capitulo 3
Eres para miEran las nueve de la mañana del día Domingo y unos suaves golpes en la puerta de su dormitorio despertaron a taeyeon.
Se incorporó en la cama y le dijo a la persona que estaba tras la puerta que entrara.
Un torbellino llamado kris entró corriendo en la habitación de su tía y se dejó caer dando un salto sobre la cama de ésta.
― ¡Hola tía!―dijo kris dándole un sonoro beso en la mejilla a taeyeon.
―Buenos días, kris ¿Por qué estás despierto tan temprano?
―Me prometiste que hoy me llevarías al zoológico ¿Acaso te has olvidado, tía?
― ¡Claro que no! Ya me levanto ¿Ya desayunaste?
―No. Te espero en la cocina.
―Bien, voy enseguida.
Taeyeon estaba a cargo de su sobrino kris mientras durara la luna de miel de su hermana.
La verdad es que ella adoraba al pequeño y sus ocurrencias. Le había prometido que, ese día, lo llevaría al zoológico y tendría que cumplir con su palabra.
Se dio una ducha rápida y se vistió con sus jeans favoritos, una camiseta azul manga tres cuartos y complementó todo con unas cómodas sandalias bajas.
Tenía claro que, con su sobrino, tendría que recorrer el zoológico de punta a cabo y que debía ir cómoda.
Llegó a la cocina donde kris ya la esperaba en la mesa comiéndose un plato de cereal y frutas.
Ella tomó una taza y la llenó de café. Desde la alacena sacó un frasco con galletas de almendras y poniendo unas pocas en un plato se acercó a su sobrino para desayunar.
Kris le hablaba entusiasmado de todo lo que quería ver en el zoológico, como si fuera la primera vez que iban a ese lugar. Taeyeon escuchaba el vehemente discurso de kris cuando su teléfono comenzó a sonar.
Lo tomó y vio que era Tiffany quien llamaba.
Con una sonrisa en la cara le contestó:
―Buenos días.
―Buenos días, tae. Disculpa, ¿te desperté? Parece que llamé muy temprano.
―No, para nada, estoy levantada tomando desayuno con un apuesto caballero―dijo sonriéndole a su sobrino.
Al otro lado de la línea se hizo el silencio.
Al no escuchar nada preguntó:
―Tiff, ¿sigues ahí?
―Eh… sí, estoy aquí. Disculpa por interrumpir tu desayuno. No quise…
―Tiff.
A taeyeon la recorrió una extraña sensación por dentro. Sintió que Tiffany había cambiado el tono de voz, ¿acaso estaría celosa?
―, El apuesto caballero que me acompaña es kris.
―Es verdad.
Taeyeon notó el alivio en la voz de la americana, o al menos eso pensaba. O quizá se estaba imaginando todo.
―Bueno, entonces mucho mejor que estés con kris. Los quiero invitar al estadio.
―Creo que no podrá ser hoy.
― ¿Por qué?
―Porque kris quiere ir al zoológico y prometí llevarlo hoy.
―Pero podemos ir al estadio. Vemos el partido y luego vamos al zoológico.
Para taeyeon ese panorama era genial, pero ese día el que elegía era su sobrino.
Por mucho que quisiera estar con Tiffany, su sobrino estaba primero que todo.
―Gracias, Tiff, pero creo que no…
―Pásame a kris.
Taeyeon se demoró un poco en juntar las palabras en su mente.
― ¿Qué?
―Que me pases a kris, quiero hablar con él.
Taeyeon miró a su sobrino y luego le pasó el teléfono. El niño lo tomó y se dispuso a hablar.
―Hola.
―Hola, Art, ¿cómo estás?
―Bien.
―Tu tía me contó que hoy tienen planes para ir al zoológico.
― ¡Sí! Mi tía me va a llevar al zoológico. Quiero ver al oso polar.
―kris, te gusta el fútbol, ¿verdad?
― ¡Sí mucho!
―Qué te parece entonces si vamos los tres al estadio, vemos el partido y luego vamos al zoológico ¿Qué dices?
― ¡Sí, genial!
―Bien, ahora pásame a tu tía, por favor.
Taeyeon tomó el teléfono de vuelta intrigada por aquella conversación y por la eufórica respuesta de kris.
― ¿Qué le dijiste al pequeño?
―Estoy por ahí en veinte minutos―dijo y cortó la llamada dejando a taeyeon con la palabra en la boca.
Miró el teléfono en sus manos y luego lo dejó sobre la mesa para tomar un sorbo de café.
Miró a su sobrino y le preguntó:
― ¿Qué te dijo Tiff?
―Me preguntó si me gustaba el fútbol, le dije que sí. Me dijo que fuéramos al estadio y luego al zoológico. Yo creo que es genial, ¿y tú, tía?
―Bueno… yo… si a ti te parece genial a mí igual.
Tal como Tiffany le dijo a taeyeon, ésta apareció veinte minutos después en la puerta de su casa.
Taeyeon abrió la puerta y se encontró con su amiga que vestía una camiseta negra con una leyenda que decía “no hables, sólo besa”.
Taeyeon miró el mensaje y luego a la cara de Tiffany, quien la miraba risueña.
― ¿No eres un poco mayor como para ponerte esa camiseta?―dijo taeyeon.
― ¿Tú crees? A mí me fascina. Además me ahorra trabajo con las mujeres―respondió guiñándole un ojo para luego besarle la mejilla y pasar al interior de la casa.
Taeyeon siguió con la mirada a la mujer que, con tanta familiaridad se movía por el salón de su casa.
No podía quitarle los ojos de encima.
Verla vestido tan solo con un jeans y camiseta, hacía que se viera más relajada, más y.
Verla vestida de forma formal le encantaba, pero este Tiffany era como una adolecente rebelde, como la chica mala que traerá problemas a la vida de la chica buena.
―Y bien, ¿ya estamos listos?―dijo Tiffany metiendo las manos en los bolsillos y balanceándose sobre sus talones.
―Tenías todo planeado, ¿verdad?―dijo taeyeon acercándose a la morena.
― ¿Yo? No, qué dices.
―Tiffany, no es posible que pudieras llegar aquí en veinte minutos.
―No había tráfico…
―Aun así. No podías venir tan rápido, entonces me llamaste de camino ¿Y qué hubieras hecho si te decíamos que no?
―Vamos, tae-tae, nunca me dices que no.
Taeyeon sintió que algo le quemaba por dentro.
Pestañeó rápido un par de veces por lo que había escuchado.
―Qué te crees, imbécil―dijo hundiendo su dedo índice en el pecho de Tiffany.
―Qué hice ahora. ¿Por qué te enojas conmigo?―dijo dando un paso atrás sonriendo.
―Es que no puedo creer lo que has dicho ¿Qué piensas que soy?
Taeyeon seguía empujándola, Tiffany seguía retrocediendo y para colmo sonreía divertida por la situación.
Le gustaba ver a taeyeon furiosa, le gustaba ver el brillo que despedían sus ojos cuando se enojaba.
―Pero, por qué te enojas, no he dicho nada grave. Deja de hundirme ese dedo.
Taeyeon seguía con su ataque táctil, y al ver que Tiffany sonría, más rabia sentía.
―Es que no puedo creer lo que me acabas de decir ¿Cómo que yo nunca me niego a ti? El otro día me invitaste a salir y te dije que no y…
-tae―se acercó y tomó la mano con la que taeyeon la estaba atacando―, Ya deja de pelear conmigo, además reconócelo, te gusta salir conmigo.
―Pero... pero―taeyeon estaba con la cara roja.
Tiffany la tenía agarrada por ambas manos tan cerca que apenas podía pensar.
Tenía mucha rabia por lo que su amiga le decía. Se regañó mentalmente, se dijo que era una tonta.
Tan enamorada estaba de la mujer que tenía enfrente que, siempre estaba ahí para ella y ésta se aprovechaba de la situación.
Estaba furiosa por la forma en la que Tiffany burlonamente le sonreía que, quería volarle la cara de una bofetada.
Pero sentía que eso no podía seguir así.
Debía hacer algo para empezar a olvidarse de esa locura que era estar enamorada de Tiffany.
Y tal vez la primera era dejar un poco de lado aquella amistad que solo le hacía daño.
Ese día sería su última salida con su amiga.
Eso estaba decidido.
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