En los capítulos anteriores:

Mientras los chicos de EXO están repartidos en el universo paralelo (Tao luchando contra tipos vestidos de negro, Kai y Xiumin escapando también de los tipos de negro, Kris y Chanyeol volando, Suho y D.O leyendo libros y Sehun y Luhan atravesando el país en una caravana), los que quedan en la Tierra intentan buscar alguna manera de llegar al sitio donde será el eclipse de sol. Escapando de una tormenta, Sarang y Baekhyun caen en una cueva, donde quedan atrapados.

Sobresaltada, abrí los ojos y me llevé una mano al pecho. Estaba sudando a chorros, y sentía una fuerza oprimiéndome el pecho. Tenía las manos y los pies entumecidos y la vista borrosa. Acababa de tener una pesadilla.

Todo estaba negro. Los chicos de EXO estaban a mi alrededor, totalmente destrozados. Unos tenían las cabezas cortadas, a otros les faltaba un brazo o una pierna… Estaban todos muertos. Y era mi culpa. Una voz no cesaba de decirme: “Siempre has estado sola. Ahora estás sola. Y eso no cambiará. Estarás sola, para toda tu vida.”

Respiré un par de veces al darme cuenta de que estaba en la cueva de ayer. Todo había sido un sueño.

Pero la tranquilidad duró poco. Notaba cómo empezaba a faltarme el aire, cómo las paredes parecían cernirse sobre mí. Sobre mi cabeza, daba la ilusión de que el techo estaba bajando y me aplastaría. Pero lo peor de todo, es que estaba sola.

Casi sin darme cuenta empecé a gritar. El sonido desgarrador que salía de mi garganta era amplificado por el eco de las paredes, haciendo que retumbara en la cueva.

-¡¡NO QUIERO ESTAR SOLA!! ¡¡NO QUIERO ESTAR SOLA!!

Me encogí en una bolita y lloré desconsoladamente. Solía decirle a la gente que no me importaba estar sola. Si mi jefa me decía que tenía que ir a tal sitio y tenía que dejarme sola, no me importaba. Si en clase nos teníamos que poner en grupo para hacer un trabajo pero yo quedaba sin nadie, no me importaba. Si mis amigas me decían que no podían venir a mi fiesta de cumpleaños y al final me comía yo sola la tarta, no me importaba. Nunca me había importado. No me gustaba que la gente se sintiera mal por tener que dejarme sola. Yo sabía cuidarme sola. Pero no me gustaba estar sola.

De repente, oí un sonido venir del túnel por el que habíamos bajado. Abrí los ojos e intenté ver en la oscuridad qué era ese ruido. Pero a mi cabeza no le dio tiempo de reaccionar.

Baekhyun vino corriendo hacia mí, tan rápido que casi se cae con una piedra que había en el suelo. Sentí cómo sus brazos me envolvían, mientras me susurraba en el oído:

-Sshh… No pasa nada, no estás sola, yo estoy aquí.

Estaba demasiado asustada como para pensar con claridad. Me aferré al pecho de Baekhyun, agarrándome de su camisa, y lloré hasta que no me quedaron lágrimas. Cuando decidí que ya había llorado bastante, cogí una bocanada de aire, inspirando así el aroma de Baekhyun.

Olía muy bien. Era una mezcla de esencia de lavanda mezclada con otras flores, como rosas, y también lograba captar el aroma dulce del coco. Si cualquiera ve oyera o me viera ahora me llamaría ertida. Bueno, llevaba pasando de las opiniones de la gente desde hacía bastante tiempo, ¿qué me iba a impedir hacerlo ahora? Algún día tenía que intentar acercarme a los demás chicos de EXO, a ver si olían tan bien como Baekhyun.

-¿Dónde te habías ido?-pregunté con una voz casi inaudible.

-Estaba comprobando si el túnel por el que habíamos bajado se podía utilizar también para subir. Resbala un poco, pero yo por lo menos soy capaz de subir.

Con cara de confusión, miré para el túnel y luego para Baekhyun. Las paredes del túnel eran más estrechas que las de la cueva. Si intentaba subir por ahí, estaba segura de que me quedaría paralizada nada más dos pasos. Aunque no estuviera sola.

Baekhyun pareció leerme la mente, porque sin previo aviso se puso delante de mí y me subió a su espalda.

-¿Qué haces?

-Agárrate fuerte a mí. Para subir necesito utilizar las dos manos, así que no puedo sujetarte.

-Pe-pero…

No me dejó responder. Se dirigió al túnel y empezó a ascender conmigo en su espalda. Tal y como había dicho, me agarré muy fuerte con las piernas y con los brazos para no caerme, y decidí cerrar los ojos para no ver las paredes tan estrechas e intentar estar más tranquila. No funcionó, ya que a medio camino ya notaba como las lágrimas empezaban a bajar por mi cara, y comenzaba a sollozar involuntariamente.

-Tranquila, nos falta muy poco. Ya hemos recorrido más de la mitad, nos falta poco. No llores…

Sus palabras me tranquilizaron un poco, pero no lograron ahogar mi llanto. Al cabo de un par de minutos, oí la suave voz de Baekhyun cantando la misma canción que había tarareado en la cueva cuando me dio el ataque de claustrofobia. Lo único que logré pillar de la letra fue “Baby don’t cry”.

Al concentrarme en escuchar la voz de Baekhyun me olvidé por completo de las paredes que se cerraban sobre mí y de la pesadilla donde todos los de EXO estaban muertos. Sólo tenía oídos para la canción de Baekhyun.

-Gracias…-murmuré.

Después de un ratito conseguimos distinguir un rayo de la luz del sol que venía de fuera, así que ansioso por volver a tierra firme, Baekhyun empezó a escalar a más velocidad. Cuando salimos de aquel agujero, sentí una oleada de alivio y felicidad.

-Mm… Ya estamos fuera, puedes soltarme si quieres…-dijo Baekhyun bajando cada vez más el volumen de su voz.

-Ah, es bueno saberlo.

No me solté. Estaba demasiado asustada por todo lo que había ocurrido y aunque hubiera querido soltarme, mis brazos no me hacían caso. Baekhyun también se dio cuenta de lo aterrorizada que estaba, porque estaba temblando. Así que los dos caminamos uno al lado del otro sincronizando nuestros pasos para que fuera más fácil avanzar.

Y no sé cuánto tiempo estuvimos andando. No nos detuvimos porque teníamos la sensación de que si nos parábamos aparecería Muerte o alguna de sus hermanas. Ya no iba abrazada a Baekhyun, pero no le solté la mano. Necesitaba sentir que estaba cerca de mí, no sólo porque hace un día estaba moribundo y a punto de morir, sino también porque quería asegurarme de que yo seguía en la Tierra, en la realidad.

Pronto anocheció, y cada vez se me hacía más difícil caminar ya que estaba bastante cansada. Iba tropezando con todas las piedras y ramas que había en el suelo, y tener los ojos abiertos me costaba un esfuerzo…

-Si quieres podemos parar un momento… No creo que vaya a aparecer alguna de las hijas de Maldad justo en este momento.

Asentí y nos sentamos en unas piedras que había por allí. Después de un día entero caminando mis piernas estaban que no podían más. Pero teníamos que seguir.

Eso es lo que yo quería hacer. Mi cuerpo no me escuchó, así que en cuanto me senté no tardé más de un minuto en quedarme dormida. Sí, me quedé dormida sentada. Estaba muy, MUY cansada.

A la mañana siguiente, cuando abrí los ojos no estaba en el último lugar que yo recordaba. Me estaba moviendo, pero mis piernas estaban quietas. Cuando logré recuperar el control de mi cuerpo, me di cuenta de que no estaba caminando yo, sino Baekhyun. Conmigo a su espalda.

Más rápido que un rayo, apresuré a bajarme. No hacía más de un día que se había recuperado. Llevarme a mí cargando no era una buena manera de recuperarse.

-Oh, buenos días.-dijo Baekhyun sonriendo.

-¿Dónde estamos?-dije mirando a mi alrededor. No reconocía nada.

-Ni idea. Simplemente estoy siguiendo mi instinto.

Miré con incredulidad a Baekhyun. No estaría hablando en serio…

-Mi instinto que me dice dónde están mis hermanos. Estamos yendo a donde están mis hermanos.

Ah… Bueno… Esa es una explicación más normal.

-Ayer te quedaste dormida y no había manera de despertarte, así que no me quedó más remedio de cargarte. Espero que no te haya importado…-dijo con la mirada pegada en el suelo.

-¡No, no pasa nada! Sigamos…

Y por alguna extraña razón –vale, no nos engañemos, tampoco es tan extraña– ninguno de los dos pudimos decir nada mientras caminábamos. De vez en cuando uno abría la boca haciendo un amago de querer decir algo, pero no salían palabras de nuestras gargantas. Lo más inteligente y complejo que llegamos a decir fue que hacía calor.

No sé cuánto tiempo llevábamos caminando. Lo único que se oían eran nuestras pisadas sobre la tierra y las rocas al compás de nuestras respiraciones. Pero había algo que no me gustaba.

Miré hacia mis alrededores, pero no había nada. Sin embargo, tenía la sensación de que alguien nos estaba siguiendo. Cuando miré hacia detrás por cuarta vez, Baekhyun empezó a sospechar.

-¿Qué pasa?

-No, nada…-dije intentando quitarle importancia.

-Ya claro, “nada”. Me empiezas a preocupar. Dime qué es lo que pasa.

Después de asegurarme de que no había nada alrededor nuestro, me empecé a preguntar si todo me lo estaba imaginando yo…

-Tengo la sensación de que nos están siguiendo. Pero no me hagas mucho caso…

A Baekhyun le cambió la cara por completo. Parecía bastante preocupado, y no dejaba de mirar a nuestros alrededores esperando encontrar algo.

-Seguro que soy sólo yo, déjalo…-dije tirándole de la camisa.

De repente, Baekhyun miró fijamente a un punto. Decidí mirar hacia donde estaba dirigiendo la vista para ver qué era lo que tanto le interesaba, pero lo único que había allí era árboles. O eso creía yo.

Baekhyun salió corriendo hacia uno de los árboles, lanzando una patada desde arriba cuando estuvo lo suficientemente cerca. Yo no comprendía nada de lo que estaba haciendo, pero cuando atacó al árbol entendí qué era lo que le había llamado la atención.

No estaba atacando a un árbol. Detrás de ese árbol se escondía Ira, la cual cayó al suelo al no esperarse la patada de Baekhyun.

-¿Desde cuándo tienes esa sensación de que nos están siguiendo?

-Más o menos desde que salimos de la cueva…

Y sin venir a cuento, Ira empezó a reírse sola. Era una risa malévola, con carcajadas que erizaban la piel sólo con oírla. Cuando dejó de reírse, chasqueó sus dedos, y Baekhyun cayó al suelo.

Totalmente inconsciente.

-¿¡Qué has hecho!?-dije corriendo hacia Baekhyun. Sin embargo, Ira chasqueó uno de sus látigos en el aire, haciendo que me parara.

-Os había subestimado. Así que no volveré a cometer el mismo error. He de capturarlos uno por uno. Pero primero he de acabar contigo.

Apenas me dio tiempo a reaccionar. Lo hacía todo por intuición. Todo se movía a cámara lenta. Veía cómo los látigos pasaban cerca de mí peligrosamente. Y aunque saltaba y esquivaba los golpes, si seguía así no podría aguantar mucho tiempo. Necesitaba cambiar de plan, pero YA.

Me escondí detrás de un árbol para disponer aunque fuera de un par de segundos para pensar. Estaba bloqueada y sin saber qué hacer cuando vi que delante de mí había una rama más o menos del tamaño de mi brazo. Sabiendo que me sería útil, aunque en ese momento no supiera cómo utilizarla, di una vuelta por el suelo justo a tiempo antes de que sus látigos me alcanzaran, y cogí la rama del suelo.

Con el cerebro funcionando a mil por hora, puse la rama entre los látigos y yo cuando Ira me lanzó su ataque. Salió más o menos como yo había planeado, el látigo se enroscó en la rama y me dio un punto desde donde poder manejarlo. Con todas mis fuerzas tiré del látigo y le di una vuelta a la rama, haciendo que Ira lo soltara.

-Definitivamente, te había subestimado mucho.

En un abrir y cerrar de ojos tenía el látigo de Ira en la mano, así que lo lancé contra ella a la vez que ella me atacaba con el que le quedaba. El resultado fue que los dos látigos se cruzaron en el camino, enredándose.

-¡¡Suelta mi látigo!!-gritó Ira.

Para mi sorpresa, me di cuenta de que el látigo era bastante elástico, así que me fui para detrás todo lo que pude. Cuando Ira vio mis intenciones, ya era demasiado tarde para ella. Tal y como me había dicho, solté el látigo, haciendo que retrocediera a gran velocidad y chocara contra Ira, lanzándola hacia detrás y dejándola bastante confusa.

-Tengo que aprovechar ahora.

Llegué hasta Baekhyun y lo sacudí bastante, pero era inútil. No sé qué le había hecho Ira, pero no me respondía. Pues eso sí, yo no me pretendía quedar en ese lugar. Y no pretendía abandonar a Baekhyun tampoco.

No sé qué tenía en la cabeza. Sólo esperé que el sitio hacia el que íbamos no estuviera muy lejos. Porqué cogí a Baekhyun, me lo cargué a la espalda y eché a andar.

Y si antes iba lento, ahora es que hasta un caracol me adelantaba. Y no sólo eso. Sentía cómo mis piernas soportaban mi peso y el de Baekhyun a duras penas, por lo que me costaba caminar bastante. La espalda me dolía montón, y sentía que iba a caer al suelo en cualquier momento. Pero yo seguí hacia delante.

Y conseguí aguantar bastante más de lo que pensaba. Cuando nos había atacado Ira sería más o menos el mediodía. Y ahora, no hacía mucho que el sol se había puesto, así que el cielo pasaba de tonos anaranjados a violetas, y después a azul oscuro. En lo más alto había empezado a brillar Venus, y un par de estrellas habían empezado a titilar muy débilmente.

Levanté la cabeza para mirar hacia delante con las pocas fuerzas que me quedaban, y logré ver que delante de mí había luces. Y no sólo luces. Había edificios. Con personas dentro.

Giré mi cabeza hacia la derecha y logré ver que había una carretera que llevaba hasta ese pueblo. Ciudad. No sé, estaba demasiado débil para poder ver bien. Sólo tenía que caminar un poco más para poder estar más cerca y que alguien nos viera y nos ayudase.

Caminé todo lo que pude. De verdad que lo intenté. Pero no había comido en todo el día, y Baekhyun pesaba demasiado para mí. Así que ya sin fuerzas, caí hacia delante, con Baekhyun aplastándome, y cerré los ojos.

-Por favor…-dejé escapar, aunque no creo que nadie me oyera…

Lo último que recordé fue los jadeos de algo. 

Cuando volví a abrir los ojos, no estaba en el último lugar donde había caído. Estaba en una cama negra bastante pequeña, y ya no era de noche. Y Baekhyun no estaba al lado mío.

Sobresaltada, me senté rápidamente en la cama. ¿Quién me había llevado hasta allí?

-Oh, ¿ya te despertaste? ¿Estás bien?

Intenté ajustar mis ojos a la cantidad de luz que había en aquella habitación. Delante de mí tenía a… ¿A Chen?

-¿Chen? ¿Cómo…?

-Ayer nuestro nuevo miembro de nuestra familia os encontró a ti y a Baekhyun. Si no hubiera sido por ella, a saber dónde estaríais ahora…

-¿Ella?-dije un poco confundida.

¿Habían conocido a una chica? ¿Ya no me necesitaban? Seguro que esa chica les ayudaría y ya no me necesitarán, y… y…

Y… Y una bola de pelo blanca corrió hacia mí y se me tiró encima.

-Sarang, conoce a tu salvadora. Todavía no tiene nombre, la encontramos anoche. O más bien ella nos encontró a nosotros.

Bien, vamos a analizar las cosas fríamente, así que que alguien me traiga una nevera para meter la cabeza dentro y analizar todo esto fríamente. ¿Acabo de tener miedo de que una perra me pueda sustituir?

-¿Y Baekhyun?-dije asustada. Después de que Ira chasqueara los dedos se desmayó. Eso no es normal, ¿no?

-Ayer, cuando os encontramos a ti y a Baekhyun, lo primero que hicimos fue traeros a este lugar. Lay-hyung curó un par de arañazos que tenías, y te pusimos en esta cama. Luego con Baekhyun nos costó más que se levantara, pero después de estar intentando un buen rato logramos que se despertara. Incluso tuve que usar un par de rayos para devolverlo a la vida, por decirlo de algún modo. Estaba en un estado casi de muerte.

Me llevé una mano a la boca, preocupada. Bien, otra para añadir a la lista para matar. Después de matar a Muerte, mato a Ira.

-¿Y está—

-Perfectamente. Tranquila, Lay-hyung dio lo mejor de sí anoche. Eso sí, le quitó bastante energía y ahora está descansando. Voy a ir a echarle un vistazo. ¡Te dejo con nuestra hermana, piensa en un nombre para ella!-dijo Chen mientras iba a la habitación de al lado.

Aún estaba dormida, pero era imposible quitarle los ojos de encima a la perra. Era bastante grande, y tenía mucho pelo, de un color blanco nieve. Uf, seguro que con eso en verano de le daba calor.

-Mm… ¿Así que eres su hermana? ¿Eres su noona, o ellos son tus oppas?-dije cogiéndole por las patas.

La perra me miró, miró hacia donde se había ido Chen y ladró dos veces.

-Tienes razón, les has salvado. Y me has salvado a mí y a Baekhyun. Tú eres la noona, y mi unni.

¡Guau! Sí, supongo que estaba de acuerdo.

-Pero unni, no puede ser que no tengas nombre. Y bola de pelo-unni no queda bien, ¿verdad?

¡Guau! Esta vez se notó más que era un ladrido de desaprobación.

-Bien. Veamos… Eres grande y peluda… Y tienes el pelo muy blanco… ¿Te gusta el verano?

¡Guau!

-Lo que yo decía, que no, que con eso pasas mucho calor. ¿Y el invierno?

¡Guau guau!

-¿Y la nieve?

La bola de pelo blanca se quitó de encima de mí y empezó a correr por la habitación, ladrando y moviendo el rabo.

-¿Entonces qué te parece Nieve?

¡Bum! Ya se me volvió a lanzar encima. Y esta vez, con extra de babas de perro.

-Vale, vale…-dije riéndome. A este paso Nieve me iba a bañar con su lengua.

-¿Oh? ¿Y ese perro?

Dejé de centrarme en la perra y miré al frente. Baekhyun se veía bastante mejor, y además se  había peinado y arreglado el pelo. También se había cambiado de ropa: ahora llevaba una camisa blanca que caía por todos lados, unos pantalones gris oscuro y unos zapatos marrones. Ay… De verdad, algún día estos chicos me matarán… Ya lo veo en el periódico: chica encontrada muerta en su casa. Causa de la muerte: ataque al corazón por tíos buenos.

-No seas irrespetuoso con tu hermana. No es un perro, es una perra. Además, es tu noona.

-¿Mi noona?-dijo Baekhyun agachándose para acariciar a Nieve.

-Sí, ya le estás agradeciendo haber salvado nuestras vidas.

Me levanté y me acerqué hasta donde estaban Baekhyun y Nieve. Qué tranquilidad… ¿Cuánto nos duraría esto?

-Baekhyun, te presento a tu noona, Nieve. Saluda Nieve.

¡Guau!

-Encantado de conocerte, noona. Gracias por salvarnos a los dos. Si no hubieras llegado a tiempo, no sé qué le habría pasado a Sarang. Cargar conmigo durante tanto tiempo… Dile que le estoy muy agradecido.-dijo Baekhyun mirando hacia Nieve, pero mirando para mí de vez en cuando.

-Bueno Nieve, dile que no pensaba dejarlo en ese lugar. ¿Cómo me iba a poner a caminar dejándolo solo allí? ¡De eso nada!

Nieve nos miró a los dos, y ladró un par de veces hacia la puerta. Como por arte de magia, apareció Chen diciendo:

-Claro Nieve, te entiendo. A nadie le gusta ser el mensajero de nadie, y menos cuando esas dos personas están una al lado de la otra. Supongo que mi noona estará hambrienta, ¿quieres comer?

¡¡GUAU GUAU GUAU!! Definitivamente, la comida es el lenguaje universal. Que le den a la música, no hay nada que una más que llenarse el estómago.

-¿Creéis que seréis capaces de comunicaros sin ella?-dijo Chen antes de desaparecer detrás de la puerta.

-Bueno, nos las apañaremos.

-¿De dónde sacaste esa ropa?-le pregunté a Baekhyun.

-La tienen allí en un armario. La mía estaba sucia y algo rota, así que después de ducharme la tiré. Sé que la pagaste con tu sueldo, pero como no la usaras como trapo para limpiar los cristales…

-Entiendo. ¿Por qué no dices que la ropa que tienen aquí te gusta más? No hacía falta inventarse tal historia…

-Ey, ey, tú tienes un gusto exquisito. Me encantan las ropas que nos elegiste, y menos mal que lo hiciste porque D.O podría vestirse perfectamente con un saco si le dejaras a él.

Los dos estallamos en risas. Sí, probablemente. Había días que íbamos a salir de casa a dar un paseo o algo, y cuando veía a D.O lo arrastraba hasta su armario otra vez antes de salir. Lo siento, pero una camisa de Chanyeol, un pantalón corto y chanclas no pega. Ni con cola. Por muy cómodo que estuviera.

-El eclipse será pronto, ¿verdad?

-Sí… Espero que tus hermanos puedan pasar…

Baekhyun se fijó en mí y me miró de arriba abajo. Algo me faltaba…

-¡Oh! ¡Es verdad! ¿Y tu mochila?

Miré a mi alrededor. CACHIS. No estaba. No estaba. Mi móvil. Mi cartera. Mi libreta. No estaba. ¡¡NO ESTABA!!

Como una loca empecé a registrar la habitación de arriba abajo. No, no podía haberlo perdido. Mi móvil. La libreta. ¡¡¡LA LIBRETAAAAAAA!!!

-¿Tenía la mochila cuando entramos en aquella cueva?-le dije casi llorando a Baekhyun.

-Sí.

-¿Y cuando salimos?

-Creo que sí.

-¿ENTONCES DONDE DEMONIOS SE QUEDÓ?-dije lanzando cojines al aire, prácticamente.

Devastada, me senté en el suelo. La había perdido. Tenía tanto en aquella libreta… No pude contenerme. Me enrollé en una bolita y me puse a llorar.

-Oye, oye, no llores. La encontraremos.-dijo Baekhyun poniéndome una mano sobre el hombro.

-Ya claro… Como si fuera fácil…

-Nah, lo fácil es aburrido. Además, te olvidas de una cosa.

Baekhyun se puso de pie y caminó hasta la ventana. Desde aquellos grandes cristales entraba mucha luz, así que Baekhyun se convirtió en una silueta puesta a contraluz.

-¡Nosotros somos las doce leyendas que gobernaban EXO! ¡Nada es imposible para nosotros!-dijo con voz de narrador de película de superhéroes. Sólo le faltaba el eco.

Vale, no pude reprimirla. Era una especie de mezcla rara con llanto, pero me reí a carcajadas. Dios, lo que hacían estos chicos para intentar animarme…

-¡Perfecto, te has reído! ¡Misión cumplida!-dijo haciendo una pose Power Ranger.

-¡Yo quiero ser la Power Ranger rosa!-dije levantándome de repente y levantando una mano.

-¿Power Ranger?

Hice un par de poses y Baekhyun los reconoció de inmediato. Como para no saber quiénes son los Power Ranger…

-Bueno, ¿y alguna idea de dónde estamos?

-Ni idea, anoche cuando llegamos estaba demasiado cansado como para preguntarle a Chen y a Lay, y esta mañana no me ha dado tiempo.

Decidimos salir de la habitación y mirar bien el sitio donde estábamos. Ni siquiera era una casa. Parecía más bien una sala de ensayos. Una parte de la pared estaba cubierta por espejos para poder practicar baile, y había un micrófono conectado a unos altavoces. De resto, en aquel lugar no había mucho más. Un par de sillones, dos sillas, una mesita y una lámpara.

Chen estaba agachado en el suelo poniendo comida para perros en un cuenco. Al otro lado de la habitación estaba Lay, tumbado sobre un futón. ¿Cómo podía dormir con la semejante cantidad de luz que había?

-Estoy esperando a qué me digas de quién es esto y cómo habéis llegado vosotros aquí.-dije sentándome en uno de los sillones. Baekhyun fue hasta donde estaba Nieve.

-Cuando desaparecisteis por aquel túnel os intentamos sacar, pero no había manera. Íbamos a coger una cuerda más larga o algo cuando de repente vimos a Ira por fuera de la casa. Una cosa llevó a la otra y terminamos luchando contra ella. Nos habría vencido de no ser porque estaba muy oscuro y ella apenas nos veía. Eso y que cada vez que nos hacía daño, Lay-hyung nos curaba, así que no consiguió mucho.

-Sí, a Ira la vimos al día siguiente. Qué alegría…

-Caminamos y caminamos, y llegamos hasta esta ciudad. Después de buscar un sitio para quedarnos a dormir, nos encontramos con que este lugar, el cual estaba abandonado. Y no solo eso. Por alguna extraña razón, tiene luz, agua y comida. Es como si los dueños se hubieran ido hace poco.

¡Guau guau!

-Vale, Nieve tiene razón.-dijo Chen riéndose.- Ella nos encontró y nos trajo hasta aquí. A lo mejor la tenían los antiguos dueños. Y bueno, el resto de la historia ya la conocéis. Ah, por cierto. En el armario de allí hay ropa de hombre y de mujer. Si quieres, te bañas y coges otra ropa.

Ay, sí, nada estaría mejor que un baño caliente… Tengo un frío… Chen me dirigió hasta el baño, me dio una toalla y cerró la puerta. Había una bañera de estas que también son duchas, pero lo que más necesitaba yo ahora era un baño largo. Hasta dentro de una hora no iba a salir.

Giré las llaves del agua y, bueno, lo normal. Giro las dos y sale fría. Giro un poco la caliente y sale el agua para hacer pollos escaldados. Giro un poco la fría y me sale agua cerca del punto de congelación. Giro la caliente, me doy cuenta de que el chorro tiene demasiada presión y cierro las dos un poco. Después de cinco minutos luchando con las llaves del grifo, puedo decir orgullosa que logré ponerla en ese punto que está muy caliente, pero no quemando.

Me desvestí y me metí en el agua. Tenía que tener cuidado. Si me descuidaba era capaz de quedarme dormida. Sin prisa, cogí el champú (que bien olía…) y me lavé el pelo. Pronto encima del agua había una capa no muy fina de espuma estilo película. Y había algo que siempre había querido probar.

Sintiéndome de vuelta en mi infancia, cogí un poco de espuma y me hice una peluca del siglo pasado y una barba. Cerca de mí había un espejo, así que me miré y estallé en carcajadas. Quería mi móvil, quería sacarme una foto.

Luego intenté coger toda la espuma que había y la tiré al aire, haciendo que nevaran pompas de jabón. Decidí bajar y dejar solo mi cabeza fuera del agua. Desde aquí abajo la espuma se veía más bonita.

Clic. Oí la puerta abriéndose. Y un Baekhyun distraído entrado al baño hasta que se dio cuenta de que yo estaba dentro.

Quería gritar. Es el acto reflejo. Pero estaba demasiado en shock como para poder hacerlo. Y al parecer Baekhyun también.

-Yo… Esto… Lo-lo siento…-dijo mientras cerraba la puerta. Luego, se oyó:

-¡¡CHEN!! ¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI QUE EL BAÑO ESTÉ OCUPADO?

Desde aquí se podía oír a Chen con una risa histérica. Probablemente no se mantendría de pie, estaría en el suelo.

Menos mal que me había dado por sumergirme…

Las burbujas habían dejado de caer, y en su lugar me había quedado con un suelo lleno de agua y espuma, bastante resbaladizo. Cerré los ojos y empecé a cantar bajito, con una voz tan débil para que solo la oyera yo. Es algo que no puedo evitar. Es entrar en una ducha y empezar a cantar.

Después de mi concierto para mí misma de una hora, decidí salir, así que quité el tapón y me puse de pie en la bañera, no sin antes casi caerme. Como no tenía nada para poner en el suelo y no matarme al pisar, puse mi ropa sucia como alfombrilla. Luego cogí, mi toalla, me sequé el cuerpo y el pelo y me la enrollé alrededor.

-Genial, ahora no tengo ropa…

Así que muriéndome de vergüenza y rezando para que ninguno de los chicos estuviera cerca, abrí la puerta del baño y eché un vistazo. Perfecto, no había moros por la costa. Coreanos por la costa. Tampoco es que estemos en la costa. Lo que sea.

Decidí darle dos vueltas al pelo y enrollármelo en un moño raro que se aguantaba a duras penas, pero que por lo menos hacía que no fuera dejando un rastro de agua detrás de mí por doquier. Avancé lentamente cuando me di cuenta de una cosa:

El armario estaba en la sala principal de la casa. Mierda.

Caminé por el pasillo y cuando llegué a la sala de ensayo, abrí y un poco la puerta y miré. No había nadie. Bueno, mejor para mí. Ya con más confianza en mí abrí la puerta de par en par y entré sin miedo, y me acerqué al armario. A lo mejor se habían ido a darle un paseo a Nieve…

Justo cuando estaba mirando lo que había en el armario y me disponía a coger ropa interior, una camisa y un pantalón, oí con horror el sonido del pestillo de una puerta.

Baekhyun, Chen y Lay me miraban con la boca abierta.

-Yo… No me llevé ropa y… Bueno… Yo…

De repente, del otro lado de la habitación vino Nieve corriendo y se lanzó encima de los chicos, los cuales tuvieron que retroceder y salir de la habitación. Uy, gracias unnie.

A toda pastilla, cogí la ropa y me encerré en el cuarto en el que había dormido. Decidí cambiarme a la velocidad del sonido, ya que hacía mucho frío y cuanto menos tiempo estuviera desnuda mejor.

Me vestí lo más rápido que pude, y luego volví a la sala de ensayo. Allí estaban Lay, Chen y Baekhyun cada uno haciendo algo diferente, como si nunca hubieran visto nada. Lo cual se notaba bastante que no era verdad porque estaban demasiado concentrados. Baekhyun en jugar con Nieve, Lay bailando y Chen… Bueno, Chen estaba sentado hecho una bolita en el sillón, tiritando de frío.

Busqué por toda la casa algún aparato que pudiera regular la temperatura, pero nada. Estábamos condenados a pasar frío en esta luminosa pero congelada casa.

Frotándome las manos una contra la otra para calentarlas un poco, fui hacia la cocina, para ver si había algo que pudiera preparar para entrar en calor. La verdad es que sí que había comido, pero este sitio no relucía por su variedad. Tras mirar en varias alacenas y armaritos, encontré una caja con sobres de infusiones: té, tomillo, manzanilla… Bueno, había bastante donde elegir.

En otro armarito encontré una tetera, así que rezando para que al darle al gas funcionara giré la rueda de la cocina y le acerqué un encendedor. ¡Fshhh! Ay, menos mal, había gas… Bueno, ahora que lo pienso, a no ser que el calentador sea eléctrico, si no hubiera gas habría pasado frío al ducharme…

Minutos más tarde la tetera burbujeaba feliz, y yo había preparado ya cuatro vasos con un sobre diferente en cada uno. No estaba segura de lo que le gustaba a cada uno, así que les dejaría elegir a ellos. Bueno, excepto Baekhyun. A ese chico le das una manzanilla y le haces el ser más feliz sobre la faz de la Tierra.

Después de haber dejado enfriar un poco todas las infusiones, entré en la sala de ensayos cargada con los cuatro vasos y el azúcar. Los chicos se limitaron a mirarme (bueno, mirar las infusiones humeantes) con los ojos abiertos como platos.

-A ver, Baekhyun, éste es para ti.

-¿Es…?-dijo con ojos de cachorrito.

-Sip, manzanilla. Dale las gracias a quien fuera que dejara esto aquí.

-¿Qué son?-sonó el coreano con acento fuerte de Lay.

Cogí el té y la infusión de frutas del bosque y se las di a Lay y Chen.

-Es para que entréis en calor. Chen, a ti poco te falta para convertirte en un carámbano de hielo. Agradeceréis esto.

A los pocos minutos, Lay dijo:

-Chicos, mirad.

Levanté la vista hacia el cielo, y pude ver cómo la Luna estaba empezando a cubrir el sol, haciendo que el cielo se oscureciera.

-Ya está empezando. Ya están aquí.

Bien, permitidme usar un par de expresiones de mi tierra... 

¡Chacho! Quería seguir escribiendo, y sabía lo que tenía que escribir, PERO NO CÓMO ESCRIBIRLO. Y cuando miré los comentarios diciendo "Actualiza!" miré para la fecha de la última actualización, me dije a mí misma "¡Ños! ¿Tanto hace desde que colgué el último capítulo? Alba, fuerte vaga estás hecha..."

No, pero en serio, mi cerebro se quedó como PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.... Era lo único que salía cuando me sentaba a escribir.

Pues bueno, como mi internet está tonto hoy no voy a poner un gif para despedirme, porque no carga. 

ASÍ QUE UN CHU MUY GRANDE!!