Se asomó con cuidado detrás de aquella ventana. la rubia tenía que lograr acercarse a la morena y saber como estaba, desde que había sabido que sus hermanos la habían herido, no había podido dormir, ni dejar de pensar en ella. Cruel destino que no las dejaba en paz, sus idiotas hermanos le habían tocado. A veces lograba odiarlos. 

Se acercó más al vidrio, logrando ver en el interior de la habitación. Y allí estaba ella acostada en la cama, con los ojos cerrados tranquila el corazón se le estrujó, levantó una mano y la apoyó contra el cristal, deseando que ella la viera. 

Entonces Yuri giró la cabeza mientras abría los ojos, sus miradas se encontraron. Ella sonrió con emoción mientras retenía un par de lágrimas, la pelinegra se sentó rápidamente en la cama, siseó ante el repentino dolor que le invadió el brazo. 

—No, Yul—musitó ella, Yuri ignoró el dolor y se puso de pie, caminó lentamente hasta la ventana, se arrodilló ante ella y con la poca fuerza de su otro brazo logró abrirla. 

—¿Qué haces aquí princesa? —le preguntó de manera tierna.

Eran increíbles las cosas que ella le hacía sentir. Simplemente verla allí parada la había hecho olvidarse de todo, hasta del dolor. 

—Tenía que saber como estabas —dijo Jessica y de repente sus labios temblaron mientras trataba de no llorar —Lo siento tanto, Yuri— no pudo evitarlo, la primera lágrimas resbaló por su mejilla —Te juro que no quería que eso pasara… casi muero cuando lo supe. Insulté a mi padre, a mis hermanos, a mi madre… me encerraron. Pero logré escapar. 

—Nonono, princesa, no llores —murmuró la morena y estiró su mano para tocar su mejilla. Secó las lágrimas con su pulgar —Como ya ves estoy vivita y coleando —Jessica esbozó una pequeña sonrisa —Y no me tienes que pedir perdón… no fue tu culpa.

Se quedaron en silencio, mirándose detenidamente a los ojos. Yuri seguía acariciando su rostro. Se sentía dichosa, su corazón latía fuerte. Se agachó un poco más. Podía besarla. Jamás lo había hecho antes, tenía miedo de no… agradarle. Pero ahora que la tenía allí, con los ojos llenos de lágrimas, mirándola de aquella manera tan linda, no podía evitarlo. 

Jessica pestañeó. ¡Yuri iba a besarla! La respiración la abandonó por completo, siempre había querido que la chica de sus sueños fuera la primera en besarla. Cerró los ojos lentamente, esperando sentir sus labios.Yuri sonrió, se veía adorable así. Se acercó un poco más. Su brazo protestó, pero no le prestó atención. Tenía algo  

mucho mejor al frente. Sus labios rozaron su nariz, depositó un casto beso allí. Bajó un poco más, y un suspiro chocó contra su mentón.

—Yuri… ¿estás despierta? 

Ella se incorporó rápidamente al escuchar la voz de Taeyeon a punto de entrar a la habitación. Miró hacia la puerta y luego miró a Jessica. Ella tenía el ceño levemente fruncido. 

—Viene alguien —le contó. La rubia alzó ambas cejas en un gesto de asombro. Sacudió la cabeza, tenía que irse de allí —En una hora te veo detrás del gallinero. 

—Pero, Yul tu brazo…

—Shhh —la calló —Te esperó allí princesa —le sonrió con cariño, ella copió su acción sintiéndose demasiado tonta —No me falles. 

Cerró la ventana y casi voló hasta su cama. Maldijo por lo bajo ante el asfixiante dolor que la invadió 'ella lo vale, ella lo vale’ —pensó.

La puerta se abrió y Taeyeon entró, Yuri la miró extrañada ¿Desde cuando su prima sonreía de aquella manera tan rara? La chica de ojos onice caminó hasta la cama que estaba a su lado y se dejó caer pesadamente con los brazos detrás de la cabeza.

—¿Cómo está tu brazo? —le preguntó luego de unos segundos. Yuri frunció el ceño. Taeyeon estaba rara… muy rara

 
—Mejor —se limitó a contestar —Oye… no es que sea extraño en ti, ni nada por el estilo. Pero ¿Por qué estás sonriendo como imbécil? 

Taeyeon giró la cabeza para observarla, y entonces comenzó a reír esa tipica risa de ahjumma. Yuri arqueó una ceja. 

—No lo sé —siguió riendo —Dime, tú ¿Por qué tienes esa cara de estúpida?

La pelinegra se tensó. ¿Tanto se le notaba? Pero no podía agarrar y decirle a Taeyeon que Jessica había ido a

verla y que casi la besa. Sería como estar a punto de cavar su propia tumba. Ya que Taeyeon le había dejado claro que no quería que ellas se vieran hasta que las cosas estuvieran arregladas con los Jung. 

—No… nada, nada —miró al techo tratando de pensar en otra cosa para cambiar de tema y que Taeyeon no la descubriera. Y de repente sonrió —Ya sé por qué estas así. 

—Ah, ¿si? ¿Por qué? —inquirió la castaña

—Porque vino la hija del jefe —sonrió con picardía. Taeyeon la miró algo sorprendida. No esperaba que Yuri dijera eso —La chica de la foto que tenías escondida…

—Claro que no —aseguró.

—Oh, vamos, prima, ambas sabemos que si

—Que no, mierda.

—Taeyeon está enamorada, Taeyeon está enamorada —comenzó a cantar.

Tae tomó una almohada y se la arrojó, golpeándola en la cabeza. Yuri carcajeó y se apretó el brazo fingiendo que le había pegado allí. 

—Pareces una niña, Yul—la retó —¿Qué va a pensar la princesita de hielo?

Yuri sonrió con soberbia.

—Ella me ama de cualquier forma.

—Si, si, seguro —ironizó Taeyeon

Se quedaron en silencio. Taeyeon miró fijo al techo y una tonta sonrisa se curvó en su rostro. ¿Por qué se sentía tan estupida? Todavía tenía en sus oídos el retumbe de su risa. No había cambiado nada… era igual de contagiosa que siempre. Y se sentía extraña por lo que había pasado en la caballeriza. Si el amigo de ella no hubiese entrado, quizás ella hubiese cometido una estupidez. ¿Sería solo un amigo? Había algo muy raro en ese "amigo" de ella. Más bien daba la vista de ser una amiga. Sacudió la cabeza y se levantó.

—¿Quieres que le diga a mamá que te traiga algo para desayunar? —le preguntó.

—Mmm —pensó ella mientras se tapaba hasta el cuello —Puede que quiera unos waffles con mucha miel, un tazón de cereales, un poco de jugo de naranja y… ¡Tocino! Si que quiero eso. También sería muy agradable un par de tostadas con mantequilla, un café con leche con mucha canela y una taza de té de estas estancias. .

—¿Y si mejor te traigo el refrigerador completo? —le preguntó Taeyeon con sarcasmo.

—Disculpe usted Sra. comedora de carne compulsiva, pero necesito reponer fuerzas comiendo cosas saludables.

—El tocino no es saludable —dijo Taeyeon

—Claro que lo es. Sino mírate… te la pasas comiendo porquerías y eres la mujer por las que todas las muchachas y muchachos del pueblo suspiran —hizo ojitos. 

Taeyeon no pudo evitar reír.

—Eres una idiota Kwon Yuri..

—Ya, vete… tráeme el desayuno.

Taeyeon salió de allí y se dirigió a la cocina, se detuvo al escuchar una voz allí. 

—¿Por qué me hablas así? —preguntó ella. Taeyeon se asomó un poco y la divisó hablando desde un celular. Frunció el ceño —Ya te dije por qué acepté acompañar a papá… era importante para él que yo viniera

Taeyeon se acercó un poco más para escuchar mejor —No me interesa nada de lo que hay en este campo, maldita sea —y sintió una presión en medio del pecho al escuchar aquellas palabras

—¡Tú no quisiste acompañarme! —ella comenzó a llorar —¡Tuve que pedirle a Heechul que lo hiciera! ¡Tú nunca estás disponible! —no le gustaba verla llorar, jamás le había gustado —¿Por qué me haces estás cosas, Nichkhun? —se tomó la frente con una mano mientras apretaba los labios —¿Sabes qué? Haz lo que quieras. ¿Quieres dejarme? Hazlo. ¿Quieres engañarme? Hazlo. ¿Quieres… irte al diablo? Hazlo. Al final Heechul siempre tiene la razón… no vales la pena —aquel infeliz que la estaba haciendo derramar lágrimas debía ser su pareja. Eso la llenó de una extraña angustia —¡No, no me pidas perdón ahora, maldito infeliz! Siempre haces lo mismo… Aaargh, no quiero seguir hablando contigo.

Cortó y se sentó en una de las sillas con la cabeza gacha. Taeyeon quiso entrar allí y acercarse a ella para abrazarla. Cuando eran niñas siempre era ella la que la consolaba y cuidaba de todo lo que pudiera hacerle mal. 

Tal vez ahora también podía hacerlo, iba a entrar pero alguien se le adelantó. 

Heechul ingresó a la cocina y se arrodilló frente a ella. Tiffany lo abrazó por el cuello rápidamente y se echó a llorar con más fuerza.

Taeyeon sonrió con amargura, ella ya no era su mejor amiga, ya no era la que secaba sus lágrimas, ni la que la hacía reír para hacerla sentir mejor.

Alguien más ya había ocupado ese puesto, y al parecer no era el único puesto que le habían usurpado. Su corazón también estaba ocupado por otro.

 
Soltó un suspiro, quello no tendría que importarle. Pero… ¡diablos! le importaba. Sacudió la cabeza y salió de allí antes de que alguno de los dos la viera.

Era hora de entender que las cosas habían cambiado ella ya no tenía 13, y Tiffany ya no tenía 12, sus corazones estaban en distintos caminos. 

Paso por aqui rapido a dejarles dos capitulos mas, es sabado y la calle me espera xD Ahh, este cap tuvo un poco de Yulsic para lo que esperan mucho Yulsic en esta historia pues lamento decepcionarlos habra muy poco pero habra a medida que avance la historia el Yulsic tendra varias apariciones, sin mas me despido. buenas tardes, dias o noches sea cual sea la hora en la que esten leyendo esto.