Taeyeon y Leonard volvían de la charla con Kyung, completamente en silencio, la charla no había sido buena y Taeyeon temía que si la cosa seguía así de tensa habrían más enfrentamientos y tiros que nunca. 

—Tendré que tomar otras medidas con respecto a Jung —habló Leonard al fin.

—Tranquilo, señor —lo calmó —Todo va a estar bien, solo tenemos que aprender a manejar un poco más la situación.

—No puedes prohibirle a Yuri ver a Jessica…

—No tenía pensado hacer eso ellas dos son libres de hacer lo que quieran y si necesitan apoyo… no estarán solas, pero me preocupa lo que Jung pueda llegar a hacer.

—Kyung lo va a entender tarde o temprano hija.

—Eso espero —susurró Taeyeon

Cabalgaron hasta detenerse frente a la casa grande, Leo se bajó con cuidado y se giró a verla 

—Quiero que hoy cenes con nosotros —le dijo y Taeyeon frunció el ceño seguro que se estaba refiriendo a él y a la pareja.

—¿Le parece, señor? —inquirió.

—Si… quizás te lleves una gran sorpresa. 

—Está bien —asintió.

Leo entró a la casa Kim soltó un lento suspiro y miró hacia el cielo la noche estaba completamente despejada aquel manto de estrellas era un espectáculo ¿Cuántas veces se había tirado a intentar contarlas? Miles… ¿Lo había conseguido? Nunca, Infinito el universo sobre su cabeza la llenaba de una cierta alegría a veces ella misma se sentía un infinito jamás llegaba a conocerse del todo, siempre le aparecía una faceta nueva un sentimiento nuevo, un miedo nuevo, una pasión, una necesidad. 

No puedo evitar pensar en la nota que había encontrado casualmente en el pequeño valle, sonrió levemente y cerró los ojos para recordarla jamás había conocido otra niña con una sonrisa tan bonita como la de ella, jamás le había gustado siendo una niña tomar de la mano a los chicos sin embargo con ella era todo lo contrario

Y de repente aquel día en el que ella se habia marchado entró a su cabeza, aquel sentimiento que la había invadido jamás volvió a sentirlo se había sentido totalmente desolada, angustiada, perdida era como si ese día le hubiesen arrancado un pedazo de corazón, así sin más y recordó sus lágrimas, recordó el dolor en su linda mirada… ella no quería irse, entonces ¿Por qué no volvió? Un año después de su partida ella la había estado esperando… pero jamás llegó, tampoco le escribió como lo había prometido, tampoco la llamó, quizás ella si la habia olvidado, sonrió con amargura era completamente ilógico que todavía pensara en ella, lo más ilógico era que todo el día había estado así jamás se le había ocurrido preguntarle a Leonard que había sido de la vida de Tiffany Hwang lo poco que sabía era gracias a su madre y tampoco era demasiado en los últimos años ella ni se le había asomado por la cabeza, pero al parecer hoy estaba completamente incrustada en su mente.

Se bajó del caballo y se acomodó el cabello se secó el sudor de la frente y se observó a si misma, estaba hecha un desastre, tendría que ir a arreglarse si su jefe quería que cenara con el esta noche y tendría que fijarse que ropa adecuada para una cena iba a ponerse, lo único que ella solía utilizar eran camisas y blusas que terminaban sucias, pantalones desgastados buenos para cabalgar y sus siempre cómodas botas, tal vez iba ir así vestida a cenar… no iba a hacerse mucho problema.

Entró a la cocina sobresaltando un poco a su madre, está se giró a verla rápidamente con la mano sobre el pecho.

—Me asustaste —le dijo exaltada.

—Lo siento —Le sonrió —No fue mi intención, ella respiró con más tranquilidad y se le acerco

—¿Cómo les fue con Los Jung? —quiso saber,Taeyeon dejó el sombrero sobre la mesa y se sentó en una de las sillas.

—No muy bien —se lamentó —Está demasiado furioso con Yul y Jessica no ayuda mucho escapándose a cada rato.

—Pobre niña, Taeyeon—dijo ella —Hay que entenderla a nadie le gustaría estar presa en su propia casa creo que Jung necesita unas buenas clases de actualidad

—Yo también lo creo, Omma —dijo divertida —¿Cómo está Yul?

—Bien —sonrió ella —Gracias a dios solo fue un simple raspón… ahora está durmiendo. 

—Esa chiquilla un día va a darnos un gran susto —aseguró y se rascó la nuca.

—Chiquilla, Tae vamos tu eres mas baja que ella.. —Dijo con gracia su madre

—Ja ja ja, no me causó ni un poco de gracia tu comentario.. —Volvió a frotarse la nuca aparentemente molesta pero entonces percibió algo… la cadenita no estaba allí apresurada se puso de pie y se alejó la camisa de botones del pecho para cerciorarse y si, no estaba. Maldijo por lo bajo.

—¿Qué pasó? —preguntó Eunha. 

—Tengo… tengo que ir a guardar a los caballos —dijo lo primero que se le vino a la mente, no podía decirle a su madre que había perdido de nuevo la cadenita.

—¿No vas a cenar? —inquirió, ella caminó hacia la puerta y la miró.

—El señor Leonard me invitó a cenar con él… así que voy a guardar los caballos, vengo a ducharme y ceno con él —le dijo Taeyeon abrió la puerta.

—Hija, espera… —ella de nuevo pareció no escucharla —¡La hija del señor Hwang está aquí, en el campo! —gritó para ver si regresaba pero no, no volvió. 

Había algo que no quería que Taeyeon se enterara de que ella estaba de nuevo allí. 

Era la segunda vez que quiso decírselo, pero siempre pasaba algo… se encogió de hombros y volvió a prestarle atención a la cena, tal vez era mejor que se encontraran ellas mismas.

Taeyeon caminaba a paso rápido sin saber bien a donde no sabía bien en dónde comenzar a buscar su cadenita hoy había estado en todos lados ¿Y si se le había caído en el pequeño valle? ¿Y si se le había caído en la casa de los Jung? Mierda, si la encontraba iba a pegársela al cuello para que no se le cayera nunca más, entonces se dirigió hacia las caballerizas… tal vez tenía suerte y la encontraba allí Dios quiera que si.

*****

Tiffany entró con cuidado, aquel suave olor a alfalfa y animal le entró rápidamente por la nariz escuchó los sonidos de los caballos y miró a los que estaban allí guardados sonrió abiertamente hacía tanto que no se subía a uno comenzó a caminar, se maldijo a si misma por haber salido con zapatos de tacón y maldijo a Heechul por casi obligarla a hacerlo según él una mujer tenía que estar hermosa y con zapatos hasta para ir al baño suspiró y siguió caminando bajo sus pies la textura del suelo cambió y observó por qué comenzaba a caminar sobre paja sonrió y volvió a mirar a su alrededor. ¿Cuántas cosas había vivido ella en ese lugar? Miles.

Pero principalmente… su primer beso se mordió el labio inferior y siguió mirando ¿Dónde estaría ella? ¿Seguiría por aquellos campos? Se había olvidado completamente de preguntarle a Eunha sobre su hija, ella había sido muy importante cuando era una niña, su primer amor, su primer dolor… 

Tropezó con algo y cayó al suelo gracias a dios su caída no fue brusca, ya que la paja la amortiguó se sentó y se quitó los molestos zapatos y entonces escuchó que alguien entraba se quedó quieta y con sumo cuidado comenzó a arrastrarse hacia un rincón, no quería encontrarse con alguien desconocido estando sola, quizás podrían pensar que ella era un ladrón o algo por el estilo, llegó a un buen escondite y se quedó allí.

—¿Y ahora por donde rayos voy a empezar a buscar? —escuchó que una voz femenina decía.

Apretó los labios y se propuso salir de allí antes de que la viera. 

Se inclinó y comenzó a moverse como si de un perro se tratara, mirando bien a su alrededor fijándose si alguien la descubría. 

Sintió una rara emoción, adrenalina, ella no podía estar ocultándose como si fuera una extraña en sus propias tierras. 

Pero a decir verdad si lo era, después de 10 años era una completa extraña para aquel lugar. 

Fijó la mirada al frente y divisó algo que brillaba en medio de la paja, puso la cabeza de costado y frunció el ceño sin poder evitarlo comenzó a acercarse hacia aquella cosa, su mirada estaba fija en ello sin prestar ni la más mínima atención a nada de lo que estaba a su alrededor.

Entonces llegó al fin y lo observó bien, era una pequeña cadenita que llevaba de colgante un caballo en su estado salvaje, frunció más el ceño ella conocía esa cadenita, ella… ella la había comprado y se la había regalado a la pequeña Taeyeon. 

Comenzó a estirar la mano para levantarla, pero entonces una pequeña y delicada mano apareció frente a sus ojos y la tomó. 

Al instante levantó la mirada y el aire se le quedó atrapado en los pulmones, aquella mirada ónice también enfrentó la suya ella estaba agachada en la misma posición el corazón de Tiffany comenzó a latir con fuerza no estaba muy segura pero la reconocía, si… era ella su amor de pequeña Kim Taeyeon, allí estaba mirándola como si ella fuera una especie de fantasma, se había puesto algo pálida bueno de por si ya ella era muy blanca y al parecer ni respiraba.

Ella comenzó a incorporarse Taeyeon también lo hizo, ambas se quedaron paradas como estatuas mirándose fijamente a los ojos. 

—¿Tae? —inquirió al fin la bella chica la castaña parpadeó atónita

 
—Tiffany.. —murmuró sin poder creerlo.