Después de mucho deliberar, decidimos ir a China para recibir a los otros hermanos que llegarían en un par de semanas. Aparte, queríamos pasar por el templo chino, a ver si encontrábamos algo.

Mi jefa dijo que tendrían el restaurante cerrado para fumigar, así que iban a aprovechar para comprar más cosas, lo que nos vino al pelo porque nosotros estaríamos una semana en China.

Ya que necesitábamos un medio de transporte, decidí preguntarle a un tío mío que estaba en China. Y bingo.

Resultaba que estaba desarrollando una súper caravana, la cual tenía cocina, baño (aunque pequeño) y seis camas. Además (y prácticamente lo mejor de todo), no funcionaba con gasolina ni gasoil, sino con desechos orgánicos. ¡Con estos tragones desechos orgánicos íbamos a tener de sobra!

Hasta el momento de partida, los chicos de EXO y yo estuvimos trabajando a más no poder en el restaurante. Incluso algunos de ellos hicieron de modelos en revistas para poder ganar un dinero extra. Íbamos bien provistos.

Así una semana antes de que llegara el meteorito embarcamos en un avión rumbo para China. Yo hablaba mandarín, y sabía leerlo un poco, así que no íbamos todos analfabetos.

Ya que ellos no tenían pasaporte (pues no eran de la Tierra…), le dije a un primo mío que vivía en la otra punta del país que si me podía hacer unos pasaportes falsos. Ya, tengo una familia que tiene hobbies algo raritos… Unos desarrollan caravanas, otros hacen carnets de identidad y pasaportes falsos (y muy realistas)…

Cuando llamé a mi primo pensé que no me lo iba a coger. Apenas hablábamos, y sólo nos veíamos cuando quedábamos con toda la familia, pero desde que se murieron mis padres no había vuelto a una de esas reuniones. Por suerte para mí, al tercer tono lo cogió.

-¿Hola?

-¿Quién es?

-Soy Sarang. Hace bastante que no hablamos…

Y lejos de colgarme o de parecer incómodo, más bien todo lo contrario.

-¡¡Sarang!! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo estás?-preguntó ilusionado.

-Bien, bien, gracias por preguntar. Oye, te llamaba porque te tengo que pedir un favor, y no sé a quién más pedírselo.

-Dime.

-Necesito unos pasaportes. Te pasaré toda la información por e-mail, pero es necesario tenerlos antes de una semana. ¿Es posible?

-Supongo… ¿Cuántos? ¿Y para qué los quieres? Me sorprende que mi prima que siempre sigue las reglas quiera unos pasaportes falsos…

-Digamos que son para unos amigos, seis en concreto.

-Bueno, sin problemas. Cuando los tenga te los envío a tu casa por correo.

-Gracias, de verdad me has salvado.

-No hay de qué. Eso sí, pásate más por aquí, que te echamos de menos. ¡Cuídate, pequeñaja!

-¡Zico! ¡Solos nos llevamos un año!

-Por eso. ¡Adiós pequeñaja!

A la semana me llegaron los pasaportes, y efectivamente parecían reales. Así que hicimos las maletas y nos pusimos rumbo a China.

¡Ah! Espera, aquí me tengo que parar para contar algo con más detalle. Pues resulta que claro, estos chicos nunca se habían subido a un avión en su vida. Y es verdad que habían ido a velocidad de la luz al atravesar la galaxia. Pero claro, habían atravesado la galaxia en forma de meteorito. No como humanos. Humanoides. Lo que sean.

Cuando entramos al aparato nos sentamos ocupando dos filas. Los asientos eran de dos en dos, e íbamos en un lado Baekhyun y yo, luego en el otro D.O y Chanyeol, delante Suho y Sehun y Kai solito al lado. Bueno, solito no. Había una chica de más o menos nuestra edad que no le quitaba el ojo de encima. Sí, ya sé que es guapo. Que está bueno. Que está cuadrado. ¡Pero hija, que lo único que te faltaba era babear! Si lo vas a mirar, ¡DI-SI-MU-LA-DA-MEN-TE! ¡El pobre chico se me empezaba a sentir incómodo!

-Y, ¿cómo vuelta exactamente esto? Es que esto ya es muy posterior, nunca lo vi en los portales…-me preguntó Baekhyun.

-Yendo muy rápido. En el despegue si se os taponan los oídos abrid y cerrad la boca.

-¿Muy rápido?-se rió Baekhyun.- Mi elemento es la luz, que es lo más rápido que existe.

-Además, hemos atravesado la galaxia. E íbamos muy rápido.-dijo Chanyeol desde su asiento.

-Noona, ¿no serás tú la que tiene miedo?-dijo Kai asomando la cabeza desde el asiento de delante.

Hice un puchero e hinché los mofletes. Como luego me dijeran algo…

-Señores pasajeros, les damos la bienvenida a bordo de este (inserte nombre de avión), el comandante y su tripulación les desean un viaje…

Nos abrochamos los cinturones y el avión empezó a moverse por la carretera para llegar hasta la pista de despegue. Al encender las turbinas hicieron un poco de ruido, así que los chicos se rieron al ver la velocidad a la que estaba yendo.

Pero cuando llegó a la pista recta por donde iba a despegar, la cara les cambió. Las turbinas (que casualmente estaban justo a nuestros lados) hicieron un ruido tronador que esta vez sí que los asustó, y el avión empezó a ir cada vez más rápido, preparándose para el despegue.

De repente, el avión abandonó la superficie terrestre y subió, haciendo que las caras de los chicos se pusieran blancas como la leche. No pude reprimir una sonrisa. Tenía muchas ganas de decirles… No, espera, se los iba a decir.

-Os lo dije.

Cuando llegamos arriba y el vuelo se estabilizó recuperaron el color. Cuando sonó el “tin” que te indicaba que te podías quitar el cinturón me solté y recliné el asiento. Cuando miré a Baekhyun, el chico no sabía cómo reaccionar.

-Sin comentarios.-logró decir.

Durante el viaje hacia China estuvimos hablando sobre lo que haríamos una vez nos encontráramos con el resto del grupo. Chanyeol me contó que cuando estaban todos juntos, solía entretenerse haciendo juegos tontos con Luhan, y que si se quedaban sin cosas a las que jugar, se inventaban cualquier cosa. O se dedicaban a meterse con el resto de los hermanos. Normalmente la segunda. Según Chanyeol, era más divertido. Sobre todo intentar hacer enfadar a Kai.

Baekhyun me dijo que le gustaría que tanto él, como yo, como Tao debíamos enseñarnos mutuamente movimientos de las artes marciales que conocíamos, ya que si mezclábamos lo mejor del Taekwondo, Hapkido y Wushu, seríamos invencibles. Y también quería comprobar si yo podía con Tao, porque él no.

También hablamos de que teníamos que comprar camas para los recién llegados. En cuanto nombré poner camas altas y formar literas, todos empezaron a gritar “¡Yo quiero arriba!”.

Después de mucho hablar, terminamos bastante cansados, así que nos echamos un sueñecito para estar descansados al llegar a China.

Y llegamos bastante rápido. Cuando nos bajamos del avión nos recibió el típico puñetazo que te da el calor cuando sales del avión y dejas atrás el aire acondicionado. Salimos del aeropuerto y nos dirigimos en autobús a la casa de mi tío. Cuando llegamos, toqué el timbre y entre a la casa con los seis chicos detrás de mí.

-¡Hola, tío Taesung!-le dije en coreano.

-¡Hola, Sarang! ¡Da gusto oír hablar en tu idioma!-dijo dándome vueltas por el aire. Hasta que vio a… ¿Sabes qué? Decir los chicos de EXO, es muy largo. Sé que ellos no son EXO, sino el planeta, pero se van a quedar así.

-Sarang… Otros familiares me dijeron que desde que habían muerto tus padres no habías sido muy sociable. Por lo que veo me han estado contando mentiras…-dijo casi susurrándome.

-Tío, te pueden oír. Y los conocí hará un mes, más o menos. Aunque sí que son unos buenos amigos. ¡Chicos, entrad! ¡Kai, cierra la puerta cuando pases!

Uno a uno los seis chicos entraron en la casa (menos mal que no era pequeña…) y se pusieron en fila.

-Tío, te presento a Kai, Chanyeol, D.O, Baekhyun, Sehun y a Suho.

-¡Encantado, chicos!-dijo inclinándose para saludarlos. EXO también se inclinó, pero estaba lejos de ser una línea recta. Sehun ni siquiera se estaba inclinando…

-Y por cierto, ¿D.O? ¿Suho? Y ese chico, Kai, ¿es japonés?-me preguntó mi tío.

-Ah…

Uyps. Se me había olvidado que tenía que decir los nombres inventados…

-D.O es un apodo. Obviamente no me llamo así.-dijo D.O. Fiu… Me salvó…

-Ah, vale. Entonces tú, Suho, eres el guardián del anillo sagrado el cual no puede caer en manos de los villanos y--

-Tío, déjate de frikadas. Suho tiene ese apodo porque es mayor de ellos, y es como un guardián para ellos.

-Ah… Es el hermano mayor…

-En realidad, sí. No biológicamente. Son huérfanos y vivían con sus otros seis hermanos en el orfanato. Les trataban tan mal que terminaron escapándose.-dije inventándome algo rápidamente. No podía decir que eran nietos de la prima de la tía de mi abuela, porque mi tío me preguntaría que quién era.

-Entonces más que el hermano mayor es el padre…-dijo mi tío.

-La madre.-dijo Sehun. Todos le respaldaron asintiendo con fuerza.

Estuvimos el resto del día con mi tío, hablando, riéndonos y más. Cuando llegó la tarde mi tío nos condujo hasta el hangar donde guardaba la caravana.

-Cuidádmela bien.-dijo dándome las llaves.

-Tranquilo. No te la chocaremos. O lo intentaremos.

Nos subimos todos a la caravana junto con nuestras mochilas, provistas sobre todo de ropa para el viaje. Algún que otro aperitivo también. Ya compraríamos la comida por el camino.

-Bien. ¿Primer destino?-dije encendiendo el motor.

-¡El templo!-dijo EXO.

Yo conducía, ya que los chicos no tenían carnet de conducir. Y cuando pregunté quién se quería sentar en los dos asientos que había libre delante, la parte de atrás de la caravana se transformó en una guerra.

-¡Yo quiero ir delante! ¡Quiero ver en directo todo lo que había visto desde los portales!-dijo Baekhyun.

-¡Chicos, dejadnos a Kai y a mí! ¡Somos los pequeños!-dijo Sehun empujando a Kai hacia delante para que cogiera sitio.

-¡Yo quiero ir delante también!-gritó Chanyeol.

-¡A VER!-grité.- ¡D.O y Suho! Vosotros vais delante.

-¿¡POR QUÉ!?-gritaron los no-nombrados.

-Porque eran los únicos que no querían venir delante. Da igual, si vamos a estar aquí varios días. Todos irán delante.

Era bastante divertido viajar así. Siempre estábamos todos juntos, y podíamos parar y acampar en cualquier lado. D.O hacía la comida, y luego el resto se turnaba para hacer tareas como limpiar el baño, la cocina, hacer las camas (la cuales aunque eran bastante cómodas, eran muy finas, por lo que se ponían en posición vertical y se guardaban en la pared) y otras tareas.

Aunque cuando llegó la primera noche nos encontramos con el primer problema… Desplegamos las camas, y uno a uno los chicos se fueron duchando y acostándose mientras yo apuntaba todo lo que nos había pasado en ese día en la libreta. Después de me duché, y cuando volví a la sala donde estaban las camas me di cuenta de una cosa.

Seis camas. Seis. Nosotros éramos siete.

Seguro que si nos hubiéramos dado cuenta antes dos de ellos hubieran dormido en la misma cama, pero todos estaban en los brazos de Morfeo, y despertarlos iba a ser muy difícil. Además, no quería molestarlos. Pero en algún lugar tenía que dormir yo…

Al final, después de mucho pensar, decidí meterme en la cama de Baekhyun. Puestos a elegir…

Por suerte para mí no estaba en el centro de la cama, así que podía meterme y tumbarme sin moverlo a él. El problema era que íbamos a estar bastante pegados, ya que era una cama individual. Pero yo tenía que dormir en algún lugar. Y de todos, Baekhyun era el más menudo en relación altura-constitución muscular.

Sin hacer ruido y a la misma velocidad de un perezoso cogí las sábanas y me metí debajo. Bien, a salvo. Cerré los ojos, y empecé a conciliar el sueño, hasta que…

-¿¡Sarang!?-susurró/gritó Baekhyun.

Al darme cuenta del shock que tenía encima al verme tan cerca le tapé la boca y esperé a que se calmara un poco. No quería despertar al resto de EXO.

-Hay seis camas. Somos siete.

-Sí, pero si nos lo hubieras dicho antes me hubiera acostado yo con Chanyeol y te hubiera dejado una cama para ti.

-No me importa.-dije más dormida que despierta.

Me di la vuelta y me puse de espaldas a él, porque vamos a ser sincera: no soy de piedra. Y la distancia que me separaba de Baekhyun era prácticamente inexistente. De repente, un sonido me erizó el vello. Un rayo cayó a pocos kilómetros, haciendo que el trueno retumbara.

Odiaba ese sonido. ¿Por qué tenía que caer una tormenta justo ahora, cuando estaba tan lejos de casa?

-¿Estás bien?-me preguntó Baekhyun.

Cogiéndome desprevenida Baekhyun me agarró por los hombros y me dio la vuelta. Apenas había luz dentro de la caravana, pero su elemento era la luz, así que no necesitaba mucha para ver.

-¿Estás llorando?-dijo tocando mi mejilla.

No me había dado cuenta. Había llorado tanto sola que había adquirido la increíble habilidad de no darme cuenta cuando bajaban lágrimas por mi cara. No estaba muy orgullosa…

-No, no pasa nada…-dije susurrando mientras quitaba su mano de en medio. Si me podía a hablar, sabía que sería peor…

-Sarang…

Respiré hondo y cerré los ojos, rezando a cualquier fuerza natural que se llevara la tormenta de allí y me dejara dormir tranquila. Pero parece que no estaban por la labor, porque después de unos segundos otro trueno rompió el tranquilo silencio de la noche, haciendo que tuviera que ahogar un grito.

Pero lo que pasó luego me cogió desprevenida. Baekhyun se acercó más a mí y me abrazó. La almohada de la cama estaba puesta en diagonal, haciendo que yo no estuviera al mismo nivel que Baekhyun sino más abajo, así que él aprovechó para acercarme a su pecho.

-Los truenos no están ahí, no los escuches…

Hombre, efectivo era. Ya no escuchaba los truenos, sino los latidos de mi corazón que retumbaban en mi cabeza. Aunque no me iba a quejar tampoco…

¿Tres años haría desde que no me abrazaban con regularidad? Todavía no estaba muy segura de cómo reaccionar. Ay, un día de estos Baekhyun me iba a dar un infarto. Tampoco lo puedo culpar, supongo que si fuera alguno de sus otros hermanos haría lo mismo.

Al día siguiente al despertarme abrí los ojos lentamente, porque la luz inundaba la caravana y me deslumbraba. Baekhyun todavía me estaba abrazando, así que me di la vuelta lentamente para no despertarle, y casi me da un patatús.

Los cinco chicos restantes me miraban con ojos como platos y sin saber exactamente cómo reaccionar. O qué decir.

Abrí la boca para decir algo, pero las palabras no salían de mi garganta, así que me limité a moverla estilo pez mientras me sentaba en la cama tan rápido que casi me di con la cama que estaba encima.

-Él… Seis camas…-dije señalando para todos lados.

Detrás de mí noté como Baekhyun se desperezaba y se sentaba, pero no estaba tan despierto como yo así que no se enteraba muy bien de lo que estaba pasando.

-¿Al final pudiste dormir anoche?-me preguntó.

-Eh… Sí…-dije nerviosa dándome cuenta de lo mal que sonaba.

Los chicos de EXO abrieron sus bocas tanto que pensé que se les iban a caer al suelo, junto con los ojos de D.O.

-Eh… Hyung…-dijo Kai.

-¿Mm?-dijo Baekhyun frotándose un ojo.

Todos (excepto Baekhyun) me dirigieron una mirada, y yo giré la cabeza repetidas veces para que se quitaran de la cabeza lo que fuera que se estuvieran imaginando.

La noche siguiente Suho se llevó consigo a Sehun, así que tuve una cama para mí.

 Los primeros días nos concentramos en ir hacia el templo, pero era inevitable que no hiciéramos paradas.

-¡Noona!-gritó Sehun.- ¡Mira que explanada de hierba más grande!

-Mm… Tenemos que parar para echar los restos en el depósito… Y además, no quiero seguir conduciendo…-me dije a mí misma.- ¡Chicos! ¿Queréis que paremos para dar una vuelta por allí?

No sé ni para qué preguntaba. Todos me respondieron a coro “¡¡SÍ!!”. Así que aparqué la caravana y puse el freno de mano. Kai y Sehun se pusieron a jugar a la pelota; Suho y Chanyeol estaban hablando, y D.O durmiendo.

Me puse de pie sobre la hierba y respiré el aire puro del campo, tan diferente al aire de Beijing. Cerca de allí había un arroyo, o algo parecido, porque estaba oyendo agua caer. Ya que no tenía nada mejor que hacer, empecé a caminar en dirección a aquel sonido.

Después de atravesar aquella explanada, me encontré con que tenía que ir a través de un bosque bastante denso, pero que tenía los senderos bien marcados. Saqué mi móvil y le hice fotos a todo lo que veía: los árboles, las hojas del suelo, las flores…

Tras de andar varios metros, me encontré con la fuente de lo que estaba oyendo. Efectivamente, era un arroyo que caía desde lo alto de la pared de piedra hasta el nivel del suelo, y al caer formaba un charco lo suficientemente grande como para nadar en él.

Saqué una foto del lugar y dejé el móvil encima de una piedra. Luego me descalcé y metí los pies en el agua. Estaba bastante fría, así que caminé un poco por la orilla. Pasados unos cinco minutos, oí cómo alguien estaba escondido tras un arbusto o algo, porque aunque hiciera todo por pasar lo más inadvertido posible, cada cierto tiempo se oía cómo se apoyaba en el suelo, haciendo que la hojas crujieran o alguna ramita.

-¿Quién está ahí?-dije mirando al arbusto.

De detrás del arbusto salió una cabeza de pelo castaño con flequillo y ojos curiosos. Al ver que le había descubierto, se acercó a mí.

-Baekhyun, ¿qué hacías ahí detrás?-le pregunté.

-Es que quería venir contigo, pero al verte dentro del arroyo no sé si querías que te interrumpiera…-dijo Baekhyun.

No pude evitar soltar una carcajada al oír la ocurrencia de Baekhyun.

-¿Qué hacías?-me preguntó.

-Andar, disfrutar del agua fría…

Baekhyun se acercó un poco a la orilla del arroyo, pero ésta estaba algo resbaladiza así que pegó un traspiés y se fue de cabeza al agua.

-¡¡QUÉ FRÍA!!-dijo luchando por mantenerse a flote. Antes de darse cuenta de que daba pie. Y de que el agua le llegaba por la rodilla.

Yo empecé a reírme a carcajadas cuando cayó el agua, pero al no fijarme por dónde iba caminando, yo también me resbalé y caí en el agua.

-Vale, sí, está fría…-dije mientras los dos salíamos a escape del agua.

Estábamos completamente empapados. Decidimos sentarnos al sol para dejar que la ropa se secara.

-Por cierto, hay una cosa que quería preguntarte.-dije recordándola de repente.- Sé que habías visto a la Tierra a través de portales. ¿Cómo los hacías?

Baekhyun abrió la boca para hablar, pero la cerró de inmediato. La verdad, él tampoco se acordaba…

-No… No sé… El portal estaba en un charco que había en EXO… Siempre estaba ahí, simplemente que yo era el que me pasaba más tiempo observándolo…

-Oh…-dije asintiendo.

-No hemos vuelto a ver a Muerte ni a ningún secuaz de Maldad desde el día que os atacó a Kai y a ti. ¿Crees que se habrán rendido?

-Como comprenderás, no tengo experiencias en el campo sobrenatural, ni enemigos ni esas cosas. Siempre había pensado que eso sólo podía pasar en las películas. Pero si las películas son como la realidad, ya que os he conocido a vosotros, entonces no creo que se hayan rendido.

Baekhyun asintió cabizbajo, con la moral un poco baja. Hacía poco que había empezado a tener sueños, pero no sabía si contárselos a alguien. Normalmente, los sueños son sólo eso. Sueños. Pero éste parecía muy real…

-Sarang… ¿Los sueños pueden significar algo?

-¿Tú también?-dije sacando mi móvil para apuntar y luego pasarlo a la libreta.

-¿Cómo que también?

-Sehun y Kai han visto a una mujer, probablemente una reina, pidiéndoles perdón. Y Kai vio una sombra roja que al final terminó persiguiéndole. ¡Ah, sí! También un árbol.

-¿Un árbol?-dijo Baekhyun. Él había visto un árbol.

-Venga, desembucha.-dije preparada para apuntarlo todo.

-En mi sueño estoy frente a un árbol. Está enfermo, pero no parece que vaya a morir, incluso parece que se está recuperando. Va sacando ramas nuevas, pero va perdiendo otras. Las hojas de las ramas nuevas son de un color brillante, amarillas, verdes o azules.

-Sí, eso fue lo que vio Kai en una visión justo antes de descubrir que podía teletransportarse…

-Entonces ya lo había visto Kai…-dijo Baekhyun pensando.

-Si habéis soñado con lo mismo, está claro que significa algo. Los sueños son algo que crea el subconsciente, así que los sueños de una persona no pueden ser exactamente iguales a los de las de otra. Pero los de vosotros sí son iguales. Supongo que más adelante descubriremos algo más…

-Hay más… Luego de ver el árbol, salgo volando y atravieso el espacio. Entonces la visión se me hace muy borrosa. Pero empiezo a aminorar la velocidad, así que cada vez veo con más nitidez. Logro ver un planeta, y pienso que probablemente sea la Tierra, porque se parece mucho con ella. Sin embargo, no es la Tierra. No es nuestra Tierra. Es otra Tierra.

-¿Otra Tierra? Explícate mejor… ¿Cómo si fuera un universo paralelo?

-¿Universo paralelo?-me preguntó Baekhyun.

-Sí. Es como nuestro universo, y tiene lo mismo, pero no es exactamente igual.

-Pues entonces sí. Era eso.

Anoté todo en el móvil, sin perder detalle de todo lo que me había dicho. ¿Esto quería decir que todos iban a tener sueños? Además, siempre el siguiente que tiene un sueño de estos, ve un poco del sueño del anterior que tuvo uno parecido…

Después de parar en aquella explanada (y de que mi ropa y la de Baekhyun se secaran) reanudamos la marcha. Después de dos días conduciendo, llegamos al sitio donde se alzaba el templo chino. No era parecido al coreano. Para nada.

Éste tenía un diseño muchísimo más moderno. El suelo era de baldosas de mármol a cuadros negros y marrones. Y no tenía columnas, sino una bóveda de punto de cruz. Las paredes no eran de piedra, como el templo coreano, sino de cemento, y tenían un color marrón tierra. Obviamente, la página web esa me había mentido.

Empezamos a caminar para explorarlo, y de paso buscamos algún sitio parecido a la sala secreta del templo coreano. Pronto llegamos a un pasillo sin salida. Me quedé mirándolo un buen rato, y se me ocurrió una idea.

-Chicos, poned todos las manos en esa pared.

-¿Eh? ¿Por qué?-preguntó Sehun.

-Tengo una corazonada. Hacedme caso…

Y efectivamente, en cuanto todos pusieron una mano sobre la pared, ésta se abrió, dando paso a otra sala.

-¿Cómo…?-dijo Suho mirándome.

-La pared que daba a la sala secreta en el templo coreano se abrió cuando yo quité mis manos de ella y vosotros os quedasteis tocándola.

Entramos a la sala secreta china, y vimos algo que nos sorprendió mucho, y de paso que confirmó la relación entre estos templos y EXO.

Las ventanas de este sitio tenían una rejilla con óvalos y círculos en ella. Y en ellas se podía leer claramente la palabra EXO. Si no conocías la palabra podían pasar desapercibidas, pero como obviamente sólo podían entrar ellos a esta sala, pues se notaba bastante. En el techo había un tragaluz por el que entraba bastante luz, a parte de la que entraba por las ventanas.

-Wow… Increíble…-dijo sorprendido Chanyeol, mirando a cada uno de los detalles de la sala.

En lo alto de la sala había una inscripción grabada en piedra que ponía “EXO-M”. Entonces la “K” del templo coreano no significaba “Korea”, de lo contrario en este templo pondría “EXO-C”…

-Chicos, exploremos este lugar también. A lo mejor encontramos otra cosa…

Pero aunque buscamos por todos lados, no pudimos encontrar nada. Decepcionados con nuestra visita, salimos de aquel lugar.

-Tranquilos, chicos. Ya otro día volveremos, incluso con vuestros hermanos, y a lo mejor encontramos algo que pasamos por alto. Chanyeol, ¿tienes el libro?

Chanyeol miró en su mochila y sacó de ella el manuscrito de páginas con los bordes quemados, y tapas finas de lo que parecía ser cuero, adornadas por un candado con forma de hexágono en el medio de la portada.

-Sí, aquí está.

-Bien. Es posible que en alguno de los templos se encuentre la llave que lo abra. Ahora, vayamos al lugar donde caerá el meteorito. Nos quedan apenas tres días para llegar…-dije mirando el calendario en mi móvil.

Así que nos subimos en la caravana y nos pusimos rumbo al sitio donde conocería al resto de la familia EXO. El resto del viaje fue sin problemas. Parábamos de vez en cuando, pero sin detenernos durante mucho tiempo. El día antes de la llegada ya habíamos logrado llegar sin problemas al lugar, así que aparqué la caravana y abrimos todos los toldos.

Pensamos que el lugar estaría desierto, ya que era en medio del campo, y según el mapa no había ninguna casa ni urbanización cerca. Sin embargo, a lo largo de aquella explanada se extendía todo un arsenal de científicos, geólogos y otros profesionales. Tenían la zona acordonada, y entrar allí sin ser vistos podía ser una tarea, si no imposible, muy difícil.

Todos nos acercamos al lugar, pero a una zona donde toda la gente que estaba abajo no nos pudiera ver. Soplaba un poco de brisa, así que el viento nos traía las conversaciones de abajo. La mayoría de personas que estaban eran chinas, pero también había un par de científicos probablemente americanos y de otras partes del mundo.

-¿Qué haremos cuando nuestros hermanos lleguen?-se dijo a sí mismo Sehun.

Los chicos tenían unas caras de desilusión total, mezclado con decepción, frustración y preocupación.

-Escuchad…-dije atrayendo la atención de todos.- Es verdad que será más difícil ya que no habíamos contado con toda esta gente, pero pase lo que pase, no dejaremos que les hagan daño.

EXO me miró, cambiando las caras de tristeza por unas que demostraban que al igual que yo, estaban dispuestos a todo.

Pasó un día, y pronto llegó el momento esperado. Era de noche, y sobre el cielo no había ninguna nube. Se veían todas las estrellas a la perfección.

-Así era la noche cuando vosotros aparecisteis…-les dije a EXO.

Estábamos todos sentados sobre la hierba, esperando con las manos cogidas por delante de las rodillas. De repente, una luz en el cielo empezó a hacerse más visible, y a moverse.

-Ha llegado el momento.

Toda la parte de abajo, que hasta ahora había estado en calma, se había agitado: gente yendo de un lado a otro, expertos preparándose para el momento en el que el meteorito llegara a la superficie terrestre, ayudantes preparando todos los equipos…

La luz del cielo se vio cada vez más nítida. Pasados varios segundos, se podía apreciar cómo el astro bajaba a una velocidad vertiginosa, hecho una bola de fuego.

-Kai, estate preparado para cuando el astro cambie de forma. Tienes que teletransportarte allí y sacarlos. ¿Crees que podrás hacerlo?

-Si soy yo solo, puedo teletransportarme sin problemas. Cuando lo hago con gente, se ve que consume más energía y me canso antes, pero mientras el grupo no sea muy grande y la distancia pequeña, no debería haber problemas.

-Tienes que teletransportar a seis personas unos trescientos metros. ¿Y bien?

Kai miró el lugar y se teletransportó a sí mismo de un lado a otro, dejando apenas unos metros de separación entre cada aparición, para poder probar su poder.

-Sí, sin problemas.-dijo preparándose.

Unos segundos después, la gran bola de fuego entró en contacto con el suelo. Todo el mundo estaba preparado, agarrado por arneses y con los equipos bien sujetos. Aún así, la onda expansiva nos movió medio metro a nosotros.

Todos los científicos empezaron a correr hacia el meteorito. Yo estaba preparada para darle la señal a Kai en cuanto empezara a brillar. Todos estábamos en nuestros puestos. Y entonces vi algo.

Era un meteorito. De roca. No tenía cristales.

Suho, que vio que estaba en estado de shock, empezó a gritarme preguntándome que qué pasaba.

-No… No es…

EXO no me entendió, y aunque reaccioné para decirles que no hicieran nada, era demasiado tarde. Kai se había teletransportado al lado del meteorito para llevarse a sus hermanos. Se puso justo por detrás, para evitar que ninguno de los científicos que se encontraban a cien metros lo viera. Kai esperó a que el meteorito cambiara de forma, pero se dio cuenta de que algo iba mal.

No sentía nada. Si hubiera sido alguno de sus hermanos, sabía que se habría sentido distinto. No sabía cómo, pero lo sabía. Y ese trozo de roca era eso, un trozo de roca. Sus hermanos no habían llegado a la Tierra.

Kai se dio la vuelta, dispuesto a teletransportarse de vuelta, cuando algo le sorprendió. Justo delante de su cara, a pocos centímetros de él, vio la cara pálida y sin vida de Muerte.

-Hola. ¿Qué tal?-dijo Muerte alzando su báculo.

Yo por mi lado, estaba muy preocupada. Los científicos pronto se dispondrían a examinar el meteorito, y Kai todavía no había vuelto. Preocupada, caminé de un lado a otro, mirando cada cierto tiempo hacia la gran explanada. Algo iba mal.

-Chicos, Kai no viene. ¿Qué hacemos?-dije casi llorando.

-Tranquila…-dijo Baekhyun mirándome. Había algo en sus ojos que hacían que me tranquilizara… Estaba en los ojos de todos los chicos de EXO, y no lo había visto en ningún humano. Pero en los ojos de Baekhyun era donde más se notaba.

Me senté en el suelo, cogí una bocanada de aire e intenté reducir la velocidad del palpitar de mi corazón. Que Kai no apareciera que estaba poniendo cada vez más nerviosa…

Después de un par de minutos, Kai apareció justo delante de nosotros, magullado y bastante malherido. Apenas podía tenerse en pie, y su respiración estaba muy agitada.

-¡Kai!-gritamos todos a la vez, acercándonos a él.

-Muerte… Está aquí… Debemos huir…-dijo con un hilo de voz.

¿Muerte? ¿La misma… persona… que me dejó con calambres la última vez que nos vimos?

-¡Podemos pelear!-dijo Baekhyun, respaldado por sus hermanos asintiendo.

-No… Debemos irnos… Ya…-dijo Kai caminando con dificultad hacia la caravana.

Pero era demasiado tarde. Como un rayo, literalmente, Muerte se materializó delante de nosotros. Parecía más poderosa que antes, y su báculo tenía un brillo fantasmal que no estaba antes. Muerte tenía una sonrisa en la cara, como si fuera la persona más amigable del mundo. Detrás de esa sonrisa se encontraba la más ersa persona que podías haber imaginado.

Por cualquier sitio que Muerte caminaba, veías cómo las plantas y demás seres vivos se morían. Iba dejando una estela de destrucción detrás de ella a medida que se acercaba a nosotros.

-La última vez que nos vimos me cogisteis desprevenida. Esta vez no será así.

Desde la última vista de Muerte, había enseñado a los chicos a pelear para que por lo menos se pudieran defender. Así que todos confiaban en que podían hacer algo más que la otra vez. Cómo se equivocaban.

Muerte empezó a lanzar rayos hacia todas las direcciones. No eran rayos de electricidad, sino de otra cosa. Era un haz de una luz muy apagada, de un color rojizo tirando a negro, de la cual salían pequeñas chispas que destruían todo lo que tocaban.

Cada vez que Muerte le disparaba a alguno de los chicos, estos se llenaban de heridas. En una de esas, uno de los rayos me alcanzó a mí. La sensación era como si te quemaran, al mismo tiempo que te dieran muchos puñetazos. El calor en mi piel era insoportable, pero cuando miré no había ninguna quemadura. Simplemente moratones y algún que otro rasguño. Eso sí, no tenía fuerzas.

 -¡Déjanos en paz!-dijo D.O intentando esquivar los rayos de Muerte.- ¡No te hemos hecho nada!

-¡Ah! Pero eso no lo sabéis…

EXO se dio cuenta de que eso, en parte, era verdad. No se acordaban de absolutamente nada de su vida en el planeta EXO. Ni siquiera recordaban si habían estado en algún lugar en particular, o lo que habían hecho.

-¡Nunca le hemos hecho daño a nadie!-gritó Baekhyun.

-No es que hayáis hecho daño… Es que tenéis algo que le pertenece a mi padre.-dijo Muerte sin dejar de atacarnos.

Muerte se fijó en la persona que estaba más cerca de ella. Miró a sus alrededores y posó su vista en Chanyeol, como si fuera una presa. Sus ojos brillaron con malicia mientras levantaba su báculo y dirigía sus rayos hacia el chico. Y a diferencia de lo que había hecho con los demás, insistió en Chanyeol hasta que éste, incapaz de seguir de pie, tuvo que arrodillarse, luchando contra el rayo que le lanzaba Muerte.

-¡Déjalo! ¡Lo vas a matar!-dijo Baekhyun deslumbrando a Muerte.

Momentáneamente hizo efecto, porque el rayo que atacaba a Chanyeol se hizo menos intenso, pero Muerte dirigió su mano hacia Baekhyun, y sin siquiera tocarlo, lo lanzó contra el árbol más cercano.

-No lo mataré, porque si no a mi padre no le serviría de nada. Pero sí que lo tengo que debilitar hasta ponerlo en el borde de la muerte. De lo contrario, si me lo llevo se podría revelar.-dijo Muerte intensificando el rayo que dirigía a Chanyeol.

Chanyeol, que se veía ya muerto, cerró los ojos quedándose inconsciente. Cuando los volvió a abrir, no estaba junto a sus hermanos y a Sarang, sino que estaba en un lugar sin luz, completamente negro. Se sentía muy ligero, y no parecía estar respirando. Tampoco sentía nada en la piel, y ninguno de sus sentidos parecía estar funcionando.

¿Estoy muerto? Pensó Chanyeol.

Pero de repente, una luz se encendió enfrente de él. No era una luz como la de Baekhyun, sino mucho más cálida y tintineante. Cuando esta luz se hizo más grande, se dio cuenta de que no era simplemente una luz, sino que era una pequeña llama, que se movía al ritmo del corazón de Chanyeol.

¿Oh? Parece que he recuperado el oído y la vista…

Chanyeol acercó la mano a la llama, y notó que aunque estaba caliente, no le quemaba como los rayos de Muerte. Era un calor más agradable.

El tacto también ha vuelto… Supongo que ya he recuperado todos los sentidos…

La llama empezó a moverse alrededor de Chanyeol, juguetona. Al verla, el chico no pudo evitar sonreír. Había algo en ella que le calmaba, y que le producía una sensación familiar. Como si ya hubiera hecho eso antes.

De repente, la llama se alejó de Chanyeol y empezó a ondear, como si se fuera a apagar. Chanyeol la miró con tristeza, pensando que se iba a ir y le dejaría sólo, otra vez. Pero la llama creció y creció, formando de repente a un gran fénix.

Con miedo, Chanyeol intentó alejarse del gran pájaro de fuego, pero estaba flotando en el aire, así que no podía moverse. Sin embargo, el fénix, lejos de querer hacerle daño o matarlo, se quedó mirándolo con unos ojos llenos de algo familiar para Chanyeol.

Acercándose con cuidado, el chico alto de pelo largo miró al fénix una vez más, y entendió qué era lo que le resultaba tan familiar en el ave.

Era él.

Mientras tanto, Muerte al ver cómo sus poderes habían sido más fuertes que los de los chicos exóticos, sonreía al ver a Chanyeol en el suelo medio muerto.

El resto de sus hermanos miraban a Chanyeol con los ojos llenos de lágrimas. Para mí, el tiempo se había congelado. Las hojas ya no se movían con el viento, y lo único que se oía era la risa malvada de Muerte.