Tiffany  estaba en su oficina, habían pasado cuatro días desde la última vez que vio a taeyeon, y la extrañaba en demasiado, pero no había sido capaz de volver la naviera y enfrentarla.

 

Ese día no podía eludir responsabilidades y tenía que hacer acto de presencia ante Yuri.

 

La había esquivado esos días, excusándose que estaba muy ocupada y enviándole los documentos que requería con un mensajero.

 

Pero, si quería que Yuri   no empezara a hacer incómodas preguntas, debía ir y presentarse ante su amiga.

 

Caminó nerviosa todo lo que duró el trayecto desde su oficina hasta la naviera.

 

Pensaba en cómo actuar ante taeyeon.

 

La rubia le había dicho que la amaba, la había enfrentado y ella había actuado aterrorizada, como si la hubieran sentenciado a muerte.

 

Estaba segura que ahora taeyeon  la odiaba y ella no podía hacer más que aceptar todo lo que viniera de la rubia.

 

Entró en el vestíbulo del piso diez y se encontró con Bora, que la miró y Tiffany  juraría que trataba de matarla con la mirada.

 

―Buenos días―saludo.

 

Bora  ni se molestó en devolver el saludo.

 

―La señorita Yuri  la está esperando. Puede usted entrar de inmediato.

 

―Gracias―dijo y caminó hasta la oficina de Yuri.

 

Entró y se encontró con su amiga que estaba hablando por teléfono. Yuri  le hizo un gesto para que se sentara y así lo hizo.

 

―Sí, amor. Ya tengo hecha la reserva en el restaurante. Sí, ya le avisé a tae y me dijo que habló con jessica y está todo en orden para esta noche.

 

Tiffany  se estremeció al escuchar el nombre de taeyeon.

 

―Nos veremos a las ocho en el restaurante. Adiós, nana… te amo.

 

Yuri  hablaba con su esposa.

 

Ambas estaban coordinando la cena que, esa noche, ellas compartirían con taeyeon y jessica.

 

―Guau, quién diría que volvería a escuchar a la ogra decir te amo otra vez―se mofó Tiffany.

 

―Tú ríete ahora. Ya llegará el día en que te vea como tonta por una mujer y ahí me voy a reír de ti y en tu cara.

 

Tiffany tragó en seco por el comentario de su amiga.

 

―Yo pasó. Estoy vacunada contra las mujeres y el amor.

 

―No digas eso. Mira lo que me pasó a mí. Conocí a nana  y aquí estoy, sonriendo como una tonta cuando pienso en ella ¿Y sabes qué? Es lo mejor que me pudo pasar en la vida.

 

―Sí, seguro―dijo irónica Tiffany.

 

―Búrlate todo lo que quieras, pero ya te quiero ver cuando te enamores y andes sufriendo por los rincones.

 

Tiffany  se puso seria.

 

Pensó en qué pasaría si su amiga supiera que, ella ya andaba sufriendo por los rincones y que era por taeyeon.

 

Pensó en qué le diría Yuri  si supiera todo lo que había pasado con su hermana.

 

Si supiera que taeyeon  estaba enamorada de ella y que le había roto el corazón.

 

De seguro la golpearía tanto que, no habría cirujano plástico en la tierra que le reconstruyera la cara.

 

― ¿Así que tienes planes para esta noche?

 

―Sí, nana y yo vamos a ir a cenar con jessica y taeyeon.

 

Tiffany  sintió que el alma se le caía al piso al escuchar la confirmación de lo que ya presentía que pasaría, taeyeon  ahora comenzaría a salir con jessica Jung.

 

Sintió que la ira se apoderaba de ella y tuvo que calmarse para no demostrar nada delante de Yuri.

 

―Y, taeyeon, ¿cómo está? Pensé que la vería por aquí hoy.

 

―Ha estado un poco enferma, pero hoy ya está muy bien. Le dije que se fuera a casa para que se prepare para esta noche. Ya sabes, como somos las mujeres, cuando queremos impresionar a alguien, podemos demorarnos todo un día en arreglarnos.

 

―Ella no lo necesita―dijo Tiffany  por lo bajo pensando que había pasado desapercibido para Yuri, pero no fue así.

 

― ¿Qué es lo que no necesita?―preguntó Yuri  intrigada por saber qué pensaba Tiffany.

 

―No necesita arreglarse en demasía―comenzó a hablar y era como si su boca y su cerebro no estuvieran conectados ese día―tae  es bella hasta con un saco de papas puesto encima, no veo porqué debería arreglarse tanto para una persona, menos para esa jessica Jung, que no creo que quiera nada serio con ella y…

 

La voz de Tiffany  se fue apagando al ver la cara de Yuri  que era una mezcla entre diversión y curiosidad.

 

Había abierto la boca de más y de seguro su amiga ahora querría saber qué pasaba.

 

―Vaya, oyéndote hablar así de tae diría que estás completamente celosa de jessica Jung.

 

―No… estás completamente equivocada, es solo…

 

―Pero ya me quedó claro que jessica  no es de tu agrado.

 

―No, ya te dije, no es eso. Solo que…

 

―Y según tú, ¿quién sería la persona para mi hermana?

 

―Bueno

 

Tiffany  no sabía qué decir.

 

¿Qué haría Yuri  si le dijera… “yo soy la persona para tu hermana”?

 

Mejor ni pensarlo, se dijo:

 

―, Yuri, solo quiero que taeyeon  sea feliz, no importa lo que yo piense.

 

― ¿Sabes que estás actuando muy extraño últimamente? Sé que no me quieres contar nada. Sé que todo esto tiene que ver con mi hermana, no quiero decir lo que pienso porque espero que, en nombre de nuestra amistad, tú me cuentes sin tener que presionarte.

 

―Yuri, estás equivocada. No me pasa nada, no tengo nada que contarte―mintió a su amiga.

 

―Bien. Sé que no me dices la verdad, pero ya te dije, no voy a presionarte. Cuando quieras hablar estaré aquí para escuchar.

 

Tiffany  asintió con la cabeza y en completo silencio.

 

Yuri  terminó la conversación sobre taeyeon  ya que notaba que Tiffany  estaba incómodo con el tema.

 

Pero de algo estaba seguro y era que, Tiffany y taeyeon  se gustaban y se gustaban mucho.

 

Y ahora con la entrada de jessica Jung en la vida de taeyeon, sabía que Tiffany  había descubierto cuán importante era la rubia en su vida.

 

Así funcionaba la mente, cuando ven que van a perder algo, se dan cuenta en lo que tienen al lado.

 

Luego de que terminaran de revisar algunos documentos, Tiffany  dejó a Yuri  y caminó de vuelta a su oficina.

 

Por su mente pasaban imágenes de taeyeon.

 

Esa noche saldría otra vez con jessica  y eso la puso de muy mal humor.

 

La necesita más que a nada en el mundo y tal vez ya fuera tarde para recuperarla.

 

Tal vez taeyeon  ya hubiera dado el paso para dejarla atrás para siempre.

 

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Taeyeon  estaba en su casa terminando de vestirse para la cena que, esa noche, tendría con jessica.

 

Había estado cuatro días cabizbaja, cuatro días pensando en lo que le había dicho a Tiffany, cuatro días triste y melancólica pensando en lo que no llegaría a ser.

 

Yuri  la había notado desanimada, y ella le dijo que estaba enferma cuando le preguntó qué le pasaba.

 

Pero ese día, cuando su hermana le hizo la invitación para que, ella y jessica  fueran a cenar junto a ella y a nana, aceptó de inmediato.

 

Necesitaba distraerse, necesitaba olvidarse de la última vez que estuvo con Tiffany.

 

Jessica  pasó por ella puntualmente y se dirigieron al lugar elegido por yurui.

 

Un elegante restaurante Francés fue el sitio al que hacía ingreso la pareja que ya eran esperadas por nana y Yuri en una mesa.

 

―Buenas noches―saludó jessica a yurui  y a nana con un beso en la mejilla.

 

―Buenas noches―dijo Yuri―, Espero que la elección del restaurante sea de su agrado.

 

―Sí, hermana, es un lugar precioso.

 

Comenzaron la cena, y ambas parejas conversaban animadamente.

 

Jessica  era una buen conversadora lo que hizo la velada muy agradable.

 

Ya estaban en el segundo plato cuando a Yuri  se le ocurrió preguntar:

 

―Y dime, jessica, ¿cuáles son tus intenciones con mi hermana?

 

― ¡Yuri!―dijeron Tayeon y nana al mismo tiempo mientras jessica sonreía.

 

―Qué ¿acaso pregunté algo malo?

 

―Amor, no empieces con tu interrogatorio de hermana mayor, por favor―susurró nana a su esposa.

 

―No se preocupen―dijo jessica, mirando a taeyeon  que, estaba avergonzada por la pregunta de su hermana―, No tengo problema en responderte, Yuri.

 

―Bien, entonces dime, ¿qué pretendes con taeyeon?

 

―No tienes que responder, jessica―dijo taeyeon―Yuri, no incomodes a jessica, ¿quieres?

 

―No, taeyeon. Le voy a responder a tu hermana lo que quiere saber. Yuri, quiero que sepas que mis intenciones son de las más honorables con tu hermana. Ella es una persona muy especial para mí. No te voy a decir que estamos de novias y que pensamos casarnos, porque nos conocemos hace poco. Solo te puedo decir que somos unas muy buenas amigas.

 

―Bien, solo te quiero decir una cosa, haces sufrir a taeyeon  y te mato.

 

― ¡Yuri!―volvieron a decir taeyeon y nana que no podían creer la amenaza que había soltado a jessica.

 

―Y ahora qué dije.

 

―No te preocupes, Yuri. Nunca haré sufrir a taeyeon. Eso tenlo por seguro.

 

Jessica  miró a taeyeon, lo que decía tenía mucho sentido ya que ellas nunca llegarían a ser una pareja, al menos no una pareja de novias.

 

Ambas estaban enamoradas de otras personas.

 

La cena terminó y ambas parejas se despidieron.

 

Nana y Yuri se dirigieron a su hogar y jessica  llevó a taeyeon hasta su casa.

 

Luego de conversar un rato dentro del auto, la coreana  se despidió y entró en su casa.

 

Taeyeon  se desvistió y se puso su pijama para irse a la cama, pero no lograba conciliar el sueño. Su cabeza eligió esa hora de la noche para ponerse a pensar en Tiffany.

 

La extrañaba demasiado y se enojó por ser tan débil y no poder sacarla de sus pensamientos.

 

Dio miles de vueltas en su cama, se sentaba y se volvía a acostar. De seguro esa sería otra noche de quedarse mirando el techo para ella.

 

 

 

 

 

 

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―Dame otro whisky doble―pidió Tiffany  al barman arrastrando las palabras.

 

―Señorita, creo que no debería seguir bebiendo.

 

―No pedí tu opinión. Dame otro whisky.

 

―No puedo señorita.

 

― ¿Por qué me quieres joder la noche? ¿Qué te he hecho yo? Sé que me merezco lo peor, pero vamos, no seas así y dame otro wishky. Necesito otro trago.

 

―No, señorita, no le daré nada más. Ya estamos por cerrar.

 

― ¿Qué?¿Tan tarde es?

 

―Sí, señorita. Ha estado aquí toda la noche.

 

Tiffany  había salido esa noche dispuesta a olvidar que, taeyeon  estaba en alguna parte de la ciudad cenando con otra persona.

 

Su primera intención era beber algo y luego ir a algún club o tal vez llamar a hyuna y tratar de sacar a taeyeon  de su cabeza, pero no pudo.

 

Llegó al bar, pidió un whisky y ahí se quedó, bebiendo un trago tras otro y ahora se encontraba completamente ebria.

 

―Señorita, ¿quiere que le llame un taxi?―preguntó el barman que ya quería deshacerse de la odiosa, pero y borracha.

 

―No―dijo levantándose de la butaca de la barra―, Vine en mi auto y me voy en él.

 

―No creo que se encuentre en condiciones de conducir, señorita.

 

Vio que Tiffany  trató de pararse, pero no era capaz de mantener el equilibrio así que se volvió a sentar:

 

― ¿Quiere que llame a alguien para que la venga a buscar?

 

―No. La única persona que quiero que ver es a taeyeon  ella no va a venir ¿Y sabes por qué no va a venir?

 

―No señorita, no lo sé―dijo entornando los ojos.

 

Ya bastante la había aguantado esa noche.

 

―Porque he sido una jodida cabrona con ella. No merezco ni que me mire, pero yo quiero verla, quiero verla, quiero verla…

 

Cuando dijo eso, Tiffany  apoyó su cabeza en la barra y ahí se quedó. El barman la movió, pero no dio señales de vida.

 

¿Cómo la sacaría de ahí ahora? Pensó.

 

 

Luego de darle muchas vueltas, tomó el teléfono móvil de Tiffany  que había dejado sobre la barra. Pasó los números, pero ni siquiera sabía a quién llamar, cuando llegó a un número que decía taeyeon, sin pensarlo lo marcó.

 

Mal que mal se había pasado la noche hablando de ella, así es que de seguro esa mujer era alguien importante.

 

Taeyeon  aún daba vueltas en su cama cuando su teléfono comenzó a sonar.

 

Lo tomó y vio que era Tiffany  quien la llamaba. Algo pasaba, ella lo presentía, ya que era muy tarde para que la llamara, más después de la última vez que se vieron.

 

Pensando que algo grave había pasado decidió contestar.

 

― ¿Tiffany?

 

―No, disculpe, ¿hablo con taeyeon?

 

―Sí, ¿y usted quién es? ¿Por qué tiene el teléfono de Tiffany?

 

―Señorita, disculpe por molestarla a esta hora, es que me he visto obligado a llamarla…

 

― ¿Quién es usted? ¿Qué le pasó a Tiffany? ¿Está bien? ¿Dígame qué pasó?―taeyeon empezó a preocuparse y de un salto se levantó de su cama pensando en lo peor.

 

―Soy mason, el barman del bar Blue Moon. Tengo a la dueña de este teléfono aquí completamente ebria. Disculpe que la moleste, pero no sabía a quién llamar. Ella ha estado toda la noche hablando de usted y pensé si podría hacer el favor de venirla a buscar. Tiene su auto aquí.

 

―En media hora estoy por ahí [/i] ―taeyeon  cortó la llamada.

 

Ni siquiera pensó en nada, por su mente solo pasaba que tenía que ayudar a Tiffany, no podía dejarla ahí.

 

Llamó a un taxi y se comenzó a sacar el pijama para cambiarse por unos jeans, una camiseta y unas zapatillas deportivas. Tomó su abrigo, su bolso y llegó hasta su sala donde, veinte minutos después, llegó el taxi que la llevaría hasta el bar.

 

Cuando ella entró en el bar, se encontró con Tiffany  sentado en una silla mientras un hombre le hablaba, pero solo le contestaba incoherencias.

 

―Tiffany―dijo taeyeon cuando llegó a su lado.

 

― ¿tae?―balbuceó―tae-tae, yo no quería…

 

― ¿Me puede ayudar a llevarla hasta su auto?―preguntó taeyeon  al barman, a lo cual él le dijo sí de inmediato.

 

Taeyeon  metió la mano en el bolsillo de la chaqueta de Tiffany  para sacar las llaves del auto.

 

Casi arrastrándola lo llevaron hasta el auto. Taeyeon  abrió la puerta del copiloto y el Barman la sentó en el asiento.

 

―Muchas gracias. Tome, por las molestias―taeyeon  sacó un billete desde su cartera y se lo pasó al hombre agradeciéndole así toda su ayuda.

 

―De nada, señorita. Buenas noches.

 

Taeyeon  entró en el auto y le puso el cinturón de seguridad a Tiffany  para luego poner en marcha el auto.

 

 

Todo lo que duró el trayecto Tiffany  balbuceó algunas palabras, pero la más recurrente era "taeyeon".

 

La rubia no sabía cómo sentirse en ese momento.

 

Si bien estaba molesta por el estado de Tiffany, no podía dejar de sentirse feliz porque sus pensamientos fueran para ella.

 

 

Llegó al edificio de la abogada y fue a pedirle ayuda al conserje para que la ayudara para llevar a Tiffany  hasta su departamento.

 

 

Una vez en el lugar, el conserje y ella llegaron con Tiffany  hasta su dormitorio y la tiraron sobre la cama.

 

El conserje se fue y ella se quedó sola con la americana.

 

Taeyeon  se acercó para comenzar a desvestirla. Primero le sacó los zapatos y los calcetines y luego trató de sacarle la chaqueta, pero como estaba, era todo muy difícil.

 

―Tiffany―le dijo a lo que solo respondió con un gruñido―Tiffany, ayúdame por favor. Necesito sacarte la chaqueta.

 

-taeyeon―susurró―Tiff, estás aquí. Tae-tae…

 

―Sí, estoy aquí ¿Crees que podrías levantarte un poco para sacarte la chaqueta?

 

―taeyeon… tae… perdóname… perdóname…

 

―Ayúdame Tiffany, levántate un poco.

 

Taeyeon se sentó a horcajadas sobre la americana   y la tomó de las solapas de la chaqueta tratando de levantarla, pero no podía con el peso muerto de Tiffany.

 

Como podía pesar tanto, si era tan flaquita.

 

Si tan solo cooperara todo sería más fácil.

 

―Vamos, americana, levántate solo un poco.

 

Tiffany, escuchando los ruegos de la rubia entre la nebulosa que la dominaba, se incorporó en la cama lo que taeyeon  aprovechó para rápidamente quitarle la chaqueta.

 

Tiffany  abrió los ojos y la vio ahí, tan cerca que pensó que todo era un sueño, una visión producida por el alcohol.

 

―Debería beber más a menudo para que te me aparezcas aquí. Tae… soy una idiota, ¿verdad?

 

Taeyeon  aún estaba a horcajadas sobre la americana  y Tiffany  pasó sus manos alrededor de la cintura atrayéndola más cerca de su pecho.

 

―Sí, eres la mayor idiota que existe en el mundo.

 

Tiffany  sonrió, con una risa ebria pero no menos encantadora, que hizo estremecer a taeyeon.

 

―No quiero hacerte daño, pero lo hice y sé que te herí…

 

―Shhhh. No hablemos ahora, lo mejor es que duermas.

 

―Tienes razón―dijo hundiendo su cara en el cuello de taeyeon y aspirando su aroma―Por Dios, siempre hueles tan bien. Me gustas tanto, tae… Te amo, te amo, te amo.

 

Taeyeon se quedó paralizada por un segundo.

 

Su corazón dio un vuelco al escuchar aquellas palabras, esas palabras con las que había soñado tantas veces, esas palabras que creyó nunca escucharía de la boca de Tiffany.

 

Pero así como su mente voló a las nubes ante esa declaración, volvió de inmediato a la tierra y se dijo que todo era producto de lo ebria que estaba Tiffany.

 

―Tiffany, suéltame y acuéstate, ¿quieres?

 

―Cántame.

 

― ¿Qué? ¿Estás loca?

 

―Cántame, tae. Quiero escucharte antes de dormir.

 

―No, ya es muy tarde. Suéltame y ponte a dormir.

 

―Cántame o sino no me duermo.

 

Taeyeon  bufó, Tiffany  ebria era peor que un niño pequeño con berrinche.

 

Al final claudicó y se dispuso a cantarle con tal de que se durmiera pronto.

 

―Bueno, suéltame y te canto.

 

―No quiero soltarte, estoy tan bien así. No seas mala.

 

―Si no me sueltas no puedo cantar.

 

―Está bien, está bien―dijo soltándola y tirándose sobre la cama―Quiero que cantes Sweet child o ‘mine. Cada vez que la escucho me acuerdo de ti.

 

―Cómo quieres que cante a los Guns a estas horas…

 

―Shhhh, es esa o me levanto.

 

Al final taeyeon, para que tiffany  no se levantara, comenzó a cantar muy bajito:

 

Ella tiene una sonrisa que se parece a la mía,

me trae recuerdos de mi niñez.

Donde todo era tan limpio como el brillante cielo azul.

Ahora y entonces, cuando veo su cara,

me lleva lejos a ese lugar especial.

Y si mantengo la mirada mucho tiempo probablemente me

derrumbe y llore.

Dulce niña mía,

Dulce amor mío.

Tiene los ojos de los cielos más azules,

como si pensasen en lluvia.

Odio ver esos ojos y ver una onza de dolor.

Su pelo me recuerda a un lugar cálido y seguro,

donde como un niño me escondería,

Y rezaría para que el trueno y la lluvia,

pasaran de largo silenciosamente.

Dulce niña mía,

Dulce amor mío.

 

 

Tiffany  se quedó dormida escuchando la suave voz de taeyeon.

 

Ajeno a la realidad de lo que pasaba en su dormitorio, pensaba que todo eso era un sueño.

 

Un sueño del que no quería despertar nunca.

 

 

Taeyeon  tapó a Tiffany  con la colcha y la miró por un rato.

 

Se estremeció al recordar las palabras que le había dicho.

 

Sabía que todo era producto de lo bebida que se encontraba la americana, pero no podía negar que escucharle decir que la amaba, aunque fuera ebria, había sido lo más maravilloso que había oído en mucho tiempo.

 

Sacó una manta y una almohada desde el closet de Tiffany  y se fue a acostar en el sofá de la sala.

 

Era tarde y no sería prudente volver a su casa.

 

Quería estar ahí en la mañana y castigar a la abogada por la noche que la estaba haciendo pasar.

 

Ya estaba maquinando en su cabeza algún castigo para Tiffany.

 

Se acostó en el sofá y pensando en el "Te amo" dicho por Tiffany, taeyeon  se quedó dormida.