Capitulo 17

Wild Love

Tres días pasaron como si nada y para Tiffany, Taeyeon estaba cada vez más alejada ahora apenas compartían un: Buen día. 

 

La castaña la evitaba a toda costa y ella se sentía cada vez peor no solo por eso sino que la culpa la carcomía, su voz había mejorado gracias a Eunha volvió a darle un sorbo a la asquerosa infusión que la madre de Taeyeon le había estado dando en los últimos dos días ya se había acostumbrado al mal sabor, Heechul entró a la cocina y se sentó junto a ella ya no peleaban y su mejor amigo le había pedido perdón por haberse comportado como un niño.

 

—¿Quieres ir a pasear por ahí, Tiff? —le preguntó él.

 

—No lo sé, Chul —suspiró ella —No estoy de ánimos. 

 

La puerta se abrió y Taeyeon entró los saludó por lo bajo y se acercó al fregadero para buscar un poco de agua, tan pronto como entró, se fue y a Tiffany el corazón se le encogió odiaba estar así con ella, simplemente lo odiaba.

 

—¿Sigue enojada? —inquirió Heechul

 

—Si —suspiró ella y apoyó su taza sobre la mesa —Odio que esté así…

 

—Entiéndela, Tiffany heriste su orgullo…

 

—Yo no herí su orgullo —dijo frunciendo el ceño —Solo estaba enojada…

 

—Celosa —la corrigió él, ella lo miró entrecerrando los ojos.

 

—Lo que sea —volvió a hablar —No quiero que esté así conmigo.

 

—¿Qué te parece si haces algo? No sé… una carta, una fiesta, lo que sea.

 

—No, esas cosas no sirven con ella es terca como una mula.

 

—Entonces quédate sentada y espera a que se le pase el enojo, no creo que esté así por el resto de su vida.

 

Alguien volvió a entrar a la cocina, ambos se giraron a verlo.

 

—Buenos días, Yul —le sonrió la pelirroja

 

—Buenos días a ambos —dijo la pelinegra y se acercó al refrigerador para sacar un poco de leche.

 

—¿Cómo te sientes? —le preguntó Heechul

 

—Mucho mejor, por suerte —contestó mientras se servía un poco en un vaso

 

 —Ya no siento tanto dolor y el médico dijo que dentro de poco podré volver a mis actividades normales. 

 

—Tengo algo para ti —dijo Tiffany, la morena frunció el ceño y la miró extrañada.

 

—Es una carta de Jessica —murmuró Heechul

 

Al instante Yuri se acercó a Tiffany y por poco y le arrebató de las manos el sobre blanco, comenzó a abrirla casi desesperada pero se detuvo al ver que aun estaba en presencia de Tiffany y Heechul, Carraspeó un poco.

 

—Voy… voy a ir a leerla a otro lado.

 

—¿Por qué? —preguntó Heechul decepcionado —Queremos saber que te dice.

 

—¡Heechul! —lo retó ella y golpeó levemente su hombro —No es de nuestra incumbencia lo que diga esa carta —miró a Yuri —Ve tranquila, Yul… pero recuerda que todavía no puedes verla, no después de que su padre vino a buscarla hasta aquí.

 

—Lo entiendo —murmuró esta sin dejar de mirar la carta.

 

—Si le quieres responder nos dices y nosotros le alcanzaremos la carta a la pequeña…

 

—¿De verdad? —inquirió sorprendida

 

—Si —sonrió Tiffany —No te lo había dicho pero ahora voy seguido a la casa de Jessica a darle clases de piano —le guiñó un ojo —Empezamos justo ayer… hoy tengo que ir de nuevo, así que si quieres que le lleve algo, apúrate.

 

Salió de la cocina hecha una flecha, ambos amigos rieron y soltaron un suspiro, les encantaba hacer de cupidos siendo más jóvenes se encargaban de juntar parejas en la preparatoria y siempre todo salía bien. 

 

Tiffany volvió a tomar un poco de su té y miró la hora en el reloj, casi se ahoga al ver que se le había hecho hiper tarde. 

 

—¿Qué pasó? —preguntó Heechul

 

—Se me hizo tarde… tengo que irme ya hacia lo de los Jung —se puso de pie y acomodó un poco el lío que había quedado —Dile a Yul que mañana le llevaré la carta a Jessica, ahora no tengo nada de tiempo. 

 

—¿No quieres que te acompañe? —le preguntó él.

 

Tiffany le dedicó una tierna sonrisa.

 

—No, cariño puedes ir a darte ese baño de sales que tanto quieres…

 

—Odio que me conozcas tanto —aseguró él.

 

Ella tomó sus cosas y salió por la puerta de la cocina tarareando una vieja canción de cuna llegó hasta las caballerizas e ingresó divisando a su caballo blanco dentro

 

—White —lo llamó, al instante el animal se giró a verla y se acercó a ella con una gran sonrisa, la pelirroja lo acarició y besó su hocico —¿Vamos a casa de Estrella? —él relinchó contento y ella rió —a ver al bonito de Apolo, cada día se parece más a ti. 

 

Se subió a él y le dio la indicación para empezar a galopar, la tarde estaba perfecta para salir a montar no hacía ni frío, ni calor pero un par de nubes se asomaban por el oeste. 

‘Tormenta’ —pensó Tiffany

 

Si había algo que ella siempre había odiado eran las tormentas le daban miedo era raro de explicar, pero un miedo que le nacía en lo más profundo de su alma y cuando era niña las sufría constantemente ya que en el campo eran bastante comunes. 

 

Pero siempre había estado ella para cuidarla, Taeyeon había sido su súper heroína siempre le hacía ver todo del lado bueno y se quedaba a su lado hasta que los infernales truenos y relámpagos terminaran.

 

Sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas si tan solo ella le escuchara, podrían volver a esa infancia feliz sin ningún problema, pero Kim Taeyeon estaba empecinada en no hablarle. ¡Maldita testaruda! Había algo en Taeyeon que ella quería alcanzar, no sabía qué, miró su mano y vio el pequeño anillo que le había regalado el día de su cumpleaños número 12 antes de que se marchara si, aun lo tenía. Guardado claro, pero lo tenía esa misma mañana lo había buscado en su joyero y allí estaba ya no le entraba en su dedo medio, pero si en el índice tal vez si ella le mostraba que también tenía guardado el regalo de le habia dado, la perdonaría de una vez por todas.

 

Se detuvo justo frente al establo de los Jung, allí estaban Estrella y el pequeño Apolo, al instante White se acercó a ellos. 

 

—Te dejo con tu familia, White vendré por ti en dos horas —le dijo. 

 

Giró con intención de dirigirse a la casa, pero se sobresaltó ante la repentina aparición de un hombre allí, lo miró bien hasta reconocerlo.

 

—Hola, Tiffany —sonrió soberbiamente.

 

Ella se tensó, jamás le había gustado tratar con él o con su hermano y al parecer las cosas no habían cambiado porque ahora tampoco le gustaba.

 

—¿Qué tal, Frederick? —le preguntó solo por amabilidad. 

 

Comenzó a caminar hacia la casa y justo cuando estaba por pasar a su lado, él se puso en su camino impidiéndole el paso, ella se tensó aun más.

 

—Así que… ahora eres profesora de piano de mi hermana.

 

—Si, así es —asintió fríamente —Ahora, si eres tan amable de dejarme pasar se me hace tarde y ella me está esperando. 

 

Volvió a intentar pasar, pero Frederick no se movió, ella lo enfrentó con la mirada no dejándose intimidar, Frederick era un hombre atlético hasta podría decirse que era algo atractivo tenía rasgos endurecidos y su mirada era de un raro color azul, pero Tiffany no lo encontraba lindo de ninguna forma en la que lo viera. 

 

—Tengo una gran duda, Miyoung…

 

—Soy Stephanie.. —lo miró mal —Para ti soy Stephanie.

 

—Lo siento —sonrió divertido —Mi duda es ¿Por qué volviste?

 

—Ese no es asunto tuyo —intentó pasar, pero chocó de nuevo con él y si, ya se estaba cansando

 

—Estás muy linda, Miyoung..

 

Ella respiró profundamente tratando de estar calmada, pero su paciencia iba a llegar al límite y eso no iba a ser nada bueno. 

 

—Frederick, me estás cansando…

 

Él estiró su mano y le acarició un brazo, ella retrocedió al instante mirándolo ya algo perturbada. 

 

—Vuelvo a repetírtelo, Miyoung estás muy linda —se acercó un paso a ella,

por instinto Tiffany comenzó a retroceder. 

 

—Si… si te sigues acercando voy a gritar, Frederick—le advirtió.

 

Una macabra sonrisa se curvó en su rostro y de repente el miedo le invadió, le dio la orden a sus pies de que corrieran, pero estos no obedecieron.

 

—Un beso no le hace mal a nadie —dijo él.

 

Ella abrió bien los ojos.

 

—¡No te me acerques! 

 

Entonces sus piernas reaccionaron, pero cuando intentó correr él la tomó de un brazo y la pegó a su cuerpo Tiffany comenzó a forcejear con él, el muy maldito era el doble de ella pero aun así ella presentaba batalla ningún mal nacido iba a propasarse con ella, ninguno. 

 

—Tranquila —murmuró él.

 

—¡Suéltame! —gritó ella —¡Ayuda! 

 

—Nadie va a escucharte, Miyoung Todos están muy ocupados hoy —se acercó más a ella.

 

Tiffany echó la cabeza hacia atrás, para impedir que él la besara, tenía asco, demasiado asco de ese hombre, olía a alcohol, lo más seguro era que estuviera borracho volvió a forcejear y comenzó a golpearlo en el pecho.

 

—Por favor, Frederick me estás lastimando —le rogó ella.

 

La fuerza que estaba ejerciendo su mano sobre su brazo era demasiada y Tiffany comenzó a creer que si él seguía en cualquier momento iba a quebrarse.

 

—¿Qué crees que va a pasar, eh? —preguntó él y su boca tocó su mejilla, Tiffany cerró los ojos aguantando el miedo quiso largarse a llorar allí mismo —¿Crees que va a venir la inútil de Taeyeon en tu ayuda? Cuando éramos niños ella siempre estaba a tu alrededor pero ahora ya no, Miyoung, ya no.

 

Y de repente se alejó de ella en un respiro, Tiffany abrió los ojos para ver lo que pasaba y allí estaba Taeyeon en ese mismo momento le dio un puñetazo a Frederick en el rostro haciéndolo caer al suelo, Tiffany se llevó una mano a la boca y solo pudo quedarse allí parada,

Taeyeon estaba sumamente molesta había estado observando todo, desde que le habian informado que Tiffany iría todos los días a la casa de los Jung ella se había comprometido con si misma a seguirla para asegurarse de que llegaría bien y lo mismo haría con la vuelta, sabía ella presentía que aquel maldito infeliz sería capaz de una cosa así. 

 

Se acercó a el y le proporcionó una patada en una de sus costillas, Taeyeon podia ser mujer y pequeña pero sabia defender lo que es suyo ningún hombre le amedrentaba..

 

—¡Tolero que robes nuestro ganado! —le gritó y volvió a golpearlo, esta vez en el abdomen —¡Tolero que intentes quemar nuestras cosechas y brotes de té! —otro golpe más, la furia corría por sus venas —¡Tolero que intentes matar a mi prima, que no respetes a mi gente! —se acercó a él y lo tomó de la ropa acercándolo, los nudillos de Taeyeon estaban rojos y destilaban sangre —Pero no voy a soportar que le toques un pelo a ella ¿entiendes eso, imbécil? —lo soltó y volvió a golpearlo.

 

—¡Ya Taeyeon ya basta! —escuchó que ella decía y pronto unos delgados brazos la rodearon por detrás, la respiración de Taeyeon salía agitada de su cuerpo, mientras observaba a Frederick tirado en el suelo, agarrándose el rostro

 

 —Vamos, Tae por favor llévame a casa…

 

Ella giró y su corazón se encogió al ver el miedo en sus achocolatados ojos, ese infeliz debería morir por haberle causado aquello, claro que si Taeyeon se acerco a ella y le besó la frente.

 

—Tranquila, ya pasó.. —musitó, Tiffany escondió el rostro cerca de su pecho y se quedó allí estaba segura de que no había lugar más seguro que ese. 

 

—Por favor, vayámonos de aquí —le pidió.

 

Ella asintió y comenzó a caminar sin dejar de abrazarla.

 

—¡Eres una maldita infeliz, Kim! —le gritó Frederick

 

Taeyeon lo miró sobre su hombro, el bastardo se estaba poniendo de pie su nariz sangraba y pronto tendría un ojo morado. 

 

—¡Vuelve a intentarlo Jung, no saldrás vivo la próxima vez! —le advirtió, sintió que Tiffany se tensaba contra ella la abrazó un poco más y volvió la vista al frente mientras se dirigían a su caballo,

caminaron en silencio abrazadas , ella aun estaba alterada, se notaba por los leves temblores que daba su cuerpo, jamás había pasado por algo como aquello y definitivamente no quería volver a pasarlo.

 

Entonces comenzó a pensar ¿En qué momento llegó Taeyeon para socorrerla? Se alejó un poco de ella y levantó la mirada, Taeyeon miraba fijamente al frente.

 

—Tae Tae.. —la llamó, ella alzó ambas cejas en forma de pregunta —¿Cómo sabías que yo estaba…?

 

—Te seguí —contestó simplemente, los ojos de Tiffany se abrieron a causa de la sorpresa ¿Ella le había estado siguiendo?

 

—Pero, ¿Por qué?

 

—Desde ayer decidí seguirte, no me parecía seguro que vinieras sola para estas tierras ya vez que es bastante peligroso —la soltó y se subió al caballo le tendió la mano para ayudarla a montar también, pero Tiffany no se la dio enseguida.

 

—¿Me perdonas, Tae? —le preguntó, ella la miró fijo, en realidad no estaba enojada, solo confundida había decidido alejarse de ella para aclarar un poco sus pensamientos, soltó un suspiro.

 

—Vamos a la casa y hablaremos más tranquilas

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Comments

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LlamaAmerica #1
Chapter 30: Hay yo quería más de esta historia!!! Pero quedaron juntas *-*
key-k09
#2
Chapter 30: Tendré que aceptar que termino de esa manera ;;
Taeny_180803 #3
Chapter 29: Aaa y el epilogoblo necesito porfa esto no puede terminar así
Dwarf0807 #4
Chapter 29: Maldita, danos el epilogo. xD
key-k09
#5
Chapter 29: ¡Ja! No puede ser el final. <|3
makitachiguay #6
Chapter 29: no!!!!!
no puede terminar aqui!!!
ellas tienen que estar juntas!!
taeny839 #7
Chapter 29: No~~ ese no es el final seria muy cruel si fuera el final ellas se aman como para q termime asi. No lo acepto.
mv007842 #8
Chapter 29: Nooooo se que no puede terminar hasi ellas tienen que segir guntas me va adar un colapso vascular mi corazon esta llorando
shizuma123 #9
Chapter 29: Wtf ese es el final ....... Que carajos me lei la historia estaba encantada por qie se volvieron a reunir y asi termina ojala aya otro capitulo donde se reunan o tae recapacite pero que final macabro
My_carttoon
#10
Chapter 29: Que? Este no puede ser el final!