Ha estado cerca

Bésala tú por mí
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Los nervios amenazaban con consumirla viva.

Sentada al volante de su coche, Tiffany se los imaginaba como un ser informe, instaurado en la base de su vientre, a punto de estirar las zarpas y desgarrarla por dentro. Qué largo se le estaba haciendo aquel viaje en coche. Tampoco ayudaba que la carretera estuviera oscura, varios coches aparcados en el arcén, Tiffany sabía muy bien por qué. Podía imaginar a la perfección a sus ocupantes y también sus ocupaciones, y al pensarlo sintió tanto calor que tuvo que activar el aire acondicionado.

— ¿Tienes calor? — preguntó Jessica.

— Un poco — replicó ella, mirando de soslayo a su acompañante. Tenía miedo de que pudiera adivinar las emociones que se escondían tras sus ojos.

Casualidad o no, Jessica estaba realmente preciosa esa noche. Se había maquillado un poco, no demasiado, pero sí lo suficiente para resaltar sus bonitos ojos y también sus carnosos labios. Le pareció que su atuendo estaba perfectamente estudiado, que aquella falda que dejaba al descubierto sus piernas no era fruto de la casualidad. Pero en realidad no era esto lo que más la turbaba.

El cuerpo de Jessica era bonito, aunque estaba acostumbrada a verlo. Lo que conseguía despertar al ser informe que habitaba en sus entrañas eran sus ojos, la forma en que Jess la estaba mirando esa noche, como si Tiffany fuera una criatura mágica y no hubiera visto un ser igual. Esa mirada la intimidaba.

— ¿Quieres que ponga un poco de música? — propuso Jessica, probablemente incómoda con el silencio.

— Como veas. Mira a ver qué encuentras.

Jessica encendió la radio, pero estaba sintonizada en una estación en la que solo ponían baladas y canciones con contenido erótico. «Mejor otra cosa», dijo, probando con la siguiente, en donde un cantante se desgañitaba aseverando las ganas que tenía de hacer el amor con su novia.

Tiffany percibió por el rabillo del ojo que Jessica se había puesto un poco nerviosa con la letra y también pasó este dial. Llegó al siguiente y al siguiente, y el destino parecía querer tender una trampa, porque todas las canciones hablaban de amor, pérdida, y algunas directamente de o.

— Mejor dejamos la música por hoy — afirmó Jessica con cierta desesperación.

Tiffany sonrió divertida, feliz de que la carretera estuviera tan oscura que a su acompañante le costaría ver su sonrisa.

— ¿Qué te apetece comer? —le preguntó, en un intento de recuperar la normalidad. Desde que se habían subido al coche, ambas se habían comportado de manera nerviosa y errática, unas veces manteniendo eternos silencios, otras intercambiando miradas que le hacían preguntarse si aquello era una buena idea. ¿Y si Jessica solo había aceptado cenar con ella por compromiso? ¿Y si en realidad era lo último que le apetecía?

— No sé, me da un poco igual — replicó Jess, encogiéndose de hombros —. Te dejo que elijas.

— ¿Estás bien? ¿Te preocupa algo?

— Sí. ¿Por qué lo dices?

— Estás muy callada.

— Tú también.

— Ya, pero he pensado que a lo mejor no te apetecía venir a cenar, no sé. Si es por eso, puedo dar la vuelta. No tienes ningún compromiso conmigo.

Tiffany detuvo su discurso cuando notó la mano de Jessica suavemente posada en la suya. Un hormigueo le subió desde la base de su estómago hasta la garganta.

— Ya sé que no tengo ningún compromiso contigo. Si he venido, es porque he querido — le dijo entonces, sus ojos buscando los suyos, mientras acariciaba con ternura su mano. Apartó durante unos segundos su mirada de la carretera para observarla y le pareció que Sica estaba siendo sincera.

Había sido estúpido pensar lo contrario.

— Vale. Solo quería asegurarme — replicó Tiffany. Estaba tan nerviosa que se alegró inmensamente divisar el complejo comercial al que se dirigían —. Mira, ya hemos llegado.

— Espero que haya sitio.

— Yo también.

El lugar estaba atestado de veraneantes de la zona, pero afortunadamente encontraron una mesa libre. Tiffany eligió una terraza preciosa, con vistas a la ría, aunque ya era de noche, por lo que solo podían ver las luces de los barcos titilando sobre el agua.

Tomaron asiento en unos sillones de mimbre que le parecieron cómodos y perfectamente ubicados. Estaban cerca del pequeño acantilado, pero lo suficientemente lejos de las demás mesas para tener un poco de intimidad.

Tiffany deseaba que nadie las interrumpiera aquella noche.

— Qué agradable — opinó nada más sentarse, mientras hojeaba la carta. Un poco escasa, pero la comida esa noche era lo de menos—. ¿Qué te apetece tomar?

— Algo ligero. El calor me quita el apetito — dijo Jessica, abanicándose con el menú. Hacía una noche tan calurosa que Tiffany pudo percibir la base de su
cuello perlada de una fina capa de sudor. Se echó la melena hacia atrás y se inclinó sobre Jessica para proponerle varias cosas que le parecían apetecibles.

— Podemos pedir un poco de gazpacho y unas tapas, algo ligero, nada de carne, no te preocupes — sugirió. No fue hasta unos segundos después cuando fue consciente de que el cuerpo de Jessica estaba tan cerca que podía sentir el calor irradiando de él y el fresco perfume que se había aplicado en el cuello.

Carraspeó y se distanció un poco, embriagada de la fragancia.

— ¿Qué perfume usas?

— Mandarina Duck. ¿Por qué lo preguntas?

—No sé, porque me gusta — resumió.  Prefería no entrar en detalles ni decirle que le parecía uno de los perfumes más invitadores que jamás hubiera olido. Había leído en algún lugar que los perfumes adoptan diferentes matices según la piel de la persona. Desde luego, la de Jessica combinaba a la perfección con el suyo.

Jess hizo un gesto al camarero y pidieron su cena, que resultó algo escasa, pero ninguna tenía demasiado apetito. La conversación fluyó a partir de que les sirvieron la bebida. Tiffany pidió una botella de vino y a Jessica le pareció buena idea.

Charlaron sobre viejos conocidos del colegio, aunque ninguna mantenía ya contacto con sus excompañeros.

Cuando Jessica empezó a contarle el paradero de muchas de sus compañeras del equipo de baloncesto, no pudo reprimir su curiosidad:

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — dijo.

— Claro, dime.

— ¿Te gustó alguien más en el colegio? Aparte de Hara, me refiero.

— Hara no me gustaba realmente, era solo atracción. Pero supongo que fue la que me hizo caso — aseguró, riéndose —. No es fácil ser una adolescente gay, te lo aseguro. Las posibilidades de estar con alguien son escasas — le explicó.  

— Entonces no hubo nadie...

Quería que le dijera: «Sí, tú. Tú me gustabas», pero en el fondo sabía que era pura vanidad, además de imposible. Jessica era demasiado tímida, demasiado respetuosa. Incluso si así había sido, dudaba mucho que se lo dijera.

— No lo sé, supongo que sí, pero no lo recuerdo — respondió Jess con evasivas. Le dio un trago a su copa de vino como si la pregunta la incomodara —. Pero Seohyun me dijo algo el otro día que…

— ¿Qué te dijo?

— Nada, es una tontería. — Jess hizo un gesto con la mano, descartando decírselo—. Hablemos de otra cosa.

— No, dime lo que ibas a decir.

— En serio, Fany, es una estupidez. Es mejor que lo olvides.

— ¿Por qué no dejas que eso lo decida yo? — preguntó, cruzándose de brazos —. Venga, dímelo, no me voy a asustar.

Jessica suspiró y dio otro sorbo a su copa. ¿Cuántas llevaban ya? Había perdido la cuenta, pero se sentía achispada, tenía un poco de aire en la cabeza y muchas ganas de hacer tonterías. Sería mejor que frenara o acabaría arrepintiéndose, pensó mientras perdía la mirada en los labios de Jess.

— ¿En serio no me lo vas a decir?

— ¿Para qué quieres saberlo?

Se encogió de hombros.

— Eso depende. Si tiene algo que ver conmigo, está claro que quiero saberlo.

Jessica rio. La situación le parecía muy divertida. Estaban estableciendo una conversación de besugos, girando en círculos, como el juego del gato y el ratón, sin llegar a ningún destino.

— ¿Qué te hace pensar que tenga algo que ver contigo? — preguntó entonces.

— Tus ojos. Tienes unos ojos muy bonitos, Jess, pero te delatan.

Jessica pareció tensarse en su asiento. En ese momento llegó el camarero y les retiró los platos y eso consiguió calmarla un poco. Decidieron no tomar postre y pedir en su lugar otra botella de vino.

Jessica intentó cambiar entonces de conversación, preguntándole algo que no le interesaba lo más mínimo, pero ella no estaba dispuesta a ceder.

— Ibas a decirme lo que te comentó Seohyun el otro día, ¿o ya se te ha olvidado?

— Por dios santo, Fany, no vas a parar hasta que te lo diga, ¿verdad?

— Exacto.

— Vale, pues te lo digo, tú ganas. — Jessica se reacomodó en su asiento, como si necesitara prepararse para lo que estaba a punto de decir—. Ya te he dicho que es una tontería…

— Jessica, dilo ya.

— Vale, vale. Bueno, pues no sé, simplemente le comenté a Seohyun que estabas pasando unos días con nosotros en la casa de la playa y entonces ella me dijo que…

— ¿Qué?

Tiffany estaba tan nerviosa que sin querer había inclinado su cuerpo hacia delante. Cuando se dio cuenta enderezó de nuevo la espalda, reprochándose a sí misma su comportamiento. Si en su carnet de identidad no pusiera que tenía veintisiete años, habría pensado que todavía estaba en la tierna adolescencia.

— Nada, que al parecer en esa época todos mis amigos pensaban que yo estaba enamorada por ti. Lo cual es absurdo, claro, porque no recuerdo haber sentido nada así. La verdad es que me enfadó un poco que me dijera eso — terminó de contarle Jessica —. ¿Te lo puedes creer?

Tiffany sonrió, complacida. Después de todo, sí que tenía que ver con ella.

— Desde luego, si es así y yo te gustaba, te aseguro que no se te notaba nada. Pocas veces me han tratado tan mal — bromeó, burlándose de ella.

— Eh, eso no es así.

— Jessi, me mirabas con tanto odio que a veces creía que me ibas a pegar.

— No soy demasiado hábil cuando alguien me interesa, lo reconozco — se excusó Jessica con las mejillas encendidas, como si acabara de decir algo inconfesable—. Es decir, no es que me interesaras… Quiero decir que....

Se quedó perpleja ante sus palabras.

La torpeza de Jessica le resultaba una de sus cualidades más adorable. Y en ese momento solo una idea rondaba su mente: besarla.

Besarla hasta quedar saciada. Besarla lento y besarla rápido.

Allí, en aquel sofá de mimbre. Agarrar su cuello para atraerla hacia ella. El vino se le estaba subiendo a la cabeza.

— No tienes ni idea de cómo coquetear, ¿verdad? — le dijo, sonriendo de medio lado, acercándose sin querer o tal vez queriéndolo demasiado.

— Supongo que no.

Tiffany se sonrió.

— Bueno, pues pongámoslo de esta manera: si me vuelves a mirar como lo estás haciendo ahora, es muy probable que te bese otra vez. Así que te recomiendo que no lo hagas, salvo si para entonces ya has aprendido cómo coquetear.

Jessica se quedó perpleja, y Tiffany solo pudo sonreír ante la expresión de su cara.

Había ido un poco lejos. Había enseñado sus cartas demasiado pronto, pero ahora ya no podía dar marcha atrás y tampoco estaba segura de querer hacerlo.

Algo en los ojos de Jessica le dijo que aquel era el momento. Era ahora o nunca y estaba ya cansada de tanto juego, así que posó la mano con cierto temor sobre el muslo de Jessica y empezó a inclinarse despacio, muy despacio, deleitándose en el calor que ambas irradiaban a punto de entrar en contacto.

Tiffany tenía los ojos cerrados cuando, de pronto, su teléfono empezó a sonar de manera estrepitosa encima de la mesa. Esto las sobresaltó. Jessica, que también había cerrado los ojos, los abrió de golpe y la miró con sorpresa, como si no se creyera del todo lo que había estado a punto de ocurrir.

Tiffany maldijo su mala suerte, se disculpó y miró de quién era la llamada. Como se tratara de su madre, juró que pediría que la desheredasen.

Pero no se trataba de Bo, sino de alguien mucho peor y tal vez no deseara contestar.

— ¿No vas a cogerlo? —dijo Jessica, un poco inquieta, y entonces supo que había leído el nombre en la pantalla.

— ¿Me disculpas un minuto? Vuelvo enseguida.

—Sí. Ve.

Se levantó deprisa y se alejó de la mesa, todavía perpleja por su mala suerte, pero, sobre todo, por la persona que llamaba. Era Nichkhum.


 
***


 Jessica sint

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Comments

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Jeti48 #1
I read it with google translate but still I like it and the ending is simple yet so sweet, thanks author nim =D
TaeSeoSica
#2
Chapter 20: Me gustó mucho. <3
Está bien hermoso, ALSHSKDHAKSJSKAJAKAKSJALA.
Apenas hoy lo terminé de leer, alv.

Veré que más cosas tuyas debo de leer. :v <33
AngelicaPark
#3
Chapter 20: Oyeee! :D Si lo leí ayer pero olvide comentar xD Así que a qui toy! xp
No puedo creer que tan rápido se acabara (Lo dice quien pedía caps mas largos x.x)
Bueno ya no queda mas que decir que..... Fue una historia genial me gusto mucho y también me gustan tus historias así que espero que actualices xD
Y bueno hasta la próxima ;)
DollySweet
#4
Chapter 20: Owwww... hermoso!!!! ♡ habra epilogo? Di que si!!!
sone009_ #5
Chapter 20: Que bonito final<3
TaeSeoSica
#6
¿Cómo no encontré esto antes? :/
Mañana mismo me pongo a leerlo todo, ahora no porque mis ojos ya se andan cerrando, alv. ¿?
Creo que tengo que revisar otro Fic tuyo que no he leído, eh.
L_ight_ #7
Chapter 20: Ah, casi me haces llorar. No puedo creer que terminara. Realmente voy a extrañar el esperar cada día una actualización. Esta fue una historia muy muy linda, gracias por compartirla. :D

¿no habrá epílogo?
Jsooyeon_18 #8
Chapter 20: Noooooo ya.termino!! Esto.m.hizo querer mas. Ame este cap, fue el mejor final! Awww Final feliz yupiii!
DollySweet
#9
Chapter 19: Porque tan rapido? Si parece que ayer recien subiste el primer capitulo :(
sone009_ #10
Chapter 19: Ay ya se termina :s