cap1
Eres para miLunes por la mañana y taeyeon hacía ingreso en el piso diez del edificio de la naviera Kim.
Ese día, debía de ocuparse de todo en la oficina, ya que su hermana, Yuri, estaba de luna de miel con su flamante esposa.
Estaba feliz por la pareja, pero sobre todo feliz por su hermana que, había dejado de ser una ogra gracias a la dulzura de nana.
Pero ahora ella tendría que ver todos los asuntos de la naviera por tres semanas y además cuidar a su sobrino kris que, había quedado a su cargo.
Taeyeon pensaba en cómo había cambiado la vida de hermana en menos de un año.
Yuri que, después de la muerte de su esposa se había convertido en una persona insufrible, había renacido al amor y había vuelto a la vida.
La verdad es que hasta sentía un poco de envidia de la ex ogra.
Yuri tenía amor en su vida y Tayeon estaba sola, y no era porque no tuviera pretendientes, si no que había puesto sus ojos en la persona equivocada, en la persona que no estaba en la misma sintonía, en la persona que no correspondía el sentimiento.
Sacudió la cabeza, como tratando de que ese pensamiento saliera de ella.
Siempre se consolaba diciéndose que, algún día, el amor llegaría a su vida.
Taeyeon era una mujer exigente y estricta en su trabajo, lo que también se reflejaba en su vida sentimental. Ella deseaba el amor, pero el de una persona en especial, y dentro de ella sabía que por eso estaba sola.
Llamó a la que sería su nueva secretaria y comenzó a poner todo en orden para su jornada laboral.
Ya tenía toda su agenda en orden y se preparaba para una reunión en el puerto a la que tendría que asistir en un par de horas, cuando la voz de su secretaria se dejó escuchar por el intercomunicador:
―Señorita Kim, tengo aquí a la señorita Tiffany Hwang. No tiene una cita programada con usted, pero me dice que de igual forma usted la recibirá.
Taeyeon sonrió, ya se imaginaba la cara de Tiffany cuando la nueva secretaria no la dejó entrar de inmediato.
―Hágala pasar, Bora―dijo taeyeon.
La puerta se abrió y una sonriente Tiffany ingresó en la oficina de taeyeon.
Tiffany se acercó hasta la rubia y le besó la mejilla. Taeyeon se erizó ante el contacto.
Siempre era así.
Aunque llevaban años como amigas, el roce de los gruesos labios de Tiffany en su mejilla, siempre le provocaba deliciosos escalofríos.
―Bueno días, Tae. ¿Qué pasó en esta naviera?
― ¿Por qué dices eso? ¿Qué pasa con la naviera, Tiff?
―Bueno, que pasamos de la dulce Seulgi a la limón agrio de… ¿cómo se llama tu nueva secretaria?
―Bora, su nombre es Bora, y no es una limón agrio, sino que es muy eficiente.
―Seulgi era igual de eficiente y nunca me trató como lo acaba de hacer Bora. Casi me taclea al ver que me dirigía a tu puerta.
Taeyeon sonrió por lo que escuchaba y se imaginó a Bora, una mujer mayor, tacleando a una mujer como Tiffany.
―Y para colmo te ríes―dijo fingiendo un falsa indignación―, No me parece gracioso, tae.
―Disculpa, no pude evitarlo. Le diré a Bora que eres nuestra abogada y que no necesitas una cita especial. Pero creo que deberías empezar a ganártela si quieres que te trate bien.
―Ni loca. Capaz que si le digo algo amable me devuelve un ladrido.
― ¡Tiffany!―dijo taeyeon dándole un pequeño golpe en el hombro―Bueno y, ¿a qué es lo que venías exactamente?
Tiffany caminó hasta la silla que se ubicaba frente al escritorio de taeyeon y sacó una carpeta desde su maletín.
―Por esto. Necesito tu firma en estos papeles―le dejó los papeles sobre el escritorio y taeyeon los comenzó a mirar detenidamente.
Tiffany la miraba fijamente, le causaba gracia la cara de concentración que ponía taeyeon al ver los documentos.
La americana tenía los ojos fijos en sus finos labios y en su nariz que tanto le gustaba. Aunque tenía el ceño fruncido, eso no lograba opacar la belleza de su rostro.
Taeyeon levantó de golpe los ojos hacia la americana y se encontró con la mirada risueña de su amiga.
― ¿Qué?―dijo sintiéndose observada y nerviosa.
―Nada. Solo te estaba mirando, ¿o es que acaso no puedo mirarte?
― ¿Por qué no miras tus papeles en vez de mirarme a mí?
―Porque los papeles no son tan fascinantes como tú―dijo con una sonrisa ladina.
Taeyeon se sonrojó por el comentario de Tiffany.
No era justo que la americana fuera tan coqueta con ella.
Que jugara con ella como si nada.
Pero Tiffany no tenía ni idea de los sentimientos de taeyeon. La veía como su mejor amiga, esa que siempre estaba ahí para cuando la necesitara.
La historia de ellas era antigua.
Tiffany era amiga de su hermana Yuri, pero cuando llegó a ser la abogada de la naviera, hace unos siete años atrás, la química entre las dos fue inmediata.
Se llevaban muy bien, tenían el mismo sentido del humor y los mismos gustos musicales y ambas les gustaban las mujeres.
Tiffany era amiga de seulgi, pero en poco tiempo se había convertido en la mejor amiga de taeyeon.
Pero todo se complicó una noche.
Taeyeon y Tiffany estaban en un bar y luego de unas copas de más, terminaron encamadas.
Al día siguiente, taeyeon se despertó en la cama de Tiffany y pensó que todo cambiaría entre ellas.
Que Tiffany le haría una declaración amorosa y que se volverían pareja como era su deseo, pero eso no llegó a suceder.
Tiffany le pidió perdón diciéndole que eso nunca debió de haber pasado.
Como si lo ocurrido entre ellas fuera un gran error.
Taeyeon se sintió herida y se marchó de su casa y no le volvió a hablar hasta luego de varios días.
Luego de unos meses, retomaron la amistad. Pero ahora taeyeon sabía a qué atenerse.
Con Tiffany podía salir a divertirse como amiga y nada más que como amiga y prefería tenerla así, a no tenerla.
―Bien―dijo devolviéndole los papeles a la abogada― ¿Necesitas algo más?
―Sí. Te invito a almorzar.
―No puedo, Tiff…
―Vamos, tae-tae. Te invito a comer al restaurante Italiano que tanto nos gusta, ¿qué dices?
―No puedo. Por si se te olvida, estoy sola en la naviera. Dentro de media hora salgo para el puerto, tengo una reunión con el gerente. Así que dejémoslo para otro día.
―Está bien―dijo levantándose de la silla para llegar hasta ella―, Te acepto la negativa esta vez.
Tiffany le levantó la barbilla con la mano y la miró fijamente a los ojos.
Taeyeon se imaginó que la besaría en los labios, pero no fue así. La boca de Tiffany se fue a posar en la mejilla de la rubia para darle un beso.
―Adiós, tae-tae.
―Adiós, Tiff.
TaeYeon vio cómo la mujer salía por la puerta de su oficina.
Soltó un suspiro.
Era difícil ser la amiga de la persona de la que se estaba tan enamorada.
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