Cap. Final: ¡Bye, bye, Cat Food! #La confrontación.

MI GATITA

Siendo sincera con todos y hasta consigo misma, la verdad era que a Michelle Hwang nunca lograron agradarle los laboratorios ni cualquier lugar parecido donde se necesitaban hacer estudios para determinar algo, algo como su estado de salud en casos como este.

Aunque, muy a pesar de que Yuri comprendía el profundo trauma que su estilo de vida anterior le había marcado de por vida, no podía permitirse que esa gatita siguiera sufriendo por las heridas en su cuerpo. De esa forma, luego de una larga platica sobre lo importante que era tratar todas las heridas y una comida, rápida, pero que a la peli-verde se le antojaba como todo un festín de reyes, de alguna manera logró que accediera a hacer esto por su propio bien y el de su hermana. Yuri llamó a Miki para pedirle algo de dinero para el viaje, a lo cual ésta aceptó a regañadientes.

Pero lo que esa pelinegra ertida nunca pensó es que en el trayecto al hospital central de Nagoya, es que un grupo de pandilleros se les ocurriera la brillante idea de asaltarlas para quitarle todas las pertenencias de valor. Sin embargo, ¡no contaban con que la poderosa michelle volviera al rescate! Igual su compañera terminó con varios cortes, no demasiado profundos, pero sí lo suficiente como para que trataran sus heridas también.

No perdieron tanto tiempo como lo había pensado, algo bueno considerando que tenía que rescatar a su hermana lo más pronto posible. Las personas por las que Yuri pidió no tardarían en arribar, así que sólo quedaba esperar a que llegaran para poner ponerse en marcha con la misión. El doctor que atendía a la pelinegra había salido, seguramente tardaría un rato en regresar.

La peli-verde solamente pudo dejar salir un largo y cansado suspiro. Había tenido un larguísimo día, y ciertamente todavía no podía dejar de pensar en lo mucho que su hermanita debe de estar sufriendo, como para que todavía venga esa pelinegra inmadura a irritarla con sus idioteces.

Ella había quedado que terminando esto iría en busca de Tiffany cueste lo que le cueste, pero Yuri la convenció de lo contrario. Ambas estaban demasiado exhaustas para irse ahora y peor si no tenían un plan que las ayudara a salir, tal vez no ilesas, pero sí vivas cuando se adentraran en los laboratorios ilegales de Sukone. La policía no era una opción, Michelle no podía permitirse por ninguna forma que ellos vinieran a ayudar en el caso. ¿Por qué? Bueno, los Kittyes siguen siendo un secreto para la sociedad, y que algo así saliera a la luz en tiempos como estos, donde todo se basa en la ciencia, podría salir exactamente lo mismo que cuando estaban con Tei.

Así que mejor no arriesgarse a eso, ¿verdad?

¿Qué debería hacer? ¿Esa tal taeyeon iba ayudarlas enserio? ¿Por qué no puede hacer nada por sí misma como en antaño? Mientras todas esas preguntas agolpaban la mente de la peli-verde, Yuri se tomó el lujo de mirarla un ratito. Hace mucho que no lo hacía y si al menos no iba a dejar que la tocara, contemplarla por un momento no era pecado.

Y… sobre todo, extrañaba admirar esa bella figura por largas horas; extrañaba a Michelle, SU Michelle. Yuri sonrió de medio lado recordando las veces que la peli-verde solía golpearla cuando la pillaba espiándola mientras leía, y seguro que lo volverá a hacer si ve que la rubia lo está haciendo de nueva cuenta, pero eso no le importaba con tal de sonreírle con ternura durante un momento.

Michelle se giró a verla, sólo para sonrojarse cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Frunció el ceño para ocultar sus sentimientos, como lo hacía de costumbre, y nada más gruñó por lo bajo para disimular.

Su acompañante soltó una leve carcajada, a ella le encantaba ese lado Hwang suyo.

— ¿Por qué sigues haciéndolo, Yuri? —Michelle se cruzó de brazos y agachó la cabeza, tratando de hacerse la chica ruda —Han pasado más de dos años… ¿recuerdas? Yo ya… no soy la misma.

Yuri sonrió de medio lado, ¿eso importaba acaso?

—Me conoces perfectamente cómo para saber mis razones, gatita.

Ese tono de voz… ¡Ese maldito tono de voz! La aludida levantó la mirada un poco enfadada por la manera tan cariñosa con la que la nombraba.

—Yo no soy tu platillo principal, kwon—Cielos… ya va a empezar. Yuri arqueó una ceja divertida —Tenemos cosas más importantes que atender, mi hermana por ejemplo. Así que se madura por una vez en tu vida y concéntrate en la misión, ¿de acuerdo?

— ¿Y qué me harás si te digo que tú eres más importante para mí?

Ella…

¡Por Dios! ¡Yuri kwon nunca la toma enserio, y eso es lo que más detestaba de ella! Siempre, SIEMPRE, desde que la conoce esa rubia siempre se ha comportado como una niña caprichosa siempre que le dice que deje de hacer algo. Pero… lejos de eso…

—Michelle…—Y para colmo la sigue nombrando con ese tono sensual con el que se carga. La peli-verde se tensó al llamado de su nombre —Desde aquí puedo ver que estás temblando.

¡¿Y cómo carajos no quiere que lo esté?! La más alta suspiró mientras se encogía de hombros, comenzando a caminar hasta la otra para finalmente dejarse caer tomando un lugar junto a ella en la camilla, poniéndola todavía más de los nervios.

—Yo que tú me tranquilizaba si no quieres que te salgan las orejas en un lugar como este, princesa— ¡Es que…! Yuri trató de colocar una de sus manos en su hombro, pero la mayor se lo impidió con una fuerte sacudida — ¡Sólo estoy tratando de ayudarte, amargada!

— ¡Pus es que tú como no quieres que…!—"Paz interior… encuentra tu paz interior… ¡Paz interior, dije!" Se regañó a medio camino de golpearla en su "hermosa" cara con un bien merecido puñetazo, pero al contrario de eso, sólo se enderezó en su lugar para no perder la compostura ya que era la única madura dentro de la habitación —Mira, cállate ya, idiota, y concéntrate en nuestra misión de salvar a mi hermana, ¡por favor!

—Pero…

— ¡Ya dije, no me contradigas! —Y así, Michelle Hwang le dio un buen ultimátum a la conversación. Histérica se paró de su asiento para alejarse de ella, simplemente porque ya no la aguantaba, sinceramente no era la única que quería asfixiarla con una almohada.

Como siempre… las cosas se van a quedar así. Pero ahora que lo pensaba bien, esa muchacha agresiva tenía razón, Tiffany era más importante ahora aunque… lo único que quería era demostrarle lo mucho que la había extrañado.

Michelle comenzó a caminar por la sala histéricamente, tratando de encontrar esa paz interior que la ayudaba a tranquilizarse sin lograrlo del todo, pues, ya saben, siempre que Yuri kwon está presente no puede estar tranquila ni por cinco míseros segundos. ¿Por qué ella la ponía de esa manera? ¿Por qué precisamente una persona como ella? Quería concentrarse en el problema de su hermana e idear como se debe un plan para rescatarla, pero la sola presencia de Yuri no la dejaba concentrarse en eso que de verdad le interesaba.

Todo por su presencia, su única presencia que la hacía recordar esos días que compartieron bajo el mismo techo. No fueron muchos, tenía que admitirlo, pero fueron días realmente intensos si el deseo y la atracción entre las dos siempre habían estado presentes.

Siempre estuvo ese deseo ahí, pero ella, como buena Kittye que sólo buscaba hacer lo correcto, trataba de apagar aquellos momentos con palabras.

"—Ne… kwon, paremos aquí… no quiero seguir con esto, no es correcto…

—Claro, ¿y esperas que te crea cuando tus ojos me están diciendo otra cosa totalmente diferente, Zanahoria? Tratas de hacerte la dura pero yo puedo leerte como un libro abierto. Tú también quieres esto, no lo niegues."

Tampoco va a venir a decirles que entre ellas sólo hubo amistad, porque eso ni ella se lo cree. Nunca cruzo hasta llegar a eso que se llama "noviazgo" pero un par de "amigas" no comparten besos ni encuentros apasionados sobre una misma cama ¿verdad?

La cara de Michelle era ahora todo un poema, tosió un poco y se giró hasta la pelinegra, nada más para encontrarse con que ésta la estaba observando con unos ojos más serios.

Abrió la boca para decir algo, pero la más alta se le adelantó ante todo pronóstico.

—Estás más delgada que la última vez que nos vimos—comentó tranquila, encorvándose en su lugar sin dejar de mirarla en todo momento —Y… te cortaste el cabello…

— ¿Algo más? —Soltó ácida, no deseando conversar con ella nada respecto a su persona —Tampoco es como si Sukone fuera la mejor "dueña" que pueda tener. Déjame decirte que el hambre no es la peor tortura luego de que ves como experimenta con todos nosotros.

Yuri levantó la vista y sus miradas se cruzaron al instante. Diablos… ¿por qué sentía sus mejillas acaloradas? Esa rubia no dejaba de mirarla con ternura, como si quisiera protegerla de todo. Michelle nada más atinó a clavar la vista en el suelo, intentando no prestar atención a ese hecho.

—C-creo que el doctor se está tardando demasiado…—soltó para encontrar una excusa para huir de allí, la peli-verde se dio media vuelta y dio unos cuantos pasos a la salida —I-iré a buscarlo… no querrás que tus heridas se infecten…

—Es tan injusto, Michelle—E-eh… Yuri gruñó por lo bajo, procediendo a ponerse de pie. Con paso lento caminó hasta ella, nada más para rodearla por la cintura desde atrás.

—y-Yuri… basta—La peli-verde trató de quitársela de encima aunque… no pudo, mas no sabía si era por su fuerza o porque realmente… no quería hacerlo.

— ¿Te pongo nerviosa, gatita? —Sí, se dio cuenta, más porque las partes felinas de la más bajita habían vuelto a aparecer.

—y-Yuri… por favor… no aquí—se quejó apenada, con el corazón latiéndole a mil por segundo.

—Mou, eres mala conmigo, miche-chan~—Hizo un puchero fingido, haciéndose la "tierna" para persuadirla —Tiffany sí dejó que taeyeon se convirtiera en una neko como ustedes y a mí no me dejaste llegar tan lejos esa vez~

¡¿Qué?! Ahora sí, su cara debía de parecer un semáforo en ese momento, ¿qué cosas decía esa perfecta reina de los ertidos?

— ¡Agh, no has cambiado en NADA, ertida del demonio! —Y ahí va Michelle-Hwang-chan otra vez. Con fuerza se libró de su agarre para darse media vuelta y propinarle un golpe, pero la aludida se lo impidió tomándola por las muñecas — ¡Suéltame, idiota! Ya te dije que es arriesgado… podrías…

—Lo sé y no me importa ¿Por qué insistes en retrasar nuestra plática, miche-chan? —Eso… la dejó helada de alguna forma. La aludida se quedó con las manos en el aire, dedicándole a su compañera una mirada sumida en la pura sorpresa.

En realidad… sí quería retrasar esa charla que tenían pendiente…

¿Cómo es que esa reina de los ertidos adivinaba siempre en lo que estaba pensando? Era frustrante… era… era… ¡Agh! Michelle clavó la vista en el suelo, tratando de evitar la mirada penetrante de la rubia a la par de que lo único que podía hacer era morderse el labio inferior con nerviosismo. Ella la ponía nerviosa, ella sabía lo que la ponía indefensa ante su presencia, ¡ella sabía cómo tirar su armadura! La neko lo intuía, estaba consciente de que esa conversación entre ambas llegaría algún día después de reencontrarse pero…

No estaba lista.

Yuri la seguía observando, haciéndola cerrar los ojos con fuerza para no verla. ¿¡Por qué demonios tenía que tener una mirada así la desgraciada ésta!? ¡Era tan frustrante, por Dios, como la odiaba! ¿Por qué no entendía que todo esto lo estaba haciendo por su bien? Lo menos que Michelle Hwang quería era poner a más seres queridos en peligro, y a esa pelinegra oxigenada parecía no importarle, porque a esa idiota sólo le importa lo que ella quiere… eso debe ser.

Intentó apartarse de ella con algo de dificultad, sin embargo, al abrir los ojos vio como la más alta la atrapaba por la cintura en un movimiento rápido, negándose a toda costa a dejarla escapar sin antes arreglar lo que tenían pendiente.

—Te extrañé tanto… Michelle…—Eso… eso fue suficiente para que su tonto corazón empezara a latir desenfrenado dentro de su pecho. La más bajita se aferró a ella con desesperación, buscando alguna manera de esconder el rostro en su pecho para ocultar el sonrojo que apareció en sus mejillas.

—Basta idiota… no lo hagas… E-es por tu bien, por favor…

—Tú también esperabas esto, no lo ocultes.

—Yuri… no es momento para esto.

—Te quiero, Michelle.

Con eso… sintió su corazón detenerse por completo.

¿Había escuchado bien, era verdad que se había atrevido por fin a decírselo? ¡¿Y por qué rayos se sentía así?! "Maldita seas… kwon…" ¡Es que era imposible! Esa desgraciada ertida siempre nublaba su sentido común con la mínima palabra que le dijera. Michelle Hwang siempre fue una Kittye fuerte, admirada entre los que conocía por su fortaleza ante cualquier obstáculo que se le presentara... y con esta pelinegra… se sentía como una gatita indefensa. Así nomás.

Yuri la hacía sentir como una adolescente enamorada, pero que no aceptaba estar enamorada. Todo eso por el simple hecho de que nunca fueron de su agrado sensaciones como esta, y aceptar que esta precisa idiota las provocaba era simplemente impensable ¡¿Qué le diría su padre?! Su corazón latía desenfrenada dentro de su pecho, casi se asfixiaba de igual forma, pero a la mayor parecía gustarle provocar todas estas cosas dentro de la peli-verde.

Kwon sonrió con ternura, procediendo a tomar a su neko por ambas mejillas para levantarle la mirada y poder así mirarla directamente a esos ojos color esmeralda que tanto le gustaba.

—Y sé que tú también lo sientes igual…

Después de eso, sucedió algo que la neko ya no pudo evitar por más tiempo. Yuri acercó su rostro al suyo lentamente, con cuidado, simplemente para plantarle un necesitado y suave beso en los labios, algo que había extrañado hacer durante estos últimos años. En el lado de Michelle, ¡la pobre tuvo un completo colapso mental! Su corazón ahora parecía querer salirse de su pecho, y aunque al principio quiso separarla al final de cuentas se dejó vencer. Cediendo a aquella verdad que tanto se negaba aceptar.

A la verdad de que ella también quería y necesitaba a Yuri kwon. Michelle cerró los ojos, dejando que ese cariño la inundara de sentimientos encontrados. Le pasó los brazos por el cuello un poco temerosa, mientras su compañera aprovechaba la oportunidad para abrazar su cintura con más fuerza para luego ir y darle un suave beso en el cuello.

— ¡Señorita, esto es un hospital, no puede pasarse así!

— ¡Quítese, viejo, yo hago lo que se me dé la regalada gana!

Ay no, esa voz no. El demonio ya llegó, ¡y en el peor momento posible, desgraciada!

— ¡Exacto, señor! Esto es una situación de vida o muerte, así que le sugiero que se haga a un lado si no quiere que use mi Road Roller con usted.

— ¡Seulgi, no seas grosera, que este es el doctor que le ayudó a mamá a darnos a luz, tarada!

— ¡Ah, señor Tanaka! ¿Cómo le ha ido en la vida?

No puede ser…

Luego de varios pasos y golpes que se escucharon justo fuera de la sala donde estaban, se escucharon como cinco golpes acompañados de varios gritos y así fue como la puerta se vino abajo en cuestión de segundos. De la nada, una chica de cabellos rosados que lucía un perfecto ceño fruncido entró en la habitación, procediendo a dirigirles una mirada a ambas figuras delante de ella.

—Estúpida Fresita, tenías que ser tú.

Yep, taeyeon Kim is here, es.

— ¡¿Y dónde carajos está Mi…?!

Silencio, siempre apareces cuando te necesitan o no.

¿Ahora qué estaba pasando? Taeyeon se quedó mirando la posición en la que ambas muchachas se encontraban, con su cara pareciendo un gracioso poema digno de tomar una foto para venderla por internet. ¡¿Y estas qué jodidos estaban haciendo?! Analizó la posición en la que se encontraban por un rato, con Yuri abrazando a Michelle con cariño y viceversa, y ella no le encontraba lógica a nada.

El cielo se cae.

—Como siempre, apareces cuando nadie te llama, Rosita Fresita—Yuri suspiró con cansancio, procediendo a soltar a la minina algo molesta porque la interrumpieron en medio del romance. Pero que se aguante, el Karma se lo ha regresado — ¿No pudiste encontrar un mejor momento, tae-chan?

—Eres una maldita ertida…—soltó con las mejillas acaloradas, nada más para dirigirle una mirada indescifrable a la acompañante de Yuri — ¡Y tú también, quien quiera que seas!

Fuera se empezaron a escuchar más pasos, nada más para que otra figura indeseada se apareciera detrás de ella. Soo apareció con una sonrisa socarrona, nada más para colocar una mano sobre el hombro de su hermana menor.

— ¡Tú no me toques!

— ¿Andas chida? — ¿Qué? La aludida le dirigió una mirada tan fría como el hielo, aunque tal cosa no funcionó del todo con ella — ¿Rebelde? —Venita palpitante sobre la frente —Emm... ¿así toda bien cool?

—Soo…

—Me doy…

Como ven, nunca pueden hacer falta los idiotas maravilla.

Para serles sincera, kwon hubiera deseado que taeyeon y sus amigos aparecieran en otro momento menos "embarazoso" para molestarla. Ella bien deseaba pasar tiempo a solas con Michelle, y viene Rosita Fresita a arruinarlo. Les dirigió una mirada inquisidora a las intrusas, a lo que su amiga reaccionó para hablarle enojada. En el lado de la neko, ella simplemente se dedicó a observar a taeyeon de arriba hacia abajo, sin perder cada detalle, como evaluándola. A esto se percató casi al instante de la gorra que traía puesta en la cabeza, cosa que la hizo fruncir el ceño disgustada.

Ya sabía qué escondía bajo esa cachucha.

— ¿Y tú? ¿Dónde demonios está Tiffany? —exigió saber irritada, apretando los puños.

—Tranquila, Fresita, te lo vamos a explicar todo en el camino—La pelinegra evadió la pregunta, dirigiéndola una sonrisa a la hermana de su amiga —Espero que hayas traído a Yukari, Soo-chan~

—A Yukari y a los gemelos, sigo sin fiarme de ti, ertida—respondió con odio, resoplando se hizo a un lado para dejar pasar a tres personas más en la sala.

— ¡Hola, hola, fans! Seulgi ha llegado al escenario.

¿Por qué ellos? ¿Por qué, por qué, por qué? ¡Esos dos la sacaban de quicio! Bueno… Len no tanto, él era un buen chico además de más maduro que su hermana. Seulgi era el problema. Seulgi se mantuvo con una sonrisa esperando detrás de taeyeon, mientras su hermano, ayudado de Yuzuki, entraban a la sala cargando una gran mochila negra que a simple vista parecía ser pesada. La lanzaron delante de los pies de la pelinegra, y ésta sólo examinó dicho objeto con recelo luego de que éste emitiera un peculiar sonido metálico al caer.

— ¿Y eso qué es, Usagi? —preguntó a Yukari, tratando de ver qué se traía la coneja ertida entre sus morbosas manos.

—Humpf, dime que no pensaste que íbamos a venir sin estar preparados, kwon—la peli-morado sonrió con malicia, una que le causó escalofríos a más de uno, y de esa misma manera abrió la mochila lentamente.

Por supuesto, eran armas de diversos tipos y tamaños.

— ¡Ah! Y no preguntes donde las conseguimos—coreó Len, aunque no del todo convencido en usar la violencia para rescatar a su amiga con orejas de gato —Créeme, no quieres saber.

Una gota resbaló por la sien de Michelle, ¡¿con qué tipo de personas dejó Yuri que se juntara su querida hermana menor?! Primero se entera que anda de pareja con la chica rubia que a desde el principio le cayó del nabo, había una idiota, una niñita egocéntrica ¡Y ahora estos dos traían armas a un hospital como si nada! ¡¿Qué les pasa?! ¡Y todavía esa idiota ertida sonreía como si lo que estaban haciendo era lo más bueno del mundo!

"Me las vas a pagar, kwon Yuri…"

La peli-verde estaba por lanzar un largo discurso del por qué no estaba de acuerdo con el uso de armas de fuego durante la misión, pero obvio, ninguno estaba dispuesto a prestarle atención.

Gruñó. Malditos desquiciados mentales.

Pero bueno, que Yuri no iba a quedarse a esperar a que regresara algún doctor para picotearla como el otro, así que luego de tener decidido que irían a casa de Miki para hablar ahí sobre el plan para rescatar a Tiffany hizo que uno por uno salieran de la sala.

Taeyeon estaba por salir, si no fuera porque cierta pelinegra la tomó por el hombro. ¿Qué rayos quería? Se giró con fastidio hasta ella, nada más para ver como esa idiota se rascaba la mejilla un poco apenada.

—En realidad, tae-chan, espera un poco, todavía no te presento— ¿Ah? La aludida levantó la ceja extrañada, solamente para ver como su compañera se hacía a un lado, dejando pasar a alguien de cabellos verdes.

—Con que tú eres taeyeon Kim… Nah, ni eres la gran cosa.

¡¿Perdón?!

La rubia procedió a mirarla indignada, ¿quién se creía esta muchacha? Michelle nada más seguía examinándola con el ceño fruncido, notó que taeyeon Kim era como de la estatura de Yuri, un poco más alta quizá, pero parecía ser una amargada. Demasiado. Ella no quería una amargada para su hermana, Tiffany necesitaba de alguien alegre, y ella no tenía rastros de serlo.

Qué gustitos, Tiffany, pero qué gustitos.

Michelle volvió a mirarla a los ojos, haciendo una cara de pocos amigos tal y como la otra lo hacía.

—Yuri me dijo que eres algo así como… ¿la novia de mi hermana?

¡Muere, la idiota se lo dijo!

Taeyeon se puso blanca como la nieve, y la nombrada nada más quiso estallar a carcajadas cuando su amiga empezaba a ponerse nerviosa. Michelle Hwang sabe cómo perturbar a la gente, eso hay que decirlo.

—Tranquila, Fresita, de todas formas si no era por mí de seguro que Tiffany se lo decía, es tu cuñada al fin de cuentas ¿no? —Yuri soltó una risita mientras le daba palmadas a su amiga en el hombro, quién ya planeaba cómo matarla un día de estos cuando tenga la oportunidad.

—Humpf…

Así, las mejillas de la Kim pasaron de blanco extremo a un intenso rojo brillante. Sabía que tenía razón esa ertida, pero le hubiera gustado que se enterara después de haber rescatado a Tiffany, ¡no precisamente ahora! Por si ya no fuera la suficiente vergüenza para ella, ¡esa neko empezaba a manosearla! Le quitó la gorra para comprobar lo que estaba sospechando desde hace un rato y le subió la blusa para buscar otra cosa.

Sin duda, no se equivocó; unas rosadas orejas peludas yacían en su cabeza, alzadas y puntiagudas las cuales estaban así desde la desaparición de Tiffany. También encontró una cola peluda, enroscada alrededor de su cintura para esconderla mejor. Eso, para los Kittyes de nacimiento como ella, era la prueba irrefutable de que un ser humano había tomado la inocencia de su hermanita menor.

Michelle levantó lentamente la mirada, nada más para mirar con enfado a la más alta.

—Dios… ¿es que tú eres pedófila? — ¡Maldita sea! Taeyeon quiso golpearla, pero nada más se quedó rígida en su lugar, como un guardia inglés — ¿Qué acaso tú y todos tus amigos más cercanos son homouales, Yuri?

Bueno… no le respondió, pero la sonrisa divertida que portaba se lo decía todo.

Aunque, pesándolo bien, para ella taeyeon siempre le resultó ser aual. Por supuesto, puede que ahora se le dé por eso de la zoofilia.

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— ¿Obtuvo algún avance con los exámenes que le hicimos a número veinticinco, Sukone-sama? —le preguntó un hombre de cabellos rubios cuando se acercó a su mesa de trabajo, vestido con una impecable bata blanca como la mayoría de las personas dentro del laboratorio.

La mujer tardó su tiempo en contestarle, necesitaba de bastante concentración para analizar las pruebas que se le fueron entregadas hace unas horas. Yohio la observó con impaciencia, viendo a su jefa observar por el microscopio las muestras de sangre de Tiffany para luego apartar la vista y hacer un par de apuntes en una libreta que nunca soltaba. Iba a abrir la boca, pero temió por su vida si decía algo que interrumpiera a Tei en momentos de extrema importancia como esta, por lo que mejor decidió callar y esperar lo que tenga que decirle.

Dentro del laboratorio el ambiente se había vuelto tenso, así desde que el más preciado Kittye regresó a las jaulas del proyecto Cat Food. Por supuesto, la pregunta seguiría persistiendo; ¿Por qué Tiffany Hwang era el punto clave en la investigación de Tei? Michelle era hermana suya, pero por alguna razón no le servía tanto como lo pensó en un principio, cosa que se podía aplicar para todos los demás Kittyes que están en las instalaciones en estos momentos.

Claro, hay una respuesta para todo eso.

Yohio continuó observando a su jefa por unos largos interminables segundos, hasta que ésta, con una pasmosa velocidad, lo tomó por la corbata y lo jaló hasta el microscopio que tenía sobre la mesa.

— ¿¡Pero qué rayos le pasa!?

— ¡Sólo mira esto, esta es la clave!

Por supuesto al principio no pudo comprender de lo que se trataba, pero luego de parpadear y concentrarse en las muestras de sangre que su jefa tanto analizaba por fin lo entendió; glóbulos de sangre ¡todo se reducía a la sangre como la vía fiable para obtener un contagio exitoso! Sin embargo, sí que había un problema, quizá menos letal que el contagio ual pero por fin estaban comprendiendo la manera en el que el virus Kittye funciona al alojarse en un huésped desconocido.

La muestra mostraba con todo detalle los cambios que sufrían los glóbulos humanos al entrar en contacto con los Kittyes, empezando por cambios de tonalidad que pasaban de rojo a blanco para finalmente ser devorados por el virus, remplazándolos dentro del sistema humano. Algo así, comparado con las demás pruebas que estuvo haciendo por años, reafirma su teoría de que la sangre Kittye, en cantidades específicas, no llega a matar al otro huésped a los pocos días después del contagio. Sin embargo, todavía no le daba la cantidad exacta para que haya un balance de glóbulos dentro del cuerpo para no llegar a cantidades mortales.

De eso se trataba el sistema de defensa de esos gatos.

El rubio se mantuvo boquiabierto por unos segundos, luego, al haber digerido la información, levantó la vista hacia Tei, quien tenía pintada una sonrisa muy similar al del gato Cheshire.

— ¿Lo entiendes ahora, Yohio-kun? Violar Kittyes no iba a funcionar después de todo—Sukone dio un largo suspiro, apoyó una mano sobre la mesa metálica mientras se llevaba una mano a la cintura, dándole al pobre Yohio la impresión de que planeaba algo. Él se enderezó, un poco dudoso de si hablar o no —Son tan complejos tanto por fuera como por dentro, lo único que he estado haciendo por años es mandar a mis hombres a morir… ¡Qué desperdicio de carne humana!

La enorme y sonora risotada de la espléndida Sukone Tei se hizo presente en la sala, a lo que los demás que se encontraban trabajando dentro prefirieron solamente ignorarla, ella era alguien de temer y preferían no meterse en problemas. El muchacho, también conocido como uno de los "científicos" más jóvenes dentro del proyecto, nada más tragó saliva sonoramente, deseando estar en otra parte que no fuera este lugar.

¿Debería preguntarle o simplemente quedarse callado como acostumbraba en situaciones así? No es que realmente quisiera trabajar con ella en algo ilegal como esto, de hecho varios fueron obligados, pero mejor cooperar antes que morir para evitar que algo de información salga a la luz.

—E-entonces… ¿cuál es su plan, Sukone-sama? —preguntó temeroso, dejando de lado las muestras de sangre que habían obtenido de Tiffany —Si ya tiene lo que buscaba… ¿qué hay de los demás gatos?

—Mátalos.

— ¡¿Q-qué…?! ¡P-pero, Sukone-sama, esos gatos representan el trabajo de décadas de cada uno de nosotros! —trató de replicar alarmado, ¡esa mujer no podía ser tan fría! ¿O sí?

—Un trabajo que no nos sirvió de nada. Tiffany es lo único que necesito para empezar a elaborar cada una de las muestras del Cat Food, los demás son simple alimento para perros—respondió con frialdad, valiéndole un rábano las vidas que estaba por arrebatar. Tei se acomodó el cabello como toda una diva, agrandando cada vez más esa sádica sonrisa en sus labios mientras elevaba frente a ella, imaginando los resultados de su plan—Piensa esto: Con el ADN de la última Kittye pura sangre todos aquí podremos ser Kittyes también. Le decimos adiós a las enfermedades mortales, retrasamos el envejecimiento, damos paso a una nueva era dónde el ser humano domina todo y hacemos un montón de dinero a causa de ello, ¡todos pagaran por probar nuestro "alimento para gatos"!. ¿No es eso lo que buscábamos, Yohio-kun?

No… en realidad no. Eso quiso contestarle, pero como siempre no se atrevió a hacerlo.

Como se podrán dar cuenta, en efecto, los Kittyes resultan ser todo un tesoro para aquellos que conocen de sus habilidades; la fuerza bruta, los rasgos felinos y la clara agilidad y velocidad que poseían solamente eran la punta del iceberg en estos. En realidad era una raza más poderosa, más adaptable que solamente tuvo la desgracia de toparse con un ser humano como Tei y sus familiares que comenzaron con esto antes de que ella le siguiera, quien se encargó de rastrear y capturar a cada uno de los pocos clanes que quedaban para sus experimentos, para al final matarlos por no contar con lo necesario para desvelar el misterio de estos. Aria, SeeWoo, Yuki e incluso Gumi eran nekos mestizos, inservibles para ella.

Tiffany era diferente, y ahora que contaba con la tecnología necesaria logró lo que tanto buscaba.

Antes daba órdenes de violar a sus prisioneros para contagiarle el virus a sus hombres, quienes, por alguna extraña razón, terminaban muriendo a los días, en un tiempo indefinido, víctimas de fiebres extremadamente altas y ulceras aparecidas de la nada. Todo esto causa del extraño sistema de defensa de estos, más nunca pudo desvelar por qué se activaba dicho mecanismo, sólo sacar la conclusión de que el organismo de sus hombres no era compatible con el virus, por eso los mataba.

Y ahora, ¡podría hacer realidad el dichoso Cat Food! Pequeñas bolas de alimento con el virus para ser ingeridas por un huésped humano y transformarse en un Kittye, obteniendo todo los beneficios de estos a cambio de cierta cantidad de dinero, ¡algo esplendido!

La peli-plateado tomó su bebida de pepino que tenía sobre la mesa, le dio un trago mientras se daba la vuelta dispuesta a seguir con el plan y, ¿por qué no? Darle una visita a Tiffany también de paso.

— ¡Sukone-sama, espere! ¿Qué está por hacer, señora?—Yohio le siguió de cerca, tropezando con varias mesas y compañeros mientras avanzaba en su camino para detener al demonio —Ah, perdón. ¡Sukone-sama!

—Nada de lo que me digas va a retrasar todo mi trabajo, Yohio-kun—Tei, por su parte, se habría paso por el laboratorio con facilidad, empujando a todo aquél o aquello que se le pusiera enfrente en su camino a la salida —Iré a ordenar a nuestro científico en jefe que consiga todo lo que pueda de nuestra querida Tiff-chan para empezar en cuanto antes con la producción.

¡¿Cómo?!

— ¡Pero si aún no sabemos la cantidad necesaria para hacer un compuesto no-mortal! — ¡Dios, qué testaruda mujer! El pobre joven tuvo que acelerar aún más el paso para tratar de alcanzar a su jefa — ¿Planea usarnos como carne de cañón otra vez?

—Y si no te callas créeme que serás el primero, querido. ¡Tonio! —llamó a uno de sus ayudantes. Un hombre de cabellos negros se asomó desde su mesa de trabajo un poco insegura, para al final avanzar hasta ella dubitativo — ¿Te encargaste de llevar a cabo las pruebas rutinarias a cada uno de los sujetos?

Al principio el desconcertado caballero pareció no haberle entendido, pero cuando lo hizo pegó una saltito exaltado mientras empezaba a buscar el reporte de hoy en la carpeta que llevaba bajo el brazo derecho.

—B-bueno, verá, Sukone-sama…. Número cuarenta—comenzó refiriéndose a la pequeña Yuki Kaai. El hombre se acomodó sus grandes anteojos de pasta gruesa, leyendo las hojas que sostenía —; tuvo un mejor desempeño en la prueba de resistencia en el agua. Después de dos horas se rindió de luchar para no ahogarse, lo que significa que ha aumentado treinta minutos de su tiempo récord la última vez. Y pues… sobre número veinticinco, tuvimos que castigarla luego de que se negara a hacer dichas pruebas, por lo que ahora está en la sala de experimentación esperando su castigo…

Tei estaba por girarse hacia su joven ayudante Yohio para arrastrarlo a la sala esa cuando la energía se cortó y varios gritos comenzaron a escucharse por todas las salas de las instalaciones.

— ¡Master-sama! —Se trataba de Kiku, quien llegaba corriendo como endemoniada al laboratorio que ahora se sumía en un completo caos.

— ¡Espero que me des una buena explicación, Kiku! —rugió con fuerza, mandando a volar el envase de su bebida a alguna parte del lugar.

— ¡Hay intrusos, Master! ¡Es la imbécil de Megpoid, sigue viva y parece que trajo a algunos de sus amigos!

Maldita… esa maldita gata sangre sucia comienza a ser una verdadera molestia.

— ¡Desháganse de todos ellos, bola de estúpidos!

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El camino hacia la base secreta de Tei resultó ser más difícil de lo que había pensado; el calor, el espacio limitado de la camioneta, las conversaciones ertidas de Yuri, las discusiones entre Len y Seulgi pero sobre todo: Soo ¡Era de lo peor para ella! Taeyeon no está hecha para conducir con todos ellos, pero si esto era por Tiffany eso podría soportarlo.

Apenas habían pasado dos horas y el plan ya estaba armado, Michelle les dibujó un mapa de las instalaciones para que no se perdieran al entrar, los padres de Miki les prestaron su camioneta (aunque ella prefirió no venir) y las armas que Yukari les consiguió, seguramente de forma ilegal, les iban a servir para poder protegerse al entrar. En efecto, iba a ser una misión en extremo peligrosa, pero todos aquí estaban dispuestos a rescatar a esa gata estúpida a cualquier precio.

Taeyeon giró el volante para evitar una roca en el camino. La base quedaba muy dentro de un bosque, es un edificio abandonado que era muy difícil de ver para los que visitaban el lugar. Michelle hacía de copiloto para indicarle las rutas que debía tomar cuando diviso su objetivo a la distancia.

— ¡ES AHÍ, ORILLATE A LA ORRILLA, KIM!

¡Sheeeeeerk!

El carro se le salió de control por unos malditos segundos, ¡casi choca, por Dios! ¡Ahora ve de dónde sacó Tiffany eso de molestarla en el auto! Gracias a su habilidad en el volante logró recuperar el control, para finalmente poder estacionar el vehículo detrás de unos arbustos donde los malvados no pudieran notar su presencia.

La rubia golpeó el volante más que furiosa, girándose hacia la neko para gritarle.

— ¡¿En qué estabas pensando, Kim?!

—Tranquila, tae, lo importante es que tenemos salud~—Len intentó tranquilizarla desde el asiento de atrás, aunque las demás no parecían compartir su punto de vista.

Taeyeon miró por el rabillo del ojo a la mencionada neko, quien, para su insana diversión, estaba muerta de miedo en su lugar, con las orejas felinas alzadas y los dientes castañeándole mientras se aferraba a su asiento como si su vida dependiera de ello. Sonrió, bien merecido se lo tenía esa "otra gata estúpida" quien debemos de decir: No le cayó bien. Ustedes se preguntaran ¿por qué? ¡Por ser una hermana desobligada! Y los traumas que la rubia tenía de su adolescencia por culpa del abandono de su hermana no la ayudaban.

Claro, tampoco es su culpa, pero ¿cuánto no hubiera dado Tiffany por saber al menos un poco de su familia?

Yuri dio un sonoro aplauso alzando las manos, logrando espantar a toda alma dentro del vehículo.

—Vendrá siendo hora de que nos alistemos, miren que Tiffany no está hecha de hierro, por lo que no creo que aguante mucho allí con Tei—recordó con voz seria, un tono que rara vez se puede oír en ella si la conocer a la perfección.

Y sí, tiene razón. Ninguno ahí quería imaginarse por los horrores por los que la Hwang ha de estar pasando, pero su hermana mayor sí, y en cuando escuchó eso una enorme ira incontrolable escaló por su ser. Aunque, siendo sinceros, ni de broma lograba rebasar la furia colosal que tanto caracterizaba a taeyeon.

Se metieron con su neko, con su gata estúpida, con su novia… con su Tiffany. Le arrebataron, injustamente, al amor de su vida y única persona con la que se sentía bien en años. Y eso, queridos amigos míos: Fue un graso error.

— ¡Venga ya, esto se va a poner bueno! —exclamó la coneja del grupo, ésta tomó una gran AK-74, la cargó y como si fuera un simple juguete comenzó a apuntar en todas las direcciones.

— ¡Yuzuki, no juegues con eso, matarás a alguien! O peor, les puedes sacar un ojo —Oh, como siempre nuestra querida Soo está ahí para reprender a su novia. La coreana le dio un buen propinado golpe en la cabeza antes de abrir la puerta para salir al exterior.

"Creo que tienes que acomodar tus prioridades, amor…."

Fuera del auto el aire era fresco, moviendo los cabellos de todos cuando decidieron salir del carro luego de que Soo lo hiciera. A simple vista no podías notar algo extraño en la zona, por lo menos no hasta que decidías mirar con más atención entre los árboles enormes con varios metros de altura; un edificio, un edificio médico deteriorado se alzaba escondido entre las copas de los árboles. Completamente en ruinas era difícil de creer que hubiera una base secreta ahí dentro, pero Michelle les explicó que era la fachada y el verdadero laboratorio estaba construido bajo ese hospital psiquiátrico abandonado.

La neko recorrió el hospital con la mirada, a lo que sintió unos fuertes escalofríos recorrerle la espina dorsal cuando clavó la vista en la entrada.

— ¿Están seguras que no deberíamos llamar a la policía, chicas? —Ugh, Len ¿Qué parte no entendiste? —Digo… no creo que sean personas amistosas—agregó inseguro, empuñando la metralleta entre sus manos bastante nervioso.

—Niño, Yuri y yo te hemos estado diciendo por dos horas por qué no es una buena idea—le respondió Michelle fastidiada, caminando con cuidado a la entrada —Repitiéndolo; mi especie sigue siendo un completo secreto, y no dudo que el gobierno nos meta a los pocos que quedamos en laboratorios "legales" para investigar nuestras entrañas. No hemos de llamarlos a menos que sea estrictamente necesario.

Buen punto…

Sin embargo, taeyeon no estaba al tanto de la conversación en la que los miembros del grupo se enfrascaron para debatir la posibilidad de dejarles el trabajo a las autoridades. Necesitaba concentrarse, memorizar cada metro cuadrado de la salida para sacar a su gata estúpida de ahí, sea como sea, sin importar que. Claro, antes se aseguraría de matar a Tei de paso… pero… Tiffany.

No ha podido dejar de pensar en ella ¿cómo haría eso? Desde su desaparición no hay otra cosa que le pase por la cabeza que no sea sacarla de ahí entre sus brazos, bien, a salvo de todo. Lo peor de todo es que sentía como si le hubiera mentido, como si la hubiera engañado, porque taeyeon le dijo que todo iba a salir bien ¡y luego sucede esto! Se sentía mal, pésima, pensando que no estuvo a su lado cuando su neko más la necesitó, no estuvo ahí para evitar que Tei se la llevara.

No estuvo… para protegerla.

Taeyeon apretó el arma contra su pecho, un rencor que nunca llegó a sentir por su profesora de teoría corría por todo su ser. Esto era personal, porque nadie le arrebata a un Kim lo que más ama en esta vida.

Yukari se acercó a ella al notarla tan rígida como una estatua frente a la puerta del hospital, colocó una mano sobre su hombro sobresaltándola un poco por el repentino tacto.

— ¿Estás bien, taeyeon? —preguntó preocupada por su cuñada, justamente atrás se encontraba Michelle haciendo un mapa en la tierra mientras le explicaba a cada uno lo que iba a hacer —Te estoy notando tensa, quizá deberías de quedarte a montar guardia.

La aludida negó con la cabeza, aunque la peli-morado tenía razón, debía de tener la cabeza fría para no cometer algo erróneo en el transcurso de la misión. Un solo fallo y podría costarles la vida.

—Estoy bien, Yuzuki, sólo…—Un suspiro salió de su boca, no solía hablar de sus inseguridades con la gente, menos con esta ertida — ¿Crees que ella esté bien?

—Whoa, ¿estás preocupada? ¡¿Eres humana?! —Idiota… la rubia le dirigió una fea mirada asesina —Ya, va, lo siento, no es momento para molestarte. Pero no creo que debas de preocuparte, mujer, Miku-chan es fuerte, seguro que hace lo que sea para luchar contra la desgraciada de Tei. ¿Ne? —Una gran sonrisa se ensanchó en su rostro luego de esas palabras, ella tenía razón, Tiffany era bastante fuerte, lo que en cierta manera la reconfortaba un poco —Tú tranquila, estreñida, muy pronto tendrás a tu gatita para hacerle lo que se te antoje~

— ¡Maldita ertida, ya te habías tardado!

— ¡Ustedes! —Les gritó Michelle con impaciencia — ¿Van a venir a repasar el plan o no?

Y las había interrumpido justamente en el momento en el que taeyeon apuntaba a su ertida cuñada con su metralleta, ¿qué si estaba cargada? En realidad ni le importaba. Ambas se miraron por unos segundos, para finalmente ocupar un lugar en el círculo que habían formado todos ahí. Michelle las volteó a ver con enfado, este era un momento de suma importancia y se ponían a pelear como siempre.

En la tierra del sitio estaba dibujado un croquis de todo el laboratorio, la peli-verde se había encargado de memorizarlo todo cuando tuvo la oportunidad; pasillos poco transitados, sitios donde se podría esconder con facilidad, pasadizos secretos y sobre todo los lugares por donde podrían salir luego de recuperar a Tiffany.

— ¿Tienen alguna pregunta sobre lo que vamos a hacer? —cuestionó cansada, llevaba repitiendo el plan por horas como para volverlo a hacer. Pero tendría que hacer, Soo había levantado la mano —Ya te he dicho que tú entrarás conmigo a cortar la energía ¡Qué más quieres que te diga!

— ¡Solamente estaba por decirte que había una cucaracha en tu oreja, Megpoid! — ¿Qué…? Tardó en reaccionar pero cuando lo hizo pegó un grito de niña para empezar a tratar de espantar a dicho monstruo horrible por todos los medios —No, ya pa' qué, ya la espantaste, ya no está.

Idiota…

Michelle se levantó del suelo con cara de pocos amigos, fulminando a cada uno de ellos con la mirada. Iba a dar un bonito discurso para darles ánimos, pero ya viendo cómo son mejor ni molestarse en perder preciada saliva.

—Significa que… mejor vamos a apurarnos con esto, Tiffany es fuerte pero tampoco es de piedra para soportar el maltrato psicológico de Sukone—apresuró Yuri de una manera seria muy impropia en ella, pero tenía razón, no podían demorarse más con esto o de lo contrario podría ser muy tarde —Hay una puerta trasera que casi nadie nota, ustedes entren por ahí mientras Len y yo armamos una distracción ahí dentro.

—Y no olviden usar sus comunicadores—siguió la peli-verde de la misma manera —No sabemos lo que les pueda pasar, así que por favor hay que mantenernos en contacto por si algo sucede, ¿entendido?

De alguna u otra forma el aire se tornó sumamente tenso entre los presentes, incluso Seulgi, que siempre se encargaba de tener esa altanera sonrisa sobre sus labios o hacía alguna de su comentarios de halagos sobre sí misma se mantuvo callada. ¿Qué tal si ya no regresaban? ¿Por qué estaban haciendo esto? La respuesta era clara, pero a la vez no los convencía del todo para arriesgar sus vidas de esta manera…

Las cosas estaban repartidas así; primero entrarían Yuri y Len por la puerta del frente, esto para armar un escándalo dentro que mantendría ocupados a todos mientras Michelle entraba silenciosamente con Soo para cortar la energía del laboratorio. Seulgi era la que menos pasaba peligro de hecho, ella simplemente se quedaría monitoreando cada uno de sus movimientos dentro de la camioneta, manteniendo comunicación y estar preparada por si necesitaban de la policía. Finalmente Yuzuki auxiliaría a taeyeon para sacar a Tiffany de ahí lo más rápido posible.

No importa qué, tenían un máximo de dos horas para cumplir con esto antes de que Seulgi llamara a la policía.

Tomaron lo que necesitaban; armas, comunicadores, todo lo que les podría ayudar a defenderse. Y sin más… se encaminaron a la entrada.

Michelle iba justo detrás de Soo, hasta que sintió como cierta rubia la detenía tomándola del brazo con brusquedad. Ella se giró con enojo, dirigiéndole su típica mirada de pocos amigos. De hecho habría que decir que taeyeon aún no logra caerle bien del todo, ¡se metió con su hermanita, por Dios, hizo que perdiera sus preciadas y hermosas orejas blancas tan joven! ¿Cómo podría caerle bien teniendo en cuenta eso?

Aunque la veía nerviosa, por lo que no se resistió a escuchar lo que tenía que decirle.

— ¿Qué es ahora, Kim? —preguntó en tono arisco, sin ocultar esos sentimientos que provocaba en ella.

—Mira… tú, el caso es que lo he estado platicando con Yuri un rato y…—La aludida suspiró con pesadez procediendo a soltar su brazo, no sabía cómo decírselo pero lo haría —Creemos que lo mejor sería que te quedaras aquí, con Seulgi, y que no entraras ahí de nuevo.

— ¡¿Disculpa?! —exclamó un poco más alto de lo que a la Kim le hubiera gustado ¡es que no podía hacerle esto! — ¿¡Cómo vienes y me dices eso!? ¿¡Quién les dio la autoridad para tomar tal decisión sin mi consentimiento!?

—Eh, Zanahoria, cálmate que nosotras tenemos nuestras razones—Yuri se acercó al notar la creciente ira de su neko, procediendo a palmear la espalda de su amiga rubia que sólo gruñó ante el tacto — ¿O no, Fresita? —Otro gruñido como asentimiento.

— ¿Y qué les hace pensar tal cosa? —La peli-verde apretó los puños, controlando las ganas de lanzarse sobre las dos para golpearlas.

—Entendemos perfectamente que quieres salvar a esa gata estúpida, pero escucha—taeyeon se aseguró de contestarle, dándole un codazo a su amiga pelinegra para que le diera su espacio —Tú estás muy débil como para cumplir con la misión, sólo nos estorbarás.

—Yuri…—Se giró hasta ella con una mirada suplicante — ¿Estás de acuerdo con ella…?

La aludida se abstuvo de contestar, nada más desvió la mirada y asintió silenciosamente, dándole toda la razón a su amiga rubia. Por supuesto, eso la dejó indignada al principio, pero les vuelvo a recordar una cosa: Nunca hagas enfadar a un verdadero Kittye.

Lo siguiente que taeyeon sintió fue un fuerte puño estamparse contra su estómago, sacándole el aire y tirándola al piso. Ni siquiera se lo vio venir, escuchó la burla de Yuri y al abrir los ojos sólo vio a una furiosa Hwang con las orejas de neko alzadas que la miraba con superioridad.

—Débil tu abuelita, idiota—Y así, Michelle se fue campante, satisfecha de lo que había hecho.

A muy duras penas la rubia logró sentarse en el suelo, emitiendo varios quejidos mientras se agarraba la parte afectada, a lo que Yuri sólo le dio un puntapié que la mosqueó todavía más.

—La gente, te quiere, por eso te golpea, Fresita—Se burló a carcajadas, ignorando los siguientes gruñidos de su amiga que empezaba a formular más venganzas en su contra.

—Me las vas a pagar… kwon~

— ¡Oh, miren, aquí dice que está prohibido tomar fotos!—exclamó Soo mirando una mohosa pared del edificio —Yeah, yeah, let me take a selfie—Sin más tomó a la pobre Seulgi del cuello para tomarse unas fotos con su móvil, claro, asegurándose de que el cartel se viera —Y… ¡subir! "Aquí con Seulgi andando de rebeldes, lol, equis de"

Una gota resbaló por la cien de los demás… ¿Este era el equipo maravilla que salvaría a Tiffany?

Dios los acompañe…

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Entreabrió los ojos para ver si lograba ver algo, sin embargo, el cansancio era tan grande que luego de apenas haberlos abierto los cerró casi al instante. Tiffany quiso mover el cuerpo para encontrar una postura agradable para dormir sobre la superficie sobre la que estaba, pero fue imposible, o algo se lo impedía mejor dicho. Movió la cabeza porque era lo único que podía mover.

La peli-roja trató de averiguar donde se encontraba, pero una luz blanca y cegadora casi se lo impedía, dejándola ver simplemente el color de la estancia, gris, y una estantería llena de medicamentos, jeringas y sustancias desconocidas para ella.

— ¡Maldita sea, se están metiendo por atrás también, hagan algo! — se escucharon varios gritos por el pasillo, y gracias a eso, pudo darse cuenta del gran alboroto que había fuera.

"¿Pero qué…?" Tiffany aspiró hondo, intentó incorporarse de nueva cuenta, pero esa presión en sus articulaciones de nuevo no se lo permitió.

Entonces lo notó… ¿¡Cuándo la habían atado de brazos y pies a la mesa metálica!? Aunque eso bastó para comprender donde se encontraba ¡En el maldito laboratorio donde Tei hizo experimentos con ella durante tres años enteros! El horrible olor a medicinas empezaba a inundar su nariz, un olor que con el paso de los años empezó a asociar con el dolor, por lo que el pánico no se hizo esperar.

¿Cómo llegó a parar ahí? La verdad es que lo único que recordaba era negarse a hacer la prueba de resistencia en el agua como la pequeña Yuki luego de ir a ver cómo estaba, por lo que le costó una paliza por parte de Kiku que la dejó inconsciente.

Empezó a hacer todo tipo de movimientos para romper las correas que la apresaban, como Kittye tenía más de la fuerza necesario para hacerlo, pero el sedante que le habían puesto todavía seguía haciendo efecto en ella por lo que le fue imposible.

"¡Con un demonio!"

¿Qué estaba pasando ahí afuera? ¿Por qué de repente había tanto griterío? Necesitaba saberlo y ahora… El caso es que tenía un presentimiento sobre eso, bueno o malo, pero algo le decía que lo que estaba pasando era bastante importante.

— ¡Por Dios, ¿sigues aquí?! —Esa voz… de haber sido cualquier otro hubiera entrado en histeria, pero no con él.

— ¿K-Kaito? —llamó al chico con un deje de esperanza en su voz ¡Podría salir de aquí! — ¡Kaito, si eres tú sácame de aquí, desgraciado traidor!

— ¡Espera que a eso voy! —El chico dejó caer su arma al suelo de forma instintiva, nada más para echarse a correr hasta su posición para liberarla — ¿Por qué no te has liberado? Si yo pensaba que…

—Kiku me hizo no sé qué tanto, apenas si puedo moverme—respondió sin muchas ganas, pronto sintió como el agarre en una de sus muñecas se iba haciendo menos fuerte — ¿Qué está pasando?

Una de sus muñecas fue liberada por fin, lo que la ayudaría a poder liberar sus otras extremidades por cuenta propia. El chico elevó la mirada un poco preocupado, sabía que Tiffany todavía no lo perdonaba por haberla delatado, pero ayudarla a escapar aprovechando el alboroto repondría un poco del daño que le hizo.

Aunque, siendo sincero, él tampoco sabía qué era lo que estaba pasando exactamente. Así que se abstuvo de responderle hasta que ésta se desató por completo de las correas. La peli-roja se sentó en la mesa todavía un poco mareada, por lo que le fue difícil sentarse al borde del mueble, pero el muchacho le impidió que se levantara o de lo contrario podría caer al suelo si lo hacía. Suspiró con cansancio, tratando de recuperar las fuerzas perdidas.

— ¿Segura que estarás bien, Tiffany? —le preguntó preocupado, después de todo fueron amigos durante los días que pasó aquí, de hecho, por eso fue que se la entregó a Yuri y Miki cuando estas preguntaron por ella.

La aludida asintió con la cabeza débilmente, restándole importancia a su condición.

—Sólo… ayúdame a salir de aquí… por favor…

Kaito cabeceó afirmativamente, lo importante era sacarla de aquí a ella primero, ya vería cómo sacar a los demás si es que tenía tiempo, pero primero lo haría con la Hwang porque se lo debía. Sin embargo, ¿de verdad la iba a sacar? No es que ya no lo considerara su amigo, pero los matones de Tei, incluso un buen chico como lo era Kaito Shion, se caracterizaban por ser bastante crueles y traicioneros, por lo que todavía tenía sus dudas respecto a él.

Justamente iba a ayudarla a bajarse de la mesa cuando algo completamente inesperado sucedió: Un objeto desconocido golpeó la cabeza del peli-azul con fuerza, dejándolo noqueado en el suelo de manera instantánea.

— ¡Dios mío, Kaito, KAITO! — ¡¿Cómo pasó esto?! La neko se tiró al piso a pesar de que le dolía moverse nada más para ver el estado de su amigo. Empezó a moverlo, desesperada para ver si despertaba —Vamos, ¡no te mueras hoy, idiota!

— ¡Vuelves a tocar a mi gata estúpida y te irá peor la próxima vez, imbécil!

Esa…

¿Es que estaba soñando? ¿O ya se había vuelto loca como para escuchar cosas que no estaban ahí? S-su mente debía de estarle jugando bromas otra vez… ¿verdad? Se quería convencer de que estaba loca, pero le era imposible ahora que su pulso había aumentado considerablemente, y sólo una sola persona en este ancho mundo era capaz de causar una reacción como esa en ella.

Tiffany se tensó en su lugar, dubitativa si darse o no la vuelta, le daba miedo en realidad, miedo de que efectivamente: Se diera vuelta y encontrara que era un simple espejismo.

Pero, una sola palabra que volvió a salir de la boca de esa persona, la hizo convencerse de que sí estaba ahí, que era real.

— ¿Tiffany…?

—Tae-nya…

La aludida rápidamente sintió como las lágrimas se agolpaban en sus ojos para empezar a resbalar por sus blancas mejillas, se dio la vuelta lentamente.

— ¡ta-taeyeon-nya! —Y antes de que taeyeon pudiera prepararse para lo que le vendría: Su querida neko ya se había puesto de pie, corrido y lanzado hacia ella, atrapándola en un asfixiante abrazo que la tiró al suelo, uno parecido al día que la encontró en casa de Yukari y Soo.

— ¡Maldita bola de pelos! —Fue lo único que escuchó antes de que la rubia dejara su arma en el suelo para corresponder al abrazo de manera brusca, atrapándola con fuerza entre sus brazos, como si nunca quisiera dejarla irse otra vez.

La neko se aferró a ella como si su vida dependiera de ello, formando una enorme sonrisa en sus labios mientras restregaba su mejilla contra la de ella, acariciando esos rosados cabellos, volviendo a sentir su suave tacto entre sus yemas una vez más.

— ¡Meow, yo sabía que vendrías por mí, yo lo sabía! —Exclamó emocionada, abrazándola todavía más fuerte — ¡Nunca dudé de ti, tae-nya, nunca lo hice!

La rubia gruñó mientras enterraba sus dedos entre su cabellera color rojo; necesitaba tocarla, abrazarla, sentirla, corroborar que estaba bien, que nada le había hecho la maldita de Tei en todo este tiempo. Le resultaba difícil expresar con palabras lo mucho que la había echado de menos y lo mucho que se preocupó por ella, por lo que sólo se limitó a besar su mejilla varias veces.

—Yo…—titubeó en si decirle o no cómo se sentía, por lo que sólo volvió a gruñir —Yo…—Otro gruñido y sólo se apartó de ella luciendo un marcado ceño fruncido — ¡Demonios, eres una idiota! Yo te dije que te quedaras en la biblioteca y me esperaras ¡Pero nunca me escuchas! A la próxima te pondré una correa y te arrastraré por toda la universidad así ¿me oyes, gata estúpida?

Aquella sonrisa que la neko tenía se ensanchó más y enterró el rostro en la curvatura de su cuello, no le molestaba para nada el comentario, como siempre taeyeon se sentía incomoda al admitir sus sentimientos frente a ella. ¡Dios, la había necesitado tanto! Le había hecho mucho falta sentir el tibio tacto de la rubia sobre su piel, su femenina y madura voz hablándole ¡A ella! Se separó por un momento del abrazo, nada más para notar que unas cuantas lágrimas empezaban a salir de los ojos de su novia ¡taeyeon estaba llorando! Nunca creyó que viviría para ver este momento.

Tiffany soltó una risilla enternecida, y cómo su compañera lo hizo con ella alguna vez, procedió a limpiarlas con los pulgares sin borrar esa sonrisa de su cara.

—Oh, por favor, no seas bebita. Estoy bien—aseguró, para luego depositar un beso en su nariz —Mírame, ¿no me ves tan genial como siempre?

—Es que…— ¡Pero qué ternura! Otra risilla salió de su garganta al verla ahí, como una persona normal con sus inseguridades y preocupaciones. La neko juntó su frente con la suya y luego depositó un tierno beso sobre sus labios.

—Tranquila~ Estoy bien.

De la nada, alcanzaron a escuchar como alguien se acercaba corriendo como endemoniado hasta la sala donde ellas estaban. Se escuchó un derrape, una caída, un golpe y un quejido para que finalmente alguien conocida se apareciera por la puerta.

Yukari.

— ¡taeyeon, tenemos que salir de aquí que…! ¡OH, POR DIOS, LO MATASTE, KIM! —Ah… cierto, ya se había olvidado de Kaito.

La neko se levantó del piso y le dirigió una mirada inquisidora —Él sólo trataba de ayudarme…

—Me vale atunes—respondió acida, levantándose del piso también —Es de los matones de Tei, no podía quedarme a hacer nada.

Suspiró resignada, nunca iba cambiar de todas formas así que mejor ya no decirle nada, lo mejor era dejar a Kaito dormir, así no se metería en problemas innecesarios. La nueva intrusa rodó los ojos con una sonrisa, ya extrañaba verlas discutir así. Se encaminó a su amiga peli-roja con aires contentos, nada más para darle un amistoso abrazo y separarse segundos después antes de que Kim la asesinara.

—Deberíamos de salir ahora, no creo que Yuri y Len puedan retener a esos matones por mucha más tiempo—avisó apurada, cargando su AK-74 con maestría ¿Desde cuándo sabía usar armas así?

— ¿y-Yuri y Len también vinieron? —Quiso saber la Hwang incrédula, aunque preocupada en el fondo.

—Yuri, Len, Soo e incluso…

—Chicas, ¿me están escuchando? —Se escuchó una voz proveniente del comunicador de taeyeon. La peli-morado hizo un gesto asqueado.

—La enana Kagamine…

Taeyeon sacó el comunicador de su pantalón rápidamente, se le ordenó a Seulgi que estableciera comunicación si era una situación de suma importancia, así que no debería de ignorar a su llamado.

— ¿Cuál es el problema, Seulgi? —El comunicador comenzó a emitir un ruido irritante para sus oídos, pero eso no impidió que lo acercará a su boca para sonar más clara.

—Bueno, primero, ¿ya recuperaron a Tiffany?

— ¡Hola, Seulgi! —saludó entusiasta, levantando la voz para que la escuchara bien.

— ¡Hola, Tiff-chan! Okay, el caso es que tenemos un problema. Al parecer Tei y Kiku interceptaron a Michelle y Soo y las están persiguiendo en estos momentos.

¿Cómo que…? Los ojos de la Hwang se convirtieron en dos pequeños círculos dentro de sus orbes, ¿había escuchado bien? ¿Michelle estaba con ellas? ¡¿Y Tei estaba tras su cabeza?! Sintió que le empezaba a faltar el aire, pero decidió seguir escuchando a Seulgi para ver lo que tenía que decir.

— ¡Y eso cómo pasó! —Exigió saber exaltada Yukari, adelantándose a hablar antes de que su cuñada lo hiciera — ¿Quieres que vayamos a ayudarlas?

—De ninguna manera, Yuzuki. Me pidieron estrictamente que no las permitiera acercarse a la zona de peligro, su prioridad es Tiff-chan, así que vayan sacándola de ahí antes de que Tei mande a Kiku hasta su ubicación.

El comunicador emitió un sonido blanco luego de eso, indicándoles que la conexión se había perdido de manera inexplicable. Taeyeon le dio un par de golpes al aparato para ver si de casualidad funcionaba de nuevo; pero nada, algo dentro del laboratorio impedía la comunicación entre todas.

Sin embargo… eso último que les dijo las había dejado heladas a las tres. Hasta tal punto que la única pregunta que cruzaba su mente era si ellas estarían bien, porque cómo resultaban ser esas dos… nada bueno habrían de hacerles. La más preocupada resultó ser Yukari, quien ya sabía de lo que Kiku Juon era capaz luego de tremenda paliza que le dio ¡No podía dejar a Soo con esa psicópata! ¡Ella… ella tenía que hacer algo, pero ya!

Yukari se encaminó apurada a la salida de la sala, con más que obvias razones, así que su cuñada la detuvo tomándola por un brazo antes de que saliera.

— ¡Suéltame, maldita sea, tengo que ir por mi novia! —gritó tratando de librarse de su agarre, pero la aludida la seguía agarrando con fuerza.

—Entiendo cómo te sientes, pero no puedes arriesgar la misión de esta manera—taeyeon la miraba seria, pero era una seriedad que reflejaba determinación.

— ¡Pero…!

—Yo iré por ellas— ¿Acaso…? La peli-morado la miró sorprendida por varios segundos, taeyeon Kim nunca había dicho cosas así… ella por lo regular… sólo se interesaba por sí misma, incluso si se trataba de su propia hermana, por lo que le resultó imposible —Tú tienes que sacar a Tiffany de aquí, sabes mejor que yo por dónde queda la salida más cercana.

¡Sí lo iba a hacer, por todos los cielos!

— ¡Voy contigo! —exclamó Tiffany avanzando hacia ella con decisión, ¡tenía que rescatar a su hermana!

Sin embargo, la rubia giró sobre sus talones para dirigirle una sola mirada que la dejó congelada en su lugar, cortándole el aliento al instante. De ninguna manera estaba dispuesta a permitírselo, ella tenía que salir de aquí ahora sí o sí, porque no habría otra oportunidad para hacerlo.

— ¡No! Tú te irás con Yukari a un lugar lejos de aquí, ¿entendido? —ordenó con tono amenazante, la peli-roja difícilmente le pudo sostener la mirada y aun así dio un paso al frente, retándola.

—Es mi hermana, taeyeon, yo quiero ir por ella.

— ¡Te he dicho que no, maldición, no quiero volver a perderte! —El eco de esas últimas palabras se hizo presente en toda la habitación. Taeyeon la miró con una expresión sumida en la angustia, imaginándose lo que podría sucederle si volvía ahí.

¿Por qué simplemente no podía entenderlo e irse con la ertida de Yuzuki como se lo ordenó? Ya había sufrido demasiado todo este tiempo como para dejarla a merced del peligro otra vez. La quería, por esa razón debía de protegerla, no abandonarla como aquella vez. Y aunque fuera necesario usar la fuerza para metérselo en esa cabezota de gato, iba a cuidarla de todo aun si tenía que arriesgar su propia vida para eso.

Era preferible, porque, si la perdía a ella… simplemente se moría.

Tiffany era ahora lo más importante que tenía, era ahora una de sus pocas razones por las que se levantaba con una sonrisa en su rostro, o al menos no de tan mal humor como acostumbraba antes; era su rayito de sol, su alegría a la hora del almuerzo, el calor que la cubría del frío durante las noches. Era todo eso y mucho más. ¿Cómo volver a una vida sin esa gata del demonio? ¡No podía, no quería hacerlo, por todos los cielos!

Y si Tiffany no quería entenderlo, ella se lo haría entender por la fuerza.

Le dedicó una mirada silenciosa a la amante de los conejos, ordenándole con esto que sacara a esa neko de aquí en cuanto antes.

—Te irás con Yukari, ya está hecho. Y si no regreso en media hora, pueden ir diciéndole a Seulgi que llame a la policía.

—Yo me encargo, taeyeon, tú déjamela a mí—aseguró con decisión la nombrada, levantando un pulgar al aire —Sólo cuida bien de mi Soo, ¿de acuerdo?

Ella asintió seria con la cabeza, por supuesto que ella también estaba preocupada por su hermana, pero no lo iba a admitir abiertamente. Cargó la metralleta que cargaba y finalmente salió corriendo de la sala, desapareciendo entre los pasillos del laboratorio.

La más grande ahí suspiró, girándose a su amiga de cabellos azules.

—Ya oíste a la estreñida esa, salgamos de aquí, Tiff-chan.

— ¿Bromeas? Yo no pienso abandonar a mi hermana nada más porque ella me lo ordena—Definitivamente no iba a rendirse así. La peli-roja frunció el ceño con enfado, nada más para echarse a correr para que su amiga amante de los conejos no la alcanzara mientras iba tras taeyeon.

Yuzuki tardó en reaccionar, viendo la salida por donde desapareció con los ojos bien abiertos y finalmente darse cuenta de la gravedad de la situación. Pegó un gritita angustiada y ella también se echó a correr para alcanzar a la neko testaruda de Hatsune.

— ¡Tiffany, por favor, regresa aquí! —Gritó con fuerza en medio de la corrida, casi tropezando con un cuerpo inconsciente que había en el camino luego de golpearlo con su arma — ¡Ay, muévanse! ¡TIFFANY, ES PELIGROSO!

La ignoró y siguió con su camino, sin saber realmente a dónde se dirigía, pero tomando como punto de referencia el lugar por donde la rubia empezó a correr para llegar hasta su hermana. Si bien esa estreñida le había dicho que comprendía cómo se sentía, la verdad es que ella no lo creía así, porque si lo comprendiera la hubiera dejado acompañarla desde el principio ¡Porque era su hermana, el único familiar que le quedaba en todo este ancho mundo! Tenía que ir ella misma para asegurarse de que Michelle estaría a salvo quisiera esa Kim o no.

Como Michelle lo gritó una vez, Tiffany también tenía que protegerla a ella.

Todavía seguía escuchando a su amiga gritar su nombre a sus espaldas, pero no le prestaba la mínima atención a ello. Entonces por fin lo logró, alcanzó a taeyeon, pero no la encontró como lo habría pensado. Apenas luego de haberse dado vuelta en un pasillo chocó con la espalda de la chica de cabellos rosados, obligándose a retroceder después de eso.

"¿Ahora qué…?"

Esa respuesta le llegó, aunque hubiera preferido que no lo hiciera.

La escena desalentadora que se mostraba ante sus ojos no podía ser peor; Tei sonreía triunfante dirigiéndole una inquisidora mirada a la rubia, sosteniendo con una de sus manos una pistola que apuntaba a la cabeza de nada más ni nada menos que la indefensa de Michelle, quien, de rodillas en el suelo, trataba de detener la hemorragia en la cintura de su compañera rubia. Al principio no resultó claro como terminó así, pero luego de ver a la psicópata de Kiku portando una chorreante navaja ensangrentada todo se aclaró.

Llegaron tarde.

Tei las había alcanzado en su huida para salir de aquí, por lo que, a no ver otra alternativa más que luchar, les hicieron frente como pudieron. Cosa que no funcionó como quisieran, Kiku apareció con dicha navaja con intenciones de lanzarse sobre Michelle, cosa que Soo no permitió y terminó por ser ella quien recibiera la herida en la cintura antes de caer al piso agonizando.

—Ara, Tiff-chan, llegas justo a tiempo. Sabía que no podías irte sin despedirte antes de tu querida amiga Tei, ¿ne? —escuchó que la llamaba.

¿Qué...?

Taeyeon se dio vuelta rápidamente para ver a la persona que esa desgraciada observaba detrás de él. ¡¿Qué estaba haciendo Tiffany aquí?!

— ¡Te dije que te fueras con Yukari! —rugió exasperada, dando unos pasos hacia ella, a lo que la neko sólo retrocedió espantada.

—Vamos, tae-chan, no la regañes, sólo quería ver un poco de acción~—Desgraciada… La peli-plateado dejó escapar una sonora risotada que resonó por todo el pasillo, alterando todavía más a las presentes.

— ¡Tiffany, espera que…!—Yuzuki se congeló en su sitio al presenciar la escena, no sin antes sentir la amenazante mirada de taeyeon sobre ella. Un "clic" se hizo presente en su cabeza, momentos después ya estaba haciendo además de correr hasta las rehenes — ¡SOO!

— ¡EP! —Sukone la paró en seco, pegando todavía más el cañón del arma en la cien de la peli-verde —Alguna de ustedes da un paso hasta aquí y las mato, la decisión está en sus manos.

"Mal nacida…"

Todas ahí no pudieron hacer otra cosa que susurrar miles de groserías por lo bajo, ¿qué más podían hacer? Vieran por donde lo vieran las posibilidades de salir con vida de esta eran nulas. Tampoco podían arriesgarse a atacar a la líder del proyecto Cat Food o de lo contrario Michelle ni Soo saldrían vivas de estas, además de que la segunda ya se encontraba herida de gravedad y las posibilidades de que sobreviviera terminando esto eran pocas.

El tiempo no estaba de su lado tampoco, ya que aún no se cumplía el tiempo establecido para que Seulgi se apresurara a llamar a la policía.

Así que sí; estaban contra la espada y la pared.

Una exclamación de asombro rompió el silencio sepulcral de pasillo, apuntando a la rubia con sorpresa.

— ¡Master-sama, mire a Kim! También es un gato al parecer.

La mujer arqueó una ceja mirando a su subordinada con confusión, ¿a qué se refería ella con eso? Sin nada que perder rápidamente le dirigió otra mirada a su antigua alumna de clases, corroborando lo que la rubia le había señalado; en efecto, además de esa mirada furiosa con la que se cargaba, unas puntiagudas orejas rosadas sobresalían de su cabeza, alzadas y alerta, acompañando la larga cola que se movía con naturalidad atrás de ella.

Ah, eso no se lo esperaba.

—Te lo tenías bien escondido, taeyeon-chan, admito que me has engañado—rio con malicia, retirando el cañón de Michelle para apuntarle a la muchacha rubia con él —Tú y Tiff-chan harán de bonitos espécimen en mi colección. Puedes serme de ayuda, tus orejas son de un color bastante peculiar.

Kiku de igual manera levantó su arma, encargándose de tener controlada a la peli-morado para que no hiciera nada extraño en lo de mientras. Por su parte, taeyeon ni siquiera se inmutó cuando el arma apuntó en su dirección, a pesar de los gemidos angustiados de su novia logró mantenerse a raya, solamente dirigiéndole una gélida mirada.

—Ambas, acompáñenme a las celdas, les voy a dar un buen trato aquí si no intentan escaparse—indicó con un movimiento de cabeza, señalando el pasillo que quedaba a su derecha.

—Espera, Tei, piénsalo bien—Por fin Michelle emitió palabra alguna. La neko elevó la preocupada mirada hasta ella, por supuesto, sin retirar sus ensangrentadas manos de la herida de su compañera, quien por los constantes quejidos que emitía le daba esperanzas de que pudiera vivir para cuando salieran —No vas a necesitarlas a ellas, créeme que son una carga bastante pesada con la que puedas cargar— ¿A qué se refería con eso? La mujer la miró curiosa —Sólo necesitas de un Kittye, y ese puedo ser yo a cambio de que las dejes ir. Me quedaré para siempre… prometo… no volver a huir.

— ¡Michelle, no lo hagas! —gritó su hermana menor entrando en histeria, ¡es que no podía hacerlo, no después de que por fin la había encontrado!

— ¡Cállate! —silenció la peli-plateado apuntándole con la pistola, a lo que cierta Kim se colocó frente a su novia de su novia, dispuesta a recibir el disparo si es que llegara a pasar —Por otra parte… he de admitir que te doy la razón, querida Michelle. Así que~ Kiku, encárgate de guiarlas a las tres a la celda, sólo te encargo que mates a Yuzuki cuando llegues, ella sí no nos es de utilidad.

Una cara fundida en el completo pánico se sembró en la cara de la nombrada. ¿La iban a matar, ahora, precisamente hoy? Tantas cosas por hacer en el futuro y… ¿todo iba a terminar de esta maldita manera, de la peor forma posible y a manos de una de las personas más despreciables y repugnantes que ha llegado a conocer? Pero sobre todo… ¡Soo seguía ahí, tenía que sacarla! Hizo ademán de correr hacia ella, pero por primera vez, su novia emitió un grito ahogado para que se detuviera.

— ¡No te atrevas a acercarte, desgraciada, ni se te ocurra hacerlo! —Una clara mirada sumida en la preocupación se hacía lucir en sus orbes azules, tosió sangre cuando quiso decir otra cosa, razón por la que la peli-verde le prohibió emitir otra palabra.

Su novia se quedó parada a medio camino, no sabiendo lo que debería de hacer ¡¿Por qué tuvo que venir y meterse en situaciones así!? Ahora sólo tenía ganas de arrancarse los cabellos con desesperación, ¡o sacar su arma y dispararle a todo lo que se moviera, esa coreana idiota no estaba bien, santo cielo!

—Yukari, no te asustes, no vamos a permitir que les hagan algo, vamos a salir de esta—Le aseguró su cuñada en voz baja antes de que la peli-roja llegara a hasta ellas, ¿cómo podía seguir teniendo esperanza en una situación así?

— ¡No me toques, Kiku! —Bramó Tiffany con ira, dando fuertes sacudidas cada que esa despreciable chica la tomaba por las muñecas para atarla de manos — ¡Michelle, Michelle, regresaremos por ustedes, ten por seguro eso!

— ¡TIFFANY! —Maldita desgraciada, ¡MALDITA SEAS, SUKONE TEI! — ¿¡Qué es lo que planeas!? ¡Tómame a mí, soy lo único que necesitas!

—En realidad, me has causado ya bastantes problemas, preciosa—respondió con malicia, procediendo a apuntar a su cráneo con una sangre fría indescriptible y difícil de comprender ¿cómo podía existir alguien tan malo? —Tiffany me ha sido de buena utilidad, tú, por el contrario, te has vuelto obsoleta. Despídete.

Los gritos desesperados de su hermana, la sonora de risa de Tei y su propia respiración fue lo único que escuchaba ahora que todo se había sumido en una inexplicable cámara lenta. Observó el cañón de arma con horror, casi sintiendo el ardiente metal atravesar su cerebro con tan sólo observar el objeto letal. Preguntándose simplemente, ¿este era el fin, después de todo lo que luchó por encontrar a su querida hermana menor, esta era la "digna" muerte que le iban a otorgar? Una última sonrisa, más ancha, más malvada y cínica, ser perfiló en los labios de su captora, en una curva diabólica digna de los demonios.

Abrió la boca y solamente desvió la mirada hacía su hermana, observándola como se movía desesperadamente para librarse de Kiku y los demás hombres que habían llegado para detenerlas a las tres, lo que no sucedió, aún no sabía usar su fuerza física del todo. Sonrió nostálgica, nunca iba pasar una navidad con ella fuera de estos laboratorios del infierno. ¿Importaba ya seguir luchando al menos? El deseo de verla por una última vez se había cumplido, no de la forma que le hubiera gustado, pero lo hizo.

Cerró los ojos, lista para recibir el disparo que le arrebataría la vida.

Y llegó.

Los gritos de los presentes se hicieron escuchar, más el desgarrador grito de la Hwang emitiendo un horrible eco por toda la zona. Un cuerpo inerte cayó al suelo, dejando que un gran charco de sangre apareciera para manchar el piso con su brillante color rojo carmesí. Sin embargo… había algo raro con la escena.

Sintió a Soo pellizcarle un brazo para que abriera los ojos y lo viera lo que pasaba… Esperen, ¿pudo sentir eso? Poco a poco fue abriendo los parpados que hasta ese momento los mantuvo fuertemente cerrados, descubriendo que, en efecto, seguía viva, ¿pero cómo? Si escuchó a Tei tirar del gatillo y más tarde el sonido ensordecedor del disparo. No lo comprendía todavía. Con una clara confusión bajó la mirada para mirar a la rubia que tenía la cabeza recostada en sus piernas, ésta todavía seguía bastante adolorida, ni se diga de la sangre que abundaba en su cintura y la boca, pero le dedicaba una sonrisa extrañamente triunfante para finalmente indicarle con un movimiento de pupilas que levantara la mirada.

Observó la cara de los presentes, sobre todo la cara sumida en lágrimas de Tiffany, y a los hombres de Tei que yacían inconscientes en el suelo luego de que Kaito y Len les dieran su merecida paliza. El chico peli-azul amenazaba su compañera Juon con la pistola, quien mantenía mirando con rabia un punto en específico en el piso. ¿Qué había ahí? Al final bajó la mirada otra vez, para descubrir con clara sorpresa lo que todos miraban.

A Sukone Tei de rodillas en el piso, con una profunda herida en el brazo que escurría abundante sangre. Y lo que más le sorprendió de todo:

Yuri, apuntándole con un arma, luciendo una victoriosa sonrisa.

— ¡MALDITA HIJA DE PERRA! —Rugió Tei con fuerza, agarrándose el brazo que en ese instante le dolía horrores — ¡¿CÓMO TE ATREVES?!

La pelinegra simplemente se rascó la nuca con una mueca divertida, satisfecha por la reacción que había causado en ella. Sin embargo, ese momento duró muy poco, Yuri borró esa radiante sonrisa como por arte de magia, dando paso a una mirada seria, sumida en el más profundo enojo que muy pocas veces lograba alguien causar en ella.

—Nadie le pone un dedo encima a MI Michelle más que yo, ¿queda claro? —La peli-verde se sonrojó con fuerza por el comentario, aunque esta vez no replicó nada al respecto —Vas a pasar un largo tiempo tras las rejas, querida profesora.

Otro gruñido apagado salió de su garganta, esta vez mirando con ira al muchacho peli-azul que venía con ellos —Serás un maldito traidor, Shion, esto no se va a quedar así.

Kaito le sostuvo la mirada amenazante, ya no le tenía más miedo a esa maldita, ya no más… Dejó a Kiku atada de manos y pies para que dejara de molestar, luego siguió con su ex jefa, quien no pudo resistirse por el dolor punzante en su herida.

— ¿Podrías llevarte a la escoria de aquí, Shion-san? —pidió Len amablemente, el otro chico suspiró con cansancio, rodando un poco los ojos.

—Bien, me los llevaré, pero con un gracias habría bastado.

De esta forma y ayudado con un par de hombres que también se oponían de alguna forma a los ideales de su jefa (o simplemente porque no querían ir a la cárcel) saco a todos los capturados de ahí para esperar a las autoridades cuando estas arriben (si es que lo hacían)

Por supuesto, la psicópata de Sukone les dirigió una fulminante mirada antes de desaparecer por el pasillo, prometiéndoles silenciosamente salir de la cárcel, regresar, y hacerles pagar a todos y cada uno de ellos por lo que le hicieron.

—Eeeh… disculpen… ¡ME ESTOY MURIENDO AQUÍ, ESTO DUELE UN BUEN, BOLA DE INGRATOS!

Ah… Soo.

Quiso volver a dar otro de sus gritos, pero cuando quiso hacer tuvo que volver a toser sangre, casi ahogándose esta vez. Tiffany se acercó a ella junto con Yukari y taeyeon tras ellas, dirigiéndole una mirada preocupada a la única coreana del grupo. La neko se puso de cuclillas como Michelle para echarla un mejor vistazo a su herida, notando la profundidad casi mortal de esta.

Tiffany se volteó a ver a las preocupadas figuras de sus compañeros, con las quejas de su amiga rubia de fondo.

—No creo que resista mucho…—aseguró impotente y miró a cierto Kagamine a los ojos —Len… tenemos que llamar a una ambulancia, o si no…

—Eso no será necesario, mis queridos fans.

Oh, por Dios, nunca se habían alegrado tanto de ver a Seulgi en toda su vida. La gemela se presentó ante ellos, con su típica mirada altanera, aunque les traía buenas noticias. Seulgi les mostró su celular carísimo de marca, asegurándose de que todos pudieran hacerlo.

—Llamé a la policía desde hace un buen rato, y también llamé a una ambulancia—Eso fue la mejor noticia para todos, sobre todo para la pobre coreana —De hecho están llegando en estos momentos, no han de tardar mucho en detener la hemorragia de Soo mientras la llevan a un hospital cercano.

¡Por fin sirves de algo, pequeña egocéntrica! Un suspiro aliviado salió de la boca de todos los presentes, quitándoles una enorme preocupación más de encima. Tantas emociones en unas pocas horas, ¿no les parece? Tiffany le dedicó una tímida sonrisa a su hermana, antes de voltear a otra parte un poco avergonzada.

—Y-yo… b-bueno… t-tengo que ir con…—Michelle negó con la cabeza sonriente, dedicándole una cariñosa mirada. No se han visto en mucho tiempo, que la única vez que vio a la peli-roja fue cuando era un bebé, pero por el simple hecho de ser su hermana ya sentía que la quería un montón.

—Ve con ella—indicó señalando a taeyeon con la sola mirada —Ya me dijo Yuri lo que te traes con ella.

—Ella te…

—Shhh—calló divertida luego de ver el creciente sonrojo que aparecía por su rostro pálido —Hablaremos de eso en mejores circunstancias, de eso y de otras cosas. Tú ve, yo tengo que cuidar de tu amiga.

Al principio no estuvo muy convencida de si ir con taeyeon o no, ¡pero eso era de las cosas que llevaba queriendo hacer desde hace mucho! Con una tímida mirada le dio las gracias y se paró para ir corriendo hasta ella, tumbarla al piso, y haciendo que gruñera otras mil veces más como tanto le gustaba que lo hiciera.

Hwang observó la escena desde su lugar, quizá taeyeon no era tan mala después de todo… quizá… Soo volviendo a pellizcar llamó su atención, a lo que la peli-verde bajó la mirada irritada preguntándose ahora qué rayos le pasaba.

— ¿Podrías apretar fuerte la herida, Hwang Todavía tengo una hemorragia aquí, y la venda no ayuda mucho…

Suspiró, nada más no le pegaba porque estaba mal herida.

________________________________________

—En realidad… no sé, tae-nya, no le creo que le vaya a gustar tu regalo…—comentó Tiffany justamente fuera del cuarto de hospital donde se hospedaba su amiga, a quien habían trasladado del hospital de Nagoya al de Sapporo para que pudiera recuperarse.

—Tonterías, ella dijo que le gusta lo casero—respondió su compañera frunciendo el ceño, procediendo a entrar en la habitación donde Yukari, Yuri y Michelle ya deberían de estar.

Exactamente habían pasado dos semanas desde entonces, en las cuales, por supuesto, sucedió un montonal de cosas. Comenzando con el arresto de Tei y todos sus trabajadores del proyecto Cat Food, llevándose la gran sorpresa de que los llevaban buscando por largos años luego de que Maika, otra Kittye mestiza que rescataron desde tres pisos más debajo de donde habitualmente los tenían recluidos y que resultó ser hija de un amigo muy cercano de un hombre muy rico en España, fuera secuestrada por ellos.

Hablando de Kittyes, da la casualidad que fueron los primeros en salir de las instalaciones antes de todo el alboroto que armaron, pues Len los ayudó a escapar antes de pasarse a encontrar a Kaito caminando mareado por los pasillos para luego pedir su ayuda. Así que sí, por ellos no tenían que preocuparse, aunque extrañamente ha visto a SeeWoo rondando por las calles de Sapporo últimamente, Tiffany ha hablado con él pero no le quiere decir el porqué de sus paseos. Aunque sí, trataba de hacerse una vida normal como todo ser humano.

Y ahora que mencionaban a más Kittyes…

"— ¿Por qué no te quedas a vivir con taeyeon y conmigo, miche-chan? —Le preguntó la Hwang a su hermana mayor, luego de ver como esta se quejaba desde el sofá de que tendría que irse a casa de Miki con Yuri y bla bla bla.

—Porque si ella se queda yo también—Respondió Yuri con enfado, refunfuñando en su lugar mientras cruzaba los brazos

Al escuchar eso taeyeon asomó la cabeza desde la cocina esperando que la aludida rechazara la oferta. Al menos podrían preguntarle a ella, como ama, dueña y gran señora de la casa en cuestión si podía dejar que se quedase.

—Bueno, en realidad no es mala idea. Me gustaría pasar un poco más de tiempo con Tiff-chan, ya sabes, para conocernos y organizar salidas y ver películas de terror como cualquier par de hermanas normales…

— ¡Oh, por el amor al atún! ¿¡Por qué mi maldita casa!?"

Y así fue como la casa pasó de tener tres habitantes a cuatro, algo que no le terminaba de gustar a la Kim para serles sincera.

Luego de otra grosería murmurada por lo bajo, entraron dentro de la habitación que ocupaba su hermana; una habitación blanca con algunos toques de amarillo en las paredes, dándole un ambiente más alegre para el paciente; Yukari les saludó sentada desde una silla junto a la cama de su novia, quien también les recibió con una gran sonrisa pintada en los labios. Mientras, Michelle y Yuri también les dieron la bienvenida desde un sillón blanco situado frente a la ventada, uno donde la peli-verde evitaba a toda costa que Yuri intentara manosearla ¡Y en un hospital!

—Bueno, pues estamos aquí para el cumpleaños de Soo-chan como lo prometimos (1) —La peli-roja se alejó del lado de su novia para acercarse hasta donde su amiga, se sentó al borde de la cama al llegar — ¿Ya te sientes mejor?

—En realidad no me quejo, otra cicatriz no es tan mala como lo crees—rio por lo bajo, rascándose la nunca divertida.

— ¿Y qué le trajeron a la cumpleañera? —Yuri preguntó luego de recibir de Michelle una patada, aunque ya estaba acostumbrada a eso —Soo cumple veinticinco hoy, espero que haya sido un regalo especial.

— ¡Quedamos en que no hablaríamos de mi edad, kwon, me hacen sentir vieja! —gritó exaltada, con unas cuentas lagrimillas asomándose por sus ojos.

—Al menos eres una viejita y…

—Eso no me ayuda mucho, Yukari.

—tae-san, ¿vas a darle el regalo o no? —apuró Michelle cansada, llevaba aquí desde hace una hora y ha tenido que soportar a Yuri y sus compañeras desde entonces, por lo que ya se comenzaba a hartar.

Okay…

La rubia rodó los ojos con fastidio, había comprado el regalo de venida en un autoservicio por lo que tampoco tenía muchas ganas de sacarlo precisamente ahora. Alzó una bolsa de plástico y se la pasó a su hermana adoptiva, quien la miró con una ceja levantada, preguntándose por el contenido.

—Feliz cumpleaños, Tiffany y yo esperamos que te guste~—dijo con un tono de entusiasmo fingido, aunque esto no le molestó, ya estaba acostumbrada.

—Aaaah no, a mí no me metas, tae-nya, yo te dije que le compraras una de esas figuras de anime que tanto le gustan pero no me hiciste caso porque dijiste que costaban mucho—La neko la miró con el ceño fruncido, esperándose lo peor para cuando Soo abriera el "magnifico" obsequio.

Ya no podía esperar, diciendo algo así como "Hola, soy Soo y esto es Jackass" para finalmente abrir la bolsa revelando su contenido. Tiffany mejor se tapó los ojos para no ver la reacción de su amiga, mientras las otras no le entendían lo bonito que tenía el regalo.

Yukari parpadeó un poco, observándolo con asombro.

—No pues no le veo lo bonito—Ladeó la cabeza a un lado —Todavía no— Al otro —Así tampoco… No, pues no, es horrible.

Yuri negó con la cabeza, su querida amiga Fresita no cambiaba ni volviendo a nacer.

—Tae-chan… ¿Me puedes decir qué es esto? —Un tic en el ojo izquierdo de la coreana apareció de un momento a otro, la aludida sólo se encogió de hombros.

—Una bolsa de papas fritas. Tú dijiste que te gustaban las cosas caseras.

Hija de la…

— ¿¡Y tú dónde la ves lo casero a esto!? —Hizo una rabieta, agitando la bolsa de papas fritas delante de ella.

—Ahí dice que son papas caseras.

Tres… dos… uno…

— ¡NI SIQUIERA ME PERMITEN COMER ESTAS PORQUERIAS, MALDITA!

Sip, taeyeon, la volviste a hacer. Una graciosa discusión estalló dentro de la habitación, con una pobre coreana despreciando el regalo que su hermana con tanto "amor" le había comprado, ¿es que no podían estar silenciosas por al menos una vez en su vida? Era lo que Michelle se ha estado preguntando desde que Tiffany la metió en su grupito de amigos.

Michelle resopló cansada por quinta vez en el día, deseando distraerse en sus pensamientos para ignorar la pelea, eso por lo menos hasta que escuchó a Yuri hablarle.

— ¿No crees que la estreñida de taeyeon se pasó esta vez? — ¿Hum? Se giró a mirarla, ¿qué más podía hacer? Nunca iba a poder quitársela de encima.

—Siempre me pregunté… ¿por qué todo mundo le dice así a Kim?

La aludida sonrió con malicia, indicándole que no debió de hacer esa pregunta.

—Quizá quieres que te dé una demostración~

—Ah, no gracias, eres capaz de aprovecharte de mí hasta en un hospital con gente mirando. Además…—Una mueca de desagrado se formó en su rostro y se frotó el estómago —Me acabo de acordar que me comí un huerto completo de zanahorias hace rato.

La pelinegra rio ante su reacción, como siempre evitaba lo inevitable ¿no es así? Con cuidado se deslizó por el sofá hasta quedar más cerca de la mayor, quedando nariz con nariz, y se atrevió a arrebatarle un corto y suave beso en los labios que la dejó atónita por varios segundos.

—Mira nada más, te pusiste rojita. ¿Eso me da puntos extra? —Michelle se quedó con la boca abierta, ¿cómo se atrevía a besarla, aquí, frente a todos? Podría jurar que las demás se callaron luego de que Lily se atreviera a hacer tal atrevimiento hacia su persona.

Un sonoro "Aaaaaawww" fue pronunciado por algunas ahí dentro (entiéndase por algunas que taeyeon no lo hizo) Fue por eso que la peli-verde se puso todavía más roja de lo que le hubiera gustado. Maldita kwon, maldita, maldita, maldita. La taladró con la mirada, algo que a su acompañante simplemente no le importó y continuó luciendo esa boba sonrisa sobre sus rosados labios.

Tiffany se apresuró a aplaudir de la nada, desconcertando un poco a la Tsundere de Michelle.

—Al menos pudiste decir que tenías algo con Yuri, onee-chan, ya decía yo que se me hacía bastante extraño verlas besándose cuando pensaban que nadie las veía.

Sintió ese horrible calor quemarle hasta la punta de las orejas, ¡¿Tiffany las había visto?! Trató de hacer todos sus argumentos inválidos, convencerla de que no era lo que pensaba. Mas era en vano, por supuesto que la rubia oxigenada de Yuri no iba a permitir que mintiera diciendo tales falsedades.

Rendida se levantó del sofá, caminando hasta la salida no sin tomar a su querida hermanita por la ropa.

—Tú y yo tenemos mucho de qué hablar sobre lo que dices en público, pequeña.

Tiffany protestó al principio, alegando que no podía irse sin antes jugar una partida de versus de Pokémon contra Soo en el Nintendo DS, pero finalmente se dejó arrastrar para que su hermana pudiera reñirla fuera de la habitación para no molestar a nadie.

Yuzuki rio a grandes carcajadas luego de aquello, limpiándose unas lágrimas que habían salido por tanta risa que le causó el reciente suceso.

— ¿Qué se siente tener a dos nekos así en casa, taeyeon? —preguntó Soo curiosa, un poco menos enojada que hace un momento, a pesar de que nunca se le va a olvidar la vez que su hermana le dio una bolsa de papas fritas como regalo de cumpleaños.

Es la peor pesadilla de todas, pensó en responder, pero se lo pensó un poco mejor antes de darle una respuesta a la interesante pregunta.

Desde que Tiffany se mudó a la casa hace unos meses su casa estaba un poco más animada que de costumbre. Ella se había convertido en una persona con quien podía conversar durante las horas del almuerzo, y alguien con quien platicar sobre la universidad. Yuri metió a Michelle en su casa tiempo después, convirtiendo su antes pacifico hogar en un campo de batalla con sus constantes discusiones respecto al comportamiento acosador de la pelinegra hacia ella.

Ese domicilio, ahora que lo pensaba mejor, estaba muerto antes de la llegada de Tiffany.

Yukari se acomodó en su asiento como Yuri y Soo lo hicieron, esperando atentamente por su respuesta.

— ¡Epa, ¿cómo que ya han llegado hasta la tercera base?! Luego dices que las inmorales somos taeyeon y yo.

— ¡Te dije que no lo gritaras, mendiga gata idiota!

Taeyeon cerró los ojos, sin poder ocultar aquella sonrisa que se curvaba en sus labios.

—Podría decirles… que es interesante.

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss