El mejor regalo

Bésala tú por mí
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Nota: Mi última nota... vaya, realmente siento que ha pasado tan poco desde que empecé a compartirles esta historia, solo quiero decirles dos cosas: 

- Denle "Upvote" si les gustó la historía XD (Es para que llegue a más personas, si quieren compartanla por ahí :) )

- Gracias, realmente gracias por todo, los comentarios, las suscripciones, los upvotes, todo.

 

Bo iba un poco retrasada en sus compras. Calculó mal el tiempo por no haber previsto las largas colas que esos días se formaban en los centros comerciales. Pero había quedado en cinco minutos y no quería posponer a última hora el café. Le mandó un mensaje a So Min para hacerle saber que iba a llegar un poco tarde. Tenía que cruzar todo el centro comercial y había tanta gente que pronto se vio a sí misma haciendo curvas para no chocarse. Le faltaba resuello cuando llegó a la cafetería acordada.

— De verdad. Hay veces que odio estas fechas — dijo, resoplando.

So Min sonrió y le indicó que se sentara a su lado. Tenía ya un café frente a ella. Bo colocó su bolso en una silla libre y le hizo una seña al camarero.

— ¿Has acabado ya las compras? — se interesó So Min.

— Casi. Me queda el regalo de Tiffany y el de los padres de Hee. Aunque no sé para qué me molesto, si nada de lo que les compro les gusta. Creo que los regalos que les hicimos el año pasado siguen con el envoltorio puesto — bromeó Bo.

— Bueno, mujer, ya se sabe cómo son los suegros. El mío también es un poco cascarrabias. Desde que mi suegra murió, no hay quien le aguante.

— Tienes razón. — Bo suspiró y le pidió un té al camarero, que acababa de acercarse en ese momento—. Y cuéntame, ¿cómo va todo? ¿Las niñas? ¿Jessica sigue igual?

So Min asintió.

— Igual. No quiere hablar del tema. Me dice que está bien, pero no me creo ni una palabra. Suena muy triste al teléfono.

— Igualita que Tiffany. Cada vez que le pregunto, me cambia de tema — afirmó Bo —. Es tan cabezona… A veces pienso que no sé a quién ha salido, de verdad.

— ¿Vendrá a pasar las fiestas con ustedes o van a verla?

— No, ella viene. Teníamos pensado coger un billete para pasar la Navidad allí, pero al final Hee no tiene días libres y lo celebraremos aquí.

— ¿Con tus suegros? — se interesó So Min, sonriendo de medio lado.

— No. Ya le he dicho a Hee que si no vamos a ir de viaje este año, la condición es que al menos pasemos la Nochebuena sin tener que amargarnos. Estaremos solos los tres. Va a ser un poco extraño ser tan pocos, pero creo que lo prefiero así. Supongo que a sus padres los visitaremos la mañana de Reyes. ¿Qué hay de ustedes?

— Un poco lo mismo. Mis padres se van a Argentina a pasar las fiestas con mi hermana. El hermano de Yonghwa estará este año con su padre, en Tokio. Y mis hermanas van a lo suyo. Así que estamos solo los cuatro.

Bo le dio un sorbo a su té distraída.

En ese momento su mente estaba en blanco, pero muy pronto empezó a llenarse de ideas, planes, tal vez absurdos, pero ¿y si no lo eran?

Miró a su mejor amiga, tratando de saber hasta qué punto ella se implicaría.

Puede que a So Min no le hiciera ninguna gracia o le molestara el papel de casamentera. Pero sabía que estaba tan preocupada por Jessica como ella por Tiffany. Las chicas parecían más infelices que nunca y una madre quería lo mejor para su hija. Dejó la taza sobre el platillo, se limpió la boca con una servilleta y sonrió.

— ¿Y si lo celebráramos juntos? — propuso—. Ustedes están solos y nosotros también. Puede ser una buena manera de pasar las fiestas.

— ¿Tú crees? — dijo So Min, un poco recelosa—. ¿No les sentará mal a las chicas? Yo no quiero problemas, Bo, que al final somos nosotras las que salimos mal paradas de todo esto.

— No digas tonterías. Las chicas tendrán que adaptarse a lo que haya, que para eso somos sus madres. Si queremos que las dos familias pasen la Navidad juntas, no veo por qué deberíamos evitarlo por sus riñas de colegialas.

— Bo, no sé…

— ¿Qué tenemos que perder? ¿Tú ves bien a Jessica?

— No, por supuesto que no.

— Pues yo tampoco veo que Tiffany sea muy feliz. Si se acaban peleando, no puede ser mucho peor que ahora. Se echan de menos, Min, estoy convencida de ello. Y a lo mejor nosotras podemos ayudarlas.

So Min sonrió de medio lado.

— Siempre te ha gustado hacer de casamentera. Todavía recuerdo cuando te ibas del cine para dejarnos a Yonghwa y a mí solos…

— Y no se me dio tan mal, ¿o sí? — bromeó Bo.

—No, la verdad es que no — convino So Min con una carcajada.

Si no hubiera sido por estas estratagemas de su amiga, tal vez ahora no estaría casada con Yonhwa.

Quién sabe.

Y puede que Bo tuviera razón. Le parecía un poco inmaduro por su parte tenderles esta trampa a sus hijas. A lo mejor se estaban metiendo donde no las llamaban. Pero tal y como acabó su historia… era muy triste. Como un vestido hecho a medias. Como una bufanda inacabada. La historia de Jessica y Tiffany necesitaba un final, el que fuera, y a So Min le pareció entonces que tenían la oportunidad de ayudarlas a trazar uno.

Si al final decidían no estar juntas, nada cambiaría demasiado. Sería como hasta ahora. Una viviendo en Seúl y la otra en Busan, sintiéndose un poco grises y miserables. ¿Qué tenían que perder?

— ¿Qué me dices?

— No lo sé, estoy pensando — dijo So Min, casi convencida—. Me parece una chiquillada. ¿Dónde has visto tú a dos madres ejerciendo de casamenteras entre sus hijas? Es una locura.

— Lo es y por eso tiene sentido — afirmó Bo.

— ¿Tú crees?

— Venga, mujer. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

— Que Jessica deje de hablarme para siempre. Que Tiffany se enfade contigo — propuso So Min con cara de preocupación. Por nada del mundo quería que eso ocurriera—. Que nuestros maridos piensen que hemos perdido el juicio.

Bo rio con ganas. Le hacía gracia el comentario de sus respectivos maridos. Como si no nos conocieran, pensó en ese momento, divertida.

Hee y Yonghwa estaban más que acostumbrados a su manera de proceder. En el fondo era como si apreciaran estas pequeñas locuras e intromisiones de sus mujeres. Se conocían de sobra. Ya llevaban muchos años de convivencia a sus espaldas, así que eso no era problema. Como mucho les dirían: «¿Pero quieren dejar a las chicas en paz, por todos los santos?». Y ya está. La cosa no iría a más.

Con las chicas era un poco diferente…

Bo sabía que no tenían ningún derecho a hacerles esta encerrona o a meterse de este modo en sus vidas. Eran adultas para resolver sus problemas personales como consideraran oportuno.

Pero, por otro lado, tampoco era como si les fueran a obligar a estar juntas. Simplemente les proporcionarían un escenario seguro, familiar y tranquilo en el que pudieran volver a verse y hablar de sus cosas. Una cena en Nochebuena, la fecha perfecta. La sensibilidad afloraba en Nochebuena. Si lo dejaban por su cuenta, era muy probable que ni Tiffany ni Jessica hicieran el esfuerzo necesario para verse y quedar.

Pero de este modo no les quedaría otra opción. Y ya llegarían ellas por su cuenta a la decisión que desearan, en eso sí que no iban a meterse. Se enfadarían con ellas, eso por descontado, pero a fin de cuentas eran sus madres… ¿Podía una hija retirarle el saludo a una madre por eso?

Bo quería pensar que no y así se lo hizo saber a su amiga.

— Yo, desde luego, no dejaría de hablar a mi madre por algo tan nimio. Creo que no deberías preocuparte por eso — le explicó.

— Sí, tal vez tengas razón. Bueno, podemos intentarlo. Solo espero que tengamos una cena tranquila. No me fio nada de ellas.

— Saldrá bien, ya lo verás. Oh, qué bien. Le voy a decir a Hee que cambiamos el plan.

— ¿Se lo vas a contar a Tiffany?

— ¡Ni loca! ¿Tú a Jessica?

— No. Prefiero que se encuentre con la sorpresa una vez que ya esté aquí. Si se lo cuento ahora, a lo mejor se queda en Seúl.

— Perfecto. Entonces tenemos un plan. En mi casa, ¿a las ocho?

— Hecho. Cuenta con nosotros allí — dijo So Min, tachando de su lista ir al supermercado. Llevarían unas botellas de vino a casa de Bo y Hee, tal vez unos canapés.

Incluso entonces tuvo la sensación de que aquella Nochebuena sería inolvidable, aunque no estaba segura de si en el buen sentido o en el peor de todos… Ya se vería. Ahora las cartas estaban echadas y no había vuelta atrás.

 

***  

 

Tiffany llevaba en la maleta su vestido rojo y su nuevo abrigo negro.

Estaba feliz por volver a casa. Sonrió al ver las luces navideñas y se fijó en la gente que paseaba alegremente con sus regalos.

El semáforo se puso en verde y el taxi comenzó a rodar. Pensó que nada más llegar a casa tendría que darse un buen baño, vestirse y ayudar a sus padres. Había traído vino, aunque su padre se mostraba reacio y prefería el champán, y unas dulces galletas muy ricas. Se imaginó la mesa puesta, la calefacción encendida…

Tenía ganas de estar en su casa, de olvidarse del trabajo, los compañeros, el hospital, los enfermos, el reloj, las prisas, el metro… Quería estar con sus padres, sentirse cuidada y protegida por ellos.

Se acordó de Jessica al pasar junto al colegio en el que estudiaron juntas.

Ahora Jessica le proporcionaba otros recuerdos muy diferentes. Su piel, sus labios, el contacto de sus manos.

Pero ¿qué importaba eso? Ni siquiera la había llamado, aunque ella tampoco se había atrevido a hacerlo. Tiffany se arrepintió muchas veces de aquella decisión, pero le asustaba tener que despedirse de Jessica, fue más fácil pararlo todo a tiempo. Así no habría compromisos, ausencias ni miedo.

Era mejor frenar las cosas antes de destrozarlas del todo.

Aunque no había dejado de pensar en ella ni un solo día.

El problema era que Tiffany no podía enfrentarse a todo aquello sola y Jessica, por motivos laborales, había tenido que abandonar la escena justo cuando más la necesitaba. Porque se había sentido completa estando entre sus manos, y después sola y paralizada. Así que había decidido seguir sin ella, por mucho que
la echase de menos.

El taxi se detuvo cerca de la casa de sus padres. Después salió con su equipaje en dirección al portal. No encontró las llaves y llamó al timbre. La voz de su madre le sacó una enorme sonrisa. Nada más abrir la puerta vio un enorme árbol de navidad y olía a bibimbap y a Manduguk. 

— ¡Cariño, pero qué guapa estás! — exclamó su padre nada más verla. Bo corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. — Mi niña, estás preciosa. Anda, pasa, estoy preparándolo todo.

— Qué guapos están ustedes también.

Tiffany dejó las cosas en su dormitorio y fue a la cocina a picar algo.

— Guau, qué de comida, ¿piensas matarme con todo esto?

— No, cariño, tendremos invitados.

Frunció el ceño, no le apetecía nada recibir a sus tías. Quería estar completamente relajada.

— No sabía que vendrían las tías y los niños…

— Anda, ve a ducharte, descansa un poquito si quieres y no te preocupes por nada. Ya me ocupo yo, lo tengo casi todo hecho — le ordenó su madre ajustándose un delantal.

Tiffany desapareció por el pasillo con cierto cansancio, mientras se desnudaba.

Estaba agotada de las urgencias de Navidad en el hospital y quería darse una larga ducha. Luego descansaría un poco y a media tarde ayudaría a sus padres a prepararlo todo para la cena.

Le apetecía ver a sus tías, pero lo cierto es que estaba de un humor taciturno.

A decir verdad, llevaba meses soportando una zozobra extraña. Nada le hacía ilusión, nada conseguía despertar realmente su interés. Sus días pasaban como páginas en blanco arrancadas del calendario. Dormir, comer, ir a trabajar, funciones básicas, eso era todo. Pero le vendría bien un poco de espíritu navideño, compartir un momento con la familia. Reírse.

Oh, cuánto necesitaba reírse.

A veces pensaba que se le estaba olvidando cómo hacerlo.

Cayó rendida en su cama tras una larga ducha. Las sábanas olían estupendamente bien y le costó reaccionar. Ni siquiera sabía qué hora era, pero se incorporó a duras penas y empezó a vestirse para la cena.

Miró el teléfono. Tenía varios mensajes de amigos suyos deseándole feliz navidad. También uno de Nichkhum, muy cariñoso, le deseaba las mejores fiestas en compañía de los suyos. Le respondió con la misma ternura. No se habían visto desde su ruptura, pero mantenían el contacto en ocasiones especiales y en el fondo Tiffany sabía que el sentimiento de cariño y ternura era mutuo. Habían pasado demasiados años juntos como para romper de malas maneras y le hacía sentir reconfortada que fuera así.

Veinte minutos más tarde escuchó el timbre de la puerta. Y luego gente que entraba y se felicitaba las fiestas. No fue capaz de reconocer ninguna de las voces, pero encendió el secador de pelo y dejó de escuchar aquel murmullo. Estaría lista enseguida y saldría a saludarles con la mejor de sus sonrisas.

Toc, toc. toc.

— Ya voy, mamá, estoy acabando.

— No soy tu madre. Pero quiero hacer pis.

Aquella voz le resultaba muy familiar. Tiffany arrugó la frente y detuvo el secador. ¿De qué le sonaba? Se quedó unos segundos pensándolo, con la mirada fija en el espejo, hasta que la realización empezó a escribirse en su cara.

Pero aquello no podía ser… era imposible… ¿Qué estaba sucediendo? Abrió muy despacio la puerta del baño y la vio allí, sonriéndole.

— ¡Hola! ¿Has acabado ya? Me estoy meando.

— Krystal… ¿Qué…? ¿Qué haces tú aquí? — preguntó con los ojos muy abiertos.

— Qué barbaridad, Tiffany, estás guapísima. ¿Puedo entrar y

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Comments

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Jeti48 #1
I read it with google translate but still I like it and the ending is simple yet so sweet, thanks author nim =D
TaeSeoSica
#2
Chapter 20: Me gustó mucho. <3
Está bien hermoso, ALSHSKDHAKSJSKAJAKAKSJALA.
Apenas hoy lo terminé de leer, alv.

Veré que más cosas tuyas debo de leer. :v <33
AngelicaPark
#3
Chapter 20: Oyeee! :D Si lo leí ayer pero olvide comentar xD Así que a qui toy! xp
No puedo creer que tan rápido se acabara (Lo dice quien pedía caps mas largos x.x)
Bueno ya no queda mas que decir que..... Fue una historia genial me gusto mucho y también me gustan tus historias así que espero que actualices xD
Y bueno hasta la próxima ;)
DollySweet
#4
Chapter 20: Owwww... hermoso!!!! ♡ habra epilogo? Di que si!!!
sone009_ #5
Chapter 20: Que bonito final<3
TaeSeoSica
#6
¿Cómo no encontré esto antes? :/
Mañana mismo me pongo a leerlo todo, ahora no porque mis ojos ya se andan cerrando, alv. ¿?
Creo que tengo que revisar otro Fic tuyo que no he leído, eh.
L_ight_ #7
Chapter 20: Ah, casi me haces llorar. No puedo creer que terminara. Realmente voy a extrañar el esperar cada día una actualización. Esta fue una historia muy muy linda, gracias por compartirla. :D

¿no habrá epílogo?
Jsooyeon_18 #8
Chapter 20: Noooooo ya.termino!! Esto.m.hizo querer mas. Ame este cap, fue el mejor final! Awww Final feliz yupiii!
DollySweet
#9
Chapter 19: Porque tan rapido? Si parece que ayer recien subiste el primer capitulo :(
sone009_ #10
Chapter 19: Ay ya se termina :s