Capítulo 2: Y así empieza.
#3 "Sweet Reckoning" (SinRin Ver.)Entré a la casa de Joo y encontré a Umji y a él sentados separados en su habitación, ella se encontraba en la silla de la computadora, y él en la cama contra su cabecera. Ambos tenías auras de tristeza azul marino, con un chisporroteo de nerviosismo gris en el de Umji. Supe por la distancia entre ellos y la tensión existente en el aire que ya no estaban juntos.
―Hola ―dijo Umji.
Me senté en el borde de la cama.
―Hola.
Joo levantó las cejas hacia Umji.
―¿Vas a decirle?
Ella se mordió el labio.
―Entonces, tengo una oportunidad realmente estupenda. No le dije a nadie porque no estaba segura al principio si aceptaría, pero decidí hacerlo. Voy a ir a España a estudiar este semestre.
―¡España! ―No pude evitar sonreír. Eso era estupendo. Podía imaginármela completamente allí. Y entonces vi la falta de alegría en el rostro de Joo, y mi emoción se desvaneció―. Oh…
Silencio.
―Supongo que sería difícil mantener una relación de larga distancia, ¿huh? ―pregunté.
―Está la diferencia horaria ―explicó Umji―. Con las noches de trabajo de Joo, y yo probablemente ocupada con las cosas de la escuela…
Supe que había más que sólo problemas de horarios y distancia. Todas las señales habían estado señalando a una ruptura desde hace meses. Ninguno de ellos parecía sorprendido o enojado. Sólo tristes.
―Sin embargo, ¿ambos están bien?
Joo rascó sus jeans.
―Es una buena oportunidad, ¿sabes? No debería dejarla pasar.
Miré a Umji y una corriente de culpabilidad gris claro nadó a su alrededor antes de desaparecer.
La ruptura era mutua, pero ambos se veían tristes. Palmeé el lugar en la cama frente a Joo y yo, y Umji se acercó con piernas temblorosas a sentarse con nosotros. Nos sentamos en un semicírculo uno frente al otro. Estar cerca aligeró el aura de Joo.
―Los amo, chicos ―dije en voz baja.
Umji seguía mordiéndose el labio.
―¿No estás enojada conmigo por la escuela? Sé que íbamos a ir a un dormitorio juntas…
―No, no estoy enojada. ―Esto era terrible, pero tenía que decirles―. En realidad, creo que también tengo grandes noticias.
Me miraron fijamente, esperando.
―No voy a ir a Georgia Tech después de todo. Papá va a mudarse a Washington, D.C. y queremos vivir más cerca, así que tiró de algunos hilos y consiguió hacerme entrar en ia Tech. Tiff y yo nos vamos a mudar.
Agrandaron los ojos como platos. Joo dijo:
―¿Qué? ―a la vez que Umji decía:
―¡Vaya!
―Lo sé. Todo sucedió de golpe, pero creo que necesito un cambio. Papá también.
―Amigo, es una locura. ―Los ojos de Joo estuvieron vidriosos por un segundo―. Ambas me dejarán.
Al mismo tiempo, Umji y yo nos inclinamos hacia adelante y lo abrazamos. Nos envolvió con sus brazos. Nuestro último abrazo grupal.
Cuando nos apartamos, hubo un cambio extraño entre nosotros, un cambio derivado de saber que nunca los antiguos nosotros regresarían. O abrazábamos lo inevitable y trabajábamos para permanecer como amigos a través de los cambios, o podíamos dejarlo ir, y permitir que el tiempo y los kilómetros se deslizaran entre nosotros. Joo apretó mi mano con fuerza, y supe que nunca me dejaría. No de la manera que realmente contaba. Umji, por otro lado… sus ojos ya parecían estar lejos. No podía sostener eso en su contra. Estaba emocionada por su futuro y lista para volar.
Me limpié las esquinas de los ojos, y Umji se inclinó para golpearme el hombro.
―Entonces ―dijo―. ¿Yerin y tú realmente están juntas? ¿Como, de verdad de verdad?
El cambio de tema levantó algo de la incómoda tensión en la habitación. Intenté lograr una sonrisa. Había olvidado que les envié un texto a Umji y a Joo desde L.A. en estado de ebriedad.
―Lo sé, ¿cierto? ―Joo se incorporó, repentinamente animado. Naranja se deslizó a través de la oscuridad de su aura―. ¿Cómo sucedió? Ni siquiera sabía que ibas a ir a L.A.
―Fue una locura. ―Subí los pies y me senté con las piernas cruzadas. Pensaban que papá vivía en California, y pese a que odiaba decirles verdades a medias, a veces eso era todo lo que salía―. Papá me hizo volar para una visita, y fui a ver a Sowon, pero Yennie también estaba allí.
Me miraron boquiabiertos.
―¿Y? ―preguntó Umji.
―Y al principio estuvimos peleando, porque teníamos que enfriar los ánimos, y ella estaba celosa porque había besado a Yuna…
―¿Qué? ―gritaron.
Ooops.
―¿Cuándo se besaron? ―Umji estaba prácticamente encima de mi regazo ahora, intentando sacarme todos los detalles.
―En las vacaciones de Navidad.
En un armario en Australia cuando estábamos allá para hablar con Flynn para que se convirtiera en un aliado. El recuerdo de toda la extraordinaria experiencia estaba ahora manchada por la muerte de Flynn.
―¡No puedo creer que no me contaras esto! ―Umji se cruzó de brazos, una medida oscura de enojo disparándose de su aura, pero cuando la miré, recordándole que había guardado la posibilidad de España de mí, descruzó los brazos y la culpa gris se filtró a su alrededor.
―Me sentí mal ―admití―. Era sólo una amiga, y no quise que pasara. Confundí las cosas. Además, supe que Yerin se enfadaría si lo descubría.
―Qué drama ―dijo Joo. Pero parecía extasiado.
Solté una risa seca.
―Sí. Mayormente. Pero cuando Yennie y yo logramos hablar… no lo sé… supongo que ambas decidimos que estábamos cansadas de estar asustadas.
―Y ahora están juntas ―dijo Umji, su voz sonando distante.
Nos quedamos en silencio. Ahora Yennie y yo estábamos juntas, pero Joo y Umji no.
El teléfono de ella sonó, y gruñó.
―Es mi papá. Tengo que irme. Ha invitado a algunas personas del trabajo a comer a casa, y toda la familia tiene que estar allá.
Su padre. Una de las principales razones por las que ella querría estar lejos de su casa.
―Llámame ―susurré.
―Lo haré. Y quiero cada detalle.
Se volvió hacia Joo, ambos mostrando nuevamente auras azul marino de tristeza teñidas de gris ansioso.
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