capirulo 17

Eres para mi

Taeyeon llegó a trabajar el lunes temprano por la mañana luego de que estuviera recuperándose de una gripe en su casa.

Recuperándose era una manera de decir a los cuatro días que estuvo encerrada en su casa junto a Tiffany.

La americana no quería dejarla y fue ella quien le insistió el domingo por la tarde que, se fuera a su departamento para que se prepara para el trabajo. Tiffany, después de mucho batallar con la rubia, aceptó a regañadientes y la dejó en la cama no sin antes hacerle el amor a modo de despedida.

Taeyeon entró en el piso diez, caminando con prisa por el vestíbulo hasta que se encontró con su secretaria a la cual le dedicó una gran sonrisa y la saludó con un "Buenos días" para luego encaminarse hasta su oficina.

Cuando abrió la puerta de su despacho ella se quedó paralizada en el umbral por lo que veía.

Bora que, se encontraba tras ella, le dijo:

―Eso llegó para usted muy temprano esta mañana.

Taeyeon se acercó hasta su escritorio y contempló que, sobre éste se encontraba un bello ramo de Lirios blancos. Tomó la tarjeta para ver quién se las enviaba, pero no hacía falta, ella ya sabía bien quién le mandaba aquellas flores.

De igual manera sacó la pequeña tarjeta desde el sobre y leyó lo que decía:

«Ya te echo de menos, espero te gusten las flores... besos. T.»

Taeyeon tomó la tarjeta entre sus manos y observó con atención las flores.

Su corazón latía con intensidad, con alegría por el momento que estaba viviendo.

Sue la sacó de su burbuja para comenzar a leerle su agenda del día y luego le comunicó que Yuri la esperaba dentro de una hora en su oficina. La secretaria, luego de informar de todo a su jefa, dejó a taeyeon sola.

Taeyeon se puso a ordenar algunos documentos que estaban sobre su escritorio. Tenía la mirada fija en los papeles, pero de vez en cuando, levantaba sus ojos hacia las hermosas Lirios y sonreía al pensar en tiffany.

Había pasado una media hora cuando Bora interrumpió sus pensamientos por el intercomunicador para decirle que, la abogada Tiffany Hwang, quería verla. Ella le dijo que lo hiciera pasar.

Se puso nerviosa y comenzó a arreglarse el cabello, preparándose para recibir a tiffany.

La americana ingresó en la oficina de taeyeon, cerró la puerta tras ella, mientras que la rubia se levantaba de su silla para recibirla, sonrojada recordando todo lo vivido con esa mujer ese fin de semana.

Tiffany dejó su maletín en el suelo y con rapidez y en un par de zancadas llegó al lado de taeyeon.

No esperó a que la chica la saludara, no dejó que hablara y tomando la cara de taeyeon entre sus manos, la besó con desesperación. Ni ella sabía qué le pasaba, pero era demasiada urgencia que le provocaba esta mujer.

El beso se extendió, ninguna de las dos quería terminar el contacto, pero tenían que hacerlo para poder respirar.

―Buenos días ―dijo taeyeon casi en un suspiro.

―Buenos días―le respondió mientras le acariciaba las mejillas y la miraba fijamente a los ojos― ¿Te gustaron las flores?

―Claro que sí, están hermosas... Gracias.

Tiffany volvió a besarla con pasión, pasando una de sus manos por la cintura de la rubia, atrayéndola más a su cuerpo. taeyeon, aunque no quería, se separó de la americana.

Si no se detenían en ese instante, podría ocurrir cualquier locura en esa oficina.

―Tiff...―taeyeon le hablaba jadeando y tratando de separarse de la abogada, pero ésta la apretaba con más fuerza contra su cuerpo.

―tae, no me digas que pare, te extrañé mucho anoche―ahora le besaba el cuello entre palabra y palabra que decía―Mi cama estaba tan fría y grande sin ti.

Taeyeon sonrió por lo que escuchaba, también la había extrañado en su cama la noche anterior, le había encantado tenerla deambulando en su casa y deseaba repetir esos días otra vez y tal vez, por qué no, para siempre.

-Tiff, tengo que ir a ver a Yuri...

―Yo igual, pero la ogra puede esperar―volvió a besarla y luego bajó la mano que tenía posada en su cintura para apretarle el trasero.

Taeyeon dio un respingo sorprendida por el ímpetu de Tiffany a quien parecía no importarle que estuvieran en la oficina de taeyeon, que tras la puerta se encontrara Bora y solo a unos metros, Yuri ya estaba en su oficina.

―Es mejor que nos detengamos, Tiff. Por si no lo recuerdas estamos en el trabajo.

―Lo sé, lo sé, pero es que me estás volviendo loca, tae-tae. Mi cabeza solo puede pensar en besarte, en desnudarte y en hacerte el amor sobre tu escritorio...

―Eso no sería muy prudente, ¿no crees? Bora nos podría escuchar.

―Me da igual, que escuche y que muera de envidia. Pero tienes razón, te deseo demasiado ahora mismo, pero este no es el mejor lugar para tenerte.

Tiffany le dio un último beso y la soltó de su agarre. La rubia, aún sofocada por todo lo que Tiffany le hacía sentir, volvió a su asiento ya que las piernas le temblaban y en su cara podía sentir el rubor provocado por la excitación.

Tiffany se sentó frente a ella solo para observarla. La deseaba tanto que, su mente se nublaba, ya no podía concentrase en casi nada, su mente la estaba ocupando casi por completo la coreana.

Luego de que ambas permanecieran en silencio, taeyeon terminando con unos papeles y Tiffany  solo admirándola, la más alta se levantó de su silla ya que era hora de ir a reunirse con su hermana.

Salieron de la oficina de taeyeon para entrar en la de Yuri quien ya las esperaba tras su escritorio. Luego de los saludos correspondientes, taeyeon y Tiffany se sentaron frente a Yuri.

Taeyeon sonreía nerviosa, Tiffany la miraba de reojo cada vez que podía.

Yuri miraba de un lado a otro a la pareja frente a ella. La última vez que estuvieron ahí, ambas tenían caras largas y se trenzaron en una discusión estúpida, pero ahora ambas estaban casi irradiando felicidad, eso llamó profundamente la atención de Yuri, algo había pasado entre su hermana y su amiga y estaba curiosa por saber qué era.

―Vaya, veo que hoy no se odian como la última vez que estuvimos aquí las tres.

Taeyeon miró a Tiffany sonrojándose de inmediato, ésta sonrió por lo bajo.

Sabía que llegaría el día en que Yuri se enteraría de todo, esperaba pronto poder contarle ella misma lo que sentía por taeyeon. Pero todo era tan reciente que, ni ella misma sabía lo que tenía que decirle a Yuri.

―Son imaginaciones tuyas, hermana. Estamos igual que siempre―le dijo taeyeon, tratando de estar tranquila.

―Sí, claro. Pero bueno, no tengo tiempo para ver qué le pasa hoy al parcito. Tenemos que hablar de la convención en Nueva York y del asunto de Asia.

―Bien, ¿y cuándo viajas?―preguntó taeyeon a su hermana.

―Yo no viajaré este año, taeyeon. Tú irás en mi lugar.

― ¡¿Yo?! Pero, Yuri...yo no... siempre eres tú el que viajas a la convención.

―Sí, pero este año irás tú y punto.

―Yo no quiero ir, quiero seguir viendo lo de Asia...

―taeyeon, ya lo decidí, tú vas a Nueva York y yo me quedo aquí para ver lo de Asia.

Taeyeon sabía que no podía luchar contra Yuri.

Si había tomado la decisión de que viajara, solo tendría que ir a Nueva York sin queja alguna.

―Bien―dijo taeyeon resignada―, ¿Por cuántos días es esta vez?

―Creo que este año son diez días. Tal vez menos si nadie pone objeciones a nada.

― ¡Diez días!―dijeron Tiffany y taeyeon al unísono.

―Sí, lo que escucharon. Pero qué pasa, es como si no supieran que cada año hay una convención de navieras en Nueva York.

Taeyeon miró a Tiffany quien estaba con el ceño fruncido claramente molesta por lo que había escuchado.

Taeyeon estaría lejos de ella por casi dos semanas, eso le estaba provocando una desazón inexplicable. Y lo peor de todo era que no podría ir y viajar para estar con la rubia, ya que tenía que estar junto con Yuri, terminando el asunto que tenían con Asia.

―taeyeon, quiero que me dejes todo lo que podamos necesitar en el puerto y los documentos que tienes que llevarte al viaje los tiene Bora.

―Bien―dijo y volvió a mirar a Tiffany.

El ambiente en la oficina de Yuri se tornó claramente un poco tenso.

Tiffany no quería estar lejos de taeyeon por tantos días, no ahora que tenían una relación, no ahora que la deseaba y la necesitaba a cada minuto del día, pero nada podía hacer.

Este era el trabajo de taeyeon y tenía que aguantar que viajara aunque le costara aceptarlo.

Luego de que Yuri hablara sobre todo lo relacionado a los asuntos de la naviera, dio por terminada la reunión. Taeyeon y Tiffany se levantaron de sus asientos para salir de la oficina, pero Yuri se dirigió a Tiffany para que ésta se quedara en su lugar:

―Tiffany, quédate un minuto. Hay un asunto que quisiera tratar contigo.

Tiffany volvió a su lugar y taeyeon le dio una última mirada antes de salir de la oficina.

Yuri solo miraba a su amiga sin decir ni media sílaba.

Solo la miraba como esperando a que Tiffany le contara algo, esperando que Tiffany le confesara algo grande, pero eso no pasó. Tiffany, al igual que ella, estaba sentada frente al escritorio sumida en un incómodo silencio.

Pero no aguantó más la situación y le preguntó a su amiga:

―Y bien, Yuri, ¿de qué quieres hablar?

―Tiffany, ¿hace cuánto que somos amigas?

―Unos nueve años―dijo Tiffany extrañada por la pregunta de yurui.

― ¿Y tú dirías que nos conocemos bien en todos estos años?

―Sí, creo que sí, pero, ¿a qué viene esa pregunta? ¿Qué tiene que ver con que nos conozcamos hace años? No entiendo a dónde quieres llegar.

―Qué estoy pensando que, si nos conocemos todos estos años, pienses que puedes venir a verme la cara de idiota―Yuri soltó las palabras con rabia y Tiffany abrió los ojos sorprendido.

Si bien conocía el carácter de la ogra de su amiga, nunca se había dirigido a ella de esa forma.

―No entiendo... no entiendo a qué te refieres.

―Me refiero a lo que pasa entre tú y taeyeon―dijo Yuri tratando de controlarse y no levantar la voz en demasía―Sé que algo pasa entre ustedes y no me lo quieren contar y está bien, lo acepto. Ustedes son adultas y pueden hacer con su vida lo que se les venga en gana.

―Yuri, yo... bueno... tae... es que...

―Ya te dije que no me voy a meter en lo que estén haciendo, solo quiero advertirte una cosa... le llegas a hacer daño a mi hermana y olvídate de tener hijas o vida, porque te cortaré por partes con la tijera de podar que tengo en casa.

Tiffany tragó en seco, nerviosa imaginándose todo lo que le decía Yuri.

―Nunca le haría daño a tae, Yuri.

―Eso espero. Mira, no quiero sonar pesado ni nada de eso. Taeyeon es una mujer excepcional y no lo digo porque sea mi hermana, ella se merece lo mejor y no es que tú no lo seas, pero seamos honestas, Tiffany, tu historial deja mucho que desear.

Tiffany no pudo defenderse del ataque de Yuri.

Tenía razón, su pasado lo condenaba, pero existía una cosa que Yuri no había considerado antes de lanzar tales acusaciones y era que Tiffany estaba perdidamente enamorada de taeyeon aunque aún no se atreviera a gritarlo a los cuatro vientos.

― ¿Algo más que me tengas que decir?―preguntó Tiffany a su amiga.

Para ella la conversación ya había llegado a su fin y no tenía ganas de seguir escuchando un discurso moralista por parte de Yuri.

―No, eso es todo. Solo espero que lo que te dije te quedara claro.

―Como dijiste Yuri, tae y yo somos adultas, no necesitamos de tu permiso o supervisión porque ya no estamos en los tiempos de la colonia. No es necesario que me amenaces.

―Llámalo como quieras. Y ahora te dejo libre para que continúes con tu trabajo.

Yuri fijó su mirada en los papeles que estaban sobre su escritorio y Tiffany le dio una última mirada a su amiga para luego salir de su oficina.

Una vez sola, Yuri negó con la cabeza medio divertida y medio preocupada por la situación.

Sabía que Tiffany y taeyeon se atraían en demasía, pero sabía también de la falta de compromiso de su amiga.

En todos los años que se conocían, jamás la había visto en una relación seria y eso era lo que le preocupaba porque se notaba que, taeyeon estaba más que enamorada de Tiffany y no quería verla sufrir si lo de ellas no llegaba a resultar.

No se podía inmiscuir como quería, solo podía rogar que su amiga fuera sensata y si no pensaba en taeyeon como en algo serio, se alejara de una vez de ella.

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Tres días después, taeyeon era llevada hasta el aeropuerto por Tiffany.

La americana estaba de mal humor, serían diez los días que la tendría lejos y eso la tenía demasiado irritable.

―Odio a tu hermana, ¿sabes?―dijo mientras mantenía a taeyeon fuertemente abrazada contra su cuerpo―Está empeñada en separarme de ti y es por eso que te manda lejos y por tantos días.

―No digas eso, es mi trabajo, siempre tengo que viajar y tú lo sabes.

―Sí, pero ahora es distinto. Tae, son diez días, diez días. De seguro esto es una prueba que Yuri quiere ponerme.

―Exagerada, los días pasan volando, ya verás que, en un abrir y cerrar de ojos estaré de vuelta.

―Créeme, para mí será una eternidad.

Tiffany la besó con intensidad, como para que la rubia no se olvidara de su boca en esos días que estarían separadas. Luego de unos segundos la soltó, taeyeon tenía que embarcarse para dejar la ciudad.

―Bien, es hora de que me vaya.

―Prométeme que me llamarás cada día, promételo―dijo desesperada porque el momento de la despedida se acercaba.

―Claro, te llamaré cada día.

―No importa la hora, solo llámame.

―No te preocupes, lo haré.

Taeyeon le dio un último y rápido beso y se alejó por la puerta de embarque para tomar un avión que la llevaría a Nueva York.

Tiffany se sintió vacía, nunca se imaginó en la vida que llegaría a sentirse así.

Taeyeon se había convertido en parte importante de su vida, sin ella se sentía sola y triste.

Solo esperaba que los días pasaran rápido como la rubia decía.

Taeyeon ya estaba en Nueva York y la convención de navieras ya había dado inicio.

Como había prometido, llamó a Tiffany cada día. Ésta por su parte le enviaba sugerentes mensajes, cosa que amaba y odiaba a la vez porque le daban unas enormes ganas de subirse al próximo avión y llegar a su lado para perderse con Tiffany en su cama.

Tiffany, por su parte, estaba ansiosa, contando los días para que taeyeon volviera a su lado.

Se había cruzado un par de veces con jessica Jung en el puerto cuando tuvo que acompañar a Yuri, y tenía unas enormes ganas de golpear a la rubia cuando preguntaba por taeyeon o cuando decía que quería verla porque ya la extrañaba.

Taeyeon llevaba ocho días en Nueva york, estaba feliz, ya que el día anterior todos los presentes habían logrado cerrar todos los acuerdos y contratos lo que dio como resultado que ya podría volver a casa.

Cuando Tiffany la llamó no le contó nada, quería que siguiera creyendo que volvería a los diez días, pero taeyeon se levantó esa mañana y tomó el primer vuelo de vuelta a su país.

Mientras estaba en el avión pensaba en cómo sorprender a Tiffany.

El deseo la recorría por dentro y ella pensaba cobrarse cada mensaje caliente que había recibido por parte de Tiffany en esos días.

La imaginación de taeyeon volaba lejos recordando cada parte del cuerpo de esa americana que le quitaba la respiración. Se removió en su asiento y de pronto sintió que dentro de ese aparato la temperatura se había elevado unos cuantos grados.

Miró a su alrededor, pero toda la gente que estaba ahí dormía, eso es lo que ella debería estar haciendo también, pero si cerraba los ojos, podía ver claramente a la mujer que amaba, desnuda vestida solo con una pícara sonrisa.

Por fin el avión aterrizó y taeyeon sintió un enorme alivio.

Ya sabía qué haría para sorprender a Tiffany.

Llegó a su casa y se dio una ducha rápida para sacarse el cansancio del viaje. Se secó y perfumó el cuerpo para luego ponerse un hermoso conjunto de ropa interior en color rojo que era complementado con una medias y liguero.

Se miró al espejo y sonrió satisfecha al ver el y reflejo que le devolvía éste, solo esperaba no matar a Tiffany de un infarto.

Se arregló el pelo y el maquillaje, se subió sobre sus altos tacones negros y tomando una gabardina desde su closet se la puso encima y salió de su dormitorio.

Llegó hasta la cocina y sacó una botella de Champagne que había dejado enfriando, pensó todo lo que se divertiría con aquella bebida espumante.

Cogió su bolso y salió de su casa en busca de su amor.

Taeyeon estacionó su auto y salió de el con una gran sonrisa en la cara, ya faltaba tan poco para ver a la mujer que le quitaba la razón y estaba muy nerviosa por eso.

Pasó por el vestíbulo, con la botella de Champagne en sus manos. Caminando a paso firme llegó hasta el ascensor y pulsó el botón del piso de Tiffany.

Se miró una última vez en la pared de acero del ascensor comprobando que lucía genial.

Salió al pasillo con el corazón latiendo a mil por hora.

No aguantaba más y quería estar con su morena ya.

Llegó hasta la puerta del departamento de Tiffany cuando vio que ésta se abría dejando ante ella una imagen que no le gustó nada.

―Adiós, Tiffany Como siempre ha sido un placer―dijo la mujer saliendo del departamento de Tiffany.

Ella le besó una mejilla y taeyeon se fijó que Tiffany solo estaba vestida con un par de jeans y un sujetador.

Taeyeon soltó la botella de Champagne que se fue a estrellar contra el piso haciéndose añicos. Tiffany levantó la vista y la vio.

Taeyeon se cruzó con su mirada, con los ojos llenos de odio y tristeza. No podía creer lo que le estaba pasando, su sueño rosa se había vuelto una pesadilla.

Comprendió que Tiffany le había mentido, que no la extrañaba como le había dicho en cada llamada, se sintió la mujer más imbécil del mundo por creer en Tiffany.

―tae―dijo un poco aturdida por la situación―, ¿Qué haces aquí?

―Así que es ella―dijo Wendy con una gran sonrisa.

―Veo que no me esperabas, disculpa la interrupción.

Taeyeon giró sobre sus talones y comenzó a caminar rápido por el pasillo con los ojos llenos de lágrimas que le bajaban por las mejillas. Tiffany salió tras de ella a medio vestir y con los pies descalzos, nada importaba, solo que su rubia la escuchara.

― ¡tae!―le gritó―Espera, no es lo que crees. Escúchame.

― ¡Por qué siempre dicen que no es lo que creemos, cuando lo estamos viendo en vivo y en directo! ¡No soy estúpida!

Taeyeon comenzó a bajar por la escalera de servicio, y Tiffany la seguía desesperada, no quería que se fuera, no quería que creyera que la había engañado cuando la verdad era otra.

―tae, por favor, escucha...

―No te voy a escuchar. Déjame en paz.

Taeyeon llegó a la calle y Tiffany sintió el frío del asfalto en sus pies. Se acercó a la rubia estirando una de sus manos para alcanzarla, pero taeyeon de un manotón se la quitó de encima.

―tae, por favor, si solo me escucharas te darías cuenta que todo esto es un mal entendido.

Taeyeon llegó hasta la puerta de su auto, la abrió y antes de subirse le dijo:

―No quiero verte más. Olvídate de mí... pero qué tonta... si es obvio que ya te olvidaste.

―tae... tae... no, espera.

Taeyeon no esperó, se subió a su auto, lo puso en marcha y salió a toda velocidad casi llevándose a Tiffany por delante.

Tiffany la vio alejarse y sintió que una gran ira se apoderaba de su cuerpo.

Ira por todo lo que estaba sucediendo, ira contra Wendy que, se le ocurrió aparecer justo ese día para hablar con ella, maldita fuera.

Volvió corriendo hasta su edifico, Wendy esperaba en el vestíbulo curiosa por saber qué pasaría con la pareja. Tiffany pasó de largo y ni escuchó que ella ofrecía su ayuda.

Llegó a su departamento, se vistió y salió en busca de taeyeon.

Mientras manejaba por la ciudad, rumbo a la casa de taeyeon, la llamó unas veinte veces y cada vez fue enviado al buzón de voz. Le envió mensajes pidiéndole que hablara con ella, que todo se podía explicar, que solo la dejara hablar, pero nada, no le respondía ni una sola de sus llamadas.

Taeyeon pensaba en dónde ir.

Sabía que Tiffany la buscaría en su casa y no quería verla.

Después de dar una cuantas vueltas, decidió ir hasta la casa de su hermana, necesitaba el apoyo de alguien y Yuri y nana se lo darían sin preguntar.

Llegó hasta la puerta de la casa de su hermana y Yuri la recibió extrañada de encontrarla ahí.

― ¿tae? ¿Pero tú no estabas en Nueva York?

La más alta se lanzó a los brazos de su hermana llorando desconsolada.

―yuri, ¿puedo pasar la noche aquí?

―Claro, pero, ¿qué pasó?

―No quiero hablar ahora. Por favor, ahora no.

Yuri asintió en silencio y la abrazó fuertemente.

Estaba segura de que el estado de su hermana tenía que ver con Tiffany.

Que la abogada era la responsable de cada lágrima derramada por ella y una rabia enorme se apoderó de su cuerpo.

Dejó que su esposa se ocupara de taeyeon, que la llevara hasta una de las habitaciones y la acomodará ahí. Unos incontrolables deseos de golpear a alguien se estaban apoderando de Yuri que, en ese momento, se puso a hacer memoria para recordar dónde se encontrarían guardadas las afiladas tijeras podadoras que se usaban en su jardín.

 

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Comments

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skincrisday #1
Chapter 21: Linda fanfic comica, sentimental, triste, alocada en fin un poco de cada cosa para llegar al taeny
2597611 #2
Chapter 21: Voy a llorar !! No quería que se acabe la historiaaaa... 7
loveless_colors
#3
Chapter 21: Muchas gracias por traernos estas historias tan cautivadoras, y por dedicar tu tiempo en adaptarlas y publicar :3
Feliz año y felices fiestas :D
LlamaAmerica #4
Chapter 21: Ahhhhhh otro fic más gracias a ti!!!! Aunque aún espero que continúes un fic que me encanta pero gracias este años nos llenaste tanto de TaeNy que siento que te quiero!!! Jajajaja
roguecr #5
Chapter 21: Muchas gracias x la historia. awwww me encanto.
Skyth06
#6
Chapter 21: Gracias por esta historia!
snsd_2016
#7
Chapter 21: uuuu
q mal que ya se acabo jeje ..
pero me gusto mucho la historia
felicidades..
igualmente, feliz año pasatela super ..!!!
roguecr #8
Chapter 19: T.T T.T T.T T.T que mal q ya se vaya a akabar.
ana2381 #9
Chapter 19: Lo estuve leyendo en wattpad, solo espero el ultimo capitulo
mv007842 #10
Chapter 19: Ho espero un buen capitulo este estubo muy interesante gracias