Jessica y taeyeon  llegaron a la casa de la rubia más baja.

 

Estacionó su automóvil y se quedaron por un segundo sumidas en un incómodo silencio, hasta que taeyeon fue quien habló.

 

―jessica, gracias por la invitación. Me lo pasé maravillosamente.

 

―Yo igual, taeyeon. Me lo pasé muy bien esta noche. Creo que deberíamos repetir, ¿no crees?

 

―Claro―dijo―, Me encantaría.

 

―Genial―dijo y de nuevo se volvió a crear el silencio entre ellas.

 

―Bien, creo que debería entrar―dijo taeyeon.

 

―Está bien.

 

Jessica bajó del auto y llegó a la puerta del copiloto para abrírsela a taeyeon  como todo una dama que era.

 

La acompañó hasta la puerta de la casa y ahí se quedaron frente a frente mirándose nerviosas.

 

―Bueno señorita, la dejo en la puerta de su casa sana y salva.

 

―Y te agradezco mucho que lo hicieras―dijo regalándole una coqueta sonrisa― ¿Quieres entrar y tomarte, no sé… un café o una copa tal vez?―la miró y vio que sus ojos estaban llenos de dudas.

 

―Creo que mejor te dejo para que descanses―dijo y se acercó para besarle la mejilla a taeyeon, pero en un rápido movimiento, jessica la besó en los labios.

 

Taeyeon  abrió los ojos en sorpresa, pero se dejó besar por la americana  sin prisa.

 

El contacto de los labios fue suave, como si jessica  estuviera pidiéndole permiso para besarla.

 

Taeyeon cerró los ojos y se dejó llevar por la suavidad de los labios de jessica.

 

La americana  invadía la boca de taeyeon  solo lo justo y necesario. No quería ser violenta ni parecer que se estaba aprovechando de la situación.

 

Terminó el beso y separándose de la rubia  la miró buscando en su rostro alguna expresión que le indicara enojo o satisfacción, pero solo se encontró con sorpresa en los ojos de taeyeon.

 

La más alta sonrió y la miró con curiosidad.

 

―Disculpa, tae…yo…bueno…es solo…

 

―No te disculpes, jessica. Fue solo un beso. No te preocupes.

 

―Es que no quiero que pienses que…

 

―No pienso nada…nada malo quiero decir. Me quisiste besar y lo hiciste ¿Qué tiene eso de malo?

 

―Claro, claro. Pero no sé qué me pasó, fue un impulso. Hace nada que nos conocemos y…

 

―jessica, no digas nada más. No le des más vuelta a lo que pasó, ¿quieres?―dijo posando una mano sobre el hombro de la americana.

 

―Bien, ahora me despido. Te llamo para invitarte a almorzar o al cine, ¿tal vez?

 

―Claro, el cine sería genial. Adiós, jessica, buenas noches.

 

―Buenas noches, taeyeon.

 

Taeyeon  entró en su casa pensando en lo que le acababa de suceder.

 

Jessica  la había besado y había sido extraño. No era que besara mal ni nada, solo que no sintió el cosquilleo especial que una vez sintió con Tiffany.

 

―Ah no, es que yo sí que soy una bruta rematada―se regañaba en voz alta mientras entraba a su cuarto―Tiffany  debe estar pasándola genial con La barbie con la que andaba y yo acá pensando en ella ¡¡¡Qué bruta soy!!!

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Jessica conducía su auto por la ciudad preguntándose qué le había llevado a ser tan impetuosa y besar a taeyeon.

 

La verdad era que le ataría la rubia más baja, pero su corazón seguía siendo ocupado por completo por seohyun, su ex novia.

 

Taeyeon  era una mujer hermosa e inteligente a la que cualquier persona querría seducir, pero además era una excelente persona, pensó, y no sería justo intentar con ella lo de un clavo saca a otro clavo.

 

Orilló su auto y lo detuvo.

 

Sacó su teléfono móvil y marcó el número de seohyun.

 

El aparato sonó tres tonos y envió al buzón de voz.

 

Lo volvió a intentar, pero obtuvo el mismo resultado.

 

Jessica  quería verla otra vez, quería decirle que la amaba, que quería estar con ella, que se olvidara de la propuesta de matrimonio y que volvieran a su vida como hasta entonces.

 

Marcó una última vez y como no logró su objetivo, se dio por vencida y se marchó a su casa.

 

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Taeyeon  estaba con Bora  revisando su agenda diaria.

 

Ya faltaba cada vez menos para que su hermana volviera de su luna de miel y así ella podría relajar un poco el ritmo que llevaba hasta ese día.

 

― ¿Hay algo más, Bora?

 

―Recuerde que mañana tiene reunión en el puerto con el gerente y debe llevar todos los contratos listos.

 

―Es verdad. Tráigamelos para ver si falta algo y así los dejamos listos.

 

―Es que la señorita Hwang  no ha aparecido aún con los papeles.

 

―Está bien, Bora. Llamaré a Tiffany  para ver qué pasa con esos contratos ¿Algo más en la agenda?

 

―No señorita.

 

Bora  dejó sola a su jefa y taeyeon  tomó su teléfono para llamar a Tiffany. Al segundo tono éste contestó:

 

― ¡Sabía que no podías vivir sin mí!

 

Taeyeon  entornó los ojos por la ocurrencia de su amiga.

 

―Buenos días abogada. Me vi en la obligación de llamarla ya que no ha cumplido sus deberes con esta naviera―dijo en tono serio.

 

―Vaya, creo que hoy no estamos de buen humor―dijo―Pensé que tras tu cita de anoche hoy estarías irradiando felicidad ¿cómo estuvo? ¿No cumplió con tus expectativas?

 

―Claro que las cumplió y con creces. Y tú ¿Todo bien con tu cita?

 

―Bueno… ya sabes, siempre cumplo con las expectativas.

 

Taeyeon  se tensó por aquel comentario y se imaginó a Tiffany  con la rubia que, la noche anterior colgaba de su brazo, revolcándose.

 

Una oleada de celos se le vino encima lo que hizo que su humor cambiara de inmediato.

 

―Ya veo porque no te has aparecido por la naviera con los contratos. Debes venir recién levantándote. Los necesito para ya, Tiffany.

 

―Qué dices. Estoy entrando a tribunales. Apenas termine te los llevo ¿Qué te parece si te invito a almorzar y los revisamos juntas?

 

―No tengo tiempo para almorzar, apenas puedas me acercas los documentos por favor.

 

―Pero tae…

 

―Por favor, Tiffany.

 

―Está bien―dijo y escuchó que taeyeon  había terminado la llamada sin siquiera despedirse.

 

 

Tiffany  salió de tribunales y, luego de pasar por su oficina a buscar los contratos, llegó a la naviera kim.

 

Entró en el vestíbulo del piso diez y se encontró con Bora.

 

―Buenos días―saludó Tiffany a Bora.

 

Ella la miró por sobre sus gafas y con cara de pocos amigos.

 

―Buenos días―respondió y comenzó a mover papeles sobre su escritorio.

 

―Podrí decirle a la señorita Kim  que ya estoy aquí

 

―La señorita Kim  está ocupada. Le avisaré que usted ya está aquí por favor tome asiento y espérela.

 

Tiffany  asintió y se sentó en unos de los sillones a esperar que taeyeon  se desocupara.

 

Mientras tanto miraba a Bora, estaba claro que la mujer no le tenía ni un poco de estima y se preguntaba qué le pasaba a la mujer con ella.

 

― ¿Tiene algún problema, señorita Hwang? ¿Necesita algo?―preguntó sintiéndose observada.

 

―No, Bora  ¿por qué lo pregunta?

 

―Por cómo me está mirando. Tiene algún problema conmigo.

 

―La verdad, Bora―dijo acercándose hasta el escritorio de la secretaria y posando sus manos sobre éste―, Sí tengo un problema. En realidad más que un problema es una duda.

 

― ¿Cuál sería la duda que tiene?

 

―Quiero saber por qué usted no me soporta.

 

―Por qué cree usted eso, señorita.

 

―Por la cara de disgusto que pone cada vez que me ve entrar por el vestíbulo.

 

―Está equivocada señorita yo no pongo cara de disgusto, creo que usted está imaginando cosas.

 

―Claro… eso debe ser. Me estoy imaginando todo. Pero dígame Bora, qué le molesta tanto de mí.

 

Bora  miró a la abogada, pero de su boca no salió ni media palabra. Levantó una ceja y luego siguió moviendo papeles de un lado al otro.

 

―Vamos, Bora, no me haga esto. Dígame qué le pasa conmigo.

 

―Creo que es mejor que dejemos esta conversación hasta aquí señorita Hwang. No creo que le guste saber mi opinión sobre usted.

 

―Bora querida, quiero que llevemos la fiesta en paz, por favor, dígame qué he hecho mal con usted. Vamos hable.

 

La secretaria iba a abrir la boca para decirle a Tiffany  qué era lo que ella pensaba, cuando la puerta de la oficina de taeyeon  se abrió Tiffany giró su cabeza al escuchar las voces y risas que procedían desde el interior de la oficina y se quedó paralizada cuando vio que, jessica Jung, salí desde el despacho acompañada por taeyeon.

 

―Tiffany―dijo taeyeon  al ver a la abogada que la observaba con el rostro serio― ¿Te acuerdas de mi amiga jessica?

 

―Por supuesto, buenos días―dijo extendiéndole la mano a jessica  quien se la estrechó.

 

―Buenos días. Bueno, yo ya me voy, no te quito más tiempo, taeyeon―dijo jessica  girando su rostro para mirar a taeyeon―Te espero mañana.

 

―Claro, no vemos mañana.

 

Jessica  se despidió de taeyeon  besándole la mejilla, luego le estrechó la mano a Tiffany y le dijo adiós a Bora, quien le sonrió amablemente.

 

Taeyeon  giró sobre sus talones y entró en su oficina seguida por Tiffany quien la miraba con el ceño fruncido.

 

―Vaya―dijo con ironía en la voz―, Veo que tu amiguita está muy entusiasmada.

 

― ¿Por qué dices eso, Tiffany?

 

― ¿Por qué? Se vieron anoche y hoy la tienes metido en tu trabajo, y ¿qué es eso de "te espero mañana"?

 

― ¿Está celosa?―dijo taeyeon  risueña, tratando de picar a su amiga.

 

― ¿Qué? No, nada que ver… es solo que creo que van muy rápido y no sé no me gusta esta mujer para ti.

 

― ¿No?

 

―No―dijo claramente enojada.

 

― ¿Y se puede saber por qué no te gusta para mí―preguntó mirándola directo a los ojos sintiéndose en las nubes de que Tiffany  la celara.

 

―Bueno… porque… porque―balbuceaba sin saber qué decir.

 

Ni siquiera sabía qué estaba haciendo.

 

―Porque no me gusta para ti y punto.

 

―Agradezco tu preocupación, pero con que me guste a mí basta y sobra―vio cómo Tiffany  tragaba en seco―Ahora dejemos el temita y veamos los contratos que tengo que llevar mañana al puerto. Deberías habérmelos dejado ayer. Jessica  vino hoy para verlos y…

 

― ¿Y qué tiene que ver ella en todo esto? No entiendo.

 

―jessica  es la hija del gerente del puerto y su papá la dejó a cargo para tratar con la naviera Kim. Vino hoy a ver los papeles para que no tuviéramos ningún percance mañana en la reunión.

 

Tiffany  dio un resoplido por lo que escuchaba.

 

―Claro que no tendrá ningún percance. Los documentos están perfectamente redactados. Nada está hecho al azar. Además te voy a acompañar mañana a esa reunión, así si la señorita Jung pone alguna objeción, lo arreglaremos de inmediato.

 

―No, yo puedo manejar todo perfectamente no es necesario que tú…

 

―tae, si pasa algo Yuri es capaz de matarme. No se hable más. Mañana paso por ti y nos vamos al puerto. Luego de discutir algunos puntos de los documentos.

 

Tiffany  salió de la oficina de taeyeon  como alma que lleva el diablo.

 

Taeyeon  aún no cuadraba en su mente qué le pasaba a Tiffany  con ella.

 

Por qué ese cambio de actitud.

 

Hace unas semanas atrás todo entre ellas era normal.

 

Una amistad sin altos ni bajos aunque ella amara a la morena en silencio.

 

No quería pensar que a Tiffany  la movía algún interés romántico por ella, aunque deseara con toda el alma que así fuera.

 

Sabía que no debía esperar nada de Tiffany, nada de amor por lo menos.

 

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Tiffany  llegó a su oficina.

 

Tiró su maletín sobre un sillón para luego dejarse caer sobre su silla de ejecutivo.

 

No sabía qué le había sucedido con taeyeon  en la naviera, pero cuando la volvió a ver con jessica, sintió que la sangre le quemaba en las venas.

 

Todo era muy extraño para ella, siempre tuvo un afecto especial por taeyeon, pero ahora todo era confuso con la rubia.

 

Su teléfono móvil comenzó a sonar y vio que el nombre de hyuna aparecía en la pantalla. Cortó la llamada y dejó el aparato sobre el escritorio. El teléfono volvió a sonar y dejó que lo hiciera hasta que hyuna se diera por vencida.

 

Luego sintió el sonido de que un mensaje había entrado. Tomó el móvil y abrió el mensaje que era de hyuna.

 

«Tiffany, te espero en mi casa. Olvidemos lo que pasó ayer, ¿quieres? Estoy deseosa de verte. Hyuna»

 

 

Tiffany  tomó una honda respiración.

 

En otra ocasión hubiera corrido hasta casa de hyuna para perderse en su cuerpo hasta altas horas de la madrugada.

 

Pero ahora no sentía deseos de contestar a esa tentadora invitación.

 

Si ese mensaje se lo hubiera mandado taeyeon, estaría feliz, pensó.

 

Pero la rubia se estaba alejando y cada vez más.

 

No quería imaginar lo que sería perder a taeyeon.

 

Ese pensamiento la sorprendió y la perturbó por igual.

 

Algo tenía que hacer, pero el qué, aún no lo tenía del todo claro.