En cuanto Byul salió del salón el corazón de la monja parecía tranquilizarse, durante todo el intercambio que habían tenido este latía tan rápido que sentía que iba a salir de su pecho, las palmas de sus manos sudaban y parecía que su determinación se desvanecía con cada palabra y mirada de su alumna. A pesar de que la joven ya no estaba a su vista Solar no lograba concentrarse, su clase acabo siento 2 horas de jovencitas confundidas. 

 

Ya que la clase no estaba yendo a ningún lado decidió terminarla 15 minutos antes de lo establecido, se encontraba sentada en su escritorio esperando a que Moonbyul se presentará a detención. Miraba el reloj prácticamente cada minuto, no lograba dejar de mover sus piernas o morderse las uñas, cuando dieron las 6:59 sentía que el aire le faltaba.

 

Durante la clase le había parecido buena idea fingir firmeza y castigarla pero en esos momentos la idea de pasar 2 horas encerrada con ella la estaban volviendo loca; esa rebelde joven movía demasiadas cosas en ella, cosas que estaba segura alguien en su condición jamás debía sentir. Estaba tratando de encontrar alguna excusa o modo de escapar de la situación en la que ella misma se había metido pero cuando vio la perilla de la puerta moverse supo que era demasiado tarde.

 

Moonbyul entró al salón y ni siquiera la volteo a ver, simplemente pasó a la parte posterior del salón y se sentó sin decir una palabra. Aún traía puesta la gorra por la cual la había sacado de la clase y ahora incluso la capucha de su chamarra, Solar quería decirle algo pero las palabras parecían estar atorabas en su garganta, prácticamente podía sentir un aura emanar de su estudiante, era algo que la invitaba a acercarse y sentir con sus propias manos quién era ella y porque la hacía sentir así.

 

Byul intentaba oír los pensamientos de su maestra pero no podía escuchar el más mínimo suspiro, solo podía sonreír por la frustración de no conseguir saber absolutamente  nada sobre la mujer que se había vuelto la cosa más deseable en su vida, podía ver cómo Solar quería decirle algo, acercarse, pero algo la detenía. 

Por el momento su cuerpo se estaba comportando normalmente, se encontraba a una distancia considerable de Solar pero le intrigaba saber que pasaría si la tenía a pocos centímetros, justo cuando se disponía a levantarse la monja empezó a acercarse tímidamente a ella.

 

Cada paso que daba le causaba escalofríos, para su suerte sus manos estaban escondidas bajo el escritorio ya que con cada paso podía sentir como sus uñas empezaban a atravesar la tabla del pupitre y su gorra comenzaba a incomodarle, no pudo evitar gritarle a Solar que no se acercara ni un paso más a ella.

 

La voz comandante de la joven hizo que Solar temblara y se detuviera en su lugar, simplemente estaba tratando de ser amable y platicar de manera más cálida con su alumna pero en cuanto se acercó esta reaccionó de una forma extremadamente agresiva. Solar retrocedió un par de pasos pero internamente estaba a punto de explotar de la furia, no había razón alguna de obedecer a su alumna, intentó contenerse pero cuando se dio cuenta ya estaba gritándole.

 

"¿ me podría explicar qué rayos le pasa ?, No ha podido asistir de forma decente a ni una de mis clases y ahora me habla como si yo fuera alguien a su servicio. El que tenga dinero no le da derecho a tratar así a las personas"

 

"mi actitud no se trata de dinero o falta de educación. Su presencia me irrita... no me he sentido como yo misma desde que la conocí. La tengo en mis pensamientos todo el día y solo quiero acercarme a usted, tocarla... Y el no poder hacerlo me está volviendo loca. ¿Qué tal le parece eso monja?"

 

"Y- yo..."

 

"Y lo que es aún peor, algo me dice que usted siente exactamente lo mismo"

 

Tras escuchar las palabras de Moonbyul, Solar no sabía qué hacer consigo misma,  todo lo que había dicho su alumna era lo que había estado sintiendo. No logró decir ni una palabra más, simplemente tomó sus cosas y dejó a la joven sentada en el salón, salió corriendo hasta llegar a su recámara, en cuanto entró cerró la puerta con llave y se recostó en su cama abrazando sus piernas con sus brazos mientras lágrimas rodaban por sus mejillas, seguía muy perturbada por las palabras de Byul era como si la joven hubiese leído sus pensamiento, moría por estar cerca de ella, tocarla y saber cada detalle de su existencia. 

No había pasado ni una semana en la escuela o más de media hora con Moonbyul y sus pensamientos y deseos la estaban traicionando. En esos momentos le parecía más sensato renunciar a seguir pensando cosas que simplemente no podía ser. El cansancio mental la tenían tan agotada que en cuanto cerró sus ojos se quedó dormida.

 

 

Después de la dramática escena en el salón Byul se dio cuenta con cuanta facilidad decía la verdad estando cerca de Solar, como lo esperaba tener a la monja a unos metros de ella le hacían perder el control y sacaba a la luz a su verdadero ser. 

Lo que más deseaba era tenerla a unos centímetros, ella misma estuvo a punto de levantarse y acercarse a ella, no sabía si a este paso podría seguir ocultándose ni siquiera estaba segura si quería seguir haciéndolo.

 

Moonbyul estaba sumamente confundida, por primera vez no le importaba mostrarse tal y como era al menos no si era la única forma de acercarse a Solar. Lo que más le aterraba era el no saber cómo reaccionaría la monja al ver a alguien que físicamente era idéntica a un demonio.

Con toda la frustración del mundo Byul se dirigió a su cuarto para intentar dormir y aclarar sus ideas, necesitaba encontrar una posible  solución a sus problemas y espera que unas horas de sueño la ayudarán.

 

 

 

 

Solar despertó repentinamente, su playera estaba empapada y su corazón latiendo a mil por hora, el recordar el sueño que había tenido la hacía sonrojarse, prácticamente podía sentir las caricias de su alumna en ella. Era la primera vez que tenía un sueño erótico de tal calibre, ¿por qué había soñado con Moonbyul?. No solo era otra mujer y su alumna sino que la apariencia física que tenía en su sueño era la de un demonio. Solar no sabía que rayos le estaba pasando, pero el realismo del sueño y el deseo de quererlo experimentar en carne propia la estaban enloqueciendo. Se cambió de ropa rápidamente y sin mirar la hora salió a dar una caminata, el encierro la estaba asfixiando.

 

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Un capítulo un tanto corto pero y... Espero hahaha, mi inspiración estos últimos días es pillow talk de Zayn quien lo diría.

 

Tengo en mente unos 10 capítulos pero ya no sé cómo continuar la historia, llevo varias semanas pensando y no más nada, esperemos que cuando el disco de Mamamoo salga tenga varias baladas inspiradoras o algo y.

 

Gracias por seguir leyendo y gustando de la historia.