Kris miró angustiado a su alrededor. El dragón no venía, y si no venía él no podría volar. ¿De qué te vale tener poderes si no puedes utilizarlos?

-Kris-hyung, tranquilízate... No pasa nada, yo también he pasado por esto...-dijo Chanyeol, asustado de ver a su hermano así. Nunca había visto a Kris perder el control.

-¡No, tú no lo entiendes! Tú, aunque no tengas al fénix, puedes usar el fuego... Yo no puedo hacer nada...-dijo Kris sentándose en el suelo y enrollándose en una bolita.

-Bueno, por una parte tienes razón... Pero por otra, no hay nada peor que ser el más poderoso de tus hermanos y no poderlos proteger... Si Cenizas hubiera acudido a mi llamada cuando Muerte nos atacó, no hubiéramos terminado en la nave... Aunque tampoco os hubiéramos encontrado a vosotros.

Chanyeol miró al camino frente sí. Estaba bastante marcado, así que suponía que era bastante transitado, por lo que al otro lado del bosque tendría que haber algo. Y por suerte para ellos, parecía que Ira no los estaba siguiendo.

-Kris-hyung, vamos a pensar con la cabeza fría. Primero, hay que volver con el resto de nuestros hermanos. Luego ya resolveremos el problema de tu vuelo. Tenemos el libro, ¿recuerdas?

-¡El libro!

Kris le arrebató el libro a Chanyeol y empezó a pasar páginas desesperadamente, hasta llegar al capítulo del vuelo. Y por más que se esforzaba en entender lo que ponía, no había manera. Entendía las palabras, pero no lo que querían decir.

-¡Maldita sea!-dijo Kris con intenciones de lanzar el libro lo más lejos posible.

Pero antes de que pudiera hacerlo, Kris notó una fuerza que lo golpeaba y lo mandaba directo al suelo. Cuando levantó la mirada, vio a Chanyeol bastante enfadado.

-Uno: deja de actuar como un niño. ¡Enfadarte con el mundo no te servirá de nada! Y dos: ese libro tiene mucho más de lo que logramos comprender. Puede que tú y yo no podamos, pero Sarang sí.

-¿Sa.. Sarang?

-Así que quiero que te levantes, me des el libro, respires hondo y te relajes.

Kris se sorprendió mucho. Nunca había visto a Chanyeol tan serio. Él era del tipo alegre, inmaduro, y Kris era el de la cabeza fría. Y no podía creer lo que estaba haciendo.

Lentamente, Kris se levantó y miró a su hermano.

-Tienes razón. Lo siento, yo...

-No pasa nada. Pero no es el fin del mundo. Acabamos de descubrir que tenemos poderes, así que es normal que no sepamos utilizarlos. Ahora vamos.

Después de una hora caminando a través de hojas, arbustos y telarañas (las cuales hacían que Chanyeol y Kris gritaran como unas niñas, ya que el encargado de acabar con los bichos era Suho), los dos hermanos salieron del bosque. Ante ellos se levantaban varios edificios, con pinta de pertenecer a un polígono industrial. Y a diferencia del bosque, no había vegetación, sino que parecía un desierto.

Y Chanyeol no entendía nada. Se suponía que el templo tenía que estar allí.

-No, no, no, no... Estoy seguro de que el templo estaba aquí. En mi mundo estaba aquí. ¿Por qué no está aquí?

-¿Y ahora?-dijo Kris.

Chanyeol suspiró. No tenía ni idea.

-Bueno, no hay que perder la cabeza. Voy a buscar por los alrededores, a ver qué veo. ¿Vienes conmigo o...?

-No, yo me voy a quedar por aquí.

Chanyeol miró a su hermano indeciso. ¿Sería buena idea dejarlo solo? No estaba tan seguro...

-Vale... Me llevo el libro conmigo. No te alejes mucho, no quiero que te pierdas.

-¿Oh, en serio? ¿Perderme yo? Me da que esa línea tendría que ser mía...-dijo Kris ente risas.

-Tsk, no soy un niño...

Así, Chanyeol y Kris se separaron. El mayor empezó a caminar, y tras bajar unas escaleras llegó a una gran explanada. Si quisieran, aquí se podría hacer una pista de aterrizaje de aviones.

-No me lo puedo creer... Acabo de descubrir mi poder, y ya no lo tengo...-dijo dándole una patada a una piedra.- Y además, mi poder no es tan impresionante como el de los demás. Fuego, agua, tierra... Con eso se puede luchar. Yo soy un pájaro, lo mío es tan sencillo como el tiro al blanco.

“No eres un pájaro.”

¿Mm? Parecía una mujer. Pero por más que miró a su alrededor, no vio a nadie. ¿Entonces quién estaba hablando?

“No te desprecies. Los doce tenéis unos poderes increíbles, y ninguno es más poderoso que los demás”

Vale, Kris estaba empezando a asustarse. La voz parecía venir de su cabeza. ¿Por qué...?

“Además, tú no eres un pájaro. Eres un dragón.”

Kris cerró los ojos e intentó mirar en su interior. Sí, podía ver a su dragón. ¿Entonces por qué no le hacía caso?

-A lo mejor no necesito que el dragón venga para poder volar.

Actuando por instinto, Kris empezó a caminar, para luego empezar a trotar. Luego se aventuró y, pisando fuerte para coger impulso, saltó. Y vale, los chicos de EXO tienen habilidades diferentes a las de los humanos. Pero un salto tan grande era demasiado incluso para ellos.

Pero cuando llego a cierto punto, empezó a caer a la misma velocidad a la que había subido. Y contrariamente a lo que pensaba Kris, el aterrizaje no fue tan malo. Al llegar al suelo, se posó suavemente, como si llevara un paracaídas.

-Venga, otra vez.

Esta vez, Kris empezó a correr con todas sus fuerzas. Pero por más que intentaba despegar, lo único que conseguía era saltar muy alto. Pero al fin de al cabo, no volaba, porque acababa aterrizando.

-No recuerdo tener los poderes de un canguro. ¡Tengo que poder volar!

Kris miró a su alrededor, intentando encontrar algo que le pudiera ayudar. Y cuando miró a su derecha, sus ojos se posaron en una cosa. Había un precipicio.

-Mm... Podría funcionar.

O no. Dos opciones: funcionaba y volaba, o no funcionaba y se estrellaba. Guay.

Bueno, que sea lo que el cielo quiera. Kris se acercó corriendo a la máxima velocidad que le permitían sus piernas, y cuando llegó al borde del precipicio dio un paso y se impulsó con todas sus fuerzas hacia delante.

Peeeeero como era normal las cosas no salen como uno quiere. Así que Kris se empezó a precipitar hacia abajo sin remedio.

-No, no, no... Esto no se va a acabar así.

Concentrándose en lo mismo que había sentido cuando estaba cayendo por la cascada, Kris cerró los ojos e intentó canalizar la energía del dragón que sentía dentro de él para poner volar. Y parecía que funcionaba, porque ya no estaba cayendo hacia abajo en picado, sino que se estaba empezando a levantar.

¡El problema es que como siguiera así no iba a poder levantarse antes de llegar al suelo!

Kris hizo un último esfuerzo e intentó subir, y lo consiguió justo antes de estrellarse contra el suelo.

Y se vio, igual que la otra vez, acariciando las nubes. Con la diferencia de que esta vez el que volaba era él.

-¡¡YUUUUUUJUUUUUUUUU!!

Después de dar un par de vueltas por el cielo decidió bajar, ya que si Chanyeol volvía y no lo veía, su hermano pequeño iba a empezar con sus “te lo había dicho”, y no hay quién lo soporte cuando se pone así.

Kris intentó frenar al aproximarse al suelo, pero todavía que trabajar en el aterrizaje, ya que en vez de posarse suavemente rodó un par de metros hasta que se detuvo completamente.

-Bueno, por lo menos no he perdido mis poderes... Pero tengo que buscar otra manera de despegar, no puedo arriesgar mi vida cada vez que quiera volar...

Mientras tanto...

Chanyeol caminó perdido entre los edificios. No sabía lo que buscaba, ni siquiera sabría reconocerlo si lo encontraba. El eclipse no tardaría en tener lugar, y si no se encontraban en el lugar adecuado, a lo mejor perderían su oportunidad.

Frustrado, el chico se sentó en el suelo y miró el libro por encima. Había capítulos dedicados a cómo usar los poderes conjuntamente, y como sacarle el máximo partido a diferentes ataques. Quizás por esto habían separado el libro y la llave. Aquella reina no quería que hubiera otra guerra. Aish...

Cerrando sus ojos, Chanyeol se concentró en la energía que fluía en su interior. Podía notar a Cenizas allí, pero no salía. Sin embargo, Chanyeol notó que su fénix le estaba intentando decir algo. O más bien llevarle a un sitio.

Decidió levantarse y seguir su intuición, la cual se llevó a un pequeño almacén abandonado, hecho de madera. Se notaba que hacía mucho tiempo que no pasaban por allí, ya que el suelo estaba lleno de hojas y tierra.

Y Chanyeol notaba que había algo allí. Pero no sabía el qué.

En el suelo había varias piedras, y Chanyeol no podía quitarles el ojo de encima. Sentía algo. ¿Sería eso lo que estaba buscando?

Con cuidado cogió una y le dio la vuelta para verla mejor. Y en la otra cara se encontró un dibujo grabado. Tenía forma de gota, y dentro unas líneas lo atravesaban de un lado a otro. Y Chanyeol había visto ese signo en algún sitio.

-Esto estaba...-dijo abriendo el libro.

Bingo. Cuando llegó al capítulo del agua, vio el mismo signo. ¿Eh? ¿Qué significaba eso?

Chanyeol dejó la piedra en el suelo y miró el resto. Un unicornio, el fénix, un dragón... ¿Por qué estaban todos esos signos en ese lugar?

-El templo... ¡Sí que estamos en el templo!

Y como por arte de magia, la luz del sol empezó a desvanecerse. Chanyeol, extrañado, miró al cielo, para descubrir que el sol no se estaba apagando, sino que la luna estaba tapando al sol.

-¡El eclipse!

Tenía que contárselo a su hermano. Chanyeol salió corriendo del almacén y volvió al sitio donde había dejado a su hermano. Quien no estaba.

-¡Le dije que no se perdiera! ¡LE VOY A MATAR!

Mirando a sus alrededores, Chanyeol caminó por todo el polígono industrial buscando a Kris. ¡¿Dónde se había metido este chico?!

Después de un rato, Chanyeol llegó a unas escaleras y dio con una gran explanada. En el centro estaba su hermano, tirado en el suelo y cubierto de tierra. Sin embargo, no parecía herido.

-¡Kris! ¿Qué... Qué haces allí? ¿Te has estado peleando con el suelo?

-No, no...-dijo levantándose.- Pero ya sé que no he perdido mis poderes. Aunque tengo que practicar un poco más...

-¿Lograste volar?

-Sí, un poco... Pero casi me estrello, así que sigo necesitando lo que pone en el libro.

-Ah...

-¿Tú no venías porque ibas a decir algo? Como por ejemplo, lo que le ha pasado al sol.

-¡Ah, sí! El templo estaba aquí. Y ese es el eclipse que nos llevará a la otra Tierra. Pero no sé cómo.

Kris lo tenía muy claro. Cerró sus ojos y dejó que el dragón que tenía en su interior le guiase. Así había conseguido volar. Y Chanyeol hizo lo mismo, porque si Cenizas le había mostrado el camino hasta el sitio donde estaba el templo, también le indicaría el camino de vuelta a casa.

Así que casi sin darse cuenta, los dos chicos empezaron a caminar hacia el sol, por un camino sólo visible para los dos animales fantásticos.

Cuando por fin se atrevieron a abrir los ojos, se dieron cuenta de que no estaban en la Tierra, sino que caminaban por un suelo de cristal brillante. Cuando se fijó mejor, Chanyeol se dio cuenta de que el brillo era parecido a la piel de Cenizas.

Y después de caminar un rato, se encontraron en una encrucijada. De un lado venían varios caminos, y todos conducían a una salida que se bifurcaba.

-No sé, podrías llamarme hyung... Yo te oí decirlo cuando estabas a punto de dormirte...

Esa era la voz de Luhan...

-Ya, ya, lo que tú digas, Luhan...

¡Y esa la de Sehun!

De repente, los dos chicos aparecieron por uno de los caminos que venía en la misma dirección que el de Kris y Chanyeol.

-¡Sehun! ¡Luhan-hyung!-dijo Chanyeol tirándose a los brazos de sus hermanos.-¡Pensé que no os volvería a ver nunca!

-¿Ves? ¡El me llama Luhan-hyung!-dijo el susodicho mirando a Sehun.

-Bien por ti entonces.

Mientras tanto, en un lugar de la China de esa Tierra, Kai y Xiumin descansaban en la cubierta de un barco, intentando no ser descubiertos.

Kai estaba bastante cansado a causa de todos los teletransportes que había tenido que efectuar. No podía dar un paso más, así que se alegró que una vez que dejaron el puerto no les siguiera nadie.

-Xiumin-hyung, si no te importa, me voy a echar una siestecita, a ver si así repongo fuerzas.

-Tranquilo, descansa. Yo vigilo.

Así Kai cerró los ojos, y en menos de cinco minutos ya estaba profundamente dormido. Cuando abrió los ojos otra vez, no estaba encima del barco, sino que se encontraba en un jardín, el cual no parecía de nuestro mundo. Justo detrás de él se levantaba un gran árbol, de hojas violetas, azules, amarillas y verdes.

-Oh... Vuelvo a estar aquí...

Kai miró a su alrededor. La otra vez que llegó al jardín del Árbol de la Vida no había tenido la oportunidad de fijarse en el lugar. Y había algo que...

La luz. El jardín estaba más oscuro que de costumbre.

-Baekhyun-hyung...

-Tranquilo, está en buenas manos.-dijo una voz detrás de Kai.

Sólo podría ser una persona. Bueno, persona tampoco pero bueno... En cuanto Kai se giró, vio a la reina de cabellos de oro y piel de diamante.

-Alteza.-dijo arrodillándose.

-No te arrodilles, porque si no fuera por mí no estaríais en este lío...-dijo con voz triste.

-Algo podremos hacer. Poco a poco vamos recuperando nuestros poderes.

-Yo simplemente quería que vivierais como los demás humanos en la Tierra. Se ve que el Mal no estaba de acuerdo conmigo... Y no dudéis en pedirme ayuda siempre que la necesitéis.

-¿De verdad?-dijo Kai sorprendido. Nunca la había visto en otro lugar que no fuera este jardín.

-Sí. Que viva aquí no significa que esté confinada. Pero tienes que llamarme. Desde aquí no puedo ver lo que pasa en los otros mundos.

-¿Y nuestros otros hermanos? ¿Por qué fueron a otro universo?

-Si os separaba, suponía que Maldad lo tendría más difícil para encontraros. Veo que me equivocaba...

“¡Kai! ¡Despierta!”

Esa era la voz de Xiumin.

-Te están llamando. Ve con tu hermano.-dijo la reina.

-¿Os volveré a ver?

-Por supuesto. Y recuerda, siempre puedes pedirme ayuda.

Kai volvió a cerrar los ojos, y esta vez cuando los abrió tenía delante de él a Xiumin, sacudiéndole el hombro para despertarlo.

-¿Qué...? ¿Qué pasa?-dijo Kai medio dormido todavía.

-Hemos llegado al puerto. Debemos bajarnos antes de que se den cuenta de que estamos aquí.

Tras desperezarse rápidamente, Kai tocó a Xiumin para hacer contacto físico y los teletransportó a los dos hacia el muelle. Tras varios saltos en el espacio, salieron de aquel lugar  y miraron a su alrededor, ya que había un problema: no sabían hacia dónde tenían que ir exactamente, ni cuánto tiempo tenían.

-¿Mm?-exclamó Xiumin mirando para detrás.

-¿Qué pasa?

-Shh...

Había una pareja detrás de ellos hablando, y aunque Kai no entendía nada, Xiumin tenía una cara de concentración digna de un jugador de ajedrez. Tras un rato, Xiumin dijo:

-No sé dónde será el eclipse exactamente, pero apenas tenemos tiempo. Es a las cinco. Hoy.

Al oír eso, Kai abrió mucho sus ojos, asustándose. Las cinco. Y ahora mismo eran las dos y media. Si conseguían llegar al sitio, sería de milagro.

-El problema es que no sé por dónde es...

De repente, Kai sintió algo a su derecha. Y aunque giró la cabeza esperando encontrar algo, allí no había nada. Pero lo sentía. ¿Entonces por qué...?

Oh...

-Xiumin-hyung, ¿te acuerdas cuando te dije que usar mis poderes de forma continuaba me agotaba?

-Eh... Sí... Pero...

-Pues luego me vas a tener que cargar a la espalda. ¡Vamos, deprisa!

Ante la mirada atónita de Xiumin que no entendía nada, Kai le agarró por el brazo y echó a correr, sin saber exactamente hacia dónde iba, pero con la sensación de que era por ahí. En cuanto llegó a una zona sin muchas personas, desapareció en el aire sin dejar rastro, para aparecer varios metros más adelante y volverse a teletransportar, y así sucesivamente.

-¡Kai! ¡Si haces...! ¡...esto...! ¡...es posi...! ¡...ble que no...! ¡...sobrevivas!-dijo Xiumin entre salto y salto.

-¡Si no...! ¡...no llega...! ¡...remos a...! ¡...tiempo!

Así fueron, saltando de un lugar a otro, incluso pasando por las azoteas de los inmensos rascacielos para ganar tiempo y espacio. Además, era poco probable encontrarse a alguien allí arriba.

Según fueron pasando los minutos, Xiumin se dio cuenta de que su hermano pequeño estaba empezando a perder fuerzas, y que Kai había dejado de tirar de él y en su lugar, era Xiumin quien tiraba del chico moreno.

-¡Xiumin-hyung! ¡Para éste no puedo teletransportarme desde aquí! ¡Está muy lejos!-dijo Kai entre jadeos mientras se acercaba corriendo al borde del edificio.

-¿Y entonces? ¿Y por qué no te estás frenando?

-¡Hay que saltar!

-¿¿¡¡QUÉÉÉÉÉ!!??

Pero ya era demasiado tarde. Estaban demasiado cerca del borde como para parar ahora, así que los dos chicos se proyectaron hacia delante, y tras caer un par de metros (y que a Xiumin le diera casi un infarto) aparecieron de nuevo sobre la azotea del edificio más cercano.

-¿Tenemos hora?-preguntó Kai.

Xiumin se fijó en los edificios que estaban a los lados, y en las pantallas de publicidad logró distinguir unos números que supuso que Kai entendería.

-¡Las 16:25!

-¡Nos queda poco más de media hora!-dijo Kai acelerando el paso.

Pero cuál fue su sorpresa al llegar al siguiente edificio y encontrarse que no estaban solos. Ni siquiera le dio tiempo a mirar a su alrededor: tan pronto como pisó el suelo sintió una fuerza que le empujó para detrás y le hacía sentir tanto dolor que por poco se desmaya. Al abrir los ojos, se asustó de verdad.

Estaba Muerte. Con más de cuarenta hombres vestidos con traje, gafas de sol y pinganillos, los mismos que habían visto nada más llegar al planeta.

-Hola, pequeño chico saltarín y compañía. ¿Me habíais echado de menos?

Xiumin, al ver a Muerte recordó todo lo que les había hecho, viéndolo en forma de flashback. Vio cada expresión de dolor de sus hermanos. Escuchó el sonido de sus gritos. Y sintió cada una de las heridas que le había hecho. De repente, y sin razón aparente, todas sus cicatrices empezaron a dolerle, como si la vista de la causante de todo las hubiera abierto otra vez.

-Resulta que hemos tenido muy mala suerte, y sólo hemos podido pillaros a vosotros dos. Pero bueno, ¡mejor poco que nada!-dijo Muerte levantando su báculo, y haciendo brillar la calavera que se encontraba en el centro.

-¡Debemos seguir!-gritó Xiumin, intentando levantar a su hermano.

-Ni modo. De aquí no salís hasta que no haya pasado el eclipse.

Los dos hermanos miraron hacia el sol. A unos cuantos metros de ellos podían ver una sombra, seguramente perteneciente a la Luna, que ya había empezado a tapar a la estrella.

-¡¡NO!!-gritó Kai.

El chico intentó levantarse, pero no sirvió para nada. Tan pronto como logró ponerse de pie, Muerte lanzó un rayo. Y otro. Y otro. Y otro. Poco a poco, la gran sombran se retiró del suelo, y Kai y Xiumin vieron como su posibilidad de volver a casa se esfumaba en el aire.

Era el fin. Los dos chicos lo sentían. No había escapatoria. Tras aquel ataque, Kai había quedado demasiado débil, y apenas podía levantarse. Notaba cómo la visión empezaba a hacerse borrosa, y los sonidos dejaban de ser tan nítido. Todo empezó a moverse a cámara lenta: la cara de terror de Xiumin, los cuarenta hombres acercándose a ellos corriendo, la expresión de satisfacción de Muerte... Todo estaba perdido.

“Por favor, que nos ayude alguien. No podemos solos.”

Tranquilo. No estás solo.

-¿Eh?-dijo Kai, abriendo los ojos de repente.

Sin embargo, fue incapaz de ver nada. Porque justo delante de ellos un gran resplandor había cegado a todos los enemigos, incluida Muerte. Era una luz blanca, cálida, y tanto Kai como Xiumin estaban seguros de haberla visto antes.

Poco a poco, la luz se fue apagando, y en su lugar había una mujer alta, de piel de diamante, cabello de oro y aura reluciente.

-Ma... Majestad...-dijo Kai, incapaz de mover su cuerpo.

La reina se estiró y miró a Muerte apenas moviendo un músculo de su cara, pero con una expresión tan dura que cualquiera que estuviera delante de ella hubiera salido corriendo.

Al ver a la propia personificación del Bien, todos los esbirros de Muerte se asustaron tanto que echaron a correr, dejando a su propia jefa sola ante la majestuosa divinidad. Sin embargo, los ojos de la chica de la capucha no mostraban miedo.

-Te crees muy fuerte... Pero yo no me dejo engañar por tus trucos...-dijo Muerte alzando su báculo.

-Kai, Xiumin, corred.-dijo Vida apenas levantando el tono de su voz, pero con tal fuerza que probablemente las personas que estuvieran cerca se sentirían confundidas al oír una voz de la nada.

-Pero... El eclipse... Ya...-balbuceó Xiumin.

-Kai, ¿tú lo sientes, verdad?

Kai miró hacia el lugar donde su hermano y él tenían pensado ir. Por alguna extraña razón, les seguía llamando. Pero si ya había pasado el eclipse, ¿por qué tenía la sensación de que debían dirigirse hacia allí?

-Xiumin-hyung, dime una cosa: si cierras los ojos y te concentras en oír a algo llamándote, ¿en qué dirección irías?

-¿¡QUÉ MOMENTO ES ESTE PARA PREGUNTAR ESO!?

Muerte aprovechó que los dos chicos estaban discutiendo para lanzar un rayo y dejarlos inconscientes, pero al llegar al lado de Vida, el rayo se disipó en el aire.

-¿Cómo...?-dijo Muerte, sin entender nada.

-¡Hazlo!-gritó Kai a Xiumin.

Xiumin decidió que ya que estaban acabados, no iba a perder nada si lo intentaba. Tal y como le había dicho su hermano, el chico cerró los ojos y se concentró para sentir lo que quiera que Kai estaba diciendo. Y por muy extraño que pareciera, sí que tenía la sensación de que algo le llamaba.

-Por ahí.-dijo Xiumin, señalando hacia la misma dirección que Kai estaba mirando.

-Pues corramos.-dijo Kai, tocando el hombro de su hermano y teletransportándose al edificio de al lado, no sin dificultades ya que Kai estaba bastante débil.

-¡¡¡NO!!!-gritó Muerte, al ver escaparse ante sus ojos a su única posibilidad de volver a casa con parte de la misión cumplida.

Vida, al ver las intenciones de Muerte pasó su mano por delante de ella, dejando un rastro de polvo dorado sobre la chica, que se encontró con que ya no se podía mover.

-¡¿Qué me has hecho?!-preguntó Muerte furiosa.

-Impedir que les hagas ningún daño a mis chicos. No más.

Mientras tanto, Kai y Xiumin fueron saltando de edificio en edificio, durante tanto tiempo que ya ni siquiera miraban hacia dónde iban o pensaban lo que hacían. Todo era casi un movimiento mecánico: correr, correr, correr, siempre hacia adelante. Antes de que se pudieran dar cuenta, ya se había hecho de noche, e iban por encima de la ciudad iluminándose con la luz de los focos de la calle, junto con la Luna.

Pronto llegaron a un lugar de la ciudad donde las ajetreadas calles y los brillantes escaparates habían desaparecido, y en su lugar solo había edificios en completo silencio.

-Bajemos por aquí.

¡Puf! ¡Puf! ¡Puf! ¡Puf! Tras un par de teletransportes en el aire, Kai y Xiumin llegaron al suelo, y empezaron a caminar hacia delante. ¿Por qué hacia delante? Ni ellos mismos lo sabían. Sólo sabían que tenían que caminar hacia delante.

De repente, detrás de ellos se empezó a oír el sonido de motores acercándose. Cuando los dos hermanos se giraron, vieron los coches de los esbirros de Muerte, acercándose peligrosamente a ellos. Pero ya no había nada que hacer.

Xiumin y Kai miraron a la Luna, siendo ocultada por la sombra de la Tierra, y ante ellos el camino de vuelta a casa. Lentamente, los dos hermanos comenzaron a caminar, sin mirar hacia abajo, con la mirada fija en el círculo brillante ante sus ojos. 

A ver... Lo siento lo siento lo siento lo siento por no actualizar antes... Tenía pensado hacerlo en Navidades, peeeeeeeero una cosa llevó a la otra y cuando me quise dar cuenta ya se habían pasado las vacaciones... 

Pero tengo excusa! Mi pendrive (donde estaban mis fanfics, sólo ahí, también es que yo soy inteligente...) dejó de funcionar, así que perdí mi fanfic y todo lo que había escrito...

Así que tuve que coger los capítulos que tenía colgados ya y ponerlos en un documento nuevo, y escribir todo lo que estaba y que no había publicado... Y tenía practicamente el siguiente capítulo terminado... 

Cuando me di cuenta de que tenía que escribir diez páginas otra vez... Casi me da algo...

Pero bueno, por fin lo he colgado. Eso sí, un día de estos tengo que ponerme a hacer los posters de los capítulos que me faltan... (eran dos o tres?)

Ah, otra cosa.

Para los que me lean y les guste mi estilo al escribir y tal, tengo dos fanfics más.

Cómo Entrenar a tu Dragón (con Kris)

Frío Leo (Leo, de VIXX)

Los dos están pensados para que la gente los pueda leer aunque no conozca a los personajes (no como este, que ya le he dicho a un par de amigos míos no kpopers que lo lean y me dicen que hay demasiados personajes xD) El de Kris será una historia con varios capítulos (a ver si me pongo a escribir de una vez), y el de Leo tenía pensado hacerlo one-shot, pero cuando me di cuenta tenía un montón de páginas, así que no me quedó otra que partirlo en capítulos.

En el próximo episodio se reencuentran todos. ¿Quién está tan emocionad@ como yo?

Por cierto, para motivarme y poder actualizar rápido, dejad muuuchos muuuuchos comentarios. Que si subo un capi y la gente no comenta me quedo más sola que la una. *planta rodadora de las películas del oeste*

Bueno, con esto y un bizcocho (un bizcocho?O.O) me despido. *intento forzado de aegyo*

Y leedme las otras historias! Así tenéis algo mientras esperáis por esta ^^ (a ver si no tardo tanto)

Vale?

Pues hala, me voy a hacer cosas de gente normal