Cap.15: Si te metes con un gato, ¡te metes con todos!

MI GATITA

—Despierta~

—Cállate, Planetts, déjala dormir… Es mejor que ver su horrible realidad cuando abra los ojos.

—Mou~ No seas amargado, SeeWoo-kun, sólo quiero recibir a número veinticinco a su nuevo hogar.

—La "sesión" de hoy te afectó la cabeza más de lo que creía, Aria…

— ¿Me tachas de loca, lindo gatito? ¿Pues qué esperabas? ¡Fue horrible, FUE HORRIBLE! Me sorprende que no se te haya botado un tornillo a ti también. Es más, yo que sepa partes de esa clan casi extinto de los Daa-hee ¿Por qué no eres alegre como ellos?

—Esta cárcel hizo conmigo peores cosas que a ti… ¡Shhh, se está despertando, escóndete!

—Meeowww~

"Diablos… mi cabeza…." Se quejó mentalmente la Hwang cuando por fin pudo empezar a abrir los ojos. El cuerpo le dolía horrores y le costaba mucho mover tan sólo un mugre dedo, hasta eso la lastimaba de una forma horrible. "¿D-dónde estoy…?" No recordaba casi nada ni mucho menos tenía idea de cómo fue a parar a ese desconocido lugar para ella. Lo único que puede visualizar con claridad es el momento en el que….

Oh no…

— ¡¿Qué?!

Ahora sí que el mugre dolor en su cuerpo no importaba nada ¡Tenía que salir de aquí ahora mismo! Reconocía perfectamente esos barrotes que la aprisionaban en ese instante; grandes, gruesos para que no se pudiera escapar, que daban un aire muy parecido a una cárcel, pero una cárcel para gatos. Tiffany se levantó del piso para correr hasta la entrada de la jaula, encontrándola cerrada justo cuando quiso correr el seguro como lo hizo años atrás para salir como lo hizo aquella vez. Pero no se pudo, esa vez fue diferente porque un soldado se descuidó y dejó la puerta abierta cuando no debía.

Agarró los barrotes con ambas manos, jalándolos varias veces con desesperación para intentar romperlos pero… nada. Parece ser que están hechos especialmente a prueba de gatos como ella. Entonces, los recuerdos llegaron a su cabeza e manera inmediata cortándole de esa manera el aliento; Kaito, Kiku, la paliza que le dieron a Yukari por su culpa, Tei, TODO.

Incluso… a taeyeon.

Ya no volvería a verla jamás a menos que saliera de aquí, ¿cierto? Sin ella quererlo los ojos se le humedecieron en ese momento, le dolía y enfurecía demasiado el hecho de volver a estar encerrada como una rata de laboratorio para ese mentado proyecto, por supuesto que le dolía. Pero nada se comparaba con el hecho de que esa idiota rubia, esa misma idiota que a pesar de todo terminó por alegrarle la vida y llenar ese huequito en su corazón que nadie logró llenar muy posiblemente ya no volvería a abrazarla ni decirle que la quería ya nunca en ninguna de sus siete vidas. ¡Maldita seas Tei! ¿Por qué simplemente no podía dejarla tranquila?

La neko se dejó caer sobre sus rodillas lentamente ¿Qué más podía hacer ya? Por un momento quiso que taeyeon entrara por esa puerta para venir por ella alegando que se la llevaría a casa como en ocasiones pasadas. Pero claro, ¡Ya no podría encontrarla! Ahora tenía un futuro oscuro e incierto detrás de esos barrotes diseñados especialmente para que ningún Kittye pueda escaparse. ¿Qué pasaría a partir de ahora? Ciertamente no le importaba… le acaban de arrebatar un hermoso futuro junto a la persona que hacía latir su corazón como ninguna otra ¡Ninguna!

"tae-nya… te necesito ahora más que nunca…"

Sin embargo, posiblemente esta vez ya no acuda en tu ayuda, Tiff-chan.

Ella ya no podía hacer otra cosa más que lamentarse de su suerte de gato, por lo que eso iba a ser, a lamentarse con aires deprimidos dentro la jaula. La Hatsune recargó la frente contra la celda mientras que con una de sus manos tomaba con firmeza una de los barrotes, aflojando de poco a poco el agarre conforme la esperanza de que hubiera otro fallo en la seguridad para que pudiera escaparse fuera desvaneciéndose.

Y por eso, no se dio cuenta de dos pares de ojos ajenos que la observaban desde un par de jaulas cercanas.

—Nyaaa~ Creo que he visto una linda gatita— ¡¿Ha, de quién es esa voz de tono ertido como el de kwon?! ¿¡Y por qué tiene que encontrarse con pura gente ertida a donde quiera que vaya!? Está destinada a ser acosada de por vida… Tiffany se giró a ver tras ella de dónde provenía esa voz, encontrándose una litera de colores grisáceos y a una chica que ocupada la cama de arriba. Ésta formó una felina sonrisa en sus labios — ¡La vi, vi una linda gatita!

Ay… por su…

— ¡Ia, mira lo que le hiciste! Ya la espantaste gata descerebrada, bien te dije que no la molestes—Acotó una voz masculina proveniente de una prisión vecina, señalando el hecho de que la peli-roja se quedó congelada en su lugar.

— ¡Pero nada más la estoy saludando, SeeWoo-meow!

—Deja de poner ese "meow" después de mi nombre, suena ridículo.

—Eres un amargado.

Analizando situación… ¡¿No podía tener una semana sin más sorpresas?! Dios, apenas si podía con una sola, y una muy horrible.

Pero… viéndolo bien, de no haber sido por lo mal que se sentía al saber que tendría una vida como rata de laboratorio de nueva cuenta, se hubiera puesto a saltar de alegría al ver al par tan extraño que la había, enmm… ¿recibido? Frente a ella no se encontraban más que dos jóvenes con orejas y cola de gato, la primera de largos cabellos lila con orejas del mismo color. Ia, parece ser que así se llama, no le puso demasiada atención a eso, ahora se debatía en una discusión sobre el amargado de su compañero SeeWoo, un Kittye masculino de cabellos rubios cortos y ondulados con orejas tan negras como la noche. Eso, fuera de que comenzaron a discutir frente ella apenas haber cruzado unas palabras, la dejó hecha hielo… ¡Esos dos eran exactamente como ella, digan lo que digan, eran Kittyes como ella! ¿Cuál era su edad? Ni idea pero al parecer son jóvenes, y quizá hasta lleven aquí mucho más tiempo que ella ¡Y quizá hasta ellos conozcan o sepan algo de Gumi!

Lástima que la Hwang no estaba en momentos para ponerse eufórica, pero Aria no estaba consciente de eso o simplemente no le interesaba un cacahuate.

— ¡Tiff-chan, dile a este rubio oxigenado que ya no sea tan agrío como el limón y me mande un besito aéreo! — ¿¡Y cuándo demonios la conversación había cambiado?! Pero mucho más importante que eso ¿Cómo sabía su nombre? La aludida arqueó una ceja extrañada mientras observaba a la chica que se cruzaba de brazos y piernas sobre la cama haciendo un lindo puchero.

—Por última vez, Aria, no tendrás ningún beso de mí así que púdrete—contestó el otro desde su lugar, estaba sentado en el piso dando a entender que posiblemente estaba meditando hace un rato.

— ¡Admite que me deseas porque soy tan sensual que…!

— ¡Oigan!

¡Al fin le hacían caso! Los dos chicos se callaron ante el grito de Tiffany, quien ya estaba de pie en su lugar mirándolos con una molestia mal disimulada.

Estos chicos ya la irritaron y casi ni le dijeron nada, pero tenían esa extraña habilidad de molestar gente sólo con la mirada. Sin embargo, observando muy bien la manera con la que se comportaban con el otro… le recordó mucho a ella y taeyeon, de una manera más bizarra pero… no muy diferentes al final de cuentas. Y eso, más que darle gracia o ternura, fue como un fuerte golpe en el pecho. Sintió ganas de llorar, pero simplemente lo ahogó con mucho esfuerzo pues detestaba llorar frente a desconocidos.

Aria la observó con curiosidad desde su asiento sin dejar de mover aquella cola de animal tras ella.

— ¿Qué sucede, gatita? —preguntó amablemente, al parecer no es tan mala. La peli-roja dudó en preguntarles pero al final lo hizo.

— ¿Cómo es que ustedes saben mi nombre?

La chica dejó de hacer todo lo que estaba haciendo ante esa pregunta, el rubio nada más rodó los ojos con una mueca de fastidio, bien le dijo a su compañera que no actuara ni dijera nada inapropiado frente a ella por mientras de aquí a que se vuelva a acostumbrar al encierro. ¿Por qué? Se preguntarán ustedes. Bueno, créanme que la famosa noticia del primer Kittye que se escapó de los laboratorios Sukone hace dieciséis años no pasó por alto para ninguno de los prisioneros. Desde ese entonces el hombre de Tiffany Hwang, la hija del hombre a que él salvó de un futuro cruel no ha salido de la boca.

Así al menos hasta que los laboratorios que trataban de producir el "Cat Food" de forma ilegal se fueron vaciando de poco a poco, y las morgues de éste mismo recibían un nuevo cuerpo que guardar por lo menos una vez cada mes. Aria, SeeWoo y una pequeña Kittye de nueve años de nombre Yuki Kaai eran los únicos que quedaban, bueno… ellos y otra chica. Y cuando se enteraron que Tiffany fue capturada a los trece para tres años más tarde volver a salir de ese horrible laboratorio ya hasta era una leyenda entre los pocos reclusos del lugar.

Eso y de que cierta personita no para de ejecutar planes que siempre terminan fallando con tal de escaparse e irse a buscarla.

Ia se rascó una oreja con nerviosismo.

— ¿Y bien? —Insistió la peli-roja colocando las manos sobre sus caderas, mirándola de una mirada digna para intimidar a cualquiera.

—B-bueno… lo que resulta es que Gu...

Pero no pudo terminar su oración, se escucharon unas voces fuera de la sala y varios pasos de diversas personas dirigiéndose con calma hasta la habitación de "alojamiento". SeeWoo lanzó una grosería entre dientes apresurándose a recostarse en su cama para esconderse entre las sábanas ¿Pero qué mosca le picó?

— ¡Mierda, es Tei! —Y dicho y hecho, Aria cobardemente hizo exactamente lo mismo que su amigo rubio, temblando de miedo bajo las frías sabanas.

Esperan…. ¿Esa Tei? ¿¡Sukone Tei viene para acá!? "¡Patitas pa qué las quiero!" La Hwang trató de encontrar un lugar dónde esconderse, pero su mente estaba tan confusa en ese mugre momento que nada más alcanzó a meter la mitad de su cuerpo bajo la cama.

Fuera del lugar, Tei iba por el pasillo seguida de un par de soldados y científicos que trabajaban para ella, además de una pequeña niña que por su edad no tenía nada que hacer allí. Su vestido era rojo y un par de orejas y una cola pequeña eran visibles sobre su cuerpo, un hombre mucho más alto que ella la traía amarrada de sus pequeñas manitas junto con un collar con correa en su cuello con el que la que técnicamente la arrastraba por el edificio. La niña lloraba, comenzando a irritar a la mujer de sobremanera.

"Odio a los niños"

Sin más decidió ignorarla, tenía una Kittye más importante a la que atender… Esto iba a ser bueno.

La gran puerta metálica se abrió antes de que Tiffany pudiera encontrar un escondite mejor, pero cuando esa horrible mujer entró a la sala el miedo se apoderó de ella a los pocos segundos, dejándola completamente congelada en su lugar.

—Tiff-chan, ¿cómo dormiste? ¿Aria-chan y SeeWoo-kun te recibieron bien en nuestra "casa"?

— ¡Tsk, mejor dinos que hiciste con las orejas! —coreó Kiku con impaciencia agarrándose de los barrotes, pero la peli-plateado le mandó a callar con un gélida mirada —P-perdone, Master-sama…

La aludida sólo negó con la cabeza. De fondo, se escuchaban los lloriqueos de la niña mientras un par de soldados la metían en su respectiva reja. Sin más le dirigió otra mirada a la neko, que seguía sin reaccionar como le hubiera gustado.

— ¿No vas a saludarnos, querida? —insistió, pero la aludida ahora formaba un marcado ceño fruncido, negándose a contestarle.

—Que te jodan, Tei.

— ¡Desgraciada! ¿¡Cómo te atreves a hablarle así a Master-sama!? —Kiku hizo además de abrir la puerta y entrar a darle la golpiza de su vida, pero su jefa se lo impidió con un movimiento de mano.

—Muerta no me sirve de nada, Kiku.

—Tsk…

La Hwang nada más se dedicaba a verlas con rabia, tenía un poco de miedo en el interior por supuesto, pero de ninguna manera iba a darle la satisfacción a esa mala hierba de saber que pasaron con sus rasgos felinos. Aunque, en efecto, la rabia se apoderó de ella y a los pocos segundos aquellas blancas partes felinas resurgieron en su cuerpo ante la furia que sentía.

Tei sonrió.

—Ara, la minina ha vuelto ¿Ya viene ella en camino, Yohio? —preguntó desinteresadamente a un hombre de cabellos rubios que se estaba encargando de regresar a la niña en su jaula, el aludido la miró por unos momentos para después contestarle.

—Sí, Sukone-sama. Pero debemos de pedirle perdón, se volvió a resistir contra nosotros y tuvimos que recurrir a los golpes para ponerla de vuelta en su lugar—anunció como todo un soldado bien disciplinado.

—No importa, ella se lo buscó—Ahora sí, que Tiffany la miraba con confusión ¿De quién estaba hablando? Tuvo una corazonada, pero no sabía si hacerle caso o no —Mira, Tiffany, si no vas a hablar tú entonces vamos a presentarte con alguien, a ver si por ella te atreves a decirnos algo.

Ahora sí, tuvo un mal presentimiento de todo esto.

— ¡Ugh, dejen de tocarme, malditos perritos falderos! —se escucharon varios gritos fuera de la habitación, ¿pero qué estaba pasando? La mujer sonrió de nueva cuenta, y con una sola mirada ordenó a Kiku que les ayudara con la "carga".

—Creo que es hora de una linda reunión familiar, Tiff-chan.

Será que….

Tiffany no entendía que estaba pasando, pero el dolor de su estómago le estaba volviendo a advertir de algo, lo había hecho en diversas ocasiones en las que se encontraba en peligro ella o alguien cercano, así que no iba a ignorarlo y menos esta vez. ¿Por qué esa horrible mujer sonreía como si tuviera todo ganado? Era otra pregunta a la que su cabeza no hallaba respuesta alguna. Entonces, la peli-roja abrió la puerta de par en par de la sala, haciendo que los gritos femeninos por parte de alguien desconocida para ella resonaran con más fuerza en la zona, seguido de un sonido de golpe para mandarla a callar.

Y de pronto: Nada.

Yohio se apresuró a abrir la celda de la Hatsune por órdenes de su jefa, a lo cual la Hwang nada más pudo retroceder unos cuando pasos de la entrada, temerosa de aquello que pudiera pasar a continuación. De alguna forma ya presentía quien pudiera ser esa persona, pero todo lo sucedido tenía su cabeza revuelta.

—Aquí está número diecisiete, señora—un hombre con bata de laboratorio le anunció llegando a su lado, los demás estaban haciendo las revisiones rutinarias a la pequeña de hace un rato — ¿Quiere que la metamos en su celda?

—No, déjenla aquí, tengo otros planes para ella.

—Como prefiera—Sin más que hacer, el hombre le dejó paso a un par de muchachos al lugar.

Pero, para la perplejidad de la neko, esos jóvenes no iban solos, sino todo lo contrario; tomaba por los brazos llevaban arrastrando a una chica de cabellos cortos y verdes hasta su sitio. Iba medio inconsciente, quizás debido al fuerte golpe que le habían propinado para silenciarla, por lo que no imponía ya ninguna resistencia ante sus agresores que la arrastraban agarrándola con fuerza desde sus naranjas ropas desgastadas, pues las esposas en sus muñecas no les permitían tomarla bien por los brazos.

Su estómago dio un vuelco al verla ahí… esa chica… encajaba con las descripciones que Lily le había dado sobre su hermana hace unos días. ¡Tenía que ser ella! Aunque su cabeza no estaba lo suficientemente fría como para alegrarse por encontrarse con su única familia después de dieciséis años de no saber nada de ella. También, porque sabía que Tei tenía algo planeado con todo esto.

Nada bueno, de seguro.

¿En qué estás pensando, Sukone Tei?

La peli-plateado observó a la chica unos largos segundos, con un dedo puesto sobre sus labios y una ceja levantaba analizaba lo que quería hacer con ella.

Finalmente chasqueó la lengua señalando a la celda de Tiffany.

—Déjenla ahí, tengo que platicar con las dos un rato.

Sin más que hacer, los dos obedecieron a su líder sin chistar, lanzando a la pobre muchacha dentro de la celda como si fuera un costal de cemento. Ella emitió un gemido de dolor al caer frente a Tiffany levantando polvo con esto, al parecer también ha estado sufriendo mucho aquí dentro, se podía notar a kilómetros de distancia. Aun así, la Hwang no pudo hacer mucho, sólo se quedó observándola con la boca abierta, sorprendida y sin emitir sonido alguno ante la escena.

Estaba paralizada.

—Échale un vistazo, Tiff-chan, sólo un pequeño vistazo—Tei sonrió con malicia, pero aun así Tiffany le hizo caso, examinándola detenidamente —Que tus ojos no te engañen, porque aunque no tenga orejas es una Kittye como tú.

¿Una Kittye como ella? ¿A qué se refería diciendo que era como ella?

—Vamos, Michelle, levántate, te traje a alguien para que la conozcas ¡No seas tan maleducada y saluda, gata ingrata! —Gritó Tei con impaciencia, dándole un puntapié a la prisionera, la neko quiso impedirlo pero sus músculos rígidos no se lo permitían.

Michelle… dijo que así se llama… Michelle… No hay duda de que es ella…

Por un momento meramente largo para ella su corazón dejó de latir, o por lo menos así lo sintió ella. Michelle levantó el rostro lentamente, sin energías, y dejó que la otra neko pudiera examinar sus facciones con más claridad; cara delgada, labios finos, piel blanca aunque pálida hasta cierto punto, pero con un cuerpo débil y desnutrido ante todo lo demás. ¿Su edad? Mejor no decía nada ante ello, porque bien podría tener menos de la que aparentaba. Sin embargo, lo que más resaltaba de todo aquello: Eran sus ojos tan verdes como una brillante esmeralda, esos que al principio la miraban con confusión, para luego pasar a pura sorpresa y finalmente terminar en tristeza al reconocer a la minina frente a ella.

— ¿Qué? ¿No piensas saludar a tu querida hermanita, Michelle?

Durante unos minutos, Tei las miró en absoluto silencio, mirando con una cruel diversión el colapso mental que ambas estaban sufriendo al encontrarse de cara a cara. La peli-verde quiso decir algo, pero la otra se adelantó.

— ¿H-hermana?

La peli-plateado emitió una sonora carcajada, y cruelmente se agachó nada más para deslizar una mano bajo el mentón de la joven alzándole la cara con un brisco movimiento.

—Pero qué bonito momento, deberían agradecerme de que… al fin la familia se ha reunido después de tantos años gracias a mí, yo que soy una maravillosa persona les he dado la oportunidad de conocerse ¿verdad? —cuestionó con una sádica sonrisa, Michelle emitió otro gemido de dolor al sentir esos delgados dedos apretar su mentón con furia — ¿Ya vas a decirme lo que quiero, Tiffany?

— ¡Déjala ir, desgraciada! —La peli-verde se revolvió en su lugar con furia, no resultando mucho gracias a las esposas en sus muñecas.

—Cállate, mi pregunta es para tu querida hermana—sin dejar esa mirada llena de maldad volvió a dirigirse a Tiffany —Si no quieres que le haga nada malo, vas a decirme que has hecho con las orejas, Tiff-chan.

Ahora sí, la furia se apoderó de ella.

— ¡NO TE ATREVAS A TOCARLA! —con fuerza quiso abalanzarse sobre ella para borrarle esa desagradable sonrisa de su rostro, pero Kiku y otros dos se interpusieron en su camino, empujándola y aprisionándola con los brazos para contenerla.

Qué monada, esto le estaba pareciendo meramente divertido. Pues podía sacar provecho de todo esto.

—No te asustes, minina, todo esto tiene una fácil solución: Dame la información que quiero y va a estar bien. ¿Trato?

Sukone le extendió su mano para que la estrechara, creyendo que tenía todo el jueguito ganado. Por su parte, la peli-roja observaba este gesto con desconfianza. Conocía a Sukone Tei lo suficiente para saber que no era ninguna mujer de palabra, sino todo lo contrario, aprendió eso en los tres años que la mantuvo encerrada ¿Pero qué más podía hacer? Tenía que salvar a Michelle y esta era la única forma de hacerlo.

—L-lo haré…— ¡Hasta que lo hace! Con un solo movimiento de cabeza la científica ordenó a sus hombres que la soltaran —Te lo voy a decir, sólo si prometes que dejarás ir a Michelle.

¡¿Qué?!

Michelle se retorció en su lugar con rabia ¡Tiffany no podía estar hablando en serio!

— ¡NO LO HAGAS, TIFFANY!

— ¡Cállate! —Kiku le dio una patada en el rostro, callándola así y sacándole sangre en el proceso —Master-sama no está hablando contigo, estúpida.

Vaya, vaya, esa gatita asustadiza de trece años que conoció tiempo atrás ya no existía, ahora sabía lo que era divertirse.

Chasqueó la lengua conforme con el trato, y le dio unas palmaditas en las mejillas a la neko.

—Ok, negocios son negocios—La más joven la miró con rabia, pero mejor no hizo nada —Ya oyeron, quítenle las esposas y déjenla ir.

— ¡No, Tiffany! —gritó a su nombre con desesperación, Yohio se acercó a quitarle sus cadenas pero trató de darle puntapiés ¡¿Por qué pasaba esto cuando por fin encontró al único familiar que le quedaba?! El rubio la liberó de sus esposas y la levantó, comenzando a jalonearla hasta la salida de la celda mientras ésta pataleaba para impedírselo — ¡No lo hagas, Tiffany, no me voy a ir sin ti!

— ¡Tienes que hacerlo! Voy a estar bien, sólo vete—Su hermana trataba de darle ánimos para que se fuera, pero sabía muy bien que Tei podría matarla si quisiera.

— ¡Ni hablar, tú te vienes conmigo!

Y en sólo cuestión de segundos, Michelle Hwang ya había dado un fuerte codazo al pobre rubio que se retorció de puro dolor dejándola así escapar. Apretó su puño con fuerza luciendo sus blancos rasgos felinos en su cuerpo, abalanzándose contra aquella horrible mujer, pero Kiku fue más veloz y la atrapó por el cuello, apretándolo para asfixiarla si no se contenía y salía corriendo ahora que tenía la oportunidad.

Estúpidos SeeWoo y Aria, no hacían más que esconderse como gatitos asustados.

Tiffany apretó los dientes con furia, pero no hizo nada ante la mirada helada de cierta mujer.

— ¡Suéltame, suéltame, no me voy sin mi hermana a ninguna parte! —Yohio la volvía a tener fuertemente aprisionado por los brazos, ¡Dios! ¿Por qué esta chica era tan fuerte? — ¡Es mi única familia! ¿Qué no lo entienden? ¡Tengo que protegerla!

Esta vez al decir esas palabras, más que con un todo furioso lo decía con uno desesperado, de verdad que estaba preocupada por ella y ahora que por fin la tenía frente a sí después de tantos años de estarla buscando el destino le jugó una mala jugada. Tiffany le devolvió la mirada con angustia, pero tomó fuerzas para acercarse a ella dónde aprovechó para susurrarle algo al oído:

—Ve a Sapporo y busca a taeyeon Kim… p-por favor, te lo suplico.

¿Taeyeon Kim? ¿Pero quién es él o ella? La peli-verde la miraba ahora con confusión, pero ese tono de súplica le llegó hasta lo más hondo de sí. Taeyeon era alguien importante, y también, posiblemente, la única persona que quizá podría ayudarla a rescatar a su hermana.

Eso debía ser.

—Sal de aquí antes de que cambie de opinión, Megpoid—apuró Tei señalando un reloj invisible en su muñeca.

Yohio la soltó con una mirada inquisidora, pero Gumi seguía hecha un manojo de nervios.

—Ahora—Coreó la peli-roja. Sus ojos le decían claramente "Busca a taeyeon, te lo suplico"

Tenía que hacerlo…

"¡Voy a regresar por ti, no te preocupes!"

— ¡Vete, por el amor al puerro!

De esa forma, aunque le doliera en el alma partir dejando a su única familiar viva atrás asintió silenciosamente con la cabeza para empezar con su huida. Se dio media vuelta, comenzando correr así por los pasillos subterráneos del laboratorio para buscar la salida para poder adentrarse en el bosque.

La Hwang sacó un suspiro de alivio al verla desaparecer por la puerta.

—Bien, ya que arreglamos este asunto, ¿por qué mejor no retomamos lo de hace un rato? —Ahí vamos…

Pero, sin embargo, justamente cuando un par de soldados seguidos por otro pequeño grupo de científicos empezaba a llevar a la neko hasta el área de experimentación, Tei se acercó a otro par de soldados que se quedó a vigilar que en verdad Michelle saliera de la base, solamente para ordenarles con malicia:

—Búsquenla y cuando la encuentren: Mátenla.

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Preguntó a todo profesor, a todo alumno, a toda persona que conociera a la maldita secuestradora si había visto a su novia con la mentada profesora: Pero nada, técnicamente era como si a Tiffany Hwang se la hubiera tragado la tierra. Nadie sabía de su paradero, nadie además de Ted y Yukari la habían visto momentos antes de su desaparición, pero ninguno de ellos sabía a dónde se la habían llevado.

Nadie…

Taeyeon recién salía de la estación de policía luego de solicitar a las autoridades su ayuda para hallarla, aunque eso no le daba más esperanzas; los detectives no habían prometido que la iban a encontrar, ¿y cómo lo iban a hacer? Si era muy difícil dar con alguien que no tiene ningún tipo de registro visible en los archivos ni información fiable de la cual basarse.

Salió de ahí, con la angustia apoderándose de ella y con todo exactamente igual que hace unas horas: Sin Tiffany.

"¡Maldita sea, Tiffany! ¿Dónde te has metido...?"

La Kim se sentó en una parada a esperar el autobús que la llevará a su barrio, sinceramente la estación de policía sí que quedaba lejos de su casa.

Estaba tan preocupada, con miedo de que perdiera a la única persona que la había hecho pensar en la felicidad con alguien que incluso sería capaz de hacer lo que fuera por encontrarla. Leeteuk, Yukari, Soo e incluso Seulgi y Len ya estaban buscándola por todo Sapporo, por debajo de las piedras si era posible, lo mismo Yuri y Miki que ya estaban al tanto de todo, abandonaron la búsqueda de Michelle para ir tras esa neko revoltosa desde su posición en Nagoya. Hasta para su sorpresa; todos sus compañeros de clase que conocieron a Tiffany ya estaban buscando una manera para encontrarla.

Un gesto sin duda muy lindo de su parte, pero no lo suficiente para hallarla, o eso era lo que ella pensaba.

Tanto así que horas atrás taeyeon ya estaba ideando un plan para dar con Sukone Tei: Ella está interesada en los Kittyes, ¿cierto? Personas con orejas y cola de gato visibles en su persona. Y ella, para su suerte o desgracia, poseía tales requisitos gracias a Tiffany que le contagió el virus. Así que si pensaba en un buen plan, usaría esto para atraer a Tei y hacer que le diga donde carajos metió a su novia.

Sin duda un plan brillante… pero con fallas.

¿Ella, exponiéndose así ante mucha gente? Eso era algo desagradable para ella, pues nunca le gustó exponer su intimidad frente a tanta gente, de ser así su nombre no es taeyeon Kim, y claro que lo es. Pero… por Tiffany, por ella hasta dominaría el mundo de ser necesario, estaba convencida de ello.

Con esto iba a esperar a que diera la hora del almuerzo en la universidad, se pararía sobre una mesa y cuando obtuviera a gritos la atención de todo estudiante, empleado y profesor que estuviera en la zona: Se quitaría la gorra y expondría aquellas orejas y la cola rosada ante todos ellos.

Que así sea.

-La vida es una lenteja, o la tomas o la dejas. La vida es una lenteja, o la tomas o la dejas~-

¡Hija de su mamá! Seguro que Yuri o Tiffany le cambió el tono de su celular… otra vez. ¿Por qué siempre la interrumpen cuándo piensa?

"Me la va a pagar esa pelinegra oxigenada" Sip, ya daba por hecho que fue ella.

Con un gruñido sacó el celular de su bolso para ver quién demonios se atrevía a llamarle. ¡Miren, pero es Soo! La persona que menos quería oír. Sin más contestó de mala gana.

—Más te vale que sea importante, idiota, estoy demasiado ocupada como para aguantar tus estupideces—advirtió con ese tono peligroso que la caracterizaba tanto. Pero qué linda~

— ¡Por supuesto que es importante, tae-chan! ¿Para qué crees que te estoy llamando?

—Para decirme que encontrase a Tiffany, quizá—respondió ahora con un deje de esperanza. Tal vez ya la….

—Amm… no, bueno puede que no tan importante pero: tae-chan, ¿tu refrigerador está andando?

Hija de la…

— ¡Vuélveme a llamar por una estupidez como esa y vas a ver cómo te va, idiota!

— ¡No, taeyeon, no es por lo que crees! ¡Es que el mío acaba de salir corriendo y…!

Y colgó.

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Su respiración se volvía cada vez más pesada conforme avanzaba por las calles de Nagoya en medio de la noche, sus piernas casi no podían moverse y la poca fuerza que tenía ya casi no iba a permitirle seguir huyendo del grupo de hombres que Tei lanzó contra ella hace unas horas. ¡Maldita mujer sin bondad alguna! Bien sabía que cuando le dijo a su hermana que no iban a hacerle nada ésta no iba a cumplir su palabra de ninguna forma.

¿Pero acaso Tiffany podría enterarse? Por supuesto que no, por eso la dejó ir, para matarla sin que su hermana lo supiera.

El cuerpo de Michelle estaba bastante maltrecho y desnutrido, ella misma sabía que no estaba en condiciones adecuadas para una huida de esa magnitud, pero aun así, y como buena hija de uno de los clanes más respetados de su raza se las arregló bastante bien para huir de sus perseguidores en varias ocasiones, evitando que la atraparan casi por un pelo. Aunque, había otra cosa, o una persona mejor dicho que no le permitía pensar las cosas por andar tan preocupada por lo que Tei pudiera hacerle.

Michelle no era tonta, nunca lo fue, e intuía que desde que se marchó de ahí casi por la fuerza esa mugre mujer ya había comenzado con sus jueguitos de la tortura para sacarle algo de información a la peli-roja ¡Maldita sea! Justo cuando había dado con ella después de estarla buscando por mar y tierra durante años le salen con esto… Pero no, no se iba a rendir así de fácil, ya vería después como hacerle pero cuando reúna fuerzas de nueva cuenta volvería al laboratorio a sacarla de ahí.

¡Es un juramento!

— ¡Hey, se acaba de colar por ahí! —Escuchó los gritos de uno de sus perseguidores muy cerca — ¡Idiotas, no la dejen escapar si no quieren que nos mate a nosotros!

—Maldición…

¿Era necesario que fueran tan insistentes con el tema de asesinarla? La peli-verde recargó su hombro en una pared de ladrillo que tenía cerca, las fuerzas para continuar eran pocas, mas no le importaba. Enserio que necesitaba algo de comer… rápido, y no hay tiempo para eso.

Agarró fuerzas para continuar con su huida, se coló en un callejón vacío que era tenuemente iluminado por los faroles de las calles, escapando con rapidez de los secuaces de la científica zafada. Quizá no había escapatoria ya, puede que fuera el final después de todo lo que pasó, pues después de tanto correr volvió a sentir su cuerpo debilitarse, volviendo a necesitar la ayuda de la pared para no caerse.

Mejor rendirse… ¡No, de ninguna manera, tenía que seguir a pesar de que no pudiera! ¿Qué clase de gato humanoide mutante sería si no hiciera honor a la raza de los Kittyes? ¡Había que continuar ante todo! Algo que tenía que pasar; una casualidad, un milagro, pero que la ayudara con el dilema en el que se encontraba.

Y cómo si Yisus oyera sus plegarias… alguien apareció, alguien que nunca dejó de robarle el sueño durante más de dos años…

— ¿m-Michelle…?

Esa voz… no cabía duda que era ella… nunca olvidaría su voz…

Nunca, jamás olvidaría esa sensación de calidez y protección que esa joven siempre había provocado en ella desde la primera vez que la vio. Era… inconfundible, podría reconocerla hasta con los ojos cerrados. Nadie había logrado hacerla sentir de esa manera, ¿y cómo iban a hacerlo? Si no salió de los laboratorios desde que la volvieron a encerrar después de escaparse, Tei la había perdonado y por eso no la mató. Pero ella, esa muchacha de ojos tan azules como el cielo que le tendió su mano cuando más la necesitaba… siempre tuvo un lugar en su corazón desde el principio.

La aludida levantó el rostro lentamente, con el corazón a todo lo que daba y con una par de lágrimas de emoción que contenía en sus ojos color esmeralda.

Entonces la vio…

—Yuri…

Yuri sonrió con ternura, un tipo de sonrisa muy rara en ella, y sin pensarlo rodeó a la mínima con sus delgados brazos. El abrazo fue inesperado, ¿por qué la abrazaba así como así? La peli-verde sintió dolor en sus costillas cuando lo hizo, pero siempre estuvo deseando que lo volviera a hacer por lo que no dijo nada y solamente se sonrojó con fuerza. Por el lado de la rubia: Odiaba verla de esa manera, tan frágil, débil y herida como la primera vez que la vio.

Deseó con todas sus fuerzas poder disfrutar del abrazo que le estaba proporcionando, pues había pasado tanto tiempo sin sentir su cálido aliento sobre su piel, sus bromas ertidas aunque divertidas, aquellos cariños que siempre le proporcionaba con ternura o las dulces palabras que le encantaba escuchar de esa muchacha; porque Yuri kwon no era de decir cosas románticas, lo que daba indicios de que ella era especial sobre todas esas personas con la que la rubia se acostó alguna vez en su vida. Pero sobre todo:

Su voz, indicándole que estaba a su lado.

Cerró los ojos, la rubia también quería esto… mas no podía hacerse ahora, y menos en una situación tan peligrosa como esta.

Otro día será… si es que vuelven a coincidir en caminos.

— ¿Qué te han hecho, gatita? —preguntó con claro tono de preocupación en su voz, iba a matar a esa peli-plateado cuando tenga la oportunidad.

— ¡Encuéntrenla, bola de inútiles, no podemos dejar que se nos vuelva a escapar!

Ahí vienen… Las cosas están yendo peor y no podía permitir que le hicieran daño a la pelinegra por su culpa. Se alejó de ella con movimientos bruscos, y la aludida sólo la miró con confusión.

— ¿Qué no me extrañaste, ne?

—Vete de aquí, kwon, estoy ocupada—trató de ahuyentarla con palabras, pero claro que eso no funciona con la ertida de Yuri kwon, nada sirve con ella.

—Eso no es la respuesta que buscaba— ¿Lo ven? Prácticamente hizo caso omiso a su orden, examinando a la neko con detenimiento —Sigues siendo la misma minina Tsundere de hace un par de años.

—Yuri, por favor, no tengo tiempo para tus tonterías, ¿por qué mejor no vas a buscar otra persona para andar tras sus huesitos, eh, ertida? —La pelinegra suspiró, definitivamente Michelle Hwang seguía siendo la misma de siempre.

Y eso no era nada malo, ¿o sí? Por eso se enamoró de ella en primer lugar.

—Yo también te extrañé tanto… Michelle—pronunció con sinceridad, parando la respiración de la peli-verde con esas simples palabras.

¿Por qué tenía que ser ella la causante de todos sus colapsos mentales? Más importante que eso todavía: ¿Es que acaso no veía la gravedad de las cosas? Siempre fue tan egoísta, pensando en lo que ella quería… Apretó los dientes frustrada, quiso levantarse pero tambaleó casi al instante, siendo atrapada por la rubia casi al momento.

— ¿Quiénes te hicieron esto?

— ¡Déjame! No tengo tiempo para contártelo—Michelle se removió bruscamente de su agarre, si algo odiaba era sentirse débil ante otras personas —Tengo que salvar a mi hermana, y sólo hay una persona que puede ayudarme ¿entiendes?

¿Hermana? A ver, si 2 + 2 es cuatro y si Michelle sólo tiene una hermana entonces… ¡Santo Dios de la miel, ya encontró a Tiffany! Eso quiere decir que no estaba equivocada al venir a buscarla en Nagoya, Tei la tiene en sus laboratorios que tiene a las afueras de la ciudad seguramente.

Eso es un avance, ahora sigue la parte difícil: Que era rescatarla… Mou, seguramente que taeyeon la mata con su atún vengador cuando se entere que su gata estúpida debe de estar siendo torturada de mil maneras posibles.

—Yuri, sé que no tengo razones para preguntarte esto pero… ¿Tú sabes quién es taeyeon Kim? —La aludida abrió los ojos de la sorpresa, ¿por qué preguntaba eso de repente? Ah… claro, Tiffany… Iba a contestar a su pregunta, pero no pudo hacerlo.

— ¡Ahí está!

Ya habían encontrado a la peli-verde.

En total eran cuatro hombres que venían tras ella desde hace un buen rato, dándole caza por órdenes de, bueno, ya saben quién. Yuri dedujo que venían a hacer casi al instante, por lo que con decisión se colocó frente a la neko de manera protectora, luciendo un bien marcado ceño fruncido que la hacía lucir bastante amenazante.

— ¡Yuri! —La peli-verde la tomó por la muñeca, molesta ante sus acciones — ¿Pero qué te crees que estás haciendo? Lárgate de aquí, esto no es asunto tuyo.

—Tus problemas son mis problemas—Y dicho y hecho, estaba dispuesta a protegerla. La pelinegra elevó los puños a la altura de su barbilla, uno un poco más arriba, y se encorvó un poco un poco para adoptar una pose de defensiva —Mantente detrás de mí, zanahoria~

— ¡Pero qué muchachita más valiente! —Soltó una risotada uno de los gorilas —Cree que puede contra nosotros cuatro.

— ¿Y quién diablos es la tipa esta? —Preguntó otro más agresivo, examinando de arriba abajo a ambas chicas.

—Ni idea, pero la muy estúpida se ha apuntado para ser la primera en morir. Hay que cumplirle su último deseo entonces~

Yuri sonrió de medio lado, Michelle tembló ante esto, pero esos hombres no iban a poder a hacer mucho contra ellas.

Sin más comenzaron son sus ataques; uno de los hombres se lanzó sobre ella antes de que Michelle apenas pudiera hacer algo para sacarla de ahí, pero para la pelinegra no fue problema alguno. Yuri se hizo a un lado y con una simple aunque fuerte patada en las piernas lo mandó al piso fácilmente, cayendo de bruces contra el concreto frente a la peli-verde. Michelle se pegó a la pared un poco sorprendida por el acto, le lanzó una mirada inquisidora a su compañera sobre lo que acaba de suceder, pero ésta sólo le guiñó un ojo coquetamente.

"¡Idiota, no es tiempo para que me estés cortejando!" Pensó con una vena palpitante en su sien. ¡Yuri no ha cambiado en nada!

— ¡¿Cómo te atreves?! —Otro de los hombres volvió a hacer lo mismo que lo anterior, y la pelinegra volvió a eludir el ataque nada más para mandarlo al piso de un karatazo en la nuca.

Wow… Bueno, de que sabe… pues sabe.

Yuri se arregló el pelo glamorosamente sin una gota de sudor en su frente.

—El que sigue ~

Miraban estupefactos como esa chica que ellos pensaron era un enclenque desde el principio había derribado a sus dos compañeros sin ningún rasguño. ¿Cómo podrían estarles ganando una mujer? ¡UNA MUJER LES ESTABA PATEANDO EL TRASERO! Era vergonzoso… También había que agregar otra cosa, y eso era que Yuri kwon no estaba necesitando de golpes para tratar con los abusadores, pues como los dos la atacaron en conjunto se las apañó para que entre ellos se hicieran daño.

Cuando uno de ellos tomó impulso avanzando con rapidez hacia ella, la pelinegra solamente lo jaló por el brazo y le hizo dar vueltas para que saliera contra el otro hombre, chocando así contra él para nada más caer los dos contra el pavimento, estos ni sabiendo que carajos acaba de sucederles.

— ¿¡Y tú de dónde zanahorias aprendiste a hacer eso!? — ¡Oh, cierto, Michelle! Ya se la había olvidado que estaba ahí.

La aludida se giró con una sonrisa egocéntrica pintada en el rostro.

—Aprendí Karate mientras tú estabas jugando al doctor con Tei-"sama" —Hizo una trompetilla luego de decir el nombre, rodando los ojos infantilmente —Pero, ¡Hey, que te volví a salvar la vida! Y créeme que te lo voy a cobrar… —Oh no, ahí viene, esa sonrisa ertida en sus labios no le tría cosas buenas y santas… —Creo que me lo pagarás bien si vienes conmigo a mi casa a…

— ¡Ni lo pienses, degenerada, búscate otra gata para tus ersiones! —Sip, todo sigue igual. Michelle trató de separarse de la pared para alejarse de ella pero no pudo —Ugh…

—A ver, déjame ayudarte—Quiso cargarla para llevarla hacia el hospital más cercano, pero la neko se lo impidió con unos cuantos golpes — ¡Ouch, pero en la cara no que de eso vivo!

— ¡¿Cuántas veces te tengo que decir que no necesito de tu ayuda, idiota?!

— ¡Tan siquiera salúdame con un besito!

Cómo siempre…

¿Cuántas veces ya no habían tenido una discusión como esta desde su desaparición? Michelle no quería admitirlo, pero sí, han sido muchas, y lo peor del caso es que las extrañaba. Ella siempre ha sido una persona muy orgullosa que desde que la conoció se ha negado a recibir su ayuda desde el principio, pero al final de cuentas esa rubia con sus comportamiento infantil y fastidioso en ocasiones la hacían ceder ante ella de una u otra forma.

Ambas siguieron con su discusión como si nada hubiera pasado, una con prisa en buscar a cierta rubia y la otra meramente enfocada en conseguir que ese reencuentro tipo cuento de hadas se haga realidad, aun si estaba consciente de que con lo Tsundere que resultaba ser Michelle Hwang muy difícilmente accedería cargando que tenía la preocupación de su hermana perdida. Por eso no se dieron cuenta de que los hombres volvían a recuperar el conocimiento, menos que uno de ellos ya estaba de pie y en posición de batalla tras de Yuri, listo para encajarle una navaja en la espalda para asesinarla y seguir con Hwang luego de eso.

Para su suerte, la peli-verde se dio cuenta de esto a tiempo.

— ¡Cuidado, Yuri!

¿Qué…?

Golpes, patadas, una navaja volando y un par de orejas felinas fue lo único que la pelinegra vio cuando se dio la vuelta para ver lo que pasaba. Sin más… kwon se quedó inmóvil.

La felina de cabellos verdes se encontraba dándole la espalda, pero bien supo que ella pudo contra todos los otros cuatro con suma facilidad; con un palo en una de sus manos Michelle respiraba agitadamente, con la vista clavada en aquel que se atrevió a intentar asesinar a la pelinegra hace tan sólo unos cuantos segundos atrás. Una cola felina se movía de un lado hacia otro, y los cuerpos inconscientes de los hombres estaban regados por el callejón en diversas posiciones graciosas. Eso sí: Ninguno muerto.

Kwon la observó con sorpresa y nostalgia durante algunos segundos, la escena le recordaba tanto al día que la conoció hace tres años, lo cual le produjo un vuelco en la zona del corazón. Michelle se giró hasta ella, mirándola molesta, pero bueno, siempre está enojada con ella.

—Te dije que no te metieras…—regañó con tono arisco, aunque en el fondo Yuri pudo ser capaz de notar como trataba de ocultar aquella preocupación que envolvía su voz. Porque sí, Michelle temió perderla durante un momento… no le gustaba admitirlo pero así era.

La aludida nada más levantó una ceja, ignorando su comentario. Michelle nada más suspiro comenzando a cerrar los ojos, y en cuestión de segundos tanto las orejas como la cola peluda desaparecieron de su cuerpo.

—N-no sabía que podías hacer eso…—comentó confusa.

—Puedo controlarlas a voluntad, es algo que aprendí de mi padre antes de que… bueno, ya te lo conté…—Durante un momento un ligero rastro de tristeza se hizo notar en sus orbes, aun no superaba el tema de su padre, por lo que a rubia decidió no comentar nada al respecto.

Tragó saliva con nerviosismo, Yuri quería decir algo, ver como estaba y ver si podían comentar y aclarar la relación que ellas tenían, cosa que nunca pudieron hacer porque la felina desapareció medio año después de haberse conocido y haber comenzado con… esa extraña relación que las dos tenían. Mas no era el momento, ella dedujo que su compañera no tenía ni las energías ni mucho menos el tiempo para tratar con un tema así; primero tenía que llevarla a un hospital para que curen sus heridas a pesar de que ya sabía que nuevamente iba a negarse a aceptar su ayuda, pero era algo que tenía que hacer sí o sí.

Eso… y el tema del secuestro de Tiffany. Tenían que encontrarla, encontrarla antes de que sea demasiado tarde.

De pronto, la peli-verde cayó de rodillas al piso dejando caer el palo por ahí. Ya llegó a su límite.

— ¡Michelle! —Gritó para acudir en su ayuda luego de eso. La ayudó a sentarse con dificultad —Zanahoria estúpida, ¡¿por qué tienes que exigirte a ti misma por mi culpa?! Tsk, yo misma hubiera podido con ese inadaptado social.

—N-no mientas… ni siquiera puedes limpiarte los mocos tú sola…—Ok, ese comentario le molestó un poco, pero mejor no dijo nada —Creo que me voy a morir…

— ¡Cállate, no digas esas cosas!

La neko alcanzó a oír alguna que otra grosería salir de su boca, nada inusual en ella por lo que no le prestó demasiada atención. Lo que sí llamó su atención fue cuando vio a la pelinegra ertida sacar su celular y comenzar a marcar algunos números en éste, lo cual la hizo preguntarse a quién zanahorias le estaría llamando.

El tono de llamada comenzó a sonar, y en cuestión de tiempo una voz conocida para Yuri sonó furiosamente por el teléfono. Ya saben quién es, ¿verdad?

— ¡MALDITA Soo, YA TE DIJE CHORROCIENTAS VECES QUE MI REFRIGERADOR NO ES UN ASESINO EN SERIE! ¡Cómo me vuelvas a llamar alguien sí te va a asesinar! ¡Y NO VA A SER MI MALDITO REFRIGERADOR! ¡¿ME OYES!?

Taeyeon.

Yuri rodó los ojos, esa muchacha… ¿Es qué nunca podía estar de buen humor?

— ¿Qué pasó, Fresita? Te dije que no anduvieras de frígida aunque Tiff-chan ya no esté, sabes que te hace daño y te pone de mal humor, idiota—Soltó sus comentarios ertidos como lo hacía habitualmente.

— ¿Yuri, con quién hablas? —preguntó la peli-verde con la curiosidad picándole por todas partes, algo le decía que esa persona tenía que ver con su hermana pues la oyó mencionarla.

Cielos, esa rosada le colgó. Yuri tuvo que contener una gran carcajada mientras le volvía a marcar.

— ¡Estúpida degenerada sin cerebro! ¡¿Qué jodidos quieres tú!? ¡Si me dices que tu horno de microondas quiere violarte vas a ver cómo te va! —Aja… está enojada, como siempre.

—Tranquila, deberías de escuchar a la gente sabia antes de colgarle o no vas a enterarte que encontré a la hermana de tu novia y la tengo aquí conmigo— ¿D-dijo novia? ¿Se estaba refiriendo a su hermanita menor como la novia de esa persona? Entonces… ¿Estaba hablando con un chico?

Hubo un prolongado silencio en la línea, uno donde sólo se escuchaba la respiración de la Kim al otro lado del teléfono, parece que la declaración le pilló por sorpresa. Dijo que encontró a la tal Michelle Hwang, la chica que causó todos estos problemas para empezar… Eso tenía un significado grande para ella, uno que de un momento a otro alegró su corazón que hasta ese entonces seguía doliendo ante la ausencia de cierta neko.

Desde que Tiffany se fue…

Sin pretenderlo, toda su ira contenida hacia cierta coreana desapareció ahí mismo, siendo remplazada instantáneamente por un gran alivio al por fin recibir buenas noticias por parte de su amiga. Lo cual también la lleva a otro gran descubrimiento: Tiffany está en Nagoya, no sabe con exactitud en dónde pero está ahí y Michelle puede guiarla hasta ella entonces.

Las cosas están mejorando…

— ¿m-Michelle? —preguntó con la voz temblándole sin ella desearlo realmente, pero imposible contenerse.

—No, la Virgen María, ¡POR SUPUESTO QUE ELLA! Y sabe muy bien dónde está nuestra gatita perdida.

Lo sabía… ¡LO SABÍA!

—Yuri… ¿Quién es? —insistió la peli-verde impaciente, jalando de su ropa como una niña chiquita.

— ¡¿Qué?! —Volvió a gritar su amiga rubia — ¡¿DÓNDE ESTÁ, DÓNDE LA TIENEN?! ¡DIMELO AHORA ANTES DE QUE TE ASESINE!

—Cálmate~ Que si gritas me espantó y ya no digo nada—Yuri sólo suspiró, sus oídos estaban acostumbrados a sus gritos pero no por eso le gustaban.

— ¡Entonces dime dónde está!

"Jeje… de verdad que se preocupa por ella." Pensó divertida.

—Mira, necesito que escuches con atención ¿de acuerdo? —Empezó a pasarle la información que necesitaba —Por el momento no me ha dicho su ubicación exacta, pero estamos en Nagoya como ya sabrás. Ven y búscame en el barrio Atsuta-ku, que estoy hospedada ahí en casa de los padres de Miki. Ahora voy para el hospital central para que atiendan a Michelle, pero si vienes te voy a pedir que traigas a Soo y Yukari que bien nos pueden ayudar con…—Y se escuchó el pitido que emitía el teléfono — ¡Maldita Fresita, ya me colgó otra vez!

Bueno, que para salvar a Tiffany no hay tiempo que perder, ¿o sí?

—Por última vez, Yuri kwon, ¿con quién demonios estabas hablando? —cuestionó Michelle irritada a niveles infinitos, nunca la hagas enojar a ella tampoco, pues rara vez sales vivo.

Yuri se encogió de hombros, guardando en el bolsillo de su pantalón.

— ¿Qué no me estabas preguntando por taeyeon Kim hace rato? —La peli-verde arrugó el entrecejo, ya sabiendo a dónde iba la conversación —Pues sorpresa, miche-chan~ Porque acabamos de hablar con ella.

Ahora sí, estaba más confundida.

— ¿E-ella? ¿Pero qué taeyeon no es un chico? —Yuri la ayudó a levantarse mientras la miraba con confusión, apresurándose a negar levemente con la cabeza — ¿¡Qué!? ¡Pero si acabas de decir que está saliendo con mi hermana!

—Yo nunca dije que tu hermana fuera heteroual, miche-chan…— ¡Dios, ahora hasta se iba a desmayar!

"Adiós al sueño de papá de continuar con la raza…" Yuri esta vez la ayudó a moverse por los oscuros pasillos del callejón, porque si bien ya casi ni podía moverse por lo débil que se encontraba, con lo que acaba de descubrir pues ahora menos.

La peli-vede soltó un suspiro resignado, ahora sabía que a partir de ahora necesitaba conocer a su hermana más que antes.

—Al menos dime que tiene la edad de Tiffany…—Oh, oh. La aludida la miró seria —Ay no, no me digas que…

—Sí, Fresita es una lolicona de primera ¡Tiene veintitrés años! — ¿Fresita? Ah, claro, esa pelinegra les pone apodos a todos.

Pero ahora… desearía no haber preguntado nada sobre taeyeon Kim en primer lugar. Adiós a tener sobrinitos, adiós a al sueño de su querido padre en el cielo que en paz descanse de tener nietecitos. Adiós al sueño de revivir al clan Hwang, adiós a todo lo que tenía que ver con revivir a la raza de los Kittyes de sangre pura. No, ya no quería saber nada más, pero como Yuri era una idiota ertida de primera no pudo cerrar el pico de aquí a que llegaban al hospital.

— ¡Ah, sí, lo olvidé! También es un gato como ustedes dos—formó su típica sonrisa ertida al decir esto, acordándose de como lo habían logrado esas dos, logrando que la peli-verde ahora sí la mirara horrorizada — ¿Quieres que te cuente como pasó de ser humana a una Kittye?

— ¡Dime que fue por medio de la sangre! — ¿Qué más podía pedir ya…? Pero la mirada de Yuri otra vez le trajo malos augurios.

—Eh… ¿Te digo la verdad o seguimos siendo amigovias? — ¡Lo sabía! Su hermanita perdió las orejas tan joven…

—Sólo vayamos a idear un plan para salvar a mi hermana… ¿está bien?

— ¡Okay, lo haremos mientras te cuento la graciosa historia de cómo taeyeon llegó a ser tu linda cuñada!

— ¡NO ES MI CUÑADA!

Sí lo es, Michelle, y esa cuñada tuya ya viene en camino.

Ya viene en camino para salvar a Tiffany aunque le cueste la vida

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Comments

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Itaenylove
#1
Chapter 17: Realmente me encantó el epílogo ☺️
hiciste un gran trabajo con esta maravillosa historia, gracias por compartirla con nosotros ❤️
ana2381 #2
Chapter 17: Demasiado chistoso????
Skyth06
#3
Chapter 17: Fue hermoso la vdd gracias por compartirlo
Skyth06
#4
Chapter 15: Omg *-* muevele taeeerr
Judithp
#5
Chapter 15: JAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJA AMO ESTE CAPITULO!! xDD pinche negris no te puedes callar xDD
soo cada dia consume mas lechuga :/

ahora a esperar el otro capitulo favorito mio xDD

hago spoiler? naaaaa... mejor no xD
Skyth06
#6
Chapter 14: Ya decía q esa profespra daba mala onda ;0;
Itaenylove
#7
Chapter 14: Ya sabia que Era la profesora Sukone ,maldita!!!!!!
Que taeyeon rastreé él celular de fany para encontralar
Actualiza pronto plssssss
mv007842 #8
Chapter 13: Wooooooo hay esta muy buena la historia conti porfa Yuri esta rebelando el pasado de Tiff sige no me dejes haci porfa
Skyth06
#9
Chapter 13: Wtf o_o muy buenooop contii
Itaenylove
#10
Chapter 13: ¿Así que yuri se enamoro de la hermana de tiff ? Seria jessica?
¿Así que contagia lo de tiff?pobre taeyeon,jajaja
¿la familia de tiff esta viva u solo su hermana?
Actualiza pronto plsssssss