Durante los siguientes días me dediqué a enseñarles a los chicos de EXO todo lo necesario para poder vivir bien en la Tierra: lo que era el dinero, cómo funcionaba la sociedad, qué era trabajar, lo que eran los teléfonos, internet, etc.

También me llevé más de un quebradero de cabeza…

Flashback

-Noona, no sé exactamente qué he hecho pero el ordenador ya no enciende…

-Kai, ¿qué tocaste?-dije mientras mi cartera tiritaba de miedo.

-Había un cartel que decía “¡Enhorabuena! ¡Eres el visitante nº un millón! ¡Haz clic aquí para recibir tu premio!”, así que le di…

Cerré los ojos y respiré profundamente. No era su culpa. Era normal, apenas había utilizado un ordenador. Pero ese portátil lo había comprado hacía apenas un mes…

-Esto… Sarang…-Oí a D.O llamándome desde la cocina.

Me dirigí al sitio con miedo por lo que pudiera ver, y nada más entrar a la cocina… ¡Flash! Vi como una llama gigante salía desde el sartén. Aunque no había llegado a quemar nada. Todavía.

-¡Hay que ahogar la llama! ¡Pon la tapa encima rápidamente antes de que se haga más grande!-dije gritando.

-Y que quede claro, ¡yo no he sido!-dijo D.O mientras fulminaba a Chanyeol con la mirada.

¡Bruuuum! Un sonido de motor vino de fuera de la casa, y temí de verdad por sus vidas. Corrí hasta la puerta lo más rápido que pude, y al abrirla casi me da un patatús. Por milésima vez. Hoy.

-¡Hyung, frena un poco!

-¡Lo intento!

Suho y Baekhyun iban dentro de mi coche, y aunque iban a una velocidad inofensiva, parecía que no sabían parar. Corrí hasta ellos, y cuando estaba lo suficientemente cerca del coche salté, abrí la puerta del conductor y pisé el freno justo a tiempo antes de que se estromparan contra un árbol.

Pero después de una semana ya habían aprendido un montón. La factura de los destrozos dejó de subir, y aprendieron a conducir muy rápido. Aunque claro, como en todos los aspectos unos eran mejores que otros.

Por ejemplo, D.O me ayudaba en la cocina, ya que habíamos descubierto que se le daban muy bien los fogones. Y si necesitaba cualquier cosa, mandaba a Kai en el coche, ya que conducía muy bien. No pasaba el límite de velocidad, pero iba y venía tan rápido que parecía que se teletransportaba. ¡Ah! También perdieron ese lenguaje de National Geographic, y empezaron a hablar un idioma más… Más parecido al mío o al de Baekhyun.

No sé cuántas veces se me disculparon por todo lo que hacían… Sin embargo, habíamos descubierto algo muy interesante. Un día se me ocurrió una idea, así que los reuní a todos en el salón y empecé a hablar:

-A ver… Ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que me habéis dicho que queréis ayudarme. Bueno, pues tengo la solución. Es verdad que desde que llegasteis las facturas han subido como la espuma, y lo mejor que podemos hacer es poneros a trabajar. Si en esta casa entran siete sueldos en vez de uno todo será más fácil. Sobre todo porque estáis durmiendo en futones y pongo lavadoras todos los días ya que no tenéis mucha ropa.

-¿Y qué has pensado?-preguntó D.O.

-La jefa del restaurante donde trabajo me ha dicho que necesita ayuda

Los seis chicos se miraron entre sí. Apenas llevaban una semana viviendo en la Tierra. Sí, me imaginaban que no estaban muy seguros de que eso fuera a funcionar, pero… Yo sola no podía mantener a seis personas durante mucho más tiempo.

-¡Ah! ¡Y otra cosa! Kai, D.O, Suho… Como podréis entender, vuestros nombres no parecen muy coreanos. Así que necesitamos otros nombres.

Cogí nueve trozos de papel y escribí tres primeros nombres y tres segundos. Luego los doble y los mezclé. Cuando todos tenían dos papeles, les pedí que me los leyeran.

-Jongin.

-Joonmyun.

-Kyungsoo.

Después les puse apellidos al azar, ya que aunque fueran hermanos, no hacía falta que le dijera a la gente (si por alguna razón me preguntaban) que eran biológicos. El parecido… Bueno, era cuestionable.

Al día siguiente fui al restaurante a ver a mi jefa para ofrecerle a seis camareros. Felicidad es una palabra que no describiría su expresión. Era más bien un “graciasmehassalvadoyanosabíaquéhacer”. Y ya que estaba allí, como recordé que mi jefa tenía un hermano con una tienda de ropa le pregunté que si me podía hacer un descuento, ya que necesitaba comprarles ropa a mis seis primos, dándole la excusa de que ellos habían venido de la otra punta del país y les habían perdido las maletas. Al final, el hermano pequeño de mi jefa me dijo aliviado que me daría prácticamente toda la ropa que llevaba sin venderse mucho tiempo, ya que no sabía cómo deshacerse de ella y así le dejaba mucho espacio para traer más ropa.

Con el trabajo del restaurante, aunque era solo media jornada pudimos pagar todos los desperfectos que habían causado en su primera semana en la Tierra, y cuando terminó el mes incluso dio para comprar seis camas y seis armarios.

Eso sí, seguí teniendo problemas. Pero no por su culpa.

Por ejemplo, la clientela nueva del restaurante eran prácticamente chicas que venían a verlos a ellos. Y aunque los primeros días se comportaban bien, últimamente se estaban pasando…

Flashback

-Kyungsoo-oppa, ¿me das tu número de teléfono?

-Lo siento, ahora estoy trabajando y…

-Pues me los das luego.-dijo la fangirl pestañeando estilo “niña buena”.

-No tengo móvil, vino en la maleta que la compañía aérea perdió. Ahora, ¿me puede decir que quiere tomar?

Mentira, les había dado un móvil a todos, ya que resulta que una hermana del marido de mi jefa del restaurante trabajaba en una tienda de móviles, y se ofreció a darles unos que iban a tirar por no haberse vendido en mucho tiempo, y aunque no fueran móviles de última generación, para llamar y utilizar internet servían.

-¡NO! ¡YO QUIERO QUE ME SIRVA CHANYEOL-OPPA!-gritó otra fangirl desde una mesa.

Pero bueno. No todo puede ser del color de rosa. Aunque sí que hubo un par de momentos que me dieron ganas de cargarme a alguien. Por ejemplo, la primera vez que bajé con ellos al pueblo (después de que pasaran unas dos semanas, no podía arriesgarme a sacarlos sin que supieran que no debían decirle a nadie que no eran humanos, ni que no debían irse con desconocidos y otras cosas), me encontré con mis tan queridos amigos del alma. Dejad que os cuente…

Como veía que estaban aburridos en casa, decidí darles un paseo por el pueblo y de paso les enseñaba el mar de cerca, ya que en su planeta no tenían. Íbamos caminando cuando de repente vi a mi jefa llamándome desde la calle que estaba al lado, así que les dije a los chicos que se quedaran un momento allí, que volvería en un momento.

Nada más irme, los chicos se sentaron en unos bancos que había cerca a esperarme. Estaban ellos tan tranquilamente hablando cuando de repente se les acerca una chica, la cual no parecía una de las fangirls locas del restaurante.

-¡Hola, chicos! No os había visto antes por aquí. ¿Sois nuevos?

-Eh…-dijo Suho mirando hacia donde me había ido yo.- Sí, estábamos por aquí con una amiga nuestra.

-Ah…-dijo la chica mirando a su alrededor. Pues ella no veía a nadie...- Me llamo Yoonseul. ¿Con qué amiga? Si es de aquí seguramente la conoceré, porque este pueblo es tan pequeño que todos conocemos al resto.

-Park Sarang.-dijo Sehun. Aunque luego sintió que no debería haberlo dicho…

-¡Oh, Sarang-ssi! Sí, sé quién es. ¡Somos muy buenas amigas! -dijo la chica de altura media, pelo negro con reflejos azules y estilo de vestir punkie mientras se sentaba en el mismo banco que ellos.

Los seis chicos se extrañaron con lo que les contó Yoonseul, sobre todo porque yo les había contado que no tenía verdaderos amigos en este pueblo.

-¿Dónde está? ¡Hace mucho que no la veo!-dijo mirando hacia sus alrededores.

-No, no… Acaba de irse por allí, porque la llamaba la jefa del restaurante donde trabajamos…

-Ah…-dijo Yoonseul asintiendo y fijándose que había dicho “trabajamos”. ¿Y vivís aquí o…?

-Sí, vivimos con ella.-dijo Sehun casi sin pensarlo, que acto seguido recibió un codazo de D.O.

-¿Con ella?

-Es que… Bueno…-Suho no sabía exactamente como continuar.

-Ella es la nieta de la prima de la sobrina de la tía abuela de nuestra madre. Vamos, una prima lejana.-dijo Baekhyun.

-Ah… Entiendo… Supongo… ¿Vosotros sois primos?

-No, hermanos.-dijo Chanyeol, también sin pensar, así que también se llevó un codazo de D.O.

-¿¡Hermanos!? ¿¡Seis!?

-Bueno… No biológicamente… Nos adoptó la misma persona, y bueno…-dijo Baekhyun intentando sonar lo más convincente posible. Tendrían que dar bastantes explicaciones cuando llegaran sus otros hermanos…

-Ah, vale… Por cierto…

Yoonseul sacó su móvil, tecleó un par de cosas y miró a los chicos.

-Hoy hay una fiesta cerca de aquí, y todos estarán ahí. ¿Queréis venir?

Los chicos de EXO le dedicaron una mirada dudosa y se miraron entre ellos. Les había dicho que me esperaran, así que no estaban muy seguros de querer ir…

-¡Venga! ¡Sarang también vendrá! Mirad…-dijo marcando un número en su móvil.- ¿Sarang? Sí, hola, soy Yoonseul. Mira, me he encontrado con tus amigos aquí y parece que te están esperando. ¿Los llevo ya para abajo? Vale… Sí, sí… Bien, entonces nos vemos ya allí. ¡Chao!

Después Yoonseul colgó y se guardó el móvil en el bolso.

-¿Veis? Sarang me ha dicho que vayamos hacia la plaza, que ya nos encontraremos todos abajo.

Y aunque los chicos no estaban seguros, decidieron ir, ya que Yoonseul había dicho que era amiga mía. Cuando llegaron a la plaza del pueblo, un grupo de jóvenes les estaba esperando. Se había hecho de noche, y el ambiente tranquilo y pueblerino de la plaza se había transformado completamente. Música a todo volumen, gente vestida de fiesta bailando y bebiendo…

-¡Yoonseul, por fin llegas!

-Uy… ¿Quiénes son esos chicos tan guapos?-dijo una de las chicas.

-Unos amigos de Sarang. Ya les he dicho que Sarang dijo que nos encontraríamos aquí.

-Ah… Sí, Sarang…-dijo la chica riéndose. Pero era más bien una risa burlona…

-Bueno, entonces vamos a divertirnos primero y ya luego la buscaremos. ¡Tomad, yo pago estas copas!

Después de un par de horas, los chicos estaban bastante cómodos con Yoonseul, aunque no tanto con sus amigos. Les daban mal rollo. El problema es que por más que los chicos me buscaran, no me veían por ningún lado. Pero Yoonseul siempre se las arreglaba para hacer que los seis hermanos se olvidaran de mí y volvieran a prestarle atención a ella.

-Y decidme… ¿Estáis cómodos viviendo con Sarang? Tened cuidado, tiene unos prontos que bueno…-dijo agitando la mano mientras resoplaba.

-¿Prontos?-dijo Kai sorprendido.

-Sí… Tened mucho cuidado con ella.

-Pero… ¿Qué es lo que pasa con Sarang?-preguntó Baekhyun confuso, al igual que el resto de los chicos. Ellos no notaban nada malo en Sarang…

-Es un poco peligrosa… ¿Sabéis que le dio varias palizas a unas cuantas chicas cuando íbamos al instituto? Y por lo que me han contado, no creo que haya cambiado…

-¿Palizas? Sabemos que sabe Taekwondo, pero ella nos dijo que siempre lo ha utilizado en defensa propia… De todas maneras, ¿no dijiste que eras su amiga? ¿Entonces por qué hablas mal de ella?

-Sí soy su amiga. Esto os lo digo porque la conozco bien, y si sois nuevos, con ella podéis pasarlo mal. Sobre todo si se enfada…

-Ella nos dijo que era muy difícil que se enfadara…

-¿Difícil?-dijo Yoonseul riéndose.- Aunque parezca muy tranquila, cuando hay cosas que la sacan de sus casillas reacciona muy violentamente. Yo simplemente os aviso, no os estoy diciendo de dejéis de ser sus amigos…

Según iban pasando las horas, los chicos de EXO notaban que todo se hacía confuso y que cada vez les costaba más recordar bien lo que ocurría. Todo se movía a cámara lenta, y de repente el suelo parecía estar más lejos, y luego más cerca. Los ritmos graves de la música se hicieron más fuertes, y les daba por reír y hablar mucho.

-Uf… ¿Qué nos está pasando?-dijo Suho sentándose un momento, mientras veía cómo sus hermanos, al igual que el resto de los jóvenes que estaban en la plaza, no parecía que pudieran controlar bien sus movimientos.

Habían pasado ya unas cuantas horas. El reloj que estaba bajo el cartel del escenario marcaba las tres y media de la mañana. Dios, ¿alguna vez se habían quedado ellos despiertos hasta tan tarde? Y Sarang seguía sin aparecer…

Sin embargo, se lo estaba pasando bien. No podía negarlo. Y el resto de sus hermanos también. Pero algo dentro de él le decía que había hecho algo muy malo.

-Oye, ¿de verdad tenías que engañarlos así?-oyó Suho decir a una chica que estaba hablando con Yoonseul. Aunque ellas no le habían visto a él.

-Ay, cállate… Si los dejaba con la mestiza no se iban a divertir nada… Y cuando alguien viaja, busca diversión, fiesta, locura… Y no me vayas a negar: esos tíos están buenísimos. Tenía que buscar alguna excusa para que vinieran. Dentro de un par de días, si sigo por este camino los tendré comiendo de mi mano. Además, me lo debía. Yo simplemente estaba jugando con ella, insultándola cariñosamente y tal, ¡y un día va y me da una paliza! Era normal que nunca tuviera amigos y que estuviera todo el rato sola. Menos mal que luego se hizo justicia y la expulsaron del instituto.

-Y tanto, Yoonseul. Además, se cree que es como nosotras…-dijo la otra chica riéndose.- Al parecer ya le han pedido el carnet de identidad varias veces porque pensaban que era una inmigrante. Ay, que se vuelva para su país…

-¡Tú lo has dicho!

Suho dejó de escucharlas y analizó lo que había oído. ¿De verdad los había utilizado así? ¿Comiendo de su mano? ¿¡Quién se creía esa tipa que era!?

Con dificultad se abrió paso entre la gente y fue buscando a sus hermanos, reuniéndolos. Cuando ya estaban todos, los alejó de la muchedumbre y les dijo:

-Chicos, nos tenemos que ir. Hacedme caso, todo lo que nos ha contado Yoonseul es mentira. Ella se metía con Sarang cuando iban al instituto.

Todos los chicos estaban en un estado que apenas podían controlar sus movimientos, y tardaban el doble para procesar lo que les decían, pero entendieron lo que les dijo Suho rápidamente.

-El problema es que no sabemos volver hasta la casa de Sarang…

-Tenemos que volver, y rápido. Espero que esto se nos pase…-dijo Chanyeol llevándose una mano a la cabeza.

-Yo sé más o menos por dónde es el camino, podemos intentar ir caminando… No es como si no hubiéramos caminado ya distancias mayores.-dijo Kai.

Así que todos salieron del pueblo y comenzaron a caminar hacia mi casa. El problema era que entre la visión borrosa y la dificultad para calcular bien las distancias, tuvieron un par de problemas más para volver. Aún así, dos horas después lograron llegar hasta mi casa. Pero ya no podían seguir caminando más, así que sin darse cuenta cayeron sobre el suelo, cansados de la caminata e incapaces de moverse un milímetro más.

Yo, por mi parte, cuando volví al sitio donde había dejado a los chicos, me sorprendió no verlos allí.

-Bueno, habrán ido a algún sitio. Ya volverán.-dije sentándome en un banco a esperarlos. Sin embargo, pasó media hora, una hora… Esto ya no era normal.

No tendría que haberlos dejado solos. ¿Con quién se habrían ido? ¡Esos chicos habían vivido apenas dos semanas en la Tierra!

Desesperadamente comencé a buscar por todos lados. No estaban en el restaurante, así que busqué por todas las calles del pueblo por si habían empezado a caminar y se habían perdido. Pero nada…

Empezaba a preocuparme seriamente. ¿¡Dónde estaban!? ¡Había incluso buscando en los pueblos de al lado, pero nada! Miré al móvil, deseando que me llamaran diciéndome “¡Lo sentimos, nos hemos perdido! ¿Nos puedes venir a buscar?”, pero nada. Y era muy tarde. Las tres de la mañana.

Estuve buscando por todo el pueblo durante dos horas más, y al llegar a la plaza donde estaba la fiesta me detuve y pensé. ¿Y si se habían encontrado con alguien? Tenía una corazonada, una corazonada muy mala…

Fui caminando con dificultad entre la gente y vi a alguien que no me hacía mucha gracia ver. Yoonseul…

-¡YOONSEUL!-dije gritando para que me pudiera oír. La música estaba demasiado alta…

-¡OH! ¡PERO SI ES LA IDIOTA DE SARANG!

-¿HAS VISTO A SEIS CHICOS CAMINANDO SOLOS?

-¿TE REFIERES A JOONMYUN, BAEKHYUN, CHANYEOL, KYUNGSOO, JONGIN Y SEHUN?

¿En serio? ¿Ella se aprende los nombres en apenas una noche? ¿Y yo si no les pongo los nombres como si fueran etiquetas no hay manera posible de que entren en mi cabeza?

-¿DÓNDE ESTÁN?

-¡NO SÉ! ¡ESTABAN AQUÍ HASTA HACE UN MOMENTO!

Genial. Perfecto.

Y así me pasé otras dos horas buscándolos entre la gente. Y os puedo asegurar que nos es nada fácil buscar entre gente que te pisa, se choca contra ti y te pregunta “¡GUAPA! ¿ESTÁS SOLA?”. Empezaba a perder la esperanza. Ya no sabía dónde buscar. Había ido para mi casa un par de veces en caso de que hubieran logrado regresar ellos solos, pero nada. Triste, y esperando poder encontrarlos cuando amaneciera, regresé a mi casa.

Y cuando volví, no sabía si lo que estaba viendo era fruto del cansancio o si era verdad. Los seis chicos de EXO estaban en el suelo, justo delante del porche.

Con la velocidad de un rayo salí del coche dejando las luces encendidas para que me alumbraran y me acerqué a ellos.

-¡Suho! ¡Kai! ¡Sehun! ¡Baekhyun! ¡Chanyeol! ¡D.O!

Pero nadie me contestó. Estaban completamente K.O. Pero esta vez no por haber venido del espacio, como la noche que me los encontré, sino a causa del alcohol. Alcohol que se notaba que habían tomado porque se olía a metros.

-No me lo puedo creer. Otra vez a cargarlos en la espalda… Y esta vez hasta el primer piso…

Los metí en sus futones y los miré. Yoonseul me las iba a pagar.

Al día siguiente, cuando me levanté lo primero que hice fue ir a verlos intentando no hacer ruido. Como la noche anterior nos habíamos acostado tarde, me había levantado a las 12 del mediodía. Ellos todavía estaban durmiendo. Y cuando se despertaran iban a tener una resaca…

Así que silenciosamente bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, dispuesta a hacerles unas sopas y a tener preparados unos ibuprofenos. Porque iban a hacer falta.

Y justo como había predicho, en media hora se empezaron a oír los hermosos cantares de los chicos.

-¡AY! ¡MI CABEZA! Ay… Si grito me duele más…

-Sehun, cállate…

-¿Qué nos pasa, Suho-hyung? Ay…

-No sé… Au…

Esta era mi oportunidad de venganza. Ayer me recorrí todo el pueblo (y los de al lado también) buscándolos, esto no se iba a quedar ahí. Entre al cuarto con bandejas de cuencos de sopa abriendo la puerta con el pie, haciendo todo el ruido que aquella madera dio de sí.

-¡¡BUENOS DÍAS!! ¿¡QUÉ TAL LLEVAMOS LA RESACA!?

-Noona… No grites…

-¿Qué no grite? Eso haberlo pensado antes de iros por ahí cuando os dije que me esperarais.

-¿Estás enfadada?-preguntó D.O con miedo.

-Enfadada no. Preocupada era lo que yo estaba ayer. Anda, tomad esto.-les dije mientras les daba a cada uno un bol con sopa.- Esperad, voy a por unos medicamentos para el dolor.

Después de que les di los ibuprofenos se encontraron mucho mejor. Ya no hablaban en susurros, y aunque seguían bastante mal, no tenían la pinta con la que les encontré anoche.

-A ver… ¿Ayer os fuisteis con Yoonseul?

-Sí…-dijeron todos a coro temblando de miedo.

-¡Me la voy a cargar!

Los chicos de EXO se acordaron lo que les había dicho Yoonseul la noche anterior, y se miraron entre ellos, preguntándose si sería verdad.

-¿Por qué me miráis así?

-Es que ayer Yoonseul dijo…

No. No, no, no, no… A ellos no. Podía meterse conmigo, yo no le hago caso. Podía decirle mentiras a la gente que no conocía, ya que total, lo que otros piensen de mi no me importa. Pero a mis amigos… Ella no podía hacer que los chicos de EXO se alejaran de mí…

-Escuchad.-dije con luchando con las lágrimas que querían salir, e intentando que no se me quebrara la voz.- No creáis nada de lo que os diga Yoonseul. Es verdad que una vez le di una paliza. Pero como dije antes, nunca utilizo la violencia contra otra persona si el otro no empieza primero. Además, Yoonseul era conocida en nuestro instituto por ser capaz de arruinar la vida de una persona con sólo pedirlo. No estaba sólo yo, había más gente.

No, no podía seguir. Si seguía hablando estaba segura de que rompería a llorar. Así que puse la mejor sonrisa en mi cara y dije:

-Y sabéis que nunca os haría daño. ¡Desde que llegasteis todos los días son muy divertidos!

Todos rieron y asintieron, pero desde el rabillo del ojo vi cómo Baekhyun me miraba. Algo me decía que él sabía que yo no estaba del todo bien.

Suho abrió muchos los ojos al acordarse de la conversación de Yoonseul con su amiga. Se le había olvidado completamente hasta que lo había mencionado.

-Por cierto, Sarang, hubo algo que le oí decir a Yoonseul que no sabía. Ella se dirigió a ti como “mestiza”. ¿Eso qué es?-dijo Suho.

Oh… Vale, ya estamos con el tema de razas y bla bla bla… Aunque espera… Supongo que a ellos no les importará tampoco de donde venga una persona… Total, ellos ni siquiera son de la Tierra…

-Como os habéis fijado, soy diferente de las chicas que visteis ayer. A diferencia del resto de coreanos, mis ojos son verde pistacho, y pelo es castaño claro sin necesidad de tintes y aunque tengo los ojos rasgados, se puede ver a simple vista que están más abiertos. Eso es porque mi padre sí que era coreano, pero mi madre era española. Así que al heredar rasgos de los dos, quedé como algo intermedio… Y por ese motivo la gente me decía “vete a tu país” y “maldita extranjera” cuando en realidad he nacido aquí… Aunque para hablar de gente que viene de lejos, vosotros me ganáis…-dije riéndome.

-¿Pues sabes lo que te digo? ¡Que se fastidien!-exclamó Chanyeol sorprendiéndome.- Te dicen eso porque te tienen envidia. Si tengo que elegir entre la Yoonseul esa y tú, está claro que tú eres más guapa.

Su comentario hizo que me sonrojara, y que el resto le apoyara sin dudarlo hizo que me sonrojara más. ¿Yo, más guapa que Yoonseul?

-Sobre todo los ojos. Entre negro y verde, el verde es más bonito.

Era la primera vez que alguien me defendía. Y como siguieran me iba a poner a llorar, lo sé. Por eso les dije que iba a dar una vuelta y que volvería enseguida. Justo cuando me fui, oí que Suho le dijo a Baekhyun que le quería contar algo, pero no oí lo que dijeron porque en ese momento salí fuera de la casa y empecé a correr como si no hubiera mañana, llevada por el viento. Cuando me quise dar cuenta, la casa era un punto a lo lejos. Genial, luego tenía que volver caminando…

Me apoyé en un árbol, para terminar sentándome ya que no aguantaba de pie. Los sollozos eran tan fuertes que casi me estaban dando convulsiones. Hacía mucho que me aguantaba todo para mí. Nunca les conté nada a mis padres, ni a los profesores, ni a nadie. Que de repente alguien me dijera…

-¿Estás bien?

Levanté la cabeza para ver de dónde procedía la voz. No sé cómo había logrado llegar hasta mí, pero Baekhyun estaba muy cerca de mí, con una cara de preocupación comparable a la que tuve yo ayer buscándolos a ellos.

-Sí…-dije limpiándome las lágrimas con la manga.

-Suho me ha contado algo que oyó de Yoonseul. Dijo que te hacían bullying cuando estabas en el instituto. Por lo que he visto a través del tiempo, el bullying lleva bastantes años presentes en la cultura humana… Uno de sus grandes defectos. Según me contó Suho, no has tenido amigos estos últimos añ--

Rompí a llorar. No pude contenerme. Quería que parara, que no siguiera hablando, pero a la vez quería contarle todo lo que pasaba por mi cabeza. Quería contarle todo a alguien. No quedármelo todo para mí.

-¿¡Eh!? ¿¡Qué dije, qué hice!? ¡No llores!-dijo Baekhyun asustado.

Y así, por primera vez en mi vida compartí con alguien todas mis preocupaciones de mis años de instituto. Cómo cuando entré el primer año deseaba hacer amigos, pero todos estaban muy ocupados hablando mal unos de los otros como para prestarme atención. Y luego tenía amigos que sólo estaban conmigo cuando les interesaba. Pero eso no fue tan malo como lo de Yoonseul.

Yoonseul apareció en mi vida en la mitad del primer año de instituto. Empezó a decir cosas como “¡Aquí huele a extranjera!” o “¡No me toques, sucia!”. Yo no entendía nada, había nacido aquí. ¿Por qué me llamaba extranjera?

Al año siguiente empezó a decir que éramos amigas, cosa que nunca fue. Me decía que le ayudara con los trabajos de clase, y al final terminé yo haciéndole no sólo los trabajos, sino también las tareas. En el tercer año me empezó a pedir dinero. Dinero que luego no volví a ver. A finales de lo que sería mi vida por el instituto, empezaron los empujones, los tirones de pelo… Así que harta de haber aguantado tanto tiempo, le dije amablemente que por favor parara. Pero no me hizo caso.

Luego empecé a contestarle mal. Le dije que se largara. Empecé a gritarle, a ver si así se alejaba. Nada.

Así que me cansé. Un día en el recreo me llamó a lo alto de la azotea del instituto. Cuando llegué sus secuaces me acompañaron hasta el lugar donde me esperaba. Aquello fue la gota que colmó el vaso. Me dijo que se aburría, y como no tenía nada mejor que hacer, quería darme una paliza. Yo le dije que adelante, pero que si le hacía daño yo no sería responsable de mis actos. El resto de la historia ya la sabéis.

Baekhyun me escuchó sin interrumpirme, asintiendo de vez en cuando y diciendo cosas como “Increíble”, “No me lo puedo creer” o “¿De verdad?”. Cuando terminé el relato, Baekhyun me dijo:

-Nunca le contaste nada a nadie. ¿Por qué?

-No conocía a mucha gente. Sabía que si les decía a los profesores que Yoonseul me estaba molestando, no me harían caso. Y mis padres tenían suficiente con preocuparse con las facturas constantes del banco recordándonos que le debíamos dinero. Y no solo a ellos, sino a más gente. Tampoco imaginé que se fueran a ir tan pronto…

-¿Les pasó algo?

-Hace tres años murieron.-dije llorando, otra vez.- En un accidente de avión. Habían ido a China porque mi abuelo (mi padre es medio coreano, medio chino) les había conseguido un tratado comercial con una empresa china que iba a cambiar nuestras vidas para mejor. Sin embargo, el avión donde venían tenía un motor defectuoso. Mientras iban volando explotó, haciendo que el avión cayera al mar…

-Sarang, si no quieres seguir contándomelo, no tienes por qué.

Noté cómo algo bajaba torrencialmente por mi cara. No me había dado cuenta de que había estado llorando tanto. Mi voz cada vez salía de mi garganta con menos fuerza, y notaba como iba perdiendo las pocas fuerzas que me quedaban después de haber vuelto a ver a Yoonseul. Pero algo me sorprendió.

Baekhyun me cogió con sus brazos y me abrazó, acariciándome la espalda mientras decía:

-No pasa nada. Ahora nosotros estamos aquí. No volverás a estar sola. Además, nosotros te necesitamos, y tú nos necesitas. Cada uno se hace su propia historia, no dejes que los demás la escriban por ti.

Cuando me di cuenta de la posición en la que estábamos, me solté de su abrazo, algo nerviosa por lo que acaba de pasar. Él también pareció que se dio cuenta, porque empezó a tocarse el pelo.

-Bu…Bueno… Gracias…-dije tartamudeando.

-De nada. ¿Volvemos?-dijo él, también nervioso.

En un par de minutos llegamos a casa, y en vista de lo que había pasado decidí decirles algo a los chicos de EXO:

-A ver…-dije captando la atención de todos.- Es verdad que os dije que para vivir bien en este planeta hay que confiar en la gente y dejarse ayudar cuando la situación lo requiera (aunque yo no era quién para hablar de eso…), pero hay algunos casos que también hay que desconfiar de las personas. No todas tienen buenas intenciones. Por ejemplo, ayer Yoonseul no sabía que nunca habíais tomado alcohol, así que os lo dio sin tener en cuenta que ahora tendríais esta resaca.

-¿Aquellas bebidas fueron las que nos hicieron sentir raros?-dijo D.O sin creerlo.

-Sí. Pero por un momento, imaginad que no era Yoonseul la que os hablaba, sino una persona que os hubiera secuestrado, o robado. Tenéis que aprender a juzgar a las personas, teniendo en cuenta que, aunque en este mundo hay mucha gente buena, también hay gente mala.

-Lo entendemos…-dijeron todos a coro con la cabeza gacha.

-¡ANIMAOS! ¡NO ESTOY ENFADADA!-dije riéndome.

-Noona, no grites…-dijeron Kai y Sehun.

Y en los siguientes días, aprendí mucho de ellos. Aunque no fueran humanos, se comportaban como humanos. Sehun y Kai estaban todo el rato molestándose entre ellos, y Chanyeol se metía con Baekhyun y con D.O por ser bajitos. Típico comportamiento humano. Mejor así, era muy divertido…

-¿De qué color queréis la funda del móvil?-les pregunté. Me iba al pueblo a comprar unas fundas ya que casi habían roto sus móviles. Varias veces.

-Rosa.-dijo Kai sin dudar un momento.

-Rosa para la chica Kai…-se burló Chanyeol.

Al oír eso, Kai se puso a bailar con unos movimientos increíbles delante de Chanyeol al grito de “¿A quién llamas chica?”.

Quién nos hubiera dicho que la tranquilidad se iba a acabar tan rápido…