Llegaron al establo y se bajaron de los caballos, Tiffany se miró a si misma y se aguantó la risa. Estaba tan embarrada que si Heechul la veía iba a darle un infarto. 

—Tae… —la llamó, la castaña la miró y a ella le temblaron las piernas.

—¿Qué sucede? —quiso saber.

—¿Qué te parece si bañamos a los caballos? Los pobres quedaron tan sucios y todo por nuestra culpa.

—¿Tú bañar a los caballos? —dijo y comenzó a reír.

Tiffany abrió los ojos y la boca de la sorpresa a causa de su risa. Aquella risa viajó a través de ella en forma de escalofrío. Era totalmente injusto que esa mujer le provocara tantas cosas. ¿Cómo era posible?

—¿Qué? ¿Acaso no puedo? —le preguntó recuperando sus pensamientos. 

—Se te estropearían las uñas.. —le dijo divertida 

—No me subestimes, Taeyeon. No he perdido la maña de hacer las cosas —le dijo amenazante. 

Ella sonrió levemente ante su tono de amenaza. No, ella no debía subestimarla, Tiffany no era una mujer a la que podía subestimar. Debía admitir que no era como todas las mujeres refinadas y estiradas de la cuidad

—Tienes razón, lo siento —se disculpó. Ella se aguantó una sonrisa.

—No sé si voy a perdonarte, Tae.. te tragaras tus palabras, sabes que? pensandolo mejor no voy a perdonarte..

—Tú sabes que si lo harás, Fany.. —sonrió Taeyeon —Jamás fuiste muy buena enojándote conmigo te durará apenas unos segundos.

—Ya te demostraré Kim..

—Ya lo veremos. 

Taeyeon se alejó un poco de ella para buscar las dos mangueras y bañar a los caballos, se sentia extrañamente feliz, estaba emocionada de estar con Tiffany ella la hacía olvidarse de todo y de todos. Encontró las cosas y luego le tendió una manguera a la otra chica

—¿Sabes? —comenzó a hablar ella —Vivir en Londres jamás fue tan lindo como vivir aquí.

—Yo jamás me iría de Corea, ni mucho menos de este campo, así que te creo cuando dices que jamás fue tan lindo.

Ella rió por lo bajo. Sabía que ella le diría algo así. Taeyeon amaba aquel lugar. 

Tiffany desenroscó la manguera y se acercó a White.

—¿Listo para asearte, bonito? —le preguntó al caballo. White le contestó. 

—El que limpia primero al caballo, ¿gana? —preguntó Taeyeon

Ella sonrió y asintió levemente, el juego comenzó. Aquel instinto de competencia estaba dentro de ella de una

manera asombrosa. Le gustaba competir con Taeyeon. Era algo total y completamente sano. 

Tiffany rió divertida cuando White sacudió su cuerpo, provocando que ella se mojara. ¡Hacía cuanto que no hacía nada de esto! 

Taeyeon vio como ella iba tomando ventaja en eso. No pensó que sería tan rápida, y de alguna manera quería ganarle. No sabía o entendía bien por qué. Pero tenía que hacerlo.

Así que decidió tomar ventaja. Sin que Tiffany se diera cuenta, ella dejo de apuntar con la manguera al caballo y la llevo hasta ella

Tiffany pegó un pequeño grito al sentir la fría agua sobre ella. 

Taeyeon comenzó a reír con fuerza..

—¡Eres una maldita tramposa! —le reprochó ella. 

—No lo creo, Mushroom —le dijo ella sin dejar de reír. 

Tiffany tomó su manguera y la mojó, Taeyeon la miró sin poder creerlo y la volvió a mojar. Ambas reían. Parecían dos niñas pequeñas jugando con el agua, saltando y corriendo.

—Ya, ya me rindo —dijo ella agitada de tanto correr y saltar.

—Si, yo también —le dijo Taeyeon mientras se sentaba en un banco. Tiffany la miró divertida y negó con la cabeza —¿Qué sucede?

—Nada, solo recuerdo cosas.

—¿Qué cosas? —le preguntó mientras veía como ella se sentaba a su lado. Su piel se erizó y no fue a causa de que estaba mojada Su corazón bombeó más sangre de la normal al sentirla tan cerca. Ella la miró fijo a los ojos. 

—Recuerdos que tengo de todo esto… recuerdos de ti, recuerdos de nosotras.

Taeyeon no pudo evitarlo y levantó una de sus manos para secar una pequeña gota de agua que pendía de la comisura del labio de la morena. 

Tiffany se congeló. Cada célula de su cuerpo fue conciente de aquel gesto tan… simple. La respiración se le atoró en la garganta. Quiso levantarse y salir corriendo de aquella extraña sensación. Pero no consiguió moverse. 

Taeyeon quitó al fin la pequeña y molesta gota, pero no fue capaz de dejar de acariciarla. Llevó su mano hasta su mejilla, y como lo había hecho la primera vez que la volvió a ver, la acarició. 

Ella suspiró. Debería sentirse completamente alarmada por aquello, pero no lo hacía. Es más, ella quería quedarse así.

Ambas se sobresaltaron ante el repentino sonido de algo rompiéndose. Giraron la cabeza para ver como White se paraba entre sus patas traseras y luego salía hecho una fiera de la caballeriza. Taeyeon se puso rápidamente de pie.

—¡White! —lo llamó en un grito y salió rápidamente para ver hacia donde se dirigía.

Tiffany la siguió. Aun estaba algo tonta por lo que había pasado.

—¿Qué sucede? —le preguntó confundida. 

Taeyeon seguía mirando el camino del caballo. No podía dejarlo, tenía que ir tras él.

—Algo no… —la miró y no pudo decirle nada. Ella estaba tan cerca. Tiffany fue conciente y se alejó rápidamente.

—Lo siento —dijo apresurada. Taeyeon sacudió la cabeza.

—Va a ser mejor que vuelvas a la casa. voy a ir a buscar a White…

Entró de nuevo al establo, ella detrás de Taeyeon, la castaña se acercó a un nuevo caballo y lo montó sin ningún problema.

—Pero, Taeyeon estás toda mojada —dijo preocupada, ella le dedicó una pequeña sonrisa.

—No te preocupes, fany —la calmó —Casi siempre vivo así.

Sin decir más nada salió galopando en el caballo. Tiffany se quedó parada observando el lugar por el que ella había salido. No era posible que esa mujer se viera tan bien mojada, sudada, llena de barro y olor a caballo. Pero lo hacía. 

Una suave brisa sopló dentro del establo haciéndola temblar. Decidió hacerle caso a Taeyeon y volvió a la casa.

Cuando ingresó el reconfortante calor hogareño la hizo cerrar los ojos. Lo que ella necesitaba ahora era un buen baño de espuma y dormir un poco. 

Pero a decir verdad no iba a poder hacerlo. No hasta que Taeyeon volviera y ella la viera sana y salva, Subió hasta su habitación, entró al baño y abrió la puertita en donde estaba el espejo para sacar las sales de baño. Cuando la cerró dio un respingo ante el repentino reflejo de Heechul detrás de ella.

—¡Chul, me asustaste! —exclamó

El pelinegro sonrió pícaramente. Ella ya conocía esa sonrisa.

—¿Dónde estabas? —preguntó.

—Mmm… yo estaba…

—¿Por qué estás toda mojada?

—Bañé a los caballos y tan torpe como soy, ya sabes, me terminé bañando yo.

—¿Se puede saber que estabas haciendo con la hermosa mujer de ojos onices? 

—Nada, yo no estaba haciendo nada —dijo nerviosa.

De repente recordó la manera en la que Taeyeon la había acariciado en el establo. Había sido tan tierna, tan delicada

—Pero por favor, querida —dijo como si estuviera ofendido. Se acercó a la bañera y prendió el agua mientras le quitaba a Tiffany las sales de las manos

—¿Cuándo vas a entender que no puedes ocultarme nada? Soy como tu gemelo, sé todo lo que te sucede, siento tus emociones.

—Okeeeeey, eso me asusta —dijo ella.

—Lo que pasa es que tú te estabas haciendo la Heidy en versión moderna y en morocha. Te vi, Sweetness. Te vi yéndote con el bombón campestre hacia el bosque ¿Qué hicieron?

—No hicimos nada de lo que estás pensando —aseguró ella.

Heechul soltó una divertida carcajada

—Yo no pensé nada, la que esta pensado eso eres tú. 

Tiffany lo miró con los ojos entrecerrados. 

—Solo me acompañó a montar, ¿contento?

—Mucho —sonrió.

—Chul..

—¿Qué? —inquirió. 

—A ti… ¿te gusta Tae?

—¿Si me gusta Taeyeon? —dijo confundido —Claro que si, por ella podria reconsiderar mi homoualidad y quien no con semejante mujer..