El cielo se encontraba cubierto por grises nubes y las gotas caían a mares sobre aquella tarde de aquella ciudad japonesa.

Si bien le agradaba la lluvia esta no era una de esas ocasiones por desgracia. Ni siquiera había alcanzado a cruzar la salida de esa universidad cuando el agua comenzó a arreciar, provocando un sonido molesto pero relajante en ocasiones, y dejándola debatiéndose entre salir y arriesgarse a mojarse y pescar un resfriado, o esperar a que la lluvia parara o se calmara un poco tan siquiera para poder regresar y refugiarse en la seguridad de su acogedora y calmada casa.

Le gustaba la lluvia eso no tenía que discutirse, pero sólo si se encontraba dentro de su cálido hogar, con una manta cobijándola y un chocolate caliente en sus manos, con lo cual observaba desde la comodidad de su ventana a la gente correr tratando de escapar del aguacero y resbalándose pegando contra el pavimento en ocasiones, era divertido. Pero otra cosa muy diferente era que ella fuera de aquellas personas con mala suerte, y eso la irritaba lo que podría ser llevado a la lista de "Muchas de las cosas que la hacen irritar", ya se desquitaría con algo o alguien después.

— Tsk, menuda tormenta me tocó...

Rodando los ojos y haciendo una mueca de fastidio optó por la primera opción. Era tarde y lo que más quería era sentarse en su sofá a ver algo de televisión, cenar, bañarse e irse a la cama como siempre lo hacía.

No es como si su vida estuviera llena de emociones, es más, si por ella fuera no saldría de su casa pero su hermano la obligó a meterse a estudiar en aquella universidad, así que no tuvo otra alternativa más que obedecerlo y así lo hizo, años atrás había entrado a ingeniería, o en otras palabras algo no muy complicado de estudiar. Tampoco era de las que socializaran mucho, e incluso era una antisocial declarada por ella misma, pero como siempre te encuentras con alguien que aunque le digas mil veces que se aleje te sigue hasta que le hables, terminó entablando una amistad.

Se quitó aquella sudadera de color café dejando al descubierto una blusa color negro y la colocó sobre su cabeza, de manera de que la lluvia no mojara tanto su cabeza como su cuerpo.

Y a paso calmado salió del edificio hacia la ahora mojada calle.

Su cara no era una muy contenta que digamos, su cuerpo ya estaba helado al igual que sus zapatos ya estaban mojados. Por si fuera poco accidentalmente resbaló en un charco de aquel líquido transparente y cayó de espaldas, y tanto su rosado cabello como su ropa terminaron como el agua: Mojadas. Y eso termino por acabar con su paciencia al cabo de ni siquiera importarle volver a cubrirse de la lluvia nuevamente, ya estaba empapada de todas maneras ¿Qué chiste tenía entonces?

Hoy no era su día.

Cuando llegó a la puerta de su casa sacó un manojo de llaves del bolsillo derecho de su pantalón de mezclilla hasta que encontró la que abría la puerta de su hogar.

Lo primero que pasó por su mente en ese instante fue darse un relajante baño, así que lo primero que hizo fue dejar caer su empapada mochila sobre el piso de madera así como sus zapatos y calcetines en la entrada, y su sudadera aventada de una manera desordenada junto con lo ya mencionado. Tras todo eso busco el interruptor que encendía las luces de la sala hasta que cayó en cuenta de algo alarmante para ella.

Las luces de la cocina se encontraban encendidas ya.

Alguien estaba tratando de robar dentro de su casa de eso no cabía duda. Así que dejó el interruptor tranquilo sin encender nada o de lo contrario alertaría a quien quiera que sea aquella persona tan tonta como para entrar en su vivienda.

A pasos silenciosos se adentró más adentro de la casa, y sigilosamente tomó un bate al momento que se colocaba en modo de combate. Caminó hacia la zona ya alumbrada por la lámpara con sumo cuidado de no provocar el más mínimo ruido, fue allí donde encontró todas sus sospechas. Una individuo desconocida, más bajita que ella se encontraba en esa habitación, se encontraba dándole la espalda así que aprovecharía sin duda aquella oportunidad para atacarla y llamar a la policía terminando eso.

No se lo pensó dos veces, con impulso corrió hasta la joven con bate ya preparado para dar el golpe, lástima que alcanzara a darse vuelta ya que al sentirse amenazada dio un salto hacia atrás esquivando el objeto el cual apenas paso muy cerca de su rostro, asustándola un poco. La mayor por su parte quedó sorprendida no solo por su pasmante agilidad sino que esta le había dejado ver su rostro sin restricción alguna:

Cabellos largos y rojos  domados en dos coletas las cuales llegaban hasta su cintura dándole un aspecto tierno a la muchacha. Era joven más no llegaba a la mayoría de edad como ella, rondaba más o menos los dieciséis o diecisiete años por ahí, con unos ojos del mismo color de su cabello, su piel era algo pálida y la ropa que vestía era como la de un uniforme escolar solo que tenía sus toques personales.

Cuando taeyeon  regresó en sí sólo se encontró con la joven pasándole por el lado derecho; dio un salto apoyándose en sus manos con el que bajó de la mesa y salió corriendo de la cocina sin siquiera dejarla parpadear ¡Tremenda agilidad debía tener para poder hacer eso en cuestión de un muy corto lapso de tiempo! Pero no se iba a quedar atrás, recuperada corrió tras ella para poder darle caza y atraparla por fin. Para su suerte la joven en su carrera resbaló en la alfombra de la sala y cayó de cara contra el suelo, taeyeon  aprovechó la oportunidad y se lanzó sobre ella, sentándose sobre sus posaderas para impedir que se levantara y aprisionando ambas manos contra su espalda.

— ¡No te muevas! — Le gritó amenazante enseñando los dientes. La menor giró la cara hacia un lateral dejando ver por completo el rostro — ¿Quién demonios eres tú y qué haces en mi casa? — Exigió con soberbia frunciendo el ceño.

Sentada sobre sus posaderas, la peli-r no dejó de examinarla con curiosidad. Algo comenzó a golpearle suavemente por la espalda en leves toquecitos, pero no le prestó atención, se había quedado boquiabierta tras descubrir lo que sobresalía de la cabellera azulada. Unas orejas peludas y puntiagudas de un color blanco, bien parecidas a las de un felino.

— ¿Pero qué demonios…?—… Eres tú, quiso completar en la frase sin lograrlo. Giró el rostro para ver lo que le continuaba golpeando suave por detrás. Y allí alzada y zarandeándose de un lado hacia otro, se encontraba una cola de animal.

—Mi nombre es  Tiffany— Dijo al fin la chica sin dejar de mover su felina cola de un lado hacia otro de una manera tierna — ¿Tú eres TaeYeon?

La mencionada solamente dio una respuesta afirmativa asintiendo con la cabeza, estaba como ida ya que no siempre te encuentras a una chica que tiene orejas y cola como las de un felino en tu vivienda y para colmo parece conocerte.

Fue ahí cuando tres simples preguntas comenzaban a molestarla con el simple hecho de que no tenía una respuesta más o menos realistas para eso; ¿Por qué la conocía?, ¿Cómo rayos entro? y la más importante de todas ¿Qué diablos era? La respuesta de que es un ser humano quedaba totalmente descartada de su lista, simplemente ¿Qué persona en toda la faz de la tierra parecía un felino? A como ella recuerda eso sólo se puede en series de televisión y películas ¿Verdad?

Pasó un rato, pero por fin había logrado volver en sí recuperando nuevamente su postura amenazante e intimidante.

— ¿Cómo demonios entraste a mi casa y cómo me conoces? — Exigió apretando la mandíbula mientras entrecerraba los ojos, dándole un aspecto intimidador y que al parecer si funcionaba.

Tiff  sólo suspiró con una gota resbalando por su sien.

—No hay duda que eres tal y como ella me dijo... — Y no mencionar de la detallada descripción física. A diferencia de aquella muchacha tae  parecía tener un aire más misterioso y... interesante. Tiff  entrecerró sus ojos de igual manera que la peli-rosa, pero en modo de defensa —Ahora si me dejaras levantarme podría explicarte con detalle lo que sucede y...

— ¡Cállese! — Le silenció y con mucha más fuerza aprieta más el agarre que tenía en las manos de la menor, lastimándola con el acto —No te di permiso para hablar

— ¡Auch, espera si me dejaras explicarte yo...! — Nuevamente algo volvió a interrumpirla por segunda vez en tan sólo minutos de haber hablado siquiera. Era el celular de la mayor, Tiff  sonrió por su parte ya que era obvio que como el celular estaba en su bolsillo trasero tendría que levantarse y dejarla en paz por fin —Y bien ¿No piensas contestar?

Tae  sólo hizo una mueca de fastidio, no solía fiarse de los desconocidos y menos si una entro a su casa de improvisto, sin mucho esfuerzo levantó su peso lo suficiente como para tomar el aparato y se dejó caer nuevamente sobre la espalda de esta lastimándola otra vez. No le prestó atención a los insultos que la menor le lanzo en su contra después de aquello, con intriga abrió el celular de color morado y observó la zona donde mostraba quien llamaba.

— ¿Hola?

— ¡Estúpida tae! ¿Cómo va todo, Fresita? —Conocía muy bien esa molesta voz que se escuchaba del otro lado de la línea, ronca y melodiosa pero irritante para sus oídos al igual que todo de ella — ¿Ya te llegó el regalo que te envié?

— ¿De qué regalo me estás hablando, Yuri?

Y esa era nada más ni nada menos que Yuri kwon, una de las pocas personas con las que se llevaba bien dentro de su universidad. La verdad es que tae  nunca había tenido la intención de entablar ninguna amistad con nadie, pero Lily siempre se le estaba acercando y esas cosas que hasta incluso al final terminaron por forjar un tipo de lazo... especial. La quería pero la irritaba a maneras inimaginables y esa era la razón por la que apenas si la soportaba. Aquella rubia últimamente estaba saliendo mucho de viaje, ya que había inventado un champo muy bueno que fortalecía el cabello, y lo estaba vendiendo en varias partes del mundo.

Yuri  chasqueó la lengua extrañada.

— ¿No te ha llegado? —Se aventuró a preguntar.

—No lo creo, desde que llegué no he visto ningún paquete o algo parecido en mi ranura de correos, y con la lluvia no creo que sepa nada de eso hasta mañana— La rubia soltó una sonora carcajada que desconcertó a su amiga — ¿Qué te parece tan gracioso Yuri?

—Es que... lo que yo te regalé no se puede envolver... y aunque quisiera me sería imposible.

— ¿Y se puede saber por qué tu gran generosidad? ¿Hiciste algo de lo que deba preocuparme? —Cuestionó ahora más molesta e intrigada que hace un segundo, por otro lado la felina comenzaba a retorcerse buscando zafarse del agarre de la peli-rosa, pero tae  le dio un manotazo en la cabeza para que dejara de hacerlo.

—Naa claro que no es eso, no es para que pienses que soy irresponsable ni nada pero lo que sucede es que recordé que fue tu cumpleaños.

—Imbécil —Le insultó con una vena palpitante en su sien —Por si no te has dado cuenta estamos a septiembre ósea que, ¡Mi cumpleaños fue hace ocho meses!

—... ¿En serio?, pero que rápido se pasa el tiempo, en fin mejor voy al grano. En uno de mis viajes mi socia hyo  me dio algo que creo te encantará, es una especie animal única en el mundo. Un ser humano mezclado con genes de gato. Sí, ya sé que soy genial, no me agradezcas, si la perfección existiera yo sería lo más cercano a ella.

Tae  trató de asimilar las palabras de su amiga, pero sólo algunas palabras dichas se repitieron una y otra vez en su cabeza; "Un ser humano mezclado con genes de gato"... ser humano... genes... gato. Y como por arte de magia, todo hizo por fin "Clic" en su cabeza, y no estaba muy contenta por ello.

— ¿¡Qué!? — Chilló dejando sorda a Yuri  y espantando a Tiff  en ese momento — ¿¡Me estás diciendo que esta COSA es el regalo que me mandaste!?

— ¡Oye! — Reclamó Tiff  levantando la mirada hacia la peli-rosa —Por si no de has dado cuenta también soy un ser vivo y no una co...

— ¡No te he dejado hablar! ¿¡Y se puede saber cómo la metiste a mi casa!?

—No preguntes cosas que no quieres saber querida, rosadita. En fin, no le he puesto ni un solo dedo encima, está sin entrenar, tan virgen y pura como el agua del Everest. Que la disfrutes.

Y sin siquiera decirle adiós, la chica colgó el teléfono dejando a tae  en un tremendo shock. No entendía aún muy bien el significado de las últimas palabras que su amiga le había dedicado cuando Tiff comenzó a moverse nuevamente, debajo de sus piernas y empezaba a hablar otra vez.

—Tú no intentaras violarme también, ¿Verdad? —Tiff  esa vez se dignaba a observarla con una mirada llena de inocencia y ternura tanto como desconfiada —Tengo las uñas muy afiladas y se defenderme, si no me crees pregúntaselo a tu amiga.

Sin embargo la peli-rosa no le prestó ni el más mínimo rastro de atención en absoluto. La ira comenzaba a crecer en cantidades descomunales dentro de ella, haciendo un verdadero infierno que ni el mismo demonio sería capaz de aguantar. Y sorprendentemente, el morado celular se destruía a pedazos entre sus dedos, era el tercero que se cargaba en un mes y todos por culpa de la misma rubia.

—Estúpida, estúpida, estúpida, estúpida, estúpida... —Susurraba de manera que sólo ella podía escuchar, insultando por lo bajo a su amiga y lanzándole una que otra grosería —La matare cuando la vea, lo prometo...

Pero no paso mucho tiempo para que estallara por fin en gritos que se escuchaban en toda la calle.

— ¡Maldita degenerada! ¿¡Para que quiero yo un gato que no sea de metal y unido a un coche descapotable!? —Y tras esto volvió a su mirada donde se suponía que estaba la neko — ¡Y tú…!— Pero la muy maldita ya no estaba.

Se levantó con brusquedad del suelo para buscarla con la mirada por la sala, encontrando ya la luz encendida y a la neko dándose un paseo conociendo lo que sería su supuesto "Nuevo hogar" ¿Cómo demonios se había escapado de su atrape sin que Luka se diera cuenta?

—Tu casa es muy bonita, me gusta —Con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, pronto divisó uno de los sillones y sin pensárselo dos veces se dejó caer sobre este y se estiraba después de eso — ¡Nyaaaaa!, pero que cómodo es esto, sin duda me gustara mucho vivir aquí.

— ¡No, no, no gato del demonio! ¡Tú bájate de ahí! — Taeyeon  se incorporó de sopetón —Nadie ha dicho nada de que te vayas a quedar aquí.

—Pero Yuri dijo que...

— ¡Me vale un reverendo cacahuate lo que esa ertida dijo! ¡Tú te largas! —La peli-rosa índico amenazante la salida, sin embargo un nuevo mensaje llego a su segundo celular el cual tenía de repuesto y lo leyó.

"Desconsiderada. Estas planeando tirar a la basura tu regalo ¿Verdad? Estúpida tae… si no lo quieres, guárdamelo para mí. En dos meses pasaré a recogerlo. ¡Frígida!"

— ¡Yuri  te mataré!

— ¿Y dónde se supone que dormiré tae? — Preguntó en un tono juguetón y tierno a la vez.

— ¡Fuera de mi casa! — Rugió amenazante con su dedo índice apuntando a la salida. Tiffany  por su parte cambio ese lindo rostro a uno más triste.

—E... espera... —Trataba de razonar con ella, retrocedía en el camino mientras pensaba como convencerla —Afuera hace frío y está lloviendo... -

— ¡Laaaaaargoooo! — Era el colmo, no había ni una sola manera de razonar con aquella chica ya que al parecer era el mismísimo demonio en carne y hueso. Así que no había más remedio que pasar directo al plan "B".

Correr.

Le pasó nuevamente por su lado derecho comenzando así otra carrera por la casa de la mayor. En la cocina, habitaciones e incluso el baño, no importaba qué, siempre lograba escaparse de una u otra manera de ser atrapada por taeyeon  y su pésimo carácter. Saltaba sobre las mesas e incluso derrapaba bajo de estas y también le era muy fácil desplazarse por lo sillones. Había que admitir que para ser un humano-gato era demasiado ágil comparada con ella, quien muy apenas podía seguirla de cerca por la velocidad que esta llevaba. No fue hasta que Tiffany  había decidió correr hasta la habitación de la mayor, donde esta le atrapó por fin por el tobillo del pie derecho antes de que volviera a escaparse, la peli-roja por su parte se aferró a la esquina de la cama con ambas manos mientras era jaloneada por taeyeon.

— ¡Por favor! ¡Deja que me quede! —Le rogaba como podía, el miedo que sentía en ese momento solo le hacía temblar — ¡Soy muy silenciosa, lo juro! ¡Ni siquiera recordaras que estoy aquí! ¡Soy una gatita muy higiénica y puedo ayudarte en las tareas domésticas!

— ¡No, lárgate de mi casa!

— ¡Sé planchar, sé cocinar, sé lavar! ¡Haré lo que tú quieras nyaaaa!

— ¡Te quiero fuera eso es lo que quiero!- Bramó jalando ahora con más fuerza del tobillo de la menor. Para su sorpresa esta dejó de poner resistencia después de un rato.

—Por favor... — Pidió con la mirada gacha, al igual que sus orejas que estaban caídas ya —Afuera... hace mucho frío... está lloviendo y... lo que sucede es que yo odio la lluvia... sólo esta noche por favor... — Le rogó con tristeza y por alguna extraña razón un sentimiento de culpa invadió a Luka —No tengo a donde ir... Te haré la cena en recompensa… es sólo que… no me gusta la lluvia…

Tiffany  levantó el rostro hacia la peli-rubia, mostrando la humedad que se agolpaba en sus brillantes ojos a punto de ser volcada en lágrimas.

Pasaron varios segundos en silencio. Taeyeon  no pestañeaba, parecía que se estaba replanteando la oferta. Finalmente se frotó la cara con cansancio suspirando rendida. Maldito cargo de conciencia…

—Está bien. Te doy una noche. Mañana no te quiero ver por aquí ¿Me has oído gata estúpida? —La cola de la neko comenzó a moverse frenética hacia los laterales, sus orejas habían vuelvo a alzarse y en su cara brillaba una radiante sonrisa, que muy a su pesar, le enterneció. Debía reconocer que esa extraña chica era bastante linda… ¿En qué demonios estaba pensando? ¿Linda esa bola de pelos? ¡Nunca en la vida! Giró brusca el cuerpo volviendo a sonar amenazante —Voy a darme un baño. No toques nada que no sea estrictamente necesario ¿te queda claro?

—Tan claro como el agua.

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Mientras taeyeon  se estaba dando un muy relajante baño, un olor ajeno a jabón y champo llego a su nariz causándole hambre inmediatamente, olía delicioso, olía exquisito, o en otras palabras, olía a comida. Se levantó de la bañera movida gracias al hambre y se cambió en su habitación donde antes había entrado corriendo detrás de aquella neko fastidiosa. Se puso una camiseta sin mangas color gris y unos pantalones de pijama blanco con rayas de ese mismo color y opto por bajar a la cocina.

— ¿A qué huele? — En forma curiosa estaba parada en el umbral de la puerta, la peli-roja  sólo le dirigió una mirada sonriente indicándole que se sentara —No tiene algún tipo de sustancia desconocida ¿Verdad?

—idiota, obviamente no— Contestó molesta por la falta de confianza —Sólo siéntate y come.

Taeyeon  contempló la escena sumamente incómoda. ¿Se tenía que sentar a comer con ella? ¿Con esa bola peluda? Puso una mueca de desagrado.

Durante un buen rato no conversaron, tan sólo el sonido de succión que efectuaban al sorber la sopa era lo que cortaba esa tensión. Tiffany  devoraba el alimento como si su vida dependiera de ello, o eso, o realmente tenía mucha hambre… a saber la de días que llevaría sin comer esa estúpida neko. Por lo tanto, fue la primera en terminarse el cuenco. La peli-roja suspiró complacida palpándose socarrona la gorda barriga llena.

—Al parecer vives sola aquí a como veo taeyeon... — Afirmó la menor de las dos, obteniendo por fin la atención de la mencionada.

La verdad era que le molestaba un poco el hecho de que la llamara por su primer nombre sin siquiera conocerla bien, y el "Nya" que agregaba al hacerlo no era de mucha ayuda ni mucho menos su agrado.

—Vaya, no eres tan tonta como pensaba. Tienes razón y pretendo que sea así por el resto de mi vida— Respondió fría como siempre y tras eso volvió nuevamente al plato de fideos que había preparado la joven.

—Es una casa muy grande para ti sola... —Desanimada desvió un poco la mirada —seo   tenía una casa igual a la tuya. Con la diferencia de que en lugar de ser jarrones los que adornaban la mesa, eran envases vacíos de sake y esas cosas...

La peli-r volvió a mirarla curiosa, ahora que lo recordaba desde que esa chica había llegado a su casa sin su permiso no se había tomado la molestia de averiguar por lo menos de dónde provenía. Eso por la razón de que lo único que le importaba era sacarla a como dé lugar de su calmada casa, sin siquiera escucharla u otro tipo de atención por su parte. Y ahora que lo pensaba ¿Estaba iniciando una conversación con ese gato acaso?, por Dios eso era lo último que quería hacer, no le convenía que Tiffany  terminara encariñándose con ella o menos se querría ir.

— ¿Quién? —Y lo peor es que lo seguía haciendo, ¿A dónde se había ido toda su frialdad?

—Era la que cuidada antes de mí...

— ¿Y qué sucedió con ella?

—Murió...

Taeyeon  se atragantó con la comida después de eso, había tocado un tema muy delicado al parecer. Después de que se puso mejor trato de disculparse.

—No te preocupes, no es como si me doliera cada que lo cuento—Le dijo con una sonrisa que después cambio a un rostro algo triste y melancólico—Tampoco sé que sucedió muy bien, yo solo llegué y la encontré en el suelo. Después de que corrí a auxiliarla la gente ya estaba llegando a mi vivienda con la intención de quemarla...conmigo dentro aun…

Los ojos onices de taeyeon  se abrieron de par en par por la sorpresa. Incluso comenzaba a acordarse de esa película de terror antigua donde al "Monstruo" le ocurría algo parecido, y fue ahí cuando comenzaba a sentirse algo culpable por haberla tratado de esa manera antes que incluso... ¿¡Pero qué estaba pensando!?

—Nunca me habían aceptado en ese lugar... Vivíamos muy lejos de aquí, era una villa muy tranquila. Siempre he estado con ella desde que recuerdo, ha sido como una madre para mí. No una ejemplar… un poco alcohólica y derrochadora de dinero… pero por lo menos la única que accedió a cuidarme. No sé nada de mis padres, tampoco tengo familiares o hermanos. seo   me dijo que ambos murieron, pero nunca me dijo por qué…

Le dolía un poco recordar como aquella mujer a la que tanto había querido había muerto hace ya tiempo. Y además de que vivir en un pueblo pequeño de mentalidad cerrada no parecía ser tan fácil después de todo, no les parecía muy buena la idea de tener a un "Monstruo horrible" viviendo cerca de sus niños, por eso siempre hacían lo posible para ahuyentarla para que se fuera por si misma, pero nunca les funcionó.

Pronto Tiffany  vuelve a recuperar aquella sonrisa de hace un rato, y con una actitud más entusiasta se acerca de manera peligrosa hasta quedar a poca distancia de la peli-roja, incomodándola con eso.

—Pero a ti si te gustan mis orejas ¿Verdad? — Le preguntó con una sonrisa llena de ternura, que a cualquiera sonrojaría. Y taeyeon  se quedó sin habla ante la pregunta que no esperaba llegándole de sorpresa.

— ¿P-p-por qué?

— ¿Quieres tocarlas? — Insistió al momento que su sonrisa crecía más, hasta parecía deslumbrante —No tengas miedo taeyeon, prometo que no te arañare como a tu amiga.

Estuvo a punto de hacerlo para comprobar que esas orejas felinas eran auténticas, pero se detuvo cuando se encontró con la mirada de Tiffany  muy cerca de ella, las caras de ambas estaban a muy pocos centímetros de distancia porque la peli-roja no quería que taeyeon tuviera que estirarse demasiado. Un sonrojo comenzó a aparecer en las mejillas de la mayor al chocar con los ojos Tiffany  mirando los suyos, con esa sonrisa que tanto la identificaba y moviendo la cola de una manera llena de ternura como los gatos. No comprendía por qué pero para su sorpresa un calor subió hasta su rostro y el corazón comenzó a bombearle con más fuerza. Así que aparto la mirada mientras se levantaba de la mesa.

—Es tarde— Indicó caminando hasta la puerta —Me voy a acostar —Antes de dirigirse a subir las escaleras hasta el segundo piso, se giró en seco y le apunto con el dedo -Te lo advierto, conozco demasiado bien mi casa así que si tocas algo me daré cuenta gata estúpida.

Y con eso dio por finalizada la conversación.

Estaba cansada de eso no había duda, hoy fue el día más agotador de toda su vida y todo por culpa de esa morena  zoofilica. Se acostó sobre su cama para pensar mejor lo que sucedía, y preguntarse por qué esa neko le había contado algo tan personal como aquello si apenas la acababa de conocer, aunque no le sorprendió demasiado, ella tenía una extraña habilidad para poder agarrar la confianza de otras personas gracias a esa felicidad shokeante que tenía.

— ¿Puedo dormir contigo? — La voz chillona de Tiffany  le sacó de sus pensamientos, parada sobre el umbral de la puerta mirándola avergonzada —Como ves sigue lloviendo y... tengo frío...

¿Qué tiene esta chica que lograba ponerla tan...inquieta?... Pero gracias a jessica  que esta vez logró recuperar su postura de "Corazón de piedra" y caminó hasta donde Tiffany  hasta quedar frente a ella.

—No.

Y con eso simple negativa le cerró la puerta con un portazo justo en sus narices, haciendo que la cola y orejas de la peli-roja se erizaran por el golpe.

Cuando estaba por acostarse nuevamente en su cómoda cama, un maullido de la neko se escuchó seguido por muchos más, la muy tonta se estaba dando un paseo por su casa. Con cansancio pasó su mano por su frente, prometiendo vengarse ya catorce veces de yuri.