refugió y durmió hasta que la mañana llegara, pero eso era lo de menos ahora. Hoy se encontraba pensando en qué sería de su vida a partir de ahora, de qué viviría y cómo se protegería sin alguien que le cuide.

Pero eso era lo de menos quizá...

Desde que SeoHyun murió cuando ella era solo una gatita de siete años, tuvo que aprender a valerse por sí misma y también darse cuenta de que no siempre alguien estaría ahí para ella. Pero... ahora que... que no despertaba en la tibia casa de taeyeon... se sentía vacía, porque con ella sentía que volvía a tener un hogar como el que no tenía desde hace nueve largos años. Sin embargo, la peli-rosa lo hecho a perder ¿No?, si decidió irse de ahí era por culpa de la Kim y su estúpida forma de ser.

Aunque, de pronto, todos sus pensamientos se redujeron a sólo uno, a un nombre más bien: taeyeon.

—Agh ¡No! No debes de pensar en esa idiota, Tiffany —Se reprendió a sí misma con enfado entrecerrando los ojos, se rascó la cabeza con movimientos rápidos y llenos de frustración para después esconder su cabeza entre sus brazos —Primera cosa para sobrevivir aquí afuera: Olvidarte de ella

Y tenía razón, varias eran las razones por las que debería olvidarla. Una de ellas, es que cuando pensaba en esa rubia ¡Hasta olvidaba como respirar! Y eso no era de sólo ahora, sino de siempre, por lo menos desde que la conoció.

El encargado de la tienda de animales miraba con una expresión entre asombro y miedo a la neko, observando las orejas caídas de esta y la blanca cola que reposaba con tranquilidad sobre el suelo.

Tiffany al sentir que la observaban, giró su mirada hacia atrás para quedar mirándolo.

— ¿Qué? —Preguntó molesta frunciendo el ceño — ¿Es qué nunca ha visto un disfraz de neko-chica tan bien elaborado en su vida? ¡Deje de mirarme y siga trabajando! — El hombre dio un pequeño salto en su lugar, asustado al ver el brillo rojizo que tenían los ojos de la rubia y unos afilados colmillos que se asomaban en su boca. Exaltado se retiró del mostrador y se dirigió a la parte trasera del edificio a darle atención a sus animales.

Tiffany rodó los ojos mientras volvía su vista al frente, resoplando.

—Pff, hombres.

Ah, esas personas son tan molestas cuando le tienen miedo o curiosidad a algo ¿Por qué todos los que pasan por ahí tienen que examinarla de esa manera? ¡Que se metan en sus asuntos! Además, no era como si le gustara inventar mentiras para ocultar su condición gatuna, era molesto para ella. Por esa razón, hubiera preferido quedarse en casa de la estreñida y... ¡Ahí está otra vez! Todos sus pensamientos tenían que terminar en el mismo nombre: taeyeon Kim.

— ¡Agh, si sigo así tendré que-meeeeoooww! — Su frase fue bruscamente interrumpida por un horrible dolor proveniente de su cola, alguien se la había pisado. Más que furiosa se giró para rasguñar a quien haya sido, encontrándose con alguien conocida — ¡Oye, qué te pa...! Ah...

La peli-negra de la chaqueta de conejo parpadeó varias veces.

—Em... Tiffany ¿verdad?

—Hmm... —La neko volvió al rostro abatido y tomó con una mano su cola, volvió a su posición anterior, empezando a acariciarla para bajar el dolor.

— ¿Te has perdido, gatita? — sunny notó la tristeza de ésta y ocupó un lugar junto a ella en la acera.

—Ñeñe... podría decirse que sí...

Claro, si perderse es sinónimo de irse por culpa de una estúpida estreñida, sí, se perdió.

Sunny comenzó a examinarla detenidamente, ese semblante serio y desanimado que traía encima la neko no significaba nada bueno, por lo menos no para la pobre gata. Ah, está bien, la peli-morado vería en que ayudarla aunque apenas la acabara de conocer ayer. Tiffany tenía una buena habilidad para caerle bien a la gente rápidamente.

—Estás muy lejos de tu hogar ¿sabes? —La peli-negra pudo ver como el rostro de Tiffany se transformaba en uno más triste, y lo comprendió todo —Vaya, así que después de todo lo volvió a hacer. Que no te sorprenda, Tiffany, taeyeon siempre ha alejado a las personas de esa manera, hizo lo mismo con Sooyoung.

— ¿Eh? — La neko la volteó a ver curiosa, levantando una ceja — ¿También con ella?

—Oh, sí, también. Es por eso que siempre discuten por algo, Soo sigue resentida con ella, la quiere y todo pero... —sunny levantó su vista al cielo, y suspiró para liberar algo de tención en el aire. Tenía tantas cosas que pensar ella también.

— ¿Todo eso fue por tirarla de la litera de pequeñas? —Preguntó inocentemente mientras levantaba una ceja. Sunny se echó a reír alegremente —Tiff... no le encuentro la gracia…

—Eres más inocente de lo que creía… pero... si quieres, yo te ierto con gusto— La mayor formó una sonrisa ersa mientras la miraba, Tiffany sintió escalofríos en ese instante.

— ¡N-no! Así estoy bien, gracias... ¿Podemos de dejar de hablar de taeyeon, por favor? ... —Le rogó con un tono de voz desanimado.

—Ah, claro, lo siento. Tú también debes de estar mal por su culpa —sunny se estiró un momento en su lugar mientras inhalaba aire en sus pulmones —Sólo te diré que ella no es así porque quiere, en el fondo es una buena persona.

La neko suspiró no muy convencida.

—Me gustaría que fuera cierto...

—Como prefieras—sunny se encogió de hombros despreocupada. Poco después se levantó de su lugar y le tendió la mano a Tiffany para que se levantara también —Vamos, te llevaré a comer algo.

Tiffany alzó la mirada esperanzada, sonrió y con un gesto enérgico de cabeza aceptó la propuesta. Sólo cuando la más joven estuvo de pie, la peli-negra le dejó usar su chaqueta de conejo para que se cubriera del frío.

—Después puedes ayudarme a buscar un regalo para Soo... cumplimos dos años en unos días.

— ¡Felicidades! — Le felicitó sonriente posicionándose a su lado.

—Gracias.

Ambas comenzaron a caminar por la calle, sin darse cuenta que un par de ojos ajenos a la conversación les estaba mirando.

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Una semana.

Había pasado una tediosa semana desde su desaparición, en los cuales taeyeon no había puesto mucho de su parte como había prometido por encontrar a la minina. Quizás porque se aferró demasiado a su orgullo y al pensamiento de que tarde o temprano la neko daría su brazo a torcer y aparecería como cada mañana recostada a su lado en la cama, pero no había sido así.

Cada noche cuando se iba a dormir se juraba mentalmente no volver a pensar en ello, pero la mañana siguiente, cuando despertaba y seguía estando sola sobre su cama, tan solo la imagen de Tiffany acaparaba su mente.

—No lo comprendo... esa gata estúpida no puede ser tan importante como dice Yuri—Murmuró taeyeon entre dientes sentada sobre una silla, de vez en cuando tomaba un libro de la montaña que ella misma había hecho sobre la mesa — ¿Que tendría de importante?

Como tres horas eran las que llevaba ahí sentada en la biblioteca privada que tenía la universidad, pidiendo permiso al encargado pudo saltarse unas clases y ponerse a estudiar, pero al final mando todo eso a saber dónde y terminó investigando algo que le pudiera decir que era Tiffany realmente.

Intrigada por la conversación que mantuvo con la rubia ertida, llegó a como estaba ahora: Con libros de biología, fauna animal, de avances científicos y periódicos antiguos por todos lados. Y ella, apoyando la cabeza sobre la mesa en expresión cansada.

El examen dejo de importarle, se le hacía mucho más importante averiguar un poco más sobre esa neko-invade-espacio-personal. Yuri no le dijo nada después de eso, es más, no volvió a contestarle al celular las treinta veces que intento llamarle pidiendo una explicación. Estúpida rubia zoofilica y estúpido el momento que corrió a Tiffany de la casa. ¿Qué necesidad había? Si lo pensaba mejor se enojó por nada, un enfado por no apreciar los buenos gestos de las personas.

Definitivamente, no había hecho bien dejándola marchar… pero la batalla interna con su orgullo no le iba a dejar ir directo hacia la reconciliación.

"—Pero la verdad es que aquí me siento muy bien si lo comparo con mis otros hogares. Confieso que esperaba que fueras una dueña cariñosa y amigable, pero aunque Yuri me dijo que quizá no me sentiría bien aquí. Lo cierto es que me gusta mucho estar contigo—"

Eso le había dicho Tiffany hace unos días Qué estupidez ¿no? Luego le había dicho todo lo contrario, que no quería seguir viviendo con una farsante, que no quería volver a sufrir lo que sufrió y otras cosas más. Seguramente le estaba mintiendo, y si así fue no le importa sinceramente, o eso era lo que quería creer. Por alguna razón desconocida para ella, todas esas palabras dichas por la peli-roja y sumándole su partida: Le dolían, y mucho.

Le calaron en lo más hondo de sí.

Y de repente, inconscientemente por su cabeza comenzaron a pasar todos esos momentos compartidos con la más joven; Cuando la encontró husmeando en su cocina por primera vez cautivándola con lo hermosa que ésta era. También recordaba lo hiperactiva que se ponía, ese brillo en sus ojos cafés cuando la veía llegar a casa. La forma tan descarada con la que se coló en sus sabanas sin su consentimiento abrazándola con sus delgados y finos brazos de manera posesiva, despertando todas las mañanas con Tiffany a su lado. Y también, esa cola moviéndose con naturalidad, esa mirada avergonzada y con ese rubor en sus mejillas cuando se le acercaba demasiado.

La respiración de Luka comenzó a agitarse, acompañando su agitado corazón y el sonrojo en su rostro. Se estaba volviendo loca, Tiffany la estaba enloqueciendo.

Dejando salir un quejido de su boca, tomó un viejo periódico con ambas manos, recargó su frente contra la madera de la mesa, la cual emitió un golpe al ser golpeada y se cubrió la cabeza con el papel.

Varios minutos fueron los que duro en esa lamentable posición, preguntándose ¿Cómo es que ella, una joven que salía de las familias más ricas de todo el país había llegado a esto? A veces se preguntaba cómo sería su vida si no se hubiera hecho independiente.

Resopló otra vez más, volvió a enderezarse en su silla, un rato más y si no encontraba nada se iría de ahí, ya eran muchas las horas de estudio perdidas. Ojeó el periódico un rato, el trozo de papel era del año mil novecientos cuarenta y siete, cuando una noticia en especial llamó su atención, pero lo que se le hizo más interesante es que tenía que ver con la segunda guerra mundial.

Levantó una ceja y recargó su espalda en el respaldo de la silla, dispuesta a leer en voz alta lo que consideraba importante.

— Taeyeon — El repentino llamado a su nombre hizo que diera un salto en su lugar espantada. Con temor giró el rostro para encontrarse con alguien conocido para ella.

—Minho ¿Q-qué haces aquí? —Cuestionó nerviosa escondiendo rápidamente el periódico, procediendo a examinar a su compañero; él llevaba una caja más o menos grande debajo de su brazo —Y-yo sólo estaba...

— ¿Qué diablos haces tú aquí? Las clases están en curso aun— El peli-negro miró extrañado la montaña de libros, con curiosidad tomó uno y lo ojeó— ¿Qué es todo esto?

—Estoy estudiando para un examen... —Dijo tratando de sonar firme sin conseguirlo del todo.

—Aja, si estudiar quiere decir investigar sobre cómo cuidar de gatos, te creo.

— ¡N-no sé cómo llegó eso ahí! —Alarmada se levantó de su silla y le quitó el mencionado objeto de las manos del peli-negro. Para cualquiera sería más o menos normal pero a ella le daba vergüenza admitir que leía eso por alguien en especial, una gata para ser precisos —Te juro que no es lo que parece...

— ¿Ah, no? —Cuestionó mirándola incrédulo levantando una ceja.

—Claro que no...

Obviamente Minho no se tragó nada de su cuento de "Aquí no pasa nada", su ex-novia se veía más nerviosa de lo habitual. Y de alguna manera él ya sabía por qué, seguía recordando lo sucedido hace una semana.

— ¿Esto es por lo de la desaparecida, taeyeon? —Preguntó en tono algo molesto, mirando con atención como la aludida se levantaba de su silla, empezando a recoger los libros.

—No sé de qué me hablas, berenjena— Le eludió alejándose del lugar, empezando a llevar los objetos a sus respectivas estanterías.

— ¡Oh vamos!, estoy hablando de Tiffany ¡Tiffany! Te acuerdas de ella ¿verdad? –Minho se sentía más molesto con cada palabra que la otra soltaba, estaba acostumbrado a esa actitud pero aun así lo fastidiaba.

—Ah, ella... no, no es por nada que tenga que ver con ella —Respondió tratando de parecer dura mientras guardaba los libros en su lugar.

—No me mientas, sé que sigues mal por eso— taeyeon resopló irritada, estaba metiéndose demasiado en el asunto ¿Al él que la de importar si estaba preocupada por ella o no? —taeyeon.

—Eso no te incumbe, Minho. Mejor ve y metete en tus cosas.

El colmo de los colmos, eso definitivamente lo hizo enfurecer.

— ¡Sí me incumbe, aliento a pescado! Te recuerdo que me llamaste a las once de la noche pidiéndome que la encuentre ¿Quieres que recuerde lo que dijiste?

—O-oye Minho... no creo que sea necesario que...—Trató de replicar siendo interrumpida por el chico.

—Minho por favor ayúdame, idiota—Comenzó el dejando la caja en la mesa e imitando la voz de la rubia, una pésima imitación para ser sinceros.

—H-hey, pará...

—Sé que no he sido una buena persona contigo últimamente, pero si me ayudas a encontrar a la rubia estúpida que conociste el otro día... —Continuo ignorándola olímpicamente ahora imitando también el comportamiento y personalidad de ella, haciéndola obviamente molestar —Prometo que te dejare de gritar y...

—Minho.

—También juro que hare lo que sea para…

— ¡Minho, ya cállate! —Al fin lo había podido silenciar gracias a ese rugido furioso que le había lanzado, definitivamente a toda la gente de su alrededor le gustaba sacarla de quicio ¡TODA! Sin excepciones —Sí estoy preocupada por ella, lo admito, está bien ¿Y qué? ¿Es qué tú nunca te preocupaste por alguien en tu vida? Que insensible eres.

Taeyeon le había dicho insensible a él, ella viene y le dice así a uno de los muchachos más bondadosos y cariñosos que hubo en la universidad de entre todos los demás, la bloque de hielo Kim viene y le dice insensible a él.

Las ironías de la vida sinceramente.

Por otro lado y obviamente el punto más importante aquí, es que ella por fin había admitido que si se preocupaba por Tiffany Hwang, que por primera vez en toda su vida había llegado a preocuparse realmente por alguien. Alguien que no hace mucho que llegó a su vida, alguien completamente ajena a ella hasta que se conocieron.

Y para ser sinceros, eso era lo que Minho no comprendía.

No comprendía por qué tanta preocupación por una adolecente que, a sus ojos, no era la gran cosa. Sí, bueno, era una joven muy linda y toda la cosa claro, pero lo que él conoció de ella no le agradó mucho sinceramente.

¿Por qué Luka le hacía tanta fiesta a esa chica?

Alguien tan madura y fría como lo era la rubia no se preocuparía tanto así por una adolecente, por una persona que ella no consideraba importante ni nada por el estilo, alguien que ha de ser muy inmadura por su forma de comportarse. Se lo estuvo preguntando varias veces y no entendía.

Sin embargo, analizando un poco las cosas y el comportamiento de taeyeon, todo apuntaba al hecho de que Tiffany de verdad era alguien importante en su vida. Pero nuevamente la pregunta era; ¿Por qué? ¿Por qué precisamente ella? ¿Qué tenía ella que él no tenía? Sinceramente taeyeon jamás llegó a preocuparse así por el peli-morado, jamás llegó a hacerlo así, nunca lo hizo. Minho también comenzaba a preocuparse y atormentarse, mas no por los mismos problemas de taeyeon, sino por los suyos propios.

Tiffany debía de ser alguien realmente especial para provocar esas reacciones en las personas.

Y todo apuntaba a una sola cosa...

—Oye... no es mi culpa que se haya escapado. Te juro que la busque durante mucho rato pero no la encontré, incluso hace un par de días en la mañana la vi pero parece estar mucho mejor de lo que pensé —Dijo despreocupado mientras se encogía de hombros.

—Ya sé... espera ¿Qué has dicho? —El tono de voz que usó daba miedo, e inmediatamente Minho supo que dijo algo que no debía.

—N-nada... lo juro...

—Bien... —Respondió ya más calmada, lo que obviamente no era normal en ella y al peli-morado seguía molestando.

—Por Dios, taeyeon ¿Qué te ha hecho ella? — Indagó con enfado tomando lugar en un silla —Tú nunca fuiste así, ¿Por qué con ella sí?... o es que acaso... tú… ¿Tú la quieres, ella te gusta? —Le costó decir esa oración, pero necesitaba una respuesta con urgencia.

De repente taeyeon sintió como los colores y el calor se le subía hasta el rostro, seguido de su corazón golpeando sin piedad contra su pecho. Ella tampoco sabía que pasaba en su mente, sencillamente tampoco estaba segura de lo que le sucedía últimamente. Aunque lo que más le estaba preocupando ahora era por qué reaccionó de esa manera ante la pregunta... Será que... a ella de verdad le... ¡No, sumamente imposible que eso pase en este universo siquiera!

Definitivamente esa era la idea más tonta que se les pudo ocurrir a ambos chicos en toda su vida.

Tiffany lejos de ser una gata estúpida que llegaba a los niveles de molestia número uno infinitos: Era una chica como ella lo era.

Y no había que repetir que a ella, una mujer que parte de la familia más influyente en todo Sapporo no podía permitirse tal cosa... pero... ¿Eso era lo que de verdad le preocupaba? Tal vez sí sea cierto, pero su orgullo no le deja aceptar lo obvio.

Al igual que Minho, tampoco quería aceptar la realidad que había frente a él.

De verdad, ni ella misma se conocía ya.

—Mmm... Olvida lo que dije, taeyeon ¿Yo, pensar que sientes algo por ella? — Pronunció volviendo al arrogante Kamui —Ja, perdona, olvide que no tienes tan mal gusto.

¿Tan mal gusto? Quien sabe porque pero hizo que la sangre de la Kim hirviera horrible, no pudo evitar pensar que eso fue algún tipo de insulto a la neko. Y eso le molesto mucho. Tratando esta vez de controlarse, ella regresó a donde antes con Minho después de haber guardado todo.

—Como sea, ya no quiero seguir dándole importancia al tema —Habló ella en un tono serio —Mejor contéstame y dime ¿Qué estás haciendo tú aquí?

—No pensé que te darías cuenta de ese detalle— Respondió él encogiéndose de hombros, despreocupado comenzó a palmar con su mano la caja de cartón que ya hacia sobre la mesa —Tengo que llevarle estas cosas a unos chicos que viven en los cuartos de esta universidad.

Taeyeon alzó una ceja extrañada.

—Yo no estaba enterada de eso ¿Quiénes son?

—Ah... dos chicos extranjeros, llegaron aquí hace como cuatro días. Son estudiantes que recomendó la profesora Sukone Tei y por esa misma razón tienen sus cuartos aquí —Explicó—Los conozco un poco y el chico me cae bien, pero la chica es la que me da miedo. Es algo raro, pero lo principal que han estado haciendo estos días o por lo menos de lo que me han contado, es que ellos lo único que hacen en el receso es ponerse a investigar sobre el rumor que ha estado rondando respecto a ti los últimos días ¿Te acuerdas de él, cierto?

Oh ¿Cómo olvidarlo? Si ese rumor era el mismo por él que la ha estado interrogando todo mundo, y nuevamente Tiffany tenía toda la culpa de eso. Pero lo más extraño del relato de su ex-novio, era eso de que la profesora Tei les metió a esta universidad... muy sospechoso.

—Como sea, lamento haberte molestado—Dijo Minho poniéndose de pie y tomando nuevamente la caja, dando a entender que ya se iba —Fue un gusto volver a verte, espero que encuentres a esa chica.

Y se fue sin más.

Taeyeon suspiró y volvió a sentarse en su silla para poder leer a gusto lo que estaba por leer, obviamente antes de que Minho llegara a interrumpir. Era extraño, pero la gente que ella conoce siempre llega a interrumpir algo importante y en el momento más inoportuno ¡SIEMPRE! Apenas se había acomodado en su lugar cuando se dio cuenta de algo alarmante, algo que el peli-morado había dicho durante su conversación hace rato.

Dijo... que había visto a Tiffany en la mañana pero ¿¡Por qué no le dijo de eso!? Sabía más de lo que creía la verdad.

Molesta y apurada se levantó de su asiento hasta ir donde se encontraba el encargado de la tienda, antes que nada tenía algo más urgente que hacer, algo mucho más importante que cualquier cosa en el mundo.

— ¿Puedo llevarme esto a casa? —Preguntó refiriéndose al periódico que tenía en manos. El muchacho de cabello rojo y lentes llamado Ted sólo la miró sin mucho interés.

—Por mí haz lo que quieras.

—Gracias.

Después de haber hecho eso que era muy importante, salió corriendo de la biblioteca escolar rezando porque Minho aun siguiera rondando por los pasillos cercanos. No le llevó mucho tiempo encontrarlo e inmediatamente caminó hacia él y le detuvo en su caminata.

— ¡tae! ¿Cuál es tú...?

— ¿Qué sabes tú de Tiff? — Le interrumpió con una mirada amenazante, de esas miradas que te daban terror. El peli-negro automáticamente dedujo que ya había dado importancia a su comentario "accidental"

Demonios...

— ¿Yo, por qué habría de saber algo? Emm... no sé nada, te lo juro— Respondió comenzado a reír de una manera nerviosa y forzada —Yo no he vuelto a verla desde el parque... te lo juro...

—Minho, suéltalo de una buena vez— El joven por un momento dudó de si decirle o no, pero finalmente decidió que lo mejor para él y sus partes bajas sería decirlo, todo.

—Bueno... está bien... Yo sé dónde está…

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¡Diablos! ¿Cómo podía ser posible que alguien tan inteligente como ella no se hubiera dado cuenta antes? ¡Si todas las pruebas apuntaban a lo mismo!

Definitivamente el extraño comportamiento de Soo dejaba muchas dudas en su cabeza.

Ya sospechaba ella que nada andaba bien, la rubia como siempre se sentaba a su lado y la molestaba como era de costumbre, hasta ahí todo era normal. Lo extraño es que durante una semana, se sentaba ahí como si nada y sin hacerle ninguna referente a la neko estúpida-invade-espacio personal, y eso era bastante extraño porque conociendo su forma de ser estaría bombardeándola con preguntas todo el santo día.

Por suerte Minho había visto como sunny la recogía una mañana, la mañana después a su pelea para ser exactos. Después de ver tal escena no fue difícil deducir a donde la llevaría, pero él prefirió callárselo.

El teléfono de la casa suena, e inmediatamente alguien conocida va a contestarlo.

—Alo ¿Con quién tengo el gusto? — Preguntó cierta rubia con cortesía.

— ¡Estúpida, imbécil, idiota, mal nacida hija de...! —Soo inmediatamente al deducir lo que estaba por decir, tapó la bocina con su mano y al pasar la grosería volvió a poner el teléfono en su oreja.

—Ara, taeyeon. Que gusto y sorpresa que me llames ¿Ya pensaste mejor la idea del trío que te propuse? — Dijo para molestar y obviamente sacando una gran vena palpitante de su hermana, no la veía pero ya podía imaginársela al otro lado de la línea.

— ¡No digas tonterías, Soo! Tú sabes muy bien por qué te estoy llamando.

—Nop, Soo no tiene idea—Alegó ella con una voz infantil y sonriendo tiernamente — ¿Hice algo malo?

— ¡Ya deja de hacer eso!, ¿Por qué diablos no me dijiste que estaba contigo?

— ¿Quién?

— ¡La gata estúpida! — Bramó aún más furiosa que hace un segundo.

—No sé de quién me hablas— Mintió.

— ¡Aish, Tiffany, idiota, TIFFANY!, ¡¿Por qué no me dijiste que estaba en tu piso?! ¿¡Tienes idea de cuánto tiempo llevo buscándola!?

—Ella no está en mi... —Trató de replicarle inútilmente, porque algo sumamente inesperado interrumpió he hizo que todos sus argumentos y mentiras fueran invalidas.

— ¡Oye mi rabo es sagrado y no se toca!, ¡Soy gatita virgen a mucha honra!

Rayos, después de ese sonido iba a costar un poco más convencer a taeyeon de lo contrario, pero Soo decidió intentarlo. De ninguna manera permitiría que se llevara a la neko, sufrió lo suficiente en esa casa como para permitirlo.

—Mira, taeyeon. Yo no sé de qué me estás hablando, aquí sólo estamos sunny y yo —Mintió más que decidida.

— ¡No me mientas, imbécil! ¡La acabo de escuchar, reconocería esa voz en cualquier parte!

—Ella no...

— ¿¡Q-qué vas a hacer con eso!? ¡Aléjate de mí, ertida! — Se volvió a escuchar de fondo mientras a la rubia le caía una gran gota por la cabeza.

—Explícate, Soo.

—M-mira, taeyeon... lo que pasa es que a sunny le gusta jugar con los gatitos, ya sabes cómo es ella, un poco rara... este... —Pero de repente sólo se empezó a escuchar el pitido que emitía el teléfono dándole una mala señal — ¿taeyeon?... ¡Maldición! Ahora si ya nos llevó el payaso. Sunny tenemos que tomar a Tiffany e irnos antes de que... —Y para su mala suerte se escuchan fuertes golpes en su puerta — ¡Joder sí que es rápida!

— ¡Abre la puerta, maldita ertida!

—Tae... espera un momento que estoy... —La rubia hizo una pausa para detenerse y mirar a su alrededor, buscando alguna justificación por la casa— Estoy... ¡Estoy haciendo aerobics! —Ya está, seguramente eso la detendría por un tiempo o al menos eso creyó. La puerta se vino a abajo en un abrir y cerrar de ojos — ¡A-ay! tae… ¿Q-qué te trae por aquí? Hace mucho que no visitas a tu hermana querida... ¿A-a qué se debe tu honrada visita?

Nunca en su vida había visto a la rubia con esa cara mezcla de cólera, furia, ira… o las tres cosas juntas. El brillo amenazante de sus pupilas le hizo tragar saliva sonoramente, dejando más que claro que estaba asustada.

— ¡¿Dónde está?! —Rugió furiosa entrando en el apartamento, si no fuera porque era técnicamente imposible que pasara, el piso hubiera temblado bajo sus pies.

— ¿Q-quién? —Preguntó Soo aterrorizada.

Antes de que pudiera siquiera inventarse alguna mentira sumamente tonta, alguien ya la había empujado desde atrás, sacándola automáticamente del camino. Alguien muy conocida por ambas chicas y que se acercaba corriendo como alma que se la llevaba el diablo.

— ¡taeyeonnnnnnnnnnnnnnnn! —De improvisto, Tiffany se lanzó hasta la aludida y la abrazó de tal manera que ambas cayeron al suelo —Estás aquí, estás aquí. Gracias, gracias, gracias, gracias—Repitió con felicidad hundiendo el rostro en su pecho, demostrándole lo mucho que la había echado de menos durante esta horrible semana.

—Yo... —No dijo nada más, sólo parpadeó varias veces y atrapó a la peli-roja en un fuerte y anhelado abrazo.

Aunque la verdad era que no sabía por qué lo hacía, pero después no le importó el que sus brazos rodearan a la neko sin su consentimiento, la había encontrado por fin y eso era lo que de verdad importaba.

Taeyeon dentro de ella sintió varios sentimientos que desde hacía mucho tiempo que había experimentado dentro de su ser: Felicidad, alivio. Algo que nunca nadie había logrado provocar dentro suyo, ese cálido sentimiento que su corazón experimentaba en este preciso e íntimo momento. Volvía sentirse completa en la vida, sintiendo otra vez el calor que los brazos de Tiffany le proporcionaban y ese de sobra conocido olor a menta que emanaba su largo cabello. La había extrañado con toda el alma.

¿Y apenas se daba cuenta la muy idiota de eso?

Suspiró con alivio, recargó el mentón en la cabeza de la neko y cerró los ojos para disfrutar del abrazo, no podía haber cosa mejor en el mundo que eso.

—Yo también te extrañé, Tiffany.

Ay no, que no hiciera eso por favor.

Esa manera tan cálida con la que pronunció su nombre provocó que su corazón se estremeciera, un muy fuerte además de visible sonrojo en sus mejillas apareciera y su pulso se disparara de una manera sin igual. No le agradó, no le gustó para nada que su nombre fuera pronunciado por taeyeon y mucho menos de esa manera tan... cariñosa. Porque simplemente seguía dolida con ella, aún estaba enfadada con esa peli-rosa después de lo que le hizo.

Tratando de aparentar estar enojada, deshizo el abrazo hasta quedar mirando directamente a los ojos de la otra.

— ¡Tú! Maldita idiota ¿Qué confianzas traes para abrazarme?

— ¿Yo? Pero si tú fuiste la que se me lanzó en primer lugar— Alegó ella frunciendo el ceño con enfado, no por lo dicho sino porque se le ocurrió interrumpir el momento.

Un momento... ¿Acaba ella de confesar que le había gustado el abrazo?

—Ca-cállate, idiota —Su finas cejas se curvaron en un gesto de enfado, y sus cachetes se inflaron a tal punto de parecer dos pequeños globos de aire instalados en su rostro. Una imagen realmente tierna —Pero lo más importante ¿Qué diablos haces aquí?

— ¿No es obvio? Vine por ti —Eso... eso Tiffany no se lo esperaba, se había conmovido de alguna manera pero estaba decidida a no dejar que se notara.

—Puedo cuidar muy bien de mí misma, vete a tu casa.

—Eso no es lo que yo estoy bien, gata estúpida —Alegó ella desviando la mirada hacia las dos cabezas que se asomaban curiosas por el marco de la puerta que daba a la cocina, sunny y Soo mejor dicho —Veo que no faltaba mucho para que te violaran.

— ¡Cállate! Estoy bien sin ti, no voy a dejarle mi idad a esas dos —Replicó indignada aun sentada sobre las piernas de la otra.

—Pues eso yo no lo puedo saber... se te ve MUY necesitada —Se burló la otra con malicia, Tiffany se sonrojó de golpe y desvió su mirada hacia otro lado evitando verla.

—No de ellas… precisamente…—Susurró algo avergonzada.

¿Entonces acaso insinuaba que… estaba necesitada de ella?

Taeyeon tragó saliva y suspiró pesadamente, nunca en su vida necesitó rogarle a nadie para algo, porque siempre era al revés ciertamente.

Pero ahora, era un momento en el que a ella le tocaba rogar para poder arreglar sus errores debidamente.

—Regresa a casa— Pronunció con el labio inferior temblándole levemente, cerró los ojos por pena y en el rostro de Tiffany podía verse pura sorpresa —Te lo pido... por favor…

—No lo entiendo, taeyeon ¿Por qué habría de hacerlo? —Cuestiono ella tornando el rostro a uno amargamente desanimado. Tiffany se puso de pie esta vez y retrocedió unos pasos, mirándola detenidamente —Deja de confundirme... Me lastimas ¿Sabes?

—Lo digo en serio, Tiffany... de verdad yo...

— ¡Deja de hacerlo! — Bramó ahora frunciendo el entrecejo disgustada —Es que a ti no hay quien te entienda, primero me dices que me vaya y que jamás regrese y ahora... taeyeon... yo sólo te pido una cosa, que me respondas así una cosa con toda sinceridad —Inhaló aire para agarrar fuerzas y lo soltó —Te avergüenzas de mí ¿verdad?

—Por supuesto que no—Se apresuró a negar.

— ¿¡Entonces!?

Y ese resultaba ser uno de esos momentos en los que debía ponerse de pie, lanzarse sobre ella y dejarla recostada sobre el sofá hasta robarle uno de esos apasionados besos que quitaban el aliento. Pero no lo haría, no lo haría porque taeyeon Kim es una persona correcta que...

Esperen un momento ¿Por qué estaba pensando en besar a Tiffany a estar alturas? ¿Quién metía tales pensamientos impuros dentro de su cabeza rubia? ¡Quien! Seguramente alguien ser microscópico lo hacía ¡Planckton quizá! Para ella era más lógico pensar que el villano de esa serie animada lo hiciera, que reconocer que ella misma lo había pensado por su propia voluntad.

— ¡Lo siento, de verdad! Perdóname... estaba equivocada —Dijo por fin taeyeon poniéndose de pie –A veces digo cosas que no debería...

—Las personas como tú piensan que así de fácil arreglaran todo —Afirmó Tiffany indignada.

—Idiota, sabes perfectamente que para mí decir eso es más difícil que cualquier cosa— Se defendió con enfado comenzando a acariciarse las sienes, estaba alterándose otra vez —Admito que no debí de decirte eso ¡Pero fue tu culpa! Me sacas de mis casillas con facilidad. No me avergüenzo de ti, eres una gata sin remedio… pero si alguien más se enterara de tu secreto ya no estarías a salvo.

Tiffany no pudo evitar en ese momento ponerse a pensar…

¿Está preocupada por ella, de verdad que lo estaba?

Normalmente le costaba leer sobre su rostro otra cosa que no fuera: indiferencia, enfado, o superioridad. Pero esta vez, tan sólo por este instante, la peli-roja fue capaz de notar perfectamente arrepentimiento en esos hermosos ojos azules.

Estaba siendo sincera con ella.

Aunque en ese momento, Tiffany hubiera preferido que la volviera a meter en la bañera y le tallara sus partes con sus suaves y cálidas manos como lo había hecho hace tiempo.

Estúpidos pensamientos impuros...

—Debo suponer entonces ¿Qué te importo? —Le dijo esperanzada.

—Me preocupo porque le perteneces a Yuri —Replicó sonrojada.

La Hatsune sonrió tristemente antes de contestar —No soy buena ni como regalo ¿verdad?

No, no era eso lo que quería decir. La miró con esos ojos azul intenso, viendo la decepción y la tristeza reflejada en su rostro. Esa neko no era ningún regalo, nadie tenía derecho a creerse poseedor de una persona, porque ante todo Tiffany era una persona. Quiso hacérselo saber, aunque no pudo-

—Volverás a casa conmigo, punto final— taeyeon con decisión tomó a la neko del brazo y de a tirones la sacó hasta el pasillo, no quería que las dos secuestradoras de animales siguieran presenciando sus asuntos.

—Está bien... taeyeon, volveré y ya no saldré de la casa nunca más si eso es lo que quieres —La neko se puso cabizbaja y una amarga sonrisa se formó en sus labios, aún estaba dolida y taeyeon lo notó.

Ese era el momento perfecto para por fin reconciliarse como era debido, aclarar todas las dudas que asaltaban la mente de la peli-roja, difícilmente se presentaría otra oportunidad así.

De forma cuidadosa, taeyeon deslizó su mano por el bolsillo de su pantalón del cual extrajo: Una pequeña cajita roja con un listón rosa en esta. Ella la abrió ante la mirada confundida de Tiffany, y extrajo de ésta un hermoso cascabel dorado con correa roja. Taeyeon puso está en el cuello de su neko, notando inmediatamente que le quedaba a la medida.

Tiffany alzó su deslumbrante mirada hacia ella, preguntando en silencio quizás el significado de aquello. No se lo podía creer, de verdad que no se lo podía creer.

—No es para tanto ¿Sabes? — Contestó ruborizada encogiéndose de hombros— Sólo es un pequeño regalo de mi parte, para que sepas que de verdad me he arrepentido de mis actos— La Kim inhaló aire hondamente, agarrando fuerzas descomunales para pronunciar por fin lo que Tiffany necesitaba oír — ¿Me perdonas?

Y con esto, la Hwang no pudo ser capaz de seguir ocultando sus fuertes sentimientos por mucho más tiempo. Taeyeon no fue capaz de poder reaccionar para evitar lo que sucedería a continuación:

Tiffany sonrió como nunca antes lo había hecho, y más que contenta acortó la distancia que quedaba entre ellas. Cuando quedaron lo suficientemente cerca paso lo inevitable. La más joven la tomó por ambas mejillas y se colocó de puntillas hasta hacer eso que había ansiado desde mucho tiempo atrás; La beso.

Taeyeon abrió sus ojos de par en par shokeada, sin terminarse de creer lo que esa neko estaba haciendo. Durante ese bello instante, sintió su respiración mucho más agitada y a su corazón golpear sin piedad y de una manera casi dolorosa contra su pecho, sofocándola de manera instantánea. Los labios de Tiffany eran tan cálidos y suaves, transmitiéndole grandes y confusas emociones que ni siquiera ella sabía que podía tener. Era como si hubiera deseado ese beso durante toda su vida.

De a poco a poco le fue correspondiendo, rodeándole la cintura con ambos brazos para pegarla más a su cuerpo cerrando los ojos, disfrutando más que gustosa del momento. Taeyeon no era del todo consiente de lo que estaba haciendo ¿Pero qué importaba ya? Se le veía muy feliz.

Cuando se separaron la Kim sufrió un total colapso mental.

Se habían... besado... y... le gusto... ¡Diablos!

—Tú... ¿Me besaste? —Preguntó a duras penas, llevándose la mano a su boca, Tiffany asintió energéticamente con la cabeza — ¿Por...qué?

Tiffany suspiró avergonzada, rodando los ojos aun sonrojada, nunca pensó que tendría que decirle esas cosas, menos a la persona de la que estaba enamorada.

—Porque me gustas, taeyeon. Desde siempre lo has hecho... —Confesó encogiéndose de hombros.

Taeyeon no entendía, así que no tuvo de otra que explicarle mejor la historia.

— ¡Aish! Con desde siempre te digo que desde que pude verte por primera vez, no cuando nos conocimos hace como más de un mes. Yo hablo de mucho antes —Explicaba —Yuri antes de traerme a vivir contigo, me mostró una foto tuya... y... fue como un flechazo instantáneo... por eso aun con sus advertencias y todo insistí en conocerte ¿Contenta?

Tiffany estaba... Dios mío… ¿Cómo no pudo darse cuenta de eso antes? Los abrazos, su felicidad y paciencia pasmosa que tenía siempre, todo eso eran simples indicios de un sentimiento mucho más fuerte que había dentro de su corazón. Fue tan tonta... y por ese momento se sintió muy culpable, porque pensó en lo mucho que la Hwang de ha de haber decepcionado de ella cuando conoció su forma de ser, ella también lo hubiera hecho en su lugar ciertamente.

— ¿Desde antes...? —Le interrogó con la cabeza dándole vueltas, la otra asintió silenciosamente —Estás... ¿Tú de mí? —Ella volvió a asentir —Eso significa entonces que...—Y otra vez volvió a afirmar con un movimiento de cabeza, pero taeyeon no diría lo que ella pensaba —Eres... ¿Una gata gay?

A la neko casi se le cae la mandíbula al suelo, estampó su mano contra su rostro con un gran sonrojo y después trató de aclararle las cosas.

—En eso te equivocas, taeyeon, soy Bi...

—Eso explica muchas cosas —Interrumpió la rubia sin el mínimo rastro de atención, sumergiéndose en sus pensamientos.

—Hey... te estoy diciendo que soy... —Volvió a intentar con una gran gota resbalando por su sien.

— ¡Genial! Ahora resulta que Yuri me anda consiguiendo por ahí gatas gay —Dijo frunciendo el ceño jurando una vez más vengarse de esa rubia zoofilica ¿Cuantas venganzas llevaba ya? cincuenta, ochenta... como cien quizá, bueno no importaba la verdad.

La peli-roja suspiró resignada, no había remedio.

—Bueno... no importa— Exclamó a mayor posicionándose a su lado —A estas alturas me vale ya si eres gay, biual, aual, humanofilica, zoofilica o ya de plano hermafrodita. Tú te vienes a casa conmigo.

Tiffany asintió contenta y decidió por acompañarla a casa, SU casa. Hoy fueron muchas emociones vividas para ambas y la verdad era que estaban muy casadas, necesitaban descansar y enfriarse la cabeza claro. Cuando ya parecía que todo se había calmado, y toda pelea quedaba arreglada al fin. La neko revoltosa volvió a hablar, pero esta vez para decir alguna tarugada.

—Hey... taeyeon ¿Quieres que lo hagamos en tu cama o en la bañera?

—Gata... ertida... del demonio... — Esa enorme vena roja nuevamente resaltaba de la pálida piel de taeyeon, no hay porque decir lo que sucedería a continuación. Tiffany era una ertida.

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss